[Barbazul] Una obra de teatro peliaguda

Este cartel es el que está hoy en Nuevo Baratie. Entrada gratis, sólo hay que pagar la consumición y una cena, y con ello podrás disfrutar de la representación teatral de "Barba Azul". Qué curioso que sea algo así, ¿Verdad? Para no aburrirte con fábulas y cuentos de viejas, vamos al asunto: Estás frente a las puertas del restaurante, y en la entrada hay bastante gente esperando para entrar, así como la lista de precios en un cartel a un lado. Llevas tus mejores galas y casi va a ser tu turno. ¿Finalmente te animas a entrar o prefieres hacer algo antes?

Puedes ver detrás de ti gente con un aspecto cuanto menos extraño, como si no viniesen a admirar la obra... Quién sabe. Igual son sólo cosas mías.

Había llegado al nuevo Baratie con intención de volver a comer su famosa comida, la verdad es que esperaba que fuera como la última vez, pero sin marines. Además presagiando la gran noche lo que parecía ser una obra teatral, y nada menos que con mi nombre, eso sería interesante. El problema era la larga cola que había para poder entrar, bueno no pasaba nada, me puse a observar el menú, el precio del lechón no estaba demasiado caro si servían las mismas raciones que antaño. También dediqué bastante tiempo a ver cómo era el resto de la gente que cenaría allí esa noche, casi todos parecían ricachones que ya sabían de la obra y venían solo por ella. Pero los tipos que venían detrás de mí me llamaron especialmente la atención pues eran de los pocos que no venían arreglados. Yo estuve a punto de venir como ellos pero quería tener buen aspecto por si conocía de nuevo a una joven como en mi última visita.

Cuando me llego la hora de entrar le di berries de más al metre para una mesa cerca de la ventana de la izquierda. El centro siempre era peor para actuar en caso de emergencia, y con el historial del barco-restaurante, no se podía descartar que algo pasara en esa velada. Una vez dentro ya me levaron hasta una mesa, no tan cerca de la ventana como esperaba pero en una buena posición general.

Te dan asiento junto a una ventana al lado izquierdo del barco, desde donde tienes una impresionante vista del océano... Exactamente igual que en todas las ventanas. Parece un día muy calmado, y aunque nadie te reconoce hay uno que ha señalado hacia ti con muy malas maneras. Nada importante, y escuchas algo relacionado a Dark D. Rose, pero acaban pasando del tema. En cualquier caso, la obra comienza y la cena se sirve. Como tú acabas de llegar te toca esperar algo más, pero el camarero, muy educado y con acento francés te ha preguntado qué deseabas, así como ha mostrado cierta condescendencia porque, obviamente, no has elegido lo mejor (entre tú y yo, lo mejor tenía tantas palabras en distintos idiomas que parecía una partida de palabras encadenadas).

En lo que llega tu cena, un hombre con una poderos barba azul comienza a hablar. Al parecer busca esposa, por algún motivo. Es noble, atractivo y, según parece, muchas veces viudo.

No sucede nada relevante, pero vuelven a llamarte la atención los tipos de vestimenta rara. Parecen hablar mucho más alto, y se han traído cacahuetes de sabediosónde, cuyas cáscaras arrojan por doquier. Tal vez desees decirles algo.

Me llevaron hasta la mesa, la verdad es que todo el mundo a mi alrededor parecían ser snob estirados. A algunos hasta les estaban sirviendo ya la comida que inundaba el lugar con su aroma, esto hacia que me entrara aún más hambre. Las vistas desde mi mesa eran preciosas, se podían apreciar las olas a luz de la luna que las iluminaba desde el lado contrario a donde me encontraba, muy por encima del barco.

Mientras miro a mi alrededor veo a un par de tipos señalando en mi dirección, y les escucho mencionar a Dark D. Rose, parece que dicen que viaja con alguien con barba como la mía, pero estando en el espectáculo que estamos finalmente deciden que no soy yo, que seré un gran fan de la obra y vengo caracterizado. Mientras seguido atento por si comentan algo más el metre se acercó hasta mí, tenía pensado pedir grandes cantidades de comida, pero eso llamaría la atención a sí que pedí mucha comida, pero con nombres raros, el metre me miro con una expresión en la cara que me hizo pensar que había pedido las cosas más asquerosas de la carta. Bueno, me daba igual mientras fuera comida y estuviera decentemente buena.

