Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE)

Os encontráis en una taberna del archipiélago, sentados en la barra tomando unas bebidas alcohólicas. Tras la quinta parece que los demás parroquianos, con unas copas de más también, miran de forma rara a peste, levantándose varios de ellos comentando que por él les darían una buena cantidad los esclavistas. Tras lo cual toda la taberna se lanza a por él, parece que alguno de los presentes podría llegar a ser un problema, puede que lo mejor sea poner pies en polvorosa. Por tu parte Necro puedes huir con él, o seguir bebiendo, o hacer lo que consideres oportuno, pero estáis uno o dos contra treinta.

Al ver aquellos hombres acercándose a mi compañero decidí esperar a lo que compañero considerara apropiado. Muchos estarían en desventaja contra mis habilidades gracias a mi fruta y la carne que habían ingerido (por no decir los zapatos y cinturones de piel de algunos... además de lo ebrios que estaban).
-Creo que será mejor irnos de aquí, no quiero ganar problemas, aunque, si tienes una buena estrategia me gustaría oirla- le dije a mi compañero mientras colocaba mis manos sobre las empuñaduras de mis sables y mis ojos comenzaban a brillar en un tono verdoso.
Haciendo uso de mi detección de lo muerto, logré detectar en las cercanías todo aquello que podría utilizar para atacar en caso de hacerlo, aunque no dejaría a mis espadas con su sed de sangre cuando no pudieran rechazar un llamado a la batalla.
Mientras tanto, tenía la vista fijada en la puerta y en una ventana muy cercana para que, en caso de escapar, tuviéramos una oportunidad más o menos favorable.

Peste bebía una copa tras otra sintiendo como el cuerpo se le entumecía levemente. Pues a pesar de llevar veinte copas de alcohol puro, su cuerpo resistente de gyojin le hacía aguantar demasiado. Sinceramente si fuera alcohólico sería una ruina para él, pero una fortuna para el tabernero que le atendiese. A su lado se encontraba Jako bebiendo casi al mismo ritmo que Peste, pero con copas menos cargadas. Hacía mucho tiempo que no se veían y tenían muchas cosas que contarse. Su amigo parecía había cambiado muchísimo, por no decir que ahora era usuario de una fruta del demonio y estaba ilusionado en ver que habilidades tenía.

El lugar era como las típicas tabernas que frecuentaban los piratas. Un lugar viejo, grasiento y maloliente. Pero daba la casualidad que siempre esos lugares estaban repletos de gente. Qué cosa más curiosa, ¿no? El tiempo fue transcurriendo con normalidad, pero los parroquianos parecían cada vez más molestos por la presencia de Peste. Este en principio no les hacía caso, pues estaba acostumbrado a que le miraran debido a su aspecto blanquecino, a sus dientes afilados, y claro está a su falta de extremidad.

Pero según se iba acercando la noche Peste no pudo evitar echarles un par de miradas desafiantes. Debía marcar su territorio y enseñar a esos tipos quien era. No se sentía nada intimidado por unos borrachos de pacotilla, como le dieran la oportunidad les reventaría la cabeza a todos. Al final decidió voltearse en el taburete y mirarlos directamente mientras seguía bebiendo con Jako. Les estaba desafiando a acercase.

-No me agradáis ninguno de vosotros. Así que si no queréis morir esta noche deberíais dejarnos en paz y seguir bebiendo.-Peste cogió su copa y dio un trago. Los tipos no parecían hacer caso a sus palabras y se acercaban cada vez más a ellos. Peste se puso en pie y dejo caer el agua de su hombrera-cantimplora. Mientras esta iba cayendo iba cogiendo forma de brazo con unas manos afiladas. El brazo era casi translucido, al ser agua. El gyojin cogió vaso vacío y se lo lanzó con todas sus fuerzas al tipo más cercano, el cual seguramente acabara KO.

-Aura de acero.- el brazo de Peste adquirió un color más azulado, dando la impresión de tener las garras realmente afiladas.-Espero que estés listo Jako, esto se va a poner interesante.- dijo Peste poniéndose en posición de ataque.

post invalido

Los hombres cada vez más cerca ahora parecen algo más organizados, están en más organizados, divididos en varios grupos. Esto se va a poner muy feo, mirando atrás veis una puerta abierta, aunque si comenzáis la lucha es posible que os quedéis sin la posibilidad de poder salir por ella. Por la puerta principal aparecen otros diez hombres más, estos traen redes y algo más que no llegáis a reconocer. Los tenéis ya a distancia de ataque, pero ellos casi también y se defenderán.

