Titania
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El navío con nombre Black Lotus avanza feroz entre el abundante oleaje, que sin pausa baña las costas de la transcurrida ciudad llamada Water Seven. Esta urbe es conocida, entre otras cosas, como "La Ciudad del Agua" por los innumerables canales que conforman sus laberínticas entrañas; sin embargo, también es famosa por ser la cuna del fenómeno natural denominado: "Aqua Laguna". Esta alteración en el clima consiste básicamente en un enjambre de vientos huracanados que pone en aviso del tsunami que se aproxima a la metrópolis, el cual castiga a la población anualmente y siempre en la misma época del año.
¿Pero cómo puede saber esto Titania si jamás ha pisado la susodicha localidad? La respuesta se encuentra entre el ajetreo que lleva todo el mundo con el ya ordenado desembarque. Al mismo tiempo que los compañeros de la muchacha se preparan para echar el ancla y visitar Water Seven, ella se encuentra paralelamente sumergida en una interesante lectura que ofrece una revista perdida que encontró hace unos escasos días; puesto que en las hojas de ésta viene toda la información antes descrita y alguna más.
La cazarrecompensas ha tomado la sana costumbre de informarse un poco de cada isla a la que vayan para asegurarse, más para el gremio que para sí misma, de que no infringen ninguna ley o no les pille de improvisto alguna rara costumbre. La rubia es consciente que tener de líder a un shichibukai no libra a la tripulación de las normas internacionales, y como se dice siempre por muy buenas razones: más vale prevenir que curar. No obstante hoy la joven de ojos azules planea, como fruto de una pesada conversación con Lowell, hacer algo distinto a lo de todos los días; ha prometido al gyojin que no se quedará en su camarote o en el gimnasio sola, sino que saldrá por la isla a conocer un poco más la ciudad.
Este hecho suena muy bien si no fuera por una cláusula de la susodicha promesa: "no estar sola". Queda claro que la muchacha del peinado despuntado no quiere ir con su rubio aliado, ni tampoco con el peliblanco y la chica dinosaurio, por lo que le quedan a la mujer pocas opciones: el rōnin, las niñas pequeñas, el aprendiz del primero y, posiblemente la mejor alternativa, la arquera de larga melena dorada.
Por más que no quiera la cazadora, debe elegir sí o sí a una de aquellas personas para "pasear" por la metrópolis. La decisión en sí misma no es complicada, quizás la duda esté entre el espadachín o la tiradora.
Pasados unos quince o veinte minutos tras la orden de desembarco y la salida de Byakuro con Theobarda, la cazarrecompensas sale de su habitación y toma rumbo a la de Yumiko. La muchacha camina rápida por el pasillo y luego se adentra en la sala común. Después coge la segunda puerta para entrar en la zona de camarotes. Una vez traspasa esta entrada llega a la recámara número seis, que pertenece a la arquera del barco. Por unos instantes Titania toma aire y levanta su mano diestra, preparándose para dar aquel tedioso paso. Entonces, en el momento que se siente ya lista, toca dos veces la puerta de la otra cazadora.
-¿Yumiko?- pregunta la cazadora de recompensas, maldiciendo su suerte a la vez que espera respuesta.
¿Pero cómo puede saber esto Titania si jamás ha pisado la susodicha localidad? La respuesta se encuentra entre el ajetreo que lleva todo el mundo con el ya ordenado desembarque. Al mismo tiempo que los compañeros de la muchacha se preparan para echar el ancla y visitar Water Seven, ella se encuentra paralelamente sumergida en una interesante lectura que ofrece una revista perdida que encontró hace unos escasos días; puesto que en las hojas de ésta viene toda la información antes descrita y alguna más.
La cazarrecompensas ha tomado la sana costumbre de informarse un poco de cada isla a la que vayan para asegurarse, más para el gremio que para sí misma, de que no infringen ninguna ley o no les pille de improvisto alguna rara costumbre. La rubia es consciente que tener de líder a un shichibukai no libra a la tripulación de las normas internacionales, y como se dice siempre por muy buenas razones: más vale prevenir que curar. No obstante hoy la joven de ojos azules planea, como fruto de una pesada conversación con Lowell, hacer algo distinto a lo de todos los días; ha prometido al gyojin que no se quedará en su camarote o en el gimnasio sola, sino que saldrá por la isla a conocer un poco más la ciudad.
Este hecho suena muy bien si no fuera por una cláusula de la susodicha promesa: "no estar sola". Queda claro que la muchacha del peinado despuntado no quiere ir con su rubio aliado, ni tampoco con el peliblanco y la chica dinosaurio, por lo que le quedan a la mujer pocas opciones: el rōnin, las niñas pequeñas, el aprendiz del primero y, posiblemente la mejor alternativa, la arquera de larga melena dorada.
