Una carrera por el tesoro celestial [Pasado] [Privado][Maximilian - Alexander]

Miraba a mí alrededor, tranquilo pero alerta. La ciudad de Gracia era bastante llamativa pero no estaba ahí por diversión sino para conseguir algo de increíble valor. La gema de la “Reina Alada” o mejor dicho la gema celestial. Un cristal de incontable valor resguardado en la catedral de la ciudad según contaban las historias. Muchos aventureros habían llegado a Gracia solo por ella y no se les había vuelto a ver en toda la isla cuando decidieron adentrarse en su búsqueda. Algunos decía que los guardias que resguardaban los lugares ocultos de la catedral eran increíblemente fuerte y despiadados. Avanzaba mirando de un lado a otro, buscando algún lugar donde pudiera encontrar alguna pista. Fue ese momento que me detuve y me dije a mi mismo que era un tonto. El mejor lugar para encontrar rastros era los lugares donde estaban los libros, así que debía ir a la biblioteca de la ciudad.

-Pero yo no soy bueno investigando en los libros, bueno en fin ya veré que puedo hacer – pensé mientras me acercaba a un hombre con media ala en la espalda

El hombre me indicó la dirección a donde tenía que ir y me puse en camino. Cuando llegué fue algo bastante interesante el hecho de que el encargado del lugar me dijera que ya había muchos nuevos lectores dentro de la biblioteca. Aquello me daba una desventaja y no hice más que apresurarme. El lugar era increíblemente enorme casi para perderse pero no me detuve y al ver a algunas personas con ropas y apariencias de caza fortunas me acerque a la sección donde estaba mirando.

Post: 1.
Ubicación: Biblioteca.
Compañía: Ninguna.
Extra: Nada.

Pude identificar a varios piratas que conocía por los carteles se busca. Algunos no parecían ser tan temibles como los pintaban en los periódicos y otros si tenían todo el aspecto sombrío de un asesino. Me senté en una de las carpetas que se encontraban cerca a los estantes de libros y miré al resto de personas que estaban concentrados en los libros. No sabía bien si tenían compañeros que podrían entender los libros o si ellos entendían lo que estaban leyendo pero al menos lo intentaban. Por mi parte yo solo observaba como lo hacían. Me puse de pie y cuando ya estaba dispuesto a rendirme, oí unas risas a lo lejos. Caminé hacía el final de la estantería y miré a ambos lados. Cuando giré la cabeza a la derecha, pude ver a una chica de lentes negros, camisa a cuadros y falda azul con algunos libros en las manos siendo acosada por un grupo de tres hombres. Los tipos reían y en sus rostros había gestos de perversión.

-He, están haciendo demasiado ruido – dije mientras me acercaba a ellos

Me miraron y no me prestaron atención. Me coloqué delante de la chica y les corté el paso a los tres sujetos.

-Lárgate – dijo el sujeto de en medio – no tienes nada que ver en este asunto

-Bueno, tienes razón pero tal vez si hacen gritar a la señorita, el gran Leonar Miller se molesté

Los tres sujetos retrocedieron unos pasos al escuchar ese nombre. Comenzaron sudar y uno de ellos dijo en voz baja.

-Acaso está aquí

-Sí, está aquí con otros más

Los tres sujetos se miraron entre ellos y decidieron marcharse de la biblioteca con rostros pálidos y pasos apresurados. La chica suspiró de tranquilidad y me agradeció lo que hice por ella. Luego de un momento me preguntó quién era Leonar Miller. Le expliqué que él era un pirata con una recompensa de 150.000.000 berries y que estaba buscando la misma gema que el resto de los que habían llegado. Leonar era un hombre despiadado y los marines lo conocían por que no soportaba que alguien perturbara su tranquilidad o la concentración que le ponía en algo. Lo había visto sentado, leyendo un libro algunos metros más allá.

-Tal vez pueda ayudar en lo que buscas – dijo la chica mientras se acomodaba los lentes – soy historiadora y arqueóloga, me especializo en estudiar los objetos antiguos

-Creo que los dioses me favorecen hoy – dije sonriendo – agradecería tu ayuda

Post: 2.
Ubicación: Biblioteca.
Compañía: Nadie.
Extra: Nada.

