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No era como si odiara estar en ese lugar ¿Por qué debería odiarlo? En realidad el panorama era bastante hermoso y exótico, no todos los días se veían burbujas saliendo del suelo adornadas con un fondo de vegetación variada… pero había un problema, aquel lugar de por sí era peligroso si se visitaba los sectores equivocado...aunque ¿Por qué Amy se meteria en problemas? Ella era bastante educada, tranquila, inteligente y casi… casi nunca se metía en problemas. No había nada que preocuparse, pensaba ella…
A pesar de todo la joven de cabello azul había terminado metiéndose en problemas con tan solo llegar, estaba perdida pero no veía gente aterradora que pudiera hacerle daño; era sabido que el Archipiélago Sabaody siempre recibía visitante de todo tipo al encontrarse en un lugar clave… por eso trataba de andar con cuidado.
Si bien ella estaba más perdida que Tarzán en Nueva York, las expresiones de su rostro se mantenían relajadas y tranquilas dando a entender que no estaba en problemas, Amy solo caminaba con cuidado.
A la joven de tez albina no le gustaba estar rodeada de personas y menos en un lugar donde la esclavitud era legal, sinceramente Amy odiaba estar parada en esa tierra junto a gente que aún mantenía esclavos... pero entonces ¿Por qué estaba ahí? Simple mi querido lector, los científicos eran muy trolls y querían que la joven -por desacato a las órdenes de su superior- aprendiera una lección identificando los componentes que hacen posible que aquellas burbujas existieran.
En los ojos de la ex-noble mundial se reflejaba las personas que veía de reojo, no tenía muy bien planteado por donde empezar su trabajo de campo y tampoco sabía que haría si se encontraba con un esclavo… sus intenciones serían liberarlo pero eso le terminaría causando problemas.
Era fácil saber que la muchacha estaba en problemas con tan solo pisar esa isla, su forma de ser la metería en asuntos turbios… no era el lugar ideal para alguien que había sido esclavizada en el pasado.
Para los problemas que posiblemente tendría se había “armado” bastante bien...por lo menos podría defenderse, pues el báculo era llevado en su espalda mientras que portaba el nuevo collar y anillo que había adquirido. No tenía mucho que temer…
Dejando de lado los accesorios y centrándonos en la ropa, se había puesto unas calzas color negras y una blusa blanca con el primer botón desabrochado… dándole un aspecto casual y refrescante.
-Happy, no te pierdas… que después no podré encontrarte con toda la gente que hay.-
Acotó con tranquilidad mientras giraba un poco su cabeza hacia la derecha provocando que las hebras de su cabello se balancearan al compás de los movimientos, mientras tanto sus ojos se fijaron rápidamente en el gato que caminaba junto a ella. El animal se encontraba andando con sus dos patas traseras, usando las delanteras como si fueran manos ya que de por si había adoptado bastante costumbres humanas; el pequeño poseía pelaje azul acompañado con una aureola blanca en su pecho, tenía un color bastante extravagante que por alguna razón combinaba con su amiga.
A lo lejos la señorita observó algo que le llamó la atención pues las personas empezaban a arrodillarse mientras quedaban al costado de una de las calles principales, ante ello Amy comenzó a acercarse lentamente para observar el panorama más de cerca.
A pesar de todo la joven de cabello azul había terminado metiéndose en problemas con tan solo llegar, estaba perdida pero no veía gente aterradora que pudiera hacerle daño; era sabido que el Archipiélago Sabaody siempre recibía visitante de todo tipo al encontrarse en un lugar clave… por eso trataba de andar con cuidado.
Si bien ella estaba más perdida que Tarzán en Nueva York, las expresiones de su rostro se mantenían relajadas y tranquilas dando a entender que no estaba en problemas, Amy solo caminaba con cuidado.
A la joven de tez albina no le gustaba estar rodeada de personas y menos en un lugar donde la esclavitud era legal, sinceramente Amy odiaba estar parada en esa tierra junto a gente que aún mantenía esclavos... pero entonces ¿Por qué estaba ahí? Simple mi querido lector, los científicos eran muy trolls y querían que la joven -por desacato a las órdenes de su superior- aprendiera una lección identificando los componentes que hacen posible que aquellas burbujas existieran.
