Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Lun 12 Sep 2016 - 1:20}

10/08/2016

Los seres humanos, seres inteligentes, con fortalezas que pueden crecer y debilidades que se pueden superar. Lleno de sueños que pueden llegar a cumplir y una voluntad inquebrantable que puede superar cualquier obstáculo.

¡Hermosa broma!

No hace falta más que un mal día para que una persona “normal” se transforme en un monstruo, no hace falta más que un simple empujón, un chasquido de los dedos para que aquel ser al que describen tan superior a otros se desmorone; sin embargo, pocos podían entender eso y muchos iban por ahí creyéndose superiores a todo, jugando con la vida de los demás solo porque sí, porque ellos eran los “dueños del mundo” y lo peor, nadie se atrevía a contradecirlos y si alguien lo hacía todo terminaba mal, por eso la gente prefería vivir bajo el falso sistema de paz que había creado el gobierno.

Se llevó una botella de vino a la boca, y se recostó al árbol que había tras de sí. Pensaba en lo que había ocurrido hace semanas en su isla natal y comenzaba a sentir como el odio la consumía lentamente. La pelinegra respiró profundamente mientras tapaba la botella, que había robado de un hombre en la última isla a la que fue, y la metió en una mochila, junto sus demás pertenencias. Spade miró el cielo estrellado que ofrecía la isla.

−Linda obra de arte de la naturaleza−susurró al aire.

Estaba en la isla de Shoko, la había visitado antes, cuando pertenecía a la marina. Su bote estaba anclado en la zona más alejada de la costa y ella había bajado solo para descansar en tierra durante esa noche, aunque la idea no le convencía del todo por la cantidad de insectos y demás animales que habitaban la pantanosa isla, pero considerando que estaba vestida con un pantalón largo, botas y un abrigo no le dio mucha importancia a los mosquitos y demás bichos; sin embargo, la niebla y la oscuridad de la noche eran tan espesas que cubrían buena parte de la visión que tendría del pantano, lo único claro era lo que estaba cerca de la fogata que había improvisado cuando llegó. Spade no estaba para nada feliz. Su situación, sus recuerdos, todo se había acumulado dentro de su mente de tal modo que la hacía querer descargar todo el cartucho de municiones al primero que tuviera en frente, pero a final de cuentas no sería algo que haría. La chica recostó su cabeza al árbol y cerró sus ojos, necesitaba descansar y esperaba que nadie la interrumpiera.

Leyes, reglas, estas son falsedades, la verdad es el caos.

-Ikaruga D. Kraken

Una noche bastante nublada tiene entre manos en esta oportunidad el estimado Ikaruga, ¿cómo fuiste a parar ahí?, simple respuesta a esa pregunta, estaba visitando la isla de shoko con motivos de investigación para aprender sobre el terreno de este lugar. Pretendía entender el ecosistema del lugar, como la naturaleza género tan interesante lugar, un misterio aún el. La noche era silenciosa, solo podía escuchar el sonido de sus pisadas y el sonido del poco viento que se estaba generando, pero algo llamó la atención de este hombre, a lo lejos pudo ver lo que parecía una fogata. ¿Un alivio tal vez?, ¿Marines fastidiosos? Pronto lo sabría, se dispuso a marchar en esa dirección a pasos tranquilos y pasajeros. Sacando de un saco que el tenía una botella enorme de cerveza de mantequilla, la abrió para luego dar enorme trago con intenciones de saciando su sed, este sentimiento de satisfacción género una necesidad de cantar al caballero del kraken, así que se dispuso a cantar un poco, se trataba de una letra bastante extraña, pero era una de sus canciones preferidas.

From the azure depth I reach
Gripping at your mortal soul
Test your spirit, test your pride
And her wrath shall not let go

You can't escape
You're all alone
You're in too deep
Sinking like a stone

But when I stride
She's at my side
Her strenght is surging
Like a raging tide
All that's weak

Must die.

