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- Hmm... Creo que me he perdido.
Árboles, árboles y más árboles, así se podría definir de forma bastante exacta todo lo que alcanzaba a ver la vista. ¿Por qué cada metro de bosque era tan exactamente parecido al anterior? No solía tener problemas para orientarse y llegar a los lugares acordados pero... En serio, aquello era desesperante. De no ser porque había considerado que aquella isla era el lugar ideal para la tarea que les ocupaba jamás se habría internado más de diez pasos en la frondosa vegetación. Tan solo esperaba que su recientemente nombrada "aprendiz" no estuviera sufriendo los mismos contratiempos. Realmente el título de aprendiz y el de maestro no mantenían por completo el significado de aquellas palabras ya que, en verdad, tan solo se encontraba allí para supervisar su entrenamiento y ayudarla a corregir sus errores... Y, ya que estaba, entrenar un poco también.
Alwyn D. Inversse, ese era el nombre de la mujer con la que compartiría las semanas siguientes. Según la información que había recibido formaba parte del Cipher Pol 3. Poco más conocía de ella aunque supuso que no le resultaría demasiado difícil distinguirla... Sobre todo si obviamos el detalle de que lo más probable era que ambos fuesen las únicas personas que estuvieran allí. Vaya imagen iba a dar con aquel infortunio. Si no llegaba a tiempo al punto de encuentro comenzaría a perder el respeto de la contraria, y eso no era algo que le conviniera a un superior.
- Está bien, lo mejor será que suba a echar un vistazo -se dijo a sí mismo finalmente, comenzando a patear el aire para tomar altura, ascendiendo por encima de las copas de los árboles. Era de día, plena mañana... De hecho, no debían de haber pasado siquiera las doce, así que como mínimo le quedaban unos quince minutos para presentarse a tiempo- ¡Oh! Allí está.
El lugar en cuestión no era ni más ni menos que un manantial que se localizaba cerca de la base de la montaña principal de la isla, sobre la cual decían que había una especie de ruinas pertenecientes a una antigua civilización. Tal vez pudiera ser interesante escalarla en los próximos días. Al fin y al cabo, la curiosidad del pelirrojo con respecto a esos temas no tenía límites, y aquellas cosas siempre captaban buena parte de su atención. "Hacia el noreste" se dijo a sí mismo antes de descender, cayendo con suavidad sobre una de las ramas de los innumerables árboles y comenzando a desplazarse de una en otra a toda velocidad, siguiendo aquella dirección. No le llevaría más de cinco minutos.
- Tan solo espero no haberla hecho esperar demasiado...
Árboles, árboles y más árboles, así se podría definir de forma bastante exacta todo lo que alcanzaba a ver la vista. ¿Por qué cada metro de bosque era tan exactamente parecido al anterior? No solía tener problemas para orientarse y llegar a los lugares acordados pero... En serio, aquello era desesperante. De no ser porque había considerado que aquella isla era el lugar ideal para la tarea que les ocupaba jamás se habría internado más de diez pasos en la frondosa vegetación. Tan solo esperaba que su recientemente nombrada "aprendiz" no estuviera sufriendo los mismos contratiempos. Realmente el título de aprendiz y el de maestro no mantenían por completo el significado de aquellas palabras ya que, en verdad, tan solo se encontraba allí para supervisar su entrenamiento y ayudarla a corregir sus errores... Y, ya que estaba, entrenar un poco también.
Alwyn D. Inversse, ese era el nombre de la mujer con la que compartiría las semanas siguientes. Según la información que había recibido formaba parte del Cipher Pol 3. Poco más conocía de ella aunque supuso que no le resultaría demasiado difícil distinguirla... Sobre todo si obviamos el detalle de que lo más probable era que ambos fuesen las únicas personas que estuvieran allí. Vaya imagen iba a dar con aquel infortunio. Si no llegaba a tiempo al punto de encuentro comenzaría a perder el respeto de la contraria, y eso no era algo que le conviniera a un superior.
- Está bien, lo mejor será que suba a echar un vistazo -se dijo a sí mismo finalmente, comenzando a patear el aire para tomar altura, ascendiendo por encima de las copas de los árboles. Era de día, plena mañana... De hecho, no debían de haber pasado siquiera las doce, así que como mínimo le quedaban unos quince minutos para presentarse a tiempo- ¡Oh! Allí está.
El lugar en cuestión no era ni más ni menos que un manantial que se localizaba cerca de la base de la montaña principal de la isla, sobre la cual decían que había una especie de ruinas pertenecientes a una antigua civilización. Tal vez pudiera ser interesante escalarla en los próximos días. Al fin y al cabo, la curiosidad del pelirrojo con respecto a esos temas no tenía límites, y aquellas cosas siempre captaban buena parte de su atención. "Hacia el noreste" se dijo a sí mismo antes de descender, cayendo con suavidad sobre una de las ramas de los innumerables árboles y comenzando a desplazarse de una en otra a toda velocidad, siguiendo aquella dirección. No le llevaría más de cinco minutos.