Off:

Off2:

Jacko observó muy bien la situación. Estos hombres venían en serio y quizás lo mejor era escapar, aunque no contaría con el agrado de su compañero que se veía que estaba listo para la acción.
-Estos hombres vendrán a por nosotros ¿tomamos la iniciativa?- dije con una sonrisa un poco malévola, un poco influenciado por el lich, mientras tomaba ambas espadas y las sacaba de sus fundas. Con mi detección de lo muerto pude ver los materiales "muertos" que había cerca y la mayoría eran restos de comida y piel muerta. Esto debía servirle de algo.
Con ambas espadas en posición ofensiva, Jacko hizo uso de su fruta para controlar los restos óseos de la comida que podría utilizar como proyectil en un momento dado.
-Recomiendo cargar contra los de la puerta, quizás logremos tener más chance si atacamos desde afuera y controlamos a los de adentro desde el pequeño umbral...

Peste se cabreaba cada vez más al ver como los tipos se iban acercando con ganas de pelea. El ambiente era silencioso y se notaba la tensión del lugar. Los pocos parroquianos que se encontraban en la taberna acabaron por salir despavoridos del lugar. Peste empezó a hacer estiramientos al ver como los enemigos se iban agrupando por el lugar, los cuales dejaron sus bebidas en las mesas y empezaron a prepararse para la lucha. Aquello parecía una batalla campal, pero cincuenta contra dos.

El gyojin diviso la puerta por la que podían huir, pero él no era de los que huía como una niña llorona. Además en aquella situación tenía el apoyo de un compañero, pues Jako estaba dispuesto a entablar batalla y seguirle hasta el infierno. Peste introdujo la mano en su pantalón y observo como más sujetos entraban a la taberna. Estos estaban demasiado lejos, pero se apreciaba que llevaban algo en las manos.

-Pato, pato, pato...-decía Peste con aire de superioridad mientras observaba los rostros de los enemigos que seguramente estaban desconcertados antes aquellas palabras- ...os voy a patear.- Peste saco un objeto de su bolsillo y lo arrojo con mucha fuerza a los tipos que tenía más cerca. Un objeto con forma de patito de juguete fue directo al rostro de uno de los atacantes.

Peste aprovecho la situación para empezar a cargar sus brazos con movimientos giratorios. El único brazo del gyojin empezó a definirse como si estuviera manteniendo mucho peso, y lanzando un puñetazo al frente, las botellas que estaban detrás suya estallaron en mil pedazos formando en el aire un chorro de líquido (*) que iba con fuerza hacía los enemigos.

(*) Chorro líquido es provocado por el agua que contienen las botellas. A pesar de ser las mayorías de alcohol, es una taberna barata, y era predecible que el tabernero echara agua en las bebidas para ganar más dinero. Además el agua al girar provoca que parte del alcohol vaya dentro del chorro de agua y sea considerablemente grande a pesar de no haber más agua alrededor de Peste.

Un par de hombres recién el pato cayendo muy doloridos y posiblemente acaben muriendo. El chorro de peste hace que un grupo entero de cinco sea arrastrado fuera de la taberna, aunque es muy posible que no tarden en entrar de nuevo. Los otros grupos avanzan hasta vosotros, estando ya cuerpo a cuerpo. El grupo más cercano a ti Necro, formado por cuatro hombres, se abalanza contra ti, dos de ellos a por tus brazos, uno a cada uno, y los otros tres al cuerpo es muy posible que a golpearte o intentar atraparte. Peste los otros dos van a por ti, redes incluidas, estas te las lanzan un poco separadas , intentado que te sea difícil esquivar las dos. Por la puerta entran ahora tres tipos, uno de los cuales es muy grande, musculoso y tiene pinta de ser el que manda, os da tiempo a ver como señala la puerta de atrás. Es vuestra última oportunidad para huir al parecer, pero antes debéis esquivar a vuestros enemigos. ¿Qué vais a hacer?

-La batalla será más fácil afuera- dije a mi amigo con una sonrisa un poco malvada. Disimuladamente tomé los dientes que llevaba en mi bolsillo y los disparé contra los hombres de la salida más cercana, saqué mis espadas y me dispuse a romper la guardia para lograr salir del lugar.
No sería tal vez lo mejor ni lo más listo pero también necesitaba ganar algo de tiempo y tratar de cambiar el escenario a uno más abierto donde pudiera maniobrar mejor.
-¡Rompamos la guardia!- grité a mi compañero para que me siguiera, mientras con los pedazos de comida de los platos trataría de atacar a quienes nos quisieran llegar por la espalda.