Se podía escuchar claramente el eco de su voz la letra de esta canción, este al terminar de cantar dio otro enorme trago a su enorme botella, al terminar se dio cuenta que había llegado al lugar de la fogata y delante de él se encontraba una señorita, separando lentamente sus labios de la botella miró fijamente los ojos cerrado de la dama, esperando una respuesta a sus siguientes palabras.

- hermosa noche, ¿no lo crees?

10/08/2016

El eco de la voz de una persona entonando una melodía se escuchaba a lo lejos, luego más cerca. La voz hacia contraste con el sonido de las olas del mar y el crujido de la madera consumiéndose entre las llamas. No estaba sola como, en un principio, había pensado.

Tenía sentido que el fuego alejara a los animales y atrajera, por su brillante luz, a algunos insectos que más tarde terminaban rostizados por intentar volar “demasiado cerca del sol”; sin embargo, tenía su clara desventaja: Si había algún humano cerca también se acercaría.

Spade, siguió escuchando la canción unos segundos más, luego el ruido de unas pisadas le hizo entender que la persona se acercaba a ella como abeja a la miel. Una de sus manos viajó hasta su cinturón y acarició la empuñadura de una de sus pistolas, para luego sostenerla sin sacarla de su funda, después de todo no sabía quién se acercaba, tal vez era un simple viajero, perdido como ella, un ladrón, buscando a gente inocente a quien desvalijar o un marine, haciendo una ronda nocturna. Fuera quien fuera, ya se lo diría el tiempo.

Una simple pregunta llegó a sus oídos. La pelinegra abrió sus ojos y frente a ella vio a un hombre muy alto y blanco. Se puso de pie, sin apartar la mano de su confiable arma y sonrió de forma, amistosamente, falsa.

−No puedo estar más de acuerdo−soltó con un suave tono de voz, apenas elevado, mientras que examinaba con su mirada al recién llegado y esperaba alguna acción o respuesta de su parte. No parecía un lugareño, tampoco un marine y eso solo le inspiraba una gran desconfianza.

La mirada de Ikaruga era penetrante, sus ojos carmesí no se le escapa ningún detalle de la joven que se había topado al final de su camino, ¿el escenario encontrado al final del trayecto? Uno muy curioso: una chica con su mano empuñando su pistola y un hombre con una enorme hacha bastante calmado ante esa situación. Le vio sonreír, pudo ver fácilmente sobre la falsedad de su acción. Levantó la ceja derecha, fue su reacción al mismo tiempo que pensaba “crees que no puedo ver a través de esa sonrisa falsa”. Aunque eso era lo de menos, lo que realmente importaba era evitar un conflicto sin sentido en un lugar donde obviamente para él no es indicado.

- Muchacha… no deberías tener eso preparado para matar a alguien que no tiene intención de hacerte daño - dijo esto, segundos después dio un enorme trago a la enorme bebida que llevaba con él, luego respiró profundamente para luego dar un enorme suspiro, plantado luego su mirada en los ojos de la pistolera - Alguien que no está en paz consigo mismo no me ganaría en batalla aunque yo tuviera las manos y piernas atadas, relájate no soy tu enemigo.-

El sonido de fuego se apoderó del momento. Ikaruga tenía sus ojos totalmente plantados en los de ella, estaba tratando de ver su espíritu para determinar lo tan fuerte que podía llegar a ser. Era fuerte, la primera palabra que tuvo en su mente fue pasión al indagar en su mirada pero, algo andaba mal en ella.

- Yo soy Ikaruga D. kraken… y tal vez no sea mi problema, pero puedo ver más que simple frustración en tu mirada… te propongo algo… ¿tal vez podamos beber un poco de mi botella mientras observamos esta noche? - Preguntó el caballero del kraken a la dama - ¿te gusta la cerveza de mantequilla?.-

10/08/2016

Sus músculos se fueron destensando poco a poco y su mirada se centró en el fuego de la fogata mientras dejaba que el hombre hablara, por raro que pareciera sus palabras la tranquilizaron un poco, había notado un toque de sinceridad en su voz cuando le dijo que no era su enemigo; sin embargo, no dejaba de verlo como alguien sospechoso, después de todo, era un extraño.

