Un viaje al pasado (Narahí Collins & Haxter) continuación

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La verdad es que no tenía ni la más mínima idea de porqué quería conocerla, pero era llamativa a la vista. Cuando comenzó a tocar mi mejilla y mi cuello sonreí y supe que no se había enojado por la pequeña mentira.

- Creo que eres una mujer interesante y me gustaste desde el primer momento en el que te vi - dije mientras mi rostro avanzaba hacia el suyo y sin quitarle los ojos de encima, la besé.

En mi interior sabía que ella estaba esperando ese momento. Generalmente soy de respetar bastante y no robar besos repentinamente, pero en su caso me di cuenta que no tendría problema alguno, después de todo... no le había molestado que la "raptara" hacia esa explanada.

Ahora solo disfrutaba del beso esperando que ella sintiera lo mismo y no me pegara con sus armas, aunque en parte eso sería bastante gracioso. Mientras mis labios resbalaban con los suyos, moví mis brazos y coloqué mis manos en su cadera.

-Interesante, a mi también me gustaste desde el principio -dije mientras le seguía mirando a los ojos.

Le vi sonreír, sonreí con el, mirandole a los ojos. Poco a poco noté que se acercaba a mí. Instintivamente cerré los ojos, y me dejé llevar. Un beso dulce, resbaladizo. Igual que sus manos, que poco a poco bajaron a mi cadera.

Me abracé a su cuello, por lo baja que soy tuvo que agacharse. Pegué mi cuerpo al suyo, queriendo sentir su calor. En el proceso de aquel beso, le di un mordisco en el labio inferior, y en la lengua, la cual lamía de vez en cuando. Le acariciaba la mejilla y el cuello, acercandole con ese gesto hacía mí.

-Y bien, ¿que opinas de lo que acaba de ocurrir? -dije mientras acariciaba con uno de mis dedos la cintura de su pantalón, jugueteando por dentro de su ropa, en sus oblicuos. Rozando con mi pulgar sus abdominales.

Con cada uno de sus movimientos me gustaba mucho más. No solo no le había molestado que le mintiese y que la hubiera llevado hasta allí, sino que se había entregado completamente a mí. Los besos tenían su toque hermoso de violencia, nuestras lenguas se rozaban entre ellas en el interior de ambas bocas y según parecía ambos lo disfrutábamos.

Cuando dijo que le había gustado desde el principio me sorprendí un poco, hacía tiempo que no me interesaba por ninguna mujer, pensé que había perdido el toque. Pero aparentemente con ella había acertado.

Poco a poco su mano comenzó a bajar y mientras me hizo una pregunta comenzó a acariciar el interior de mi ropa. - Creo que esto no hace más que empezar - dije mientras bajaba a su lado, recostándome en el pasto corto del lugar. Mi mano derecha comenzó poco a poco a moverse de su cadera hacia su zona púbica. Allí comencé a adentrarme en sus shorts y acariciar toda la zona.

- A menos que tú no quieras hacerlo - dije mientras la miraba a los ojos y acariciaba su cadera con mi otra mano.

En cuanto nos tumbamos, empecé a notarle juguetón dentro de mis pantalones. Yo en ese momento comencé a lamerme los labios, y mordisquearmelos, mirandole a los ojos, con esa mirada intensa que destacaba en mi.

-¿Esto responde a tu pregunta? -le dije acercando su cara a la mía besando sus labios intensamente, mientras por acariciaba su cara, bajando por su pectoral izquierdo, rozando los centímetros de piel que había hasta el principio de su pantalón, donde empezé a rozar otras zonas, que parecían empezar a ponerse de un cierto material.

-¿De verdad te gusto tanto como para esto? -le pregunté con cara de circunstancia, mientras miraba sus preciosos ojos, con una ligera sonrisa, -es que cuando te vi no me pareciste ese tipo de persona que le interesa una chica para estas cosas, me pareciste más romántico -dije mientras sin dejarle hablar, le besaba, rozando mi lengua con la suya, enlazandolas como si fuesen echas una para la otra. Y en este caso, quedandome callada para dejarle hablar si así lo quería, mientras metía mi mano dentro de su pantalón, muy despacio.

Al parecer pensó que yo no era esa clase de hombre, dijo que parecía "más romántico". La verdad era que no sabía muy bien de que tipo de hombre era, según me parecía a mí tenía etapas, durante un tiempo era bastante romántico y durante otro era totalmente distinto. Pero en su caso era diferente, simplemente todo había llevado a eso, no era algo que pensé que sucedería desde un comienzo, por lo que nunca pensé en ser romántico o no.

- Claro, me gustas mucho. Soy cambiante, a veces soy romántico y a veces no tanto - le dije mientras acercaba su cuerpo al mío para intensificar la situación.

Cuando comencé a sentir su mano dentro de mi pantalón me excité bastante, ya hacía tiempo que no tocaba una mujer, por lo que esto era casi nuevo para mí. Mientras tocaba toda mi zona púbica me moví y me quité el pantalón ayudándome con mis manos. Luego siguió la ropa interior y la camisa. No me importaba que alguien pudiera vernos, solo quería que eso sucediera allí y ahora. 

Intentando motivarla comencé a deslizar su short hacia abajo con la intención de quitarle la ropa a ella también para que pudiéramos pasar al plato principal. Mientras hacía eso con mi mano derecha, usé la otra para acariciar su zona abdominal mientras nuestros labios continuaban rozándose con pasión.

Mientras yo le metía la mano poco a poco, el me contaba que va por épocas, algo que incluso me sorprendió, hasta el punto de mirarle estrañada. Una mueca que sin duda cambié rápidamente, no fuera a ser que eso le echase para atrás.

-Así que cambiante ¿eh?, ¿en que dirías que estás ahora? -preguntaba mientras le notaba excitarse en mi mano, me mordía los labios viendole así, su excitación era mía, como él en ese momento. Le vi empezar a quitarse la ropa, mostrandome su precioso cuerpo, definido y bien formado. Cuando le vi desnudo, no me quedó otro remedio que mirarle entero, como podía, ya que estába sobre mí. Poco tardo después en desnudarme a mí, yo tan pequeña al lado de sus manos, me desnudaba lentamente, mientras que le miraba a los ojos con una pequeña sonrisa.

Volví a sentir sus labios sobre los mios, mientras me acariciaba el vientre, con mi brazo izquierdo me abracé a su cuello, haciendo que de la misma manera se acercase un poco más a mí. Quería sentirle pegado a mí piel, pero también tener un espacio para acercar mi mano hacía su miembro en punta. Poco a poco le acariciaba su rostro mientras nos besabamos apasionadamente, casi era un beso ligeramente violento, en el sentido de lujurioso. Mientras le acariciaba la cara, bajaba lentamente hacía el resto de su piel, su cuello, su hombro izquierdo, su pectoral, jugueteando con los espacio entre sus abdominales, de vez en cuando arañando sus espalda. Hasta poco a poco, llegar al tesoro que había más abajo. Comencé a rozarlo muy despacio, acariciando la piel fina de aquel miembro erecto, me dejé llevar, y finalmente acabé masturbandole, muy despacio, sin apretar, aunque iría intensificando. Quería oirle gemir como fuese, y así lo hice, comencé a masturbarlo poco a poco más rápido, y apretando un poco. Esperaba que eso le hiciese gemir, igual que él estaba empezando a hacer conmigo.