Rylanor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Al Oficial Ryan,
Hemos recibido un informe de que Carlo Cuori, cabeza de la Familia Cuori, ha perecido de un infarto. Los Cuori controlan una gran flota y un ejército considerable, por no hablar de que la posición de su base en medio de la Calm Belt los posiciona estratégicamente para intervenir tanto en Grand Line como en el South Blue con el cual limitan. Si bien son enemigos declarados del Gobierno y se dedican mayormente a asaltar los barcos de este cuando cruzan el Calm Belt, su anterior líder siempre fue reacio a colaborar con la Revolución. Desconocemos cuál es la situación política de la isla ahora que Carlo Cuori está muerto, pero sabemos quiénes son los dos hombres con más posibilidades para obtener el poder: Hansel Cuori, hijo adoptivo del jefe y su legítimo hijo Yore Cuori. La posición de estos con respecto a la Revolución es desconocida, pero actuar rápido es vital. Aunque el funeral se celebró a la víspera de la muerte del líder, el panteón está abierto al público para quien quiera ir a honrar al difunto. Su misión es sencilla: será nuestro representante en la isla. Entérese de qué está ocurriendo, y de ser posible trate de entablar relaciones con los posibles futuros líderes. Le adjunto un fichero con información detallada que nuestros informadores. Buena suerte Oficial, y recuerde que esta misión es de vital importancia. No nos deje en mal lugar.
L. L.
Fichero
(PD: Tienes la información de fuera de los spoilers (a excepción del spoiler en que se describe la vista exterior de la mansión). No sabes nada sobre el interior de esta ni sobre las divisiones (más allá de que existen y lo que viene en la descripción, claro está).
Ha sido una larga travesía, pero al fin habéis llegado. La montañosa y selvática isla se alza ante el navío revolucionario. Para este viaje te han dado una pequeña fragata de 30 cañones a motor, dado que un barco normal no puede navegar en este mar. Tienes bajo tu mando a una treintena de hombres a parte de la tripulación, entre los cuáles hay un general llamado Kurt Taylor, un taciturno semigigante de pelo corto y oscuro que suele vestir con gabardina negra, camisa blanca, pantalones oscuros y mocasines marrones. En la mayor parte del viaje no lo has visto armado, pero ahora mismo lleva un bate de metal a la espalda. En ese momento os dirigís al puerto, donde un grupo de hombres de traje os esperan. En cuanto desembarques, uno de ellos dará un paso al frente. Es un hombre de mediana edad, con largo pelo castaño rizado, gafas y barba de tres días. Tiene pinta de mayordomo.
- Estamos aquí para dar la bienvenida a los representante de la Armada Revolucionaria. Mi nombre es Luca Palmieri, y soy el jefe de mayordomos de la Familia Cuori. Por favor, sed bienvenidos a nuestra isla. ¿Desean tomar algo antes de acceder a los niveles superiores?
Maldito sol... a pesar de ser ya media tarde, sigue abrasándolo todo desde su posición en el firmamento. ¿Has tomado medidas para ello? ¿O tal vez hayas decidido no desembarcar hasta la noche y enviar al general? La decisión es tuya, Oficial.
Hemos recibido un informe de que Carlo Cuori, cabeza de la Familia Cuori, ha perecido de un infarto. Los Cuori controlan una gran flota y un ejército considerable, por no hablar de que la posición de su base en medio de la Calm Belt los posiciona estratégicamente para intervenir tanto en Grand Line como en el South Blue con el cual limitan. Si bien son enemigos declarados del Gobierno y se dedican mayormente a asaltar los barcos de este cuando cruzan el Calm Belt, su anterior líder siempre fue reacio a colaborar con la Revolución. Desconocemos cuál es la situación política de la isla ahora que Carlo Cuori está muerto, pero sabemos quiénes son los dos hombres con más posibilidades para obtener el poder: Hansel Cuori, hijo adoptivo del jefe y su legítimo hijo Yore Cuori. La posición de estos con respecto a la Revolución es desconocida, pero actuar rápido es vital. Aunque el funeral se celebró a la víspera de la muerte del líder, el panteón está abierto al público para quien quiera ir a honrar al difunto. Su misión es sencilla: será nuestro representante en la isla. Entérese de qué está ocurriendo, y de ser posible trate de entablar relaciones con los posibles futuros líderes. Le adjunto un fichero con información detallada que nuestros informadores. Buena suerte Oficial, y recuerde que esta misión es de vital importancia. No nos deje en mal lugar.
