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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Jue 10 Nov 2016 - 10:44}
Al final del túnel llegáis a una cascada, que desemboca en una gran gruta a la que llega luz del día. Tiene cierta vegetación azul en los laterales, sin nada muerto cerca; un gran lago central y el pequeño túnel por el que llega la luz. No veis forma de bajar excepto la de lanzaros al agua, pero claro, necro no puede nadar ¿Dejará Peste que mueras si os tiráis? Por la distancia recorrida ya debéis estar lejos de donde empezasteis, y no es probable que mucha gente conozca las alcantarillas, ¿Parareis a descansar? ¿Saldréis al exterior? ¿Saltareis?
- Mapa:
*El túnel cercano antes de la cascada va a dar a una sala en la que ya habéis estado.
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Definitivamente estaba en un dilema. Habíamos llegado a una nueva zona tras mucho avanzar, la situación aparentaba estar más "calmada" y el lugar, aparentemente, conducía a una salida. El problema: el agua.
Arrojarme a la cascada sería una condena y si bien la materia muerta de mis piernas las protegían un poco, no lo era así con el resto de mi cuerpo que caería como piedra.
-No lo pediría de no ser necesario pero... pese a mi orgullo necesitaré de tu ayuda- le dije a mi compañero. En pocas palabras, me arrojaría al agua y él me remolcaría a la orilla, al menos donde pudiera levantarme, eso si él accedía.
Deseaba descansar, sin embargo, necesitaba encontrar equipo apropiado para coser nuestras heridas y hacer algo con esas fracturas que tenía Peste en las costillas.
Con mi detección de muerte inspeccioné el lugar. No parecia haber nada muerto, por lo que no corríamos mayor peligro en esa zona.
-¿Lo harás?- le pregunté a mi compañero. Si saltaba o no dependería de su respuesta.
Arrojarme a la cascada sería una condena y si bien la materia muerta de mis piernas las protegían un poco, no lo era así con el resto de mi cuerpo que caería como piedra.
-No lo pediría de no ser necesario pero... pese a mi orgullo necesitaré de tu ayuda- le dije a mi compañero. En pocas palabras, me arrojaría al agua y él me remolcaría a la orilla, al menos donde pudiera levantarme, eso si él accedía.
Deseaba descansar, sin embargo, necesitaba encontrar equipo apropiado para coser nuestras heridas y hacer algo con esas fracturas que tenía Peste en las costillas.
Con mi detección de muerte inspeccioné el lugar. No parecia haber nada muerto, por lo que no corríamos mayor peligro en esa zona.
-¿Lo harás?- le pregunté a mi compañero. Si saltaba o no dependería de su respuesta.
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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Dom 20 Nov 2016 - 16:05}
Un mal sabor de boca me hizo poner una cara desagradable al ver la desembocadura de ese maldito túnel. Estábamos a una considerable altura del suelo, el cual por suerte estaba rodeado de agua. Mire de forma áspera la laguna que se formaba debajo, por el agua que pasaba entre nuestros pies, formando una diminuta cascada que desembocaba en esa superficie de agua.
Observé a Jako y este parecía decidido a arrojarse al agua con la esperanza de que yo le ayudara. Sin duda no me iba a negar a mi amigo, pero aun no sabíamos la profundidad del agua. Tal vez si saltábamos desde esa distancia y el agua no era lo suficientemente profunda acabaríamos aplastados contra el suelo. Decidí no darle muchas vueltas a la situación y empuje a Jako para que se precipitara al vacio, dando por contestado a su pregunta.
Yo por mi parte di un salto a uno de los laterales y me aferre con fuerza a una de las plantas de las paredes. Estas parecían bastante débiles y me hicieron bajar de forma menos acelerada hacía la laguna. Una vez en el agua, agarre a Jako de su capucha y lo lleve hasta la orilla. No había pasado ni dos minutos en el agua, dudaba mucho que se hubiera ahogado, pero por si acaso le di dos fuertes golpes en el pecho para que expulsara todo el agua de sus pulmones.
Al terminar de hacer el tonto, me puse en pie con mi compañero y seguimos el reguero de luz con la esperanza de encontrar de una vez la salida que tanto ansiábamos.
Observé a Jako y este parecía decidido a arrojarse al agua con la esperanza de que yo le ayudara. Sin duda no me iba a negar a mi amigo, pero aun no sabíamos la profundidad del agua. Tal vez si saltábamos desde esa distancia y el agua no era lo suficientemente profunda acabaríamos aplastados contra el suelo. Decidí no darle muchas vueltas a la situación y empuje a Jako para que se precipitara al vacio, dando por contestado a su pregunta.
Yo por mi parte di un salto a uno de los laterales y me aferre con fuerza a una de las plantas de las paredes. Estas parecían bastante débiles y me hicieron bajar de forma menos acelerada hacía la laguna. Una vez en el agua, agarre a Jako de su capucha y lo lleve hasta la orilla. No había pasado ni dos minutos en el agua, dudaba mucho que se hubiera ahogado, pero por si acaso le di dos fuertes golpes en el pecho para que expulsara todo el agua de sus pulmones.
Al terminar de hacer el tonto, me puse en pie con mi compañero y seguimos el reguero de luz con la esperanza de encontrar de una vez la salida que tanto ansiábamos.
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Apareceis en un cañón, rodeados de las grandes raíces de los mangle. La zona tiene una buena capa de hierba verde, una laguna que termina bajo las raíces y al fondo otra pequeña abertura. La verdad es que parece un lugar perfecto para descansar o hacer lo que sea que tengáis que hacer en la isla. Por cierto, Necro, tras los golpes de tu compañero te duele el pecho, es posible que tengas una o dos costillas fisuradas o rotas
¿Qué haréis ahora piratillas?
¿Qué haréis ahora piratillas?
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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Lun 28 Nov 2016 - 20:24}
Nuestra pequeña aventura me había hecho abrir los ojos. Nunca había recibido tanto daño en una batalla, mucho menos escapando, cosa que me hacía irritar. Correr, huir, escapar. Terrible.
En cuanto me levanté y avancé hacia lo que parecía ser un claro tranquilo en medio de los mangles, sentí un dolor en el pecho. Eso me recordó lo que mi compañero había hecho conmigo, y aunque estuviera tan molesto como para tratar de cobrármelas, la verdad es que debía estar agradecido. Sin embargo, el dolor en mi pecho indicaba que algo andaba mal y quizás mis costillas estuvieran fisuradas. Seguiría en modo lich para evitar que una infección me atacara, aunque debía atenderme rápido.
Avancé e inspeccioné el lugar hasta que me convenció de que era seguro. Estábamos muy lejos de esa gente y quizás se toparían primero con los guardias o marines antes que con nosotros. Me introduje un poco más entre las plantas para no ser visto. Meras precauciones.
-Necesitamos atender nuestras heridas- le dije a mi compañero, sonriendo, mientras improvisaba una aguja con un hueso y buscaba con que coser. Los hilos de los calcetines, deshilados, servirían- espero que tengas una técnica de curación, pero primero trata de descansar.
Con mi cinturón y un par de lianas, inmovilizé mi pecho y luego me puse a atender a mi compañero. La sangre que le había brotado durante el uso de sus técnicas era un mal síntoma.
-Debemos entrenar, y lo sabes- le dije a Peste, recordando lo que me había llegado a la mente hacía un rato. Volver a ser humillado no era opción- pero necesitamos ser más fuertes para vengarnos. Es más, quiero hacer de esos sujetos zombis para matarlos varias veces...
En cuanto me levanté y avancé hacia lo que parecía ser un claro tranquilo en medio de los mangles, sentí un dolor en el pecho. Eso me recordó lo que mi compañero había hecho conmigo, y aunque estuviera tan molesto como para tratar de cobrármelas, la verdad es que debía estar agradecido. Sin embargo, el dolor en mi pecho indicaba que algo andaba mal y quizás mis costillas estuvieran fisuradas. Seguiría en modo lich para evitar que una infección me atacara, aunque debía atenderme rápido.
Avancé e inspeccioné el lugar hasta que me convenció de que era seguro. Estábamos muy lejos de esa gente y quizás se toparían primero con los guardias o marines antes que con nosotros. Me introduje un poco más entre las plantas para no ser visto. Meras precauciones.
-Necesitamos atender nuestras heridas- le dije a mi compañero, sonriendo, mientras improvisaba una aguja con un hueso y buscaba con que coser. Los hilos de los calcetines, deshilados, servirían- espero que tengas una técnica de curación, pero primero trata de descansar.
Con mi cinturón y un par de lianas, inmovilizé mi pecho y luego me puse a atender a mi compañero. La sangre que le había brotado durante el uso de sus técnicas era un mal síntoma.