Peste observaba con una sonrisa en su boca como la situación se ponía cada vez más comprometida. Los hombres se acercaban poco a poco con ganas de más pelea, parece ser que el espectáculo de poder de Peste no había servido para asustarlos ni un poquito. Jacko parecía un poco incómodo luchando dentro de la taberna, a lo que Peste le afirmo con la cabeza para que saliera por la puerta trasera. Su compañero parecía desenvolverse bien con los enemigos que iban a por él. Pero por la puerta principal se observaba como entraban más y más tipos.

Mientras tanto Peste observaba como dos de aquellos tipos se acercaban a él, pero por encima de sus cabezas sobrevolaban dos redes enormes de pesca. Peste se puso en guardia y expulsó líquido de su cantimplora-hombrera, formando una guadaña donde el brazo que le faltaba. Cuando las redes estaban a punto de capturarlo activo su manual de Aura de Acero, reforzando la guadaña de agua con un filo cortante. Peste se puso a dar varios tajos para que las redes se cortaran, mientras rápidamente se ponía en guardia con su ámbito de hielo(x2) transformando la guadaña en un escudo de hielo lo suficientemente denso para bloquear los ataques de los dos tipos que iban a por él. Después les lanzó el escudo encima y salto al interior de la barra.

Peste desvió la mirada para observar que su compañero estaba bien, y parecía que iba a salir por la puerta trasera ileso. Peste se creó un brazo de agua (con el agua que había por el suelo y lo que le quedara en la cantimplora) y agarro con fuerza la barra. Sus músculos empezaron a definirse y una gota de sudor empezó a recorrer su frente mientras hacía cada vez más esfuerzo. Los tipos parecían dispuestos a seguir intentándole capturar, pero de repente, la barra cedió ante la fuerza del gyojin y esta salió despedida hasta el centro de la taberna, dándoles tiempo a él y a su compañero para escapar por la puerta trasera. Mientras los enemigos se quitaban el enorme tablón de madera maciza que formaba la barra de encima.

Nada más darte la vuelta, mientras se supone que la barra aún debería estar volando escuchas un gran estruendo a tu espalda. El tipo de la puerta, el que parece el jefe, ha cortado de alguna manera la barra en cuadrados pequeños que han caído al suelo. Parece que tu intento lo ha enfurecido y ahora va a por todas. Al salir al callejón, que es una estrecha unión de dos calles más grandes, os dais cuenta que entráis muy justos los dos y que si os rodean mientras lucháis con los que salen estaríais perdidos. Al venir visteis una zona de manglar que, sin duda, sería una buena ruta para huir, y quizás entrenar una temporada para mejorar esas habilidades que poseéis. También podéis quedaros a y enfrentaros a los esclavistas, con un futuro incierto, al menos para necro, tu peste si perdéis acabaría de esclavo de algún noble rico.

La zona era angosta, más de lo que podría haber imagino, sin embargo, quizás era mejor de lo que había pensado. Mientras estaban dentro aquellos sujetos, debíamos actuar rápido para evitar que nos rodearan así que lo que fuera que hiciéramos debíamos hacerlo y ya.
-¿Sabes?- dije con mi acento malicioso a mi amigo, transmitido por la sed de sangre de mis espadas y del lich- esto me recuerda a las "Thermópilas".
Tras correr un instente, me giré y, asegurándome de no darle a mi amigo, concentré una gran cantidad de poder en mis manos, las cuales irradiaron esa aura verdosa hacia mis sables los cuales estaban ya en su posición de "Vergudo xibalbá".
Grité como un guerrero lo habría hecho, eso o fue la adrenalina la que me lo hizo creer pero no importaba, y tras un movimiento con mis sables similar al de una tijera impacté con energía ambos muros, esperando destruirlos para acabar con algunos de ellos y detenerlos. Mi detección de muerte enfocado a las células muertas de su cuerpo como caspa, etc, me indicaron que había muchos de ellos dentro pero que aún teníamos oportunidad de hacer algo más.
Si podíamos llegar hasta el manglar, mi amigo no sólo tendría una sustancial fuente de agua para luchar sino que los perderíamos y acabar con ellos sería más fácil gracias a todos los escondrijos y la capacidad de evasión que el terreno ofrecía.
-!Por acá!- le grité a mi amigo, señalando hacia el manglar. Guardé mis espadas y corrí como nunca. Luchar de frente nunca había sido lo mío y sin cadáveres aún se dificultaría causar estragos en un gran número. Debíamos ganar tiempo y cansarlos y rezar para tener suerte. De cualquier modo, no me alejaría tanto de Peste como para dejarlo a su suerte pero era mejor buscar ventaja.
-Aire fresco- dije mientras sonreía- una vez que esos idiotas se cansen nos será más fácil.

