Probando la sangre nueva [Tobías-Ciaran][Privado]

Pasaba tranquilamente las hojas de un libro sobre las plantas locales del lugar mientras esperaba a quien fuese mi acompañante en esta misión. Esta vez mi trabajo me había llevado hasta la isla de Skyros para dar caza a un asesino bastante escurridizo que no eran capaces de atrapar. Según el informe que me había proporcionado la agencia no era un tipo extremadamente fuerte, sino simplemente lo demasiado escurridizo como para que la guardia de esta ciudad tan atrasada socialmente pudiesen atraparle.

Realmente en otra situación me hubiese molestado que me mandasen a dar caza de alguien de tan bajo nivel, pero decidí que debía poner a prueba a la novata de los CW para que fuese cogiendo experiencia de campo. Sobre dicha persona no me habían dado mucho información, sino que simplemente me dieron una dirección y una fecha con una nota que decía que la joven se llamaba Ciaran . No era gran cosa, pero esperaba poder reconocer a alguien que fuese extranjera de este lugar, ya que las vestimentas eran demasiada clásicas para el resto de islas que había visitado, aunque por otro lado si no era así esperaba que fuese al revés, puesto que yo iba vestido como siempre, completamente de negro, y acompañado por mi fiel cuervo Croc. Normalmente no solía llevármelo nunca si tenía misión, pero lo había notado tristón antes de salir y decidí traerlo conmigo, asique por eso podía ser fácilmente llamativo puesto que reposaba en uno de mis hombros como si estuviese leyendo conmigo.

Skyros, una isla cuya imagen me recordaba mucho a mi hogar y me transmitía una sensación de nostalgia allá donde mirase. La gente iba de un lado a otro con ropajes medievales, a veces los soldados del rey patrullaban por la zona velando por la seguridad de los ciudadanos y los edificios fabricados a partir de la roca alcanzaban hasta donde llegaba la vista. Yo me encontraba en la terraza de un bar, sentada en una silla tomándome un vaso de té caliente y comiéndome unas galletitas dulces caseras mientras observaba el ir y venir de la gente en la calle. * -Maldita sea, estas galletas están terriblemente ricas. Tengo que venir más seguido a este sitio-* pensé relamíendome las migas de la boca y disfrutando del rico sabor del té. El motivo principal del cual me encontraba en esa ciudad, es porque me ordenaron que fuese la compañera de misión de uno de los veteranos de los Crimson Wolves, un hombre llamado Tobías que también trabajaba para el Cipher Pol.

Saqué la carta que había recibido hace un par de días, según esta, el punto de encuentro era en la plaza del casco viejo junto a la estatua del primer rey de Skyros. - Parece que llego tarde, me parece que me van dar una buena reprimenda- dije mirando un reloj de arena que había próximo a la terraza. Me levanté y dejé un par de berries sobre la mesa para pagar por la deliciosa comida que había probado. Cogí mi espadón y mi yelmo y me dirigí a paso ligero a la plaza. Pero como poseía un muy malo sentido de la orientación, decidí preguntarle a un paisano que pasaba a mi lado. - Disculpe buen señor, ¿ sabría decirme donde se encuentra la plaza de la estatua del fundador? Soy nueva en estos lares y no sé por que lado ir.- El hombre, de buen grado y mostrando una sonrisa, me dijo que me dirigiera dos calles abajo y la encontraría de frente. Le agradecí realizando una reverencia y me apresuré calle abajo. Pasadas dichas calles, logré llegar a la plaza y empecé a buscar con la mirada a mi compañero, el lugar estaba lleno de gente realizando recados, niños jugando a la pelota y mercaderes ambulantes buscando algo de dinero. Hasta que mis ojos se fijaron en una persona que iba vestida de negro y llevaba un cuervo en su hombro. * -Dado que viste totalmente distinto a los lugareños, tiene que ser sí o sí la persona que busco-* pensé dirigiéndome hacia él, mientras el sonido metálico de mi armadura invadía mis oídos.

Al acercarme más, me di cuenta que era un hombre con rasgos femeninos por lo que lo confundí momentáneamente con una mujer. - Disculpe, ¿ es usted Tobi ?. Soy su compañera para esta misión y nueva integrante de los CW, la recluta Ciaran Ehre. Disculpe el retraso, me entretuve degustando las delicias pasteleras de esta ciudad- le dije mientras me llevaba la mano a la cabeza adoptando el saludo militar.

Justo estaba leyendo sobre una curiosa planta que era venenosa y curativa a la vez cuando una sombra enorme me tapó las letras dejando mi lectura a medias. Levanté la vista para encontrarme con una preciosa mujer rubia con armadura, la cual se presentó como Ciaran Ehre y miembro de los CW.