L. L.
Fichero
(PD: Tienes la información de fuera de los spoilers (a excepción del spoiler en que se describe la vista exterior de la mansión). No sabes nada sobre el interior de esta ni sobre las divisiones (más allá de que existen y lo que viene en la descripción, claro está).
Ha sido una larga travesía, pero al fin habéis llegado. La montañosa y selvática isla se alza ante el navío revolucionario. Para este viaje te han dado una pequeña fragata de 30 cañones a motor, dado que un barco normal no puede navegar en este mar. Tienes bajo tu mando a una treintena de hombres a parte de la tripulación, entre los cuáles hay un general llamado Kurt Taylor, un taciturno semigigante de pelo corto y oscuro que suele vestir con gabardina negra, camisa blanca, pantalones oscuros y mocasines marrones. En la mayor parte del viaje no lo has visto armado, pero ahora mismo lleva un bate de metal a la espalda. En ese momento os dirigís al puerto, donde un grupo de hombres de traje os esperan. En cuanto desembarques, uno de ellos dará un paso al frente. Es un hombre de mediana edad, con largo pelo castaño rizado, gafas y barba de tres días. Tiene pinta de mayordomo.
- Estamos aquí para dar la bienvenida a los representante de la Armada Revolucionaria. Mi nombre es Luca Palmieri, y soy el jefe de mayordomos de la Familia Cuori. Por favor, sed bienvenidos a nuestra isla. ¿Desean tomar algo antes de acceder a los niveles superiores?
Maldito sol... a pesar de ser ya media tarde, sigue abrasándolo todo desde su posición en el firmamento. ¿Has tomado medidas para ello? ¿O tal vez hayas decidido no desembarcar hasta la noche y enviar al general? La decisión es tuya, Oficial.
NGC 1672
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Simplemente otra misión más; no quiero decir que la haría de mala gana o algo por el estilo, claro que no. Pero ese pensamiento era el único que me arrancaba de algunos más oscuros, después de todo en cualquier lugar y momento la muerte te puede abrazar y llevar al eterno sueño. Y no era tiempo para mí, aún no. El taciturno semigigante no era la mejor compañía que podría haber deseado, me gustaba beber un poco antes de encomendarme a complicadas tareas que tendría que realizar con destreza. En fin, siempre existe la excepción a la regla.
El barco llegó rápidamente hasta el puerto en donde un grupo de hombres de traje esperaban. Me hubiese bajado rápidamente si no hubiese sido por el sol, siempre el maldito sol; en el día ocurren cosas graciosas y casi todas ellas me las perdía o no las podía disfrutar del todo. Pero si creen que me alisté a una misión sin tomar las medidas necesarias, es porque son lo suficientemente idiotas para siquiera mirarlos; vestía un sombrero de copa completamente negro que ensombrecía mi mirada, mirada cuyos ojos estaban bien cubiertos por unas gafas que me protegían a toda costa de los rayos solares. Llevaba puesto una gabardina fabricada especialmente para mí, en mis manos unos guantes de cuero negro me cubrían lo bastante para evitar el contacto con el sol. Unos zapatos negros y pantalones lo suficientemente ajustados para mantener el estilo, debía mostrar elegancia en todo momento pues no trataría con una simple familia de campesinos.
Antes de descender, miré a mi compañero. El semigigante era un hombre aparentemente silencioso carente de habilidades diplomáticas las cuales necesitábamos con perentoriedad. Y sí, conozco un poco la política; esperaba de todas maneras poder desenvolverme con astucia en tan complicados terrenos. Manteniendo en pie lo antes dicho la peor idea era confiar en que el hombre de tamaño excesivo podría realizar un buen trabajo mientras esperaba que el sol oscureciera.
Saqué una sombrilla de color negro y la deposité sobre mi hombro obteniendo la suficiente cantidad de sombra que necesitaba para no sentirme sofocado.
-Estamos aquí para dar la bienvenida a los representantes de la Armada Revolucionaria. Mi nombre es Luca Palmieri, y soy el jefe de los mayordomos de la Familia Cuori. Por favor, sed bienvenidos a nuestra isla. ¿Desean tomar algo antes de acceder a los niveles superiores?