Su mano se alejó de su arma y al terminar de oír las palabras, de quien se había presentado como Ikaruga, se volvió a sentar en posición de flor de loto frente a la fogata, acercó su mochila a ella y la abrazó como si fuera una almohada o un cojín. Se veía infantil, como una niña caprichosa.

−Puedes decirme Spade y por hoy he bebido suficiente, gracias−señaló la botella de vino que se asomaba de la abertura de su mochila. Se había decidido a hablar mientras su vista se concentraba en las danzantes llamas rojizas−.Disculpa mi comportamiento hostil, es solo que no me acostumbro a...−sintió que casi revela información importante sin querer y enseguida cambió lo que iba a decir−.Es solo que no esperaba recibir visitas, pensaba que estaría sola y además, no me dio mucha confianza que te aparecieras en medio de la nada. Este es uno de los lugares más apartados de la isla.

El silenció entre ambos comenzó a hacer acto de presencia nuevamente, dejando solo que los sonidos de la naturaleza inundaran el ambiente, dándole al lugar un tinte tranquilo, pero a la vez misterioso, como todo lo que había en aquella isla, pero la mujer decidió acabar, más rápido de lo esperado, con aquel momento de incómodo silencio.

−Por cierto… ¿Qué haces en este lugar tan tarde? –preguntó sin ocultar la curiosidad que sentía.

-¿En un lugar como este? - el observó un momento en dirección al cielo. Admirando la noche llena de estrella que se podía disfrutar – aparte de investigar la flora y fauna de este lugar, he querido admirar esta hermosa noche que tenemos aquí. -

El caballero del kraken se colocó del otro lado de la fogata justo en frente de ella, se dispuso a sentarse cruzado de piernas. Colocó su hacha a un costado, prosiguió con dar otro trago a su bebida, se notaba que la disfrutaba bastante. - ¿No te acostumbras a? - obviamente un detalle tan simple como este no se le escaparía como si nada, él podía notar muy bien los cambios de expresión, se notó claramente como trato de eludir el tema - señoría Spade, “todo es movimiento”… no eludas las cosas, en este mundo hemos nacido para defender lo que creemos correcto… hemos nacido para seguir nuestros anhelos. -

Un gran suspiro seguido de una mirada seria a los ojos de la chica. Ikaruga estaba dispuesto a compartir el conocimiento de su gente con esa dama, después de un momento de silencio el hombre prosiguió con sus palabras.

- Nosotros no hemos nacido para estar encadenado a mentiras, nosotros hemos nacido para seguir nuestros anhelos – en ese momento dejó de hablar, dando un trago más a su cerveza, quería escuchar lo que la chica tenía que decir al respecto sobre su visión de ver la vida.

10/08/2016

El crepitar del fuego, mezclado con los colores que producían las llamas al bambolearse de un lado hacia otro, hacían que la fogata se tornara un elemento hipnotizaste a la vista de la pelinegra y eso, sumado a la tranquilidad de la noche y las palabras del hombre lograron que se sumiera en un trance de reflexión sobre la vida.

−Es cierto, ¿Pero cuántos lo hacen? ¿Cuántas personas pasan su vida sometidos a mentiras? Intentan ser buenos ciudadanos, no meterse en problemas, para que al final de esta obra en la que todos participamos y que tiene al mundo por teatro, no sean más que ignorados por esos en quienes ellos confiaron−la pelinegra suspiró antes de seguir hablando−.Este mundo es una porquería, tanto como los que lo gobiernan.

Los ruidos de algunos bichos llegaban a los oídos de la chica que sacudió molesta una mano intentando quitarse un grupo de mosquitos que habían decidido que su sangre era un buen bocadillo y que ahora volaban alrededor de ella. Bufó molesta y siguió con su monólogo.

− ¿Sabes? Siempre estuve consciente de eso y aun así seguí lo que “una buena persona haría” y cuando desperté del trance en que me encontraba ya era muy tarde. ¿Qué a qué no me acostumbro? –cerró sus puños con fuerza intentando contener su rabia−.Simple, a tener que vivir como una criminal más, a tener que huir de todo por no ser lo suficientemente fuerte.

