Dancing in the middle of the city [Pasado/Privado de Yumiko Mei y Katherine LeSang]

Kat se encontraba en una calle de la ciudad por la cual pasaba bastante gente. Escuchaba las conversaciones de las personas que circulaban cerca suya. Casi todos los temas eran sobre sus familias o trabajos. Nada era realmente interesante. Tenía la esperanza de que alguien dijese la localización de algo valioso, alguna combinación... Simplemente esperaba que algún descuidado dijese algo que no debía pero parecía que no había suerte. Se separó de la pared en la cual estaba apoyada y justo en aquel momento vio algo que le llamó bastante la atención: Yumiko Mei. Era una cazadora bastante conocida e importante. Tal vez perseguía a alguien con recompensa.

La asesina no dudó ni un segundo en iniciar una persecución pero no lo haría por en medio de la calle por varios motivos, entre ellos que había demasiada gente. Corrió hacia uno de los edificios y subiendo por los salientes y ventanas llegó hasta los tejados. Desde allí podía observar a la arquera sin dificultad alguna. Comenzó a recorrer rápidamente lo que ahora era su suelo para seguir el movimiento de la chica y saltando a otros de ser necesario. Por fortuna la mayoría no estaban muy separados los unos de los otros.

En poco tiempo se alejaron de la muchedumbre y Kat pensó que sería mejor descender. Saltó hasta una ventana abierta que había en otro edificio, colándose en el intrerior y salió de este por la puerta principal quedando detrá de Yumiko. Su velocidad y agilidad no le fallaban. Fijío sus ojos en la arquera sin decir nada. Se preparó por si la tomaba por una enemiga y esbozó una leve sonrisa. No tenía por qué ser así pero siempre cabía aquella posibilidad... Al fin y al cabo no es muy común que te vean correr y comiencen a perseguirte, ¿o sí?

En el momento en el cual la chica saltó para girar y agarró su arco Kat se detuvo en seco desenvainando ambas dagas y y observando fijamente la flecha por si disparaba poder reaccionar. Frunció el ceño totalmente preparada para un disparo pero eso no fue lo que seucedió. La arquera le habló preguntando la razón de la persecución. No había un motivo en concreto a decir verdad.- Eres una cazadora conocida corriendo. Simplemente quería ver por qué y a dónde.- Dijo en un tono frío sin apartar su mirada del arma contraria. No sabía cómo era la personalidad de Yumiko y mucho menos si reaccionaría bien ante ello. Katherine tampoco se iba a rebajar y disculparse por lo que acababa de hacer para seguir con vida. Rogar no era lo suyo.

Mi nombre es Katherine LeSang. También soy una cazadora. No me parecía justo saber tu nombre sin que tu supieses el mío. Y, a todo esto, no guardaré mis dagas hasta que hagas lo mismo con tu arco...- Su rostro permaneció serio y despreocupado en todo momento. Agarró con fuerza. Por fortuna no había nadie cerca que pudiese observar aquello. Durante unos segundos Kat apartó la mirada de la flecha para observar los alrededores, en concreto un callejón a su derecha. Buscaba algo para tener un plan de huída. No era prudente esperar de pie a que ella decidiese si matarla o no. Tras ello devolvió su vista al objeto en el cuál la poseía inicialmente.

También se había dado cuenta de que esa cazadora famosa era bastante ágil. No todos pueden apuntar y coger su arma en medio del aire como mucho menos hacerlo mientras giraba. Seguramente su destreza, velocidad y reflejos serían superiores a los de la asesina ya que ella no estaba tan acostumbrada a pelear contra gente con algo de nivel y menos frente a frente. Estaba en clara desventaja. Aquella situación le gustaba y a la vez le molestaba por dos simples razones: adora los retos pero odia sentirse inferior en cualidades.

En el momento en el cual la moreno observó que Yumiko guardaba su arma ella enfundó sus dos dagas velozmente. Tras ello puso su espalda recta y cruzó los brazos. De todas formas no apartó un segundo su mirada de la chica. Sabía que no confiaría en ella tan rápido y menos tras una conducta tan extraña y sospechosa. Escuchó con bastante atención las palabras que decía la arquera. Aquel "plan diábolico" era sin duda el más estúpido y absurdo que había escuchado. Y sobretodo el más machista, eso sin duda alguna. Seguramente los integrantes de esa banda eran todos hombres que se creían superiores.- ¿Y por qué cojones hacen eso? ¿Buscan placer, opresión o qué? Si te digo la verdad me parece increíblemente absurdo...- Kat no se cortaba un pelo en cuanto a aquellas cosas.