- Tan solo espero no haberla hecho esperar demasiado...
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Otra vez de vuelta en aquella isla, todavía me molestaba el recuerdo de aquel pueblo. Bueno lo importante, debía localizar un manantial al pie de la montaña donde debía encontrarme con mí nuevo entrenador. Al parecer mis superiores creían que necesitaba una niñera o algo por estilo. No creo que fuera difícil reconocer al tipo, seguro que era un larguirucho con traje, esos que se reconocen a kilómetros de distancia. Aun así volar por encima de aquellos frondosos bosques me gustaba, e ir acompañada de mis dos aves favoritas lo hacía aún más placentero. El sol brillaba en el cielo casi justo en la vertical haciendo que la sombra de las tres aves oscureciera las copas al pasar. Era la tercera vez que pasaban por encima del manantial en media hora y no parecía haber señales de nadie en el lugar. Decidí que era hora de posarnos junto al estanque y esperar, aquello era una imagen algo cómica, dos lechuzas y un búho posados mirando la inmensidad del bosque.
Era la primera vez que salía de la isla con apolo el joven búho que había criado desde pequeño y parecía que respondía muy bien. Nos seguía a Arimisa y a mí entre los árboles y remontaba casi al unísono, tardaría aun un poco más en llegar a nuestro nivel de complementación pero iba por el buen camino. Si tenía algo de tiempo libre saldría a cazar con ellos y quizá podríamos entrenar algún truco nuevo. Me veía capaz de intentar domesticar un nuevo animal incluso, algún felino me vendría bien como apoyo terrestre y son muy sigilosos.
El tiempo que tardó en llegar mi “entrenador” lo use para reflexionar y meditar un poco sobre mi situación. Mis últimos entrenamientos no habían dado el fruto que esperaba a pesar de estar dirigidos por mi maestro y tutor, quizás este era mi castigo. O simplemente un nuevo intento de que pudiera controlar mis impulsos y mi cuerpo. Le pondría una prueba a mi nuevo compañero, me quedaría en forma completa junto a mis animales a ver como reaccionaba, y una vez que viera su cara y me hubiera divertido un poco volvería a mi forma y me presentaría formalmente, aunque no me gustara era superior mío y eso lo respetaba.
Era la primera vez que salía de la isla con apolo el joven búho que había criado desde pequeño y parecía que respondía muy bien. Nos seguía a Arimisa y a mí entre los árboles y remontaba casi al unísono, tardaría aun un poco más en llegar a nuestro nivel de complementación pero iba por el buen camino. Si tenía algo de tiempo libre saldría a cazar con ellos y quizá podríamos entrenar algún truco nuevo. Me veía capaz de intentar domesticar un nuevo animal incluso, algún felino me vendría bien como apoyo terrestre y son muy sigilosos.
El tiempo que tardó en llegar mi “entrenador” lo use para reflexionar y meditar un poco sobre mi situación. Mis últimos entrenamientos no habían dado el fruto que esperaba a pesar de estar dirigidos por mi maestro y tutor, quizás este era mi castigo. O simplemente un nuevo intento de que pudiera controlar mis impulsos y mi cuerpo. Le pondría una prueba a mi nuevo compañero, me quedaría en forma completa junto a mis animales a ver como reaccionaba, y una vez que viera su cara y me hubiera divertido un poco volvería a mi forma y me presentaría formalmente, aunque no me gustara era superior mío y eso lo respetaba.
- Presentación:
- -Hola, perdón por la pequeña broma. Mi nombre es Alwyn Cipher Pol 3. Como has podido ver poseo la zoan de Búho nival. Es un honor conocerte.
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No tardó demasiado el pelirrojo en llegar hasta el supuesto punto de encuentro. No había sufrido ningún percance por el camino salvo, tal vez, la nube de avispas que le había estado persiguiendo durante varias decenas de metros por haber chocado accidentalmente contra su colmena. Aquellos bichejos no comprendían el significado de las palabras "Lo siento" o "Perdón"... Qué maleducadas. Por suerte no habían llegado a picarle, aunque sí lograron ponerle los pelos de punta. No le gustaban nada los insectos, pero al menos debía agradecer que sus perseguidoras no hubiesen sido arañas. Maldita sea, ¿por qué tenían que existir esos seres? Eran peludos, desagradables y... Ugh, qué asco.
