[Reto privado Ikaruga-Alexandra]El Alcohol cambia a la gente...[pasado]

Isla de Kumo, la más grande del Archipiélago Arashi. ¿Qué hacía en aquella isla? Aunque fuese una zona poblada, principalmente el Archipiélago parecía ser un enorme refugio de piratas, contrabandistas y delincuentes. Especialmente en aquel conjunto de pequeñas islas conocidas como Lágrimas de Arashi, situado tan solo un par de millas al norte de Kumo. Sin embargo, yo tenía una muy buena razón para estar allí, y no era visitar un Archipiélago largo tiempo atrás abandonado por el Gobierno:

Aquel día era especial, pues había decidido celebrar mi reciente aceptación como miembro oficial del CP. Como me encontraba en el East Blue, busqué una isla pacífica donde poder tomarme una copa o dos... ya sabéis, hacer una excepción a mi regla de no beber alcohol por una vez, por ser una ocasión especial. Y uno de mis compañeros me dijo que en la isla de Kuma había un bar donde servían el mejor Tequila del East Blue. Probablemente fuera cierto, o eso pensé cuando vi a los rudos habitantes del puerto sureño. Por supuesto no fui allí como Alexandra Silvercat, esa faceta mía es tan seca que seguro que celebraba la ocasión firmando papeleo... No, fui vestida de forma casual y con mi larga cabellera roja al viento. Aquel era el día de Alex DJ, la sonriente y dulce muchachita que pronto recordaría por qué decidió no tomar nunca bebidas alcohólicas. Y que, por desgracia, no pegaba demasiado en aquel ambiente.

Sinceramente, una de las razones por las cuales odio el alcohol, es porque me hace tener lagunas en mi memoria. Y no me gusta que hayan cosas que no recuerdo. Así que me mosquea mucho no recordar cómo acabé tan borracha, que me puse a hablar con un desconocido que tenía a mi lado (si a aquello se le podía llamar hablar, más que balbucear). No estoy del todo segura, pero juraría que él llevaba encima también alguna copita de más... De hecho ahora mismo me pregunto: ¿Qué estaría haciendo allí? O más bien: ¿Qué le trajo por allí exactamente? Supongo que nunca sabré la respuesta, o lo mismo me lo dijo pero no lo recuerdo.

-... y entoceh va... *hic* ylo rechasa... ¿Te lopué creer? *hic* - Efectivamente, así de mal estaba yo que eso fue lo que salio de mi boca. O al menos eso me dijeron, yo recuerdo intentar articular palabras con sentido. - Jooooo... ¡Ahoraestoy enfadá! Si me loencontrá de frent... *hic* podría darleun derechaso que veía lah estrella...

Isla de kumo, ¿lugar de mala muerte o simplemente uno de los grandes puntos para comenzar tus negocios de bajo mundo? , cosas sin sentido comenzaron a pasar por la mente del joven Ikaruga en el momento que llega al lugar, el viendo era bastante bueno, soplando fuerte haciendo que sus sobretodo negro saliera un poco levantado, aunque lo primero siempre será lo primero buscar el que comer así que conllevaba a una pequeña acción de exploración por parte del pirata, desde burdeles de mala muerte a casas de apuesta e incluso herrerías donde solo a la vista del hombre podía ofrecérsele armas de baja calidad compara con su enorme hacha, no paso mucho de media hora cuando dio con un bar que no tenía tan mala pinta a decir verdad, el único pensamiento que paso por mi mente fue ¿ qué es lo peor que podría pasar realmente?, luego de entrar y notar una gran cantidad de gente cada quien en sus asuntos, unos celebraban otros en negocios y en la barra pude notar un lugar vacío junto a una joven pelirroja que se le notaba lo ebria a kilómetros, parecía balbucearle cosas a el hombre de al lado, sin importar muchas cosas yo solo me dispuse a sentarme tranquilamente colocando mi enorme hacha junto a mí para luego decir tranquilamente las siguientes palabras al cantinero.

