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Osuka Sumisu
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El Oficial asintió para que empezara entrenar como de costumbre. Aunque sabía que me faltaba poco para terminar el entrenamiento, esa rutina había formado parte de mi durante varios mese y seguiría con esta, aunque no fuera en aquella sala de entrenamiento. Gracias a esta era más fuerte y rápido que al empezar. Eran unos ejercicios que no iba a desaprovechar y quien sabe, a lo mejor acabaría siendo yo el instructor algun dia.
Mientras ya llevaba un par de vuelta observe como Krauser admiraba su espada e incluso se veía como sonreía un poco. Supongo que una arma puede convertirse en la extensión de nuestra alma, incluso algunos éramos conocidas gracias ellas; el era conocido después de todo como el gran espada entre varios de sus motes. Yo también le había cogido cariño a mis guanteletes, siempre los intento mejorar pero nunca sustituir. Ellos protegen mis puños y fueron testigos de cuando desperté el haki, han sido mis compañeros inseparables. Eran mi escudo y mi espada, simbólicamente hablando, parecido a lo que quería que sintieran mis compañeros de la división.
De repente escuche un grito ensordecedor, pude ver al Oficial Krauser cubierto totalmente de haki y preparando un puñetazo de los buenos. –¡Piensa en que eres una armadura! – El ex-almirante nunca había intentado pillarme por sorpresa y se le veía impaciente. Quería que despertase el haki en ese momento, siempre había estado sereno pero hoy era diferente.
“A ver, soy una armadura. Que hacen las armaduras? Te protegen de golpes, flechas y demás, son tope chulas pero no te dejan mear porque aún no se había creado la bragueta… Osu, maldita sea, concéntrate! Que es tu última oportunidad! Soy algo que protege a la gente, soy algo que protege a la gente, soy algo que protege a la gente...” pasó por mi cabeza antes de que me cubriera con los brazos, cuando una tuve quizá la iluminación que necesitaba, lo que consiguió que funcionase aquella primera vez “Espera… No soy “algo” que protege a la gente, soy “alguien” que protege a la gente! A mi gente! Seré su escudo y espada, y los protegeré a todos! Eso es, lo tengo!”
Tras aquello cerré los ojos y recibí el impacto de Krauser-sensei, el impacto me hizo retroceder unos cuantos metros pero mi cuerpo seguía sin mover un músculo. Abrí los ojos, dos grandes líneas de suelo roto que llegaban a mis pies pero lo importante eran mis brazos; eran negros. Dolía como si me hubiese pasado un coche encima pero ahí estaba, y no se iba involuntariamente lo cual hizo que riera levemente y con nervios debido a tal sorpresa.- Realmente… Lo he conseguido…? Esto es el poder del Haki…?
Mientras ya llevaba un par de vuelta observe como Krauser admiraba su espada e incluso se veía como sonreía un poco. Supongo que una arma puede convertirse en la extensión de nuestra alma, incluso algunos éramos conocidas gracias ellas; el era conocido después de todo como el gran espada entre varios de sus motes. Yo también le había cogido cariño a mis guanteletes, siempre los intento mejorar pero nunca sustituir. Ellos protegen mis puños y fueron testigos de cuando desperté el haki, han sido mis compañeros inseparables. Eran mi escudo y mi espada, simbólicamente hablando, parecido a lo que quería que sintieran mis compañeros de la división.
De repente escuche un grito ensordecedor, pude ver al Oficial Krauser cubierto totalmente de haki y preparando un puñetazo de los buenos. –¡Piensa en que eres una armadura! – El ex-almirante nunca había intentado pillarme por sorpresa y se le veía impaciente. Quería que despertase el haki en ese momento, siempre había estado sereno pero hoy era diferente.
“A ver, soy una armadura. Que hacen las armaduras? Te protegen de golpes, flechas y demás, son tope chulas pero no te dejan mear porque aún no se había creado la bragueta… Osu, maldita sea, concéntrate! Que es tu última oportunidad! Soy algo que protege a la gente, soy algo que protege a la gente, soy algo que protege a la gente...” pasó por mi cabeza antes de que me cubriera con los brazos, cuando una tuve quizá la iluminación que necesitaba, lo que consiguió que funcionase aquella primera vez “Espera… No soy “algo” que protege a la gente, soy “alguien” que protege a la gente! A mi gente! Seré su escudo y espada, y los protegeré a todos! Eso es, lo tengo!”
Tras aquello cerré los ojos y recibí el impacto de Krauser-sensei, el impacto me hizo retroceder unos cuantos metros pero mi cuerpo seguía sin mover un músculo. Abrí los ojos, dos grandes líneas de suelo roto que llegaban a mis pies pero lo importante eran mis brazos; eran negros. Dolía como si me hubiese pasado un coche encima pero ahí estaba, y no se iba involuntariamente lo cual hizo que riera levemente y con nervios debido a tal sorpresa.- Realmente… Lo he conseguido…? Esto es el poder del Haki…?