-Debemos entrenar, y lo sabes- le dije a Peste, recordando lo que me había llegado a la mente hacía un rato. Volver a ser humillado no era opción- pero necesitamos ser más fuertes para vengarnos. Es más, quiero hacer de esos sujetos zombis para matarlos varias veces...
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A cada paso que daba se iba incrementando aquel horrible pinchazo que me hacía tocarme el costado para que cesara. Esperaba que no estuviera muy lejos nuestro objetivo, para poder descansar y prestarle más atención a las heridas. Por suerte, para mí y para mi compañero, acabamos desembocando en un cañón de lo más pintoresco, pues todo a nuestro alrededor se encontraba rodeado de raíces, las cuales seguramente eran de los manglares. En el centro de la estancia había una preciosa y suculenta laguna, sin pensármelo dos veces me lancé de cabeza, para que el agua calmara mis heridas y mi malestar.
Me deje hundir poco a poco, notando mi cuerpo en calma, como si flotara. Respiraba con tranquilidad, bueno, todo lo que puede respirar un gyojing debajo de esta, dejando que mi energía se restableciera y cogiendo algo de calma, aunque no me encontraba muy estresado. Cuando termine de relajarme, salí de la laguna y camine hasta donde se encontraba Jako. Al observarlo le miré un poco avergonzado al darme cuenta de la herida que le había provocado con mi empujón.
-Lo siento mucho, no pensaba que ibas a salir malherido.-dije con algo de arrepentimiento a pesar de darme completamente igual. Después no pude evitar fijarme en los auto-curados médicos que se estaba impartiendo. Con un cacho de hueso y el cinturón se había puesto manos a la obra para taponar y curar sus heridas, sin dudas tenía muchos recursos, era un tipo inteligente.
Me acerque a él, y con el poco agua que quedaba por mi piel, la fui controlando por el aire para curarle sus heridas superficiales con mis poderes "curativos". Una vez hice eso, me deje caer, entre unas raíces, a modo de hamaca, y recibí atención medica de mi compañero, mientras no podía parar de pensar en el tipo del bar que había roto la barra en tres enormes cachos. ¿Cómo podríamos enfrentarnos a eso?
Mientras sentía como Jako hurgaba mi cuerpo, para curarme, yo me mantenía entretenido jugando con una bola de agua y el gyocon. La bola era inestable y daba vueltas sobre mi mano como un torbellino, y en ese momento, Jako me hizo más daño del esperado, esto hizo que me cabreara y lanzara la bola de agua contra un lateral. Para mi asombro, aquella bola salió disparada a una velocidad sorprendente, cortando algunas raíces que se habían cruzado en su camino.
Vaya, no sabía que podía hacer eso. Tal vez me vendría bien para la batalla, debería perfeccionar un poco como lo he hecho. Pues en mi segundo intentó no conseguí el mismo resultado.
Esperé a que Jako terminara los primeros auxilios y me puse a jugar con la nueva técnica que había descubierto. Empecé intentando lanzar bolas de agua con rapidez, pero aquel método no parecía dar resultado. Después le añadí la simple ley termodinámica de hacer que la bola girase antes de lanzarla, y parecía que el resultado era más halagador, pero no tan bueno como el primero. Repetí aquella situación tantas veces como pude, para poder así perfeccionar esa técnica lo mejor que podía. Solo quedaba esperar que me diera tiempo a desarrollarla antes de que la situación se pusiera más complicada.
Me deje hundir poco a poco, notando mi cuerpo en calma, como si flotara. Respiraba con tranquilidad, bueno, todo lo que puede respirar un gyojing debajo de esta, dejando que mi energía se restableciera y cogiendo algo de calma, aunque no me encontraba muy estresado. Cuando termine de relajarme, salí de la laguna y camine hasta donde se encontraba Jako. Al observarlo le miré un poco avergonzado al darme cuenta de la herida que le había provocado con mi empujón.
-Lo siento mucho, no pensaba que ibas a salir malherido.-dije con algo de arrepentimiento a pesar de darme completamente igual. Después no pude evitar fijarme en los auto-curados médicos que se estaba impartiendo. Con un cacho de hueso y el cinturón se había puesto manos a la obra para taponar y curar sus heridas, sin dudas tenía muchos recursos, era un tipo inteligente.
Me acerque a él, y con el poco agua que quedaba por mi piel, la fui controlando por el aire para curarle sus heridas superficiales con mis poderes "curativos". Una vez hice eso, me deje caer, entre unas raíces, a modo de hamaca, y recibí atención medica de mi compañero, mientras no podía parar de pensar en el tipo del bar que había roto la barra en tres enormes cachos. ¿Cómo podríamos enfrentarnos a eso?
Mientras sentía como Jako hurgaba mi cuerpo, para curarme, yo me mantenía entretenido jugando con una bola de agua y el gyocon. La bola era inestable y daba vueltas sobre mi mano como un torbellino, y en ese momento, Jako me hizo más daño del esperado, esto hizo que me cabreara y lanzara la bola de agua contra un lateral. Para mi asombro, aquella bola salió disparada a una velocidad sorprendente, cortando algunas raíces que se habían cruzado en su camino.
Vaya, no sabía que podía hacer eso. Tal vez me vendría bien para la batalla, debería perfeccionar un poco como lo he hecho. Pues en mi segundo intentó no conseguí el mismo resultado.
Esperé a que Jako terminara los primeros auxilios y me puse a jugar con la nueva técnica que había descubierto. Empecé intentando lanzar bolas de agua con rapidez, pero aquel método no parecía dar resultado. Después le añadí la simple ley termodinámica de hacer que la bola girase antes de lanzarla, y parecía que el resultado era más halagador, pero no tan bueno como el primero. Repetí aquella situación tantas veces como pude, para poder así perfeccionar esa técnica lo mejor que podía. Solo quedaba esperar que me diera tiempo a desarrollarla antes de que la situación se pusiera más complicada.
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Has hecho un buen trabajo con esas heridas necro, ahora toca descansar, buscar algo que hacer en esta zona que no requiera de mucho esfuerzo y se resientan tus heridas….o puedes parar al loco de tu compañero que sigue gastando fuerzas en turar bolas de agua a los árboles. Si te fijas le ves salir sangre de la nariz de nuevo, aunque el parece no percatarse con lo atareado que esta. Peste, tu nariz sangra, pero no te das cuenta hasta que lo diga Necro, si lo hace. Además tus heridas vuelven a quejarse, parece que hacer ejercicio después de todo lo de hoy no es muy buena idea, puede que unas cuantas horas de descanso y/o planificación de lo que haréis ahora vinieran bien. Si sigues con el ejercicio recibirás una herida moderada, vamos que una del as que tienes ya se agravará.
¿Qué hacéis?
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Tras haber conseguido aminorar el daño de las heridas de mi compañero, me disponía a hacer algo más para pasar el tiempo, quizás cazar y meditar un rato. Cosas que no forzaran por ahora mi cuerpo.
Aquellas bolas de agua que arrojó Peste, la cual casi una me daba, me hicieron ver que seguía sangrando y ahora entendía que se debía a su técnica.
-Si sigues haciendo eso seguirás sangrando- le dije, mostrándole la sangre en su cuerpo- y la próxima vez que arrojes eso, no lo hagas hacia donde estoy.
Dí un par de vueltas por el lugar hasta encontrar restos óseos que pudiera usar como proyectil, los cuales utilizaría para arponear y arrastrar peces para comer. Debido a que esos peces quedarían "enganchados" a partículas óseas, tampoco eran animales grandes los que lograría atrapar.
Tras hacer eso, y pedirle a mi compañero que descansara, tratando de evitar que su condición empeorara, decidí sentarme a meditar. No había mucho que hacer y no podía quedarme con la deshonrosa derrota. Mi mente se había transportado hacia un estado de meditación, donde para mi desgracia, la sensación de coraje y miedo manchaban el nirvana. Mientras meditaba, pude notar como si algún poder en mi interior se avivara, justo como lo haría alguien que trata de encender una llama.
Seguí así un rato, tratando de avivar esa llama, pero muy poco resultado obtuve. Quizás, con mucha práctica, lograría entender que era esa sensación. Por ahora, lo importante era no hacer mucho esfuerzo y descansar, sin dejar de atender nuestras necesidades.
Aún dolía la herida pero al menos no se seguiría agravando, pero por si las dudas no dejaría el estado de lich para evitar las infecciones.
Aquellas bolas de agua que arrojó Peste, la cual casi una me daba, me hicieron ver que seguía sangrando y ahora entendía que se debía a su técnica.
