Un nuevo nakama (Pasado) [Privado Haxter & Flame Fenix]

Por más que visité muchísimas veces esta ciudad acuática, nada se podía comparar a esta, en esta visita a la ciudad me había inscribido en un gran torneo de luchadores que se organizaba en una plaza muy conocida de la isla. Al adentrarme en los alrededores, pude ver como la llana plaza se había convertido en un coliseo con grandes tribunas y un campo de batalla. Este torneo consistía en 8 grupos de 2 luchadores, que deberán vencer a su primer retador para pasar a los cuartos de final, luego a las semifinales y por último a la final. Este torneo también tenía la normativa de no tener riesgo de muerte, y lo más importante... el tercer puesto del torneo se llevaba 5 millones de berries, el segundo puesto se llevaba 10 millones de berries, y el ganador se llevaba 20 millones de berries. 

Acercándome al coliseo, pude ver en una planilla que repartían en la entrada, los combates que ocurrirían en la arena, al parecer todos eran figuras más o menos conocidas a nivel regional, y a mi me había tocado en el primer encuentro con un tal "Drako". Según la descripción que leí, este era una personas normal hasta que con 15 años enloqueció y se volvió un asesino en serie, por lo tanto en el combate contra él, debía tener sumo cuidado de no perder, porque a pesar de que hubiera una regla que no permitiera el asesinato, si me vencía seguramente me mataría por puro placer sin importarle nada.

Mientras esperaba que la hora de mi combate llegara, me dediqué a ver el combate que sucedía en el momento, peleaba un hombre sumamente robusto, contra una mujer que al parecer poseía una akuma no mi de un tipo de gato. No le presté demasiada atención, por la simple razón que tenía que preparar mi mente para la batalla y no podía distraerme.

Llegué al torneo. Al parecer sólo había una vacante libre, así que la acepté. Sería el último en pelear... Con el dinero del primer premio podría al fin tener un barco y empezar a reclutar mi tripulación. Estaba observando la primera batalla. Una chica acababa de darle un zarpazo a un tipo que ahora estaba volando por los aires entre millones de pequeñas gotas de sangre. "Va a ser interesante" dije para mí mismo. Entonces, noté cómo alguien me miraba... Me giré y vi a un tipo que tan solo observaba la batalla como los demás, aunque sabía que tenía algo especial... ¿Sería un participante? Algo me decía que no sería la última vez que lo viera.

"PRIMER COMBATE FINALIZADO, APLAUSOS PARA LA GANADORA!!"

El adversario se la chica gata había quedado destrozado. Ella tenía una velocidad y una agilidad increíbles. Debía andarme con cuidado... Después de un par de combates, el tipo que había visto en la grada apareció en la arena. "Lo sabía" pensé. Simplemente estaba ahí parado, mientras un tipo con cara de enfermo salía frente a él.

"Veamos si me he equivocado..." Me dije, y, como si me hubiera escuchado, el tipo me miró y comenzó su pelea con su adversario.

Al termino de unos cuantos combates interesantes en la arena, supe que era mi turno de adentrarme en la parte baja del coliseo. Luego de pasar por unos pasillos internos de la estructura, me indicaron que avanzara por la puerta de salida a la arena. 

Finalmente pasé por esa puerta que daba entrada al gigantesco campo de batalla, allí pude ver como desde la puerta que se encontraba al otro lado del campo salía un hombre extraño. Este tenía un aspecto enfermizo, decaído, me sonaba de algún lado... ¡Claro! era "Drako", un hombre vagabundo que poseía una increíble habilidad con la espada. Según había escuchado, su estilo consistía en moverse como un borracho a altas velocidades para sorprender a su oponente.