Entonces Yumiko le propuso un acuerdo para investigar juntas a aquellos "malditos bastardos" cómo los había llamado. La verdad es que la sonrisa de la cazadora ponía muy nerviosa a Katherine. Parecía como si la forzase para aparentar ser amigable o algo por el estilo pero lo único que provocaba en la asesina era esa sensación de incomodidad que acostumbraba a tener ante las personas expresivas.- Me parecen bien las condiciones. Al fin y al cabo yo no lo hago por el dinero...- Afirmó permaneciendo seria en todo momento y sobretodo manteniendo su inexpresividad característica.

Siguió los pasos de Yumiko con una distancia prudencial para ambas. En cierto modo lo hacía porque ella no confiaba en la arquera y porque así tampoco tendría motivos para desconfiar en exceso de ella. Kat atacaba desde cerca y necesitaba aproximarse a su objetivo pero, claro, siempre estaba la posibilidad de lanzar las dagas. De todas formas así no se arriesgaba tanto.

Yo tampoco es que comparta ese tipo de entretenimiento... Aunque de todas formas nos beneficia que sea así.- Dijo manteniendo la seriedad característica de la asesina. Le parecía que aquellos espectáculos eran algo primitivos y absurdos pero siempre que ella pueda sacar provecho de ellos no los catalogaría de "inútiles". Se colocó bien el cabello ya que este acostumbraba a taparle un el ojo derecho y de nuevo dirigió su mirada a Yumiko. Cuando ella comenzó a caminar la castaña la siguió sin dudar un segundo. Mientras no llegaban a ningún lugar se mantuvo observando con cierto detalle la zona como queriendo analizarla por si tenía algún encuentro allí poseer información para posibles persecuciones.

Al escuchar la oferta de la cazadora Kat esbozó una muy pequeña sonrisa, casi imperceptible. Si ella no tenía que gastar dinero, mejor. Era una chica a la cual le gustaba mucho gastar la menor cantidad posible. Katherine entró detrás de ella observando el lugar. Era algo siniestro y siendo sinceros parecía el típico antro al que juegan al póquer ilegal en el sótano además de ser frecuentado por criminales. La joven asesina se sorprendió bastante al ver a hombres trajeados allí aunque rápidamente buscó otra explicación. Sean hombres de negocios o no pueden estar perfectamente metidos en asuntos del estilo. Al fin y al cabo no se es santo por tener un buen empleo o aparentarlo.

Por su parte pidió simplemente una cerveza. No es que tuviese demasiado hambre ya que había desayunado hace unas cuantas horas. Solía madrugar bastante. Kat permaneció durante todo el tiempo seria, como si no sintiese nada o no quisiese mostrarlo. Aquello le había metido alguna que otra vez en problemas pero al fin y al cabo tenía un motivo para ello. O al menos eso creía. Finalmente le trajeron su bebida y ella agarró el vaso para darle un pequeño sorbo. Echó fugaces vistazos a las personas del local ya que antes no lo hizo "apropiadamente". Puros, algunos con pintas algo desarregladas por no decir sucias... Sí, aquel lugar no parecía definitivamente al que va la gente "buena". Katherine soltó un suspiro ante aquello. En cierta parte le recordaba a su antigua vida en la cual se movía por los bajos fondos.

Antes no se había dado cuenta de que Yumiko estaba comiendo bastante rápido ya que se centró en observar con cierto detenimiento el local. Alzó una ceja y por su mente pasó que tal vez querría irse rápido del lugar. Kat no era famosa ni conocida por lo que en aquellos lugares no tendría problema alguno pero por el contrario la arquera sí lo era y seguramente temía que en aquel lugar hubiese alguien peligroso y la reconociese. Al menos eso fue lo que creyó en aquel momento la joven asesina. Volvió a mirar su cerveza y se la bebió rápidamente y sin problema alguno. Ella tampoco es que quisiese estar en aquel antro por mucho más tiempo.