Caminé a lado de la chica hasta una sección de libros que a mi parecer parecían estar muy viejos. Unos metros más allá, había un hombre que parecía estar buscando algo. No le preste importancia y miré a la chica.

-Veamos, creo que estás buscando esa gema, no – susurró en voz baja mientras tocaba con los dedos algunos libros -. Buscar directamente pistas de su ubicación sería un total desperdicio de tiempo, mejor referirnos a datos indirectos que nos puedan llevar a un objetivo más concreto.

Detuvo su mirada en un libro bastante grueso. La ayude a sacarlo y colocarlo en la mesa que estaba en medio de las estanterías.

-La gema celestial fue considerada en su momento un objeto milagroso, incluso una fuente inagotable de conocimiento para cualquier científico. El material del que estaba hecho tenía propiedades especiales y fue por eso que lo escondieron tan bien. Hay relatos en este libro acerca de una joya skypiana que realizaba milagros. Según la leyenda, el primer portador de la gema fue Gregor Bastian, un científico que cambio su visión objetiva del mundo al encontrar la gema y estudiar sus propiedades. La llevó por toda la Gran Line y en cada isla que fue, hablaba siempre de algo.

La chica parecía que sabía bastante y lo que había dicho no podía evitar ser muy interesante.

-La vida de Gregor fue borrada por los marines para que la piedra no fuera aprovechada por nadie. Sin embargo, no pudieron evitar que sus amigos escribieran historias ocultas para que alguien con la suficiente inteligencia descubriera la relación entre ellos. A Gregor se le conocía como el “Peregrino” – hizo una pausa mientras abría el libro que habíamos sacado y comenzaba a mirar las hojas.

-¿Que se supone que debemos encontrar aquí? – pregunté de una manera curiosa

-Este libro es una recopilación resumida de los acontecimientos más importantes en cada isla de Gran Line. Lo que buscamos es si en alguno dice algo sobre el “Peregrino”.

-¿Hay algo en lo que pueda ayudar?

-Sí, hay otro de estos, revisa la fecha de hace 120 años de cada isla y si encuentras algo avísame

-Está bien – dije mientras caminaba al lugar donde había estado antes el libro que ahora revisaba mi compañera.

Saqué el otro libro enorme y lo abrí. Comencé a leer las letras que apenas y se notaba en las páginas.

-Por cierto, no pregunté por tu nombre – dije mientras levantaba la vista para mirarla.

-Mmm – dijo sin apartar la mirada del libro y luego giraba su cabeza para mirarme -. A lo siento, donde están mis modales. Soy Catherine.

Post: 3.
Ubicación: Biblioteca.
Compañía: Maximilian y Catherine.
Extra: Nada.

Catherine cogía su libreta de apuntes y escribía algunas mientras miraba el libro. Yo me encargaba de revisar y revisar el otro tomo de la historia de las islas pero en todos solo hacía referencia a un tipo de poder divino.

-Bien, ya lo tengo todo – dijo Catherine en voz baja.

Una sonrisa se había dibujado en su rostro y parecía orgullosa de sus habilidades.

-Bien, será mejor que nos vayamos. Comienzo a tener hambre.

-Es verdad, yo también – dijo ella mientras se llevaba la mano al abdomen y sonreía.

Guardamos los libros y nos preparamos para irnos. Sin embargo, noté que el resto de piratas y otros curiosos personajes también estaba marchándose. Me detuve al ver a un gran grupo de personas en la puerta de la biblioteca. Un hombre con gafas y de cabello corto de color negro estaba algo asustado.

-Disculpa, ¿qué pasa allí? – pregunté mientras trataba de saltar para averiguar porque las personas no se movían.

-Parece que los marines han rodeado el edificio. Están pidiéndoles a los piratas que están en la entrada que se rinda. Se va un buen lio aquí.

Lo miré y traté de pensar en alguna solución para eso. El chico de gafas retrocedió y volvió a meterse dentro de la biblioteca. Algunos hombres y sus compañeros lanzaban frases al aire con cierto tono de ofensa para los marines.