Peste sintió a sus espaldas como el enorme bloque de madera que había lanzado escasos segundos caía despedazado al suelo. Antes de que el gyojin terminara de salir por la puerta volteo unos segundos para observan el enorme estruendo que había formado. Una mueca de rabia se mostró en su rostro al comprobar que su ataque no había dado resultado, pero ¿quién habría sido capaz de cortar aquel duro material en varios trozos? Algo en la mente de Peste hizo recordar a uno de los grandullones que entro en la taberna con un aura de verdadero poder y respecto. Esperaba no encontrarse con quien hubiera hecho eso de frente, pues imaginaos como dejaría al pobre gyojin en un abrir y cerrar de ojos.

Nada más salir por la puerta trasera Peste se chocó con algo duro, debido seguramente a que iba mirando hacía detrás. El golpe no fue fuerte, ni demasiado dañino, solo molesto. Miro a su alrededor para ver qué pasaba y observó que estaba en un pasillo muy estrecho. A lo lejos distinguió como su compañero llevaba ventaja y estaba a punto de salir del lugar, también le hablaba, pero Peste no era capaz de escucharle con claridad. Peste cerró la puerta con fuerza y congelo la cerradura de la puerta (gyocon + ámbito hielo) Aquella maniobra no duraría mucho, y menos si aparecía el tipo fuerte del interior, pero al menos le daría algo de tiempo para recorrer el pasillo.

A lo lejos distinguió como su compañero empezaba a cargar un ataque, a lo que a Peste se le ocurrió una estrategia.-¡Lanza el ataque!- dijo el gyojin mientras apoyaba la espalda en la pared y los pies en otra. Fue subiendo todo lo rápido que podía, raspándose la espalda desagradablemente, pero al menos le dio tiempo para llegar a la azotea antes de que Jako destrozara el estrecho pasillo. Mientras el gyojin daba su último esfuerzo para subir, observo como la puerta se abría de forma violenta y una oleada de piedras caía sobre ella.

Corrió hasta donde estaba Jako en la calle y desde las alturas le hizo señas para que comprobara que estaba bien.-¡Corre! Ahora te alcanzo - Peste vislumbro como a escasos metros de su compañero aparecían más sujetos, seguramente los tipos del bar. Peste corrió por los tejados mientras con el rabillo del ojo echaba un ojo a su compañero, el cual empezó a correr exageradamente rápido. Al cabo de unos minutos Peste vio una oportunidad y salto de la azotea cayendo de espaldas a un contenedor de basura. El resultado fue más desagradable de los esperado, pues el contenedor y las bolsas de basura estallaron al impactar el gyojin desde tanta altura, llenando todo de suciedad y un olor nauseabundo. El gyojin se levantó tremendamente dolorido, sufriendo por una acción que no esperaba que fuera tan desastrosa. Se incorporó como pudo y hecho a correr en busca de su compañero que estaba a pocos metros.-¡Jako!¡Jako!.- gritaba el gyojin lleno de mierda, mientras observaba a su compañero correr como un poseso. El gyojin sacó fuerzas de flaqueza y levantó una de las alcantarillas del suelo, las cuales pesaban una barbaridad.- Vamos a ir por las alcantarillas, así los dos tendremos ventaja y será difícil que nos localicen. Corre, se oyen los pasos acercarse. –Peste se introdujo dentro y esperando que su compañero hiciera lo mismo, cerró la tapa de la alcantarilla y escuchó la multitud de pasos acercándose hasta donde estaban. El gyojin miró hacia arriba y esperaba de todo corazón que pasaran de largo.

La destrucción de la puerta y la pared los frenan un poco, pero a juzgar por las voces y gritos también han alarmado a más gente, y cabreado al jefe del grupo por helador grito que resuena por toda la zona. La caída de peste en el cubo es más que desafortunada, podrías tener hasta una costilla rota, y lo que es peor, estas empapado en sustancias repulsivas, y muertas. Tanto hedor no se va fácilmente y es muy probable que te huelan, literalmente, hasta la alcantarilla.

Las alcantarillas, más bien cuevas naturales de desagüé, son túneles que unen diferentes cuevas y que desembocan en los canales entre manglares. En la cueva en la que os encontráis, veis una pequeña corriente de agua sucia que discurre hacia al este, adentrándose por un angosto y oscuro túnel. Otros dos túneles llegan hasta la cueva, uniendo las sus aguas residuales al cauce.

¿Vais a luchar aquí? ¿Avanzareis por algún túnel en busca de una salida? ¿Os seguirán por los túneles?

Mapa alcantarillas/sistema de cuevas:

Encantadora escena ¿De donde habían salido tantos brutos? Quien sabe. Esto es lo que les pasa a los chicos apuestos en las grandes ciudades...