-Si sigues haciendo eso seguirás sangrando- le dije, mostrándole la sangre en su cuerpo- y la próxima vez que arrojes eso, no lo hagas hacia donde estoy.
Dí un par de vueltas por el lugar hasta encontrar restos óseos que pudiera usar como proyectil, los cuales utilizaría para arponear y arrastrar peces para comer. Debido a que esos peces quedarían "enganchados" a partículas óseas, tampoco eran animales grandes los que lograría atrapar.
Tras hacer eso, y pedirle a mi compañero que descansara, tratando de evitar que su condición empeorara, decidí sentarme a meditar. No había mucho que hacer y no podía quedarme con la deshonrosa derrota. Mi mente se había transportado hacia un estado de meditación, donde para mi desgracia, la sensación de coraje y miedo manchaban el nirvana. Mientras meditaba, pude notar como si algún poder en mi interior se avivara, justo como lo haría alguien que trata de encender una llama.
Seguí así un rato, tratando de avivar esa llama, pero muy poco resultado obtuve. Quizás, con mucha práctica, lograría entender que era esa sensación. Por ahora, lo importante era no hacer mucho esfuerzo y descansar, sin dejar de atender nuestras necesidades.
Aún dolía la herida pero al menos no se seguiría agravando, pero por si las dudas no dejaría el estado de lich para evitar las infecciones.
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Me frustraba tanto de no poder conseguir esa maldita técnica, que en varias ocasiones lancé los proyectiles con rabia en dirección a mi compañero. Me notaba cansado y mi cabeza me dolía a horrores, pero hasta que Jako no me aviso de que estaba sangrando, no me di cuenta de lo grave de mi situación. Metí la cara llena de sangre en la laguna, para limpiarla, y me fui a tumbar entre unas raíces con forma de cuenco. Necesitaba descansar, así que decidí tumbarme en aquel lugar con esperanza de que mis fuerzas se recuperaran.
Con el rabillo del ojo, observaba a Jako ir de un lado a otro, hasta que este se quedo sentando en el suelo con una pose nada cómoda, para mi gusto. Al final, mis ojos se fueron cerrando poco a poco hasta quedarme dormido. No había mucho más que poder hacer en aquel lugar, solo quedaba descansar. Cuando me desperté encontré unos cuantos peces a la orilla de la laguna, los cuales supuse que los había pescado Jako. Agarré uno con cuidado y libere una pequeña cantidad de electricidad, constante, para que la carne se hiciera. Una vez terminé con el primer pez, hice lo mismo con el resto, con la intención de que el olor despertara a mi compañero que parecía haberse quedado dormido sentado, tal y como lo deje antes de dormirme. Me coloque delante de él, con los pescados al lado, y me puse a comer aquel delicioso manjar que me sabía a gloría.
Con el rabillo del ojo, observaba a Jako ir de un lado a otro, hasta que este se quedo sentando en el suelo con una pose nada cómoda, para mi gusto. Al final, mis ojos se fueron cerrando poco a poco hasta quedarme dormido. No había mucho más que poder hacer en aquel lugar, solo quedaba descansar. Cuando me desperté encontré unos cuantos peces a la orilla de la laguna, los cuales supuse que los había pescado Jako. Agarré uno con cuidado y libere una pequeña cantidad de electricidad, constante, para que la carne se hiciera. Una vez terminé con el primer pez, hice lo mismo con el resto, con la intención de que el olor despertara a mi compañero que parecía haberse quedado dormido sentado, tal y como lo deje antes de dormirme. Me coloque delante de él, con los pescados al lado, y me puse a comer aquel delicioso manjar que me sabía a gloría.
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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Mar 13 Dic 2016 - 10:05}
Parece que aún necesitareis algo de tiempo para recuperaros, per vais a buen ritmo. Vuestros inicios de entrenamientos parecen prometedores, pero sería conveniente que lo manejarais con cuidado al menos estas primeras semanas para no recaer en vuestras heridas. El tiempo del archipiélago parece estable, temperaturas agradables; soleado con algunas nubes de vez en cuando y aguas templadas. La laguna parece tener un comportamiento cíclico de crecidas, llegando hasta la entrada de la gruta. Esto habéis notado que pasa una vez a la semana, al igual que otro día está casi vacía.
Tenéis un par de semanas para describir, ahora que empieza lo largo, alargare los tiempos para que esto no se haga infinito. Como ya os dije al principio, los entrenamientos son largos. Nadie extraño aparecerá esta semana.
Tenéis un par de semanas para describir, ahora que empieza lo largo, alargare los tiempos para que esto no se haga infinito. Como ya os dije al principio, los entrenamientos son largos. Nadie extraño aparecerá esta semana.
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Realmente habían sido tiempos frustrantes con ellos tres. El primero era Peste, mi amigo, con quien compartía el escondite y la comida, la cual a veces tenía que comer mi ración antes de que se apresurara a tomar demás de la suya; a mi, ya que es muy dificil vivir consigo mismo cuando los fantasmas de tu mente viven atormentándote, repitiéndote los fallos y los conflictos internos que nunca callan. Finalmente, "el". El espíritu que moraba dentro de mí y que anhelaba destrucción y muerte.
Cada día, me tras dedicar una parte de la mañana a cazar, atendía mis heridas y revisaba las de mi amigo, para luego poner manos a la obra en mi entrenamiento. Nunca había entrenado así.
Horas y horas haciendo caso a las voces de "el", intentando entenderlo y comprender su propia existencia. Sólo entendía el lenguaje del miedo y del odio. Terrible.
Aquella sustancia verde, energía mejor dicho, manaba de mi cuerpo pero no sabía canalizarla aún, ya que no era tan fácil como canalizar mi energía propia. Un suero terrible, una sustancia que debilitaba la vida. Quería canalizar en ella lo que mi fruta me hacía sentir, mi yugo, mi tormento.
Fueron, después de todo, días tranquilos en los que mientras mi compañero hacía sus cosas y yo intentaba hacer las mías, no hubo interrupción de terceros, permitiéndonos descansar, recuperarnos y volvernos más fuertes para el próximo embate.
Las cosas no habían salido como yo esperaba, hasta ese momento, pero aún seguía en la labor de perfeccionarme.
-¿Que necesitas de mí?- pensaba, hablándole en mi mente a la fruta mientras me concentraba en canalizar mi energía verde. Si no podía volverme más fuerte, al menos volvería a mi enemigo más débil y, de paso, vulnerable.
Durante varias horas al día, mi postura permaneció en el mismo lugar, sólo escuchando y poniendo atención al entorno, atendiendo simultáneamente a lo que pasaba por mi cabeza en ese entonces. Pocas veces me salía de mi calma para poder cazar algo.
Por momentos mi paciencia flanqueaba, pero cuando se trataba de recordar lo sucedido días atrás, mi furia me hacía volver a concentrarme en mis objetivo, ignorando el aburrimiento y las tediosas horas. Horas, días. Cuando me comenzaba a dar por vencido, destellos fugaces de un fruto emergente de mi paciencia hacían acto de aparición, recordándome el porqué estaba allí. Energía verde manaba de mi cuerpo, de mis propias y cadavéricas manos, hacia las hojas de mis armas, las cuales siempre me pedían sangre. Se acercaba el momento, pero aún no era hora. No estaba listo.
Terror, frío y debilidad. Eso es lo que sienten las presas al momento de morir y era momento de que ellos lo sintieran. La presa se estaba volviendo cazador.
Habían pasado varios días ya, no llevaba la cuenta, pero se observaba una mejoría notable en mi pequeña campaña, sintiéndo que finalmente, así como lo podía hacer con el resto de mi energía, aprendía a canalizar el poder de la energía de la fruta, así como el miedo, moviéndola, motivada por dos sables que, como colmillos de acero, anhelaban la sangre.
Sólo sonreía al pensar en lo que iba a hacer con ello.
Cada día, me tras dedicar una parte de la mañana a cazar, atendía mis heridas y revisaba las de mi amigo, para luego poner manos a la obra en mi entrenamiento. Nunca había entrenado así.
Horas y horas haciendo caso a las voces de "el", intentando entenderlo y comprender su propia existencia. Sólo entendía el lenguaje del miedo y del odio. Terrible.
Aquella sustancia verde, energía mejor dicho, manaba de mi cuerpo pero no sabía canalizarla aún, ya que no era tan fácil como canalizar mi energía propia. Un suero terrible, una sustancia que debilitaba la vida. Quería canalizar en ella lo que mi fruta me hacía sentir, mi yugo, mi tormento.
Fueron, después de todo, días tranquilos en los que mientras mi compañero hacía sus cosas y yo intentaba hacer las mías, no hubo interrupción de terceros, permitiéndonos descansar, recuperarnos y volvernos más fuertes para el próximo embate.
