En el bosque oscurece más pronto [Sarah Foxxx] [Pasado]

Ya había vuelto a la isla por lo que había proseguido con su rutina de entrenar a diario en el bosque, aunque solo fuera por mantener el físico que tanto le había costado conseguir, aunque debería de empezar a pensar en mejorar sus artes de combate, en aquel momento, estaba bastante verde en ese sentido... Empezó a repasar series y movimientos una vez se acordó de eso pero pronto comenzó a tener calor y tuvo que quitarse la camiseta para estar más cómodo.

Vestía con sus típicas botas de punta de acero militares, un pantalon verde caqui hasta la rodilla y unas muñequeras negras para no hacerse daño en la articulación al hacer movimientos bruscos o fuerza con ella, no quería lesionarse en un simple entrenamiento. Alzó la vista y lanzó una potente patada al frente, golpeando un árbol y haciendo volar a todos los pájaros que allí estaban posados, con gran escándalo a pesar de que eran pocos.

Una vez hubo hecho varias series de golpes descubrió que quizás no estuviera tan verde, todo lo contrario, se veía bastante bien en técnica aunque debería practicar la agilidad aunque fuera un poco... Y desde luego, buscarse un arma de apoyo, quizás un ancla de barco podría ser algo genial, debido a que la cadena podría servirle para golpear a distancia e incluso atrapar a sus rivales. Cuando terminara el entrenamiento iría a buscar una, lo tenía decidido.

Salí a correr al bosque, llevaba un pantalón ceñido pirata de color negro, una camiseta de tirantes roja, y unas botas ligeramente sencillas, en este caso mis armas estaban en el pantalón, metidos en unos bolsillos pequeños, iba por el medio del bosque cuando me encontré a Jack, en principio pretendía no molestarlo, pero me acerqué a el al trote, y cuando ya estaba cerca de el lo salude apoyándome en uno de los árboles cercanos, cogiendo aire, y respirando profundamente.

-Hola Jack, ¿que tal estás?, hacía tiempo que no te veía, -le dije después acercándome para darle un abrazo y un beso ligero en la mejilla, sinceramente estaba un poco nerviosa, pero no sabía por que, en mi brazo se veían aun algunas marcas de aquella pelea, cada vez que lo miro me acuerdo de aquel día, dos desconocidos en medio de su isla hablando apaciblemente, y un humano testarudo armando jaleo, creyéndose el rey del mundo, -¿Que se le va a hacer?, -pensé para mi sonriendo, y acariciando mi brazo y la pierna donde me lastimaron, y que después de la lucha, Jack me curó tan amablemente, tiene razón, ¿por que me iba a dejar allí tirada sin mas después de ayudarle?, era lo suyo, el que me curase a mi, y yo a el si tuviera algo.

Ya es casualidad que siempre me lo encuentre sin camiseta, pareciera que lo hace a propósito, pero bueno, supongo que es mas cómodo, si sudas al menos no se te pegará la ropa a la piel, que justo es lo que no me gusta de la ropa, de hecho si pudiera yo también iría sin parte de arriba, pero claro, es demasiado canteo que vaya de esa forma con el pecho que tengo. Mientras me separo de el para apoyarme de nuevo en un árbol, lo miro, y me suelto un momento el pelo, y me lo vuelvo a atar, odio que se me queden pelos sueltos por la cara, así es que cada dos por tres me estoy mojando la parte de arriba del pelo, para aplastarlo contra mi cabeza.

Estaba ensimismado en su entrenamiento, estaba sorprendiéndose mucho a si mismo con sus movimientos, no imaginaba que al estar tanto tiempo sin luchar en serio habría mantenido casi intactas sus artes de combate. Quizás es como andar en bici, o eso pensaba mientras veía a Sarah acercarse corriendo a él para posteriormente apoyarse en un árbol y saludarle, parece que ella también había salido a entrenar.

-Bueno, estoy bien, que hay de ti? -Dijo jadeando mientras se acercaba lentamente a ella, era hora de un descanso, llevaba ya un largo rato entrenando, además, ya que había venido ella quizás pudiera ayudarle a conseguir un ancla y algo de dinero, la otra vez hicieron un buen equipo.