En cualquier caso, una vez llegó al lugar acordado su ojo recorrió rápidamente la zona, buscando a la que iba a ser su pupila durante las semanas que fueran a pasar allí. Ja, pupila, claro... Como solo tiene un ojo... -que alguien mate al narrador, por favor-. Sin embargo, no parecía haber nadie... O eso habría pensado cualquiera que no fuese él. Frente a él, como si nada, tres aves permanecían posadas junto al estanque, mirándole fijamente. Una imagen un tanto cómica, y probablemente el pelirrojo no le habría dado más importancia de la merecida de no ser por su mantra, el cual le advirtió de que uno de los pajaritos no era lo que parecía. "Así que intentando engañar a tu superior, ¿eh? Tendrás que esforzarte más." Una leve sonrisa se dibujó en su rostro y su mirada se clavó sobre el búho.
- No está mal, aunque mientras no seas capaz de camuflar tu presencia me temo que no colará algo así conmigo -le dijo en un tono algo burlón, aunque sin pretender dárselas de arrogante y, como siempre, respetuoso. Tampoco quería darle una mala impresión a su nueva compañera.
Tras unos segundos sus sospechas se confirmaron y aquel ave se transformó en una joven agente, a la cual debería sacarle alrededor de una cabeza de altura. Pelirroja y con un cuerpo esbelto, fruto del entrenamiento y la disciplina... ¿Y para qué negarlo? De un atractivo notable. Aquello fue toda una sorpresa para el joven agente, el cual esperaba encontrarse con una mujer ruda y fortachona, ya sabéis... De esas que bien podrían pasar por hombres. Bueno, tampoco entraré en muchos detalles sobre lo que ocurría en la mente del pelirrojo en aquel momento, que no son horas.
- Kusanagi Yu, miembro del Cipher Pol 6 y, al parecer, tu mentor durante nuestra estancia en esta isla -respondió con amabilidad con cierto deje formal y serio, como si estuviera tratando asuntos oficiales... La verdad es que no era algo que le agradara en demasía, pero el protocolo era el protocolo- Espero que no hayas tenido que esperar mucho. He sufrido ciertos... Percances por el camino.
Obviamente no iba a reconocer que cierto grupo de insectos le habían estado dando problemas y sustos innecesarios, no solo por lo ridículo que sonaba, sino porque no daría buena imagen como superior. En cualquier caso, hizo memoria para tratar de recordar las palabras de los jefazos. Si mal no recordaba la chica había tenido ciertos problemas a la hora de desarrollar el Seimei Kikan, y le habían mandado a él para ayudarla con ello, lo cual era bastante irónico ya que el pelirrojo ni siquiera había tratado de dominarlo anteriormente, pese a conocer las bases y principios de este.
- Bien, antes de nada me gustaría comenzar por conocer qué clase de habilidades posees, aparte de la de poder transformarte en un búho. Ya sabes, cualquier cosa, desde cocinar hasta fundamentos del rokushiki, hakis, estilo de batalla... Todo lo que se te ocurra, tan solo para saber con qué podemos trabajar. Cualquier detalle será útil para, en base a ello, escoger un ejercicio adecuado -tras estas palabras tomó asiento cerca del manantial, mirándola fijamente, expectante- Te escucho.
En cualquier caso, una vez llegó al lugar acordado su ojo recorrió rápidamente la zona, buscando a la que iba a ser su pupila durante las semanas que fueran a pasar allí. Ja, pupila, claro... Como solo tiene un ojo... -que alguien mate al narrador, por favor-. Sin embargo, no parecía haber nadie... O eso habría pensado cualquiera que no fuese él. Frente a él, como si nada, tres aves permanecían posadas junto al estanque, mirándole fijamente. Una imagen un tanto cómica, y probablemente el pelirrojo no le habría dado más importancia de la merecida de no ser por su mantra, el cual le advirtió de que uno de los pajaritos no era lo que parecía. "Así que intentando engañar a tu superior, ¿eh? Tendrás que esforzarte más." Una leve sonrisa se dibujó en su rostro y su mirada se clavó sobre el búho.
- No está mal, aunque mientras no seas capaz de camuflar tu presencia me temo que no colará algo así conmigo -le dijo en un tono algo burlón, aunque sin pretender dárselas de arrogante y, como siempre, respetuoso. Tampoco quería darle una mala impresión a su nueva compañera.
Tras unos segundos sus sospechas se confirmaron y aquel ave se transformó en una joven agente, a la cual debería sacarle alrededor de una cabeza de altura. Pelirroja y con un cuerpo esbelto, fruto del entrenamiento y la disciplina... ¿Y para qué negarlo? De un atractivo notable. Aquello fue toda una sorpresa para el joven agente, el cual esperaba encontrarse con una mujer ruda y fortachona, ya sabéis... De esas que bien podrían pasar por hombres. Bueno, tampoco entraré en muchos detalles sobre lo que ocurría en la mente del pelirrojo en aquel momento, que no son horas.
