Re: La montaña... ¿Es peligrosa? [Kuroi-Fran] {Miér 30 Dic 2015 - 13:02}

03/04/2014

Aquellas tranquilas calles no hacían que mi mañana estuviese demasiado animada ni yo mismo sabía como había acabado allí, pero ahora que me encontraba en Galuna solo me quedaba tratar de hacer algo útil en la visita. El barco que me sacaría de allí partiría con el ocaso tras reponer mercancías, por suerte para mí los mercaderes me llevarían de buena fe a cambio de que les echase una mano en la carga y descarga, cosa que para mí no suponía gran problema. Así que mientras ellos cumplían con todas aquellas tareas yo pasaría en el día en la isla buscando algo con lo que poder matar el tiempo, pero... ¿Cómo podía hacerlo? Galuna no era precisamente una isla de mucha acción, pero seguro que en alguna posada o taberna lograría encontrar alguna cosa interesante.

Las calles se encontraba bastante tranquilas para estar empezando el día y parecía que hoy no iba a haber mucha actividad en el pueblo en el que me encontraba. Caminaba por las calles mientras observaba como los pocos que transitaban por estas me miraban con una mezcla de asco y desprecio, como si fuese un bicho raro o algo mal venido de otro lugar, tampoco se equivocaban. Desde que había escapado de aquel lugar ya nada parecía tener sentido, pero yo quería dárselo y esto me estaba llevando a una búsqueda en la que nunca lograba encontrar una solución, porque a pesar de buscar algo ni yo mismo sabía que era.

Tras un buen rato dando vueltas por fin encontré un sitio en el que caerme muerto, un tugurio de mala muerte cuyo nombre era "La rata caliente". ¿Qué clase de persona pondría ese nombre a su local? En cualquier caso aquello era mejor que estar dando vueltas de buena mañana en una ciudad de la que no sabes nada. Entré y no tardé en recibir aquellas miradas de nuevo, pero esta vez era distinto aquellos tipos que me miraban eran parecidos a mí, gente de mirada vacía que no tenía un objetivo claro. No tenía claro si por los comentarios que se estaban haciendo iban a pegarme en cuanto me descuidará o algo, pero simplemente tomé precaución activando el mantra y me encaminé a la barra. — Perdone señor, a Kuroi le gustaría saber algo más sobre la isla. Kuroi estaría muy agradecido de que usted le diese información sobre la misma, quizás lo suficiente como para no matar a todo el que se encuentra en el lugar. — Dije mientras una sonrisa siniestra se dibujaba en mi rostro y miraba al camarero. Había hecho aquel comentario con las claras intenciones de buscar problemas, pues desde que había escapado no había tenido el placer de pelear con nadie. No tardaron en venir un par de individuos en busca de problemas, pero haciendo caso omiso a sus comentarios y preparado para esquivar cualquier golpe que fuese a venir me senté en un taburete. — Entonces... ¿Qué puede contarme? —

03/04/2014

Aquellos tipos habían empezado a ponerse molestos por el comentario que había hecho hacía un momento y desde luego parecía que de un momento a otro se iban a abalanzar sobre mí con la intención de darme una paliza, no obstante me temo que no podía darles ese placer. Así que sin pensármelo mucho salté para ponerme de cuclillas sobre el taburete en el que estaba sentado para poco después tomar a ambos individuos por la nuca y golpearlos contra la barra al mismo tiempo, sin embargo, temía que aquello no fuese suficiente por lo que sin soltarlos salté del taburete y empecé a golpearlos contra todo lo que encontré en mi camino hacía la puerta del local. Mesas, sillas, columnas; no importaba que fuese, todo iba cediendo a mi paso mientras utilizaba los cuerpos de aquellas alimañas como mazas de demolición.

Como era lógico esto causo el horror en las personas de la taberna y la gente empezó a gritar mientras algunos se acercaban a detenerme y otros simplemente se apartaban, tratando de omitir la penosa escena que estaban presenciando al ver como aquellos tipos resultaban tan malheridos. Otro par vino con intenciones de detenerme, pero fue en vano pues tan pronto como se acercaron los golpeé con los dos peleles que llevaba en mis brazos haciendo que los atacantes cayeran al suelo. — No sé si serán vuestros amigos o no, pero tranquilos Kuroi no tiene intención de hacerles ningún daño muy grave, solo trata de enseñarles una lección. — Mientras decía aquello por fin llegaba a la puerta del local, y tras abrirla de una patada, lancé a aquellos dos patanes fuera del local y volví a su interior. Estaba seguro de que seguían vivos, al menos cuando los había lanzado, pero quizás si no los atendían pronto no amanecería un nuevo día para ellos, en cualquier caso no era mi problema. — Alguien debería hacerse cargo esos dos pingajos, o quizás no pasen de esta noche. —

Volví a la barra, dejé un puñado de monedas y repetí mi pregunta, pero esta vez un poco más alto. — Eso debería cubrir los daños y volviendo a lo que estábamos. ¿Qué puede contarle a Kuroi que le interese? — Poco a poco el animo en el lugar fue recobrando los hábitos que eran normales y el murmullo y la música volvió a dar vida al local. — La verdad señor, es que usted acaba de echar del local al jefe de una banda local y a su mejor hombre, así que no creo que encuentre ninguna cosa más interesante por el lugar, no obstante si le interesa beber algo ha venido al lugar indicado. — Aquello fue lo que dijo el tabernero mientras mi cara reflejaba perfectamente la decepción al ver que aquella isla no iba a ser más que otro islote aburrido en el que había tenido que detenerme. — ¡Tch! Que molesto, acaso Kuroi no puede encontrar algo en la ciudad con lo que divertirse. Supongo que Kuroi se conformará con algo de beber por ahora, dele lo más fuerte que tenga. — No tardó en servirme y yo empecé a beber esperando que algo interesante apareciese por aquel lugar, aunque dudaba que pasara.

