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Saint Reia, muelle principal. 10:45 am.
Es de buena mañana, el cielo despejado, la fresca brisa marina que reconforta el corazón y los pulmones de los marineros, el armonioso cantar de la gaviotas que surcan el puerto en busca de comida y material para sus nidos... Y tú, que acabas de desembarcar de un pequeño navío que transportaba turistas y en el cual te has pasado diez horas enteritas soportando los chillidos de niños, mascotas, discusiones de padres y otras agradables ventajas de los viajes familiares. Porque sí, todas las familias del condenado South Blue parecían haberse juntado en ese barco.
Justo una semana después de haber pedido un permiso de dos meses te llamó una amable señorita para informarte del fin de tu descanso. Al parecer uno de tus compañeros de la Cipher Pol había partido hacia Saint Reia con la misión de hacer un informe sobre la situación de los revolucionarios en la isla, ya sabes, cosas como cantidad de suministros, el número de guarniciones que se mantenían allí y demás datos de utilidad. El caso es que, por misterios de la vida, se ha perdido el contacto con él y todo indica que ha sido apresado por la Armada. Ya que andan escasos de personal en Ennies Lobby (y que a los peces gordos no les apetecía mover su culo para salvar a un iniciado) te han encomendado este marrón a ti. Pero tranquilo, tan solo te han destinado a una de las islas bajo control revolucionario, no es tan grave... ¿No?
Los objetivos son simples: localizar al iniciado de la Cipher Pol que ha sido (se supone) capturado por los revolucionarios y llevarlo de vuelta al Cuartel General para que entregue su informe... Aunque tal vez debas dar uno tú. Es posible que al pobre chaval no le diese tiempo... El primer paso será encontrar al contacto que te ayudará en la localización del agente, cuyo nombre en clave es "Sugar Cart". Al parecer debes reunirte con él en una de las tabernas más famosas del lugar, pero fíjate que ahora mismo no te viene el nombre... Te toca indagar un poco y relacionarte con los lugareños. Oh, por cierto... Espero que hayas traído ropas adecuadas para la ocasión. No creo que sea buena idea ir llamando la atención. ¿Entiendes?
Es de buena mañana, el cielo despejado, la fresca brisa marina que reconforta el corazón y los pulmones de los marineros, el armonioso cantar de la gaviotas que surcan el puerto en busca de comida y material para sus nidos... Y tú, que acabas de desembarcar de un pequeño navío que transportaba turistas y en el cual te has pasado diez horas enteritas soportando los chillidos de niños, mascotas, discusiones de padres y otras agradables ventajas de los viajes familiares. Porque sí, todas las familias del condenado South Blue parecían haberse juntado en ese barco.
Justo una semana después de haber pedido un permiso de dos meses te llamó una amable señorita para informarte del fin de tu descanso. Al parecer uno de tus compañeros de la Cipher Pol había partido hacia Saint Reia con la misión de hacer un informe sobre la situación de los revolucionarios en la isla, ya sabes, cosas como cantidad de suministros, el número de guarniciones que se mantenían allí y demás datos de utilidad. El caso es que, por misterios de la vida, se ha perdido el contacto con él y todo indica que ha sido apresado por la Armada. Ya que andan escasos de personal en Ennies Lobby (y que a los peces gordos no les apetecía mover su culo para salvar a un iniciado) te han encomendado este marrón a ti. Pero tranquilo, tan solo te han destinado a una de las islas bajo control revolucionario, no es tan grave... ¿No?
Los objetivos son simples: localizar al iniciado de la Cipher Pol que ha sido (se supone) capturado por los revolucionarios y llevarlo de vuelta al Cuartel General para que entregue su informe... Aunque tal vez debas dar uno tú. Es posible que al pobre chaval no le diese tiempo... El primer paso será encontrar al contacto que te ayudará en la localización del agente, cuyo nombre en clave es "Sugar Cart". Al parecer debes reunirte con él en una de las tabernas más famosas del lugar, pero fíjate que ahora mismo no te viene el nombre... Te toca indagar un poco y relacionarte con los lugareños. Oh, por cierto... Espero que hayas traído ropas adecuadas para la ocasión. No creo que sea buena idea ir llamando la atención. ¿Entiendes?
Adam
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Akuma no mi
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Puñeteros sureños de mierda, aquellos malditos morenos no me habían dejado pegar ojo en lo que venia siendo casi toda la noche, ciertamente me encontraba algo cansado aunque nada que no pudiera solucionar una buena bebida energética. Tenía unas ligeras ojeras pero el espíritu despierto, aunque ciertamente me daba mucha pereza hacer esa misión con ella podría empezar a recuperar mis antiguo rango. Después de todo puede que mereciera la pena aquellas vacaciones interrumpidas.