- Kusanagi Yu, miembro del Cipher Pol 6 y, al parecer, tu mentor durante nuestra estancia en esta isla -respondió con amabilidad con cierto deje formal y serio, como si estuviera tratando asuntos oficiales... La verdad es que no era algo que le agradara en demasía, pero el protocolo era el protocolo- Espero que no hayas tenido que esperar mucho. He sufrido ciertos... Percances por el camino.
Obviamente no iba a reconocer que cierto grupo de insectos le habían estado dando problemas y sustos innecesarios, no solo por lo ridículo que sonaba, sino porque no daría buena imagen como superior. En cualquier caso, hizo memoria para tratar de recordar las palabras de los jefazos. Si mal no recordaba la chica había tenido ciertos problemas a la hora de desarrollar el Seimei Kikan, y le habían mandado a él para ayudarla con ello, lo cual era bastante irónico ya que el pelirrojo ni siquiera había tratado de dominarlo anteriormente, pese a conocer las bases y principios de este.
- Bien, antes de nada me gustaría comenzar por conocer qué clase de habilidades posees, aparte de la de poder transformarte en un búho. Ya sabes, cualquier cosa, desde cocinar hasta fundamentos del rokushiki, hakis, estilo de batalla... Todo lo que se te ocurra, tan solo para saber con qué podemos trabajar. Cualquier detalle será útil para, en base a ello, escoger un ejercicio adecuado -tras estas palabras tomó asiento cerca del manantial, mirándola fijamente, expectante- Te escucho.
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El chico que llego era alto, de pelo rojo y largo, rasgos suaves y cuerpo atlético, cosa que no la sorprendía pues el entrenamiento casi diario de los CP era duro, muy duro. Al principio parecía que no se iba a dar cuenta, pero fallé en mi suposición.
- No está mal, aunque mientras no seas capaz de camuflar tu presencia me temo que no colará algo así conmigo –Me dijo casi riéndose, no llego a sentarme mal puesto que en efecto no creía que pudiera engañar a alguien que debía ser mi maestro. De hecho no lo hubiera considerado como tal si no me hubiera descubierto.
Cuando pase a mi forma normal y me presénteme quedo patente que era muy alto, bastante más que yo, además no pude evitar sonreír al ver cómo me miraba de arriba abajo, no sé si era lo que esperaba pero no parecía que le disgustara mi aspecto. A mí al menos el suyo no me desagradaba para nada, si no fuera mi nuevo entrenador quizá podríamos haber quedado para desestresarnos. Bueno, quizá cuando esto acabara.
- Kusanagi Yu, miembro del Cipher Pol 6 y, al parecer, tu mentor durante nuestra estancia en esta isla. Espero que no hayas tenido que esperar mucho. He sufrido ciertos... Percances por el camino.
-Tranquilo, he estado dando una vuelta volando por toda la isla mientras entrenaba a Apolo.-Señale al pequeño búho marrón. Y la lechuza es Arimisa, mi primera y más fiel compañera.- me moría de ganas de saber que contratiempos podía haber sufrido alguien de su rango que lo retrasara, pero no era adecuado, ni el momento de preguntárselo.
- Bien, antes de nada me gustaría comenzar por conocer qué clase de habilidades posees, aparte de la de poder transformarte en un búho. Ya sabes, cualquier cosa, desde cocinar hasta fundamentos del rokushiki, hakis, estilo de batalla... Todo lo que se te ocurra, tan solo para saber con qué podemos trabajar. Cualquier detalle será útil para, en base a ello, escoger un ejercicio adecuado –se fue hasta el borde del manantial y se sentó- Te escucho.
-Vale, del rokushiki domino el Kami-e y el soru, además estoy especializada en el Kamie Kempo lo que me hace más veloz, flexible y silenciosa. Soy capaz de usar el primer nivel del haki armadura y también poseo el primer nivel del haki de observación. Soy una gran tiradora, especializada en rifles de largo alcance. Soy farmacéutica, conozco bastante bien las enfermedades comunes y algunas raras. Mis capacidades como espía son bastante buenas ayudadas por mi zoan, el kamie-e y una técnica para oscurecer el ambiente. Además como a has podido comprobar soy una domadora con experiencia. Y tengo ciertos conocimientos sobre meditación y concentración.
No me gustaba tener que enumerar mis habilidades y cualidades, y de seguro que algo olvidaba. En realidad lo que quería era empezar ya con el entrenamiento y no perder tiempo con todos los revolucionarios y piratas que había por el mundo.
- No está mal, aunque mientras no seas capaz de camuflar tu presencia me temo que no colará algo así conmigo –Me dijo casi riéndose, no llego a sentarme mal puesto que en efecto no creía que pudiera engañar a alguien que debía ser mi maestro. De hecho no lo hubiera considerado como tal si no me hubiera descubierto.