La rodeó dando pasos cortos y algo cansados, mirándola de arriba abajo, hoy llevaba una indumentaría distinta a lo que le tenía acostumbrado -Necesito un ancla de barco y algo de dinero, quizás si me ayudaras podríamos hacer algo entre los dos y repartir las ganancias, que te parece? -Preguntó cuando estaba detrás de ella, posando una mano en sus caderas ligeramente.

Me giré al ver que ponía una mano sobre mis caderas, era algo extraño en el, puesto que parecía un hombre rudo, lo miré a los ojos, y atendí a lo que me dijo, separando su mano de mi cadera al girarme...

-De acuerdo, ¿en que estás pensando?, -digo mirando alrededor para que no haya quien escuche lo que me cuente.

Me acerco a el, y espero que me cuente que planea, -Desde luego es una caja de sorpresas, primero es rudo, y luego parece cariñoso, -pienso para mi, pero probablemente solo sea por apoyarse en algún lado.

Jack la miró con atención, había pensado algo desde que habían llegado esos mercaderes tan mañosos, por llamarlos de alguna forma, se dedicaban a timar a los lugareños con baratijas aparentemente místicas, pero que no tenían ningun efecto, pulseras y colgantes que daban suerte, salud, amor y todas esas tonterías que se utilizaban comunmente para poder vender bisutería barata a un alto precio. Tenían un barco grande lleno de mercancías y además estaba seguro de que podría robarlews el barco y aún así entregarlos a la marina por estafadores, pero esta vez pensaba repartir el botín con Sarah puesto que había accedido a ayudarle sin poner pegas.

-Hay unos mercaderes que se dedican a timar a la gente con baratijas místicas que no tienen efecto alguno, mi plan es robarles el barco, con su ancla de repuesto y entregarlos a la marina, yo me quedo con el barco y tu con el dinero -Dijo, haciendo desspues una breve pausa para endenderse un cigarrillo -Yo entrego les entrego, pues tu eres pirata y no creo que estuvieras precisamente bien vista en una base de la marina, no obstante, al volver te traeré tu parte, si confías en mi -Concluyó volviendo a posar su mano en las caderas de la semigigante y mirándola a los ojos -Que opinas?

Lo miro a los ojos sin decir nada, solo ve en mi una sonrisa, cuando posa su mano en mi cadera, me acerco a el, y le doy un abrazo, en el abrazo le doy un beso en la mejilla, y el susurro al oído...

-Cuenta conmigo, confío en ti, le dije apoyando mi cabeza en su hombro, es duro, pero lo noto tan bien conmigo, que me da igual que este duro, después de ese toque de cariño me separo de el...

-¿Quieres venir por la noche a cenar a mi casa?, así hablamos mas tranquilamente de como podemos hacer el trabajo, -le digo acariciando su cara, aunque es un poco ruda, la nota ligeramente suave.

Miro para el con cariño, y me vuelvo a apoyar en el árbol, tampoco quisiera incomodarlo acercándome demasiado a el. Mientras hablamos me agacho para colocarme las botas, pues me están lastimando un poco, y así al subir también coloco el pantalón y la camiseta.

-Desde luego, si tenías alguna duda con tu estilo de lucha, no entiendo por que, por que a mi me has dejado muy claro que sabes lo que haces, y lo haces muy bien, -le digo sonriéndome, y haciéndome crujir la espalda y los nudillos, aunque no lo hago para impresionarlo, se que tampoco ocurrirá.

Cuando ella le abrazó, sintió algo extraño, no esperaba que fuese así de cariñosa con él, no obstante, el se había quitado aprte de su coraza de hielo para tratar con ella, quizás porque hacia mucho que no tenia ese tipo de relacion con una chica o quizás porque le gustaba, pero se sentía a gusto siendo así, aunque no fuese su personalidad real. Siemrpe era agradable escuchar que alguien confiara en ti, de todos modos, Sarah ahabría podido ver en sus propias carnes que "La bestia" era un hombre de confianza a pesar de que fuese un borde de mierda y un frío.

-Claro, así lo planearemos con calma para que no haya ningún fallo -Dijo para despues plantarle un beso en los labios.

Sin poder evitar mirarla los pechos botar cuando se arreglaba la camiseta, esa chica le tenía mas atento a ella de lo que le había tenido jamás ninguna, desde luego que sí, quizás era por su caracter afectivo que era lo que el necesitaba en realidad, aunque manifestase lo contrario -Hago lo que puedo, podríamos entrenar juntos algún día, necesito un poco de agilidad y tu estilo de combate es mucho más rápido que el mio...

