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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Dom 7 Feb 2016 - 4:29}

La lluvia caía con fuerza en aquella isla. Madara se hallaba dentro de la enorme cueva, aquella era la base de Kyofu. En la cavidad principal había una enorme estatua demoníaca, el resto de túneles guiaban a zonas con colchones. Era algo cutre pero el mejor sitio para los mercenarios del terror. El clima estaba muy violento ese día pues los rayos caían sin cesar. La pregunta a todo era ¿Qué iba a pasar allí? El Uchiha estaba allí para enseñar el haki armadura a uno o varios de sus hombres. Tan solo quedaba esperar a que llegaran o si era uno solo, que este apareciese de una vez.

El moreno estaba en lo alto de la cabeza de la estatua demoníaca. No llevaba la camiseta, dejando ver un cuerpo musculoso y bien trabajado. Su melena estaba seca y eso era señal de que no había salido al exterior. Sus rojizos ojos brillaban en la oscuridad, se veía lo justo para no chocarse la verdad. Portaba un pantalón largo y negro. En sus pies unas sandalias de madera y a su lado una guadaña rojiza y marrón. En la mano derecha tenía lo que parecía ser una botella de color verde. Se trataba de ron y del bueno. Pegó un trago calentando la garganta para después sonreír de lado y relamerse.

El dragón estaba allí para enseñar a los suyos y no para otra cosa. Quizás no iban a lograrlo pero por probar no iba a pasar nada. Esperaba que no se quejaran e hicieran todo lo que el mercenario líder les iba a pedir. Tenía preparado un buen entrenamiento dónde lo más importante iba a ser la resistencia física y el dolor. Los golpes que les iba a dar seguramente reventarían sus cuerpos y dejaría agotadas sus mentes. Sabía atacar de forma que dejara a la gente sin ganas de pelear pues daba a entender desde el principio que no iban a derrotarle. De todas formas quizás debía saltarse aquella parte a decir verdad. – Joder espero que no tarden o tarde demasiado. – Dijo dándole otro trago a su bebida para después suspirar y pegar su espalda a la pared.

Recientemente había sido traicionado por su hermano y aún no había dicho nada a sus hombres ni pensaba hacerlo por el momento. Quizás les diría alguna excusa como que el enmascarado estaba de malas últimamente y que no se acercasen a él para nada. De repente su olfato le avisó de que no iba a tener que esperar mucho más y aquello le hizo sonreír de lado para después relamerse. Dejó la botella a su lado y ahora cogió un paquete que también guardaba allí arriba. De este sacó una golosina en forma de nube y abrió la boca comiéndose una. Disfrutó un poco de su sabor mientras cerraba los ojos para después tragarla y soltar una pequeña risa. – ¡Hahahaha! Estas cabronas están deliciosas. Quizás debería comprarme más de una la próxima vez. Espero que en el pueblo las vendan. – Dijo ahora algo preocupado esperando que así fuera. Aquello seguramente les llevaba unos meses y no pensaba dejar de probar aquellas deliciosas chuches que había descubierto. Encima eran bastante baratas, la verdad es que Madara últimamente era más tacaño con el dinero. Su último regalo fueron unos diez millones que dio a Ragerok para que este se los gastase en sus cosas. Encima la jodida piruleta le había costado treinta jodidos berries.
Nokotori Kurodoku
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Mar 9 Feb 2016 - 0:29}

La lluvia caía a cántaros y el espadachín estaba bastante empapado por el agua. Madara lo citó en la base de Kyoufu no Yohei para tratar unos asuntos. Al parecer lo iba a entrenar él personalmente. Algo que le resultó bastante raro puesto que le dijo que iba a entrenar con Jin pero después de la trifulca que tuvieron con éste.

La base estaba jodidamente lejos y apartada justo como debería estar una base, pero al haber estado sólo dos veces el moreno se había perdido. La lluvia dificultaba la visión y esto hacia que encontrarla fuese algo difícil. No sabía qué tipo de entrenamiento lo iba a someter Madara y también desconocía si iba a estar solo o acompañado. El caso es que esperaba que mereciese la pena todo el esfuerzo que iba a emplear en este entrenamiento. El espadachín había ganado ya bastante destreza peleando desde que se encontró con Madara por primera vez y pretendía demostrarle de qué era capaz.

Más temprano que tarde pudo divisar por fin el camino que llevaba a la cueva que era la base de la banda de mercenarios. Se dirigió a duras penas y pudo entrar. Se sacudió e intentó limpiar el barro que tenía en su túnica y zapatillas. Se secó el pelo como pudo y esto hizo que se le quedara algo despeinado. Una vez que se recompuso del todo se dirigió a la zona donde su líder le había indicado anteriormente y miró detenidamente la sala buscándolo.

Por fin pudo encontrar la figura de su líder la cual se hallaba encima de la gran figura que se encontraba en la sala. Pudo escuchar también como hablaba solo sobre unas golosinas o algo así.

-¡Eh! Madara ya estoy aquí. ¿Qué es lo que vamos a hacer?

El espadachín dio un par de voces para que su líder se diese cuenta de que estaba ahí aunque era muy probable que ya lo supiese. Nokotori se quedó mirando a Madara fijamente esperando.
-¿Va a venir alguien más?
Qui Gon Blackheart
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Mar 9 Feb 2016 - 18:21}

La lluvia caía por el pelo del luchador, pero apenas la notaba, su mente solo esta fija en un pensamiento. Iba a entrenar con Madara. Eso significaba dar un paso más en hacerse más fuerte. Sus ganas de trabajar eran increíbles y apenas podía contener las ganas de empezar de inmediato hasta que no pudo aguantar más y corrió por toda la isla con una sonrisa en la cara. Pero debido a tanta emoción se perdió y tuvo que volver a encontrar el camino que llevaba al escondite de la banda. “Al menos el escondite está bien hecho, ni siquiera puedo encontrarlo con las indicaciones” pensó el luchador.

Llegó a las puertas del escondite, se quitó la camiseta y la estrujó, se sacudió como si de un perro se tratase salpicandolo todo y se volvió a poner la camiseta. Dentro pudo ver a Nokoyuri y Madara ya dentro.

- ¡EY! ¿Qué tal gente? ¿Cuándo empezamos?

Qui Gon se colocó junto a Nokoyuri y le entregó un pequeño pastel de arroz que compró antes de llegar, cogió unas delicias de coco y las lanzó hacia Madara, sacó un sándwich de salmón ahumado con queso y se dispuso a comer.

- Hay que empezar con algo para llenar el estómago, ¿no creéis?

Qui Gon se comió el sándwich de dos bocados y aguardó a oír las indicaciones de su líder.


Última edición por Qui Gon Blackheart el Mar 9 Feb 2016 - 21:11, editado 1 vez
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Mar 9 Feb 2016 - 18:52}

Una sonrisa sádica se formó en el rostro del dragón cuando notó aquellas dos presencias acercarse. La primera pertenecía al espadachín mientras que la segunda era del luchador. No pasaron unos segundos hasta que tal como había predicho llegó el moreno. Sus palabras arrancaron una carcajada de la boca del lagarto. En pocos segundos iba a averiguar la respuesta por sí mismo. Sin embargo por ahora iba a bajar lo más rápido posible. Se puso en pie y tomó la guadaña con su mano derecha. Imbuyó sus piernas en haki armadura y saltó desde lo alto de la estatua hasta caer al suelo. Sacudió un poco el suelo y lo agrietó debido al impacto. Después se acordó que aquello era una cueva y una gotita de sudor le cayó por la cabeza a modo de escena cómica. Ahora se quedó mirando a Nokotori con los brazos cruzados para después olfatear un poco y notar que el otro ya había llegado.

En aquel momento entró el castaño por la entrada. El Shichibukai ya esperaba que con su mera presencia estuviese contestada la pregunta del espadachín. Además el capullo traía comida, aquello ya era un punto a su favor. Ahora a él la lanzó unas delicias de coco, las cuales se comió al momento abriendo la boca todo lo posible. Estaba cogiendo el mal hábito de alimentarse como un jodido cocodrilo. Ya solo le faltaba ponerse a girar sobre sí mismo mientras masticaba algo, por suerte aquello no iba a pasar. Ahora que ambos estaban allí no pudo evitar alzar una ceja y comenzar a hablarles ya con un tono de confianza y tranquilidad. – Estoy enterado de lo pasado con el enfermo de mi hermano. No os acerquéis a él. Siento haberos mandado pero no sabía que se iba a poner tan loco. – Dicho aquello soltó un intenso suspiro para después mirarles.

Se acercó a unas rocas y sacó lo que parecían ser unos guanteletes y unas botas de acero. Estas tenían un peso enorme pero para el dragón eran como paquetes de nubes. Ahora las colocó en el suelo y mostró una expresión algo siniestra. – Poneos ambos guanteletes y botas. Después a correr, al menos veinte minutos y sin descanso. Pasado ese tiempo os quiero aquí de vuelta. – Una vez dijo aquello simplemente se sentó en el suelo. El peso total entre todo era de sesenta kilos. Quería empezar a joderles físicamente para que sus cuerpos se acostumbrasen al dolor y al cansancio.
Nokotori Kurodoku
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Mar 9 Feb 2016 - 21:12}

El espadachín vio como su líder bajaba de golpe y de un salto de la enorme estatua. Cuando cayó al suelo hizo que éste temblase por el impacto y algunas estalagmitas del techo de la cueva. Nokotori creía que alguna de ellas iba a caer pero no fue el caso. Más temprano que tarde su compañero luchador cruzaba la enorme puerta de la base mercenaria y éste saludo a los dos. El luchador mostraba bastante entusiasmo respecto al entrenamiento. Jhon se acercó al espadachín y le dio una especie de pastel de arroz. Se le abrieron los ojos como platos y se lo llevó rápidamente a la boca para degustar aquel preciado manjar.

-Grafiaf Jhon, hafia tiempo que no comía arroz.

El espadachín dio las gracias a su colega con la boca llena, estaba impaciente por comer arroz ya que hacía bastante tiempo que no lo hacía. Gracias a esto hizo que Nokotori tuviese algo más en estima al luchador. Después de éste pequeño bocado el moreno estaba ya con las pilas recargadas y dispuesto a entrenar de una vez por todas.

Madara sacó unos guantes y unas botas de lo que parecía ser de acero o algo metalizado. A simple vista no parecía que pesasen mucho ya que las sostenía sin ningún tipo de esfuerzo. Las colocó en el suelo y comentó que iban a tener que correr con esas cosas puestas. A Nokotori esto lo decepcionó un poquito, él esperaba acción desde el primer momento. No le desagradaba correr durante veinte minutos, además, era poco. Se acercó a las botas y guantes, agarró una bota e intentó alzarla como su líder había hecho previamente. No lo hizo con demasiado interés y no empleó demasiada fuerza en hacerlo pero gracias a esto no consiguió alzarlas y notó que el peso de éstas era mayor de lo que él creía.

Miró a las botas con desdén, suspiró y miró a Madara para luego volver la mirada hacia las botas y guantes.  Una vez más intentó levantar las botas y con más fuerza empleada lo consiguió. Se sacó las botas que llevaba puestas y se puso las que le había entregado Madara. Se puso de pie e intentó andar. Andaba con algo de dificultad pero poco después se acostumbró al peso extra que añadían. No obstante correr veinte minutos con eso puesto iba a ser un desafío algo duro. Ahora quedaban los guantes, se agachó para cogerlos de manera algo torpe gracias a las botas. Agarró uno y se lo puso sin problema. Como pensaba los guantes también iban a pesar una barbaridad. Miró como el guante que se había colocado el cual encajaba perfectamente con la forma de su mano, le gustaba como le quedaba pero quedaba otro más que debía ponerse. El movimiento con los guantes era bastante difícil y pronto se dio cuenta que colocarse el otro no iba a ser una tarea fácil. Sopesó varias opciones pero acabó decantándose por colocarse el guante desde el suelo para no tener que levantar el peso de ambos guantes en tensión para tener que ponérselo.

Ahora estaba con guantes y botas puestas. Se sentía raro ya que eran sesenta kilos más añadidos y no acostumbraba a ir con ese peso siempre. Anduvo un par de metros, alzó los brazos varias veces. Intentaba acostumbrarse lo máximo posible a los nuevos accesorios antes de emprender la carrera. El espadachín recordó el pequeño bocado de antes y volvió a la carga. Empezó a trotar torpemente hacia adelante y poco a poco su trote fue convirtiéndose en algo más fluido. Estaba acostumbrado ya al peso extra, al menos a la sensación que transmitía llevarlo. Otra cosa era correr durante ese tiempo y aguantar.
Qui Gon Blackheart
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Mar 9 Feb 2016 - 21:49}

Madara sacó unas botas y unos guantes y ordenó que se los pusieran para correr durante 20 minutos. Esto le pareció algo extraño a Qui Gon. “¿Unos simples guantes y unas botas?” pensó el luchador, pero luego pensó que quizás serían como las pesas que usaba en sus entrenamientos y deberían de pesar lo suyo aunque el Sichibukai lo sujetara como si nada.