03/04/2014

La gente empezó a salir del local, como si de ratones huyendo de un gato se tratase, y todo por aquel extraño tipo del sombrero de rana. ¿Acaso pretendía arruinar el buen ambiente que había en el lugar o estaba buscando pelea? En cualquier caso aquel tipo no me agradaba en lo más mínimo, quizás por lo extraño que era o por su rastrera forma de actuar, pero algo en él me molestaba en exceso. Bebía mientras observaba el espectáculo y veía la penosa estampa que se estaba formando por los actos de ese sapo tramposo, a quién creía que podía engañar con aquel estúpido trozo de madera. Cualquiera que hubiese visto a Derian antes y no fuese simple basura de la calle se habría dado cuenta del engaño de aquel chico, pero como era normal los tipos en aquella taberna no podían ni darse cuenta. Tras unos segundos todos se habían marchado del local y el camarero se había metido en la trastienda, ya solo quedábamos el y yo, pero no por demasiado tiempo.

Acabé mi bebida y me levanté caminando hacia el muñeco y me paré frente a él. — Tu estúpido muñeco nunca será como Derian porque no es más que una triste marioneta que esta siguiendo guiada por un chico aburrido. Sabes, quizás deberías buscarte un pasatiempos más útil que aterrorizar a los pueblerinos con el muñeco de un tirano, es más, creo que te haré el favor de darte un empujoncito. — Dije dándole una pequeña patada al muñeco mandándola unos metros más y haciendo que tirara un par de mesas. — Por muy buenos que sean tus muñecos nunca podrán imitar el aura de esa persona, así que tus engaños son poco útiles contra usuarios de mantra. Bastante destrozo hemos causado ya aquí, si quieres algo más tendremos que seguirlo fuera de aquí. — Tras decirle aquello me marché pateando la puerta y camino hacia la montaña, aquel tipo podía ser divertido, pero no tenía intención de dañar a inocentes por culpa de un estúpido. Así que tan pronto que me fuese posible saldría del pueblo camino a la montaña, para ver si todos los rumores que contaban eran ciertos.

Caminé unos minutos sin fijarme si aquel individuo me seguía, pero si que me pude dar cuenta de lo desiertas que estaban las calles y la extraña niebla que se estaba formando, tan pronto y las calles vacías... Había algo en el ambiente que me mosqueaba y por eso andaba con cuidado por aquellas calles, pero nada pasó hasta ahora... ¿Por qué iba a hacerlo ahora? Me paré en mitad de la callé y me senté en unas cajas que había por allí, si no había nadie por allí no habría problema en enfrentar a aquel chiquillo allí.

03/04/2014

Parecía que mis suposiciones eran correctas, pues aquel chico no tardó en salir en mi búsqueda y en encontrarme, pero lo que realmente no podía esperar eran las palabras que iba a pronunciar. De algún modo y sin entender muy bien cómo aquel tipo había heredado de su familia un título nobiliario y era el príncipe de dios sabía que lugar, pero... ¿Realmente pensaba que aquello importaba en lo más mínimo en una situación como aquella? — ¡Oi, 'coso! ¿Realmente crees que eso importa en una situación como esta? ¿Crees qué porque seas el príncipe de algún lugar un asesino despiadado no va a matarte? Vamos, no me hagas reír, mejor vuelve a jugar con tus muñecas porque parece que no sabes hacer otra cosa. — Tras decirle aquello me giré sobre mi asiento y quedé de cara a él, esperando ver su expresión al oír aquello. — Esto no es un juego y si de verdad valoras tu vida o la de alguien más tendrías que ir con más cuidado de a quién desafías, especialmente si no lo conoces ni sabes si fuerza, porque... — Antes de acabar la frase ya le había pegado una fuerte patada a la caja para salir disparado contra el príncipe, tomando mi guadaña por el pomo y situándola al lado de su cuello. — Las cosas no siempre van como uno quiere y eso puede causarte grandes problemas, tanto a ti como a la gente que te rodea. — Tras aquello volví la guadaña a mi espalda y la dejé descansar en su lugar. —

Tras aquello me volví y fui hacía la caja que había pateado segundos atrás para devolverla a su posición anterior y volver a sentarme sobre ella. La arrogancia de aquel joven me había cautivado, aquella completa ignorancia del peligro y el miedo que podía ocasionar el mismo. Parecía un novato y realmente lo era, se sentía como cuando yo me había lanzado al mar en busca de aventuras, carente de miedos y lleno de esperanzas. —Y bueno, ¿qué lleva a un príncipe a acabar aterrorizando a la gente con el muñeco de un tirano? — No esperaba ninguna respuesta especialmente interesante, pero por lo menos había encontrado una persona con la que entretenerme en aquella aburrida isla y quién sabe quizás incluso acabase por llevarme bien con aquella estúpida y vanidosa rana.

La montaña... ¿Es peligrosa? [Kuroi-Fran]

Re: La montaña... ¿Es peligrosa? [Kuroi-Fran] {Miér 30 Dic 2015 - 13:02}

Re: La montaña... ¿Es peligrosa? [Kuroi-Fran] {Lun 4 Ene 2016 - 2:22}

Re: La montaña... ¿Es peligrosa? [Kuroi-Fran] {Sáb 9 Ene 2016 - 21:45}

Re: La montaña... ¿Es peligrosa? [Kuroi-Fran] {Vie 29 Ene 2016 - 15:19}

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