Justo cuando el metre se marchaba con mi comanda empezó la actuación, un hombre mayor, con una gran y poblada barba azul, ropajes que parecían muy caros e incomodos comenzó a hablar. Parecía que la representación de barba azul era un hombre de buena posición, ropas caras y poco aptas para la lucha, buen físico y que buscaba esposa pues todas las anteriores habían muerto. El pobre debía tener muy mala suerte, pensé mientras escuchaba buscaba una nueva esposa.

Mientras la obra avanzaba los tipos extraños que había visto en la puerta ya habían entrado sentándose en una mesa del centro. Se habían puesto a comer algún tipo de fruto seco y lanzaban las cascaras hacia cualquier lado con total impunidad, pues los camareros y metres no les decían nada. La gente de alrededor no parecía quejarse, y yo pensaba hacerlo, pero empezaron a hablar más alto de lo debido y casi no podía escuchar la obra. Por lo que me levante de la mesa y me acerque hasta donde estaban.

-Disculpar caballeros, me gustaría pedirles que bajaran la voz y me permitieran disfrutar de la magnífica representación que hemos venido a ver esta noche.- Había intentado ser todo lo educado y cortes que podía, si eso no funcionaba recurriría a métodos menos educados y civilizados.

Una doncella aparece en escena al mismo tiempo que uno de estos “pandilleros” te escupe un cacahuete a la cara. Parece que no le importa demasiado tu opinión.

-Lárgate, anda, no queremos tener que ser maleducados aquí- dice otro, para proseguir con su cháchara.

Ves un par de camareros que miran y señalan hacia tu posición. Intenta resolverlo de forma pacífica al menos, porque si hay muchos problemas pueden echarte fuera. Por cierto, un filete vuela hacia ti. Tal vez deberías esquivarlo, tu ropa es bonita.

-Señogues, debo pedigles que se compogten o tendgemos que expulsaglos a todos del salón teatgo. Intenten disfgutag de esta guepgesentación única. Y espego que paguen eso aunque no lo vallan a comeg…

Vale, después de eso otro filete vuela. O lo paras o va al camarero. ¡La que se va a liar!

La paciencia no era de mis fuertes fuertes ni flacos, pero aquellos tipos la estaban poniendo a prueba, ya no solo por el hecho de no hacerme caso si no ya por escupirme un cacahuete a la cara. Me sorprendió la precisión y fuerza que dicho cacahuete poseía, pero cuando me lanzaron el filete de carne ya sabía sus habilidades, por lo que solo tuve que apartarme un poco hacia la derecha y atrapar el filete con la mano. “No puedo despreciar un buen filete de gratis”, pensé mientras me le daba un gran mordisco.

No acababa de darle el bocado al filete cuando un camarero con un marcado acento, se acercó para pedirnos que nos calmáramos, detrás de él pude ver como aparecía una joven en el escenario. “Mierda, me estoy perdiendo la obra”, en mi mente todo aquello se podía solucionar pacíficamente, pero cuando lanzaron otro filete al camarero supe que las cosas se pondrían feas. El Baratie tenía fama no solo por su comida, sino por sus cocineros y amor por la comida.

Con una de las manos ocupadas y la otra al lado contrario solo se me ocurrió una manera de salvar al camarero y tener un segundo filete gratis. Me impulsé hacia arriba dando una voltereta sobre hacia el camarero, durante la cual atrape el filete con la boca.

-Fafias for efofs fifefes fafafefors (gracias por los filetes caballeros)- Tras quitarme el filete de la boca le hablé al camarero.- Perdón por el escándalo, ya vuelvo a mi mesa

En el escenario parece que el hombre de la Barba Azul está cortejando a la dama, que asemeja aterrorizada por la negra leyenda que circula alrededor del hombre, y al mismo tiempo tienes cierta sensación. Algo va a golpear tu cabeza... Y efectivamente, así es.