Esta vez no iba vestido como habitualmente solía ir, sino que más bien iba como se presumía que pudiera ir cualquier turista que iba al sur. Iba con la típica camisa jamaicana de tonos azulados mientras que por pantalones llevaba unos piratas muy deportivos. Mi aspecto recordaba mucho aquellas series de televisión de policías en Miami, aquellas comedias policíacas en que un poli blanco y un poli negro detenían a asesinos, mafioso y troleros. De zapatillas llevaba unas cómodas chanclas de esparto, eran de marca, en particular, del Coronel Tapioca. La verdad es que esa marca era muy conocida, de hecho a mi propio abuelo le gustaba mucho ya que le gustaba mucho esa ropa de explorador de aspecto de colonizador inglés.
Volviendo al tema me encontraba, en el puerto sentado en una de las barandillas del puerto, asegurándome antes de que estaba limpia, puede que vistiera como un cualquiera pero por lo menos no iría sucio. Terminé la bebida de un trago y arrojé la lata al suelo. Miré el cielo despejado y claro como siempre se suponía que era en el South Blue.
Descolgué el Den Den Mushi y llamé a Akagami: -Si por lo visto ha habido un percance- le dije yo mientras me sacaba un pitillo con la otra mano que no sujetaba el micrófono.
-...
-Si, ya se que se suponía que me reuniría con vosotros en dos días pero yo no puedo controlar mi agenda y también tengo que encargarme de mis rentas, vivo la vida haciendo malabarismos con mis obligaciones no me lo recrimines- le contesté enojado.
-...
-Mira hablaremos en otro momento, mi llegada se retrasará una semana más a lo sumo una y media, seguiremos en contacto- finalicé colgando inmediatamente el den den mushi.
Pero lo peor es que me estaba asando por ese maldito y empalagoso calor, que provocaba que sudará la gota gorda, pero ese no iba a ser el mayor de mis problemas, sino encontrar a “Sugar Cart”, ¿Quién mierdas se ponía un nombre en clave así? La cosa es que me esperaba en alguna taberna. Se suponía que ella me daría más información como para rescatar al novato.
-"Preguntare al algún lugareño"- pensé para mis adentros.
Encontré a una mujer de mediana edad, la cual parecía de comprar comida en la lonja.
-Discúlpeme señora, me podría recomendar alguna taberna, es que soy gastrónomo y me gustaría hacer un reportaje- la mentí mientras sonreía con esa sonrisa falsa de idiota que la mujer no notaría.
Espere la respuesta de la mujer ante de tomar una nueva decisión.
Esta vez no iba vestido como habitualmente solía ir, sino que más bien iba como se presumía que pudiera ir cualquier turista que iba al sur. Iba con la típica camisa jamaicana de tonos azulados mientras que por pantalones llevaba unos piratas muy deportivos. Mi aspecto recordaba mucho aquellas series de televisión de policías en Miami, aquellas comedias policíacas en que un poli blanco y un poli negro detenían a asesinos, mafioso y troleros. De zapatillas llevaba unas cómodas chanclas de esparto, eran de marca, en particular, del Coronel Tapioca. La verdad es que esa marca era muy conocida, de hecho a mi propio abuelo le gustaba mucho ya que le gustaba mucho esa ropa de explorador de aspecto de colonizador inglés.
Volviendo al tema me encontraba, en el puerto sentado en una de las barandillas del puerto, asegurándome antes de que estaba limpia, puede que vistiera como un cualquiera pero por lo menos no iría sucio. Terminé la bebida de un trago y arrojé la lata al suelo. Miré el cielo despejado y claro como siempre se suponía que era en el South Blue.
Descolgué el Den Den Mushi y llamé a Akagami: -Si por lo visto ha habido un percance- le dije yo mientras me sacaba un pitillo con la otra mano que no sujetaba el micrófono.
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-Si, ya se que se suponía que me reuniría con vosotros en dos días pero yo no puedo controlar mi agenda y también tengo que encargarme de mis rentas, vivo la vida haciendo malabarismos con mis obligaciones no me lo recrimines- le contesté enojado.
-...
-Mira hablaremos en otro momento, mi llegada se retrasará una semana más a lo sumo una y media, seguiremos en contacto- finalicé colgando inmediatamente el den den mushi.
