[Privado-Behe- Byakuro- Theo] Entrenamiento intensivo de alta magnitud!

*Suspiré mientras cogía otro tablón de madera*

Me gusta Water Seven, es un sitio agradable en el que ni pasó hambre gracias ha los puertos que dan a los mares, ricos de peces y crustaceos con los que puedo alimentarme. Mi piel tampoco suele secarse gracias a los canales de agua que corren por toda la ciudad, gracias a ellos puedo estar en cualquiera parte de la ciudad sin miedo a que mi piel se seque o me deshidrate.

Hace tiempo conseguí un trabajo como carpintero en una carpinteria famosa de por aquí, el unico problema era que, debido a mi tamaño, tengo que estar fuera de la tienda trabajando en la construcción de navios ya que soy capaz de trabajar casi sin herramientas y puedo construir barcos mas grandes y resistentes gracias a mi entendimiento de la madera y su función.

Aún con todo...este trabajo es aburrido, yo no quiero dinero, simplemente quiero vivir aventuras y entender de donde vengo...y que podría hacer en mi vida...

En Fin.

*Partí el tablón con las manos y empecé a moldearlo con la dentadura*

Water Seven. Que bonita ciudad. El chico que paseaba por la calle del puerto recordaba cosas acaecidas en aquel lugar: algunas eran bonitos recuerdos, otras eran divertidas y otras simplemente anécdotas para contar alrededor de una hoguera. El chico llevaba un bastón grabado en la espalda, y una bolsa cruzada que colgaba a su lado derecho. En las manos llevaba dos cucuruchos medio derretidos por el calor.

- Bueno, Theo, ¿que opinas? -le preguntó a su acompañante, una joven morena que caminaba a su lado-. ¿me tomo mejor el helado de chocolate o el de fresa?

Mientras esperaba una respuesta de su compañera, un pájaro gigantesco apareció volando la ciudad. Mostaza llamaba la atención de los transeúntes, pero para Byakuro aquella escena era de lo más normal, así que simplemente ignoró al animal. El cazador pasaba al lado de uno de los talleres de Galley-La cuando vio un enorme ser que trabajaba tablones de madera. Con los dientes. Parecía una especie de Gyojin gigante. El cazador se acercó a observarlo, con bastante curiosidad.

- Mira, Theo. -dijo, señalando al enorme híbrido, e ignorando los helados derretidos deslizándose por sus manos.

-¿Sabes, Bya? Cuando veo el agua clara de la ciudad... Me da algo de envidia. Me encantaría poder bañarme y refrescarme con este calor... ¿Por qué tendría que comerme aquella fruta? -Bromeé ligeramente, pues aquel no era motivo suficiente como para no comerse una Akuma No Mi.

Ante la pregunta del cazador, le quité el helado de chocolate y empecé a lamerlo. Se empezaba a derretir, así que debía comérmelo rápido. Entonces, Bya llamó mi atención.

Señaló hacia uno de los talleres de la compañía Galley, donde carpinteros trabajaban la madera. Pero... ¿Qué había allí? Una enorme ballena bípeda. El único Gyojin que yo había visto era Lowell y... medía poco más de dos metros. No tenía ni idea de que pudiese existir Gyojin tan grandes. Abrí la boca de la sorpresa y se me cayó el helado. Miré al suelo y solté un pequeño suspiro de resignación.

-Cómprame otro helado, Bya. -Dije bromeando y con una sonrisa en la cara.

Sin duda, el enorme gyojin me llenaba de curiosidad, aunque a Bya le brillaban los ojos. Empezaba a figurarme lo que se le estaba pasando por la cabeza.

Escupí los restos de madera y contemplé el acabado del mástil que había hecho. Lo necesitaba para dentro de dos semanas, para un barco pesquero el cual había perdido el suyo recientemente al estrellarse un atún gigante con el mismo.

-Bonito diseño, Behe...que aburrimiento. Refunfuñé.