Cuando pase a mi forma normal y me presénteme quedo patente que era muy alto, bastante más que yo, además no pude evitar sonreír al ver cómo me miraba de arriba abajo, no sé si era lo que esperaba pero no parecía que le disgustara mi aspecto. A mí al menos el suyo no me desagradaba para nada, si no fuera mi nuevo entrenador quizá podríamos haber quedado para desestresarnos. Bueno, quizá cuando esto acabara.
- Kusanagi Yu, miembro del Cipher Pol 6 y, al parecer, tu mentor durante nuestra estancia en esta isla. Espero que no hayas tenido que esperar mucho. He sufrido ciertos... Percances por el camino.
-Tranquilo, he estado dando una vuelta volando por toda la isla mientras entrenaba a Apolo.-Señale al pequeño búho marrón. Y la lechuza es Arimisa, mi primera y más fiel compañera.- me moría de ganas de saber que contratiempos podía haber sufrido alguien de su rango que lo retrasara, pero no era adecuado, ni el momento de preguntárselo.
- Bien, antes de nada me gustaría comenzar por conocer qué clase de habilidades posees, aparte de la de poder transformarte en un búho. Ya sabes, cualquier cosa, desde cocinar hasta fundamentos del rokushiki, hakis, estilo de batalla... Todo lo que se te ocurra, tan solo para saber con qué podemos trabajar. Cualquier detalle será útil para, en base a ello, escoger un ejercicio adecuado –se fue hasta el borde del manantial y se sentó- Te escucho.
-Vale, del rokushiki domino el Kami-e y el soru, además estoy especializada en el Kamie Kempo lo que me hace más veloz, flexible y silenciosa. Soy capaz de usar el primer nivel del haki armadura y también poseo el primer nivel del haki de observación. Soy una gran tiradora, especializada en rifles de largo alcance. Soy farmacéutica, conozco bastante bien las enfermedades comunes y algunas raras. Mis capacidades como espía son bastante buenas ayudadas por mi zoan, el kamie-e y una técnica para oscurecer el ambiente. Además como a has podido comprobar soy una domadora con experiencia. Y tengo ciertos conocimientos sobre meditación y concentración.
No me gustaba tener que enumerar mis habilidades y cualidades, y de seguro que algo olvidaba. En realidad lo que quería era empezar ya con el entrenamiento y no perder tiempo con todos los revolucionarios y piratas que había por el mundo.
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El pelirrojo escuchó con atención las distintas habilidades que parecía poseer la joven, tratando de memorizarlas todas para tener una idea más clara de qué podrían utilizar para comenzar el entrenamiento. Sin embargo, cierta duda no paraba de asolar su mente y es que... ¿Cómo iba a enseñarle a alguien el Seimei Kikan, si ni siquiera él mismo había llegado a dominarlo? Sí, conocía las bases y en qué consistía, también las posibilidades que otorgaba, pero... En fin, tendría que recurrir a su ingenio y aprender sobre la marcha.
- Vale, supongo que eso es suficiente -comentó, cruzándose de brazos y meditando durante un momento, como si estuviera enfrascado en un debate interno. La realidad era que estaba tratando de pensar algún método por el cual empezar, algo sencillo que le hiciera ganar tiempo ya que, por lo que veía, su nueva alumna estaba algo impaciente por empezar.
Pero... ¿Cómo? ¿Qué ejercicios podría emplear para ello? ¿Y por qué cuando intentaba pensar en alguna forma de ser más consciente de su propio cuerpo le venían a la mente ideas como la estimulación manual? "¡Estúpido, no pienses en eso!" Se dijo a sí mismo al tiempo que se llevaba las manos al pelo, tirándose ligeramente de él. Desde luego, Alwyn debería estar atónita ante tales reacciones, pero Kusanagi no le dio importancia... Mayormente porque en su tortura se había olvidado por completo de que estaba a su lado.
Estimulación... Manual... ¡Claro! El parcheado chocó el puño contra su palma al tiempo que se le encendía la bombillita, mostrando una amplia sonrisa en su rostro mientras su ojo esmeralda parecía brillar con luz propia. ¿Qué mejor forma que aquella para ser consciente de su cuerpo? Y no, no estaba pensando en la masturbación. Se puso en pie, adoptando ya una actitud mucho más seria y formal antes de posar su ojos sobre la pelirroja. Aclaró su garganta y se acercó hasta ella, quedando un escaso medio metro entre ambos. Su mirada no se desvió de la suya ni por un momento y, con un tono completamente neutro, le ordenó.
- Desnúdate -no le tembló la voz, ni siquiera pese a que con aquello lo más probable era que la chica le soltara una bofetada o una buena patada en aquella zona tan delicada, pero era un riesgo que debía correr. Era la única forma que se le ocurría por el momento, así que tendría que seguir adelante- No es necesario que sea por completo. Puedes conservar la ropa interior.