Las cosas no habían salido como yo esperaba, hasta ese momento, pero aún seguía en la labor de perfeccionarme.
-¿Que necesitas de mí?- pensaba, hablándole en mi mente a la fruta mientras me concentraba en canalizar mi energía verde. Si no podía volverme más fuerte, al menos volvería a mi enemigo más débil y, de paso, vulnerable.
Durante varias horas al día, mi postura permaneció en el mismo lugar, sólo escuchando y poniendo atención al entorno, atendiendo simultáneamente a lo que pasaba por mi cabeza en ese entonces. Pocas veces me salía de mi calma para poder cazar algo.
Por momentos mi paciencia flanqueaba, pero cuando se trataba de recordar lo sucedido días atrás, mi furia me hacía volver a concentrarme en mis objetivo, ignorando el aburrimiento y las tediosas horas. Horas, días. Cuando me comenzaba a dar por vencido, destellos fugaces de un fruto emergente de mi paciencia hacían acto de aparición, recordándome el porqué estaba allí. Energía verde manaba de mi cuerpo, de mis propias y cadavéricas manos, hacia las hojas de mis armas, las cuales siempre me pedían sangre. Se acercaba el momento, pero aún no era hora. No estaba listo.
Terror, frío y debilidad. Eso es lo que sienten las presas al momento de morir y era momento de que ellos lo sintieran. La presa se estaba volviendo cazador.
Habían pasado varios días ya, no llevaba la cuenta, pero se observaba una mejoría notable en mi pequeña campaña, sintiéndo que finalmente, así como lo podía hacer con el resto de mi energía, aprendía a canalizar el poder de la energía de la fruta, así como el miedo, moviéndola, motivada por dos sables que, como colmillos de acero, anhelaban la sangre.
Sólo sonreía al pensar en lo que iba a hacer con ello.
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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Lun 26 Dic 2016 - 13:52}
Los primeros días fueron de terrible tensión, pues no sabíamos cuando íbamos a ser atacados de nuevo, pero lo días pasaban uno detrás de otro y parecía que nadie nos buscaba ¿Se habría calmado la cosa? Sin duda eso aparentaba, pero para ser precavido coloque una serie de trampas rudimentarias de caza por la zona, aunque dudaba que nos sirvieran de algo. Decidí aprovechar el tiempo para descansar, pues al mínimo esfuerzo que mostraba al utilizar mis habilidades estas me deterioraban físicamente, por no decir que perdía más sangre que un cerdo con el cuello cortado. Así que acabe relajándome y tomándome aquello como unas gratas vacaciones.
El tiempo pasaba y mis heridas sanaban con total facilidad, haciéndome sentir cada vez mejor. Dado que no podía entrenar, me puse a investigar por los alrededores, en busca de alguna salida secreta o algún lugar escondido, pues había una enorme cantidad de posibilidades de encontrar lo que vi, un ...(tu me dirás)
Dado que me tome la primera semana con calma, decidí volver a entrenar aquella técnica tan fantástica que había descubierto sin darme cuenta. No me costó mucho dominarla, pues con el gyocon todo era relativamente fácil. Solo tenía que hacer girar aquella pequeña porción de agua y liberarla con precisión a una dirección. Era como lanzar una piedra girando, algo no muy difícil si entrenas un par de veces. Pero aquel mierdecilla de técnica me sabía a poco e intenté buscar algo mejor, algo que realmente se notara en combate.
No tarde en pensar algo nuevo, y como soy más bruto que un gigante, empecé a coger grandes cantidades de agua y hacer que girara para lanzarla. Lo cual fue mala decisión. No podía con tanta cantidad y menos hacerla girar a una velocidad que produjera dolor. Así que decidí tomarme aquello como un reto, dado que Jako no parecía tener intenciones de salir de allí y estaba ocupado en "sus cosas de muerto”.
Con el paso de los días, no pude evitar fijarme que el agua que procedía de la laguna a veces aumentaba y otras veces decrecía, por lo que me adentre sin pensármelo dos veces en busca del problema. Salté de cabeza al agua y me puse a sumergirme en busca de lo que ocurría, pero lo único que encontré fue...(lo que diga Alwyn) Salí al exterior para explicarle a mi compañero todo lo que había descubierto esos días allí. Después volvimos a nuestra monotonía. Cada uno con nuestros entrenamientos o retos que nos auto propusimos para mejorar en aquel angosto páramo.
El tiempo pasaba y mis heridas sanaban con total facilidad, haciéndome sentir cada vez mejor. Dado que no podía entrenar, me puse a investigar por los alrededores, en busca de alguna salida secreta o algún lugar escondido, pues había una enorme cantidad de posibilidades de encontrar lo que vi, un ...(tu me dirás)
Dado que me tome la primera semana con calma, decidí volver a entrenar aquella técnica tan fantástica que había descubierto sin darme cuenta. No me costó mucho dominarla, pues con el gyocon todo era relativamente fácil. Solo tenía que hacer girar aquella pequeña porción de agua y liberarla con precisión a una dirección. Era como lanzar una piedra girando, algo no muy difícil si entrenas un par de veces. Pero aquel mierdecilla de técnica me sabía a poco e intenté buscar algo mejor, algo que realmente se notara en combate.
No tarde en pensar algo nuevo, y como soy más bruto que un gigante, empecé a coger grandes cantidades de agua y hacer que girara para lanzarla. Lo cual fue mala decisión. No podía con tanta cantidad y menos hacerla girar a una velocidad que produjera dolor. Así que decidí tomarme aquello como un reto, dado que Jako no parecía tener intenciones de salir de allí y estaba ocupado en "sus cosas de muerto”.
Con el paso de los días, no pude evitar fijarme que el agua que procedía de la laguna a veces aumentaba y otras veces decrecía, por lo que me adentre sin pensármelo dos veces en busca del problema. Salté de cabeza al agua y me puse a sumergirme en busca de lo que ocurría, pero lo único que encontré fue...(lo que diga Alwyn) Salí al exterior para explicarle a mi compañero todo lo que había descubierto esos días allí. Después volvimos a nuestra monotonía. Cada uno con nuestros entrenamientos o retos que nos auto propusimos para mejorar en aquel angosto páramo.
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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Jue 29 Dic 2016 - 18:53}
Viste……….nada, las raíces son continuas y no parece haber una forma de salir a través de ellas, lo que también es una buena noticia, pues no pueden entrar. Con tanta agua te va a costar mucha energía, y a lo mejor copiando algo de tu compañero, paciencia conseguirlo. Deberías seguir practicando con poca, ya que solo has roto ramitas, puede que te cueste más con las gruesas y fuertes raíces de los manglares. Respecto a tu pequeña exploración, encuentras una vía de comunicación con el mar. El problema, que esta “sellada” con prolongaciones de las raíces. Esto permite que el agua de las mareas entre, al igual que los peces de menor tamaño, pero te va a ser complicado romperla.
Necro, notas como la presencia del “otro”, parece acrecentarse con tus emociones negativas, en especial con las de venganza y asesinato. Es muy probable que, si llegas a dominarlas, puedas acceder mejor a tus reservas de energía verde. Puede que sea hora también de hacer algo de ejercicio, no sé, carreras para ser algo más rápido, o usar esas raíces para una prueba de obstáculos, incluso pelearse con Peste te puede servir.
Necro, notas como la presencia del “otro”, parece acrecentarse con tus emociones negativas, en especial con las de venganza y asesinato. Es muy probable que, si llegas a dominarlas, puedas acceder mejor a tus reservas de energía verde. Puede que sea hora también de hacer algo de ejercicio, no sé, carreras para ser algo más rápido, o usar esas raíces para una prueba de obstáculos, incluso pelearse con Peste te puede servir.
- off:
- Mándame la técnica de nuevo por privado, que últimamente he recibido tanto que la he perdido.
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Aún seguía escuchándolo, pero ya me había acostumbrado. Gracias a todo el tiempo que pase en contacto con "el", ahora aprendía más sobre el lenguaje del miedo y la muerte. Era, en realidad, algo tan natural como lo podían ser el sol o el viento, algo que siempre estaba ahí presente en todos los seres pero que todos temían y nadie quería encarar.
Conforme lograba simpatizar más y más con esa idea, notaba como, poco a poco, el control sobre esa energía iba en aumento.
Sin embargo, horas de meditación no eran todo lo que necesitaba y cazar unos pescaditos y revisar mis heridad, y las de Peste, no era suficiente. Sentía que perdía el tiempo.