Tenía la ventaja, ya que sabía perfectamente como luchaba y él no sabía nada de mí. Al avanzar por la arena, quedé a solo unos 3 metros de distancia con mi rival. La batalla comenzó por mi parte, rápidamente desenvainé mi espada, corriendo desaforidamente hacia él, cuando estaba a menos de un metro, pegué un salto que me permitió posicionarme en su retaguardia, obviamente él no se quedó quieto, dándose vuelta sacó sus 2 espadas y comenzó a avanzar hacia mí. Mi plan se cumplió a la perfección, lo distraje haciendo ese movimiento y lo hice pensar que tenía la ventaja, hasta que cuando menos se lo esperaba grité:"¡Shinohari!", fue en ese momento en el cuál el hombre bajó su guardia pensando que tenía la ventaja al estar a un metro de mí, pero mi ataque penetró su pecho y su hombro como si fuera una aguja atravesando un trozo de tela. Cuando cayó al suelo, pegué otra salto, pero este mucho más rápido que el anterior, cayendo así sobre el batido. Al caer, puse mi espada al ras de su cuello, demostrando que yo era el ganador del encuentro.

Pocos segundos después, la campana sonó y me proclame como el ganador del quinto encuentro. Luego de que unos médicos lo retiraran, me dirigí a la puerta por la que había ingresado a la planicie, saliendo de esta y dirigiéndome nuevamente hacia las gradas de la estructura.

"Lo suponía" Pensé. Aún con la boca abierta por la habilidad de ese hombre, llegó el momento. Mi nombre se oyó por todo el lugar, así que salté directamente desde las gradas con la capucha puesta. No usaría la espada en ese combate.

El portón del coliseo se abrió, y apareció un hombre de aspecto fiero. Se plantó delante de mi y vino corriendo. "Empieza la batalla!" se oía. Entonces el sacó una espada. Salté hacia el poniendo la mano en su cabeza y saltando por encima con toda la velocidad que pude. Se giró con la espada por delante, pero yo ya no estaba ahí... Así que, agachado desde el suelo, golpeé la mano que sostenía su espada, dejándola caer. Lancé una patada hacia su cara que impactó (sin yo pretenderlo) en su cuello. El hombre convulsionaba y parecía derrotado. Los abucheos se hicieron perceptibles en todo el lugar. Cogí a aquel tipo en brazos y lo llevé corriendo a enfermería, ya como vencedor. Una vez hecho eso, exploré la zona para intentar averiguar dónde se encontraba el dinero del premio. Había una sala oscura con enormes barras de hierro que la hacían, al parecer, impenetrable. Me quité la capucha y saqué mi espada, hice un corte rápido que, sorpendentemente, no pudo ni tan siquiera dañar los barrotes. "Mierda..." Entonces, oí unos pasos detrás de mi. Me puse de nuevo la capucha y me oculté lo mejor posible entre las sombras que salían de aquel habitáculo impenetrable...

Los demás encuentros ya habían terminado, por lo que no faltaría mucho para que mi presencia en la arena se hiciera necesaria, pero como aún mi turno no llegaba, decidí adentrarme entre los pasillos internos del coliseo en busca de algo que terminara con mi aburrimiento. Mientras caminaba por los pasillos húmedos y oscuros del recientemente construido coliseo, pude notar como alguna persona intentaba adentrarse en la zona del palco principal. Supuse que éste no estaba seguro de donde quería adentrarse, pero por suerte para él, no logró romper los barrotes de ingreso. 

Por simple curiosidad, me acerqué al lugar donde el desconocido se escondió, y detrás de unas cajas, pude ver una persona con una capucha que lo cubría totalmente. Ya que no parecía peligroso, simplemente le dije:"Ten cuidado de donde decides husmear, si hubieras intentado entrar allí, ya estarías muerto".

Cuando dije esas palabras, pude sentir a lo lejos que el actual encuentro ya había terminado y que nuevamente era mi turno de luchar. Por esa razón, decidí alejarme del encapuchado para dirigirme donde me encontraría contra mi futuro oponente.

Al entrar otra vez a la arena, pude ver como largos charcos de sangre estaban esparcidos sobre el suelo por el combate pasado. Mientras veía salir a mi adversario, pensaba quién había sido capaz de causar tanto dolor a un hombre sin ser expulsado. Dejando de lado ese detalle, pude ver como mi contrincante era un hombre bastante delgado, que poseía dos hachas cortas en sus manos. Supuse que este hombre sería mejor que el que había derrotado antes, por lo que empecé la batalla con todo. Apenas saqué mi espada, pronuncié las palabras:"¡Shinohari!", en ese momento el típico disparo de aire salió de mi espada en dirección a mi enemigo. No pude ver exactamente como, pero lo esquivó sin problemas, mi ataque pasó a un lado del hombre, impactando directamente contra una pared del coliseo, haciendo que en ésta quedara un gran agujero. 

