Un encuentro pasado por agua. (Privado Error-Erin)

Era una mañana en Water Seven,yo acababa de legar en mi barco al puerto de la ciudad del agua. Nada mas bajar dirigí mi atención a un par de tabernas cerca del puerto pues mi garganta ya pedía algo de bebida. Como era costumbre ya, me coloqué mi capucha para tapar mi cara, pero esta vez llevaba una capucha diferente, una de gato. ¿Y por que no? Era mona y queda bien, además,cuando me quito la capucha ni se nota.

Entré en una taberna con la fachada blanca, decorada únicamente por algunos azulejos en la parte inferior. Me senté en la barra y el mesero me miro con una mirada de sospecha.

-Un refresco mesero, por favor. Pedí amablemente, lo único que se veía de mi era mi sonrisa amarilla pero parece que daba tan mal rollo que la gente se fijaba más en mi aspecto que en mi gran sonrisa. La puerta de vez en cuando se abría, dejando pasar a nueva gente que se colocaba lo mas alejada de mi posible. ''No se si esto es una bendición o una maldición'' pensé, pues la gente se alejaba y parecía que yo era mucho más poderoso de lo que en verdad soy. La bebida me llegó y poco después pedí un entrecott a la pimienta, desde que lo probé en Galuna con el hombre de las melenas se había convertido en mi tercera comida favorita, después del chocolate y los perritos calientes.

Había pasado la noche en una de las camas que disponía su sucursal para que los miembros de su agencia pudiesen descansar en sus viajes. Finalmente se levantó, consiguió dormir por la mañana ya que durante la noche había estado haciendo el papeleo y revisando que todo fuese bien por allí. Además, ese lugar no se paga solo, debía comprobar que los gastos no fuesen demasiado grandes para la agencia. Por ahora no poseían problema alguna para mantener todas las sucursales que disponían en Paraíso, pero nunca se es demasiado precavida. Se dio una rápida ducha y se vistió con aquella minifalda que tanto le gustaba, botas altas, chaqueta y camisa blanca. No había ido por negocios, motivo por el que vestía de una forma ligeramente más informal.

Una vez en el exterior del pequeño edificio se tapó los ojos con una de sus manos. El Sol la cegaba, pero parecía que ya se estaba poniendo. Esos días se había vuelto bastante nocturna. Sus horarios estaban al revés; dormía por el día y se despertaba por la noche. Así mismo se sentía más cómoda moviéndose entre las sombras como pudiese, en zonas oscuras o locales tranquilos que siguiesen abiertos a altas horas. Simplemente le agradaba.

Dio un paseo de más o menos una media hora por la ciudad a modo de descanso y relajación. El estrés había disminuido un poco tras eso. Adoraba cómo se veía ese lugar, las vistas desde algunas zonas altas eran realmente impresionantes... Y sobretodo al anochecer. Ver cómo ese gran astro se ocultaba a lo lejos era digno de admirar, de fotografiar y enmarcar. De todas formas su estómago comenzó a demandar alimento y eso no lo podía ocultar. Acarreando aquel hambre a su espalda caminó hasta un bar que había en las cercanías.

Tras tomarse un momento para comprobar que no hubiese nadie armando jaleo en su interior, abrió la puerta y caminó hasta una mesa cercana a la barra y se sentó. El camarero se acercó a ella y pidió una sopa de verduras. Se mostró inexpresiva ante todos, sin poder evitar notar que algunas miradas se posaban. Le gustaría creer que se hacía notar por su cabello rosado más sabía que no todos la observaban por ello. Las minifaldas atraen las miradas de los pervertidos, ¿cierto? Pues allí parecía haber unos cuantos. Detectó dos o tres que poseían perversión y lascivia en su mirada. Dan igual los motivos, estaban molestando a la joven detective. Además, pudo comprobar que dos de ellos habían bebido en exceso, el tercero tal vez era un mirón. Por otro lado, aunque esto le costó más, una mujer le estaba poniendo ojitos. Vaya, ¿se habían reunido en aquel lugar todas las personas que podían fijarse en ella? Porque así lo parecía.