- jefe… una enorme jarra de cerveza de mantequilla y una ración enorme de carne por favor.

luego de dar mis peticiones al cantinero pensamientos pasaron por mi mente en ese momento sobre mis movimientos que tengo que hacer para lograr notar mi presencia a los piratas de otros lugares, después de todo mi oficio se tornaría en una sola cosa “ser el pirata que destroza a los piratas” , atracar a la gente tranquila o pacifica nunca va en mis parámetros, pero obviamente no mido el daño colateral que pueda tomar mis acciones, no importa que o quien se interponga en mi camino, conquistare, dominare, destruiré, arrasare y sobre todo masacrare a todo lo que ose llamarse pirata en este mundo… porque anhelo ser el más fuerte.

después de un rato de divagar conmigo mismo en mi mundo recordé las grandes palabras que siempre solían decirme en mi pueblo, sabias palabras a decir verdad, palabras de optimismo que siempre llenarían el corazón hasta del hombre más malvado de este mundo, sonreí tontamente a la nada mientras tocaba con mi mano derecha mi collar en forma de hacha que tenía colgando del cuello, uno de los pocos recuerdos que tengo de mi hogar de origen claro está, además de mi hacha.

El tipo a mi lado acabó levantándose y largándose por la puerta sin decir nada más. "Que maleducado, por lo menos podía haberse despedido..." Pensé. Estaba de muy mal humor y podía pagarlo con casi cualquiera que estuviera cerca, había cometido el error de dejar que el Tequila se me subiera a la cabeza... por suerte o por desgracia, a mi lado se sentó un tipo alto y de buena complexión, ni muy grande ni muy pequeño. "Una pena..." Pensé, creo. "... en otras circunstancias a lo mejor podría haber tonteado con él. Pero hoy lo que necesito es desahogarme."

Por lo que me contó el fornido barman cuando todo acabó, miré de forma condescendiente y amenazante al recién llegado, exclamando algo como '¡¿Ytu que mirah?!', precedido de un largo y último trago a mi vaso para terminar de apurar el líquido que me quemaba la garganta. Tras la exclamación coloqué violentamente el cristal en la barra, haciendo un sonido potente y seco. Por suerte no se rompió, o al menos no recuerdo haber pagado por él...

Dicho lo cual, ni siquiera estoy segura de si fue eso u otra cosa lo que empezó la pelea. La cosa es que hice de todo para intentar ofender a aquel visitante, y que me diera razones de vuelta por las que entablar una 'amistosa' aunque seria pelea. Y digo amistosa porque en ese entonces no sabía ni quién era el hombre, o las intenciones que tenía. De hecho, me daba igual si era Pirata, Revolucionario, u otro miembro del CP, yo quería trifulca, de la que obligaría al Dueño del bar a echarnos a patadas para que terminásemos en la calle.

Entonces una pequeña chica pretende fastidiarme la vida un rato, un momento de lucidez vino a mi mente pensando que solo era una borracha más de la vida pero solo al cruzar mi mirada con ella me di cuenta de una cosa, las cosas solo podían terminar en una pelea y yo como siempre destruiría todo como acostumbro a hacerlo. Pero antes de comenzar la pelea uno de mis malos hábitos  se dará a conocer en este momento, uno bastante peculiar.




Así es, el joven pirata comenzó a cantar así porque si, sonriente, feliz y con una mirada ansiosa por una pelea que hiciera que su corazón se emocionara con todo su ser y hacer que todas sus energías se gastan, pensando como loco que no todo el tiempo se consigue una pelea asi por así, si esta persona sin importar que fuera una joven señorita realmente desea una pelea pues el “caballero del kraken” le dará lo que busca. Curiosamente en una de las mesas que se encontraba a lo lejos se pudo escuchar algo bastante especial por parte de un solo hombre que solo bebía sake.



Segundos después de terminar de cantar esta estrofa todos los hombres al mismo tiempo, abrazados a otros sonrientes y felices continúan cantando lo que es uno de los tantos himnos que pueden tener los piratas en este mar llamado “la canción”.



Unos segundos  después, el cantinero llega con mi pedido lo único que tomo de ella es la cerveza con mi mano derecha acto seguido danto un enorme y largo trago mientras que con la otra mano tome mi hacha para luego tirar lejos la jarra y levantarme de golpe con un solo propósito, propinar un fuerte corte de manera vertical en dirección a la chica con el propósito de acabar con todo lo que se encontrara en el camino del filo de mi arma.