En los ojos de la ex-noble mundial se reflejaba las personas que veía de reojo, no tenía muy bien planteado por donde empezar su trabajo de campo y tampoco sabía que haría si se encontraba con un esclavo… sus intenciones serían liberarlo pero eso le terminaría causando problemas.
Era fácil saber que la muchacha estaba en problemas con tan solo pisar esa isla, su forma de ser la metería en asuntos turbios… no era el lugar ideal para alguien que había sido esclavizada en el pasado.
Para los problemas que posiblemente tendría se había “armado” bastante bien...por lo menos podría defenderse, pues el báculo era llevado en su espalda mientras que portaba el nuevo collar y anillo que había adquirido. No tenía mucho que temer…
Dejando de lado los accesorios y centrándonos en la ropa, se había puesto unas calzas color negras y una blusa blanca con el primer botón desabrochado… dándole un aspecto casual y refrescante.
-Happy, no te pierdas… que después no podré encontrarte con toda la gente que hay.-
Acotó con tranquilidad mientras giraba un poco su cabeza hacia la derecha provocando que las hebras de su cabello se balancearan al compás de los movimientos, mientras tanto sus ojos se fijaron rápidamente en el gato que caminaba junto a ella. El animal se encontraba andando con sus dos patas traseras, usando las delanteras como si fueran manos ya que de por si había adoptado bastante costumbres humanas; el pequeño poseía pelaje azul acompañado con una aureola blanca en su pecho, tenía un color bastante extravagante que por alguna razón combinaba con su amiga.
A lo lejos la señorita observó algo que le llamó la atención pues las personas empezaban a arrodillarse mientras quedaban al costado de una de las calles principales, ante ello Amy comenzó a acercarse lentamente para observar el panorama más de cerca.
Dexter Black
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¿Cómo hablar de ella? ¿Cómo explicar por qué el dragón quedó prendado por esa joya que tenía delante? ¿Cómo entender que alguien tan fuerte tuviera debilidad por aquella delicada esencia? Tal vez empezando por el principio sea más comprensible: Su piel brillante y fina, casi transparente que dejaba ver su interior al completo, como un libro abierto de innumerables formas hermosas. Parecía que de cara a él reflejaba los rayos más tímidos del sol quitándoles la vergüenza... Era simplemente hermosa. No podemos olvidar tampoco la cara redonda de aquel bello sino, que decía "bésame" con todas sus fuerzas justo antes de susurrar "Si me atrapas". Y lógicamente estaba hipnotizado con las curvas que mostraba, contoneándolas en cada movimiento, derrochando flexibilidad mientras se alejaba para perderse en la inmensidad del universo... ¿Era tristeza lo que sentía por el abandono? Durante unos instantes, apesadumbraba al dragón la ausencia de ella, pero torcer su mirada era ver de nuevo aquello aparecer. No exactamente ella, sino otra más hermosa, sinuosa en sus curvas y de rasgos más bellos. ¿Cómo explicar que Dexter Black estaba fascinado por el nacimiento de aquellas burbujas jabonosas? Nunca recurriendo a la lógica se podría averiguar, pero hablamos de Dexter. La lógica no explica nada sobre Dexter.
-¿Lo has traído Sven?- dijo, acercándose a su reno, portador de una pequeña alforja donde guardaba sus aparatejos más salientables, incluyendo unas gafas multilenticulares con distintos ajustes de visión, que funcionaban para tareas precisas como la joyería o herrería para sus cachivaches. Había tenido que montarlas para un favor que le habían pedido desde el departamento científico, una tal Amy D. Hacke que quería unas pequeñas Joyas con... Cualidades algo particulares, curiosas cuanto menos. Por qué merecería la pena gastar su esfuerzo en ese tipo de cosas... ¿Por qué sería tan bueno? Su proyecto del Ojo aún estaba en pañales, y perdía el tiempo haciendo tareas de bisutería... Pero bueno, en el fondo le servía como distracción hacer cosas sencillas.