Por más que no quiera la cazadora, debe elegir sí o sí a una de aquellas personas para "pasear" por la metrópolis. La decisión en sí misma no es complicada, quizás la duda esté entre el espadachín o la tiradora.
Pasados unos quince o veinte minutos tras la orden de desembarco y la salida de Byakuro con Theobarda, la cazarrecompensas sale de su habitación y toma rumbo a la de Yumiko. La muchacha camina rápida por el pasillo y luego se adentra en la sala común. Después coge la segunda puerta para entrar en la zona de camarotes. Una vez traspasa esta entrada llega a la recámara número seis, que pertenece a la arquera del barco. Por unos instantes Titania toma aire y levanta su mano diestra, preparándose para dar aquel tedioso paso. Entonces, en el momento que se siente ya lista, toca dos veces la puerta de la otra cazadora.
-¿Yumiko?- pregunta la cazadora de recompensas, maldiciendo su suerte a la vez que espera respuesta.
Yumiko Mei
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Los rayos del sol consiguieron despertarme por fin y después de moverme de lado a lado de la cama salí y comencé a vestirme. Por la pequeña ventana circular se podía ver como llegábamos a la preciosa ciudad del agua. Ese lugar me traía muchísimos recuerdos, fue el punto de encuentro con el pelimorado, ahora peliblanco, para ser exactos fue el primer lugar en el que nos vimos, y tuvimos una gran aventura aquí. Capturamos piratas, sufrimos mucho, pero nos lo pasamos muy bien al final. También fue donde conocí a la joven Katherine, una cazarrecompensas como yo. El capitán decidió que desembarcaríamos aquí y eso me hizo sonreír por unos segundo mientras me ponía mi minifalda.
-Hoy será un día muy interesante, solo de saber lo mucho que he mejorado desde la última vez, si existiese algún criminal en la isla me encargaría de acabar con él.-Me dije a mí misma. Sentía cierta euforia y ganas de salir a tierra firme. Terminé de vestirme y recoger las cosas que llevaría conmigo, mi arco, algunas flechas de todos los tipos, 4 bee-drones, algunas diales y mi capa, como no. También tomé algunas plantas y las guardé en mi pequeño bolso por si necesitaba en algún momento curar alguna herida, aunque esperara que no fuera el caso, al final habíamos venido aquí para disfrutar, pero nunca se sabía.
Sorprendéntemente, cuando iba a salir de la habitación oí que alguien había tocado y dicho mi nombre. Abrí la puerta y me encontré con la joven Titania, una chica que me pareció de lo más arrogante al principio, quizás al final no lo fuera para tanto, no podía estar del todo segura. La miré de arriba abajo algo sorprendida, era de las últimas personas que esperaba que tocara la puerta de mi habitación, y proseguí a preguntarle que desea.
-Buenos días, Titania. ¿Tienes algo que decirme? Será mejor apresurarse y salir, no queremos quedarnos en el barco al fin y al cabo.-Dije con una sonrisa como siempre y tan inocente como de costumbre. Me pareció relativamente interesante que la chica viniera a mi habitación, era de las pocas veces que la veía con esa expresión de debilidad. O quizás simplemente no quería venir pero se vio obligada a hacerlo. Tampoco me importaban todas esas cosas, la cuestión es que había venido y quería saber el porqué.
-Hoy será un día muy interesante, solo de saber lo mucho que he mejorado desde la última vez, si existiese algún criminal en la isla me encargaría de acabar con él.-Me dije a mí misma. Sentía cierta euforia y ganas de salir a tierra firme. Terminé de vestirme y recoger las cosas que llevaría conmigo, mi arco, algunas flechas de todos los tipos, 4 bee-drones, algunas diales y mi capa, como no. También tomé algunas plantas y las guardé en mi pequeño bolso por si necesitaba en algún momento curar alguna herida, aunque esperara que no fuera el caso, al final habíamos venido aquí para disfrutar, pero nunca se sabía.
Sorprendéntemente, cuando iba a salir de la habitación oí que alguien había tocado y dicho mi nombre. Abrí la puerta y me encontré con la joven Titania, una chica que me pareció de lo más arrogante al principio, quizás al final no lo fuera para tanto, no podía estar del todo segura. La miré de arriba abajo algo sorprendida, era de las últimas personas que esperaba que tocara la puerta de mi habitación, y proseguí a preguntarle que desea.
-Buenos días, Titania. ¿Tienes algo que decirme? Será mejor apresurarse y salir, no queremos quedarnos en el barco al fin y al cabo.-Dije con una sonrisa como siempre y tan inocente como de costumbre. Me pareció relativamente interesante que la chica viniera a mi habitación, era de las pocas veces que la veía con esa expresión de debilidad. O quizás simplemente no quería venir pero se vio obligada a hacerlo. Tampoco me importaban todas esas cosas, la cuestión es que había venido y quería saber el porqué.
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