Como lo sospechaba. Gente muy educada en donde cada palabra era equivalente a un movimiento de ajedrez; si emitías un sonido inadecuado, el juego podría estar perdido. En el momento en el que estuve justo a su altura le regalé una sonrisa.
-Gracias por ser usted mismo quién recibe a este grupo característico. Me llaman Ryan y represento el cargo de Oficial en tan noble organización a la cual pertenezco. Mis hombres están cansados por el viaje – dije con serenidad –, les vendría bien beber algún refresco para reponer energías.
Di un paso hacia adelante y esbocé otra sonrisa. Saqué un cigarrillo con mi mano disponible y lo encendí, me lo eché a la boca procurando no mojarlo con mis babas y le di una calada; el bendito humo que relajaba hasta a la persona más ansiosa. Sabía que debía jugar con cuidado, no solo mi vida estaba en peligro en tan desconocido territorio, sino que la de los hombres que valientemente se unieron. Pero, ¿lo hacía por mí? No, claro que no; aún no tenía claro que papel debía interpretar. ¿El líder violento y déspota? ¿O tal vez el gentilhombre que protege a sus hombres ante cualquier amenaza? Eso estaba por descubrirlo.
El barco llegó rápidamente hasta el puerto en donde un grupo de hombres de traje esperaban. Me hubiese bajado rápidamente si no hubiese sido por el sol, siempre el maldito sol; en el día ocurren cosas graciosas y casi todas ellas me las perdía o no las podía disfrutar del todo. Pero si creen que me alisté a una misión sin tomar las medidas necesarias, es porque son lo suficientemente idiotas para siquiera mirarlos; vestía un sombrero de copa completamente negro que ensombrecía mi mirada, mirada cuyos ojos estaban bien cubiertos por unas gafas que me protegían a toda costa de los rayos solares. Llevaba puesto una gabardina fabricada especialmente para mí, en mis manos unos guantes de cuero negro me cubrían lo bastante para evitar el contacto con el sol. Unos zapatos negros y pantalones lo suficientemente ajustados para mantener el estilo, debía mostrar elegancia en todo momento pues no trataría con una simple familia de campesinos.
Antes de descender, miré a mi compañero. El semigigante era un hombre aparentemente silencioso carente de habilidades diplomáticas las cuales necesitábamos con perentoriedad. Y sí, conozco un poco la política; esperaba de todas maneras poder desenvolverme con astucia en tan complicados terrenos. Manteniendo en pie lo antes dicho la peor idea era confiar en que el hombre de tamaño excesivo podría realizar un buen trabajo mientras esperaba que el sol oscureciera.
Saqué una sombrilla de color negro y la deposité sobre mi hombro obteniendo la suficiente cantidad de sombra que necesitaba para no sentirme sofocado.
-Estamos aquí para dar la bienvenida a los representantes de la Armada Revolucionaria. Mi nombre es Luca Palmieri, y soy el jefe de los mayordomos de la Familia Cuori. Por favor, sed bienvenidos a nuestra isla. ¿Desean tomar algo antes de acceder a los niveles superiores?
Como lo sospechaba. Gente muy educada en donde cada palabra era equivalente a un movimiento de ajedrez; si emitías un sonido inadecuado, el juego podría estar perdido. En el momento en el que estuve justo a su altura le regalé una sonrisa.
-Gracias por ser usted mismo quién recibe a este grupo característico. Me llaman Ryan y represento el cargo de Oficial en tan noble organización a la cual pertenezco. Mis hombres están cansados por el viaje – dije con serenidad –, les vendría bien beber algún refresco para reponer energías.
Di un paso hacia adelante y esbocé otra sonrisa. Saqué un cigarrillo con mi mano disponible y lo encendí, me lo eché a la boca procurando no mojarlo con mis babas y le di una calada; el bendito humo que relajaba hasta a la persona más ansiosa. Sabía que debía jugar con cuidado, no solo mi vida estaba en peligro en tan desconocido territorio, sino que la de los hombres que valientemente se unieron. Pero, ¿lo hacía por mí? No, claro que no; aún no tenía claro que papel debía interpretar. ¿El líder violento y déspota? ¿O tal vez el gentilhombre que protege a sus hombres ante cualquier amenaza? Eso estaba por descubrirlo.
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