- No te preocupes compañera. Soy Tobías Thorn y este es Croc y siempre que compartas con nosotros algo de eso que te ha entretenido no habrá problema alguno - contesté bromeando mientras me ponía en pie para intentar estrechar la mano de la muchacha. No era de usar el saludo militar. - Sé que soy tu superior, pero conmigo no repares en ese protocolo que usáis los marines. Conmigo siempre podrás tratarme como un igual cuando lo desees y puedes preguntarme sin reparo lo que quieras, pero cuando nos encontremos en una situación crítica quiero que acates mis órdenes si te las doy - seguí hablando tras el saludo si se llevaba a cabo.

Sentía que cada vez que trabajaba con un nuevo integrante de los CW era como un disco rayado. Con todos había tenido más o menos las mismas palabras, pero creía que era necesario poner las cartas sobre la mesa desde un inicio para que no hubiese equivocaciones.

Tras la presentación inicial me senté y he hice una indicación a la rubia para que me imitase.

- No sé si sabes que debemos hacer, pero aquí está todo - dije entregándole un papel con la información de la misión. - Si tienes alguna pregunta es el momento, ¿sino cual crees que debería ser nuestro siguiente movimiento? - pregunté a la hermosa guerrera.

Era mi manera de evaluar las capacidades de las personas, ya que le daba más importancia a la inteligencia que a la fuerza.

Me presenté formalmente al hombre que estaba ante mí esperando que fuese el compañero que andaba buscando y así era, era Tobías uno de los miembros más experimentados de los CW. Este se puso en pie y me dijo que no me preocupara por llegar tarde soltando una broma mientras me ofrecía la mano como saludo, al parecer no le iban tal formalidades como estábamos acostumbrados los soldados de la Marina. Me comentó que aunque fuera su superior, ambos éramos iguales y debíamos tratarnos como tal pero que cuando hubiera una situación muy peligrosa, debía acatar sus órdenes al pie de la letra. Dejé de realizar el saludo militar para estrechar rápidamente su mano, con cuidado de no aplicar mucha fuerza para no rompérsela. - Es un placer conocerle Tobías, disculpe si no se siente cómodo por mi saludo tan formal pero es que estoy acostumbrada a hacerlo desde hace muchos años. Espero que nos llevemos bien y trabajemos arduamente para llevar la justicia a los criminales- dije sonriendo de oreja a oreja.

No pude evitar mirar a su cuervo, era un ave con un plumaje bastante bello y de color negro como la noche.* -Me gustaría tener una mascota algún día-* pensé mientras intentaba decidir cual sería y de que tipo. Después de finalizar el saludo, Tobías se sentó y me indicó que yo hiciese lo mismo, cosa que hice. Me dió un documento con información clasificada sobre el objetivo que teníamos que buscar, era un asesino en serie que actuaba por la zona y llevaba una máscara de galeno cada vez que actuaba. - Hummm...- me llevé la mano a la barbilla -Tiene pinta que el asesino posee conocimientos médicos, podría ser alguien de la ciudad que llevase una consulta,alguien que trabaje en ella o algún ex- médico. Son varias las posibilidades, yo diría que podría ser alguien que trabaje actualmente ya que así tendría más facilidades para ocultarse entre la gente corriente. ¿ Cual cree que es la mejor opción?-pregunté mientras le echaba otro ojo al documento.

Me quedé unos segundos pensativo dándole vueltas al razonamiento de la chica, observando que no era mal planteamiento, aunque me pareció algo precipitado. No podíamos dar por hecho que el tipo tuviese conocimientos médicos por el simple hecho de su indumentaria, ya que normalmente los asesinos que se disfrazaban lo que querían era pasar desapercibido y no dar pistas sobre su condición, pero la idea no estaba mal traída asique me dispuse a hablar.

- Me parecen unos suposiciones interesantes y me gusta tú forma de pensar... Pero no has acertado del todo - dije recogiendo el informe de las manos de la rubia para luego ponerme en pie indicándola que me siguiese. - Por suerte para nosotros no empezamos de cero, ya que el CP1 nos tiene trabajo adelantado - seguí hablando mientras introducía las manos de nuevo en mis bolsillos buscando un documento diferente. - Aquí salen tres localizaciones posibles al igual que datos sobre los tipos que han asesinado.

Ya había comprobado su forma de razonar inicial, pero ahora quería comprobar su capacidad de análisis. Sólo debía prestar atención a los detalles.