Antes de poder reaccionar, pude ver de reojo, como mi contrincante avanzaba a un lado de mi cuerpo, corriendo a altas velocidades. En un momento se detuvo, pero al parecer le faltaba una de sus armas. Curiosamente cuando me di cuenta de esto, sentí en mi estomago un gran ardor y un frío que congelaba mi cuerpo. Cuando bajé la mirada, pude ver como una de sus hachas estaba enterrada en un costado de mi torso. La herida no era profunda, pero no era agradable la sensación. Gracias a lo sucedido, me di cuenta de que debía ganar ya la batalla o de lo contrario no lograría ganarla.

Por esa razón tuve que poner a prueba mi nueva técnica, me coloqué en cuclillas, y antes de que mi adversario se diera cuenta de que iba a hacer, corrí en dirección hacia él, ignorando por completo mi herida. Cuando estaba a unos pocos metros de mi enemigo, dije las palabras:"¡Inazuma Ball!". Antes de que se diera cuenta, mi adversario estaba caído en el suelo, entre medio del suelo y mi esfera de rayos. Cuando mi técnica acabó, solo estaba yo en pie. Mi contrincante estaba desmayado en la arena, con una quemadura en su estómago. Pidiendo un médico para ambos, me retiré lentamente de la arena, esperando que alguien me ayudara con mi herida.

Le miré fijamente a los ojos. Era ese tipo... Ahora que sabía que era un participante, tenía claro mi objetivo. Le derrotaría en la final. Pero aún me quedaban dos combates. Así que debía poner en marcha otro plan si quería que me diera tiempo a llevarme el premio completo. Yo no pude romper los barrotes, pero de entre todos esos talentosos hombres, alguien tendría que poder, y yo sabía que ese tipo era el indicado. Fui al palco de los comentaristas, que estaban a punto de anunciar el siguiente combate. Puse mi espada en el cuello del que tenía el megáfono, y dije "Haz que la semifinal se dispute en un todos contra todos. Cuatro hombres en la arena, o no sales vivo." Así ganaría tiempo. Como era de esperar, a los cinco minutos ya estaba anunciando la batalla que me tocaba antes del combate de los cuatro mejores. Tenía que conseguir quedarme solo con ese hombre.

Ahora, había un siguiente paso... Debía estudiar a los rivales si quería que alguien accediera a hacer una banda conmigo. Sin duda el primer candidato era el hombre de las gradas, aunque había muchos otros sin duda interesantes.

Entonces vi a un tipo que al parecer tenía una akuma no mi que le permitía controlar el aire, o mover cosas con la mente, no se exactamente. Tan solo vi a su rival estrellarse contra uno de los muros del coliseo. No era una mala opción, y si quedaba el segundo podría robar su premio. Tenía que conseguir que el hombre de las gradas, ese tipo, y yo, fuéramos los tres finalistas. Cueste lo que cueste.

"Empieza la batalla!"

Salto al campo de batalla, donde veo a un tipo con los ojos completamente salidos, delgaducho y de apariencia débil que llevaba dos cuchillos de cocina en las manos.

"Acabaré rápido" dije mientras empezaba mi carrera hacia él. No se movía, sólo me seguía con la mirada sin mover la cabeza. Me aproximé a él y, cuando sólo me quedaba un metro, desapareció. Fui a darme la vuelta, pero su cuchillo ya viajaba a mucha velocidad hacia mi, no me quedaba más remedio... Debía esforzarme.

Esquivé su cuchillo y lo golpeé con un gancho que casi le tira hacia atrás, acompañado de una patada en el estómago que debía hacer que fuera directo al muro, aunque no fue así, ya que cuando fui a golpearle, se había desmayado. "Demasiado fácil..."

Volví a esperar a que mi plan siguiera su curso. Ahora tendrían que venir las semifinales de todos contra todos, si no, sería difícil llevarme el premio.