"Si quieres, a mí no me molesta que te la quites" sería la frase que habría seguido a la anterior de no ser porque estaban en medio de un entrenamiento y que, tal vez, podría llegar a denunciarle a sus superiores por acoso sexual. En fin... Tampoco creía que fuera a negarse si se lo pedía, pero ya habría tiempo para aquello cuando hubiesen terminado. Tan solo quedaba esperar... ¿Le dejaría estéril o, por el contrario, le obedecería ciegamente?
- Vale, supongo que eso es suficiente -comentó, cruzándose de brazos y meditando durante un momento, como si estuviera enfrascado en un debate interno. La realidad era que estaba tratando de pensar algún método por el cual empezar, algo sencillo que le hiciera ganar tiempo ya que, por lo que veía, su nueva alumna estaba algo impaciente por empezar.
Pero... ¿Cómo? ¿Qué ejercicios podría emplear para ello? ¿Y por qué cuando intentaba pensar en alguna forma de ser más consciente de su propio cuerpo le venían a la mente ideas como la estimulación manual? "¡Estúpido, no pienses en eso!" Se dijo a sí mismo al tiempo que se llevaba las manos al pelo, tirándose ligeramente de él. Desde luego, Alwyn debería estar atónita ante tales reacciones, pero Kusanagi no le dio importancia... Mayormente porque en su tortura se había olvidado por completo de que estaba a su lado.
Estimulación... Manual... ¡Claro! El parcheado chocó el puño contra su palma al tiempo que se le encendía la bombillita, mostrando una amplia sonrisa en su rostro mientras su ojo esmeralda parecía brillar con luz propia. ¿Qué mejor forma que aquella para ser consciente de su cuerpo? Y no, no estaba pensando en la masturbación. Se puso en pie, adoptando ya una actitud mucho más seria y formal antes de posar su ojos sobre la pelirroja. Aclaró su garganta y se acercó hasta ella, quedando un escaso medio metro entre ambos. Su mirada no se desvió de la suya ni por un momento y, con un tono completamente neutro, le ordenó.
- Desnúdate -no le tembló la voz, ni siquiera pese a que con aquello lo más probable era que la chica le soltara una bofetada o una buena patada en aquella zona tan delicada, pero era un riesgo que debía correr. Era la única forma que se le ocurría por el momento, así que tendría que seguir adelante- No es necesario que sea por completo. Puedes conservar la ropa interior.
"Si quieres, a mí no me molesta que te la quites" sería la frase que habría seguido a la anterior de no ser porque estaban en medio de un entrenamiento y que, tal vez, podría llegar a denunciarle a sus superiores por acoso sexual. En fin... Tampoco creía que fuera a negarse si se lo pedía, pero ya habría tiempo para aquello cuando hubiesen terminado. Tan solo quedaba esperar... ¿Le dejaría estéril o, por el contrario, le obedecería ciegamente?
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- Vale, supongo que eso es suficiente –fue su contestación antes de cruzarse de brazos y concentrarse.
Aquel tipo parecía tener un dilema moral, o de algún otro tipo ya que se había quedado pensando. Empecé a dudar que pudiera enseñarme algo, sobre todo cuando vie que se empezaba a tirar de los pelos, no sabía si reírme y que me echara la bronca del siglo o llorar por lo que parecía ser un maestro lamentable.
Mientras el agente se tiraba de los pelos me acerqué a Arimisa y Apolo, les enseñé las palmas, que era el gesto para que me prestaran atención. Moví la mano derecha que era la que miraba Arimisa hacia la derecha rápidamente haciendo un bucle al final. Con la izquierda señalé a Arimisa. No sabía lo que tardaría Kusanagi en terminar por lo que había mandado a Arimisa a cazar y a Apolo que no había entrenado mucho aún, a seguir a Arimisa. Cuando acababa de mandar a los animales Kusanagi se levantó y me dijo serenamente, cosa que me sorprendió por la orden que me dio y como me había mirado antes.
- Desnúdate –La verdad es que algo así ya me lo esperaba, la vez anterior que quisé entrenar el Semei Kikan había tenido que hacerlo en ropa interior en una sauna y unos baños- No es necesario que sea por completo. Puedes conservar la ropa interior.- Esa matización no la esperaba, en que estaría pensando aquel hombre para tener que hacerla.
Me quité la armadura tranquilamente y la dejé bien colocada cerca del estanque, luego volví hasta donde estaba mi instructor, si no me decía algo pronto y se quedaba pasmado mirándome le daría tal rodillazo en sus partes que vería estrellitas durante días. Igual que si el hacerme desvestir no servía para nada.