Una chica entró en escena, atrayendo las miradas de todos. ''Bueno, al menos descansaré un poco de miradas de asco'' pensé mientras me giraba a verla. Era una chica pelirrosa, bastante informal pero con minifalda, una presa perfecta para pervertidos y violadores y una buena trampa para cazar a los que se pasen de la ralla.

-Tsch, esta chica está entre tanto borracho estaba en una situación peli-grosa. No pude evitar reírme de mi propio chiste, pena que incluso el mesero estuviera babeando por la chica y no me hiciera ni caso, en fin, supongo que es lo mejor. Continué comiendo y bebiendo hasta quee la puerta volvió a abrirse, pero esta vez fue con un golpe bastante fuerte.

Un macarra con chaqueta de cuero, con una melena pelirroja y con unos pantalones vaqueros entró haciendo ruido y molestando a los demás. ''¿De que me suena a mi este tío?'' La respuesta era fácil, su cara estaba en carteles de ''se busca'' por todos lados, el hombre llevaba de arma un bate y se decía que era bastante rápido con el aunque la recompensa era bastante pobre, un millón de berries. El hombre se acercó a la pelirrosa y le dijo

-¡Oye nena! ¿Que hace una chica como tu en un sitio como este? ¿No prefieres venir a mi casa y estar a solas? Aviso que en caso de que te niegues quizás no conservas esa preciosa carita. Sinceramente, gente así me daba asco y disfrutaría cazándolo. Uno de mis cables se deslizó por mi mano hasta detrás de la barra, agarrando una jarra de cristal bastante duro el cual estampé en un movimiento rápido en su nuca.

-En fín, eso fue fácil. Me levanté de mi silla y até al macarra con mis cables y lo levanté en el aire, mientras lo único que se veía de mi cara era mi amarilla sonrisa.

-¿Está bien señorita? Espero que si, porque si un habría sido una situación tan frágil como el cristal, jé. Solté una carcajada de nuevo por el chiste, aunque esta vez la atención se dirigía a mí y al pelirrojo.

-s MS[color=#990000]]No le aconsejo que esté mucho por aquí, muchos borrachos podrían intentar lo mismo, así que si quiere acompañarme a comisaría estaré encantado,por cierto, mi nombre es Error ¿y el suyo?[/font] Tras su respuesta, me dirigí al camarero y le pregunté.

-¿Donde está el cuartel de la marina mas cercano? El camarero respondió bastante asombrado que unas manzanas mas lejos, sonreí al camarero y salí por la puerta.

OFF-ROL:

Le sirvieron su sopa junto con un vaso de agua y ella se dispuso a probarla. Sabía bien, lo tendría en cuenta para volver en algún momento. Las miradas no le importaban demasiado. Era algo molesto, sí, pero mientras no hiciesen nada le daban absolutamente igual. Que mirasen y pensasen lo que quisiesen, no estaba por la labor de armar una pelea en el local de alguien y darle mala fama o romper algo. Era lo último que deseaba.

Miró de reojo hacia aquel impertinente hombre. No merecía una mirada, ni tan siquiera una palabra. Se mantuvo inexpresiva y calmada. Cualquier tipo de agresión podría ser fácilmente puesta en su contra y era consciente de que no tendría dificultad alguna a la hora de inmovilizarlo. A juzgar por su voz y sus movimientos estaba ligeramente borracho. No era una deducción difícil pero sí que le daba cierta seguridad a la pelirrosa. Justo en ese momento colocó la mano en la silla de la menor y cuando iba a agarrarla para tirarlo sobre la mesa unos cables aparecieron de la nada. No le dio tiempo ni a hacer el amago. Fue rápido. Era consciente de que allí habría alguien dispuesto a defenderla pero no pensó que hiciese falta. Se mantuvo totalmente quieta, expectante por ver cómo ataban de aquella forma tan ridícula a aquel pervertido. Se limitó a continuar comiendo la sopa.