No hablaba tanto, pero en ese momento tuvo que hacerlo. Debía desahogarse aunque fuera con palabras entre líneas, poco le importó lo que pensara el hombre frente a ella, aunque se sintió algo extraña al hablar con tanta confianza de problemas absurdos que rondaban en su cabeza de vez en cuando.

−Lo siento, se supone que viniste aquí a admirar la naturaleza de esta isla, no a escuchar las quejas de una extraña.

Ikaruga escucho totalmente las quejas de la señorita buscando algo más en sus palabras, dando un único resultado: frustración. Vivir en este mundo no es fácil, pensó él, pero aun así nunca debemos rendirnos bajo ninguna circunstancia ya que ese era el principio de la teoría del movimiento basado por la su religión, todo movimiento es por un motivo y todo motivo se basa por un movimiento.

- ¿Cuántos lo hacemos?, te diré que muchos a decir verdad, entre ellos yo - dirigió sus mirada a llamas, arrojó un poco de madera que tenía cerca para hacer que el fuego aumentase un poco más - yo también soy como tú, un pirata… visto por muchos como un criminal, un tirano, un monstruo y muchas cosas más - acercó su mano derecha a su collar en forma de hacha, acariciándolo mientras proseguía con sus palabras - pero al final de cuenta, vivimos como queremos y luchamos por lo que anhelamos sin importar lo que digan los demás, calma tu sentimiento de impotencia que siente tu corazón en este momento pequeña… tienes ante ti un maestro con años de práctica y con un enorme conocimiento basados en la teoría del movimiento, además que viajó con la intención de aumentar el número de mi tripulación, a parte de disfrutar de gozar de un lindo paisaje como este - dio un enorme y último trago a su cerveza, al darse cuenta que se había terminado arrojó lejos la botella estrellándose contra un árbol, haciendo que esta explotara en mil pedazos- de donde yo vengo servimos a una diosa llamada nagakeiboros, tal vez parezca tonto para ti pero ella nos enseñó a vivir basado en lo que queremos.

Miró de nuevo a los ojos de la chica, su mirada se tornó un poco más compasiva ante ella. Pensó por un momento si debía narrarle su pequeña historia sobre la prueba que pasó en sus tiempos de niñez, exactamente a sus quince años. Después de un poco de silencio se dispuso a contarle, nada le evitaba a hacerlo.

- sabes… a mis quince años, por ser el más prodigioso entre mi gente… he sido puesto a la prueba que se nos impone a realizar… pero esta está planteada a hacerse es a los veinte años, yo la hice cinco años antes - se notaba que esto le causaba algo de nostalgia, para muchos serían malos recuerdos, para el son hermosas memorias - luche y batalle contra diecinueve personas más en el bosque de nuestra isla, al final de todo eso solo quede yo en pie, los demás… bueno, digamos que lo hicieron bastante bien pero terminaron solo con huesos rotos - sonrió un poco en ese momento - me alegra mucho no haber matado a nadie, solo rompió los huesos de 19 personas… es un alivio para mí.

10/08/2016

Una fría y fuerte ráfaga de viento casi apaga la fogata. Spade se acurrucó entre sus propios brazos y acercó más su mochila a ella. El frío nocturno de aquella pantanosa isla comenzaba a molestarla un poco, a pesar de estar abrigada, pero había decidido ignorar las inclemencias del ambiente y prestarle atención a lo que Ikaruga tenía que decir.

Escuchó con atención cada palabra, sin saber cómo se supone que debía tomarse todo lo que el hombre decía. Al final del relato, unas cuantas preguntas bombardeaban la mente de la pelinegra.

− ¿Qué clase de prueba es esa?−fue la primera pregunta que salió de la boca de la chica−Y además… ¿A qué quieres llegar al contarme todo esto? –no podía negar que ahora tenía cierto interés por saber más, pero no quería que la curiosidad llegara a costarle algo que no estuviera dispuesta a pagar, aún sentía cierto recelo ante la presencia del hombre y además, el hecho de que sentía que alguien más estaba cerca, no ayudaba mucho a cambiar su forma de pensar

Desde algún punto del bosque, Spade sintió que alguien los observaba. Miró hacia los árboles, la niebla y la oscuridad no la dejaban ver mucho. Dirigió su vista hacia el albino.