Aquel tipo parecía tener un dilema moral, o de algún otro tipo ya que se había quedado pensando. Empecé a dudar que pudiera enseñarme algo, sobre todo cuando vie que se empezaba a tirar de los pelos, no sabía si reírme y que me echara la bronca del siglo o llorar por lo que parecía ser un maestro lamentable.
Mientras el agente se tiraba de los pelos me acerqué a Arimisa y Apolo, les enseñé las palmas, que era el gesto para que me prestaran atención. Moví la mano derecha que era la que miraba Arimisa hacia la derecha rápidamente haciendo un bucle al final. Con la izquierda señalé a Arimisa. No sabía lo que tardaría Kusanagi en terminar por lo que había mandado a Arimisa a cazar y a Apolo que no había entrenado mucho aún, a seguir a Arimisa. Cuando acababa de mandar a los animales Kusanagi se levantó y me dijo serenamente, cosa que me sorprendió por la orden que me dio y como me había mirado antes.
- Desnúdate –La verdad es que algo así ya me lo esperaba, la vez anterior que quisé entrenar el Semei Kikan había tenido que hacerlo en ropa interior en una sauna y unos baños- No es necesario que sea por completo. Puedes conservar la ropa interior.- Esa matización no la esperaba, en que estaría pensando aquel hombre para tener que hacerla.
Me quité la armadura tranquilamente y la dejé bien colocada cerca del estanque, luego volví hasta donde estaba mi instructor, si no me decía algo pronto y se quedaba pasmado mirándome le daría tal rodillazo en sus partes que vería estrellitas durante días. Igual que si el hacerme desvestir no servía para nada.
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Kusanagi aguardó con paciencia, cruzado de brazos, mientras su compañera comenzaba a desnudarse. Su expresión permaneció imperturbable, sin apartar los ojos de ella. Estaba analizando su cuerpo, pero no por los motivos que solían llevarle a ello, sino para tratar de extraer con ello la posible experiencia que tuviera la agente, así como lo fortalecida que estaba. Lo cierto era que parecía alguien poco común para su rango, pues hasta el momento todos los agentes que había visto por Ennies Lobbie del Cipher Pol 3 parecían ser bastante más débiles. Incluso su presencia era más intensa.
- Muy bien -dijo finalmente, una vez ella terminó de acomodar la ropa cerca de los bordes del estanque.
Con calma se acercó hasta ella, quedándose al lado del estanque y poniéndose en cuclillas. No sabía si aquél método resultaría realmente efectivo, pero no se le ocurría nada mejor. Introdujo la mano en el agua un momento, notando el tacto frío y húmedo de esta sobre su piel para sacarla a los pocos segundos, chorreando. Hecho esto se puso en pie y rodeó a la pelirroja, colocándose tras ella.
- Bueno... El ejercicio será bastante simple. Por ahora no quiero que te tenses ni que trates de hacer absolutamente nada. Relájate y pon la mente en blanco. Dejaré caer algunas gotas por tu espalda para que vayan descendiendo lentamente por ella. Quiero que te concentres en ellas y en las zonas que vaya recorriendo, que sepas el lugar exacto en el que está en todo momento -le explicó, con un tono mucho más serio que el que había utilizado al presentarse. Resultaba increíble que alguien con su aparente despreocupación y actitud irresponsable pudiera volverse así en tan solo un instante- Empecemos.
Alzó la mano, dejándola a la altura de su nuca mientras dejaba que una única gota cayera sobre su piel, apartando la mano inmediatamente después. Comenzarían con una y según fuesen progresando aumentarían el número de estas. De lo más fácil a lo más complicado. Tal vez pudieran incluso utilizar la pequeña cascada que había. En cualquier caso, el pelirrojo se limitó a observar la gota descender mientras esperaba y, una vez terminó su recorrido, posó un dedo en el punto donde la había dejado caer.
- ¿Por qué zonas ha pasado? -preguntó, mirándola fijamente y de nuevo con los brazos cruzados.
- Muy bien -dijo finalmente, una vez ella terminó de acomodar la ropa cerca de los bordes del estanque.
Con calma se acercó hasta ella, quedándose al lado del estanque y poniéndose en cuclillas. No sabía si aquél método resultaría realmente efectivo, pero no se le ocurría nada mejor. Introdujo la mano en el agua un momento, notando el tacto frío y húmedo de esta sobre su piel para sacarla a los pocos segundos, chorreando. Hecho esto se puso en pie y rodeó a la pelirroja, colocándose tras ella.
- Bueno... El ejercicio será bastante simple. Por ahora no quiero que te tenses ni que trates de hacer absolutamente nada. Relájate y pon la mente en blanco. Dejaré caer algunas gotas por tu espalda para que vayan descendiendo lentamente por ella. Quiero que te concentres en ellas y en las zonas que vaya recorriendo, que sepas el lugar exacto en el que está en todo momento -le explicó, con un tono mucho más serio que el que había utilizado al presentarse. Resultaba increíble que alguien con su aparente despreocupación y actitud irresponsable pudiera volverse así en tan solo un instante- Empecemos.