- Estoy bien, no era necesaria la intervención. - Comentó con su impasible tono de voz. Le dio un pequeño sorbo a su vaso de agua y se dignó a mirar al cazador. - Sé defenderme de este tipo de personas, aunque agradezco el gesto. ¿Cuál es su nombre? - Preguntó sin apartar la mirada, más no pudo evitar escuchar la pregunta que le hizo al camarero. - ¿Miembro de la marina o cazarrecompensas? - No llevaba uniforme, ni tampoco la gorra, ni ningún distintivo que indicase que pertenecía a la marina. Creía que sería un cazador pero tenía sus dudas, ¿a los de la marina se les permite ir sin uniforme? Necesitaba alguna confirmación.

La chica se mostró bastante impasiva, diciendo que no necesitaba ayuda lo que me hizo pensar que a lo mejor no era una simple ciudadana, si no algo más como una cazarrecompensas, una marine o algo así, lo cual me llamó bastante la atención.

-¿Mi nombre? Te lo acabo de decir, es Error, Error Sans ¿y el tuyo? Comprendo que la chica no me lograra escuchar bien la verdad, por eso me mostré simpático igualmente.

Al preguntar al mesero sobre el cuartel de la marina más próximo pude escuchar preguntarle sobre mi oficio.

-Cazador de recompensas ¿y tu? Tras su respuesta dije

-Oye pelirrosa, voy a entregar a este baboso, ¿segura de que no quieres acompañarme y ver como se hace justicia? Incluso te dejaría pegarle una pequeña paliza, sería ''terapia de impacto'' para este baboso. Recorrí con la mirada la taberna y pude ver como sus miradas asombradas se dirigían a mi, a las que contesté con una gran sonrisa.

- ... Oh, disculpa, pensé que había escuchado mal. No creí que "Error" fuese un nombre. - Se excusó como pudo, mirando de reojo hacia el pervertido al que acababan de atrapar. - Si hubiese querido darle una paliza, se la habría dado hace rato. - Sacó de su chaqueta una pequeña tarjeta de presentación y se la entregó al cazador. - Como puede leer en ella, soy guardaespaldas, detective y cazadora de recompensa, por no decir que también lidero un gremio y una agencia entera. No debe preocuparse por mi bienestar, se lo agradezco, pero era innecesario. - Sentía la necesidad de hacer aquello. Le desagradaba que la tratasen como una damisela frágil pues no lo era en absoluto. Terminó su sopa y se levantó de su silla. - No obstante... Siempre estoy dispuesta a ver cómo alguien es llevado ante la justicia.-

Caminó hacia la barra y dejó unas berries para pagar la comida que acababan de servirle hace un rato. No se iba a ir sin hacerlo previamente, por supuesto. - Cuando lo desees... Estoy preparada para llevarlo al cuartel de la marina más cercano. -

-Bueno, digamos que hace un tiempo no lo era. Contesté con una sonrisa enigmática. La chica parecía tener agallas y ser fuerte de verdad,parece que podríamos llegar a ser grandes amigos. Me entregó una tarjeta de presentación de su agencia de detectives, sinceramente no me sonaba mucho, pero seguro que es bastante... ¿decente? Si, esa puede ser la palabra.

-Wau, parece que respecto a trabajos vas servida, aunque eso de detective o guardaespaldas me llama bastante la atención. El pervertido seguía prácticamente inmóvil en el aire, era hasta gracioso de ver la verdad. De vez en cuando le daba unas vueltas en el aire, no es cuestión de que esta sea una situación muy ''enredada''. Aceptó mi invitación para acompañarme a llevarlo a la justicia, así que dejé el dinero y nos fuímos al cuartel de la marina mas cercano.

-Oye, ¿podrías explicarme de qué va tu agencia? Pregunté mientras nos poníamos en camino.