Por momentos, cuando dejaba de lado la fastidiosa rutina de meditación y auto análisis, me dedicaba a entrenar mi cuerpo ya que, después de todo, para derrotar a esos monigotes necesitaría de algo más que debilitarlos, debía hacer que la brecha que nos separaba fuera más grande y a mi favor.
Dejé salir a flote mis instintos primarios e hice lo primero que se me ocurrió: avanzar entre las lianas.
De haber tenido más agilidad hubiera podido huir mejor ¿pero que estaba diciendo? hubiera podido atacar más rápido y poder encarar a mis enemigos. Siempre en forma de liche para mayor seguridad, me trepaba en un árbol y me paseaba de rama en rama. Cuando sentía que una rama no era lo suficientemente resistente para mi peso, me daba la vuelta y seguía por otro camino. Incluso, trataba de canalizar mi energía mientras hacía esos ejercicios. Tal vez eran ideas mías, pero estar en forma de liche, un cadáver, me hacía más liviano para pasar de rama en rama... pero eso era aparte.
No era un mono, tenía que decirlo, pero andarme por las ramas (nunca mejor dicho) me ayudaba a fortalecer mis brazos y a volverme más ágil. También ayudó crearme una pelotita con las escamas que había reunido, cúmulo de los peces que había cazado todo este tiempo, arrojándola y atrapándola para no dejar de entrenar. Si no me volvía más ágil, al menos me volvería más fuerte.
Pero el entrenamiento físico había sido algo secundario, producto del momento y las circunstancias, y era hora de regresar a lo importante.
Parecía que me había distanciado un poco de mi compañero, el cual siempre andaba por su lado. Controlar energía que le podía resultar fatal y explorar entre las raices. Quizás, si cooperábamos, resolveríamos algo. Me tomé unos segundos en calma, empapándome de aquellas voces de muerte, impregnando mi ser en aquella energía verde de naturaleza desconocida. Traté de canalizar esa energía en mis manos. Tal vez habría sido suficiente pero iría más allá. Tomando un poco más de tiempo, intenté generar más de aquella energía y concentrarla en mis manos. Hice que esa energía escurriera por mis sables, haciéndolos brillar con un tono verdoso. No era perfecto pero era un buen comienzo.
-Oye, Peste ¿te apetece un duelo amistoso?- le dije con una sonrisa, poniendo ambas espadas en posición de defensa, cubriendo mi cuerpo. El sería un buen sujeto de pruebas para mi habilidad.
Conforme lograba simpatizar más y más con esa idea, notaba como, poco a poco, el control sobre esa energía iba en aumento.
Sin embargo, horas de meditación no eran todo lo que necesitaba y cazar unos pescaditos y revisar mis heridad, y las de Peste, no era suficiente. Sentía que perdía el tiempo.
Por momentos, cuando dejaba de lado la fastidiosa rutina de meditación y auto análisis, me dedicaba a entrenar mi cuerpo ya que, después de todo, para derrotar a esos monigotes necesitaría de algo más que debilitarlos, debía hacer que la brecha que nos separaba fuera más grande y a mi favor.
Dejé salir a flote mis instintos primarios e hice lo primero que se me ocurrió: avanzar entre las lianas.
De haber tenido más agilidad hubiera podido huir mejor ¿pero que estaba diciendo? hubiera podido atacar más rápido y poder encarar a mis enemigos. Siempre en forma de liche para mayor seguridad, me trepaba en un árbol y me paseaba de rama en rama. Cuando sentía que una rama no era lo suficientemente resistente para mi peso, me daba la vuelta y seguía por otro camino. Incluso, trataba de canalizar mi energía mientras hacía esos ejercicios. Tal vez eran ideas mías, pero estar en forma de liche, un cadáver, me hacía más liviano para pasar de rama en rama... pero eso era aparte.
No era un mono, tenía que decirlo, pero andarme por las ramas (nunca mejor dicho) me ayudaba a fortalecer mis brazos y a volverme más ágil. También ayudó crearme una pelotita con las escamas que había reunido, cúmulo de los peces que había cazado todo este tiempo, arrojándola y atrapándola para no dejar de entrenar. Si no me volvía más ágil, al menos me volvería más fuerte.
Pero el entrenamiento físico había sido algo secundario, producto del momento y las circunstancias, y era hora de regresar a lo importante.
Parecía que me había distanciado un poco de mi compañero, el cual siempre andaba por su lado. Controlar energía que le podía resultar fatal y explorar entre las raices. Quizás, si cooperábamos, resolveríamos algo. Me tomé unos segundos en calma, empapándome de aquellas voces de muerte, impregnando mi ser en aquella energía verde de naturaleza desconocida. Traté de canalizar esa energía en mis manos. Tal vez habría sido suficiente pero iría más allá. Tomando un poco más de tiempo, intenté generar más de aquella energía y concentrarla en mis manos. Hice que esa energía escurriera por mis sables, haciéndolos brillar con un tono verdoso. No era perfecto pero era un buen comienzo.
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¿Qué? No me jodas. Cuando creía que ya tenía dominado la técnica de lanzar agua voy y me doy cuenta de que solo he conseguido cortar las raíces más finas y débiles. Con rabia me alejé de la zona de disparo y me puse como loco a lanzar aquella técnica. Parecía una metralleta de agua, los disparos eran precisos y no había ni un segundo entre impacto e impacto. Era un ataque feroz. Cuando me acerque a ver mi resultado las ramas más grandes y fuertes seguían igual. Golpeé con todas mis fuerzas y lleno de rabia las arranque con mi brazo.
Decidí darme un baño y me lancé de cabeza a la laguna, nade y nade hasta llegar al fondo del lugar, donde se encontraba el nudo de raíces. Saque uno de mis cuchillos y me puse como loco a intentar cortar esas raíces, las cuales eran más duras que el acero. Estuve como media hora frotando el filo de mi cuchillo con aquella raíz, la cual apenas se rasgo un poco. Salí de nuevo a nuestra guarida, lleno de rabia porque nada me salía bien y me senté en mi "cama" a refunfuñar como un niño pequeño mientras observaba a Jako hacer el mono, literalmente estaba haciendo eso. Lo cual hizo que me riera de él y me animara un poco. Qué forma más extraña tenía mi compañero de divertirse. Además cuando no estaba haciendo eso estaba meditando, todo el santo día. Decidí probar eso de meditar y me quede dormido. Yo no era de meditar, eso era aburrido y una pérdida de tiempo, pero decidí tomarme los siguientes entrenamientos con calma y relajación, pues con rabia nunca tendría beneficios.
Los días venideros empecé a entrenar de una forma muy extraña. Me concentre en mover mi cuerpo como si fuera uno con el agua, haciendo movimientos fluidos y relajados. Con el paso de los días empecé a notar como mi cuerpo liberaba un liquido similar al agua, algo que agradecía, así no tenía que meterse en esta cada dos por tres para hidratarme. Cada vez era más fácil expulsar esa agua procedente de mi cuerpo y liberarla a la palma de mi mano. Esa agua era más suave y espesa que el agua normal, permitiéndome lanzarla con mayor fuerza y rapidez que la normal, haciendo pequeños destrozos en las raíces más grandes. Pero nada del otro mundo, aun me quedaba mucho por practicar.
Al final acabé creándome una rutina; por las mañanas hacía mis ejercicios de fluidez(pareciendo un pulpo en una discoteca), mientras practicaba la técnica de lanzar balas de agua con aquel agua que emanaba su cuerpo, al mediodía comía y se ponía a charlar con Jako, para después tumbarse una grata siesta para recuperar fuerzas, ya entrada la tarde me sumergía hasta el fondo de la laguna e intentaba romper las lianas que impedían el paso, haciéndome que poco a poco me sintiera más fuerte, pues las intentaba arrancar con mi único brazo y eso requería un gran esfuerzo. Al final del día me sentía tan cansado que ni hablaba con mi compañero, solo cenaba y me iba dormir.
De repente, un día cualquiera, Jako me ofreció un combate amistoso, a lo que no pude evitar sonreír con malicia.- No eres rival para mí, ya puedes tener cuidado de no morir, pues voy a ir con todo.- esta fardando, pero realmente iba a ir con todo, tenía que demostrarle quien era el lobo alfa de la guarida. Cogí mi cuchillo con la mano y me lancé con todas mis ganas a por mi compañero. El golpe iba directo y con rabia, si a Jako se le ocurría bloquear aquel golpe tendría que tener una fuerza prodigiosa para parar la fuerza de un gyojin algo que dudaba que tuviera.