Note una mirada.
Al girarme pude ver a una joven que miraba el suelo con pena y luego miraba a su acompañante sonriente (no es que me atrigan las chicas la verdad, simplemente no me interesa en absoluto cosas mundanas como el sexo o las relaciones, sabía que nunca conseguiría nada con nadie). Su compañero era un hombre interesante, parecía tener como una bolsa de viaje a su costado, seguramente guardase tesoros o mapas en esa pequeña bolsa.

-Extraño. Dije curioso a lo que seguí con un movimiento amistoso de mis manos a modo de saludo, de lado a lado, brusco pero firme como el mar.

Sentía curiosidad por esa gente, y algo me decía que ellos, por mí, más.

El enorme gyojin parecía haberse dado cuenta de que lo estaban observando, y tras murmurar algo, empezó a saludar con la mano. El cazador correspondió al gesto metiéndose los helados semi-derretidos en la boca, hinchando su mano hasta alcanzar un tamaño similar a la del hombre ballena. Luego, le saludó de forma idéntica.

- ¡Mira, Theo! ¡Es enorme! -dijo a su compañera, mientras aún mantenía los cucuruchos dentro de la boca, dándole un aspecto bastante cómico-. Oh, y... me he... comido tu helado.

El chico estaba impresionado ante aquel enorme mastodonte. Había visto muchos gyojins en su vida, pero no recordaba ninguno tan grande, salvo tal vez el gigantesco ser que atacó Mariejois durante la guerra. Pero aquel no contaba, no parecía un gyojin.

- Hola, Mordisco-chan. -le saludó el chico-. ¿Sabías que eres enorme? -le dijo con una sonrisa amplia, de oreja a oreja-. ¿Qué estás haciendo? -el chico observó el trabajo del wotan. Parecía una especie de viga, o tal vez un mástil de un barco, lo cual sería bastante normal, sabiendo que la Galley-La estaba en aquel mismo puerto, construyendo barcos.

-Llámame loca, Bya. Pero creo que él sabe perfectamente sobre su tamaño. -Dije riendo ante la actitud de Bya.

Empezó a hacerle preguntas al pobre Gyojin. Empezaba a avergonzarme, pero yo también estaba con curiosidad. Había visto Gyojin antes, como Lowell, pero nunca tan grandes. Y había oído hablar de la existencia de gigantes, pero nunca de la existencia de Gyojin de tal tamaño.

-¿De donde eres? -Pregunté asomándome tras Bya.

Como historiadora la curiosidad por nuevas especies y civilizaciones me abrumaba, y necesitaba saber más cada vez que encontraba algo nuevo. Aunque, sin duda, mi entusiasmo no podía compararse al de Bya.

Interesante, nunca antes un humano se había acercado tanto a mi y mucho menos me había hablado sin una voz temblorosa de por medio. También me sorprendio lo que realizó con la mano el hombre de la bolsa, la hinchó hasta alcanzar un tamaño comparable al mio. De todos modos tenía que respondérles.

- Oh, ¿esto? Es un simple trabajo de aprendíz, un mástil para un navio en el que estamos trabajando - Dije mientras señalaba el barco pesquero al cual solo le faltaba su vela y una capa de refuerzo, por si algún rey marino atacaba al barco en alguna travesia.

-¿Y vosotros? ¿Viajeros, Aventureros...? ¿...Piratas? - Me reí, porque obviamente su aspecto no era el del tipico pirata, se les veia con buenas ropas, y yo seguía pensando que en aquella bolsa habia algo relacionado con tesoros. Quizás eran simples cazatesoros que buscaban donde empeñar sus riquezas.

Mire a la señorita. Era realmente atractiva pero como ya dije no me interesan esas cosas.  Parecía fascinada en saber que era y sobre mi historia, yo estaba encantado en contarle sobre mi, casi nadie se interesaba por mi, solo me miraban o con miedo o con asco.