Lo cierto era que era difícil distinguir al chico y sus respuestas por encima del barullo que estaban montando los demás hombres, pero por alguna razón, recuerdo que todos se quedaron en silencio para escuchar sus palabras. Y, de repente, uno a uno todos se fueron uniendo en lo que a todas luces parecía una canción. Una canción extraña y de letra macabra, pero pegadiza, todo sea dicho.

Al ver a todos los hombres de la taberna empezar a cantar, no pude evitar sonreír ferozmente y acompañarlos con mi propia voz. Conocía la canción, era un himno pirata que solía cantar un compañero mío cuando se infiltraba en barcos de la misma calaña. Cuando terminamos de cantar, muchos de los rudos hombres me miraron, algunos confusos y otros maravillados. Con el ego por los aires, me giré de nuevo hacia el desconocido de antes para ver cómo reaccionó él a mi divina voz.

Y cual no fue mi sorpresa cuando el enorme hombre tiró por los aires lo que le quedaba de cerveza (¡Horror! Desperdiciando bebida...) y agarró un enorme hacha que me quitó la mitad de la borrachera por el susto. "No... no será capaz..." Pensé, incrédula. "Por muy pirata que sea, soy una pequeña señorita indefensa y desarmada, no se atreverá a..." No pude terminar esta frase en mi mente, porque en cuanto vi al hombre levantar su hacha, di una patada contra su taburete.

Por la diferencia de pesos, la que salió volando fui yo, pero al menos me sirvió para evitar el corte vertical, que destrozó el asiento donde estaba un segundo antes. Aunque al caer de espaldas contra el suelo no pude evitar un ligero golpe en la cabeza, que me mareó y dio ganas de vomitar. Mientras me aguantaba como podía, y me despejaba poco a poco la otra mitad de la ebriedad, temí que el pirata me atacara de nuevo, pero cuál no fue mi sorpresa cuando miré de nuevo hacia arriba:

Muchos, por no decir casi todos los piratas presentes, se habían levantado y miraban fijamente y de manera amenazadora al hombre frente a mí. Se notaba que no les había hecho gracia precisamente aquella falta de 'caballerosidad' por llamarla de alguna forma. "Oh, menos mal. Ya pensaba que todos iban a ser igualmente deshonrosos..." Pensé aliviada. Si realmente tenían un mínimo de decencia, o si simplemente se sentían atraídos a mí en particular, nunca lo sabré. Pero estaba claro que si el otro intentaba atacarme de nuevo por sorpresa (ya no digamos usando un arma contra mi, que tenía los puños desnudos), me defenderían.

Levantándome del suelo, miré disgustada al enorme hombre del hacha. De acuerdo, es cierto, yo buscaba pelea. Pero me había pillado por sorpresa que fuera a responder intentando matarme. Así que si no abandonaba su arma o la sustituía por otra menos... letal, me vería obligada a tomar medidas drásticas que a ningún hombre le hacen gracia. Y por su bien y el de su descendencia, esperaba no tener que tomarlas. Por el momento solamente lo observé, en guardia y con las piernas ligeramente flexionadas, preguntándome qué haría entonces.

Al ver cómo el hombre despedazo alguna que otra cosa con su hacha pero su objetivo había logrado esquivar muy ágilmente esto le produjo una sensación de alegría, sonrió fervientemente al mientras se dispuso a levantar su hacha del suelo y mirar con tranquilidad a la joven señorita mientras que solo los demás hombre posaron su miradas en nosotros dos. El hombro solo tuvo que mirar por un minuto a la multitud con una mirada lo suficientemente sedienta de batalla para que el grupo temblara por un momento y saliera despavoridos del lugar, luego regreso su mirada a la chica que claramente ella tenía mucho más potencial que otras personas, el simple hecho de esquivar su ataque con tanta agilidad era prueba de ello, pero sin dudar el hombre sabía que ella ocultaba algo, algo importante.