Qui Gon se quitó las botas, y se puso las que le había dado Madara, estás pesaban muchísimo, más que las pesas que usaba para entrenar.

- Uff. Esto pesa lo suyo. Yo solía usar pesas de 10 kilos cada una en los pies, esto es como el doble.

Al luchador le costaba algo moverse con esas botas pero no era nada a lo que no pudiera acostumbrarse. Se acercó a los guantes y se los puso. Estos también eran mucho más pesados que las muñequeras de plomo que usaba para entrenar y le costaba un poco mantener los brazos en alto.

- Bueno… ¡A ENTRENAR!

La mirada de Qui Gon brillaba y empezó a correr todo lo que podía para calentar el cuerpo cuanto antes. Correr durante 20 minutos no iba a ser tarea fácil pero el luchador tenía tantas ganas que prácticamente había pasado esto por alto y corría sin pensar en las consecuencias que esto tendría después. Al cabo de 10 minutos Qui Gon disminuyó la marcha considerablemente. Ahora corría a trote y su camiseta estaba totalmente empapada. Las gotas de sudor caían por su frente y por su boca salía un leve jadeo.

- No debería haberme entusiasmado tanto, verás mañana las agujetas.

El castaño soltó una carcajada algo asfixiada y volvió a concentrarse en el entrenamiento, aún quedaba la mitad del tiempo y ya empezaba a cansarse un poco. No debió haber corrido tanto al principio aunque eso le sirvió para apenas sentir ya el peso extra.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Miér 10 Feb 2016 - 5:15}

Madara observaba como el hacían caso sus hombres. Se colocaron aquel equipo y comenzaron a correr. En cuanto salieron de la cueva el dragón se tiró al suelo suspirando y cogiendo la bolsa de nubes. Aquellos dos se iban a mojar mucho con la lluvia pero debían aprender a entrenar con cualquier clase de clima. Él mismo había tenido que pasar por muchas cosas hasta poder haber habido mejorar sus habilidades. Por el momento lo esperaría allí tumbado. Estiró la mano despacio y cogió otra nubecita. Se la metió en la boca y empezó a comérsela felizmente. El sabor inundó su paladar de forma impresionante. Realmente estaba deliciosa. Un escalofrío le recorrió de repente la espalda. En Galuna había un pueblo. Nokotori se cargaba gente. Enlazó aquellas dos verdades y el resultado fue desastroso. Una gota de sudor el cayó por la cabeza y decidió ponerse en pie. – Cualquiera lo deja solo. – Dijo mientras se dirigía a la salida de la cueva.

Una vez allí pudo ver como el agua caía de forma exagerada y aquello le hizo alzar una ceja mientras suspiraba. Iba a tener que empaparse pero no le quedaba otra opción. Ahora cerró los ojos y empezó a rodearse de escamas totalmente negras. De su cabeza surgieron dos cuernos. Su morro se alargó y sus dientes se afilaron. De la parte baja de su espalda salió una cola larga y afilada y por último unas alas impresionantes. Su cuerpo creció hasta los cuatro metros y su musculatura mejoró de forma exagerada. Ahora no tenía tiempo para estupideces y no pensaba seguirlos a pata. Empezó a volar lo más alto posible con su mantra activado para poder localizarlos. Una vez lo hizo bajó un poco pero no demasiado, quería controlarlos a ambos. Qui Gon llevaba una buena ventaja pero a los pocos minutos su ritmo bajó bastante. Ese capullo debió matarse de primeras y aquello provocó una sonrisa en el hombre dragón. Le estaba divirtiendo la situación.

Su mirada se centró en ambos y volaba despacio sobre sus cabezas. Pretendía que no le vieran pero el batir de sus alas hacía bastante ruido. De todas formas tras unos segundos él mismo decidió delatarse y alzó la voz con fuerza. – ¡Vamos perras! ¡Echadle huevos! ¡Nokotori te invitaré a más arroz! ¡Qui Gon a ti a todo el salmón que quieras durante veinte minutos! – Madara era inteligente. No dijo la cantidad del espadachín y al fornido le puso un límite de tiempo. No pensaba dejar que los dos le arruinaran la cartera. El agua continuaba cayendo con fuerza en aquella isla del Norte. Al mercenario le estaba empezando a dar pereza ir detrás pero no pensaba ponerse a correr como ellos. El vago supremo simplemente se cruzó de brazos tratando de entretenerse con la imaginación y para ello empezó a pensar en dulces mujeres en bikini. En sus deliciosos pensamientos se hallaba en una cama en mitad de una playa, rodeado de chicas abanicándole. Además en su mano llevaba un refresco de limón y en la otra un pinchito de carne. Salió de sus pensamientos cuando se comió un árbol y acabó en el suelo con la boca llena de hojas mientras levantaba su brazo con bastante dolor. – Vaya hostia… – Dijo percibiendo como las auras de aquellos dos se alejaban más.
Nokotori Kurodoku
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Miér 10 Feb 2016 - 18:00}

El espadachín corría sin descanso con aquellos pesados accesorios. La lluvia estaba poniéndolo de nuevo como vino, empapado. El barro dificultaba el correr bien y muchas veces Nokotori hacía el amago de caer. La suerte en parte estaba de su lado puesto que casi resbala ya un par de veces. Para rematar la cosa la lluvia hacía que no pudiese ver a más de 10 metros de donde estaba. Casi que corría a ciegas y además tenía que sortear obstáculos como piedras, tocones, árboles y algún que otro animalejo que se atrevía a cruzar por su camino. Si estuviese en condiciones normales probablemente se hubiese deshecho de muchos de estos obstáculos con sus dos katanas pero el peso añadido de los guantes más las espadas tendría que ser bestial. El moreno estaba sopesando la posibilidad de poder entrenar con esos guantes y sus espadas para fortalecer sus brazos.

El caer de la lluvia era para sus oídos algo ensordecedor y no podía fiarse demasiado de su sentido del oído. Nokotori era el primero que salió corriendo pero pronto vio como su compañero Jhon lo adelantaba corriendo como un maldito condenado. Al espadachín le hizo gracia la consecuencia que iba a tener esto puesto que no iba a mantener ese ritmo por siempre. Sabía que poco a poco iba a acabar adelantando al luchador, por suerte Nokotori era un hombre que destacaba en la resistencia.  

De repente además del sonido de la lluvia se escuchó un leve batido de alas que provenía de la espalda del espadachín. Debido a la estruendosa lluvia no le hizo demasiado caso al sonido del batir de las alas de su líder el cual los estaba observando desde los cielos. Pasaron pocos segundos cuando éste les gritó algo de que al espadachín le iba a invitar a arroz y a Jhon a salmón. Nokotori cuando escuchó aquellas palabras dio un pequeño respingo. Antes ya había comido algo de arroz gracias a su colega Jhon que le trajo un pequeño pastel pero para el espadachín nunca había suficiente arroz en la mesa. Al pensar en un buen arroz hecho y bien condimentado éste se encendió más y aumentó el ritmo de su carrera acortando distancia al luchador. El luchador no parecía ya tan animado puesto que estaba bajando el ritmo y parecía algo cansado. Nokotori lo estaba también pero no tanto debido a la estupidez cometida por Jhon.

Poco a poco el joven moreno fue adelantando al luchador tal como pensó. El camino era sinuoso y cada vez más se dificultaba la carrera. Ya llevaba corriendo alrededor de quince minutos y el cansancio estaba haciendo mella en el espadachín. No hacía más que repetir en su cabeza que ya quedaba poco y pensaba que se iba a atiborrar de su preciado manjar una vez terminase de correr. Tampoco sabía si iban a seguir entrenando de esa forma o iban a pasar a otro tipo de entrenamiento. El caso es que ya quedaba poco para terminar ese duro entrenamiento.

Mientras iba corriendo el espadachín vio una especie de cartel algo antiguo y también un poco destrozado. Ponía algo de un pueblo y la distancia al que se encontraba. No pudo distinguir si quedaba un kilómetro o cien metros.  Pensó en que cuando llegase al pueblo probablemente ya habría terminado la carrera y aprovecharía para descansar un poco y tal vez liarla. Por mucho que estuviese cansado, Nokotori jamás antepondría descansar a rechazar una pelea o crear alguna trifulca para divertirse un rato. Quería acción y estaba aburrido ya de tanto correr.
Pronto escuchó un golpe bastante estruendoso y un golpe en el suelo. Esto a Nokotori le importó poco puesto que ya estaba a punto de terminar esa pequeña carrera y estaba algo exhausto. Justo cuando terminó de correr siguió un poco más ya que pudo divisar a lo lejos el pueblo de la indicación de antes. Aminoró la marcha considerablemente y siguió andando dando zancadas para no parar bruscamente de correr hasta cruzar por fin la entrada del pueblo. Por suerte la lluvia ya no caía tan fuerte como antes. Vio una pequeña tienda con un toldo y se acercó para resguardarse de la lluvia y secarse un poco. El espadachín se dio cuenta que aquello no era una tienda y era una especie de restaurante de comida rápida o para llevar.

-Eh, tú. ¿Qué es lo que quieres? ¿Algo en especial?
-No, tranquilo. He venido para resguardarme un poco de la lluvia.
-Pues aquí no puedes hacer eso. Vete a otro lado que me espantas a la clientela
-¿Ah?

El espadachín que estaba de espaldas al dueño giró su cabeza mirando sobre su hombro con una mirada algo cabreada. Parecía un delincuente.
Qui Gon Blackheart
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Miér 10 Feb 2016 - 19:10}

La lluvia arreciaba, las gotas golpeaban la cara del luchador y este apenas podía ver por donde corría. Nokoyuri ya le estaba alcanzando, no debió haber cometido la estupidez de salir corriendo como alma que lleva el diablo. Pudo escuchar una especie de aleteo y vio como Madara les sobrevolaba. Les gritó algo de invitarlos a comer arroz y… ¡Salmón! Todo el salmón que Qui Gon quisiera durante 20 minutos. Los ojos de Qui Gon se abrieron como platos y su estómago rugió.

Qui Gon se motivó aún más y sintió que podía llegar hasta el final sin importar las consecuencias pero estaba tan embobado con la idea de comer salmón que no se dio cuenta de que una suave bajada se alzaba frente a él así que debido a las pesadas botas que llevaba y al barro acumulado por la lluvia tropezó y cayó al suelo llenándose completamente de barro. Al caer se llevó un golpe en el hombro derecho. Esto hizo que el luchador soltara un sonido de dolor. Aún no se había recuperado del todo de la lucha contra Jin y le dolía si recibía un fuerte impacto.

Se levantó y siguió corriendo, después escuchó un fuerte estruendo. “Seguro que se ha caído Nokoyuri” pensó mientras se reía, pero él no estaba en condiciones para reírse de nadie así que dejó de reír rápidamente y se concentró en correr. Pudo ver un cartel en el que aparecía el nombre de una ciudad y la distancia para llegar a esta. Qui Gon Pensó que al llegar a la ciudad ya habrían acabado los 20 minutos y la distancia no parecía muy exagerada así que en un arrebato de entusiasmo le dio un puñetazo al cartel cuando pasó junto a él y lo hizo trizas, se le había olvidado que tenía unos 30 kilos en el puño a parte de su fuerza. Al parecer el entrenamiento empezaba a dar sus frutos pero aún quedaba mucho tiempo por delante. El puño de Qui Gon le dolía e hizo una mueca de dolor. “No debí haber hecho eso, bravo Qui Gon, otra estupidez más, ¿Qué estás haciendo?”. Este se dio dos golpes con las palmas de las manos en las mejillas y se dio un último ánimo para llegar a la ciudad la cual ya podía divisarse la entrada. Pasó por la entrada y siguió corriendo recto para ver si encontraba a Nokoyuri. Pudo verle más adelante en un puesto de comida rápida resguardándose probablemente de la lluvia y para no extrañar estaba discutiendo con el tendero.

- ¡Eh! ¿Ya la estás liando otra vez Nokoyuri?

El luchador pudo escuchar como el tendero recriminaba que no podían quedarse ahí resguardándose de la lluvia y que se largaran de allí siendo bastante maleducado por su parte. Qui Gon estaba bastante cansado y que le dieran órdenes de mala manera un mindundi le enfadó un poco. Así que agarró al tendero por el cuello de la camisa y lo acercó a él.
¡Oye tú! ¡INÚTIL! Qué más te da que estemos aquí, solo será un momento, deja de joder o te las verás con mis puños.
Qui Gon soltó el cuello del tendero, parecía estar algo horrorizado por la actitud que Nokoyuri y Qui Gon habían mostrado hacia él. Qui Gon por su parte se fue a un extremo del establecimiento cerca del borde del toldo y se quedó mirando caer la lluvia. “¿Dónde coño estará Madara? Más le vale venir pronto o aquí se va a liar con tanto tonto de por medio.