Mientras avanzaba, viré tan pronto como pude para alcanzar a mi compañero quien en vez de decidirse a huir a los mangles, decidió irse a los canales. Tal vez vendría a mejorar las cosas el hecho de cambiar de escenario, sobre todo si no se trataban de hombres muy fuertes ya que podríamos pensar en algo. Con la prisa que llevaba, mi inercia me llevó dentro de las alcantarillas mediante la alcantarilla más cercana, cayendo hacia la cámara o "caverna" principal de esa zona.
-Si logramos huir por aquí podremos combatirlos mejor. Tendremos que estar listos para luchar juntos "SOLO" si es necesario, sobre todo por ese grandulón- le dije a Peste -podríamos aprovechar tu capacidad para congelar con toda esta agua puerca. Yo ya tengo lo que necesito.
Tan pronto como decidí liderar el camino y escapar hacia la desembocadura de los mangles, mi detección de muerte me ayudó para recolectar cadáveres de ratas, pequeños lagartos e incluso pedacería de carroña de los restaurantes, para crear una quimera que iría detrás de nosotros, bloqueando el paso a cualquier atacante.
Que alguien saliera por delante o en la desembocadura también era probable, por lo que tendría mis espadas listas y más residuos por si tenía que disponer de otra quimera para el auxilio.

Peste se percató de la cantidad de agua que había por el suelo y antes de que los enemigos abrieran la alcantarilla utilizo su gyiocon( + hielo) para congelar la tapa por debajo y que fuera más difícil abrirla, pero no imposible, además de haber cientos de tapas hacia las alcantarillas por toda la ciudad.

Cuando el gyojin se dio la vuelta comprobó que su compañero estaba creando una criatura con el resto de animales muertos. Peste lo miro con asco e intentó no tocar a aquel animal nauseabundo. - Deberíamos avanzar antes de que la situación se ponga peor . Peste pego varios chispazos con su ámbito eléctrico para ver más allá de la oscuridad, pero los tres túneles parecían ser demasiado largos para ver más allá de su posición. Peste observó como las espadas de Jako iluminaban una pequeña parte del terreno.- Deberías ir tu primero, yo me encargo de la retaguardia si aparece algo . En ese momento, el horrendo ser que había creado Jako se colocó al lado de Peste y actuó como un perro guardián.

Los dos compañeros parecieron avanzar por el túnel que llevaba al sur, donde recordaban por encima que se encontraba la zona de los manglares. Peste refunfuño un poco y golpeo a su compañero para que le quitara la enorme cantidad de basura que tenía por el cuerpo, ya que estaba claro que no se iba a limpiar con esas aguas residuales.- ¿No me vas a quitar toda esta porquería muerta con tus habilidades? -dijo Peste un poco resignado. En ese momento, notó un dolor punzante en el costado, se llevó la mano, se palpo con cuidado. Parecía que su acción de película había hecho que se rompiera una costilla. Intentó aliviarse el dolor con sus poderes de curación superficial y aplicándose hielo con un pequeño cubito que había improvisado con el gyocon. Esperaba que aquel dolor no fuera un impedimento en el futuro.

Llegáis a una sala algo más grande que la anterior, tiene cuatro columnas, una zona central donde el agua del túnel del noreste y la del que acabáis de recorrer se junta para correr hacia el suroeste por otro túnel. En un lado de la sala, sobre lo que parece agua estancada crecen unas plantas blancas con flores rojo sangre. La tenue luz que se filtra de la superficie por algún hueco no da para ver con mucho detalle el resto de cosas. Al fondo oís el ruido de chapoteos, por encima de los que hace vuestra abominación.

-¡Suenan por aquí! Se escucha a lo lejos. – No sé si la quimera os ayudara a frenarlos mucho, pero sí que los atrae con el sonido.

¿Hacía donde iréis a continuación? ¿Cuál será el paso a dar?

off Necro:

Mapa:

No sería necesaria la detección de la suciedad de sus cuerpos para saber que ahí estaban. Sólo bastaba con oír sus voces y saber que aún insistían en seguirnos.
¿Cuantos eran ahora? No lo sabía pero esperaba que el desastre en el callejón los hubiera mermado aunque fuera un poco.
En cuanto sentí el golpe de mi compañero noté que algo no andaba bien en sus costillas y yo, médico al fín, quizás debería hacer algo. Con mis habilidades retiré lo más que pude de la "materia muerta" de su cuerpo (no logro quitar bacterias ni residuos vegetales de verduras mal masticadas que flotan por allí) y con un trozo de paño de mi casaca, roida ya por el sol, el sudor y el ambiente, trataría de atar el pecho de mi compañero para evitar que se siguiere haciendo daño. Sin embargo, no sería del todo perfecto ya que debíamos seguir andando.
Mi "quimera" nos ayudaría a defender y bloquear la zona, o cuando menos a asustar a esos seres pensando que se trataba de un monstruo en el drenaje, ajeno a ellos, esperando a que nos comiera. Tal vez solo la combatirían mientras los mas cobardes se apartarían.
-Aquí hay bastante agua, deberías seguir haciendo tapones- dije mientras avanzábamos. Mi detección de la muerte de indicaba que aún había más materia muerta para usar, flotando en esas aguas sucias. Ahora había dos bifurcaciones. La de la derecha seguro nos llevaría de regreso o más cerca de los maleantes mientras la de en frente nos mostraba una oportunidad de avanzar.
Saqué mis espadas y concentré mis fuerzas en ellas para volver a arrojar una ráfaga.
-Destruyamos esas columnas para volver a ganar tiempo, quizás con esas rocas más el hielo finalmente logremos detenerlos. Recuerda que hay que huir pero sobre todo usar el cerebro, cosa que esos brutos no deben tener- dije dispuesto a atacar las columas, pero justo antes de atacar, me volteé hacia Peste y le pregunté-¿por donde deberíamos ir?
Justo al salir de esa cámara, trataría de destruir la columna.

Corrían y corrían por el túnel hasta llegar a una especie de habitáculo de gran tamaño, reforzado con columnas y donde se juntaban las corrientes de varios canales. Unas escaleras ascendían por la pared mostrando una de las tantas tapas de alcantarilla de la ciudad, la cual tenía más pinta de caerse a cachos con tan solo mirarla, el óxido y la mugre habían destrozado esa majestuosa escalera, esperaba que algún maleante bajara por ella y se partiera el cuello. Peste no pudo evitar fijarse en unas plantas blancas con flores rojas, sin duda como era posible que unas plantas así de bonitas hubieran crecido en un lugar tan nauseabundo y maloliente como aquel, decidió cogerlas e intentar hacerse una sopa con ellas en un futuro. De repente el ruido de sus perseguidores retumbó por las catacumbas, al igual que sus gritos de verracos. Peste miró con cara de pocos amigos a Jako y se pusieron a ingeniar un plan improvisado para evitar la avanzadilla de los enemigos, parecía que los dos se compenetraban muy bien.

La quimera parecía estar dispuesta a ir a la batalla, colocándose a la entrada del túnel por donde habían llegado, mientras Jako intentaba aliviar el dolor de Peste, o por lo menos intentar no hacer el daño más grave. El gyojin apenas notaba el malestar, pero al hacer acciones como coger unas malditas plantas estas hacían que le produjeran un pinchazo insoportable en el costillar. En ese momento, Jako parecía dispuesto a destrozar de nuevo las columnas, lo que le gustaba derruir cosas a este chico, pensó Peste, mientras le daba el visto bueno con la cabeza. Era una buena idea para impedir que sus perseguidores avanzaran, pero ¿qué camino debían escoger para escapar?

Peste observó que la corriente iba dirección suroeste, y una idea estúpida le vino a la mente, ordenó a Jako que derribara la columna más al sur(la que estaba más cerca de las planta), para tapar la entrada a su huida. El mago de la muerte cargo con su poder las espadas y golpeó la columna con fuerza, esta empezó a caer en miles de pedazos y trozos del techo, ocultando gran parte del túnel, después Peste con su gyocon fue tapando los agujeros y reformando la dureza del muro con su ámbito de hielo. Cuando el gyojin acabó, un desagradable chorretón de sangre brotó de su nariz, seguramente por la enorme cantidad de energía que estaba usando para activar sus poderes. Por último, una vez que la oscuridad los rodeo por completo, Peste improviso un escudo de hielo de un tamaño bastante grande y se sentó encima de él, después hizo una señas para que Jako hiciera lo mismo, y se dejó deslizar corriente abajo gracias a la fricción que creaba el hielo y a la fuerza del agua que les hacía escapar con mayor rapidez. Sin duda con aquella acción conseguirían alejarse bastante de sus perseguidores, mientras disfrutaban de un parque acuático improvisado, solo quedaba esperar que no se estrellaran contra un muro.

Muy bien, la columna cede ante el ataque haciendo que caigan rocas por doquier en el túnel y sobre la quimera que allí se encontraba. Mientras bajáis en el escudo se siguen escuchando rocas caer, y notas como la corriente disminuye rápidamente. No habéis llegado al final cuando tu escudo empieza a dar bandazos en el túnel fuera de control hasta volcar. Necro sale despedido contra la pared más cercana, chocando con el hombro derecho dislocándoselo. Mientras sigue rodando se produce un par de cortes y un golpe en un costado. Peste, puede que al ser el “conductor” tienes más suerte, solo ruedas por el centro del canal llevándote cuatro cortes en los brazos.