Observó con las gafas las burbujas de nuevo, pero no cambiaban demasiado. Se olvidaba de que el jabón era jabón al microscopio también, y hasta que aumentara el zoom no podría ver lo interesante. Sin embargo, necesitaría un electroscopio para verlas, y eso ya era más difícil de adaptar a unas lentes. "En fin, qué se le va a hacer...", dijo para sí, recogiendo el objeto y preguntándose qué podría hacer a lo largo del tiempo que iba a estar en el Archipiélago.
-Vamos allá, pues- dio un pequeño cachete al reno, que comenzó a caminar a ritmo tranquilo, y acabó llegando a una calle donde, poco a poco, todo el mundo se iba arrodillando. "Oh, no", pensó mirando al final de la calle, donde una pequeña cabina blanca llevada por esclavos avanzaba inexorablemente. Tenryubitos de compras, un cáncer para la sociedad...
-¡Eh, tú!- gritó un Marine-. Arrodíllate ante el dragón celestial.
Un ladeo de cabeza hizo enfadar a quien iba dentro de la cabina, y un disparo rebotó contra el pecho de Dexter, que momentáneamente brilló con un negror antinatural. Otro ladeo de cabeza, y el tipo que disparó volvió a su "vehículo" con cierta perplejidad. Vaya, aquel tipo no era idiota al parecer. O bien lo había reconocido o, por el contrario, estaba buscando una forma de vengarse cogiéndolo con la guardia baja.
¿Por qué tenían que aparecer nobles aquel día? Maldita sea.
-¿Lo has traído Sven?- dijo, acercándose a su reno, portador de una pequeña alforja donde guardaba sus aparatejos más salientables, incluyendo unas gafas multilenticulares con distintos ajustes de visión, que funcionaban para tareas precisas como la joyería o herrería para sus cachivaches. Había tenido que montarlas para un favor que le habían pedido desde el departamento científico, una tal Amy D. Hacke que quería unas pequeñas Joyas con... Cualidades algo particulares, curiosas cuanto menos. Por qué merecería la pena gastar su esfuerzo en ese tipo de cosas... ¿Por qué sería tan bueno? Su proyecto del Ojo aún estaba en pañales, y perdía el tiempo haciendo tareas de bisutería... Pero bueno, en el fondo le servía como distracción hacer cosas sencillas.
- Las gafas:
Observó con las gafas las burbujas de nuevo, pero no cambiaban demasiado. Se olvidaba de que el jabón era jabón al microscopio también, y hasta que aumentara el zoom no podría ver lo interesante. Sin embargo, necesitaría un electroscopio para verlas, y eso ya era más difícil de adaptar a unas lentes. "En fin, qué se le va a hacer...", dijo para sí, recogiendo el objeto y preguntándose qué podría hacer a lo largo del tiempo que iba a estar en el Archipiélago.
-Vamos allá, pues- dio un pequeño cachete al reno, que comenzó a caminar a ritmo tranquilo, y acabó llegando a una calle donde, poco a poco, todo el mundo se iba arrodillando. "Oh, no", pensó mirando al final de la calle, donde una pequeña cabina blanca llevada por esclavos avanzaba inexorablemente. Tenryubitos de compras, un cáncer para la sociedad...
-¡Eh, tú!- gritó un Marine-. Arrodíllate ante el dragón celestial.
Un ladeo de cabeza hizo enfadar a quien iba dentro de la cabina, y un disparo rebotó contra el pecho de Dexter, que momentáneamente brilló con un negror antinatural. Otro ladeo de cabeza, y el tipo que disparó volvió a su "vehículo" con cierta perplejidad. Vaya, aquel tipo no era idiota al parecer. O bien lo había reconocido o, por el contrario, estaba buscando una forma de vengarse cogiéndolo con la guardia baja.
¿Por qué tenían que aparecer nobles aquel día? Maldita sea.