-¿Qué haremos ahora? – preguntó Catherine mirándome.

-Mmm, no lo sé – respondí -. Tenemos que pensar en algo.

Post: 4.
Ubicación: Biblioteca.
Compañía: Maximilian y Catherine.
Extra: Nada.

De pronto el tipo de lentes que antes se había marchado volvió a aparecer frente a nosotros.

-Ustedes dos, vengan conmigo – dijo en silencio para que nadie más lo escuchara.

Los seguimos sin tener otra opción y en un rincón de la gran biblioteca nos encontramos junto al anciano encargado de documentar cada libro que había en lugar.

-El anciano tiene una forma para salir –dijo el tipo de lentes -. Me pidió que trajera a alguna cuenta conmigo, he visto a otro tipo por ahí, iré a ver si quiere seguirnos.

El hombre se marchó y me volví para ver al anciano. Abrió una puerta que estaba frente a él y tomó una pequeña lámpara de aceite que estaba en una silla a lado de la puerta. Entró e iluminó la habitación a la que había entrado. Movió la cabeza en un gesto para que lo siguiéramos. Catherine y yo avanzamos hasta donde estaba. El lugar era muy oscuro y parecía que no lo habían limpiado en años.

-Existe una salida escondida que mi padre, el anterior bibliotecario, me mostró cuando tenía trece años, ahora tengo ochenta seis y creo que ustedes la necesitan más que yo – dijo con su voz temblorosa y apagada.

Le entregó la lámpara a Catherine y movió su mano para que me acercara a él. Se agachó y llevo sus manos al suelo. Deslizo sus dedos por un borde y me dijo:

-Ayúdame con esto.

Tiramos de un cuadrado de concreto hacía arriba. Pesaba bastante así que tuve que usar toda mi fuerza para quitarlo. Debajo parecía haber un agujero que llevaba algun lugar. Unos pequeños trozos de madera sobresalían de una de las paredes del agujero y parecían ser la unica manera de sostenerse para bajar.

Post: 5.
Ubicación: Biblioteca/Salida secreta.
Compañía: "El tipo de lentes".
Extra: Nada.

Vimos como el hombre de lentes llegaba junto con otro sujeto que me resultaba familiar. Lo había visto antes, a nuestro lado mientras revisábamos los documentos para encontrar el tesoro que había venido a buscar. Era más alto que yo y no aparentaba ser para nada agresivo.

-Este túnel conduce a la catedral. Sin embargo, pueden perderse con facilidad. Es una red subterránea creada por los primeros habitantes de Gracia para esconderse de los piratas. Algunos dicen que si llegas al final de todo el laberinto de túneles, encontraras una ciudad completa. El camino por el que deben ir está marcado, no se pierdan –dijo el anciano.

Desde fuera podían escucharse disparos y gritos. Era nuestra unica salida. Tomé la antorcha y fui el primero en bajar para despejar el camino. Luego Catherina y el tipo de lentes. Solo deberíamos esperar al otro sujeto. El corredor que estaba delante era un poco angosto. Estaba hecho de ladrillos cubiertos de musgo y sarro. Un intenso olor a humedad se podía sentir en todo el lugar.

Moví la antorcha y vi que había una flecha en una de las paredes.

-Bien, creo que debemos apresurarnos.

Post: 6.
Ubicación: Salida secreta.
Compañía: Maximilian, Catherine, anciano y el "tipo de lentes".
Extra: Nada.

Escuché lo que el extraño dijo. Me sentía incómodo por no saber con quienes estaba, así que me detuve y antes de seguir avanzando tomé la decisión de presentarme. Catherine me miró sorprendida. Me tomó de la mano y mencionó el hecho de que sentía una pequeña picazón en el cuello. Iluminé esa parte de su cuerpo y vi que había un gusano negro de muchas patas sobre su cuello. Le ordené que no se moviera. Ella se puso nerviosa. Cogí al gusano con mi mano y sentí la humedad de su piel. Lo lancé a un lado y ella lanzó un pequeño grito de susto.

-Mi nombre es Maximilian –dije sonriendo por lo graciosa que se había visto al ver a un gusano tan grande-. Ella es Catherine.