- Te recomiendo tratar bien a mi compañero o sino lo pasarás realmente mal, mierda, que eres un mierda.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Miér 10 Feb 2016 - 20:08}

Madara terminó de escupir las hojas de su boca y ahora soltó un pequeño suspiro mientras la lluvia perdía potencia. Aquello le hizo alzar una ceja para después alzar la mano y sonreír de lado mientras lanzaba un cañonazo de ácido hacia el cielo. Cuando éste dejó de subir aquellas gotas trasparentes bajaron de nuevo. Empezaron a caer sobre el devastador pero al ser inmune le daba lo mismo. No pudo evitar soltar un suspiro dándose cuenta de que sus habilidades seguían siendo buenas. No podía dejar de usarlas o luego se olvidaría. Enseguida retomó el vuelo en su forma híbrida y comenzó a volar por las inmediaciones. Su haki detectó la presencia de aquellas dos junto a la de más. Sin embargo las otras eran tremendamente débiles al lado de las principales. Algo le dijo que se iba a liar y aumentó la velocidad todo lo posible para poder llegar a tiempo.

El enorme ser sobrevoló el pueblo hasta detectarlos en un pequeño puesto de comida. Bajó lo más rápido posible y aterrizó volviendo a la forma humana mientras una ligera sonrisa se mostraba en sus labios. Entró al interior a tiempo para ver como Qui Gon cogía del cuello de la camisa a aquel pobre hombre para después decirle algún que otro insulto. Las venas de la frente del dragón empezaron a marcarse del enfado. Era increíble ¿No les había dicho que se jugaba el puesto si la liaban? Golpear a un civil era agresión y eso era delito. No sabía los motivos pero si aquel tipo simplemente había sido borde estaba en su derecho al ser el negocio suyo. Si hubo violencia por parte del tendero entonces si lo veía normal. Ahora tosió un poco en voz alta para llamar la atención de todos. – Problemas ni uno. No sé lo qué ha pasado pero basta. – La presencia de Madara hizo al dueño del local tragar saliva algo asustado. Ya lo había visto entrenar en aquella isla bastante y sabía de su fama de Shichibukai destructor. – Uchiha-san usted perdone… – El enorme devastador ahora clavó su mirada en sus hombres. Habían llegado hasta allí corriendo y debían de estar agotados.

Una maliciosa sonrisa inundó ahora el rostro del mercenario. Sin apartar le vista de ellos señaló al exterior con su dedo índice mientras se relamía despacio. – ¡Cincuenta flexiones! ¡Nada de quitarse el peso! – El Uchiha no es que estuviese enfadado, si no sufrían no iban a lograr el preciado haki armadura. Una vez lo dijo se giró de nuevo mirando al tendero que una sonrisa diabólica y hablándole en un tono relajado. – No sé preocupe, caballero. Si no le importa póngame diez perritos calientes y una botella de sake. – Una vez dijo aquello aquel hombre asintió obediente y se fue a preparar todo. Madara por su parte sacó una banqueta a fuera del local. Se sentó en ella cruzado de brazos y con las piernas estiradas mientras ahora esperaba que sus compañeros comenzaran a mover el culo.

De repente un tipo salió del lugar y se sentó a su lado. Parecía un hombre de mediana edad. Sus cabellos eran plateados y su ojo derecho estaba tapado por un parche. Este simplemente miró al líder mercenario y le pasó un papel con toda la confianza del mundo. El Shichibukai alzó una ceja pues no conocía a aquel hombre. Miró el trozo de folio y simplemente empezó a leer tranquilamente. Al parecer es tipo le estaba contratando de forma disimulada. El encargo no era nada ilegal y por ello no le importó mostrarse abierto y amable con él. – El precio es totalmente razonable. Muy bien. Le prometo que estará hecho en menos de dos semanas. – Por suerte el lugar del encargo era la misma isla de Galuna. De modo que no iba a tener que paralizar el entrenamiento de sus dos compañeros. Pero ahora le apetecía hablar con aquel hombre.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Miér 10 Feb 2016 - 21:30}

Jhon intervino momentos antes de que el loco espadachín desenfundara sus espadas. Atacar a la mínima ocasión era algo que le caracterizaba ya que siempre estaba buscando bronca. De todos modos la mayoría de veces era sin intención alguna pero al espadachín le gustaba tergiversar las palabras de la pobre víctima. Cuando Jhon amenazó a aquel señor Nokotori estaba a punto de contestarle algo y así encontrar lo que buscaba de una vez por todas. Para su sorpresa y decepción Madara apareció cuando iba a contestar, advirtiendo a éstos que se dejasen de tonterías y problemas.

Nokotori se apoyó en la pared del pequeño “restaurante” y descansó unos momentos. Se vio interrumpido de nuevo por Madara el cual señaló fuera del toldo y ordenó a los dos realizar cincuenta flexiones. Primero correr y luego flexiones. El espadachín seguía preguntándose cuando demonios iban a, para lo que el entendía, entrenar. Había que hacer caso al Shichibukai ya que él en teoría sabía perfectamente como tendrían que entrenar para desarrollar lo que estaban buscando pero estaba siendo algo bastante aburrido. Por suerte la lluvia había dejado de caer completamente y al menos eso que se quitaba el espadachín.

Salió del toldo con tranquilidad dejando el puesto a su espalda, la verdad es que aún tenía las pulsaciones algo aceleradas. Las flexiones iban a resultar buenas y todo para descansar un poco en parado. Una vez salió observó el suelo y se colocó en una zona donde no había demasiados chinos ni piedras. Llevaba guantes si, pero aun así iba a resultar molestas las piedrecitas una vez que llevase tiempo realizando las flexiones. Se puso de rodillas en el suelo manchándoselas de barro aunque no le importó en lo absoluto. Colocó sus palmas en el suelo y dejó de apoyarse con sus rodillas. Poco a poco empezó a hacer las flexiones. Por suerte el peso no influía demasiado en sus manos aunque en sus piernas se notaba algo extraño. Esto hizo que las piernas al principio le temblasen un poco pero cuando se pudo acostumbrar éste temblor cesó.

Aún después de que la lluvia dejase de caer el tiempo no acompañaba y estaba nublado. Corría un frío viento. El espadachín obvió la temperatura puesto que todo este movimiento le estaba manteniendo en calor e incluso ya estaba sudando. Pensó que cuando terminase de hacer las flexiones se iba a quitar algo de ropa, además no era cómodo hacer ejercicio con la ropa empapada y con el frío que hacía la sensación térmica era menor.

Poco a poco el espadachín llegaba a las cincuenta flexiones sin demasiada dificultad. El peso apenas influía y lo único que lo estaba “matando” por así decirlo era el agotamiento físico de haber estado corriendo anteriormente. Iba ya por cuarenta y seis flexiones y la vista se le nubló por unos momentos haciendo que parase pero sin dejar la posición que tenía. Sacudió la cabeza para espabilarse y siguió. Los brazos le temblaban un poco. Su punto fuerte no era la fuerza aunque no carecía de ella era algo que debía entrenar más aún.

“Cincuenta” dijo Nokotori para sus adentros indicando que ya había realizado las flexiones encomendadas por su líder. Apoyó de nuevo sus rodillas en el suelo y estiró sus brazos los cuales se dejaron oír unos cuantos crujidos. Algo normal después de haber estado en la misma posición un determinado tiempo.

Reposó un poco en esa posición y se levantó. Estaba sudando y la ropa que llevaba también estaba empapada. Gracias al sudor ésta no se había secado nada. Cuando ya estaba erguido estiro un poco su espalda para acomodarse e intentó secarse el sudor con su mano dejándole el flequillo algo despeinado. Una vez hecho esto y bastante acalorado decidió quitarse la túnica que portaba y la chaqueta negra. Se quedó con un chaleco negro muy ajustado a su torso el cual desabrochó también y se echó la ropa sobre su hombro derecho.  Cuando su torso estaba completamente desnudo se le pudo apreciar una especie de marcas en sus brazos y pectorales. Eran cicatrices de cortes de batallas antiguas. No se veían feas de todos modos. Parecían estar en consonancia con su cuerpo y le hacían una especie de trazado. Lo que sea que había pasado Nokotori en el pasado era bastante jodido. Dejando de lado las cicatrices que tenía mostraba un torso definido y fuerte algo que no se apreciaba cuando estaba vestido ya que a simple vista parecía un chico bastante escuálido.  Caminó hacia el puesto de nuevo y colgó la ropa en el toldo a pesar de la negación del dueño y observó a Madara hablar con un tipo. Se acercó al Shichibukai.

-Madara acabo de terminar.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Jue 11 Feb 2016 - 0:32}

Madara entró para calmar los humos en el establecimiento. El tendero pareció haber visto un fantasma y acató las órdenes del Sichibukai como si se trataran de las palabras de un dios. Qui Gon llevaba poco tiempo descansando cuando volvieron a mandarles más trabajo. 50 flexiones debían realizar tanto Nokoyuri como él. Esto es algo que hizo resoplar al luchar. Estaba un poco harto de tanto ejercicio físico y tenía algo de ganas de entrar en acción.

Más pronto que tarde Nokoyuri se puso a hacer las flexiones, llenándose las rodillas de barro. El luchador no se iba a quedar atrás así que se dejó caer bruscamente clavándose algunas piedras en las manos. Esto hizo que le sangraron un poco. Se podía ver como guiñaba un ojo por el dolor con cada flexión. Los pies se le hundían un poco en el barro debido al peso y las piedras se le clavaban cada vez más y más. La verdad es que las flexiones no le costaban mucho porque el peso estaba totalmente en las manos y los pies, y estos estaban apoyados en el suelo por lo que no tenía que levantarlos. El fornido había estado entrenando tiempo atrás y ya estaba acostumbrado a hacer flexiones pero eso no quitaba que estaba haciéndolas después de haber corrido con un peso muy grande. Además, tenía heridas en las manos y el sudor se le colaba por estas haciendo que le escociesen. Cuando llegó a la mitad empezó a notar como sus brazos empezaban a fallarle. Sobre todo el derecho donde había recibido el golpe. Hizo acopio de toda su fuerza de voluntad y no dejó que eso le detuviese, empezó a realizar las flexiones cada vez más rápido, al parecer eso hacía que le costase menos pero el cansancio aumentaba cada vez más. Cuando le quedaban 5 flexiones el brazo derecho le falló y casi mete un bocazo contra el suelo. Logró parar a tiempo para evitar dejarse los dientes en las piedras. Resopló y en un último esfuerzo hizo las 5 que le quedaban.

Cuando acabó se dejó caer bocarriba, jadeando y con los brazos estirados. Las palmas de las manos estaban ensangrentadas y podían notarse como una especie de agujeritos por los que salía la sangre lentamente hasta que se cortó la hemorragia. El cuerpo de Qui Gon estaba totalmente empapado en sudor y por su boca salía algo de vaho. Estaba muy cansado y dolorido así que se quedó en esa posición durante bastante tiempo. Pudo ver como Nokoyuri se levantaba. Se había quitado bastantes capas de ropa y era la primera vez que lo veía así. En verdad Qui Gon pensaba que Nokoyuri era un hombre algo enclenque pero se equivocaba, estaba bien definido solo que debido a tanta capa de ropa apenas era posible discernir lo que era ropa de lo que era su cuerpo.

Madara estaba hablando con un hombre y sonreía mientras lo hacía. El luchador se fijó en su mirada. Ya había visto esa mirada antes, era la mirada que ponía cuando hablaban de ganar dinero. Bastante dinero. No pudo evitar pensar que probablemente sería un encargo y que formaría parte de su entrenamiento o eso esperaba. Una vez hubo descansado un poco más se levantó y se acercó al espadachín, al sichinbukai y a aquel hombre de pelo plateado que hablaba con Madara. No dijo nada y guardó silencio. Las heridas de las manos y el golpe en el hombro eran algo que ocupaba su mente ahora mismo y estaba tratando de mantener el pensamiento de dolor lejos de su mente para poder concentrarse en el entrenamiento.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Vie 12 Feb 2016 - 15:30}

Madara continuaba hablando algunos detalles del objetivo con aquel hombre. Su mirada estaba centrada en sus ojos. El devastador ciertamente parecía emocionado con lo que le estaban proponiendo. No tardó en coger su botella de sake y darle un largo trago. Notar el ardiente calor en su garganta le hizo relamerse despacio. A continuación cogió uno de aquellos deliciosos perritos y se lo comió de dos bocados. La carne estaba ardiendo y en su punto. Además llevaba alguna extraña salsa que le daba un toque perfecto. La comida de aquel establecimiento no podía ser normal. Seguramente iba a ir muchas más veces allí para comprar más de aquellas cosas. Seguramente junto a las nubes hacía combinaciones interesantes y descubría sabores totalmente nuevos. Lo malo era que el alcohol allí no pegaba ni con pintura y seguramente pediría otra cosa.