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Cuando la jovencita se acercó y logró tener un panorama más amplio de la escena que estaba ocurriendo no pudo emitir expresión para lo que sus ojos veían, algunos hombres delgados y bastante deteriorados físicamente llevaban un collar en el cuello, mientras que en sus hombros y espaldas cargaban la cabina de un Tenryuubito.
El supuesto “Dios” parecía mirar un lugar en concreto, por lo tanto la chica siguió la dirección con la mirada y lo que vio le hizo sonreír de medio lado… parecía haber gente que no se arrodillaba ante esos seres. De igual forma la mueca de la chica duró apenas unos segundos porque el Tenryuubito sacó una pistola para apuntarle al hombre, y sin hacerse esperar desde esa posición se escuchó un estruendoso ruido.
-Bastardo…-
Su susurro estaba cargado de odio y ella no se digno a arrodillarse pues comenzó a correr al masculino que supuestamente había recibido un disparo, la verdad era que a la científica se le hacía algo extraño que el muchacho aun siguiera de pie, no entendía muy bien lo que había ocurrido… pero necesitaba ver si estaba bien. Después se ocuparía del tema de los esclavos, porque obviamente no dejaría que esas pobres personas siguieran las órdenes de un ser tan repugnante.
A todo esto un marine comenzaba a gritarle a Amy que se arrodillara, posiblemente si la joven no hacía lo que este le ordenaban también recibiría un disparo, pero no lo haría… muchos pensarían que Amy era una idiota, era bien sabido que no la entenderían si no conocían su historia.
-¿Te encuentras bien?-
Preguntó la joven cuando llegó un poco agitada a donde estaba el desconocido, al observar que no poseía ninguna herida ella suspiró aliviada… a pesar de que era raro que un disparo no hubiera hecho efecto en él. A todo esto su pequeño amigo le seguía fervientemente con sus patas traseras mientras las delanteras hacían equilibrio para no caerse al correr.
En ese instante Amy quien se encontraba de pie junto al hombre, observó de forma desafiante la cabina de aquel dictador, la distancia que le separaban rondaba los cinco metros-no lograba ser exacta con esas cosas- por lo tanto no podría hacer nada para ayudar a los esclavos…
-¡Arrodillense o se meterán en problemas por ir en contra de un Dragón Celestial!-
Gritó un Marine, ante ello la chica lo miró pero no le hizo caso, ella no se arrodillaria ante un ser como ese, no necesitaba mostrarle respeto a nadie. Lo malo de aquello fue que Amy no pudo divisar cuando el Tenryuubito comenzaba a apuntarle con el arma… algo que tampoco diviso Happy que aún se encontraba corriendo para alcanzarla.
El supuesto “Dios” parecía mirar un lugar en concreto, por lo tanto la chica siguió la dirección con la mirada y lo que vio le hizo sonreír de medio lado… parecía haber gente que no se arrodillaba ante esos seres. De igual forma la mueca de la chica duró apenas unos segundos porque el Tenryuubito sacó una pistola para apuntarle al hombre, y sin hacerse esperar desde esa posición se escuchó un estruendoso ruido.
-Bastardo…-
Su susurro estaba cargado de odio y ella no se digno a arrodillarse pues comenzó a correr al masculino que supuestamente había recibido un disparo, la verdad era que a la científica se le hacía algo extraño que el muchacho aun siguiera de pie, no entendía muy bien lo que había ocurrido… pero necesitaba ver si estaba bien. Después se ocuparía del tema de los esclavos, porque obviamente no dejaría que esas pobres personas siguieran las órdenes de un ser tan repugnante.
A todo esto un marine comenzaba a gritarle a Amy que se arrodillara, posiblemente si la joven no hacía lo que este le ordenaban también recibiría un disparo, pero no lo haría… muchos pensarían que Amy era una idiota, era bien sabido que no la entenderían si no conocían su historia.
-¿Te encuentras bien?-
Preguntó la joven cuando llegó un poco agitada a donde estaba el desconocido, al observar que no poseía ninguna herida ella suspiró aliviada… a pesar de que era raro que un disparo no hubiera hecho efecto en él. A todo esto su pequeño amigo le seguía fervientemente con sus patas traseras mientras las delanteras hacían equilibrio para no caerse al correr.