Decidí darme un baño y me lancé de cabeza a la laguna, nade y nade hasta llegar al fondo del lugar, donde se encontraba el nudo de raíces. Saque uno de mis cuchillos y me puse como loco a intentar cortar esas raíces, las cuales eran más duras que el acero. Estuve como media hora frotando el filo de mi cuchillo con aquella raíz, la cual apenas se rasgo un poco. Salí de nuevo a nuestra guarida, lleno de rabia porque nada me salía bien y me senté en mi "cama" a refunfuñar como un niño pequeño mientras observaba a Jako hacer el mono, literalmente estaba haciendo eso. Lo cual hizo que me riera de él y me animara un poco. Qué forma más extraña tenía mi compañero de divertirse. Además cuando no estaba haciendo eso estaba meditando, todo el santo día. Decidí probar eso de meditar y me quede dormido. Yo no era de meditar, eso era aburrido y una pérdida de tiempo, pero decidí tomarme los siguientes entrenamientos con calma y relajación, pues con rabia nunca tendría beneficios.
Los días venideros empecé a entrenar de una forma muy extraña. Me concentre en mover mi cuerpo como si fuera uno con el agua, haciendo movimientos fluidos y relajados. Con el paso de los días empecé a notar como mi cuerpo liberaba un liquido similar al agua, algo que agradecía, así no tenía que meterse en esta cada dos por tres para hidratarme. Cada vez era más fácil expulsar esa agua procedente de mi cuerpo y liberarla a la palma de mi mano. Esa agua era más suave y espesa que el agua normal, permitiéndome lanzarla con mayor fuerza y rapidez que la normal, haciendo pequeños destrozos en las raíces más grandes. Pero nada del otro mundo, aun me quedaba mucho por practicar.
Al final acabé creándome una rutina; por las mañanas hacía mis ejercicios de fluidez(pareciendo un pulpo en una discoteca), mientras practicaba la técnica de lanzar balas de agua con aquel agua que emanaba su cuerpo, al mediodía comía y se ponía a charlar con Jako, para después tumbarse una grata siesta para recuperar fuerzas, ya entrada la tarde me sumergía hasta el fondo de la laguna e intentaba romper las lianas que impedían el paso, haciéndome que poco a poco me sintiera más fuerte, pues las intentaba arrancar con mi único brazo y eso requería un gran esfuerzo. Al final del día me sentía tan cansado que ni hablaba con mi compañero, solo cenaba y me iba dormir.
De repente, un día cualquiera, Jako me ofreció un combate amistoso, a lo que no pude evitar sonreír con malicia.- No eres rival para mí, ya puedes tener cuidado de no morir, pues voy a ir con todo.- esta fardando, pero realmente iba a ir con todo, tenía que demostrarle quien era el lobo alfa de la guarida. Cogí mi cuchillo con la mano y me lancé con todas mis ganas a por mi compañero. El golpe iba directo y con rabia, si a Jako se le ocurría bloquear aquel golpe tendría que tener una fuerza prodigiosa para parar la fuerza de un gyojin algo que dudaba que tuviera.
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Bueno, parece que desplazarte por las ramas y hacer el mono te ha sentado de maravilla, aunque necesitaras algunas semanas más para notar esa mejora de agilidad. La pelota y la fuerza no va muy bien. Tu compañero, que ya puede agujerear esas duras raíces, ha aceptado tu reto y viene a por ti con todo. Peste, notas como usando esa agua te deshidratas, puede que sea buena idea tratar de conseguirla de forma externa a ti, en lugar de solo de tu cuerpo.
*El combate puede durar lo que queráis, ya os iré diciendo en las moderaciones daños y demás.*
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Mi adversario había tomado una conducta que ya me esperaba. Un ataque salvaje. Sin embargo, mi postura inicial de doble defensa estaba pensado en ello.
La fuerza de un gyojin era algo a tener en cuenta, pero lo que tenía a mi favor eran mis reflejos y, aunque al principio ese comentario me dio mala espina, de ser necesario, simplemente lo acabaría sin matarlo. No necesitaba mucha fuerza para contrarestarlo aunque tampoco dejaría que las cosas se salieran de control.
Evadiéndolo, con un sable desvié su golpe mientras que me giré sobre mi mismo, dejando que el peso de mi compañero estuviera en su contra, buscando golpear con la parte plana de mi espada el brazo de Peste.
Cabe recordar que, en contacto conmigo mientras tenga la energía verde, mi rival sentiría debilidad. Sin embargo, se suponía que además ahora, también debía sentir miedo y frío.
Tras hacer esto, buscaría que mi primer espada, la que desviaría el ataque mientras lo esquivaba, volviera a estar en forma de defensa.
Sólo sonreí malicosamente, sintiendo como "él", en mi interior, se divertía ante la batalla. Anhelaba la sangre como una bestia sanguinaria.
La fuerza de un gyojin era algo a tener en cuenta, pero lo que tenía a mi favor eran mis reflejos y, aunque al principio ese comentario me dio mala espina, de ser necesario, simplemente lo acabaría sin matarlo. No necesitaba mucha fuerza para contrarestarlo aunque tampoco dejaría que las cosas se salieran de control.
Evadiéndolo, con un sable desvié su golpe mientras que me giré sobre mi mismo, dejando que el peso de mi compañero estuviera en su contra, buscando golpear con la parte plana de mi espada el brazo de Peste.
Cabe recordar que, en contacto conmigo mientras tenga la energía verde, mi rival sentiría debilidad. Sin embargo, se suponía que además ahora, también debía sentir miedo y frío.
Tras hacer esto, buscaría que mi primer espada, la que desviaría el ataque mientras lo esquivaba, volviera a estar en forma de defensa.
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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Sáb 14 Ene 2017 - 18:11}
Como era de esperar, Jako esquivo mi golpe, desviándolo con una de sus espadas. Nada más sentir el contacto de su arma unas extrañas sensaciones recorrieron mi cuerpo. Una de ellas era frio, un frio que me helaba el brazo y se extendía por mi cuerpo y la otra, "miedo", una sensación de pánico, puro terror recorrió todo mi ser, haciéndome ver a mi compañero de otra manera. Como un ser peligroso o algo peor. Mis sentidos primarios se pusieron al cien por ciento, liberando toda el agua que tenía mi cantimplora/hombrera, en un potente chorro de agua electrificada. Lanzándome lo más lejos posible de mi amigo e impactándole a él para que se alejara de mí.
-¿Qué cojones te crees que haces? No me vuelvas a tocar con esas cosas.- aun quedaba algo de miedo en mi cuerpo, pero no por él, sino por lo que pudiera haberle hecho si no me controlaba. Me aleje de él y me puse a lanzar aquella sustancia que emanaba de mi cuerpo como loco, necesitaba sacar toda esa frustración y rabia que estaba dentro de mi cuerpo. ¿Mi compañero estaba loco o realmente quería que le matara? No sabe que un animal asustado es más peligroso que un tiburón salvaje.
Después de un rato empecé a sentir mi cuerpo cansado y con una extraña incomodidad. Parecía que mi piel estaba encogiendo o se sentía menos ágil. Parecía que aquella sustancia después de todo me deshidrataba, maldita sea. Camine hasta la laguna y me desplome en ella para dejar que mi cuerpo recuperara mi apariencia normal. Mientras me mantenía flotando en el agua, como una esponja en una bañera, fui pensando en la situación de encontrarme un animal salvaje más fuerte que yo ¿Cómo lo detendría? Después de pasar largo tiempo pensando solo se me ocurrió encerrarlo, pero ¿Cómo podría crear una cárcel improvisada? Alcé mi mano y la apreté con fuerza, como si encerrara algo dentro de ella. Después mi vista se quedo mirando el lugar donde me había golpeado Jako y recordé el frio que recorrió mi cuerpo. Entonces como una idea fugaz se me ocurrió sacar una nueva técnica un poco extraña, crear una cárcel de hielo con mi ámbito. Salí de un salto del agua y con una sonrisa me puse a hacer garabatos en el suelo para plantear mejor mi nueva idea, pero aun había algo que me rondaba por la mente.
-Lo siento por lo de antes.- dije acercándome a Jako y disculpándome por mi comportamiento repentino.- Me gustaría seguir practicando el combate cuerpo a cuerpo contigo, pero sin esa sensación.- me mire la mano y me estremecí al recordar aquel terror. Volví a alzar la vista.- Podemos hacer combates sin armas, creo que nos vendría bien a los dos ¿Qué me dices?- le dije sonriendo esperando que aceptara.
-¿Qué cojones te crees que haces? No me vuelvas a tocar con esas cosas.- aun quedaba algo de miedo en mi cuerpo, pero no por él, sino por lo que pudiera haberle hecho si no me controlaba. Me aleje de él y me puse a lanzar aquella sustancia que emanaba de mi cuerpo como loco, necesitaba sacar toda esa frustración y rabia que estaba dentro de mi cuerpo. ¿Mi compañero estaba loco o realmente quería que le matara? No sabe que un animal asustado es más peligroso que un tiburón salvaje.
