El primer destino. (Privado Flame Fénix - Habu)

Por fin vislumbraba tierra. Después de dos días navegando con el pequeño barco a vela, llegué a mi primer destino. Todo estaba solitario, no había nadie mirase por donde mirase. El silencio me inundaba y los pensamientos surgían solos. Tal y como estaba planeado.

Lo primero era encontrar algún refugio. Necesitaba ese silencio para pensar mis movimientos uno por uno y sin distracciones. Fui caminando hacia el interior de la isla, cuando el silencio de la noche en aquel rincón apartado del mundo se rompió. Vi, de lejos, a un hombre. Parecía fuerte, así que me oculté e intenté espiarle sin que se diera cuenta. Si era un enemigo debía cogerle desprevenido. Me oculté tras unas rocas y le seguí, escuchando todo lo que decía.

Por fin había llegado a Ireos, lugar en donde se encontraba la persona que estaba buscando. Según había escuchado Jack el tuerto se encontraba en aquella isla, por lo que comencé a buscarlo con insistencia. El muy animal me había pedido dinero hacía algún tiempo y no poco, por lo que cuando pasó el plazo para devolvérmelo fui a por él pero se había escapado. El día pasaba con rapidez y yo estaba cada vez más desanimado – Donde estará eses cacho de carne humana – dije algo molesto, tras un día de búsqueda. Saqué algo de comer de lo que llevaba y comencé a darle bocados mientras caminaba por la playa. La noche estaba por llegar y la brisa del mar comenzaba a refrescar el caluroso día. El sonido de las olas que rompían me maravillaba, al igual que ese rosa atardecer que estaba observando. De repente escuché una voz, más bien una canción, que provenía de un poco más adelante.

- El vino que tiene asunción no es blanco ni negro ni tiene color – escuchaba cada vez más fuerte, mientras me acercaba al lugar de donde procedía.

Al asomarme para ver que o quien era, mi sorpresa fue entre agradable y muy agradable. Era Jack el tuerto, un fornido pirata que había recorrido mundo y ahora era un vulgar borracho que me debía dinero.

- Jack ¿te acuerdas de mí? – le pregunté con tranquilidad
Jack me miro de arriba abajo u se apoyó en una gran roca, - aaah, eres… esto como era… a sí, Habu que tal estas?

- ¿sabes que me debes dinero verdad? – dije blandiendo una de mis espadas.

- Eh, eh, guarda el arma, guárdala… Tengo algo mejor que tu estúpido dinero, un teso..shoro – dijo con su aliento a alcohol.

Sacó un mapa de su chaqueta y me lo tiro a los pies. – Es el mapa de un antiguo pirata y dicen que hay un tesoro donde está enterradoooo, ¡pum! – dijo, golpeándose después contra el suelo

- ¿Y por qué no has ido tú? ¿es una trampa? – dije dudando.

- No hay trampa, simplemente estoy cansado de la piratería. Quiero ser bailarín o chef, bah, tu no lo entenderías – dijo lanzándome la botella de la que estaba bebiendo a los pies.

Tras aquello Jack se alejó como pudo de allí y por extraño que pareciera no iba a perseguirlo. Si fuera verdad lo del aquel tesoro, me habría pagado con creces lo que me debía y a lo mejor podía retirarme y tener mujeres…. – Vamos allá – dije con decisión. El lugar era en aquella isla y no parecía un mapa difícil de seguir, así que me pondría en marcha tras acabarme lo que estaba comiendo.

"Así que un tesoro... Interesante." dije mientras saltaba de árbol en árbol siguiendo al afortunado. "Por fin podré pagar el barco que necesito..."

En ese momento me dí cuenta "ese tipo tiene algo extraño..." No parecía que fuera a caer en una trampa y menos haciéndola yo sólo. Pero tampoco sabía cómo peleaba, así que decidí usar la confianza.

Salté del árbol cayendo en el camino a su paso. "¿Qué es eso que llevas en la mano?" dije. "No pareces de por aquí. Soy Flame. Llevo oculto en esta isla mucho tiempo. ¿No estarás buscando el tesoro? Puedo llevarte hasta él sin que caigas en ninguna trampa"

Me quité la capucha y dejé ver una expresión desenfadada y casi amable. Sólo faltaba esperar.

Tras encontrarme con Jack el tuerto, comencé a caminar en la dirección que indicaba el mapa. Estaba contento y comencé a tararear una canción, evadiendo un poco los sentidos del mundo. Si era un tesoro grande me compraría una mansión llena de mujeres de todas las razas, habría que probar con todo, ¿no? Un barco, muchos mayordomos y un ejército para no tener que luchar nunca más. Aunque si era poco, pues al menos me tomaría un festín a la salud de Jack y por supuesto caería alguna meretriz en el saco. Comencé a poner una cara de júbilo un poco embobado, con la babilla recorriéndome la barbilla. – jijijiji, cuantas cosas podría hacer con ese dinero – pensé, mientras volvía a mirar el mapa para saber si iba bien.

De repente un hombre saltó delante de mí, al parecer estaba subido a uno de los arboles cercanos. Lo miré de arriba-abajo, un chico algo pálido y con el pelo moreno. No parecía muy fuerte y la verdad no sabía por qué había saltado delante de mí. Me preguntó qué era lo que llevaba en la mano y que no parecía que fuera de allí, algo que me extrañó. Aquella isla normalmente estaba deshabitada o al menos eso es lo que había escuchado. Aparte aquel tipo no parecía autóctono de allí y eso me daba que pensar de sus intenciones. Su nombre era Flame y dijo que llevaba tiempo escondido en aquel lugar, ¿sería por qué estaba huyendo de algo? Bah! Daba igual, me estaba ofreciendo ayudarme a buscar el tesoro del mapa y eso me dio una idea. Si había trampas él iría delante y así no tropezaría con ninguna, no sintiendo ningún remordimiento si a aquel tipo le pasaba algo. Dudé un momento, pero su expresión amable me hizo pensar – Que demonios ¿Por qué no? – .