-Pues verás joven - Farfullé mientras me levantaba para que pudieran obsevar con detenimiento mi tamaño - No soy un Gyojin si os lo estais preguntando, soy lo que comunmente se llama Wotan, una mezcla entre Gyojin y Gigante. Mi padre era un gigante de una banda pirata de la cual nunca he podido saber nada y mi madre una gyojin muy admirada en nuestra villa, la cual se encargaba de las caravanas de mercado y la economía de nuestra modesta ciudad.

Me agache y les miré a los ojos.

- ¿Y vosotros que sois? Porque eso de la mano no es algo que cualquier humano pueda hacer normalmente.

Yo también quería saber su historia y que eran exactamente.

Byakuro observó el barco a medio construir. Así que aquello era un mástil para la embarcación. El chico sonrió cuando el ser preguntó por su ocupación. 

- Bueno, podría decirse que somos aventureros, sí... -dijo mientras observaba de reojo a Theo-. Aunque no, no somos piratas.

El gigantón se presentó entonces como un wotan, una mezcla entre gyojin y gigante, lo cual explicaba su enorme tamaño. Les contó que su padre era un gigante y su madre una gyojin. El chico se preguntó para sí mismo cómo un gigante y una gyojin habían acabado teniendo un hijo. Un comentario del wotan le devolvió a la realidad. Había dicho que lo que él había hecho al hacer crecer la mano no era algo normal.

- Bueno, soy humano, tan humano como cualquiera de por aquí -el chico se llevó la mano a la nuca, sonriendo-. Aunque no soy un humano corriente. Soy casi como un superhéroe. -el cazador soltó una carcajada. Al fin y al cabo, los poderes que había obtenido al ingerir la akuma no mi eran muy parecidos a los de los superhéroes de las tiras cómicas de los periódicos.

Afirmé ante la observación de Bya al decir que no somos piratas.

Entonces, el gigante explicó su origen, presentándose como un wotan, resultado de la unión entre un Gyojin y un gigante. Nos contó que su padre era un gigante y su madre un gyojin y dudé un poco sobre como podría haber ocurrido tal cosa. En todos mis estudios y libros de historia había leído jamás sobre una unión como esta.

"Supongo que no es algo muy común y si hubo alguno no destacó lo suficiente como para sobrevivir en la historia..."

Entonces Bya dijo que era como un superhéroe. Solté una pequeña risa. ¿Superhéroe? Bya cada vez se inventaba cosas más raras.

- Más que un superhéroe eres un bobalicón con habilidades, nada más. -Dije sin malicia.

Reí. Esa joven me hacia gracia. En general los dos ya me caian bien, eran las únicas personas que no tenian miedo de hablarme (eso o que lo ocultaban muy bien).

- ¿Y tu eres...? - Dije, muy curioso. Si su compañero era un "bobalicón con habilidades" significa que aquella chica podría tener de esas mismas habilidades, o incluso mejores.

Byakuro fingió sentirse dolido por el comentario de Theo. Tras unos instantes arrastrando los pies, se encogió de hombros y se puso a observar el barco que el wotan estaba construyendo junto a sus compañeros. Era una obra de carpintería digna de la Galley-La, aunque no parecía que aquel híbrido entre gigante y gyojin estuviera trabajando para la prestigiosa compañía de carpinteros, sino que estaba en un taller independiente.

- Vaya, es impresionante, ¿verdad? -el chico observó repetidamente al enorme carpintero y a su obra. Luego echó a correr hacia el navío a toda velocidad, dando un par de vueltas corriendo a su alrededor antes de regresar. Cuando regresó, dijo-. Theo, vamos a por otro helado. ¡Me apetece tomarme uno muy grande! Y además tengo que ir al baño... -el chico miró al enorme wotan de nuevo-. ¡Ven con nosotros! ¿Te gustan los helados de chocolate? -quería ver la cara del vendedor de helados al ver a Mordisco-chan. Además de que seguro que podía comerse muchos cucuruchos a la vez.