Después de un rato empecé a sentir mi cuerpo cansado y con una extraña incomodidad. Parecía que mi piel estaba encogiendo o se sentía menos ágil. Parecía que aquella sustancia después de todo me deshidrataba, maldita sea. Camine hasta la laguna y me desplome en ella para dejar que mi cuerpo recuperara mi apariencia normal. Mientras me mantenía flotando en el agua, como una esponja en una bañera, fui pensando en la situación de encontrarme un animal salvaje más fuerte que yo ¿Cómo lo detendría? Después de pasar largo tiempo pensando solo se me ocurrió encerrarlo, pero ¿Cómo podría crear una cárcel improvisada? Alcé mi mano y la apreté con fuerza, como si encerrara algo dentro de ella. Después mi vista se quedo mirando el lugar donde me había golpeado Jako y recordé el frio que recorrió mi cuerpo. Entonces como una idea fugaz se me ocurrió sacar una nueva técnica un poco extraña, crear una cárcel de hielo con mi ámbito. Salí de un salto del agua y con una sonrisa me puse a hacer garabatos en el suelo para plantear mejor mi nueva idea, pero aun había algo que me rondaba por la mente.
-Lo siento por lo de antes.- dije acercándome a Jako y disculpándome por mi comportamiento repentino.- Me gustaría seguir practicando el combate cuerpo a cuerpo contigo, pero sin esa sensación.- me mire la mano y me estremecí al recordar aquel terror. Volví a alzar la vista.- Podemos hacer combates sin armas, creo que nos vendría bien a los dos ¿Qué me dices?- le dije sonriendo esperando que aceptara.
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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Jue 19 Ene 2017 - 18:39}
Podéis hacer otro post siguiendo el dialogo, y Necro el tiempo que ha estado Peste en el agua.
P.D: Recuerda que Peste tiene mucha fuerza, por esta vez no pasa nada, la próxima es probable que haya consecuencias.
P.D: Recuerda que Peste tiene mucha fuerza, por esta vez no pasa nada, la próxima es probable que haya consecuencias.
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Por un momento, ese chorro peligroso me hizo temer. Realmente había desatado la bestia interior de mi compañero. Sin embargo, al ver que se retiró enfadado, reclamándome por haber usado esa habilidad, super que me había pasado al usarlo como conejillo de indias; pero, había algo que me había agradado y era que ya podía usarla, relativamente bien, contra enemigos de mi nivel.
Mientras mi amigo yacía en el agua, yo me puse a descansar con los pies cruzados. Estaba descansando para lo que fuera que viniese. Por momentos, intentaba enfocar de nuevo mi poder, analizando mis puntos fuertes y débiles.
Había paso un rato, cuando mi compañero me propuso volver a luchar pero sin armas. Estaba en completa desventaja. Mi única forma de luchar era con las espadas y tratar de medir mi fuerza, a mano limpia contra un gyojin, era resultar lesionado.
-Te prometo no usar mis poderes, mucho menos volver a usar mi "terror", pero no puedo luchar sin espadas. Tratemos de luchar sin sobrepasarse, como un calentamiento ¿te apuntas?- le dije sonriendo, aceptando sus disculpas. Despues de todo, había sido mi culpa su reacción- y por lo de hace un momento, lo siento...
Puse ambas espadas en forma de defensa y me prepararía para volver a desviar el golpe.
-Solo... no nos matemos ¿esta bien?...
Mientras mi amigo yacía en el agua, yo me puse a descansar con los pies cruzados. Estaba descansando para lo que fuera que viniese. Por momentos, intentaba enfocar de nuevo mi poder, analizando mis puntos fuertes y débiles.
Había paso un rato, cuando mi compañero me propuso volver a luchar pero sin armas. Estaba en completa desventaja. Mi única forma de luchar era con las espadas y tratar de medir mi fuerza, a mano limpia contra un gyojin, era resultar lesionado.
-Te prometo no usar mis poderes, mucho menos volver a usar mi "terror", pero no puedo luchar sin espadas. Tratemos de luchar sin sobrepasarse, como un calentamiento ¿te apuntas?- le dije sonriendo, aceptando sus disculpas. Despues de todo, había sido mi culpa su reacción- y por lo de hace un momento, lo siento...
Puse ambas espadas en forma de defensa y me prepararía para volver a desviar el golpe.
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Sonreí al comprobar que nuestra amistad no se había roto por un tonto malentendido, estiré mi dedo gordo del dedo y acepté el desafío. Me coloque para el combate, materializando un brazo de agua con mi gyocon y cogiendo mis cuchillos arrojadizos a cada lado. Esta vez me lancé con menos furia, solo con golpes precisos y que no hiriesen a mi compañero en el caso de impactarle. Sé que no era la mejor forma de combatir, pero hacer aquellos ejercicios servirían para mejorar nuestros reflejos y predecir los ataques enemigos.
Al cabo de dos horas decidí que era mejor parar para reponer fuerzas. Pues a pesar de no luchar con todas nuestras fuerzas, siempre era cansado estar mucho tiempo concentrado y más en combate. Decidí explicar a mi amigo la nueva técnica que se me había ocurrido, dibujando en el suelo mientras se lo explicaba. No esperaba que me ayudara, pero me gustaba charlar con él. Al final el día se acabo más rápido de lo esperado, pero me fui pronto a dormir para practicar al día siguiente la técnica que tenía en mente.
Casi no pegue ojo por la noche, de lo nervioso que me encontraba, pero nada más recibir los primeros rayos de sol, a través de las raíces, me puse manos a la obra. Lo primero que entrené fue controlar la enorme cantidad de agua, la cual sacaba del lago, en una forma esférica. Con el gyocon fue bastante fácil reunir tanta agua en el aire, pero pasado un tiempo, la forma y mis fuerzas iban disminuyendo, dejándome apenas unos minutos para recubrirla con hielo. Debido al cansancio que me provocaba mantener el agua y luego repartir el hielo por el borde, el cual se derretía, me dejaba más agotado de lo normal.
Casi sin darme cuenta había llegado al medio día y mis esfuerzos fueron innecesarios. No había avanzado nada en la técnica y lo único que había conseguido era cansarme tontamente. Por la tarde volví a los combates con Jako, los cuales me relajaban y me hacían sentirme más unido a él, por lo menos más unidos que los primeros días, que ni siquiera hablábamos.
Al cabo de dos horas decidí que era mejor parar para reponer fuerzas. Pues a pesar de no luchar con todas nuestras fuerzas, siempre era cansado estar mucho tiempo concentrado y más en combate. Decidí explicar a mi amigo la nueva técnica que se me había ocurrido, dibujando en el suelo mientras se lo explicaba. No esperaba que me ayudara, pero me gustaba charlar con él. Al final el día se acabo más rápido de lo esperado, pero me fui pronto a dormir para practicar al día siguiente la técnica que tenía en mente.
Casi no pegue ojo por la noche, de lo nervioso que me encontraba, pero nada más recibir los primeros rayos de sol, a través de las raíces, me puse manos a la obra. Lo primero que entrené fue controlar la enorme cantidad de agua, la cual sacaba del lago, en una forma esférica. Con el gyocon fue bastante fácil reunir tanta agua en el aire, pero pasado un tiempo, la forma y mis fuerzas iban disminuyendo, dejándome apenas unos minutos para recubrirla con hielo. Debido al cansancio que me provocaba mantener el agua y luego repartir el hielo por el borde, el cual se derretía, me dejaba más agotado de lo normal.
Casi sin darme cuenta había llegado al medio día y mis esfuerzos fueron innecesarios. No había avanzado nada en la técnica y lo único que había conseguido era cansarme tontamente. Por la tarde volví a los combates con Jako, los cuales me relajaban y me hacían sentirme más unido a él, por lo menos más unidos que los primeros días, que ni siquiera hablábamos.
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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Mar 14 Feb 2017 - 14:57}
El tiempo va pasando y parece que vuestras técnicas van cogiendo forma y fuerza. Un día mientras practicabais os dais cuenta de que el caudal de agua que sale desde las cloacas aumenta de repente bastante. Tras unos minutos vuelve a la normalidad, aunque es algo más alto que antes. Lo más seguro es que estén reparando la zona derruida. Es poco probable que os molesten, pero puede que queráis considerar hacer alguna guardia durante la noche. Aunque es muy posible que con las palizas que os dais más los entrenamientos individuales estéis muy cansado.
