Fate/Last Message [Elite]

Ambientación

Hay un pecado que jamás desaparece. Ha existido desde los inicios de la humanidad, hasta estos mismos días que la humanidad inconscientemente sigue disfrutando. Las sombras jamás paran de cantar, en sus fauces mortales nunca dejan de orar la misma melodía, que se escucha desde Sodoma hasta Gomorra y sigue en los corazones mortales de una abadía infernal. La canción es solo el comienzo, es la trompeta de un ángel caído que jamás debió existir. Se dice que cuando aquel instrumento empiece a producir su música, toda la vida acabara lentamente...y la muerte poco a poco asolará a la humanidad. Las sombras siguen cantando al Edén con voces espectrales, sus lamentos se escuchan a kilómetros pero siguen siendo inaudibles para la mayor parte de la humanidad...

Al terminar la ultima guerra del grial, quedo un hueco abierto por Angra Mainyu, uno que jamás debió existir e instantáneamente una presencia de otro plano cruzo desde un mundo irreal al plano donde actualmente la humanidad reside. Este no era un Servant, pero para cualquier Magus podría ser uno, tenia estadísticas, habilidades e incluso tenia Nobles Phantasm sin embargo incluso para los mas sabios en el tema del sistema; este ser jamás podría ser tratado como un Héroe, un Anti-héroe, ni siquiera un Villano o un Tirano de historias, e incluso la mente mas imaginativa de la humanidad no podría plasma una forma para llamar a esta criatura proveniente del mas profundo plano de la oscuridad. Su sola presencia a materializarse en el Monte Enzou provoco que la flora se secase completamente y su fauna terrestre muriera sin explicación alguna. Parte del suelo del templo se vio oscurecido, sin embargo... no era corrupción.. No, este no era como el Servant Avenger, este ser no fue invocado por el Grial, sino que se aprovecho de el para poder llegar a este mundo.

-Simplemente, hay cosas que jamás deberíamos entender, por nuestro propio bien, espero que jamás tengas que entenderlas - Hay voces que remarcan una historia, de tiempos ancestrales, incluso mas que las míticas leyendas de sumeria, que relatan a un jinete, que ni héroe, ni humano ni dios cabalgaba sin parar por las arenas míticas pre-babilónicas y por los rios del Nilo prontamente, causando destrucción y muerte, enfermedades que jamás se pudieron explicar, y en un tiempo futuro, la peste negra. Cada que su caballo pisaba la tierra, está jamás florecía, cada que su caballo bebía de las aguas, estas dejaban de dar brebajes limpios y sanos para la gente, si no que quedaban infectadas de bacterias que matarían al mas mínimo toque.

Había sido invocado con anterioridad, o siquiera el Grial se atrevió a darle una forma bastante extraña, pero en ese entonces no consiguió lo que quería, después de todo, la mayoría de los Magus conocen el incidente de SnowField y como se procuro jamás volver a nombrarsele. Muchas copas falsas, pero solo una que de verdad valía la pena. Al jinete que iba sobre el caballo de muerte, le importaba hacer sufrir a los humanos hasta el fin de los días, y por ello, recurrió al mas inteligente método para hacerlo. Desataría una guerra del grial, pero no una como las que le precedieron, si no que, una que cambiaría el curso del destino completamente.

-Tres copas, una para la justicia, una para la redención y otra para la verdad. Tres posibilidades, Tres Chances.. - el jinete hablaba solo un idioma, cuya traducción no existió, existe ni existirá jamás. Una voz desde el plano mágico le hablaba, como si fuera un viejo amigo, y está le pregunto - ¿Quien eres? - a lo que el mismo caballo, sacando una voz grave y humana, respondió-

Desde allí, comenzó la cuenta regresiva...