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El impacto del demonio, hizo al chico retroceder unos metros. Sus brazos habían tomado un color oscuro y había aguantado bien el golpe. Una sonrisa siniestra se formó en el rostro del castaño. Se iba a tirar toda la mañana durmiendo. La felicidad que sentía era impresionante. Ahora el revolucionario sería más fuerte y tendría mucho más poder. El diablo soltó un enorme suspiro y después le miró a los ojos con mucha tranquilidad. Había parecido como si hubiese perdido la calma, pero su voz alta fue otra razón de motivación. La sensación de que él pensara que estaba siendo regañado, podía servirle también. Eran muchas las capacidades de motivación, y el revolucionario sabía muchísimas de ellas. Estaba claro que después de tanto tiempo, el chico lo había despertado. Ahora era un usuario del haki armadura, aunque fuese del básico.
El castaño en ese momento tomó el comunicador y comenzó a hablar de forma calmada. – Richard, ya puedes hacer que dejemos de estar sellados. – Una vez dijo eso, escondió el comunicador y se acercó a sus armas. Metió ambos machetes en sus fundas y tomó el enorme espadón, metiéndolo en una enorme vaina blanca. Lo ató a su espalda y después se puso una cinta azul en la frente. Se acercó despacio a su alumno y le sonrió de forma calmada. – Debo darte las felicitaciones. Espero que ahora tus rivales tiemblen de miedo ante ti. La rebelión ha ganado poder. –Una vez dijo aquello, estiraría su mano hacia él. Si intentaba dársela, apartaría la mano a toda velocidad y le miraría con seriedad. – De mano nada, a mis demonios lo mejor. Dame un abrazo hombre. – Dijo sonriendo de lado.
Si el chico aceptaba, le daría un fuerte abrazo y un par de palmadas en la espalda. En ese momento el sonido de los taladros llegó a sus oídos. Ya estaban sacándolos de allí, y por ello era el momento de volver. Se separaría y observaría a su aprendiz de forma calmada y con ambas manos en los bolsillos. – Bueno ¿Quieres algo antes de que me vaya a dormir catorce horas y media? – A lo mejor estaba exagerando pero, era mejor pasarse que no llegar.
El castaño en ese momento tomó el comunicador y comenzó a hablar de forma calmada. – Richard, ya puedes hacer que dejemos de estar sellados. – Una vez dijo eso, escondió el comunicador y se acercó a sus armas. Metió ambos machetes en sus fundas y tomó el enorme espadón, metiéndolo en una enorme vaina blanca. Lo ató a su espalda y después se puso una cinta azul en la frente. Se acercó despacio a su alumno y le sonrió de forma calmada. – Debo darte las felicitaciones. Espero que ahora tus rivales tiemblen de miedo ante ti. La rebelión ha ganado poder. –Una vez dijo aquello, estiraría su mano hacia él. Si intentaba dársela, apartaría la mano a toda velocidad y le miraría con seriedad. – De mano nada, a mis demonios lo mejor. Dame un abrazo hombre. – Dijo sonriendo de lado.
Si el chico aceptaba, le daría un fuerte abrazo y un par de palmadas en la espalda. En ese momento el sonido de los taladros llegó a sus oídos. Ya estaban sacándolos de allí, y por ello era el momento de volver. Se separaría y observaría a su aprendiz de forma calmada y con ambas manos en los bolsillos. – Bueno ¿Quieres algo antes de que me vaya a dormir catorce horas y media? – A lo mejor estaba exagerando pero, era mejor pasarse que no llegar.
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Mire con detalle aquel brazo negro, era como si llevara una piel de acero pero al tocarlo se sentía cálido. Que asombroso era el ser humano para poder hacer cosas como estas sin tener que recurrir a nada, solo con las capacidades que nos dio la naturaleza. Con solo concentrarme en los brazos, la piel negra desapareció y volví a concentrarme para que saliese de nuevo para asegurarme. Definitivamente había conseguido el haki armadura y ya tenía la capacidad de combate que buscaba para complacer los objetivos de la división.
Por otra parte el Oficial soltó un suspiro como de aliviado, parece que el también se alegraba de que lo hubiese conseguido. Después de todo se había pasado en aquella habitación también cuatro meses. Le debía mucho ahora que me había ayudado con esto y algún día se lo recompensaría como es debido. El ex-almirante enfundó sus armas y puso su espadón en la espalda cuando se me acercó dándome la mano para felicitarme pero antes de poder dársela lo cambio por una abrazo. Quien iba a decir que el demonio sería tan amistoso con la fama que tenía contra sus enemigos. No le quise dejar plantado, por lo que accepte ese abrazo con palmaditas en la espalda incluidas mientras me preguntaba que si necesitaba algo más antes de irse.