Puede, que, además, sea hora de darle otra vuelta de tuerca a vuestros entrenamientos en solitario a ver si mejoráis un poco más esas técnicas, o podéis seguir dándoos palizas a lo loco.
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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Jue 16 Feb 2017 - 21:17}
Tras los días de entrenamiento, había notado que no sólo había cogido experiencia en el combate, sino que, además, mis habilidades habían madurado. Como lo había prometido, ya no utilizaba mi energía debilitadora y aterrante contra Peste, por lo que practicaba con los pequeños animalitos que cazaba por allí, como peces, aves y alguno que otro roedor. Sin embargo, noté el estancamiento en las técnicas, ya que si bien aumentaba mi pericia en el combate, necesitaba invertir más tiempo en mi proyecto.
Dejando, parcialmente, de lado mis enfrentamientos con Peste, volvía a invertir horas tratando de incrementar tanto el terror como el debilitamiento que mi energía provocaba. Aprovechando los restos óseos que utilizaba para cazar, conseguía todo tipo de presas y experimentaba con ellas hasta el cansancio. No era algo precisamente agradable, menos cuando esas voces de muerte hablaban en mi cabeza cuando intentaba acceder a más poder, pero era lo más indicado para lograrlo. Incluso, se me había ocurrido una idea, utilizando los restos de esas criaturas para crear "siervos", que atacarían y cazarían por mí. Faltaba ver cómo funcionaría la cosa.
De vez en cuando, cuando no luchaba (cosa que no había dejado de lado, sobre todo para no romper los lazos con mi amigo) volvía a hacer "el mono", colgándome entre las ramas de los árboles.
Había pasado ya un tiempo, cuando, un día, empecé a notar que el nivel de agua volvía a subir, aunque después de un rato volvía a descender.
-"¿Será acaso la marea o un efecto de la isla?"- pensé. Después de todo, el agua era algo peligroso para mí. Con eso en mi mente, decidí construir una especie de refugio sobre un mangle, utilizando ramas que corté con mi espada y apilándolas sobre una rama sólida. Me serviría tanto para dormir con cierta tranquilidad como para subirme en caso de que el agua decidiera volverse violenta.
Dejando, parcialmente, de lado mis enfrentamientos con Peste, volvía a invertir horas tratando de incrementar tanto el terror como el debilitamiento que mi energía provocaba. Aprovechando los restos óseos que utilizaba para cazar, conseguía todo tipo de presas y experimentaba con ellas hasta el cansancio. No era algo precisamente agradable, menos cuando esas voces de muerte hablaban en mi cabeza cuando intentaba acceder a más poder, pero era lo más indicado para lograrlo. Incluso, se me había ocurrido una idea, utilizando los restos de esas criaturas para crear "siervos", que atacarían y cazarían por mí. Faltaba ver cómo funcionaría la cosa.
De vez en cuando, cuando no luchaba (cosa que no había dejado de lado, sobre todo para no romper los lazos con mi amigo) volvía a hacer "el mono", colgándome entre las ramas de los árboles.
Había pasado ya un tiempo, cuando, un día, empecé a notar que el nivel de agua volvía a subir, aunque después de un rato volvía a descender.
-"¿Será acaso la marea o un efecto de la isla?"- pensé. Después de todo, el agua era algo peligroso para mí. Con eso en mi mente, decidí construir una especie de refugio sobre un mangle, utilizando ramas que corté con mi espada y apilándolas sobre una rama sólida. Me serviría tanto para dormir con cierta tranquilidad como para subirme en caso de que el agua decidiera volverse violenta.
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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Vie 17 Feb 2017 - 13:24}
Mi compañero había adquirido un nivel de combate igual al mío, por no decir superior, lo cual me motivaba a ponerme más serio cuando combatíamos. Con el paso del tiempo, el “jodio”, consiguió propinarme unos cuantos golpes que consiguieron dejarme algo aturdido. Me quede asombrado de lo mucho que había mejorado mi camarada y eso por raro que fuera, me hacía sentir felicidad.
Con el paso del tiempo, conseguí tener algo de control en la técnica que tenía en mente, dándola algo de forma y haciéndome que me frustrara menos a cada intentó. Aun así necesitaba mucha energía para crear aquella prisión acuática, por lo que mis descansos fueron aumentando. Por suerte, pasado un tiempo, dejamos los combates de lado para centrarnos en nuestras técnicas y mejorarlas de una vez.
Al tener casi todo el día entero libre, lo dedicaba a practicar las nuevas técnicas, durante una hora seguida practicaba y después me tomaba dos horas de descanso. La monotonía me aburría, pues lo único que me satisfacía a lo largo del día era las enormes siestas que me echaba, haciendo que engordara unos kilitos. Pero no penséis que estaba todo el día entrenando y durmiendo, también descendía a las profundidades del lago, para con algo de suerte, conseguir romper aquella maldita reja que me impedía el paso. Siempre era bueno tener una ruta de escape por si las cosas se ponían feas, era algo que todo criminal tenía que tener en mente.
Un día cualquiera, en el que me despertaba de la siesta, no pude evitar fijarme en el cambió de nivel de agua que se produjo por unos instantes. Esto hizo ponerme alerta y fijarme en Jako, el cual se puso como loco a construir un refugio de raíces. No le di importancia a su extraño comportamiento y decidí alargar la hora de entrenar. Me desperecé y fui a investigar por los túneles en busca de enemigos o algo que me sacara de la monotonía. Si la cosa se complicaba solo tenía que correr hacía Jako y buscar algo de apoyo en él.
Con el paso del tiempo, conseguí tener algo de control en la técnica que tenía en mente, dándola algo de forma y haciéndome que me frustrara menos a cada intentó. Aun así necesitaba mucha energía para crear aquella prisión acuática, por lo que mis descansos fueron aumentando. Por suerte, pasado un tiempo, dejamos los combates de lado para centrarnos en nuestras técnicas y mejorarlas de una vez.
Al tener casi todo el día entero libre, lo dedicaba a practicar las nuevas técnicas, durante una hora seguida practicaba y después me tomaba dos horas de descanso. La monotonía me aburría, pues lo único que me satisfacía a lo largo del día era las enormes siestas que me echaba, haciendo que engordara unos kilitos. Pero no penséis que estaba todo el día entrenando y durmiendo, también descendía a las profundidades del lago, para con algo de suerte, conseguir romper aquella maldita reja que me impedía el paso. Siempre era bueno tener una ruta de escape por si las cosas se ponían feas, era algo que todo criminal tenía que tener en mente.
Un día cualquiera, en el que me despertaba de la siesta, no pude evitar fijarme en el cambió de nivel de agua que se produjo por unos instantes. Esto hizo ponerme alerta y fijarme en Jako, el cual se puso como loco a construir un refugio de raíces. No le di importancia a su extraño comportamiento y decidí alargar la hora de entrenar. Me desperecé y fui a investigar por los túneles en busca de enemigos o algo que me sacara de la monotonía. Si la cosa se complicaba solo tenía que correr hacía Jako y buscar algo de apoyo en él.
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Re: Dos piratillas que necesitan entrenar Moderado rango 2 (NECRO Y PESTE) {Vie 24 Feb 2017 - 12:42}
- Necro:
- Mientras construyes el refugio con ramas ocurre algo que no esperabas, una abrumadora presencia llena tu mente. Sientes miedo, más bien terror, frio, debilidad, desorientación, demasiadas cosas a la vez. “Has jugado demasiado conmigo, ahora me toca a mí jugar contigo” Puedes escuchar mientras las sensaciones se suavizan algo y te dejan ver. Estas en un lugar muy extraño, plantas que parecen tentáculos, un cielo muy oscuro con corrientes azuladas, verdosas y turquesas, el suelo parece algún material granuloso de color morado. Frente a ti una sombra se materializa, te resulta familiar. La sombra comienza a moverse y transformarse hasta ser una copia de ti. Levanta un brazo en tu dirección y lo que parecen trozos de hueso pequeños vuelan en tu dirección.
(Hay mucha materia muerta a tu alrededor, de hecho, todo lo que ves parece ser materia muerta.)
- Peste:
- Llegas a la sala donde cae la cascada, puede que te hubieras olvidado de ella, peo ahí sigue. Puedes intentar subir de alguna manera, como trepando, pero los musgos pueden resbalar mucho. Si consigues llegar hasta arriba vuelves a ver los pasillos que ya recorriste, con la misma iluminación, mismo todo. Puede que los canales tengan algo más de agua, aunque en estos corredores es difícil darse cuenta, tendrás que avanzar algo más para averiguarlo.
(Usa el mapa que os pasé en las primeras moderaciones.)
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