- Me llamo Habu y no, no soy de aquí. Espero que esconderte en este lugar no sea para cazar piratas, ya que soy uno y a mucha honra. Por último el mapa lo llevaré yo y tu ira delante indicándome por dónde ir, si estás de acuerdo andemos si no, me da igual lo que hagas – dije con un tono algo despreocupado.

No sabía lo que haría aquel tipo, pero yo proseguí mi camino sin preocuparme si me seguía o no. Ya me había encontrado con Jack el tuerto que era raro de por sí, pero esté tipo estaba a otro nivel. – Humanos – dije en un susurro. Mire hacia atrás para saber si el tipo al final se iba a quedar allí o me iba a acompañar, aunque no me importaba demasiado.

"Joder, qué tío más directo..." Dije mientras le seguía. Espero que al menos se le olvide eso de que yo fuera delante, porque no tenía ni la menor idea de dónde estaba ese tesoro...

"Pues yo soy un pirata, como tú. Aunque acabo de empezar mi viaje." Dije mientras me encendía un cigarro e intentaba ir a su lado. "Tu eres fuerte? A mi se me conoce en mi isla por ser el más fuerte, pero claro, es un sitio muy pequeño..."

Flame comentó algo de que era directo con lo que decía y tenía razón, para que darle tantas vueltas a la cosas cuando es más fácil ir de frente. Me percaté que se quedó detrás de mí, algo que me hizo darme cuenta de que posiblemente estaba más perdido que yo. -  Creo que vamos por buen camino, pero venga no te quedes atrás. Quiero llegar al tesoro antes de que acabe el día –dije mirando el mapa.

Comenzó a decirme que también era un pirata y que acababa de comenzar su viaje, encendiendo un cigarro en el proceso. Aquello no me gustó demasiado, el humo no era algo que me gustara y menos de un cigarro cerca de mí. Controlé mi impulso de córtale el cigarro por la mitad, di un suspiro y lo dejé correr por esta vez ya que no me conocía. Comenzamos a recorrer un sendero que nos llevaba al pie de una montaña y Flame me preguntó si era fuerte y que en aquella isla se le conocía por ser el más fuerte, en ese momento me paré y lo miré. – Falme, ¿no?, no es que no me interese tu historia sobre la isla, que no me interesan de verdad. Pero me gustaría que me ayudaras a encontrar el tesoro, toma el mapa y dime por donde seguir. Y no salgas corriendo, que no tengo el humor para ir detrás de ti- dije con seriedad – Jajajajja, que me gusta ver la cara de la gente cuando hablo tan serio. No te preocupes, si supongo que este lugar no tiene mucha gente que rebata tu fuerza. Pero eso sí ayúdame a buscar el tesoro o no te llevaras tu parte camarada – le dije sonriendo y esperando que me ayudara a proseguir.

No parecía mal tipo y si podía aliarme con él en aquella aventura, sería más fácil encontrar lo que buscaba. Aun así lo vigilaría de cerca, no me había gustado la manera de aparecer. El viento comenzó levantar algo de polvo y el sonido de agua, indicaba que habría algún rio cercano. – Y bien ¿por dónde vamos?-le dije esperando ver que hacía.

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Tenemos que atravesar el bosque. Espero que no nos perdamos. Creo que es mejor que vayamos por los árboles, si no te molesta...

Pensé que quizá no fuera un mal tipo, y que podría pedirle un combate amistoso.

"Oye... Qué te parece un combate amistoso? Necesito mejorar, y tu pareces fuerte... ¿Qué te parece?"

Apagué el cigarro y seguí caminando adentrándome en el bosque.

Parecía que Flame sabía por dónde, al fin y al cabo decía que llevaba un tiempo en la isla. Me surgió ir por los árboles, algo a lo que no puse impedimento. Supongo que lo de ir por lo arboles era alguna manera de evadir a los animales de la zona o por otra causa que desconocía.

-¿Seguro que es por aquí? – le pregunté dubitativo.

Comenzamos a acercarnos a un gran árbol, el cual podía medir 50 metro de alto y 20 de ancho, en el cual había una gran abertura en su base. Estaba en un gran claro rodeado por el bosque, como si ningún árbol quisiera estar cerca de es más grande. Mientras nos acercábamos al árbol, Flame me preguntó si quería un combate amistoso con él. Le mire algo extrañado, -¿Qué clase de persona le pide a otra un combate amistoso? ¿Sería una forma de robar amistosamente? – pensé algo confundido.

- Si no estuviera buscando mi tesoro no te diría que no, pero esta para mí es más importante. En otro momento tal vez – le dije evitando un poco el tema. No tenía demasiadas ganas de combatir ahora y más cuando ya estábamos tan cerca del tesoro.

Llegamos a la base de aquel majestuoso ejemplar y comencé a mirar por el hueco que tenía, aunque estaba un poco oscuro. – No se ve nada –dije intentando divisar algo en su interior. En ese momento Flame apagó su cigarro, haciendo que se me encendiera la bombilla. – Oye Flame, usaremos tu encendedor para prender unas ramas e iluminar el interior – le dije buscando a mi alrededor. Cogí dos ramas que encontré cercanas y le até un trozo de tela de mi pantalón, para a continuación prenderles fuego y entrar en aquel lugar. Era hora de saber si lo del tesoro era cierto.

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