Nocturne93
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Akuma no mi
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Aquella mañana no hacía una pizca de aire. Había desembarcado a saber en qué isla y ahora tan solo tenía ganas de sentarme bajo la sombra de un árbol y quedarme allí descansando, sintiendo la suave brisa en mi rostro. Hacía tiempo que no salía y tenía ganas de algo de diversión. Desde que los Héroes Bravos desaparecieron tan solo había ido navegando a la deriva sin rumbo fijo, ni siquiera sabía en qué isla estaba, lo único que sabía es que había árboles, y muchos. No se siquiera si habría algún pueblo por aquí cerca, y la verdad es que podría ser entretenido encontrar uno.
Me levanté al cabo de un buen rato, si había alguien por allí saciaría mi sed de sangre al fin, llevaba mucho tiempo sin ver una sola gota roja, el último fue hacía ya tres días, esos débiles mercaderes no sabían ni golpear con un triste palo, fueron demasiado aburridos y me quedé con ganas de más. No pude evitar soltar un gesto sádico al recordar la cara del capitán mientras le iba despellejando los brazos, no lo hice con las piernas por que ya las había perdido, ¿cómo se le ocurre salir corriendo? ¿Acaso pensaba que se iba a escapar dentro del barco? Tendría que haber hecho como su intendente y rendirse, así tuvo una muerte rápida y sin mucho sufrimiento, tan solo le atravesé todos los órganos a la vez, no tardó tanto en morir.
Cuanto más gritaba más placer me daba, lo recordé y me entraron ganas de encontrarme con otro de aquellos tipos, aunque a ser posible alguien un poco más fuerte, que por lo menos me de algo de diversión, pues hacía años que nadie me entretenía. ¿Dónde está ese robot cuando hace falta? Maldito Jack Dralion, por lo que había escuchado la última vez se había metido junto a la marina en uno de los puestos de Shichibukai. Ahora tenía un rango más poderoso y con más privilegios, puede matar a quien sea sin que tenga repercusiones, ¿a quién hay que matar para conseguir que te den ese puesto? Pero me lo había tomado como un reto contra él de nuevo, y pensaba ser más que él, si era necesario acabaría con algún emperador del mar para convertirme en uno de ellos, no perdería jamás ante el robot.
Me levanté al cabo de un buen rato, si había alguien por allí saciaría mi sed de sangre al fin, llevaba mucho tiempo sin ver una sola gota roja, el último fue hacía ya tres días, esos débiles mercaderes no sabían ni golpear con un triste palo, fueron demasiado aburridos y me quedé con ganas de más. No pude evitar soltar un gesto sádico al recordar la cara del capitán mientras le iba despellejando los brazos, no lo hice con las piernas por que ya las había perdido, ¿cómo se le ocurre salir corriendo? ¿Acaso pensaba que se iba a escapar dentro del barco? Tendría que haber hecho como su intendente y rendirse, así tuvo una muerte rápida y sin mucho sufrimiento, tan solo le atravesé todos los órganos a la vez, no tardó tanto en morir.
Cuanto más gritaba más placer me daba, lo recordé y me entraron ganas de encontrarme con otro de aquellos tipos, aunque a ser posible alguien un poco más fuerte, que por lo menos me de algo de diversión, pues hacía años que nadie me entretenía. ¿Dónde está ese robot cuando hace falta? Maldito Jack Dralion, por lo que había escuchado la última vez se había metido junto a la marina en uno de los puestos de Shichibukai. Ahora tenía un rango más poderoso y con más privilegios, puede matar a quien sea sin que tenga repercusiones, ¿a quién hay que matar para conseguir que te den ese puesto? Pero me lo había tomado como un reto contra él de nuevo, y pensaba ser más que él, si era necesario acabaría con algún emperador del mar para convertirme en uno de ellos, no perdería jamás ante el robot.
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