Termináis en una sala más grande que el resto, en la que resuena el agua caer iluminada en color verde por plantas en las paredes. El agua cae de varios agujeros de la pared, juntándose en el centro formando un nuevo canal que sale por otro túnel, no sin antes recoger la llegada de un segundo pasillo. Algún cascote de la otra sala llega hasta vosotros rodando, parece que se ha derrumbado entera, sin duda ahora los guardias también se pondrán a investigar que está pasando. ¿Cuál será el siguiente paso?

Off:

Mapa:

La aventura había sido arriesgada ya que no había calculado la forma de escapar. Como fuera, gracias a mis habilidades médicas pude reacomodar mi hombro en su lugar aunque al hacerlo noté como se adormecía (sin contar el dolor que sentí al momento de reacolocarlo, con el cual solté un gemido ahogado).
Me levanté, me examiné y miré con detenimiento el lugar. Se había hecho un lío pero había cumplido parte de mis objetivos: hacer distancia entre los maleantes. Gracias al estruendo también era probable que llegasen guardias pero contaba conque se toparan primero con los cazadores de personas o que pensaran que mi creación (perdida entre las rocas) había sido la causante, considerándola un monstruo ajeno a nosotros.
-Veamos- dije pensando en el siguiente movimiento- debemos avanzar y lo mejor es salir de aquí... sin ser seguidos.
Hice uso de mi habilidad de muerte para ver a los alrededores si aún había alguien así como saber si había restos que podría usar como arma. Debíamos salir rápido de allí.
-Hagamos sigilo y dejemos que se líen allá atrás (¿o arriba?), el agua se debe estar concentrando y eso será malo en un rato- dije mientras examinaba mis heridas. Con mis ojos brillantes por la energía verde, comencé a avanzar en sigilo lo más rápido posible, teniendo siempre cuidado de no toparme con nada o alguien que supusiera un peligro. Me dispuse a seguir el camino que llevaba el agua de bajada ya que, por lógica, debería llevarnos hasta la desembocadura la cual debería ser en los manglares.

Peste disfrutaba de su desliz en ese tobogán improvisado que había creado, el agua de alcantarilla le golpeaba en la cara y le hacía sonreír como un niño pequeño, pero entonces empezó a notar que algo fallaba. El escudo empezó a dar pequeños tumbos en el suelo y a notar como se estaba descontrolando, apreciando con horror que el agua en el que iban deslizándose se iba extinguiendo seguramente por tapar su principal fuente de origen.

Peste intentó controlar el escudo, pero este acabó dando una fuerte sacudida que hizo que su compañero saliera volando por los aires y estampándose contra una de las paredes del túnel. Peste al notar que su compañero ya no estaba a su lado, giro el rostro para comprobarlo y perdió por completo el control, dando varias vueltas en el suelo provocándole una serie de arañazos poco desagradables.

Se puso en pie y observó cómo su compañero se colocaba lo que parecía ser la bola del hombro con un sonoro chasquido que resonó en el aire. Peste siguió avanzando y observó el nuevo lugar que aparecía ante sus ojos. Sin duda cada estancia a la que iban era más bonita que la anterior, en esta había una preciosa enredadera de alcantarilla que cubría casi toda la pared del canal y la daba una imagen de lugar mágico y encantador para retozar con alguna fémina, pero en ese momento un enorme pedrusco apareció dando tundos por el túnel y cayendo a escasos metros de los dos piratillas. Peste sonrió de oreja a oreja.- La que hemos liado.- dijo emocionado por la sensación de destrucción que iba dejando a su paso.

Después de aquello no hablaron mucho y siguieron su rumbo. Peste no tenía mucha idea de cómo orientarse bien por ese sitio, así que decidió seguir a Jako con la esperanza de que el encontrara alguna salida pronto. Hecho un vistazo atrás para observar por última vez aquella preciosa y magnífica obra de la humanidad, aunque lo que lo hacía realmente bonito era la enredadera de la pared. Hizo una reverencia de respetó a la estancia y se perdió en la oscuridad del túnel, eso sí, recibiendo un desagradable pinchazo en el costado debido a su querida costilla rota.

La sala a la que llegáis es mucho más grande que todas las anteriores, tiene varios estanques de agua conectados entre ellos con remolinos de agua dentro. Del más grande sale un canal de tamaño considerable hacia el este. Hay dos tipos de plantas en la zona, unas verdes y otras amarillentas. Estas últimas, con la visión de muerte ves que tiene bastantes restos muertos repartidos por el interior. El otro acceso esta enrejado, una suerte pues parece que va a dar a donde entrasteis. ¿Vais a hacer algo en esta sala? ¿Continuareis sin trataros?