En ese instante Amy quien se encontraba de pie junto al hombre, observó de forma desafiante la cabina de aquel dictador, la distancia que le separaban rondaba los cinco metros-no lograba ser exacta con esas cosas- por lo tanto no podría hacer nada para ayudar a los esclavos…
-¡Arrodillense o se meterán en problemas por ir en contra de un Dragón Celestial!-
Gritó un Marine, ante ello la chica lo miró pero no le hizo caso, ella no se arrodillaria ante un ser como ese, no necesitaba mostrarle respeto a nadie. Lo malo de aquello fue que Amy no pudo divisar cuando el Tenryuubito comenzaba a apuntarle con el arma… algo que tampoco diviso Happy que aún se encontraba corriendo para alcanzarla.
- Offrol:
- Te lo dejo a ti...no puedo dispararle a mi personaje(?)
Dexter Black
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Tal vez debería ser más responsable de vez en cuando. No porque fuera peligroso para él ser tan temerario, sino por el riesgo que podían asumir las personas que no supieran de él por protegerlo. "Maldito altruismo humano", pensó por un instante antes de percatarse del pequeño colgante que llevaba la mujer que lo socorría al cuello. No era una joya común, sino más bien todo lo contrario, una pieza única fabricada para una mujer que, según decían las peticiones que le llegaron, también lo era. Sin embargo, él no sabía más de la mujer que que era científica del gobierno. Pero ahora ya tenía una cara, preciosa y delicada que vivía protegida por una mata de cabello azul largo como una cascada hasta el fin del mundo. Sus ojos eran hermosos y llenos de vida, muy expresivos, y mostraban una preocupación ilimitada... Bueno, algún límite tendrían, porque se relajaron bastante pronto cuando vieron que no le pasaba nada. Pero, ¿Quién podría quejarse de que se relajaran cuando estaba bien? La verdad es que sería bastante retorcido.
-Tranquila, no pasa nada- respondió con un tono apaciguador-. Hace mucho que estas cosas no son más que una molestia... Por cierto, bonito colgante. ¿Tienes el anillo a juego?
-¡Arrodillense o se meterán en problemas por ir en contra de un Dragón Celestial!
Dexter ignoró al Marine, pero no al Tenryuubito que apuntaba a la supuesta científica. Con un sobreactuado salto y una exagerada reacción se interpuso como si fuera un guardaespaldas entre ella y la bala, desactivando su haki y dejando a las escamas aparecer donde su mantra le advertía iba a recibir el impacto. Notó un ardor en el pecho, pero por suerte era algo superficial. Se lo podría quitar y como mucho le quedaría un moretón unos días. Sin embargo la quemazón era intensa, y aun conteniéndose para no aullar tuvo que revolverse ligeramente para no dejarse llevar por la agonía que suponía aquel balazo. Iba a matar a aquel tipo algún día.
Mirando el lado bueno de todo, fue suficiente para que el Marine y el Tenryubito abandonaran la zona, y Dexter pudo incorporarse para extraer la bala del hueco que había dejado entre sus escamas rotas. El cuerpo de la bala estaba aplastado y tenía una pequeña mancha de sangre. "Perfecto, me ha hecho algo más", pensó, contemplando cómo un pequeño vaso había reventado y su cuerpo comenzaba el proceso de regeneración, bastante despacio debido a su forma humana.
Dirigió la mirada a la chica que había salvado, probablemente. Propietaria del colgante, dueña de unos ojos preciosos y vestida de forma bastante sexy, en parte provocativa, pero con una elegancia natural que hacían pasara por alto la tenue lujuria que despertaba en él. Al fin y al cabo, casi la mayor parte de sus pensamientos se centraban en Alice, pero también tenía respuesta inmediata. Por suerte en aquel caso no hubo. "Menos mal, porque levantarse así habría sido un poco bochornoso", se dijo mientras ayudaba a su cuerpo de las manos para dar un ligero brinco y alzarse de nuevo.
