Bizvan contra Tobias

Escenario: Estáis en un hermoso claro. Campo y campo hasta donde os llega la vista, no hay árboles ni más vegetación que hierba. Suerte.


Condiciones:
-Comienza Tobías
-Lo que sea que había en ese MP. Bizvan, muy mal. ¿Y nuestros cotilleos?

El viento revolvía mi larga cabellera azabache, mientras caminaba por aquella explanada de campo verde que parecía inacabable. Había viajado hasta Ohara porque había recibido una misiva de mi compañero de flota Bizvan, en la cual me citaba aquí con un motivo bastante ambiguo, aunque el lugar estaba claro y por ello aquí me encontraba.

Había dejado a medias un encargo que tenía que hacer en una isla no muy lejos de esta y esperaba que el marine no me hiciese perder mucho tiempo, aunque siendo sincero no tenía muchas ganas de terminar mi trabajo, ya que era entregar y rellenar muchos  informes que había dejado irse acumulando con el tiempo, asique en parte era una especie de descanso de tanta burocracia.

Llegó un momento en el que decidí dejar de andar al no ver por ningún lado a mi compañero y me decanté por quedarme quieto e intentar hacer una señal para que me viera, si llego a saberlo me traigo a mi compañero Croc para ayudarme a dar con el marine, pero como no había sido el caso me quedé quieto con los brazos extendidos hacia arriba concentrándome. Debía mantener la compostura por unos segundos, puesto que comencé a expulsar todo el sirope que podía concentrado en un  chorro potente como si de una manguera de bombero se tratase haciendo una gran señal parduzca. Si el moreno estaba cerca reconocería aquella señal como mía, aunque estaba llenando aquel verde paraje con una pringue bastante dulce.

- Si me viese el pequeño Jokashi se volvería loco - pensé a la vez que abría los ojos observando la que estaba liando.

Tras lanzar aquel enorme chorro de sirope conseguí darle algo más de color a aquel "mar verde" en el que me encontraba al igual que quedarme rodeado de él, pero una vez hecho eso ya no sabía que más hacer que no fuese esperar ahí quieto. Lo malo de haber hecho la señal es que ya tendría que esperar en ella y no podría seguir buscando, asique tras maldecirme por no haber llevado un libro conmigo para entretenerme, me quedé allí de brazos cruzados esperando a que el marine apareciese.

Cuando creí que tendría que usar el Geppou para hacerme más visible, pero por fin llegó mi compañero y amigo de flota, dándola otro color más al paraje con sus ropajes blancos.

-Creí que con esto sabrías que era yo - respondí a su chascarrillo con el mismo tono amigable.

Me alegré al ver que el moreno parecía tranquilo y no estaba herido, ya que no sabía muy bien que era lo que quería de mí. Lo más seguro es que quisiese ayuda con alguna misión u algo así, pero me extrañó que el marine se mantuviese alejado y no se acercara para saludarme con un apretón de manos, aunque quizás fuese por no pringarse los zapatos de sirope. Estaba dispuesto a acercarme yo para preguntarle los motivos de nuestro encuentro en un lugar tan particular, pero él mismo comenzó a hablar del tema adelantándose a mis pensamientos.

Me sorprendió mucho que el marine hubiese decidido entablar un combate conmigo y más aún si un motivo aparente, pero podía leer la determinación en su rostro. Se notaba que lo estaba diciendo completamente en serio.

- Me sorprende tú petición camarada, ya que si lo que quieres es entrenar te vendría mejor Kimura por vuestros estilos de combate - contesté a Bizvan. El moreno sabía que mi estilo de combate era más de lejos, usando mis pistolas, que usando espadas, aunque quizás lo que buscaba en este combate era otra cosa. - Aunque imagino que esto que te digo ya lo habrás pensado tú... - seguí hablando sin saber muy bien como continuar.

La verdad es que no me esperaba algo así, pero se notaba que para el marine estaba siendo algo importante y quería ayudarlo, aunque eso significase luchar con él.

- Imagino que ya sabrás que no he sido adiestrado como tú, sino de otra manera completamente distinta y por lo tanto puede que no tenga tantos "filtros", pero sí insistes aquí te espero - terminé diciendo mientras me cruzaba de brazos.

Si quería luchar conmigo no se lo iba a poner fácil e intentaría llevarlo a mi terreno. No quería sacar mis pistolas sin más y liarme a tiros, pero tampoco iba a ser el que se acercase a esa espada que siempre acompañaba al marine. No iba a dejarme hacer filetes y me encontraba relajado en mi posición.

- Cuando quieras "lobezno" - dije sonriendo de oreja a oreja mientras me anudaba el pelo en una coleta.