Mapa:

Al llegar al nuevo lugar, vi unas plantas raras rodeadas de materia muerta. Si bien podrían ser venenosas, en mi forma completa (que ya tenía) no me afectaría su veneno, pero tampoco me iba a arriesgar a probar lo que me encontrara en las aguas negras. Con mi poder, tomé los restos muertos que eran minúsculos y los guardé. Inspeccioné el lugar.
Parecía segura.
-Quizás quieras atenderte tus heridas ¿tu kempo no tiene técnicas de curación?- pensé mientras veía a mi compañero con sus heridas en el cuerpo, sobre todo la de su costilla. Las infecciones no me harían daño por lo que solo me preocupé por mi hombro que ya estaba un poco mejor, aunque aún adormecido. Sin embargo, el lugar tampoco era del todo seguro debido a que, aún con una reja, conectaba con el primer lugar por donde entramos, por lo que debíamos tener aún cuidado. Con la materia muerta recubrí mis piernas y comencé a caminar hacía el este, iluminando el lugar para ver mientras seguía detectando lo muerto.
-Tengo el presentimiento de que los dioses nos quieren ver sufrir- dije con una sonrisa en el rostro mientras andaba por el canal. Mientras tanto, trataría de ayudar, sobre la marcha, a Peste con su herida para evitar que sufriera daños mayores durante una batalla
-Si mueres- le dije sonriendo en tono de broma- herédame tu cuerpo, a menos que se lo coma Sophie, me será útil en las batallas.
Necesitábamos salir de allí pronto y conseguir algo de equipo para atendernos mejor.

Nada más llegar a la nueva zona, Peste notó la enorme cantidad de humedad que había en el lugar. Caminó despacio por la sala observando con cuidado todo lo que había a su alrededor. Algo le decía que no debía fiarse de las cloacas, pues en algunas ciudades había llegado a encontrarse con seres realmente aterradores y peligrosos, por no hablar de las innumerables trampas que podía haber escondidas de los tiempos de guerra.

Lo primero que se fijo fue en la nueva vegetación que aparecía enfrente de ellos y de la cual Jako extrajo materia muerta. Aquello era un motivo perfecto para no acercarse a esa planta ¿Qué hacía una planta con restos orgánicos y putrefactos en un lugar como ese? Supongo que la respuesta más obvia era sobrevivir, pero por si acaso no iba a comprobarlo. Después observó una reja, por la cual entraba una corriente de aire y por la que se vislumbraba el origen por el que habían entrado a ese lugar.

Peste estuvo unos minutos en silencio, observando a través de la verja, en busca de algún ruido o indicio de que había alguien en la primera sala por la que habían entrado. Espero, observó y analizo la zona, con la intención de que si alguien aparecía se ocultaría para que no se dieran cuenta de que estaba allí. Al cabo de unos minutos decidió acercarse a la laguna más grande y se introdujo hasta el cuello en el agua. Cerró los ojos y empezó a concentrarse en curar sus heridas superficiales con sus poderes de curación, mientras que con su ámbito hielo se iba creando un escudo de hielo alrededor de su torso.

Al salir del agua parecía que portaba un chaleco duro y resistente, a la vez que frio. Aquel escudo haría que su costilla estuviera protegida de posibles golpes y también haría que no se moviera y provocara un derrame interno no deseado, por no decir que el frio hacía que el dolor emanara y la hinchazón se redujera. -Estoy listo, podemos seguir.- dijo moviéndose un poco robótico, pues el chaleco le molestaba para mover los brazos.

En ese momento, un pequeño chorro de sangre salió de la nariz de Peste y un fuerte dolor de cabeza le indicaba que empezaba a tener algo de fiebre. Sin duda aquel asunto se le estaba yendo de las manos, nunca había tenido que usar tanta energía para crear cosas de hielos y la herida de su costado estaba por darle guerra a pesar de intentar crearse el mínimo daño.

Después de aquello, Peste caminó detrás de Jako, observando repetidamente a la reja y al lugar para comprobar que nadie los seguía.-¿Qué es un kempo?¿Quién es Sophie?.-dijo Peste incrédulo, pues nunca había oído hablar de eso. Parecía ser que su compañero no sabía que Peste era bastante cateto y que no sabía tantas cosas de él como creía.-Aunque no me agrada que uses mi cuerpo como un muñeco de los tuyos. Te lo advierto, si lo intentas volveré de los muertos y pateare el trasero.- Peste rio de forma teatral.