Cuando despiertas estás atado en una silla, en una habitación oscura y con un único tipo ante ti. La única puerta se ve con mísera luz de una lámpara de emergencias y tu captor es una sombra, nada más.

-Así que causando alboroto en mi barco, ¿Eh?- dice con cierta sorna. Parece que le divierte la idea de que alguien lo haya intentado-. ¿Sabes? Aquí en Baratie no nos gusta que armen escándalo, y mucho menos que estropeen las funciones.

De una mesita cercana coge un instrumento. Parece un martillito, aunque en la oscuridad quién sabe lo que puede acabar siendo. Pero lo único claro es que no tiene buenas intenciones, así que yo tendría cuidado.

Como recordatorio: Tanto tus manos como tus piernas están atados a la silla, aunque ésta no está sujeta a nada. La cuerda parece más bien soga, así que dudo que se rompa fácilmente. ¿Tal vez con un poco de aceite? Por cierto, aún tienes el filete en la boca.

Acababa de atrapar el trozo de carne que se dirigía al camarero cuando, vi a la joven en el escenario. Parecía estar asustada, horrorizada por lo las leyendas que rodeaban al hombre, y que este se hubiera fijada en ella. Estaba tan centrado en ella y los hombres que tenía delante que no note llegar a alguien desde mi espalda que me dejo K.O de un golpe.

Desperté en lo que parecía una pequeña sala únicamente iluminada por unta tenue luz al fondo. Me dolía la cabeza, seguramente a causa del golpe, unido a las ataduras que notaba en piernas y brazos me harían difícil la huida del lugar. Al fondo, cerca de luz vi la silueta de un hombre, el cual me dijo, que como se me ocurría ir a su barco a montar jaleo. De una mesa cogió algún tipo de herramienta, no sabía muy de cual se trataba. La verdad, es que solo había pedido a aquellos hombres que se callaran y salvado la comida de estropearse al caer al suelo.

-ivo sofo fefria- No me había dado cuenta del filete, de cuatro bocados me lo comí y continúe.- Yo solo quería que los caballeros de la mesa central nos dejaran a los que estábamos más lejos disfrutar de la obra.-Hice una pequeña pausa- Tras recibir sus cascaras y evitar que un filete lanzado por ellos cayera al suelo, y luego evitar que un camarero recibiera otro en la cara.

-De los demás tunantes ya nos hemos encargado- un repentino y casual grito de dolor inunda la estancia, y el hombre sonríe-. No nos gusta la gente que arma escándalo. Ahora, si me disculpas, te lo voy a explicar más por activa que por pasiva.

Notas cómo su intención es golpearte la pierna izquierda, aunque tu mente te dice que va a por la derecha. Tal vez te hayan hecho algo o debieras confiar en tu instinto. ¿Tú que opinas?

El hombre se acerca algo más a mí, mientras me decía que de los otros ya se habían encargado, cosa que se puso de manifiesto al escuchar un grito de dolor en algún lugar cercano. Más que haberse encargado de ellos parecía que lo estaban haciendo ahora, pero no era momento de discutir con el tipo, y menos cuando me dijo que me iba a enseñar de forma activa el por qué no armar jaleo en su restaurante.

El hombre levanto el martillo y parecía que mi pierna izquierda estaba a punto de recibir un buen golpe con él, pero algo me decía que mis ojos me engañaban, que el golpe iría hacia la derecha. Hasta ahora mi instinto no me había fallado así que me fiaría de él. Cuando el hombre descargó el golpe me balanceé hacia algo hacia la derecha para a continuación cambiar todo el peso al lado izquierdo, moviendo conmigo la silla, mientras le decía.

-Mira no quiero tener que pelear esta noche, sólo hice lo que alguien decente hubiera hecho pedir a unos groseros que pararan.

El golpe me rozo la pierna derecha, de la que había tensado todos los músculos lo más que podía, seguramente gracias al movimiento y la tensión el golpe resulto ser menos doloroso, no creía que hubiera roto nada, pero tendría que esperar a estar suelto, o de pies para saberlo.