-Mi nombre es Ikaruga D. Kraken… provengo de la isla kraken un lugar muy lejos de aquí… es de muy mala educación  para mí no presentarse después de ver que has aprendido la primera lección… que sin duda alguna sabes algo acerca del “movimiento”, pero… tu mirada no logra engañarme… dime pequeña qué ocultas en tu interior aparte de dos cosas obvias en esta realidad y sobre todo que no se aun… tu nombre… y a lo que te dedicas…

Al momento después el pirata da un profundo y gran respiro para luego exhalar con gran tranquilidad dejando salir una oración de sus labios más que audible, una sensación de poder salía de su boca, esas para eran solo 2 -“All Knight”- . Luego el hombre dejo caer su enorme ala al suelo levitando sus puños a la altura de su rostro y flexionado un poco sus rodillas esperare fervientemente el momento exacto para atacar a la jovencita que sin duda alguna él sabe que no es un don nadie ni una cualquiera, ella tiene el potencial de vivir como Nagakeiboros quiere que viva el mundo.

-Llevemos esto al combate físico… veamos si eres capaz de superar la segunda lección…  Lucha pequeña… vive… ama… no te canses… sigue tus anhelos… no tengas miedo… LUCHA POR LO QUE CREES CORRECTO!!! POR QUE ESO ES LO QUE NAGAKEIBOROS QUIERE PARA EL MUNDO!!!

Después de su declaración el joven dio solo 3 enormes pasos rápidos colocándose a tan solo 5 centímetros de ella llevando a esta pelea a un combate cerrado mano a mano, pero él no se movió, ni siquiera pestañeó, el solo se preparaba para reaccionar al ataque que el esperaría con toda la paciencia del mundos, sus ojos la observaban con sed de batalla y una pasión por la pelea más allá de lo comprensible, pero no se movía, esperaba pacientemente  ya que esto para él no era una pelea, esto para él es la prueba.

Creo poder afirmar que para aquel momento ya tenía de vuelta todos mis sentidos... bueno, miento, pero al menos la mayoría, porque puedo recordar con claridad todo lo que pasó después... bueno, casi todo, y aún no estoy segura de que no fuera un sueño, pero para lo que viene siendo el caso tendréis que confiar en mí y en mi palabra... hasta cierto punto.


El caso es, que el hombre de dos metros de altura se presentó como Ikaruga D. Kraken, y empezó a hablar cosas sobre lecciones y movimientos y otras historias raras para mí. "¿Este tío también está borracho y no me he dado cuenta?" Pensé. Aunque me perturbó en cierta manera con sus palabras, pues por un momento me hizo pensar que había descubierto mi secreto. Luego me di cuenta de que solamente por instinto pensaba que tenía uno, por lo que ignoré esa parte de su conversación y respondí a las otras dos preguntas indirectas.

- Bueno... ya que te has presentado y parece que has aprendido modales, sería de mala educación por mi parte no presentarme también... - Estaba sorprendida, por lo menos ya era capaz de hablar con normalidad... o al menos eso quiero pensar, ya que para cuando me di cuenta, el local estaba vacío. "Cobardes. ¿Este tipo de gente es la que tiene en jaque a la Marina? No sé quienes son peores ahora..." Pensé, antes de proseguir con mi diálogo: - Me llamo Alexandra, aunque puede que me conozcas mejor como Alex DJ. Y, tal como indica el pseudónimo, soy DJ, me dedico a la música.

Si pensabais que simplemente por estar un poco 'alegre' iba a soltarle todo acerca de mí, como apellido, profesión y secreto... es que no habéis tenido en cuenta la de calumnias por las que tuve que pasar en mi instrucción. Allí te enseñan cosas, y te preparan contra interrogatorios. Además, en ese momento todo lo que dije era la pura verdad, y yo lo sentía así, por lo que me fue mucho más fácil tener la conciencia tranquila.

Seguidamente a todo esto, Ikaruga suspiró algo como 'Alright' o 'All right', o algo así. Vamos, que yo entendí que estaba diciendo 'De acuerdo' en otro idioma. Tras eso, procedió a darme una bonita charla sobre luchar por tus ideales, la cual me dio dolor de cabeza en cuanto me empezó a gritar. Lo que no me esperaba es que fuera a acercarse tanto a mí, y como aún tenía los reflejos embotados por el alcohol, no lo vi llegar hasta que ya estaba a poca distancia, provocando que retrocediera un par de pasos de forma involuntaria (o voluntaria, según cómo se mire).

Sin embargo, no se movió, Ikaruga simplemente esperó a que yo hiciera algo, y en ese momento me arrepentí de no haberme quedado tan cerca, eso me hubiera dado una ventaja enorme y casi injusta. "Bueno, al final he conseguido lo que quería, que es una pelea más o menos justa, así que supongo que bien está lo que bien acaba..." Fue mi ultimo pensamiento, antes de lanzarme al ataque.