−Oye, ¿Acaso alguien más está contigo y no me habías dicho?−dijo con voz seria y fría y se cruzó de brazos esperando una respuesta a todas sus preguntas.

Miro al cielo y sonrió tras tener en su mente las imagen de esos preciosos recuerdos - Se trataba de una batalla campal solo usando nuestra fuerza bruta, el ganador tenía derecho de ser el siguiente en poder llevar esta arma que está aquí, “El hacha del kraken”, obviamente el ganador he sido yo - dijo él cambiando su mirada en dirección a los ojos de la chica.

- Al contarte esto, pretendo darte a entender que ante ti tienes una oportunidad – dijo el, observando muy bien las reacciones de la pequeña - Únete a mi familia… únete y ayúdame a cumplir mis anhelos… a cambio… yo me dispongo a hacer realidad los tuyos… lo que sea que demanda tu corazón… como jefe de la familia… es mi deber cumplirlo.

El peliblanco sintió una presencia que acechaba entre las sombras. Este tomo su hacha entre sus manos lentamente, se dibujó una pequeña sonrisa en su rostro, ya que era el momento de luchar.

- Y por supuesto que vengo solo señorita - exclamaba mientras sus ojos observaban en todas direcciones - pero lamentablemente no puedo ubicar a este enemigo… necesito tu ayuda - lentamente fue levantándose para luego adoptar una postura bastante propia de él, piernas flexionadas y su hacha justo por debajo de su torso, balanceándose entre sus manos - ubica a este oponente… no creo que quiera ser nuestro amigo. -

10/08/2016

− ¿Qué me una a tu familia?, ¿enloqueciste? No sabes nada sobre mí−dijo la chica, claramente confundida por la propuesta del albino, pero esa conversación tenía que quedarse para después, ya que era más importante encontrar a la persona o a las personas que los vigilaban.

El ruido de un arma de fuego resonó el en bosque, robando la tranquilidad que había hasta ese momento. Spade sintió el frío aire de la muerte recorrer su nuca cuando una bala pasó a un lado de su cabeza y solo por centímetros no tocó su piel.

− ¿Pero qué? –la pelinegra dio unos pasos hacia atrás por mero instinto. Desde las sombras, cuatro sujetos, aparecieron. Su aspecto era sucio, desagradable, vestían con ropas gastadas y tenían un brillo en la mirada que los hacía ver como depredadores tras su presa.

−Oye, ten cuidado, no queremos matar a la mercancía−un sujeto de cabello largo, color café y una mirada de depravado habló, mientras que otro lo miró algo molesto y refunfuñó algo que no se entendió.

−Lo siento, solo quería asustarla, no matarla, de todos modos, a mí no me parece que nos vayan a dar mucho por esos dos en una subasta−otro hombre habló, con claro fastidio en su tono de voz, no parecía muy contento con lo que harían. Era de baja estatura y se veía algo mayor en relación a los otros. No llevaba ningún tipo de arma entre sus manos, pero su aura era inquietante.

−Pero ya escucharon su conversación. No parecen personas por las que alguien reclamaría, nadie notaría su ausencia−dijo un tercer tipo, casi a modo de susurro.

Los otros rieron y rodearon al par de piratas. Spade bufó molesta, lo último que quería era que su tranquila noche fuera interrumpida otra vez, llevó una de sus manos a la empuñadura de su arma, por lo visto las cosas se iban a poner feas y tenía que estar preparada para cualquier cosa. No iba a morir y mucho menos iba a ser secuestrada por un grupo de idiotas.

−Caballeros, no queremos problemas. Será mejor que desistan de lo que sea que piensan hacer, no es buena idea llamar la atención−la voz de la chica se dejó oír, sonaba muy calmada y suave; sin embargo, no era más que una “máscara” para disfrazar las ganas de asesinar que tenía en ese momento. Era el colmo que más tipos extraños tuvieran que aparecérsele en una misma noche.