Por suerte no llevaba corbata, porque la bala se la habría atravesado por completo y no quería que aquello pasara. Aunque, a cambio, en el centro del pecho descubierto tenía un moretón casi negro bastante molesto. "Al menos no ha agujereado nada. Esta ropa es cara".
-Mi nombre es Dexter- dijo, tendiendo la mano a la chica, que parecía algo baja desde la perspectiva del coloso de dos metros. Señaló finalmente al reno-, y éste es mi reno Sven. Parece que hace buenas migas con tu gato.
El reno estaba intentando lamerlo, como si pensara que eso era comida o algo. O tal vez por puro cariño animal, quién sabe.
-Tranquila, no pasa nada- respondió con un tono apaciguador-. Hace mucho que estas cosas no son más que una molestia... Por cierto, bonito colgante. ¿Tienes el anillo a juego?
-¡Arrodillense o se meterán en problemas por ir en contra de un Dragón Celestial!
Dexter ignoró al Marine, pero no al Tenryuubito que apuntaba a la supuesta científica. Con un sobreactuado salto y una exagerada reacción se interpuso como si fuera un guardaespaldas entre ella y la bala, desactivando su haki y dejando a las escamas aparecer donde su mantra le advertía iba a recibir el impacto. Notó un ardor en el pecho, pero por suerte era algo superficial. Se lo podría quitar y como mucho le quedaría un moretón unos días. Sin embargo la quemazón era intensa, y aun conteniéndose para no aullar tuvo que revolverse ligeramente para no dejarse llevar por la agonía que suponía aquel balazo. Iba a matar a aquel tipo algún día.
Mirando el lado bueno de todo, fue suficiente para que el Marine y el Tenryubito abandonaran la zona, y Dexter pudo incorporarse para extraer la bala del hueco que había dejado entre sus escamas rotas. El cuerpo de la bala estaba aplastado y tenía una pequeña mancha de sangre. "Perfecto, me ha hecho algo más", pensó, contemplando cómo un pequeño vaso había reventado y su cuerpo comenzaba el proceso de regeneración, bastante despacio debido a su forma humana.
Dirigió la mirada a la chica que había salvado, probablemente. Propietaria del colgante, dueña de unos ojos preciosos y vestida de forma bastante sexy, en parte provocativa, pero con una elegancia natural que hacían pasara por alto la tenue lujuria que despertaba en él. Al fin y al cabo, casi la mayor parte de sus pensamientos se centraban en Alice, pero también tenía respuesta inmediata. Por suerte en aquel caso no hubo. "Menos mal, porque levantarse así habría sido un poco bochornoso", se dijo mientras ayudaba a su cuerpo de las manos para dar un ligero brinco y alzarse de nuevo.
Por suerte no llevaba corbata, porque la bala se la habría atravesado por completo y no quería que aquello pasara. Aunque, a cambio, en el centro del pecho descubierto tenía un moretón casi negro bastante molesto. "Al menos no ha agujereado nada. Esta ropa es cara".
-Mi nombre es Dexter- dijo, tendiendo la mano a la chica, que parecía algo baja desde la perspectiva del coloso de dos metros. Señaló finalmente al reno-, y éste es mi reno Sven. Parece que hace buenas migas con tu gato.
El reno estaba intentando lamerlo, como si pensara que eso era comida o algo. O tal vez por puro cariño animal, quién sabe.
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Nuevamente solo escuchó el sonido ensordecedor del disparo y que aquel hombre se logró poner delante suyo de una forma bastante extremista, la cual agradecía porque le salvó de ser herida justo en el pecho. Por ello la científica nuevamente llevó sus orbes a la cabina del sucio dragón celestial que parecía no detenerse pues seguía con su camino. En aquel momento la mirada de Amy demostró enojo, un enojo que muy pocas veces se presentaba en sus ojos… pues no solía mantener maldad ni sentimiento negativo en ellos.