Alzó la mano, dejándola a la altura de su nuca mientras dejaba que una única gota cayera sobre su piel, apartando la mano inmediatamente después. Comenzarían con una y según fuesen progresando aumentarían el número de estas. De lo más fácil a lo más complicado. Tal vez pudieran incluso utilizar la pequeña cascada que había. En cualquier caso, el pelirrojo se limitó a observar la gota descender mientras esperaba y, una vez terminó su recorrido, posó un dedo en el punto donde la había dejado caer.
- ¿Por qué zonas ha pasado? -preguntó, mirándola fijamente y de nuevo con los brazos cruzados.
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Kusanagi se quedo mirando como me desvestía y colocaba la ropa, la verdad no le importaba lo más mínimo que mirara, incluso cuando el entrenamiento acabara podrían divertirse un poco. Una vez hube terminado, él se acerco hasta el estanque donde se acuclillo. De haber sido más pudoroso tener su cabeza tan cerca de mis partes hubiera hecho que me sonrojara o incluso que me pusiera nerviosa, sin embargo espera hasta ver que tenia en mente.
-Bueno... El ejercicio será bastante simple. Por ahora no quiero que te tenses ni que trates de hacer absolutamente nada. Relájate y pon la mente en blanco. Dejaré caer algunas gotas por tu espalda para que vayan descendiendo lentamente por ella. Quiero que te concentres en ellas y en las zonas que vaya recorriendo, que sepas el lugar exacto en el que está en todo momento.- Le escuche atentamente y asentí cuando hubo terminado la explicación, tras lo cual comentó.- Empecemos.
En seguida note un frio contacto en la nuca que hizo erizar todos los pelos de mi cuerpo. La gota calló sobre la nuca a media altura de esta, poco a poco fue descendiendo por ella hasta pasar a la espalda, donde bordeo el omóplato derecho siguiendo la trayectoria del hueso. Gracias al entrenamiento con mi maestro casi podía sentir cada célula por la que pasaba. La gota continuó su descenso pasando por justo por un pequeño hueco del sujetador, si me lo hubiera pedido me lo habría quitado, pero eso era algo que no le diría a Kusanagi.
Tras atravesar la barrera del sujetador la pequeña gota viajera continuó, por el centro de la espalda, justo por entre los músculos lumbares, zigzagueando entre las pequeñas protuberancias que precian mis vertebras en esa zona de la piel. Hasta que al final llego a la zona de los glúteos donde la absorbió el reborde del tanga. Como debía contarle a Kusanagi por donde había pasado pensé que era mejor idea mostrárselo, le pedí que se diera la vuelta para recorrerle con mi dedo todas y cada una de las zonas por la que la gotita pervertida había pasado, claro que para ello tenia que quitarse la camisa. Y claro esta luego esperar nuevas instrucciones.
-Bueno... El ejercicio será bastante simple. Por ahora no quiero que te tenses ni que trates de hacer absolutamente nada. Relájate y pon la mente en blanco. Dejaré caer algunas gotas por tu espalda para que vayan descendiendo lentamente por ella. Quiero que te concentres en ellas y en las zonas que vaya recorriendo, que sepas el lugar exacto en el que está en todo momento.- Le escuche atentamente y asentí cuando hubo terminado la explicación, tras lo cual comentó.- Empecemos.
En seguida note un frio contacto en la nuca que hizo erizar todos los pelos de mi cuerpo. La gota calló sobre la nuca a media altura de esta, poco a poco fue descendiendo por ella hasta pasar a la espalda, donde bordeo el omóplato derecho siguiendo la trayectoria del hueso. Gracias al entrenamiento con mi maestro casi podía sentir cada célula por la que pasaba. La gota continuó su descenso pasando por justo por un pequeño hueco del sujetador, si me lo hubiera pedido me lo habría quitado, pero eso era algo que no le diría a Kusanagi.
Tras atravesar la barrera del sujetador la pequeña gota viajera continuó, por el centro de la espalda, justo por entre los músculos lumbares, zigzagueando entre las pequeñas protuberancias que precian mis vertebras en esa zona de la piel. Hasta que al final llego a la zona de los glúteos donde la absorbió el reborde del tanga. Como debía contarle a Kusanagi por donde había pasado pensé que era mejor idea mostrárselo, le pedí que se diera la vuelta para recorrerle con mi dedo todas y cada una de las zonas por la que la gotita pervertida había pasado, claro que para ello tenia que quitarse la camisa. Y claro esta luego esperar nuevas instrucciones.
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