Se quedó mirando al hombre con calma para después esbozar una siniestra sonrisa al mismo tiempo que le dirigía la palabra. – No hay problema con el cabecilla. Simplemente tendré que esforzarme un uno por ciento más. Tenga por seguro que usted y su familia no volverán a ser molestados por esos gilipollas. – Una vez dijo aquello le estrechó la mano a aquel tipo que se levantó y se fue con una expresión de felicidad en el rostro. Madara se sentía bien ayudando a gente con problemas pero si debía matarla también no podía hacer nada. Era un mercenario de los pies a la cabeza y solo negaba trabajos si estos requerían joder a gente que apreciaba. Actualmente solo quería a sus tres soldados. Soltó un enorme suspiro y tras comerse un perrito más llamo al camarero. – ¡Una botella de alguna bebida con gas! ¡Con sabor limón! – A Madara le encantaban los sabores ácidos y eso saltaba a la vista.

Pudo ver como sus compañeros terminaban de realizar las flexiones y a juzgar por sus rostros estaban cansados. No pudo evitar comerse otros dos perritos a lo bestia empezando a masticar delante de ellos. Una vez los hubo tragado se puso en pie mirándolos. A continuación señaló los seis deliciosos “bocadillos” que quedaban junto a la botella de sake. – Muy bien chicos. Os habéis ganado un descanso. Comeos tres cada uno y prestad atención a lo que os voy a decir. – Empezó a caminar de un lado a otro con la botella en la mano. La abrió despacio escuchando como el gas salía de ella. Después le pegó un enorme trago sintiendo aquel delicioso sabor recorrer su garganta. Cerró los ojos suspirando y después volvió a clavar su mirada en ellos. Esperaba que le hicieran caso y no se saltaran nada.

De todas formas dejó de rayarse y empezó a hablarles. – Durante los próximos días vais a hacer la rutina de hoy. Además quiero que al menos os dediquéis dos horas a recibir golpes el uno del otro y a bloquearlos solo con el cuerpo. Mientras que Qui Gon lo hará con puños, Nokotori lo hará con la zona ancha de la hoja. En un tiempo os volveré a cambiar de ejercicio. – Una vez dijo aquello sonrió de lado para después empezar a caminar rumbo a la base. – Descansad un poco. – Dijo para que éstos se quedaran allí comiendo y no le siguieran pues él seguramente iba a dormir o algo por el estilo. Aunque antes pensaba dejar preparado su equipo especial para la nueva misión que le habían asignado en aquella isla. Una banda de mafiosos no era nada comparada con él y los reventaría a todos de la mejor forma posible.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Sáb 13 Feb 2016 - 1:34}

Por fin habían terminado los dos de hacer las flexiones y Jhon se acercó a Madara. El líder les dijo a éstos que podrían descansar. Al mismo tiempo Madara les dio tres perritos que había pedido a cada uno. Al espadachín no le hacía especialmente gracia esto puesto que el solia comer arroz casi siempre que podía y lo prefería siempre que pudiese pero no era el caso y estaba cansado. Se comería una vaca entera si hiciese falta, tenía un hambre atroz. El moreno se sentó en la mesa que estaba antes Madara y devoró un perrito casi al instante de sentarse. Pensaba que a pesar de no ser arroz estaba bastante bueno y le daría una oportunidad. Vio como el Shichibukai andaba de un lado para otro inmerso en sus pensamientos. Dios sabrá que estaba pensando aquel hombre, de seguro que en miles de tortuosos y duros entrenamientos para aquellos dos.

Madara explico detenidamente el plan de entrenamiento que tenía pensado para seguir. El espadachín al escuchar la palabra golpear y por fin se excitó un poco pero poco a poco fue perdiendo las ganas. Al parecer no era lo que el pensaba y tenían que estar dos horas recibiendo golpes por parte de su compañero y viceversa. Pensó que Jhon lo tenía más jodido por su parte ya que tenía que recibir los golpes del espadachín con sus katanas. Pero algo más movidito y entretenido que estar corriendo veinte minutos y hacer cincuentas flexiones cada día. Sería algo como un respiro dentro de todo ese entrenamiento aunque estaba seguro de que iba a doler bastante aquello. A Nokotori esto no le asustaba en absoluto.

Madara les indicó que descansaran un rato y el se alejó dirección a la base. El moreno sabía perfectamente que le habían dado un encargo y no era justo que él se llevase toda la diversión solo. Por una parte se enfadó. Se acomodó de mejor manera en el asiento que estaba ocupando y agarró el segundo perrito con ganas. Abrió la boca lentamente y se lo llevó a ésta. Dio un bocado y lo saboreó durante unos momentos antes de llevarse el resto. Le estaba gustando aquella cosa, no tanto como el arroz pero estaba bastante pasable. Mientras masticaba miró a Jhon y se dirigió a él.

-¿A ti que te parece el entrenamiento?

El espadachín casi se atraganta con el ultimo trozo de perrito así que llamó al dueño y le pidió una gran jarra de zumo de piña y bien frío. Era una de las bebidas favoritas del espadachín y quería refrescarse también. Después de haber sudado tanto lo mejor que podía hacer es hidratarse bien. Ahora iba a por el tercer perrito que devoró sin mucha gana, lo estaba haciendo ya por gula. Estaba bastante lleno con solo tres de aquellas cosas. A su vez pensó en como Madara era capaz de comer tanto en un día y como es que no es un maldito gordo supremo. Se quedó varios minutos sentado en su asiento y se percató de que no tenía parte de arriba y vio que lo dejó colgado cerca del toldo. Se levantó y se colocó su ropa de nuevo que ya estaba seca. Le entró algo de frío ya que el ambiente estaba aún húmedo por la lluvia de antes.

Una vez se colocó la ropa pensó en que se iba a echar un rato para descansar ya del todo. El día que les esperaba iba a ser igual a éste e incluso más duro aún. No sabía siquiera si su líder había pagado al hombre del pequeño restaurante pero lo obvió y se fue a paso ligero para no tener que pagar dejando a Jhon tras él. -Que pague él… Pensó el espadachín para sus adentros mientras iba por donde vino cuando estaba corriendo.  

Por fin llegó a la base de Kyofu, la zona donde estaba situada la cueva era algo alta pero esta vez no le costó tanto llegar como la primera en la cual se perdió. Cuando fue a su pequeña habitación se dio cuenta de que aún llevaba los guantes y botas puestos. Se había acostumbrado al peso de estos y parecía que era una extensión más de su cuerpo. Decidió por quitárselas y dejarlas al lado de la cama. Cuando ya no tenía tanto peso se sintió muy liberado y liviano. Tanto que se movía con un poco más de ligereza. Nada era más placentero que la sensación que sentía al quitarse aquellas cosas. Ni poder descansar ni nada, lo mejor era sentirse tan aliviado gracias a la descarga de peso. Se quitó la ropa que llevaba y se cambió dejando la usada y sucia en una pequeña cesta para más luego poder limpiarla ya que era la ropa que usaba en sus entrenamientos y debía lavarla después de cada entrenamiento. Una vez hecho esto se tumbó en el colchón el cual estaba bastante blandito y se durmió a los pocos minutos de echarse.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Mar 16 Feb 2016 - 19:09}

El sudor del luchador aún corría desde su frente hasta su barbilla cayendo sobre el suelo, ya había mojado una pequeña porción de suelo. Sus ánimos estaban algo bajos, habían decaído a lo largo del entrenamiento y estaba algo molesto consigo mismo. No podía creer que le costara tanto hacer esos simples ejercicios con tan solo el doble de peso de lo que él acostumbraba a usar. Encima hacer todo ese trabajo gratis le estaba cansando algo, solo esperaba que la recompensa fuera buena y mereciera la pena. Sacudió un poco la cabeza salpicando un poco de sudor alrededor suyo y se puso en pie. Madara ya había acabado de hablar con aquel tipo y se preparaba para marcharse a la base, pero antes les indicó la rutina de trabajo que iba a realizar de ahí en adelante pues él se iba a ausentar a cumplir con un encargo. La cara de Qui Gon cambió y estaba decepcionado. El creía que Madara se los llevaría con él a realizarlo pero no iba a ser posible, debían proseguir con el entrenamiento.

Antes de irse señaló unos perritos calientes indicando que podían comérselos, sin pensárselo dos veces Qui Gon fue rápidamente hasta ellos y empezó comiéndose dos de golpe, casi se atragantó. El luchador golpeaba fuertemente su pecho para que la comida pasara por su esófago tras lo que logró poder tragar aquella ingente cantidad de comida de una sola sentada. De pronto, el color de su cara comenzó a cambiar a un tono azulado, hizo señas al tendero para que le sirviese algo de bebida y le puso un gran vaso de agua. El castaño agarró rápidamente el vaso y se lo bebió de golpe pudiendo finalmente respirar tranquilo. Soltó un suspiro de alivio y se preparó para devorar el siguiente. Mientras pensaba en la rutina que les había puesto el sichibukai. Hacer lo que habían hecho hoy todos los días no le parecía un entrenamiento excesivo y creía que con una semana de entrenamiento lo haría sin problemas. Pero había algo que le preocupaba. Habría de pegarse con Nokoyuri durante al menos dos horas realizando y bloqueando golpes el uno del otro, el espadachín con la parte ancha de la espada y Qui Gon con los puños. La mirada del luchador se quedó fija, dejó de masticar y una gota helada de sudor recorrió su cara. Entonces pudo escuchar cómo Nokoyuri le hablaba.

-¿A ti que te parece el entrenamiento?

- Bueno, yo creo que no es algo muy complicado de realizar. En una semana deberíamos de realizar todo esto sin ningún esfuerzo, aunque temo por las agujetas que tengamos mañana. Lo que sí que pienso es que quizás sea algo repetitivo. Y otra pregunta ronda mi cabeza, ¿qué haremos tras el entrenamiento, como hoy?

Cuando el luchador hubo terminado de hablar siguió comiendo lo que quedaba de su perrito pensando el que tendría que enfrentarse a Nokoyuri durante dos horas todos los días. Era algo emocionante y arriesgado. Era consciente de la fuerza y destreza de su compañero con la espada porque lo había visto pelear, pero eso era uno de sus menores problemas. ¿Qué pasaría si se aburría? Los instintos asesinos de Nokoyuri no eran nada desconocido para el luchador. Qui Gon supuso que el espadachín no se enfrentaría a él como compañeros que eran pero no descartaba la idea, pero había algo aún peor que mantenía al castaño preocupado. Tenía que cuidar de que Nokoyuri no la liase o sino Madara la pagaría con ambos. El navegante solo podía confiar en que Nokoyuri haría caso a las palabras de Madara y no la liaría mucho o que al menos se controlase algo.

Nokoyuri terminó de comer y se marchó antes. Qui Gon terminó su perrito y pidió al tendero una jarra de hidromiel.

- Lo siento señor pero no servimos alcohol en este establecimiento pero si lo desea unas calles más allá hay una taberna.

- Muchas gracias caballero y disculpe lo de antes, estábamos algo alterados. Hemos tenido un día duro. ¿Qué le debo?

- N-no se preocupe. Los discípulos de Madara siempre seréis bienvenidos. Y por favor no me debe nada, hoy invita la casa.

La voz temblorosa del tendero cuando hablaba del sichibukai hizo que apenas se le entendiera. Este parecía algo asustado y disperso como si hubiese visto un fantasma, además parecía temblar levemente. Qui Gon agradeció al tendero su hospitalidad y prometió volver todos los días a ese lugar, después se marchó en dirección a la taberna que le había indicado el tendero. El pobre tendero más que feliz parecía asustado por las palabras del luchador, desde luego no parecía que quisiera tener que verlos todos los días por allí cerca. Qui Gon paseaba por aquellas calles fijándose por donde andaba para recordar el camino de vuelta. Estaba manchado de barro y olía a perros muertos y esto hizo que se parase en seco. “Creo que antes debería de asearme” pensó el fornido. Se dio la vuelta y caminó de vuelta a la base. Una vez llegó allí preparó ropa limpia y una toalla pero el cansancio empezó a apoderarse de él así que desistió en su idea de ir a la taberna. Es más dejó caer la ropa y la toalla al suelo. Se quitó las pesas liberándose de aquel enorme peso. Soltó un suspiro de alivio y se quitó la armadura que llevaba en el brazo dejándola caer también. Se colocó frente a la cama, miró hacia el techo y se tiró encima de la cama. Esto hizo que el fornido rebotara un poco, un crujido sonó proveniente de debajo de él. Pero no parecía que la cama fuera a romperse. Suspiró fuertemente  con la cara hundida en las sábanas, cerró los ojos y se quedó dormido.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Mar 16 Feb 2016 - 22:08}

Dos semanas después…

Madara abrió los ojos despacio. Estaba tumbado en su colchón. Tan solo llevaba puesto un pantalón morado. La noche anterior había planeado bien lo que iba a hacer y por ello no quería perder el tiempo vistiéndose. Se colocó una camiseta del mismo color que la prenda inferior y por encima un chaleco táctico negro. Era la hora de comenzar con el objetivo que le habían encargado. Aquellos catorce días se los había dedicado a supervisar el entrenamiento de aquellos dos. Los había puesto a hacer todo tipo de ejercicios físicos además de la rutina que les colocó el día de la lluvia. Esperaba que ellos mismo empezaran a notar como golpeaban con más fuerza. Sin embargo hasta lograr el haki armadura aún les quedaba algo de tiempo pues aquello no se lograba con facilidad en poco tiempo.