Pero lo peor es que me estaba asando por ese maldito y empalagoso calor, que provocaba que sudará la gota gorda, pero ese no iba a ser el mayor de mis problemas, sino encontrar a “Sugar Cart”, ¿Quién mierdas se ponía un nombre en clave así? La cosa es que me esperaba en alguna taberna. Se suponía que ella me daría más información como para rescatar al novato.
-"Preguntare al algún lugareño"- pensé para mis adentros.
Encontré a una mujer de mediana edad, la cual parecía de comprar comida en la lonja.
-Discúlpeme señora, me podría recomendar alguna taberna, es que soy gastrónomo y me gustaría hacer un reportaje- la mentí mientras sonreía con esa sonrisa falsa de idiota que la mujer no notaría.
Espere la respuesta de la mujer ante de tomar una nueva decisión.
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Precisión
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La gran (literalmente) señora se queda mirándote durante unos segundos, como si estuviese pensando en algo. Pasan varios segundos y la señora parece haberse quedado en blanco... Al menos hasta que comienza a recitar algo:
- Judías, naranjas, media sandía, pan, huevos, azúcar, sal, tomate... -parece estar repasando la lista de la compra- ¡Oh! ¿He cogido galletas? Sí, sí... Las cogí... -se tira otro ratillo así hasta que cae en tu presencia- Aish discúlpeme, siempre que salgo a comprar la lista de productos es tan grande que me vuelvo loca... ¡Loca! Si es que ya me lo dijo mi señora madre: no te cases con Alfonso, que ese tiene pinta de no colaborar en nada... ¡Y vaya si tenía razón! No solo no me ayuda, sino que además me ha dejado embarazada cinco veces. ¿Usted sabe cómo se me ha ido deformando el cuerpo a lo largo de los años? Aún recuerdo cuando tenía veinte años... Tenía un rostro tan bonito... Y un cuerpo divino. Todos los chicos del pueblo iban detrás de mí -continuaba contándote su vida, casi absorta en sus recuerdos cuando de repente pareció darse cuenta de algo- Oh, discúlpeme. No quería aburrirle con mis cosas. ¿Una taberna? La verdad es que hay varias famosas en la ciudad, pero si tuviese que decidirme por alguna sería... "El Conde Fracasado", sin duda alguna.
Tras esto te dedicó una amable sonrisa. Y bien, la verdad es que ahora que te lo ha dicho recuerdas que iba sobre algún título nobiliario... ¿Cómo pudiste olvidar ese detalle? Ains... Cómo andan las cabezas. Según sus indicaciones deberías seguir la calle que se sitúa justo en frente tuya y girar a la derecha en la primera intersección. No parece tener perdida. En fin, ¿qué harás? ¿Continuar tu camino o seguir escuchando las penas de la mujer?
- Judías, naranjas, media sandía, pan, huevos, azúcar, sal, tomate... -parece estar repasando la lista de la compra- ¡Oh! ¿He cogido galletas? Sí, sí... Las cogí... -se tira otro ratillo así hasta que cae en tu presencia- Aish discúlpeme, siempre que salgo a comprar la lista de productos es tan grande que me vuelvo loca... ¡Loca! Si es que ya me lo dijo mi señora madre: no te cases con Alfonso, que ese tiene pinta de no colaborar en nada... ¡Y vaya si tenía razón! No solo no me ayuda, sino que además me ha dejado embarazada cinco veces. ¿Usted sabe cómo se me ha ido deformando el cuerpo a lo largo de los años? Aún recuerdo cuando tenía veinte años... Tenía un rostro tan bonito... Y un cuerpo divino. Todos los chicos del pueblo iban detrás de mí -continuaba contándote su vida, casi absorta en sus recuerdos cuando de repente pareció darse cuenta de algo- Oh, discúlpeme. No quería aburrirle con mis cosas. ¿Una taberna? La verdad es que hay varias famosas en la ciudad, pero si tuviese que decidirme por alguna sería... "El Conde Fracasado", sin duda alguna.
Tras esto te dedicó una amable sonrisa. Y bien, la verdad es que ahora que te lo ha dicho recuerdas que iba sobre algún título nobiliario... ¿Cómo pudiste olvidar ese detalle? Ains... Cómo andan las cabezas. Según sus indicaciones deberías seguir la calle que se sitúa justo en frente tuya y girar a la derecha en la primera intersección. No parece tener perdida. En fin, ¿qué harás? ¿Continuar tu camino o seguir escuchando las penas de la mujer?
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- Unas buenas vacaciones o no [Moderado nivel 4 Dark]
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