Anduve observando los documentos que me había dado Tobi y empecé a leerlos. Sobre mi suposición de antes respecto a que el asesino podría ser un médico, él me dijo que por sólo utilizar material de médicos nos significaba que tuviera que ser uno a la fuerza, pero me alagó por mi planteamiento a lo que me ruboricé un poco ante su comentario. Tomó el informe que tenía entre mis manos y empezó a andar indicándome que le siguiese con un movimiento de cabeza. Según me dijo, el CP1 había estado investigando por su cuenta en la ciudad y habían localizado tres posibles lugares donde se podría esconder el asesino, además de información sobre las pobres victimas que habían sido brutalmente asesinadas. Entre las víctimas se encontraban: una mujer de veinte años, morena de ojos azules, asesinada por varias cuchilladas en la zona del vientre; una mujer de 30 años,una hermosa dama pelirroja de ojos verdes que trabajaba en la biblioteca municipal, su causa de muerte fue degollamiento; y la última victima... el hijo mediano del alcalde. Un hombre de cuarenta años, rubio de ojos castaños, fue brutalmente asesinado cortado en trozos y su cadáver se encontró en las cloacas.

Una mezcla de horror y odio hizo presa de mí al ver esas fotos de aquellas pobres mujeres. *- Ese miserable lo va a pagar muy caro... le llenaré la cara de moratones-* pensé con demasiada ira. Me dí cuenta que mi compañero y superior, estaba poniendo a prueba mi capacidad mental en vez de la bruta. Dejé escapar un suspiro, me tranquilicé un poco y volví a mirar las fotos y la localización. - Veamos... de los tres posibles lugares en los que se oculten el asesino que son: el hospital de la ciudad, el asesino podría trabajar allí y no levantaría sospechas; el hotel " La Dama Dorada", ya que uno de los cadáveres se encontró muy cerca del establecimiento y también el criminal puede ocultarse allí como cliente o como currante; y por último, la propia casa del alcalde. Según tengo entendido, el alcalde se encuentra en una delicada situación de salud y podría morir dentro de poco, tiene una familia compuesta por 5 hijos y su esposa. Ya que el hijo mediano es una de las víctimas, el asesino podría ser uno de los restantes hijos con un horrible hobby de asesinar gente inocente y mató a su hermano o bien porque descubrió su otra cara o para recibir más en la herencia del padre- cuando terminé de argumentar mi análisis, descarté automáticamente la idea de que fuera en el hospital, ya que sería demasiado típico que el asesino fuese médico. - Voy a reducir la lista a dos lugares que me parecen más indicados, la mansión del alcalde y el hotel. Aunque, visto lo visto, opino que la casa del alcalde sería una buena opción- dije mientras me llevaba la mano a la cabeza para después rascarmela.

Mientras la joven devastadora hablaba yo seguí manteniendo el paso, dirigiendo nuestro paseo hacia un punto en concreto de la ciudad, mientras dejaba a la rubia con sus cavilaciones. Me limité a escucharla atentamente mientras acariciaba el afilado pico de mi mascota, el muy estúpido era bastante mimoso, pero una vez que la chica terminó de hablar no dudé en mostrarle nuevamente mi punto de vista.

- Al parecer hemos llegado más o menos a la misma conclusión, aunque aquí va mi planteamiento. Yo también creo que es uno de los hijos del alcalde, pero por otros motivos. Es bien conocido en el lugar por sus continuos abusos a mujeres guapas usando tanto su estatus social como el de su trabajo, ya que es miembro de la guardia de la ciudad y no duda en abusar del poder del que dispone - dije contándole el resto de información de la que disponía. - Desde mi punto de vista es un ser despreciable que se merece una buena paliza, pero prefieren que lo capturemos vivo. Recuerda bien eso si llegamos a dar con él.

Seguramente lo preferían así por si en realidad era el hijo del alcalde, así podían pedirle algún tipo de favor por reducirle la condena u algo así, aunque  eso ya eran sólo más divagaciones mías.

- Yo creo que lo que le pasó a este tipo fue que alguna chica se le resistió más de la cuenta y en el forcejeo tuvo que matarla, descubriendo así un nuevo placer oculto para él hasta entonces. Más tarde quizás fue descubierto por su hermano, al cual tuvo que matar para silenciarlo - dije plasmando mis pensamientos. -Creo que es un psicópata en fase desarrollo, pero ya te digo que todo eso sólo son suposiciones mías. Aún no sabemos la verdad, aunque no por mucho tiempo con un poco de suerte... - dije dejando esas últimas palabras en el aire tras pararme en seco delante de una gran edificación.

Había dirigido nuestros pasos hasta el cuartel de la guardia de la ciudad.

- Si yo tengo razón quizás podamos encontrar pruebas entre las cosas que tenga aquí. Si acierto con eso de que su hermano averiguó lo que hacía puede que ya no guarde nada en casa y lo haga en su sitio de trabajo, asique si estás de acuerdo... ¿Cuál sería tu siguiente paso? - pregunté sonriendo una vez más.