Dirigió una mirada calmada hacia su bolsa de nubes y vio que estaba vacía. Un enorme suspiro salió de su boca para a continuación estirarse como era debido. Cogió su guadaña y empezó a caminar despacio hacia la salida. Antes de nada pasó por la enorme cavidad principal donde se hallaba aquella enorme estatua. Se quedó mirándola unos segundos y después se relamió despacio. No tardó mucho en transformarse en su forma híbrida y usar sus uñas para arañar la pared de roca y poner en esta “Hoy 120 flexiones”. Aquello era un mensaje para sus hombres. En aquellas dos semanas seguro que habían mejorado muchísimo. Él no podía saberlo pues pese a verlos realizar los ejercicios le daba pereza preguntarles. El uno al otro se habrían amoldado a los golpes que se daban. Esperaba que al menos Nokotori no le hubiese cortado un pezón a Qui Gon o algo por el estilo. Cualquier cosa podía pasar con aquellos dos. Lo más importante ahora a parte del objetivo era otra cosa ¿Dónde cojones estaba Ragerok? El niño no aparecía. Esperaba que no lo hubiesen metido en una guardería o iba a tener que ir a reventarla y a exigir que le devolvieran a su sobrino. Muchos pensarían que no era capaz de hacer algo así pero Madara era un tipo demasiado imprevisible.

Por el momento salió de la cueva mirando al cielo para ver cómo estaba el tiempo. Parecía hacer un Sol precioso pero no iba a durar mucho. El dragón siempre le gustaba dar por culo y ahora estiró la mano hacia arriba oscureciéndolo con sus poderes. Acto seguido empezó a caminar hacia el sitio dónde iba a realizar la misión pedida. En ese momento fue cuando pensó que todavía tenía tiempo para jalar y se dirigió hacia un pequeño establecimiento. El millonario pidió desde bolas de pulpo fritas hasta sushi de primera calidad. El cabrón se hartó de comer como un señor y tras pagar salió de allí. No tardó mucho en llegar a la casa indicada, justo en ella veía a unos diez hombres trajeados con armas. Tenían al tipo que le contrató agarrado por un brazo y le gritaban. – A tomar por saco. – Dijo de repente lanzando un corte a uno de ellos por la espalda y partiéndolo en dos. La fuerza del impacto provocó una explosión por parte de Akaisame.

El arma explosiva se había ocupado de dejar a tres más fuera de combate. Aquel pobre hombre le hizo una reverencia al devastador dándole las gracias. El resto de mafiosos empezaron a disparar al dragón con sus armas. Sin embargo las balas empezaron a chocar contra unas extrañas costillas azules que se formaron alrededor del Shichibukai. En ese momento el Uchiha sonrió de forma sádica y cuando dejaron de disparar se lanzó por ellos realizando cortes explosivos y acabando con las vidas de aquellos pobres imbéciles. Cuando ya parecía haber acabado notó una presencia poderosa. Un tipo con el pelo largo y rubio. Portaba unas gatas de Sol y el mismo traje que aquellos capullos. En su mano derecha podía verse un látigo de espinas. Aquello iba a ser una pelea interesante para el mercenario.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Miér 17 Feb 2016 - 0:38}

Nokotori se acababa de despertar de su pequeño sueño. Se quedó mirando el techo varios minutos pensando en qué haría hoy en su entrenamiento. Llevaba ya entrenando junto a Jhon dos semanas y su cuerpo estaba bastante herido y cansado. No obstante estaba ya dando frutos ya que estaba más preparado físicamente y su resistencia había aumentado considerablemente. Aun así el espadachín tenía casi todo el cuerpo vendado gracias al dichoso entrenamiento. Se levantó y sentó al borde de su colchón. Al hacer aquel movimiento el moreno soltó un leve quejido de molestia. Aunque su cuerpo estuviese destrozado el espadachín se obligaba a seguir entrenando ya que si no era constante jamás conseguiría seguir hacia adelante. Varios pensamientos le venían a la cabeza. Recordaba el día que cambió todo para él, en el que se unió a la banda del Shichibukai dragón. El moreno jamás había pensado que encontraría a personas que pudiese llamar compañeros. Ya hacía bastante tiempo que había ingresado en el grupo mercenario y junto a su colega Ragerok. Se levantó lentamente y acercó a una pequeña mesita que había al lado de la cama agarrando su ropa de entrenamiento la cual estaba bastante destrozada. Se despojó de la ropa que usaba para dormir y se cambió poniéndose su atuendo de entrenamiento. Una vez que ya estaba casi del todo listo agachó la cabeza y miró ambas manos las cuales estaban vendadas completamente. Cerró los puños con fuerza mirando hacia el frente con decisión. Agarró sus dos espadas y se dispuso a salir de la habitación. Cuando estaba casi saliendo se dio cuenta de que debía desayunar y agarró un cuscurro de pan y una loncha de jamón que se llevó rápidamente a la boca. Tenía que comer antes de empezar con un entrenamiento aún más duro que el anterior.

El moreno por fin había salido de su habitación y se dirigió a la sala central de la base. Cuando estaba a punto de entrar vio como Madara en su forma dragón escribía algo en la pared. El espadachín no quiso decir nada y observó cómo su líder acababa por salir volando de la base y se dirigía dios sabía dónde. El moreno entró a la sala y se dirigió a la salida, observando como su líder se alejaba más y más hasta convertirse en un pequeño punto en el cielo. Nokotori sonreía ante aquella escena y se giró para llegar al centro de la habitación.

Cuando llegó a una distancia a la que podía leer perfectamente lo que Madara escribió el espadachín suspiró. Cerró los ojos y se mentalizó. Ahora tenía que hacer ciento veinte flexiones. Comparado con las cincuenta que hicieron al principio del entrenamiento no era nada. En aquellas dos semanas el número de flexiones iba subiendo gradualmente y ya se había acostumbrado a ello. Agarró una cinta que tenía en el bolsillo y se la ató en la frente para que su pelo no cayese por la cara. Cuando sudaba el pelo era algo molesto y se lo recogía. El moreno sonrió de lado y fue hacia donde acostumbraban a dejar los guantes y botas de acero. Más temprano que tarde acabó colocándoselas. Ya casi formaban parte de su cuerpo aquellos accesorios y cierto es que notaba su peso pero ya apenas le importaba.

No esperó a su colega Jhon para hacer las flexiones se tumbó en el frío suelo de la base. Colocó sus manos en el suelo levantó su propio cuerpo. Miró al suelo decidió y empezó a realizar las flexiones enérgicamente. Algunas gotas de sudor le recorrían la frente y se deslizaban por ésta hasta terminar cayendo por la punta de su nariz para posteriormente acabar en el suelo. El espadachín estaba cansado pero no iba a dejar de hacerlas por mucho que lo estuviese. La decisión de aquel chico era tal que no pararía por nada en el mundo hasta acabar aquel entrenamiento. Deseaba ser más y más fuerte. Conseguir superar aquel entrenamiento era un pequeño paso que debía alcanzar como fuese para verse más cerca aún de su meta. Ser uno de los mayores espadachines del mundo y además ser conocido en todo el globo. Gracias a Madara, su líder, iba a conseguirlo.
Llevaba ya 115 flexiones que realizó sin parar ni descanso. Poco a poco el moreno estaba aún más cansado pero no por ello pararía. Varios minutos llegó a las ciento veinte flexiones pero Nokotori aún se quería esforzar más. Se repetía en su cabeza una y otra vez que debía seguir hacia adelante. Acabó haciendo diez flexiones más antes de caer redondo en el suelo exhausto y jadeando. Pasaron cinco minutos y el moreno se hallaba aún descansando en el suelo. Se preguntaba dónde estaría Jhon que no estaba con él entrenando. Por fin estaba algo más descansado y el espadachín se levantó a duras penas. Una vez que se levantó se estiró para estar más cómodo. Cuando lo hizo se giró y dirigió a la salida de la base. Una vez que iba a salir a correr pudo ver como Jhon aparecía de una vez. -Jhon, nos vemos en el pueblo. Yo salgo a correr ya. Tienes que hacer ciento veinte flexiones. Una vez que dijo aquello el moreno echó a correr de inmediato sonriendo cada vez más aún. Pese a todo no había perdido la esperanza y seguía entrenando como un maldito loco. Esta vez llevaba sus katanas para aportar más peso aún aparte de las botas y guantes. Su objetivo era correr más de cuarenta minutos. Fue bajando el sendero que iba hacia el poblado, tenía pensado seguir corriendo allí.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Miér 17 Feb 2016 - 22:25}

Qui Gon sintió algo de ruido fuera de su habitación y abrió lentamente los ojos. Estaba cansado y los ojos le escocían un poco, como si necesitase dormir más. Era la hora del entrenamiento así que algo remolón se levantó de la cama saltando un leve quejido de pereza. Ladeó la cabeza y esto hizo que resonara un crujido por toda la habitación. Cerró los ojos, soltó un suspiro y después los abrió mostrando una mirada seria. Se quitó la ropa arrojándola sobre la cama y se acercó a un pequeño armario donde guardaba la ropa de entrenamiento. Aquel hombre no ganaba para camisetas y tenía varias al igual que pantalones. Abrió el armario y buscó entre las camisetas para ponerse una que no estuviese muy hecha polvo, los golpes con el espadachín habían rasgado algunas zonas al rozar el filo con la camiseta debido a los golpes que se propinaban. Los brazos y espada del luchador estaban llenos de moratones producidos por el entrenamiento a golpes con el espadachín. Se dirigió a la cama y se sentó para vestirse. Soltó un enorme bostezo y salió de la habitación para comenzar el entrenamiento.

Fuera no había nadie, probablemente Nokoyuri ya había salido, entonces escuchó la voz de éste diciendo algo de unas flexiones. El luchador se giró y pudo observar un cartel en el que ponía “Hoy 120 flexiones”. Al leer esto resopló y dejó caer los brazos.

- Esto es increíble, más y más flexiones… Qué le vamos a hacer…

Mientras hablaba solo se había dirigido hacia los guantes y las botas de entrenamiento, las cuales las cogió como si se tratasen de prendas normales. Se las puso y chocó sus puños. Se dispuso a calentar rotando todas las articulaciones y estirando los músculos. Una vez hubo calentado se puso frente al mensaje que había y se dispuso a realizar las flexiones. Eso era algo que para él era bastante sencillo. Habían pasado ya dos semanas desde que empezaron el entrenamiento y Qui Gon se movía con bastante desenvoltura con aquellos utensilios. Las 70 primeras flexiones las hizo sin problema alguno, tres o cuatro gotas atravesaban su frente mientras  contaba las flexiones. Cuando llegó a las 120 estaba sudando bastante pero su respiración era normal. Sin cambiar de posición miró el escrito con determinación, se echó un brazo a la espalda y comenzó a hacer más flexiones. “Hoy el objetivo son 12, veamos si podemos lograrlo” pensaba para sí mismo mientras las realizaba. Su respiración se volvió mucho más intensa, y el brazo sobre el que se apoyaba temblaba bastante. Logró hacer 6 con el brazo izquierdo y procedió a hacer las otras 6 con el derecho. Las 6 últimas le costaron un gran esfuerzo pero una vez llegó a completarlas acabó tirado en el suelo jadeando. Debía descansar por lo menos un buen rato antes de empezar a correr. Mientras descansaba tirado en el suelo se le vino a la mente que hoy no había visto a Madara por ninguna parte y también pensaba en que Nokoyuri le estaba adelantando mucho tiempo de entrenamiento ese día. Esto hizo que el luchador se sintiese algo solo, hacía tiempo que no veía al pequeño asesino y estaba algo preocupado por él.

Una vez terminó de descansar se levantó del suelo, fue a su habitación y cogió algo de dinero, tenía que pasarse por el puesto del tendero como había hecho todos esos días atrás. Se puso frente a la entrada de la base, estiró los brazos y dijo…

- Hoy toca explorar la parte oeste de la isla, así que vamos allá.