El marine aguardó pacientemente mi respuesta y me dejó prepararme mientras él se mostraba sereno. Parecía ser algo de vital importancia para mí compañero por sus gestos, asique me prometí mí mismo que daría todo lo mejor que tenía. Mi nakama así lo quería, así que una vez vio que adquirí una pose defensiva el moreno musitó unas pequeñas palabras de agradecimiento y salió corriendo hacia mí empuñando su espada.

Me sorprendió que el marine usase un avance tan lento y lineal contra mí. Sabía de sobra como me desenvolvía en un combate y esperaba que tuviese algo preparado para mí.

Tras ver que Bizvan me dio oportunidad de aprovechar su avance esperé a que llegase hacia la zona más próxima que tuviese sirope para alzarlo en forma de muro delante de él. La consistencia del material no pararía el avance del moreno si quería seguir avanzando, pero mi táctica era anular su visión momentáneamente, ya que usaría el muro de sirope para esconder mi siguiente ataque. Lancé una patada al aire sin moverme de mi posición formando un Rankyaku hacia donde segundos antes estaba Bizvan. Esa era una técnica bastante poderosa y por eso la lancé en donde yo pensaba que estarían sus piernas. Había prometido no limitarme, pero tampoco quería matar a mi amigo.

Vi como mi técnica atravesaba el muro de sirope sin que este le ofreciese resistencia alguna formando una hendidura lo suficiente grande para ver a través de ella.

- Bien hecho compañero - pensé cuando vi que fue capaz de interponer su arma de por medio para minimizar los daños.

A pesar de su bloqueo mi ataque consiguió dañarlo. Su pantalón había sido rasgado y algo de sangre comenzó a teñir su uniforme marine, pero el moreno rápidamente se echó mano hacia la herida provocando una especie de rayos.

-¿Cuando ha aprendido a hacer eso? - pensé con bastante curiosidad.

Me gustó saber que los miembros de los CW no sólo crecíamos en número, si no también en poder. Tendría que preguntarle cuando había aprendido eso o quien se lo había enseñado, quizás fuese cosa del pelo pincho ya que él también usaba la electricidad, asique aproveché la pequeña la pequeña frase que dijo mientras se hacía aquella extraña cura.

- Sabes que como agente tengo mis recursos Biz, pero dime. ¿Cómo te has curado eso así? Dudo que en la marina os enseñen esas cosas - dije rápidamente mientras observaba al marine desenfundar una pistola.

No quise tomármelo como un reto a que yo desenfundase las mías. El marine debería saber que a ese juego probablemente no saldría ganando, pero entonces me sorprendió realizando un fuerte corte al aire con la espada que siempre solía acompañarle. Nada más ver el movimiento imaginé que sería algún tipo de ataque a distancia, mi nakama no era ningún estúpido que golpease al aire, asique no me sorprendió ver como una onda cortante surcó el aire en mi dirección. No pude evitar sonreír al comprobar que había conseguido distraerme lo suficiente para realizar ese ataque, pero no lo suficiente para mis reflejos.

En una situación normal contra un espadachín echaría a "volar" con el Geppou, pero al ver el arma no quería transformarme en un blanco fácil, asique en vez de eso simplemente me transformé en mi estado líquido mezclándome con el sirope que ya había por el suelo. Noté como la onda hendió el aire pasando por encima, la verdad es que parecía un ataque potente y me alegré de poder haberlo esquivado. Ahora me tocaba contraatacar.

Aprovechando que todo el campo estaba rodeado de sirope, imaginé que a mi nakama le sería más difícil vislumbrarme, asique explotando esa ventaja me moví hacia la izquierda un par de metros para rápidamente usar el Soru mientras me materializaba para moverme extremadamente rápido. Quizás el moreno hubiese visto un atisbo de cuando me estaba materializando, pero dudaba que estuviese acostumbrado a esas velocidades como para ver a través de mis movimientos, asique tras desplazarme con el Soru directo hacia mi compañero, lancé un puñetazo hacia su pecho con toda mi fuerza. El impacto llevaría más fuerza gracias a la velocidad, pero ahí no quedó mi ataque, si no que había concentrado mi energía justo en la zona con la que iba a golpear usando mi técnica Rankun.

Cosas usadas:

El marine cometió el error de ponerse a hablar cuando me deshice en mi elemento. Me alegré al comprobar que mis suposiciones sobre que Gusi había sido su mentor en lo de la electricidad eran ciertas, pero eso no paró mi ataque.