Usando como apoyo, no mi pie trasero, sino el delantero, tomé un impulso más lento al principio, pero más potente y por tanto más veloz al final. Dado que el tamaño de mi oponente me impedía apuntar correctamente a su cabeza, y su torso no parecía ser poco resistente, me decidí por atacar sus piernas y tratar de derribarlo. Pensé en intentar bloquear sus propios puños, pero hubiera sido mi perdición intentar un combate de fuerza mano a mano, contra un enemigo como aquél sería difícil aprovechar... "No, espera..." En realidad sí que tenía un estilo de combate perfecto, para usar el propio impulso y tamaño de mi oponente en su contra, ¿cómo no lo había pensado antes? "Ah, pero para eso primero me tiene que atacar él, y la iniciativa la tengo yo." Hecha un lío, decidí marcarme lo que se llama un 'YOLO' o 'You Only Live Once' (Solo se vive una vez) e improvisar.

Todo esto lo pensé en el poco tiempo que tuve entre que me decidía a impulsarme, y tomaba el impulso, así que cuando empecé a moverme ya tenía una idea clara. Tracé de vuelta los pocos pasos que había dado, a gran velocidad, y sin perder de vista un posible contraataque de Ikaruga, me agaché y realicé un movimiento giratorio sobre mi propio eje, usando una pierna como apoyo y la otra estirada apuntando a la rodilla del hombre por un lateral. Mi intención era golpear con la punta del pié en la zona justamente opuesta a la rodilla, en el pliegue de la articulación, ya que esa zona siempre ha sido débil y propensa a ceder, con lo que haría perder el equilibrio a mi opontente con suma facilidad... eso era, claro, si conseguía impactar.

Claramente era el momento de comenzar la segunda lección, en el eje del movimiento el “Enfoque” trata de solo lo que tiene esa “visión” realmente podrán ver lo que realmente trata la vida y podrán gozar de ella, en este mundo todo es movimiento y todas las cosas son nagakeiboros (libro del diario de la isla kraken capítulo 2 versículo 1). El caballero de kraken no pudo evitar sonreír a las hazañas de la joven señorita,  más que alegre estaba contento de poder toparse con alguien que estaba luchando sin dudar ataca al que tiene en este momento en frente de ella y tan solo por deporte, esto no lograba más que hacer emocionar mucho al quien decidió que es momento de atacar.

Usando su estilo de pelea “all Knight” que consiste en usar su hacha brazos para dar golpes y cortes devastadores a su oponente y aprovechado la flexibilidad de su cuerpo Ikaruga estira su brazo hacia arriba y comienza a acumular una dosis pequeña de poder cuando observa que la chica da su último paso para agarrar impulso para desempeñar una patada giratoria que gracias a su ya anterior alerta pudo predecir, el objetivo del mismo hombre era hacer un choque entre dos los dos en el momento la fuerza contra la agilidad y destreza, el hombre estaba tal punto contento y emocionado por la pelea que sus ojos se tornaron completamente de color rojo  incluyendo su esclera a tal punto que solo se observaba rojo toda la parte ocular.

El gran hombre con todo el peso de su cuerpo dejó caer la pierna objetivo de la chica quedando con la misma apoyada con la rodilla en el suelo mientras que la otra la usó como soporte para girar y quedar justo en frente de la patada en una posición algo inverosímil pero por su flexibilidad le seria posible, en ese mismo instante el golpe estaba descendiendo y preparado para impactar con la patada de la chica con muchos factores acompañados: emociones, peso del hombre y sobre todo una gran emoción por el combate.

-PEQUEÑA!!! - a poco de chocar la patada con su feroz golpe destinado a romper todo lo que se cruzara en su camino - TODO EN ESTE MUNDO ES NAGAKEIBOROS!!!

El pirata pudo notar algo en el momento de colisión un, cabello blanco proveniente de un costado de la cabellera de la chica, este brillaba mucho y era muy obvio no notarlo, ya que el choque entre ellos era algo que obviamente no se detendría el caballero del kraken solo se dispuso a preguntar algo que era obvio para sus ojos.

-¿Por qué demonios utilizas una peluca?