El luchador salió dirección al oeste con un buen ritmo, había aprendido a no excederse demasiado los primeros minutos en su primer día. Planeaba viajar hasta la parte oeste de la isla mientras corría para ir conociendo la zona donde estaba la base, así no se perdería nunca más como ya le había pasado una vez. Iba corriendo a través de los árboles sin seguir un sendero fijo, esquivando árboles, saltando troncos caídos y agachándose ante las ramas. Esto era algo que fortalecía no solo la resistencia del luchador sino también el resto de su cuerpo, era su arma secreta en el entrenamiento y esperaba que Nokoyuri no se diese cuenta aunque sabía perfectamente que él también tendría sus propios métodos. Más de una vez se dio algún que otro golpe con algún tronco o se había comido alguna rama, pero hasta hace dos días no había tenido ningún otro percance de este tipo y hará 4 días aquellos golpes no eran nada si los comparábamos con los del espadachín. Siguió corriendo fijándose bien en los árboles que pasaba tocando la corteza de algunos con sus manos al tratar de esquivarlos. La geografía del suelo ayudaba bastante a la hora de orientarse y el color de la tierra cambiaba a medida que se acercaba al borde de la isla. Una vez llegó a divisar el mar giró y comenzó a ir hacia el noroeste, la ciudad estaba por aquella parte y tenía ganas de desayunar algo en el establecimiento de su amigo el tendero. Esto hizo que a Qui Gon se le cayese la baba un poco, se la secó con el puño y comenzó a correr un poco más deprisa para intentar llegar un poco antes a su destino.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Jue 18 Feb 2016 - 3:57}

Madara observaba como el rubio del látigo se acercaba despacio. No pudo evitar mostrar una sonrisa sádica cuando sintió de nuevo la presencia. Estaba a punto de divertirse en un combate interesante y lleno de morbo. De repente aquel tipo trató de enroscarle el cuello con su arma de pinchos. El dragón se dejó hacer mientras imbuía su cuello en haki armadura. El sentir aquello como si fuese una correa no pudo evitar relamerse. – Perdóneme mi señor. No me castigue ¡Guau! – Dijo soltando un ladrido fingiendo ser una mascota partiéndose de risa para después iluminar los ojos en rojo. Tomó aquella cosa con la mano y tiró con fuerza hacia él. El rubio salió despedido contra el mercenario pero lo único que encontró fue un puño que impactó contra su cara.

El mafioso cayó contra el suelo con las gafas rotas y la nariz llena de sangre. A continuación una terrible risa de Madara se escuchó por todo el lugar. Su enemigo se puso en pie como pudo y sacó lo que parecía ser un revólver. En ese momento las costillas azuladas del dragón se volvieron a formar. Sin embargo ahora más poderoso surgió de ellas. Un humanoide de al menos siete metros. En su cabeza tenía dos cuernos y en la barbilla otro. Poseía dos brazos y en cada mano una espada. Aquella cosa pegó un enorme rugido mientras el Shichibukai permanecía dentro totalmente a salvo y con una sonrisa algo siniestra. Aquel hombre comenzó a disparar viendo como sus balas eran desviadas como si nada. De repente el inmenso ser lanzó una onda cortante y lo partió en dos rápidamente. El moreno soltó un chasqueo con la lengua pues pensaba que iba a ser un verdadero reto y había resultado ser un simple idiota. Ahora el aburrimiento invadía totalmente al moreno. Se acercó al cuerpo despacio y se quedó mirándolo como si fuese simple basura. De repente miró todos los cadáveres que había montado y no pudo evitar soltar un enorme bostezo. Se acercó a su cliente y le pidió lo suyo. Este se lo dio encantado y se lo agradeció mil veces. Con lo recién comprado ya estaba claro lo qué iba a hacer Madara. Empezó a olisquear para detectar el restaurante más caro de la isla y de paso donde estuvieran las mejores mujeres. Los platos más caros solían ser los peces tropicales así que se centró en detectar el olor de éstos. En ese momento pensó ¿Cómo cojones huelen esos tipos específicos de peces? No tenía ni jodida idea pero dejó de darle importancia.

Empezó a caminar hasta llegar a un local llamado “La trufa loca”. Una media sonrisa se formó ahora en su rostro y tras un suspiro decidió entrar. Menos mal que no se había llevado al niño o habría insistido en entrar. De todas formas no le habría dejado. No quería meter a un menor de edad en esos sitios y además estaba muy salido. Todavía recordaba cómo se puso a pensar en chicas tras el entrenamiento de la primera vez. Debía dejar claro que Galuna era su isla de ligue. Ahora pasó al sitio y pudo ver una especie de barra libre de comida. Sus ojos se iluminaron de forma feliz y después miró el precio. Era caro con cojones y los millones que había cobrado iba a gastárselos. Se sentó en la barra y tras pagar se preparó. Cogió un plato de ventrisca de atún y otro de rape asado. Como un poseso empezó a comer dándose el mejor festín del planeta. De hecho no tardó en recordar que había desayunado hacía nada pero le daba lo mismo. Dos preciosidades rubias de ojos azules se acercaron ahora a él al ver que era el famoso Shichibukai. Eran gemelas y el moreno las recibió de buena gana mientras reía y las abrazaba al mismo tiempo con toda la confianza del mundo. El dinero era fabuloso y fantástico sin duda alguna. Ahora siguió comiendo mientras alternaba manoseos con aquellas dos hermanas que se pegaban a él deseando dinero o fama. Al Uchiha le daba lo mismo mientras pudiera disfrutarlas después de otra forma. De hecho estaba mirando el precio de las habitaciones y no lo vio demasiado caro en comparación a la comida. Iba a pasar un día de fábula mientras sus dos soldados entrenaban como condenados. Si alguno de sus hombres aparecía liándola en aquel momento seguramente le lanzaría un cañonazo de ácido a la cara. Entonces fue cuando cogió un enorme plato de arroz con queso derretido y trozos de carne. Miró a los lados por si Nokotori lo había olido a distancia y después continuó comiendo felizmente junto a las dos bellezas.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Vie 19 Feb 2016 - 11:55}

Aquel día era perfecto para salir a entrenar. El espadachín seguía corriendo a buen ritmo hacia la ciudad atravesando el mismo sendero que atravesó por primera vez. Se había aprendido de memoria el camino y ahora saltaba, daba piruetas sorteando todo tipo de obstáculos. De la velocidad que iba cogiendo al ser cuesta arriba y junto a sus saltos parecía que planeaba por aquel camino. Se esforzaba en cansarse más y más haciendo una simple carrera para conseguir ganar mucha más resistencia. Aprovechaba que era una persona sumamente ágil para completar éste entrenamiento. Una persona normal no podría hacer eso con tanta soltura como él. Pronto, debido a su velocidad y ayudado con sus acrobacias llegó a la entrada de la ciudad.  Había llegado en menos de siete minutos a un lugar que antes le había costado veinte. Sin duda aquel entrenamiento estaba sirviendo de mucho. Entró sin parar de correr en la ciudad. Pasó por el puesto del primer día y como era costumbre ya cada vez que salía lo sobrepasaba mirando al dueño con cara de odio. El dueño estaba ya harto de aquello pero demasiado asustado. A Nokotori le encantaba hacer esto todos los días, era algo de lo que se había acostumbrado a hacer por las mañanas. Seguía corriendo sin parar hasta atravesar la ciudad por completo. Aquella ciudad no era nada pequeña la verdad. Llegó a otro sendero que al parecer solo conocía él o no era muy transitado ya que todo lo que había preparado ahí estaba como lo había dejado.

Cuando se alejó de la ciudad lo suficiente varias dagas salieron despedidas hacia él. El espadachín sin parar de correr siguió esquivándolas aunque llevándose varios cortes por el cuerpo. Había colocado esas trampas el mismo pero no sabía hacia donde iban a salir disparadas. A continuación aparecieron varios muñecos de entrenamiento. El espadachín seguía corriendo y de un rápido movimiento desenfundó sus dos espadas. Asestó varios cortes al primer muñeco de entrenamiento para luego dar un giro sobre sí mismo y dar dos estocadas al muñeco que precedía al anterior, todo esto sin dejar de correr ni una vez. Todo aquello lo había preparado sin la ayuda de nadie ni conocimiento de su colega Jhon. Ese era un entrenamiento exclusivo para él. No solo iba a entrenar la resistencia, iba a hacerse mucho más fuerte. Quería conseguirlo todo ya que era un hombre de altas ambiciones. De todos modos ¿qué haría un luchador ahí aparte de esquivar sesenta y siete dagas? Se había pasado por completo en el número de dagas colocadas. De hecho días antes de que preparase todo aquello pagó a un hombre de la calle para que cada día cambiase la posición de éstas para nunca saber de dónde vendrían.

Llevaba ya unos treinta minutos corriendo sin parar esquivando dagas y partiendo muñecos por la mitad. Aquel entrenamiento era tan exhaustivo que completarlo mientras corría era una tortura pero el que algo quiere algo le cuesta, pensaba el moreno. Parecía que se había bañado con la ropa puesta ya que estaba mojada por el sudor y pegada a su cuerpo. El pelo sin embargo lo tenía bien recogido. La ropa mojada pesaba más que cuando estaba seca y esto se le añadía peso extra haciendo que sus movimientos fuesen más lentos de lo normal. Tenía muchos cortes por el cuerpo ya que no esquivó por completo los proyectiles y muchos le habían dado. Estaba claro que necesitaba más entrenamiento para poder hacer aquello sin recibir ni un golpe.

Una vez que atravesó todo el camino lleno de trampas y obstáculos suspiró de alivio pero sabía que lo más doloroso iba a empezar en unos minutos. Aquel sendero acababa en un pequeño acantilado que daba al mar. Tirarse desde esa altura no era nada peligroso y no había rocas de por medio que pudiesen lastimar al espadachín, ya lo había comprobado varias veces al tirarse dese ahí. El moreno seguía corriendo para terminar los pocos minutos que le quedaban de carrera. Se dirigía al acantilado para lanzarse al mar. Hacía esto cada vez que pasaba por aquel camino ya que no estaba muy lejos de la playa y podía alcanzar tierra fácilmente aun estando bastante cansado. Una vez que llegó al filo del acantilado sin pensárselo dio un gran salto para caer al mar de cabeza. Los pesos extra que añadían las botas y guantes hacían que el salir a flote costase más de lo habitual debido a esto Nokotori no tuvo otra que perfeccionar su respiración y aguantar más para llegar a la superficie a respirar. El espadachín odiaba hacer esto pero era necesario. Cada vez que caía al mar un dolor indescriptible lo invadía. Nunca había pasado aquel tortuoso camino sin recibir ningún golpe y gracias al agua salada del mar se resentía de todas sus heridas, de todos modos también le servía para desinfectarlas. Vaya método más doloroso pensaba el mercenario. Una vez salió a la superficie se dirigió cansado hacia la playa donde acabó tirado en la arena casi media hora. Estaba casi reventado y le espera al día siguiente lo mismo. Después de un rato tirado en la mullida arena se levantó y dirigió a la ciudad. Estaba tan cansado que el simple hecho de moverse hacia que lo que estuviese haciendo se convirtiese en una eternidad.

Más temprano que tarde por fin llegó a la ciudad y entró en un baño público para poder asearse como es debido. Madara tenía gran poder adquisitivo pero desde luego no para poner unas duchas en la maldita base. Tenía que bañarse junto a señores mayores muy raros que lo observaban con miradas obscenas y lascivas. Lo raro es que el espadachín no hubiese cortado ya las cabezas de aquellos octogenarios. No lo hizo porque no quería meter en líos a su líder, si no otro gallo cantaría. Por fin pudo asearse como es debido e ignorando las miradas de aquellos ancianos se dispuso a poner ropa limpia. Cuando fue al vestuario cayó en la cuenta de que no se había llevado una muda limpia y ahora tenía que ponerse la ropa sucia. Descartó aquella opción y se enrolló una toalla en la cintura para taparse. Robó unas sandalias de algún tipo que estaba ahí y agarró todas sus cosas para salir de aquel lugar. Pensaba ir a la lavandería más próxima a lavar su ropa y poder ponérsela.

El espadachín se encontraba con la ropa colgada al hombro, sus espadas al otro hombro, unas sandalias de madera y la toalla enrollada en la cintura. Por lo demás estaba completamente desnudo. Algunas mujeres lo miraban y se escandalizaban, en cambio otras se ruborizaban mirándolo más soltando alguna risita tonta. Al espadachín le daba exactamente igual aquellas cosas pero un pitido llegó a sus oídos que cada vez se acercaba más aún. -¡Eh! ¡Tú! ¿Dónde crees que vas así vestido? El espadachín se giró para ver quién era el que estaba cuestionando su sentido de la moda y pudo observar que era un agente de la ley de aquella ciudad. Una vez que se dio cuenta de esto Nokotori suspiró con mucha pereza.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Dom 21 Feb 2016 - 17:43}

Las ramas crujían y las hojas secas del suelo sonaban como si abrieses una botella de refresco. Pero esto no era lo único que se escuchaba por el bosque. La tripa del luchador rugía como un oso recién levantado de su hibernación. El luchador corría como un poseso pendiente abajo apartando las ramas de los árboles más frágiles a puñetazos, arrancando alguna que otra más endeble de lo normal. Iba demasiado rápido y estaba empezando a perder un poco el control, para frenarse un poco decidió chocarse adrede con un pequeño árbol que había en frente. El grosor del tronco sería de unos 15 centímetros de diámetro y el castaño se lo llevó por delante con el hombro izquierdo arrancándolo de cuajo y frenando su velocidad hasta volverla algo más estable. Esto no era algo extraño ni anormal, solía romper algún árbol cada día. Esto hacía que recibiese muchas veces grandes golpes produciéndole moratones en el cuerpo, de hecho, este último le había impactado un poco en la zona que no llevaba armadura y le dolía bastante, pero ese dolor era algo pasajero y Qui Gon solo pensaba en comida.