Sin esperarme en absoluto ese beso, dejo que haga, me recreo en su boca, después de hacer eso me quedo con la frente pegada a la suya, y sonrío...

-Entonces debo volver al pueblo a comprar las cosas para la cena, te gustaría acompañarme a comprar y así decidimos los dos?, -le dije mirándolo a los ojos.

Me tiene tonta este hombre, desde luego, no pensé que al final se abriría así conmigo, parece tan dulce, y a la vez tan duro, pero bueno, no se si soy yo, si es mi forma de ser, o si solo finge, pero me gusta como se esta comportando conmigo.

-Claro, cuando quieras podemos entrenar, tu dime donde y cuando y yo iré a ayudarte, -le doy un beso en la mejilla mientras me doy la vuelta para ir a comprar las cosas, mientras voy andando no suelto ni un instante la mano de Jack, si quiere soltarse, que lo haga el, yo no pienso hacerlo.

Jack se separó de ella y poniéndose serio otra vez miró hacia el pueblo -No, terminaré de entrenar mientras compras, me daré una dicha y luego cenaremos, así planeamos algo bueno -Dijo antes de hacer una breve pausa -Se donde está su barco y donde están ellos -Concluyó guiñándole el ojo y comenzando a hacer golpes al aire nuevamente, alzando primero la rodilla y luego acabando en un poderoso pisoton en el suelo, que enlazó con un directo con la derecha y dos codazos consecutivos con la izquierda, con sorprendente soltura.

-Te veré en un rato en tu casa, no llegaré tarde -Prometió mientras continuaba.

Pasado un largo rato de entrenamiento, Jack se encaminó hacia su casa para pegarse una merecida ducha. Una vez duchado comenzó a vestirse con algo que quitara el frío mejor que lo que solía llevar, así que se puso unos pantalones largos de camuflaje, blancos, negros y grises y sus botas, acompañado de una camiseta sin mangas negra y una cazadora con pelo de oso en el cuello, bastante elegante para lo que estaba acostumbrado a llevar, y comenzó a caminar con calma hacia la casa de Sarah, fumando un cigarro.

Antes de irme, le di un beso en los labios, y lo abracé. Me dirigí corriendo hacía una de las tiendas, compré unos pollos en pedazos, varias verduras y unas patitas pequeñas, 4 botellas de vino, y unas buenas barras de pan. Pasé por delante de una tienda donde tenía ropa de mi raza y tamaño, se me antojó echar un vistazo, pues me daba tiempo de hacerlo antes de que llegase Jack.

Vi un vestido muy bonito, en color blanco y rojo, corto, y unos zapatos con tacón, no solía llevarlos así que me costaba un poco, los guardaría para ocasiones especiales, compré el vestido, el cual con el pecho que tenía hacía un escote gigantesco, con espalda descubierta, bastante sexy diría yo, incluso no se si demasiado.

Primero me duché, puse una ropa para ir haciendo la cena, y cuando ya estaba lista, preparé la mesa, y me preparé yo, se que estoy demasiado arreglada para una simple cena, y sobretodo siendo de negocios, no se si finalmente dejarme esta ropa, o ponerme algo mas a tono con la conversación que vamos a tener.

Al final me dejé el vestido puesto pero cambié los zapatos por las botas de caña baja, esos tacones se me hacen insoportables, con la mesa puesta, y con dos copas con vino para cuando llegase Jack, esperaba pacientemente a que llegase.

Al llegar a la puerta, ensimismado en sus planes para la noche siguiente tocó distraído, dudaba si ir primero a alertarles y luchar contra ellos o robarles el barco y que luego ellos acudieran a él. Tenía serias dudas pues una batalla en el barco podría dañarlo seriamente, y desde luego, huir con él no era una opción, pues cuando volviera a la isla esos engañabobos seguirían haciendo de las suyas, y quizás mucho más salvajemente, puesto que un habitante de la misma les habría robado el barco con el que se proveían de su mercancía... Entre tanto, Sarah abrió la puerta.