- Ya has hecho suficiente por mi Krauser-sensei. Pero si algún dia te pido que me ayudes con el Mantra pensaremos primero lo del ataque sorpresa- le dije bromeando con una sonrisa en la cara y le hice un gesto de respeto a mi superior con un saludo militar - Espero cumplir con tus expectativas en el campo de batalla Oficial Krauser. Luchare en nombre de la división y de la revolución para lograr un mundo mejor para todos.
Por otra parte el Oficial soltó un suspiro como de aliviado, parece que el también se alegraba de que lo hubiese conseguido. Después de todo se había pasado en aquella habitación también cuatro meses. Le debía mucho ahora que me había ayudado con esto y algún día se lo recompensaría como es debido. El ex-almirante enfundó sus armas y puso su espadón en la espalda cuando se me acercó dándome la mano para felicitarme pero antes de poder dársela lo cambio por una abrazo. Quien iba a decir que el demonio sería tan amistoso con la fama que tenía contra sus enemigos. No le quise dejar plantado, por lo que accepte ese abrazo con palmaditas en la espalda incluidas mientras me preguntaba que si necesitaba algo más antes de irse.
- Ya has hecho suficiente por mi Krauser-sensei. Pero si algún dia te pido que me ayudes con el Mantra pensaremos primero lo del ataque sorpresa- le dije bromeando con una sonrisa en la cara y le hice un gesto de respeto a mi superior con un saludo militar - Espero cumplir con tus expectativas en el campo de batalla Oficial Krauser. Luchare en nombre de la división y de la revolución para lograr un mundo mejor para todos.
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Krauser terminó de abrazar al chico, y no pudo evitar sonreír de lado al escuchar sus palabras. De ese modo, fue como el demonio llevó a la revolución a ser un poco más fuerte. Entonces el oficial le hizo un gesto militar también al chico. – Nos veremos, soldado. No olvides, que la justicia vencerá. – Mencionó con un tono amable. Después de aquello se dio la vuelta, comenzando a caminar hacia la salida de la sala cinco. En la puerta, le esperaba el arquero con una sonrisa. El demonio chocó la mano con él, y después continuó caminando hacia su despacho. Era la hora de echarse a dormir como un verdadero oso. De hecho, sus ojos ya estaban entrecerrados.
Su camino fue interrumpido por Hydro, el joven asesino que había entrenado durante dos años. – Sensei, una unidad tiene problemas en Arabasta. – Krauser no pudo evitar mostrar una sonrisa, para después comprobar que llevaba sus armas encima. – Al parecer, la siesta deberá esperar un poco más. – Dijo al mismo tiempo que se dirigía a la salida. El asesino salía de caza de nuevo, su vida era un sin vivir, dónde realizaba misiones cada día.
Su camino fue interrumpido por Hydro, el joven asesino que había entrenado durante dos años. – Sensei, una unidad tiene problemas en Arabasta. – Krauser no pudo evitar mostrar una sonrisa, para después comprobar que llevaba sus armas encima. – Al parecer, la siesta deberá esperar un poco más. – Dijo al mismo tiempo que se dirigía a la salida. El asesino salía de caza de nuevo, su vida era un sin vivir, dónde realizaba misiones cada día.
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“La justicia vencerá” fueron las últimas palabras del oficial antes de marcharse de la sala donde Richard le esperaba en la puerta, seguramente para alguna misión o algo por el estilo. Seguramente ser un alto cargo acarreaba la responsabilidad de estar todo el día para arriba y para abajo satisfaciendo los objetivos de la revolución. Eso a mi no me importaba, yo estaba decidido a jugar un papel importante en todo esto.
Cuando note que Krauser se había ido lo suficientemente lejos, me puse a celebrarlo de todas las maneras dentro de aquella gran sala vacía. Ahora era más fuerte y estúpidos logias del Gobierno ya no me amedrentarían. Me tranquilize un momento mientras observaba la sala y me dirigí hacia la puerta; guardaría bastantes recuerdos, sobre todo los cachos de piedra que aún estaban empotrados en la paredes por aquella.- Desde luego papa, no te equivocabas cuando decías que la revolución estaría llena de buenos momentos.- me dije a mi mismo mientras cerraba la puerta de la sala y cogía mi Den Den Mushi.- Hey chicos. Hay alguna misión libre? Tengo ganas de explorar mundo...
Cuando note que Krauser se había ido lo suficientemente lejos, me puse a celebrarlo de todas las maneras dentro de aquella gran sala vacía. Ahora era más fuerte y estúpidos logias del Gobierno ya no me amedrentarían. Me tranquilize un momento mientras observaba la sala y me dirigí hacia la puerta; guardaría bastantes recuerdos, sobre todo los cachos de piedra que aún estaban empotrados en la paredes por aquella.- Desde luego papa, no te equivocabas cuando decías que la revolución estaría llena de buenos momentos.- me dije a mi mismo mientras cerraba la puerta de la sala y cogía mi Den Den Mushi.- Hey chicos. Hay alguna misión libre? Tengo ganas de explorar mundo...
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