La pendiente ya estaba suavizándose y el luchador tomó una posición agachada mientras corría. Antes de que la cuesta terminase había un gran desnivel. Una especie de barranco de unos 5 metros. Cuando estaba llegando al borde se deslizó y colgó del barranco. Entonces comenzó a descender agarrándose a los salientes, algunas veces tenía que saltar a algún saliente algo más lejano que estaba a unos 10 o 20 centímetros de él. Esto era parte de su entrenamiento, cada día procuraba pasar por el mismo barranco, esto no era algo que ocultase a Nokoyuri, de hecho más de una vez el espadachín vio a Qui Gon colgado de aquella pared rocosa. Dependiendo del día la escalaba o la descendía. Hoy, dada la posición desde la que había partido tocaba descenso. Algo más peligroso que la escalada ya que era más probable una caída bajando que subiendo ya que bajando la visión no es muy amplia. Unos días atrás Qui Gon cayó desde la mitad de la pared rocosa haciéndose bastante daño en la pierna derecha al aterrizar y rodar, de hecho estuvo cojeando el resto de aquel día. El luchador bajaba sin problemas y cuando apenas quedaban 2 metros para bajar dio un salto cayendo al suelo y realizando una voltereta para minimizar el impacto en sus piernas. Sus manos estaban rojas y tenía algunos cortes y rozaduras, aquellas rocas estaban afiladas y a veces realizaban cortes en la piel del luchador debido al peso que debían soportar.

Continuó corriendo hacia el puesto del tendero jadeando y cuando llegó se echó las manos a las rodillas sin dejar de jadear. Descansó un minuto y se puso erguido. Andó unos pasos hasta situarse frente al tendero y le pidió 2 perritos calientes, como todos los días, con una sonrisa en la cara. El tendero miraba a Qui Gon con cara de asco y enfado y se marchó a preparar los perritos. El navegante se sentó y descansó mientras el tendero le preparaba su desayuno. Una vez se estaba enfriando las gotas de sudor comenzaban a caer por su frente. Su ropa estaba empapada y el olor a macho rezumaba por su cuerpo. Esto era algo que no terminaba de agradar al luchador puesto que no le gustaba oler mal. Pronto el tendero ytrajo su comida y la puso a su lado.

- Espero que tu jefe pague todo lo que te estas comiendo.

- No te preocupes, ya conoces al gran Madara Uchiha, el Sichibukai. ¿Crees que alguien como él dejaría esto sin pagar? Creo que hoy ha salido a cumplir con un trabajo que le habían encargado, probablemente cuando vuelva pague todo lo que te debo. Sino, ya sabes que yo vengo todos los días y podría pagarte pero siempre me dejo el dinero en casa. Aun así… No querrás que le cuente al Sichibukai que hay problemas con este negocio a la hora de fiarnos un par de comidas, ¿verdad?

- Es que… Verá señor… Ya no son un par de comidas… Lleva prácticamente 1 semana sin pagarme sus “desayunos” y he de mantener a mi familia…

- ¿Qué familia? ¡No mientas! En la taberna todos dicen que vives solo. Y encima que tus precios son absurdamente caros. ¿Por qué intentas engañarme? Ya te he dicho que te pagaría y si no te gusta pues te pago hoy mismo pero tendrás que dar cuentas de ello más tarde.

- No, no se preocupes, es solo que…

- ¡Aaaaaaaaah! Está bien. Mañana te pagaré gran parte de lo que te debo, pero… Más te vale traer mañana salmón ahumado o yo mismo me encargaré de que no se te olvide nunca más. Al igual que tú llevas una semana esperando el dinero yo llevo una semana esperando el salmón así que no lo olvides… Mañana.

Qui Gon terminó de engullir aquellos dos perritos y se marchó algo malhumorado. El tendero tenía cara de asustado y su mirada rebosaba preocupación. Tras el entrenamiento era hora de una ducha pero no sin antes ir a recoger la ropa limpia del día anterior. Fue de camino a la tintorería y recogió su ropa. La encargada era una chica delgada y de pelo castaño muy largo y liso, trabajaba con su padre, un anciano que también regentaba el negocio pero desde un segundo plano, su nieta había heredado el negocio familiar y el abuelo le echaba una mano.

- Aquí tiene señor Qui Gon, su ropa está limpia y planchada, como todos los días.

- Gracias Midori. Cuando termine de ducharme me pasaré a dejarte esta.

- Será mejor que tenga más cuidado con su ropa señor, está muy rozada y tiene algunos cortes. Es probable que tenga que cambiarla pronto si sigue usándola con tanto descuido.

- Sí, en cierto modo, lo siento. Casi que debería tirarla ya… Jajajaja. Oye y si…

- ¡MIDORI! DEJA A ESE FRACASADO Y VUELVE AQUÍ, TENEMOS TRABAJO QUE HACER.

- Lo siento señor Qui Gon, pero estoy muy ocupada últimamente. Buenos días.

La chica se marchó a la trastienda a seguir en sus labores. Qui Gon empezaba a sentir algo por esa chica, se le veía una mujer trabajadora y responsable y quería conocerla algo más invitándola algún día a salir pero el viejo siempre se interponía entre ellos. El ánimo del luchador no parecía mejorar y le dio una patada a una piedra bastante fuerte. Esta piedra impactó en la cabeza de un calvo que estaba tomando algo en la terraza de la taberna. No era la primera vez que se veían las caras. Aquel calvo no paraba de decirle al luchador cada día que iba a la taberna que el hidromiel era una bebida para nenas menospreciando dicha bebida y escupiendo al suelo. Qui Gon le tenía ganas y no se había enzarzado en ninguna pelea aún porque le prometió al sichibukai que no la liaría. El calvo se dio la vuelta cabreado, la piedra le había hecho una pequeña herida por la que sangraba. Qui Gon siguió caminando como si la cosa no fuera con él y se dirigió a los baños públicos. La mirada del calvo se clavó en la nuca del luchador pero perecía que no ocurriría nada más.

Una vez dentro el luchador se desvistió. Se aseó y se metió en los baños de agua caliente. El calor relajaba sus músculos y lo tranquilizaba en parte. Colocó sus brazos sobre el bordillo y reclinó su cabeza hacia atrás cerrando los ojos. Su respiración se volvió muy lenta y profunda. Una vez se hubo calmado y mentalizado se sumergió en el baño intentado aguantar la respiración el máximo tiempo posible. Esto era algo que hacía para aumentar su capacidad pulmonar, ya no sólo para aguantar más tiempo debajo del agua sino para favorecer la respiración y resistencia cuando corría. Cuando salió estaba todo colorado y jadeaba mucho. Se dirigió directamente a las duchar y terminó con una ducha de agua fría lo que hizo que su circulación se reactivara latiendo fuertemente su corazón y respirando hondo muy rápido para habituar su cuerpo a esa temperatura. Una vez limpio y tranquilizado se secó con la toalla y fue a cambiarse de ropa. Mientras lo hacía uno viejo se quejaba de que le habían robado las sandalias y le echaba las culpas a otro anciano, estos acabaron peleándose desnudos en mitad del cambiador a lo que el luchador se dio prisa en cambiarse. La escena le repugnaba y no tenía muchas ganas de ver dos pasas extremadamente arrugadas frotando sus cuerpos húmedos por el suelo y lo que no era suelo. Qui Gon salió de los baños y allí le esperaba el calvo. Estaba de pie y con cara de malos amigos. Estaba acompañado de otros dos hombres: uno con el pelo negro y corto como Nokoyuri y otro con el pelo castaño rapado a lo mohicano.

- ¡Sé que has sido tú maldito cerdo! ¡Pídeme disculpas!
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Lun 22 Feb 2016 - 4:09}

El moreno continuaba comiendo felizmente junto a las dos chicas mientras reía y se lo pasaba en grande. De repente notó como las manos de una de las mujeres paseaban por su abdomen e iba bajando. En ese momento no pudo evitar mostrar una sonrisa siniestra. Con dos hermanas ni más ni menos. La emoción que sintió en aquel momento le llevó a las nubes. Iban a ver de lo que era capaz de hacer el devastador. Ahora soltó una leve risa mientras la tomaba del mentón y la acercaba a él de forma lenta. Aquello era el paraíso sin duda y esas dos estaban encantadas con lo que iba a pasar a continuación. Cuando el moreno estaba a escasos centímetros de ella abrió la boca estando a punto de besarla.

En ese momento la puerta se abrió de forma violenta y una botella pegó en la cabeza del Shichibukai. Este pegó la cabeza contra la barra y quedó con el ceño fruncido. La ira le invadía y sus ojos brillaron en un tono intenso mientras se giraba para ver el rostro del gracioso o graciosa que había osado lanzarle aquello. Pudo ver a un tipo borracho de melena azulada que bailaba como un imbécil diciendo estupideces. – ¡Toma lagartija de madera! – Antes de que siguiera riendo el dragón estiro la mano haciendo salir de esta un cañonazo de ácido que pegó en la cara de aquel payaso y lo tiró al suelo. El pobre diablo daba gritos de dolor mientras se retorcía como una cucaracha. Le había fastidiado la fiesta al moreno y este ahora estaba furioso. Encima por la puerta entró el dueño de la tienda de perritos calientes. Éste venía quejándose por qué el castaño no le pagaba y aquello hizo que Madara terminase de cerrar ambos puños. – ¡Dejadme respirar un rato coño! – Dijo ahora furioso mientras lanzaba varios golpes contra las mesas haciéndolas pedazos. Las dos hermanas se fueron sintiendo el miedo recorrer sus cuerpos y aquello les hizo tragar saliva. Ahora iba a buscar a aquel capullo de Qui Gon para darle una colleja legendaria. Ya había dicho que no quería que le metieran en líos.

El dueño de la tienda asustado retrocedió y se escondió detrás de una silla colocándose en cuclillas y con ambas manos en la cabeza. El dragón pasó por su lado sin hacerle nada y a continuación arrancó la puerta con la mano mientras pasaba el umbral. Estiró la mano hacia el cielo de forma violenta y éste empezó a nublarse y a oscurecerse. Activó su haki de observación y empezó a correr con una mirada seria. Su olfato también estaba alerta a cualquier cosa que pudiera pasar. Los rojizos ojos del moreno se entrecerraron cuando percibió el aroma de su compañero de banda. Además notó cierta humedad debido a que parecía estar en una especie de balneario. Después de unos momentos consiguió llegar a la posición del fornido. Dos hombres le miraban de forma seria. – ¡Qui Gon! – Gritó de repente mientras de un golpe partía un árbol en pedazos. Las venas de su frente estaban marcadas de forma exagerada. Una risa llegó de la boca del tipo del cabello corto y moreno mientras se acercaba al Shichibukai. – ¡Jajajaja! ¿También tienes algo en contra de este idiota? – El puño derecho del mercenario tomó un color morado azabache y ahora lanzó un tremendo puñetazo a aquel hombre. Los ojos del pobre diablo se tornaron en blancos y tras escupir varios dientes salió volando a unos siete metros de distancia. – A mis hombres solo les insulto yo, gilipollas. – Dijo de forma posesiva mientras caminaba hacia el fornido lentamente. Los otros dos tipos tragaron saliva mientras que Madara pasaba entre ellos ignorándolos como insectos.

