Un misterio en tu puerta. [Privado Oxama & Hack]

Nueva Esperanza... Un lindo y espectacular nombre para una increíble y maravillosa isla, tan famosa y conocida que algunas veces la gente dudaba de si en verdad se encontraba en el East Blue, ya que en la mayoría de los casos, las mejores islas se encontraban en el Grand Line y después de ella, pero no, en este caso no era así y casualmente había llegado a este lugar, no dudaría demasiados días aquí y en lo que poco que duraría mi estadía tendría que sacarle provecho, ¿no es cierto? No todo el tiempo se llega a un lugar tan maravilloso por pura casualidad del destino.

Ni siquiera había tomado la molestia de buscar una habitación para pasar la noche, que es lo primero que se debería hacer al llegar a un lugar en el que estás de visitas; no me preocupé en lo más mínimo por eso, la ciudad sin tener que recorrer mucho llamaba toda la atención de mi persona y sé que no soy el único que pensaba de esa manera, tal vez ni era necesario entrar o recorrer las calles de esta majestuosa isla, al ir arribando en el barco, se podría admirar con gran facilidad la belleza y grandiosidad que posee Nueva Esperanza. No quería llamar mucho la atención, así que mis pertenencias las dejé en el barco, obviamente tendría que volver, este no era mi destino y tampoco el destino de aquél barco; sólo portaba mi traje impecable como siempre, con mi saco puesto y abotonado hasta arriba, solamente dejando ver un poco la corbata que tenía por dentro... Por obvias razones, tenía dentro del saco mi arma de fuego, algo que nunca dejaba por nada del mundo, cualquier problema que se presentara y pudiera ser resuelto con facilidad, un par de disparos y ya, era mejor que tener que ensuciar mis manos y mi tan apreciado traje. Mi sombrero lo había dejado en el barco, a veces estar tan presentable era sinónimo de querer llamar la atención, cosa que no quería hacer... Por lo menos por ahora.

—Sé que algo puedo sacar de aquí para mis estudios e investigaciones... Algo bueno, obviamente.— me dije a mí mismo, mientras comenzaba a caminar adentrándome en la isla. Metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón, caminé con tranquilidad y con un porte cabizbajo, como dije antes, no tenía intenciones de llamar la atención de nadie.

Seguía mi rumbo, con tranquilidad, no me había preocupado por encontrar un lugar en donde pasar la noche todavía... Creo que ni siquiera era necesario, me agradaba la apariencia que tenía el lugar por donde rondaba, era muy bonito y llamativo en muchas formas y por donde se viera.

Pero, de repente, toda aquella tranquilidad que tenía el lugar o bueno, al menos aquella tranquilidad que pude sentir a primera instancia parecía desaparecer poco a poco, algunos gritos y una densa y pesada vibra empezaba a hacerse sentir en el lugar en el que me estaba metiendo. Aquella calle donde había llegado de pura casualidad, parecía presentar un embrollo feo, un sujeto que parecía estar inconsciente o muerto tendido en el suelo y un grupo de sujetos que no tenían nada de apariencia agradable, si les soy sincero.

Un niño pequeño de repente corría huyendo de aquellos criminales o antisociales, la verdad es que no sabía qué ocurría con exactitud, pero no era nada bueno y menos iba a dejar que se aprovecharan del pequeño niño que intentaba huir con algo entre sus manos. Sí, aquél niño corrió lejos del lugar y algunos sujetos corrieron rápidamente para atraparlo y no dejar que escapara con aquello que poseía en sus manos, ¿qué sería lo que tenía el paquete que portaba en sus manos? La verdad es que no me importaba mucho, pero que hombres así se aprovecharan de personas que no podían defenderse por su cuenta me enfermaba demasiado y por ello, tenía que actuar sí o sí, así no lo quisiera o no me interesara el problema, tenía que actuar... Era mi deber o mejor dicho, mi instinto me lo exigía.

—¿Hay algún problema, compañeros? —mencioné con gran seriedad y levanté mi brazo derecho para cerrarles el paso a estos hombres—.

Obviamente se detuvieron, que un extraño se entrometiera en sus problemas les molestó demasiado y parece que no les gustaba para nada aquellas personas que intentaban ser un héroe porque sí, pero, la verdad, me había molestado yo también... Algo que detestaba más que nada eran este tipo de personas, esas aprovechadas y ridículas personas que se aprovechaban de los más débiles; y bueno, si querían pelear o iniciar un combate, yo no lo dudaría, estaba dispuesto a todo ahora.

Los supuestos criminales se habían detenido al ver que me yo me les había atravesado en el camino, esto mismo dio tiempo suficiente para que el chico escapara del lugar con aquél desconocido paquete que cargaba en sus manos.

En sus rostros no se reflejaba una felicidad o alegría, exactamente, esa cara de cabreo y mucha rabia se veía con claridad. En realidad, esto no me preocupaba para nada, ya me había metido en el centro del problema y haría lo que fuese necesario para salir ahora del problema. Del otro lado, a unos pocos lados de mí, estaba otro chico con una pinta bastante jovial, igual a mí, de hecho... El mismo no parecía pertenecer a la banda de criminales y parecía tener interés en meterse a resolver el problema al ver que yo lo había hecho, una ayuda no me caería para nada mal, pero eso sí, que fuese eso, una ayuda... No una carga más para mí.

De repente, el que parecía ser el líder o el jefe de la banda comenzó a correr hacia a mí, el mismo gritó algunas palabras demostrando estar bastante confiado en sí mismo. Por mi parte, retrocedí unos cuantos pasos para alejarme de los delincuentes que más cerca de mí se encontraban y pasé a ajustar mi traje para levantar mi mano izquierda en dirección a los criminales, haciendo una señal de que vinieran a mí si es así como lo querían resolver.