Aquella situación sólo duró un par de segundos puesto que la joven centro completamente su atención en el personaje que le había salvado, dio unos pasos por el costado de él para mirarlo de frente y observar que en el lugar donde había recibido el disparo tenía un poco de sangre pero tampoco era la gran cosa-teniendo en cuenta que un disparo de un arma de fuego hacía más daño-.
-¡¿Te encuentras bien?!-
Preguntó con algo de dudas porque en su voz se podía notar un deje de nerviosismo, no es que le asustara la sangre… más bien se ponía nerviosa cuando veía a alguien herido, poseía una enorme necesidad de ayudar a esa persona. Entonces sin dudarlo tomó la punta de su blusa y la rompió, seguidamente abrió el bolso que llevaba colgando y sacó una botella de alcohol para mojar la tela.
-Creo que dolera…-
Acotó y sin esperar un segundo, ni el permiso de aquel hombre, puso la tela por encima de la herida, debía desinfectarla… no quería que esa persona sufriera más daño por culpa de ella.
- Mi nombre es Amy... ¿Tu eres Dexter el shichibukai?-
Preguntó dudosa mientras retiraba el trozo de tela con alcohol para ver cómo la herida se regeneraba de una manera más rápida a lo usual. Aquel hombre era extraño y Amy se lo sospechaba; a todo esto sus orbes nuevamente se desviaron por lo que él dijo… pues terminaron posándose en su pequeño amigo y el reno que lo estaba lamiendo; Happy ante esa acción se dejó lamer pero rápidamente de un salto se subió en la espalda del reno-sin clavarle las uñas-, una acción que podría ser un tanto atrevida para el minino que usualmente hacía lo que quería.
-Jajaja… típicamente no va con el juego mediante a los colores, pero si tengo el anillo que combina para lo que quiero…-
En un leve movimiento mostró su mano derecha, en el índice poseía un anillo de plata con una piedra en forma de luna color azul, ese objeto no había sido hecho por alguien más… ya que ella se había encargado de darle las propiedades, su colgante era cosa aparte.
Aquella situación sólo duró un par de segundos puesto que la joven centro completamente su atención en el personaje que le había salvado, dio unos pasos por el costado de él para mirarlo de frente y observar que en el lugar donde había recibido el disparo tenía un poco de sangre pero tampoco era la gran cosa-teniendo en cuenta que un disparo de un arma de fuego hacía más daño-.
-¡¿Te encuentras bien?!-
Preguntó con algo de dudas porque en su voz se podía notar un deje de nerviosismo, no es que le asustara la sangre… más bien se ponía nerviosa cuando veía a alguien herido, poseía una enorme necesidad de ayudar a esa persona. Entonces sin dudarlo tomó la punta de su blusa y la rompió, seguidamente abrió el bolso que llevaba colgando y sacó una botella de alcohol para mojar la tela.
-Creo que dolera…-
Acotó y sin esperar un segundo, ni el permiso de aquel hombre, puso la tela por encima de la herida, debía desinfectarla… no quería que esa persona sufriera más daño por culpa de ella.
- Mi nombre es Amy... ¿Tu eres Dexter el shichibukai?-
Preguntó dudosa mientras retiraba el trozo de tela con alcohol para ver cómo la herida se regeneraba de una manera más rápida a lo usual. Aquel hombre era extraño y Amy se lo sospechaba; a todo esto sus orbes nuevamente se desviaron por lo que él dijo… pues terminaron posándose en su pequeño amigo y el reno que lo estaba lamiendo; Happy ante esa acción se dejó lamer pero rápidamente de un salto se subió en la espalda del reno-sin clavarle las uñas-, una acción que podría ser un tanto atrevida para el minino que usualmente hacía lo que quería.
-Jajaja… típicamente no va con el juego mediante a los colores, pero si tengo el anillo que combina para lo que quiero…-
En un leve movimiento mostró su mano derecha, en el índice poseía un anillo de plata con una piedra en forma de luna color azul, ese objeto no había sido hecho por alguien más… ya que ella se había encargado de darle las propiedades, su colgante era cosa aparte.
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