Finalmente llegó hasta su compañero se hallaba y se puso frente a él clavando sus rojizos ojos en él. – Mañana te quiero en la tienda a primera hora pagando lo que debes. Si ese tío te denunciara por algún motivo me la lían a mí. No tardes en pisarles la cabeza a estos paquetes. – Dijo finalmente girándose y dándole la espalda mientras entrecerraba los ojos. En ese momento el hombre sin pelo habló. – Oe… esto… – Uchiha clavó sus orbes en él y mostró una hilera de dientes afilados procedentes de su boca. – No te he dado permiso para abrir la puta boca. – El payaso se quedó temblando de miedo ante las palabras del dragón negro y éste a continuación le hizo un gesto al castaño para que se divirtiera. Él por su parte se quedó unos metros alejado observando la escena con toda la calma y la naturalidad del mundo. Con su presencia allí pretendía motivar a Qui Gon para que se luciera, se pusiera de buen humor y pagara de una jodida vez los perritos.
Nokotori Kurodoku
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Sáb 27 Feb 2016 - 15:39}

En unos minutos aquel agente de la ley se puso frente a Nokotori. Iba con una porra en la mano y estaba algo cansado de haber ido a donde estaba el moreno. Sin duda como agente del orden dejaba mucho que desear debido a su baja forma. El moreno se le quedó mirando fijamente hasta que aquel hombre por fin se irguió estirando su espalda. Tenía una especie de sombrero azul y su uniforme era de mismo color. Siguió mirándolo fijamente. -Soy el agente Nilson, el mejor agente que te encontrarás. No puedes ir así vestido. Estás causando un alboroto público. Te tengo que pedir que te pongas la ropa…- El moreno arqueó una ceja lentamente y clavó sus ojos rojizos en aquel hombre. Nokotori odiaba que alguien que no fuese su líder le ordenase algo que no quería hacer. Estaba claro que no iba a obedecer la petición de Nilson. Se dio la vuelta sin decir nada y tranquilamente siguió andando como si nada. El agente reaccionó, agarró el pito y siguió pitando. Aquel molesto sonido se le metía a Nokotori en la cabeza y estaba cabreándose por momentos. El moreno no quería liarla con un agente por si las moscas así que giró la cabeza y lo miró. Ambos cruzaron la mirada y el espadachín sonrió de lado. Nilson vio las espadas que tenía en el hombro y la mirada de aquel tipo no le transmitía ninguna confianza. No obstante el moreno no reaccionó como el agente esperaba y empezó a correr como un maldito loco. Debido a que emprendió la carrera, la toalla que tenía en la cintura el espadachín acabó soltándose y cayendo al suelo, ahora sí iba completamente desnudo.

La sensación de correr desnudo era algo extraña. Nunca lo había hecho pero se sentía bastante libre. ¿Quién sabe? Lo mismo lo hacía más a menudo. Ahora que iba corriendo completamente desnudo la mirada de todas las personas que había alrededor se centraba en el espadachín. El moreno sonreía ampliamente y el agente salió corriendo detrás de él, era una escena un tanto cómica. El moreno iba corriendo tranquilamente, él no se había dado cuenta pero el ritmo que tenía corriendo superaba con creces la rapidez máxima que podía alcanzar al principio del entrenamiento. Nilson apenas podía seguir el ritmo del moreno y se alejaba cada vez más. Al cabo de un rato huyendo desnudo de Nilson el espadachín divisó unas figuras las cuales dos de ellas las distinguía con claridad. Pudo distinguir a Madara y a Jhon, había otras personas pero no supo quiénes eran. Parecía que iba a haber bronca con aquellos tipos. El espadachín seguían sonriendo mientas aquel agente iba tras él.

De pronto un carrito de naranjas empujado por una muchacha se cruzó en el camino del moreno. Haciendo gala de su agilidad apoyó una mano en el carrito y lo saltó grácilmente. La joven que estaba empujando el carrito se paró en seco y vio a cámara lenta el salto del moreno. Vio absolutamente toda la parte noble del espadachín, la chica siguió con la mirada al muchacho que seguía corriendo. Estaba colorada y casi se desmaya por aquella situación. Nilson intentó hacer lo mismo que Nokotori para impresionar a la joven. Hizo el mismo movimiento pero con la mala suerte que el carro acabó cayendo. Las naranjas acabaron rodando por el suelo y el agente mordió el polvo exageradamente. La muchacha al ver esto se empezó a reír descontroladamente de Nilson. -Ríete pero que tienes que recoger todo.- La muchacha se quedó mirando las naranjas y acabó maldiciendo a toda la estirpe de Nilson. El agente soltó una carcajada se levantó y volvió a correr detrás del espadachín que ya le había tomado demasiada ventaja.

No tardó demasiado en llegar a la posición de Jhon y Madara. Llegó y se colocó entre medias de los dos y puso sus manos en la cadera. Parecía que Jhon iba a enzarzarse en una pelea con aquellos tipos y miró a Madara. -¡Eh! ¿Esto qué es? El si puede hacer lo que quiera y yo no? El moreno estaba increpando a su líder. No era justo que Jhon pudiese divertirse así y Nokotori no hacer nada. Poco a poco Nilson iba llegando hacia la posición de todos.  Parecía contento puesto creía que iba a pillar a un par de alborotadores. Una vez que llegó se abalanzó a por el espadachín justo cuando éste se giraba. Pudo reaccionar y Nilson acabó de nuevo en el suelo. Desde luego le estaba cogiendo bastante odio a aquel tipo, había mordido el suelo ya un par de veces.
Qui Gon Blackheart
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Dom 28 Feb 2016 - 16:03}

Qui Gon se disponía a intentar dialogar con sus asaltantes para evitar algún enfrentamiento que metiera a su líder en problema, pero de repente allí estaba Madara. Furioso, le gritó y dejó KO a uno de los inútiles que intentaba buscar bronca. Le ordenó pagar lo que le debía al tendero y posteriormente le dijo que se librara del resto de gilipollas. En la cara del luchador se dibujó una sonrisa y comenzó a reírse enfermizamente.

- Hace tanto tiempo que llevo queriendo hacer esto… No te lo tomes a mal, mi alopécico amigo. Ahora mismo tu problema capilar pasa a estar en segundo plano.

El calvo estaba algo asustado por la presencia de Madara pero las palabras del luchador le hicieron enfurecer como pasaba en la taberna cada vez que escuchaba algún comentario satírico acerca de calvos. Apretó sus puños y le lanzó un puñetazo directo a la cara de Qui Gon mientras daba un grito. Su otro secuaz reía mientras decía:

- No deberías haberte metido con nuestro jefe.

El luchador cayó colocando sus manos en el suelo. Recolocó un poco su mandíbula, era increíble lo que había mejorado. Antes del entrenamiento habría escupido algo de sangre y habría sentido mucho dolor pero apenas notaba más que una mera molestia. El luchador se levantó y miró al calvo con una sonrisa sádica.

- Ahora me toca a mí.

El castaño lanzó un puñetazo directo a la cara del calvo lo que hizo que retrocediera un par de metros en el aire y cayendo al suelo mientras gritaba de dolor. Después miró al otro hombre que se dirigía a pegarle una patada a la altura de la cabeza y la bloqueó con el brazo llevándose un poco del impacto. Agarró su pierna y lo lanzó por encima suya en dirección a su jefe. Cayó encima de este y ambos soltaron un grito de dolor.

- Sois patéticos, no vais a mostrar algo más de resistencia… ¡Quiero MÁS!

El calvo se quitó de encima a su compañero y agarró un banco de madera cercano para pegarle con él a Qui Gon. Pero el luchador desvió el golpe de una patada golpeando el banco en el suelo. El luchador se disponía a dar otro puñetazo al señor sin pelo cuando este colocó el banco frente a él para intentar parar el impacto. El navegante sonrió y dijo las palabras “Edge of Doom” a la vez que golpeaba la madera. Cuando su puño entró en contacto con el banco este se agrietó como si de cortes se tratase y cedió haciéndose añicos la zona donde había golpeado. El luchador sacó su puño de la madera y dio una patada de lado a esta haciéndola añicos. El calvo estaba sorprendido y asustado. Gotas de sudor recorrían su cabeza y caían por su barbilla. Viendo lo que se le venía encima trató de huir pero Qui Gon lo agarró del cuello de la camiseta que llevaba y lo arrastró hacia atrás tirándolo en el suelo.

- Esto es por todos aquellos insultos, por todos los días que no me dejaste beber en paz.

El luchador se disponía a rematar a su objetivo pero vio aparecer a un miembro de la ley. Así que soltó a aquel pobre desgraciado y escupió al suelo. Lo dejó de lado y se dirigió hacia Nokoyuri y Madara, al parecer Nokoyuri había llegado hace poco y ese agente venía persiguiéndolo. Miró a sus compañeros y luego al agente. Pudo ver que Nokoyuri estaba desnudo y esto hizo que se avergonzara un poco y tratara de no mirar al pequeño Noko directamente.

- Nokoyuri, por dios, ponte algo. ¿Está usted bien señor agente?

- Tu puta madre sí que está bien. Os arrestaré a todos por esto…

El hombre aún no se había incorporado y antes de que se fijase mejor en el aspecto del luchador este dijo con voz más grave de lo habitual:

- Caballeros… Yo aquí no he tenido nada que ver, buena suerte.

Qui Gon salió corriendo como alma que lleva el diablo entre los callejones. Mientras hacía esto recordaba que Madara le había mandado pagar al tendero. El muy capullo se había chivado a Madara. Esto hizo que se enfadara un poco pero luego vio que era lógico que aquel pobre hombre se comportase de aquella forma.
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El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] Empty Re: El Mejor Maestro Es Aquel Que Te Golpea Por Tú Bien. [Rol Maestro-Alumno] {Dom 28 Feb 2016 - 19:18}

Madara observaba tranquilamente lo que estaba pasando entre el castaño y aquellos payasos. Se metía si fuese necesario y la verdad es que merecían una buena paliza. Los movimientos del luchador habían mejorado bastante. Podía notar como sus ataques fluían mejor que antes pero los anticipaba mediante su haki observación. Era un mercenario con un potencial físico bastante bueno y con un estilo de lucha bueno. El Uchiha por su parte tenía más fuerza pero no sabía artes marciales como aquel hombre. Sin embargo comenzaba aquello con su arte de la guadaña explosiva y su estilo de combate mortal básico. También le había cogido un buen manejo a su cola afilada en forma híbrida y completa. De todas formas siempre solía usar su ácido o sus habilidades de energía. Pocas veces peleaba en serio y mucho menos en forma completa. De hecho todavía no había peleado con nadie en su forma definitiva. Debía arreglar aquello cuanto antes y buscar un rival digno.

En aquel momento pudo ver como un tío atacaba a su luchador con un jodido banco de madera. Sin embargo con su buen oído escuchó unas palabras de la boca de Qui Gon. Quedó impresionado al ver como canalizaba energía y destrozaba aquel objeto. Una sonrisa sádica se formó en su rostro al verlo y no pudo evitar ponerse a reír. Una técnica del tipo perforador al parecer. Algo que incluso el haki armadura paraba con dificultad. Aquel chico estaba creciendo en poder al igual que el moreno. Sin embargo no había visto al niño Ragerok usar habilidades especiales de aquel tipo. Mientras observaba tranquilamente la pelea no pudo evitar contenerse para no meterse él también a liarla. Debía bajar la comida que había ingerido. Estaba echando incluso un poco de tripa y no podía darse aquel lujo pues las mujeres amaban las tabletas portentosas. Ahora soltó un suspiro observando cómo se desarrollaba aquella pelea entre los payasos y su alumno.

De repente sintió una presencia poderosa acercarse a toda velocidad y por el olor parecía ser el espadachín. Éste llego y se quejó a Madara de que dejaba luchar al castaño y a él no. – Estos tipos son bandidos. No son civiles y por ello se lo merecen. De todas formas es cierto que es un escándalo público. – Dijo ahora pensativo mientras se llevaba la mano a la barbilla pensando en las consecuencias. En ese momento una gotita de sudor le cayó por la cabeza y se quedó mirando a su compañero. – ¡Me críticas a mí de dejar que otros la líen! ¡Pero estás en bolas! – Aquello era exhibicionismo y podía tener consecuencias. En ese momento notó otra presencia correr hacia ellos y sus ojos se abrieron como platos al ver que era un jodido policía. El dragón le lanzó una mirada sonriente a Nokotori indicando que era la hora de correr. – ¡Corred, los civiles! ¡La pasma! ¡La pasma! ¡La pasmaaaaaaaaa! – El Shichibukai se tapó la cara con la mano y salió echando hostias tras Qui Gon.

Cuando por fin lo alcanzó empezó a jadear del cansancio pues la muy vaca no estaba hecha a tener que correr. – ¡Corre por tu vida! ¡Nokotori no te quedes atrás! – Dijo en un grito para que el espadachín también les siguiera. No tardaron en llegar a un puto muro de seis metros de altura que les tapaba el paso. El devastador aceleró y se estampó contra él haciendo un jodido agujero con su silueta. Debía haberse hecho daño o al menos si hubiese sido un hombre normal. Estaba muy tranquilo y su cara imbuida en haki armadura. – ¡A la base! – Dijo saltando en el aire y transformándose en su forma híbrida y comenzando a volar echando leches. Debido a que se desplazaba por al aire no tardó en llegar a la entrada de la cueva y tumbarse junto a una roca. Su respiración era agitada y enseguida volvió a la forma humana. Huir de las autoridades era agotador pero también divertido. Si el jodido policía les seguía hasta allí se lo comería seguramente por pesado. Esperaba que no cogieran a sus dos hombres pues entonces iba a tener que cargarse la isla literalmente.
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