Al parecer sin darle tiempo a mi herida para curarse, el oficial que dirigía el concurso, anunció un cambio de planes en los combates, dijo que los cuatro mejores tenían que luchar todos contra todos y según quienes caigan primero, se definirían los ganadores. "Debía ganar ese torneo" dije para mis adentros, pero sin duda no estaba en muy buenas condiciones para luchar, pero al ver mi situación decidí que lo mejor que podía hacer era mantenerme al margen de las peleas, o ganarlas tan rápido que no les diera tiempo a ver mi tajo a un costado del cuerpo. Por suerte los médicos habían hecho un buen trabajo y mi herida estaba mejor, pero aún seguía abierta por dentro y sangraba un poco, por lo que la batalla no tenía que demorar mucho o perdería. 

Al salir por la puerta de entrada a la arena nuevamente, pude sentir a la gente gritando los cuatro nombres que se enfrentarían en el encuentro. Supuesta mente se inclinaban a un hombre con una apariencia extraña, anteriormente lo había visto lanzar personas por los aires, pero no sabía que poderes ocultaba. La batalla comenzó con la aprobación del comentarista, y corrí directo al hombre más abucheado. Era un señor pasado en años que era sumamente robusto y grande, pero supuse que no sería muy rápido, por lo que mis ataques lo destrozarían. 

Sin mirar atrás, pensaba que este combate debía acabar rápido o mi herida me daría problemas, por lo que al posicionarme a unos 3 metros de mi enemigo, dije en voz alta:"¡Shinohari!", como suponía el gigantesco hombre no aguantó mis ataques, pero me sorprendió que cayera después de que hiciera 5 agujeros en su cuerpo y no con menos, era un hombre respetable, pero conmigo la batalla era diferente. 

Dándome vuelta sobre mi eje, observé a mis alrededores para confirmar que ningún otro participante me siguiera y miré hacía donde se encontraban para contemplar el resto de la batalla y ver donde aprovechar mi oportunidad en la ofensiva.

Todo seguía de acuerdo al plan. Ahora llegaba el momento crítico. Estábamos los tres solos... Debía elegir un objetivo. Por una parte ese tipo de las gradas era muy fuerte, había abajo con un viejo enorme en apenas unos segundos, pero había algo peor... No sabía de dónde provenía el poder del otro participante, y si era de tipo logia, estaría muerto, por lo que decidí ocasionar una pelea conjunta. Voy a máxima velocidad hacia el tío rarito de los poderes y le lanzo una patada que sin problemas detiene y comienza a seguirme. Después, me sitúo a un metro de ti con él detrás y salto por encima de tu cabeza, dándote una suave patada que te pone al frente de mi perseguidor. "Bien... Ahora es el momento de ponerse serios."

"Tu! El de antes! No sé de donde proviene el poder de ese tipo, pero entre los dos podemos matarlo rápido. Después, será una batalla entre nosotros dos, el que pierda, se une a la banda del otro. Qué te parece!?"

Todo estaba listo. Realmente pensaba que podría cumplir el plan, aunque no imaginaba la fuerza del hombre al que acababa de burlar con un salto. Más tarde me arrepentiría de eso.

Al parecer uno de los hombres me propuso un extraño trato... me dijo que no conocía los poderes del otro contrincante pero que combinando nuestros poderes podríamos derrotarlos, y además me dijo que el que ganara del combate se uniría a la banda del otro. No me parecía algo real, ya que yo tenía mi banda y no pensaba separarme de ella, pero la verdad era que no me sentía seguro de enfrentarme en mi condición al otro contrincante, por lo que prácticamente sin pensarlo dije:"¡Si... acepto!".

Apenas dije esas palabras, pude sentir como poco a poco mi herida comenzaba a abrirse, manchando mi ropa de un color rojo oscuro. Estaba seguro de que si no terminaba el encuentro rápido, no saldría de allí bien parado, por lo que avancé rápidamente hacia mi actual enemigo, con mi espada en mano dije en voz alta:"¡Inazuma Ball!". Con mi esfera de rayos en las manos, avancé hasta mi rival y cuando iba a impactar contra su barriga... salí volando por los aires, no comprendía su habilidad, tenía la capacidad de movilizar el aire... o era una logia... "no puede ser eso" dije para mis adentros, sabía que un usuario logia o de cualquier fruta, ya habría atacado con su habilidad. Comprendí parcialmente sus poderes, al parecer él poseía haki de observación, y alguna técnica suya, le permitía repeler rápidamente a las personas usando sus piernas, por esa razón se nos adelantaba a nuestros movimientos y nosotros veíamos que no se movía y nos repelía, pero en realidad simplemente se movía rápido, adelantándose a nuestros movimientos. 