Bastante curioso este escenario planteado de un momento para otro. Cuatro sujetos hablando sobre el valor que supuestamente podría tener el par de piratas, les llamaban mercancía, seguramente se trataba de comerciantes de esclavos.

-Pequeña… No necesito saber mucho, yo siempre puedo ver la verdad - Le dijo a Spade de manera muy tranquila, mientras los sujetos se colocaban en una formación que consistía en rodear los cuatro flancos - al parecer… ustedes no tienen idea de lo que están haciendo… ¿creen que yo Ikaruga D. Kraken se va a asustar por pequeñeces como esta?... un error fatal.

Del lado de Ikaruga se encontraban el hombre de baja estatura y el de larga cabellera. Ikaruga estaba totalmente encabronado, en su mente solo sentía que debía destruir a aquellos que se atrevieron a interrumpir algo importante para él, un futuro lazo familiar. Sin pensar mucho, el caballero del kraken se lanzó contra el joven pelilargo, con su segadora de vidas, su fiel compañera, su hacha. El sujeto no pudo reaccionar a la acción bruta del peliblanco, dando como resultado una sola cosa: una muerte instantánea por corte brutal de hacha en todo el pecho de aquel pobre traficante. El impacto fue poderoso y devastador, atravesando la carne y los huesos dejando solo una lluvia de sangre a su paso. Ikaruga vio caer a aquel hombre, rápidamente cruzó su vista en dirección a su siguiente víctima, aquel pequeñajo que solo miraba con terror a este. Ikaruga tenía los ojos abiertos de par en par, mirando fijamente a su asustada víctima, al llegar frente a él, se dio cuenta que solo era un hombre paralizado por el terror.

- ¿Por qué te asustas? - preguntó el enorme hombre al pequeño asustado - ¿no te enseñaron que vivir es luchar? – Ikaruga levantó su mano derecha colocándola en la garganta de su víctima, tomándolo con fuerza y levantándole lo más alto posible, este observaba cómo trataba de soltarse, pero era imposible, la fuerza de ambos era totalmente diferentes - es una lástima… pensé que eran algo más… son solo soldados rasos cobardes.

Los huesos del cuello de este eran aplastados lentamente, hasta llegar al punto de que fueron destrozados en la mano del caballero del kraken. Al escuchar el sonido de “crack” se dio cuenta que le había roto el cuello. Decepcionado, dejó caer el cuerpo sin vida el suelo.

-Patético…

10/08/2016

Aclaración:

−“¿Quiere que me una a su familia y me da este lindo espectáculo?, ¿qué no conoce el dicho que reza que la primera impresión es lo más importante? Este tipo salió muy impulsivo”−observó con algo de desagrado los cadáveres de dos de los hombres que habían intentado llevarlos con ellos−. “Aunque debo admitir que la situación lo ameritaba, de todos modos, matarlos y dejar a los otros en shock no servirá si quiero conseguir información. Nos llaman mercancía, así que deben ser comerciantes de humanos, puede que consiga algún beneficio de ellos”−pensó la pelinegra mientras miraba la cara de espanto que tenían los hombres que se habían colocado cerca de ella.

− ¡Oye! Pagarás por eso, maldita escoria−uno de los sujetos que estaba a un lado de Spade gritó furioso mientras que desenfundaba una vieja espada, que tenía la hoja algo oxidada y se dirigía a donde estaba el albino y mientras tanto, el otro hombre sacó una pistola con la que apuntó a Spade y le hizo una señal para que se quedara quieta, dándole a entender que si no obedecía, la mataría.

−“Me está usando como rehén. Vaya idiota” –la pelinegra no pudo quedarse quieta. No supo porque, pero terminó de sacar su arma de la funda y con un tiro preciso, justo en la nuca, acabó con la vida del hombre que iba a atacar a Ikaruga, aunque este tal vez no necesitaba ningún tipo de ayuda y, aunque ella no matara al azar, en ese momento ese fue el impulso que tuvo. Por otro lado, el hombre que le apuntaba con el arma también disparó; pero la bala fue desviada con un movimiento de la mano de la pelinegra.