El tipo de lentes se presentó a sí mismo como Jhon. Dijo ser un periodista que había estado tratando de conseguir una entrevista con alguno de los piratas. No era fácil entrevistar a los hombres de mar, pero a él no se le daba bien rendirse, como refirió Jhon.

-No me asusta el hecho de poner mi seguridad en riesgo, una buena noticia siempre vale eso –dijo sonriendo.

Miramos al otro tipo. Había mencionado que era científico y eso me intereso bastante.

Post: 7.
Ubicación: Salida secreta.
Compañía: Maximilian, Catherine, anciano y Jhon.
Extra: Nada.

Alexander no parecía ser una mala persona, al menos esa fue mi primera impresión de él. Algo que llamó mi atención fue que era un científico del gobierno y eso podría traerme problema si llegaba a enterarse de que era un pirata. Avanzamos lentamente por el corredor, teniendo cuidado de que no hacer nada extraño. Recordaba cómo había escuchado decir a Ariana una vez que los lugares antiguos podían ser muy peligrosos, debido a que podía haber trampas y más cosas ocultas.

-Yo soy un aventurero –dije sonriéndole -. Busco tesoros y esas cosas. Vine a la isla para buscar la piedra celestial que todos quieren, pero ahora estamos aquí, huyendo de los marines.

El camino se hizo un poco más amplio, ahora podíamos caminar con comida sin tropezar el uno con el otro. Llegamos a un amplio salón. Había montones de gráficos en las paredes y escrituras extrañas por todos lados. Frente a nosotros, había dos puertas con bordes decorados. Una estaba marcada y era el camino por donde debíamos seguir. Habían soportes con lo que parecían ser antorchas antiguas. Las encendí y el lugar se iluminó por completo.

-Descansemos aquí –dije mientras me sentaba en el suelo y sacaba un paquete de galletas de mi bolso de cuero.

Katherine comenzó a mirar los grabados en las paredes y Jhon la acompañó. Ambos comenzaron a hablar mientras escribían cosas en sus cuadernillos de apuntes.

Post: 8.
Ubicación: Salida secreta.
Compañía: Maximilian, Catherine, anciano y Jhon.
Extra: ¡De verdad siento la tardanza!, he tenido unas semanas super ocupadas :/.

Cogí uno de los sándwiches que me ofrecía Alex. Guardé el paquete de galletas y procedí a abrir la envoltura del panecillo. Un olor a salsa conservada llegó hasta mi e hizo inspirara con fuerza para descubrir aún más los posibles ingredientes de semejante bocadillo. Mi boca comenzó a humedecerse más de lo normal; tantas fueron mis ganas de querer darle una mordida que un pequeño hilo de saliva escapó de la comisura derecha de mis labios. Llevé mi mano rápidamente a mi boca y algo enrojecido por aquella imagen en apariencia vergonzosa, esbocé una sonrisa forzada hacia Alex.

-Gracias –dije mientras abría la boca y le daba un buen mordisco al sándwich.

Catherine y Jhon masticaban con alegría sus sándwiches mientras comparaban sus descubrimientos de aquella cámara secreta oculta muy probablemente debajo de la ciudad. Catherine levantaba la mano con su lápiz y hacía unos trazos en el aire. Estaba tratando de darle a entender algo a Jhon, quien parecía estar de acuerdo con lo que la chica decía. Luego de un momento de estar disfrutando una buena comida, Jhon y Catherine se acercaron a nosotros.


-Este lugar es el inicio de todo –dijo Jhon mientras se acomodaba las gafas -. Hemos coincidido en lo que investigábamos para llegar a la conclusión de que por la puerta marcada llegaremos a la catedral...bueno eso ya lo sabían, el asunto es que el otro corredor nos debería llevar a los restos del templo de los primeros. Los primeros skypiana en esta isla y los creadores de la gema celestial.

Me puse de pie al instante. Estaba bastante asombrado por las palabras que había dicho Jhon.

-Tranquilos, aún necesitamos más información, pero estamos seguros de que debemos seguir por el otro camino si queremos llegar al fondo de este asunto.

-Voy con ustedes – respondí  sin dudarlo.