Cuando la miró se sorprendió tanto que no se lo creía, tan arreglada para una cena de planificación? Era algo bastante extraño, solo habían sido compañeros de batalla una vez y compañeros de cama otra, no había nada más profundo a lo que achacarlo... Finalmente resolvió que simplemente, a Sarah le habría gustado él mas de lo normal y pasó para acercarse a la mesa y beber un poco de vino -Veo que te has esmerado mucho en la cena, incluso en tu imagen -Dijo mirándola de arriba a abajo, su vestido era muy sexy, de hecho demasiado... Suerte que estaba acostumbrado a ser un bloque de hielo, sino sería dificil mirarla a la cara en algún momento.

Se sentó a la mesa y la miró a los ojos -Intentas provocarme -Dijo tras una breve sonrisa y volvió a beber un trago de vino, volviendola a mirar entera.

Después de decirme eso me he mirado, lo he mirado a el, y la verdad es que tenía razón, pero me daba igual...

-Quizás sea demasiado, pero me gustó, y quería tu opinión, -dije bebiendo vino, dejé la copa en la mesa.

-¿Que te parece entonces?, dije yendo hacia la cocina para sacar del horno de leña el pollo con verduras que me había currado, lo puse sobre la mesa, y con unas tenazas le pregunté que parte del pollo quería, y si quería verduras, cuando yo me serví eche la bandeja a un lado para que no molestara, y cogí unas servilletas. Me abrí un poco el escote, para que lo viera bien.

-¿Entonces como quieres hacerlo?, -le pregunté cortando un trozo de la pechuga de pollo que había cogido para mi, y mezclado con un par de trozos de verduras asadas.

Indicándole que si a todo, carraspeó mientras le miraba el escote. Desvió su mirada intentando concentrarse y volvió a carraspear.
-Es muy sencillo, al menos en teoría. Su barco está atracado en la costa, es perfectamente visible y está muy poco protegido... Propongo entrar por la fuerza y extorsionar a los dueños -Hace una breve pausa para beber de su copa -Pero tenemos que asegurarnos de que van a estar en el barco, así que atacaremos por la noche, seguramente tengan menos protección, o quizás sean tan inútiles como para no tener guardias a partir de ciertas horas, quien sabe -Sonrie de lado -Creo que podemos sacar tajada de esto -Concluye, para después mirarla esperando su respuesta. A decir verdad, necesitaba urgentemente un barco, y había pensado que un ancla no sería mal arma, todo sería cuestión de practicar.

Empezó a cortar el pollo en trozos y sin mirarla -No se cuantos son, ni si es seguro, tampoco se si lo vamos a conseguir, ni siquiera si vamos a salir vivos, Parecen unos mindundis pero nunca se sabe, eso es lo que he aprendido con los años -La mira brevemente y come un trozo de pollo, lo mastica y da un largo trago de la copa. Estaba bastante bueno y eso le sorprendió ya que hacia tiempo que no comia algo bien cocinado o ligeramente elaborado -Por cierto, buenísimo -Señalando al pollo y guiñándola un ojo.

Viendo como decía que si a todo, me fijaba en su cara, en sus ojos, me miraba directamente al escote, y eso lo había notado, a fin de cuentas soy una chica, me doy cuenta cuando alguien me mira al escote. Me sonreía cuando le descubrí hacer eso, no me lo esperaba, y a la vez si, era una cosa un poco extraña. Acto seguido me senté, y me dispuse a comer, mientras me explicaba su plan.

Un barco..., gente supuestamente inepta, no parecían un problema.

-Bueno, no parece un mal plan, se que las apariencias engañan, pero no creo que sea como para tener miedo de morir a sus manos -dije sonriendo, mientras bebía un poco de mi copa. De la misma manera, le miraba de reojo, jugueteando con mi pie en su pierna, a modo de caricias.

-Será buena idea ir a saco, pero debemos ir con cuidado, se que hay que mirar a nuestras espaldas todo el tiempo -dije saboreando mi pollo, que estaba bastante rico, me sorprendí a mi misma haciendo un sonido como de gemido, con los ojos cerrados.

-Gracias, me he sorprendido incluso a mi misma, no esperaba que estuviese tan bueno en realidad -dije modestamente, mientras me limpiaba las comisuras de la boca con una servilleta. Me levanté y me puse detrás de el, le di un beso en la mejilla, mientras apretaba sus hombros en modo masaje.

-Si quieres puedes quedarte a dormir -le susurré al oído, mientras le daba ligeros besos en la oreja, y en el cuello, solo por ver su reacción.