Ahora comprendía su técnica, pero... ¿como podría contrarrestarla antes de que mi herida se abriera por completo? 


Según la situación debía de hacer algún tipo de ataque conjunto con mi compañero para que a pesar de que viera nuestros ataques con su haki, no tuviera la capacidad de esquivarlos. Por eso le dije a mi aliado:"Intenta distraerlo... ¡se que hacer!". Mientras esperaba que mi compañero se moviera, corrí hacia un lado, intentando rodear a mi rival, pero tomando bastante distancia del mismo. Necesitaba encontrar el momento perfecto para lanzar mi ataque final, pero... ¿como?... y... ¿cuando?. Eso lo tendría que averiguar sobre la marcha, como mi difunto padre decía:"El que no arriesga, no gana".

"Bien, lo haré!" le dije. Quería reservar mi espada para el combate contra mi actual compañero, pero si quería llegar más o menos fresco, esto debía acabar ya. Así que lancé mi túnica a un lado, dejando ver mi rostro y cuerpo. "Se te ha acabado el juego, amigo" le dije al extraño tipo mientras sacaba mi katana. Entonces comencé a correr a todo lo que daban mis piernas hacia el tipo, lanzando uno de mis ataque más potentes con mi espada.

Me sorprendí al ver que nada le pasó. "Eres un tipo curioso, pero esto se ha acabado ya." Ya solo faltaba que el otro acabara con él de alguna forma. "Veamos qué tiene..." dije para mi mismo.

Al parecer mi compañero hizo exactamente lo que le había pedido, distrajo a nuestro enemigo en común. Su ataque no logró darle, pero quedó con la guardia baja luego de bloquear el ataque de mi aliado. 

No dudé ni un segundo en aprovechar la oportunidad, por lo que antes de que se diera cuenta dije:"Inazuma Ball". Pero esta vez esta técnica la aumenté de nivel, haciendo que se moviera en trayectoria recta hacia mi enemigo. Por suerte a pesar de que logró ver mi ataque, no pudo moverse por la rapidez de mi ataque y la distracción de mi compañero. Mi ataque le dio de lleno en el pecho, haciéndolo volar, e impactar contra una de las paredes internas del coliseo. "Un hombre menos" pensé para mis adentros, pero aún quedaba uno que no parecía ser demasiado débil, y mi herida se abría cada vez más. 

Por esa razón, en el preciso instante donde lancé al ya derrotado hombre, corrí en dirección a mi nuevo rival con mi espada en la mano. Al quedarme a unos 5 metros, grité nuevamente:"¡Shinohari!". Mientras esperaba que mi ataque hiciera efecto, presioné con fuerza mi herida intentando que saliera la menor cantidad de sangre posible.

"Vaya... Qué rápido eres..." Mi nuevo y último rival estaba a 5 metros, a punto de realizar su ataque, así que decidí intentar ganarle en velocidad, aunque visto lo visto no podría hacerlo. Salté para intentar evitar el ataque, aunque me cortó un poco la pierna, dejando una herida desagradable. "Mierda..." dije para mí. Entonces tendré que pillarle por sorpresa. Lanzo mi espada justo delante de él y caigo al lado. Con el máximo de mi velocidad (afectada por la herida) me sitúo en su retaguardia intentando darle una patada.

Había tenido problemas para hacerlo, pero lo logró, esquivó mi ataque como si se tratase de una bala de goma, pero por quedó con una pequeña herida en la pierna que igualaba la situación entre nosotros. A pesar de mi avance, vi como me lanzaba rápidamente su espada hacia mi con intención de enterrarmela en el pecho. Además pude ver como me rodeaba para atacarme por la espada. 

Por esto no tuve opción... tuve que tomar medidas desesperadas, en cuanto a la espada, tomé la mía con la mano derecha, y logré desviar el ataque, haciendo que el daño de ataque fuera mínimo. La espada logró cortarme un poco en la zona del hombro, pero nada de que preocuparme. Pero... aún lo tenía a él avanzando por mi retaguardia, así que tuve que poner a prueba mi nueva técnica. 