−No es bueno jugar con armas si no sabes usarlas−le dijo al tipo, que no entendía nada de lo que acababa de pasar y había retrocedido unos pasos mientras que la chica se acercaba−.Tranquilo, no te haré daño−se acercó más y colocó el cañón de su arma en medio de la frente del hombre. Era cierto que no iba a lastimarlo, pero tampoco iba a dejar que hiciera algún movimiento que la pusiera en peligro otra vez−.Necesito que respondas unas cuantas preguntas, tal vez puedas ayudarme.

−Están locos, ustedes…Están locos−respondió con desagrado, reteniendo su rabia y disfrazando el miedo que sentía.

−Fueron ustedes los que nos atacaron primero. Nadie en su sano juicio se quedaría tranquilo sabiendo que está en peligro, ahora no desvíes el tema y responde, ¿Son traficantes de humanos? –el hombre murmuró un débil “sí” y la chica siguió con su interrogatorio−.Entonces eso quiere decir que no están solos. Por su poca capacidad de defenderse puedo decir que son simples perros siguiendo órdenes de su amo. ¿Qué tan grande es su banda?

−Somos pocos, no viajamos más de 20 en un mismo barco, pero…−el hombre dibujó una sonrisa macabra en su espantoso rostro−…Nuestro jefe no estará contento al saber lo que ha pasado.

− “¿Barco? Necesito uno… ¿Me pregunto qué pasaría si le pregunto dónde están?”−miró al sujeto frente a ella, intentando pensar en una opción para no morir en el intento de apoderarse del barco de esas escorias.

Y ahí estaba el, observando como todo aquello se había convertido en una masacre, todo pasó tan rápido y tan repentino que ni el mismo se lo esperaba. Escucho como la última persona que quedaba aseguraba que no eran solo ellos cuatro, que habían muchos más y en un barco. Ikaruga observó a la joven dama por un momento, se percató como ella mostró interés en lo último ya mencionado, aunque fue solo una minima reaccion que este noto por su parte, se notaba que ella era super cuidadosa en todo sus aspectos. ¿Ella quiere un barco?, parecía una oportunidad bastante favorable para el de mostrarle a la joven Spade que era digno de ganarse su confianza, así que tendría que poner manos a la obra.

Lentamente Ikaruga fue caminando en dirección a Spade colocándose justo detrás de ella. Este observaba fríamente al hombre que estaba siendo apuntado con el arma de fuego. Colocando su hacha justo en el cuello de hombre que lucía aterrado. Ikaruga se mostraba inexpresivo ante este, solo podía esperar nada por parte de este cobarde. Tenía un enorme deseo de matarlo, pero incluso él sabía que no era el momento indicado para eso.

- ok… tienes dos opciones pequeño… o te mueres… o nos llevas a donde está tu barco.

Tras decir eso último el albino presiono un poco su imponente segadora de vidas en el cuello de aquella pobre alma en pena. Dando a entender que su arma estaba mas que simplemente afiliada, ya que a la vista de no solo el sino también la vista de Spade, se pudo ver como una pequeña gota de sangre se deslizaba por el cuello del individuo aprisionado por los piratas.

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Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Lun 12 Sep 2016 - 1:20}

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Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Miér 14 Sep 2016 - 23:09}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Jue 15 Sep 2016 - 5:20}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Jue 15 Sep 2016 - 6:06}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Sáb 17 Sep 2016 - 5:16}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Sáb 17 Sep 2016 - 6:25}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Dom 18 Sep 2016 - 19:14}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Lun 19 Sep 2016 - 1:58}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Miér 21 Sep 2016 - 2:48}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Jue 22 Sep 2016 - 4:17}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Sáb 24 Sep 2016 - 8:41}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Dom 25 Sep 2016 - 2:48}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {Sáb 15 Oct 2016 - 17:15}

Re: Bajo la Niebla de Shoko [Pasado] [Privado: Spade-Ikaruga] {}