Noté como el marine parecía verme por el rabillo del ojo, aunque no fue lo suficientemente rápido para esquivarme y éste recibió el puñetazo justamente donde quería. Una sonrisa férrea cruzó mi rostro al creerme vencedor ante tal golpe, pero esa sensación duró poco cuando noté un impacto en el pecho seguido del estruendo característico de un arma al disparar. Dejé de observar por unos segundos al marine que salía desplazado unos metros por el impacto, para fijarme en el agujero que tenía en un costado. Me había alarmado porque tenía conocimiento de que el marine sabía manejar el haki, pero al comprobar que el único daño que tenía se reducía a un agujero en la ropa, respiré aliviado. No sabía si es que la puntería del marine seguía siendo tan buena como siempre, o si por otro lado no había usado el haki y con la tensión la bala había atravesado mi cuerpo de sirope sin que lo notase.

Levanté la vista entre curioso y molesto al comprobar que el marine demostraba una resistencia admirable, volviéndose a levantar tras unos segundos de recuperación tras recibir mi técnica con intención de buscar más guerra, como por la actitud con la que estaba afrontando este combate. Me parecía extraño que luciese aquella extraña sonrisa, ya que puedo entender que la emoción de un combate al que le gusta luchar le alegra el alma, pero su expresión no transmitía eso. El marine la imagen que daba era la de alguien que acababa de encontrar algo y eso me descolocó bastante, puesto que encima el tipo corrió en línea a por mí con un artilugio en la mano tras gritar que podía verme. ¿Le habría dado demasiado fuerte?

Mis alarmas se activaron ante la incertidumbre y la ausencia de un ataque como tal por su parte más que su rara actitud, pero aún así no bajaría la guardia, si no que recurriendo de nuevo al Rankyaku para intentar parar el avance de mi compañero al lanzárselo de nuevo a las extremidades inferiores, aprovecharía para retroceder unos metros y seguir manteniendo las distancias mientras controlaba el sirope de mi alrededor esparciéndolo hacia los lados quedándome en el medio.

Definitivamente el moreno no paraba de sorprenderme a la par que preocuparme. El muy cabezón no se conformó con levantarse y salir corriendo a por mí, sino que tras desenvainar su espada consiguió interponerla de tal manera que desvió mi Rankyaku lo suficiente como para salir medianamente indemne de él. Podía ver sus ropajes blancos manchados de color escarlata como indicativo de que al menos mi ataque no había sido inútil del todo, pero la expresión que reflejaba el rostro de mi compañero daba miedo. Parecía haber perdido el norte y por un momento temí que estuviese perdiendo el control de alguna manera, aunque todo acabaría de una vez si el marine pasaba por la especie de pasillo de sirope que había hecho. Podría anular su visión y acabar de un golpe bien dado, pero pobre iluso de mí.

Desde luego el moreno no había perdido el norte ni mucho menos, sino que usó ese extraño artilugio que llevaba en la mano para soltar una enorme oleada de fuego que consiguió endurecer todo el sirope de una zona jodiendo así mi plan. Reculé un par de pasos por la inercia de huir ante el foco de calor cuando apareció el marine dispuesto a propinarme una patada en pleno pecho.

Estaba resultando ser un cajón de sorpresas mi compañero, no sólo me había demostrado su nueva habilidad con armas de fuego, sino que ahora se atrevía a entablar un combate cuerpo a cuerpo sin usar su espada.

- Tú lo has querido - pensé mientras veía a Bizvan terminar de recorrer la distancia que nos separaba.

Gracias a que mi agilidad y que mis habilidades cuerpo a cuerpo eran mayores, pude interponer mi brazo izquierdo por delante haciendo que se llevase este la peor parte mientras me dejaba caer hacia atrás al mismo tiempo que me transformaba en líquido de nuevo, haciendo que salpicase hacia todos lados. Aquel golpe me dolió de una forma brutal, me costaba sentir el antebrazo a pesar de condición de Logia, pero no debía distraerme del combate. Apreté fuertemente la mandíbula y me dispuse a aprovechar mi momento.

A ojos del marine es como si me hubiese deshecho ante sus ojos, pero no tardaría en volver a verme en aparecer de nuevo y enfurecido, ya que nada más tocar el suelo volví a mi estado normal durante el instante que me era necesario para recurrir una vez más a mi Soru.

Quería aprovechar lo cerca que estábamos ahora, esperaba que al moverme a tanta velocidad esta vez no tuviese tiempo de reaccionar, asique desplazándome de nuevo a una velocidad endiabla me moví a sus espaldas esta vez. Seguramente Bizvan esperaría de nuevo un ataque frontal, asique esperando sobrepasar su guardia me colocaría detrás suya más o menos por el flanco izquierdo para golpearlo con la culata de una de mis pistolas, que había desenfundado, tras realizar un movimiento horizontal buscando la sien de mi nakama. El golpe llevaba la perfecta sincronía de mi cadera y brazo con la que esperaba poder imprimirle más fuerza al golpe. Con un poco de suerte esto acabaría aquí.