Aproveché su lentitud por lo sucedido en la pierna, para retroceder un par de pasos y cuando ya me encontraba a unos 3 metros de distancia, lancé mi espada a un lado, para realizar la técnica que terminaría el encuentro. Posicionando mis manos en una pose de "rezar" pero con los dedos entrelazados, dije con una voz alta y segura:"¡Rino Tank!". En ese momento un rinoceronte de color verde nació frente a mí, y como era común en la técnica, avanzó hacia adelante a una gran velocidad. Era muy difícil que lograra esquivar mi ataque gracias a la cercanía que había entre nosotros y a la velocidad y potencia de mi rinoceronte. Mientras esperaba el resultado de mi ataque, di un par de pasos para atrás, tomando nuevamente mi espada por si lograba safarse, para dar el golpe final y terminar con el encuentro.

"Qué coñ..." No tenía tiempo. Tenía que salir de ahí, pero, a dónde? No había tiempo. El gigantesco y veloz monstruo estaba ya encima de mi, había perdido el encuentro.

Salí disparado contra una pared del coliseo en la que quedé incrustado. Perdí el conocimiento.

Mi ataque había impactado en el sujeto, que había salido disparado hacía una de las paredes del coliseo. Sin demorar más tiempo, llamé a los médicos para que lo atendiesen y me dirigí nuevamente a los pasillos del lugar. No pasaron ni 5 minutos antes de que me informaran que lo habían atendido y que estaría recuperado en pocos minutos. 

Este hombre me había caído bien, era imprudente, pero a su vez era extraño y poderoso, eso hizo que se me pasara por la cabeza invitarlo a la banda, pero... ¿sería capaz de encajar? Debía aceptar y luego tendría que presentárselos a mis nakamas. ¿Valdría la pena?

Antes de poder contestarme las preguntas que mi cabeza me hacía, se anunciaron formalmente los puestos del torneo. Al salir nuevamente a la arena, el presentador fue personalmente a darme el premio de la competición y a felicitarme. Al parecer ahora tenía los 20 millones que deseaba, pero me había surgido un dilema más grande... si realmente debía invitar a aquel hombre a la banda.

Llegué cojeando a la arena, donde debía recoger el premio. Allí estaba ese tipo, le había prometido entrar a la banda... Me aproximé por la espalda y dije "¿Finalmente me quieres en tu banda? ¿O debo pasar alguna prueba o un bautismo? Puedo darte mi premio si quieres."

Después de esto, me senté en el suelo, ya que aún me dolía todo del combate.

Mi mente daba mil y una vueltas, no estaba seguro si realmente debía depositar mi confianza en un hombre como él, para invitarlo a la banda. Había tantos factores... no lo conocía casi nada, no sabía si a mis nakamas les iba a caer bien, etc. Pero finalmente di con una solución siempre y cuando él aceptase, quedaría en etapa de prueba como un "prospect", y si creíamos que debía quedarse en la banda, lo ingresaríamos como un nakama más.

Luego de recibir mi premio, pude ver como le daban también a él, el de segundo lugar, y al acercarse rengueando a mí, me dijo si realmente me gustaba la idea de que se uniera a mi banda. Ante esa pregunta le dije:"Claro que me gustaría que te unieras a la banda, pero creo que antes de ingresar como un miembro oficial deberías quedar en una etapa de prueba como un novato para luego de que nos acostumbremos a tu forma de ver las cosas, puedas ingresar o no a la banda". Esperando que no tuviera ningún tipo de problema en aceptar, tomé mi premio, haciéndole señas para que me siguiera, para dirigirnos al barco donde mi tripulación esperaba que volviese.

Iba siguiendo los pasos del que (al menos de momento) era mi nuevo capitán. Hasta que un barco bastante grande apareció ante mis ojos. Enseguida me enamoré de el. "Bueno... Quizá no sea tan malo eso de unirse a esta tripulación" dije para mí. Cojeando, subí al barco y me instalé. "Espero que esto me sirva para hacerme más fuerte..."

Finalmente me tumbé sobre el colchón para tratar de descansar y sanar mis heridas.