Mientras yo le planteaba mis teorías sobre el asesino al agente Tobías, este me escuchaba mientras acariciaba a su cuervo. A mí también me gustaban los animales, sobre todo si eran de color negro, por alguna extraña razón que desconocía, el negro me llamaba más la atención que cualquier otro color. Según lo que me contó, habíamos llegado a una conclusión casi similar. El hijo del alcalde era famoso por la ciudad por sus constantes abusos a féminas usando tanto su rango como su puesto de trabajo para beneficiarse a esas pobres mujeres.

Mientras más escuchaba sobre aquel pedazo de escoria humana, más furiosa me iba sintiendo y más ganas tenía de darle una golpiza a ese maldito bastardo hasta romperle esa cara de cerdo. Intenté disimular mi enfado y seguí escuchando el resto de la información que mi compañero estaba compartiendo conmigo. - Así que lo quieren vivo, ¿eh? Tranquilo, llegará vivo pero con una ligera cantidad de huesos rotos - dije mientras una pequeña vena se formaba en mi cuello como señal de mi inmensa furia interna. El pelinegro prosiguió comentando la información que tenía... y mi cabreo no hizo más que empeorar ante las suposiciones de Tobías, que tenían pinta de ser verdad.

Según mi compañero, el sujeto podría haber matado accidentalmente a una de las chicas que forzaba y despertó en él un gusto por el asesinato, y su hermano posiblemente lo pilló con las manos en la masa matándolo en el acto para evitar testigos. Después de mucho suponer, llegamos delante de un gran edificio un tanto antiguo en el que habían grabadas unas palabras en grande " Real Cuartel de la Guardia de la Ciudad". El pelinegro se me quedó mirando mientras me preguntaba cual sería el siguiente paso a seguir, si todo lo anterior que dijo es cierto. - Suponiendo que lo que dijiste pueda ser cierto, no creo que guarde ninguna prueba en su trabajo ni en su vivienda. Ya que se arriesgaría a que alguien le descubriera. Aunque supongo que por echar un vistazo no pasa nada ya que estamos aquí pero el asunto es, ¿como logramos entrar si ser detectados? - dije mientras volvía a mirar al edificio buscando algún modo de entrar sin llamar la atención.

Esperé tranquilamente a que la rubia procesase la información mientras le daba una chuchería al pájaro, curioso por saber cual sería el siguiente paso que ella daría en la investigación. Mimaba demasiado a aquel maldito pájaro, pero era lo más cercano a una familia dejando aparte a mis nakamas.

-Muy bien compañera, yo opino lo mismo y por eso no vamos a adentrarnos, aunque debes saber que la parte de infiltración la llevaría yo... Quizás te enseñe mis cualidades si llega el caso, pero creo que por fin puedo exponerte todo el plan ahora que me has demostrado que no eres toda músculo - contesté bromeando con la rubia. - Vamos a algún lugar a comer y te cuento más, ya que hasta que no comience la noche no comenzará el plan - terminé mientras reanudaba la marcha hacia un restaurante del que me habían hablado. Al parecer tenía aspecto austero, pero según las habladurías sus cocinas no tenían nada que envidiar a las de palacio.

Una vez llegásemos al lugar contaría el plan a Ciaran, que trataba en seguir al tipo en una de sus rondas nocturnas, ya que todos habían transcurrido de noche y casualmente días que él trabajaba. Usaba eso como cuartada, pero nuestros espías estaban seguros de que era precisamente esa cuartada en la que se escondía cuando realizaba dichos asesinatos. Había un patrón claro y se me hacía difícil que los guardias no se hubieran percatado, a no ser que también estuviesen metidos en el ajo. Ahora mismo estábamos solos para realizar la misión.

Después de estar mirando un rato al edificio que estaba delante nuestra, el pelinegro con rasgos femeninos dijo que le siguiera a un lugar para comer, ya que según dijo, el plan que tenía en mente no podría llevarse a cabo hasta entrada la noche. Me encogí de hombros y me peiné  mi hermoso cabello rubio con la mano izquierda. - De acuerdo, al fin y al cabo, tu mandas - comenté mientras volvíamos por nuestros pasos perdiéndonos entre el gentío calle abajo, en busca de algún lugar donde descansar y llenar el estómago para la ajetreada noche que nos esperaba.

Mientras nos dirigíamos a algún restaurante o taberna de la zona, un destello proveniente de algún lugar en los tejados llamó mi atención e hizo que volteara la cabeza, preguntándome si me lo había imaginado o es que realmente alguien nos estaba vigilando. Ignoré lo que acababa de pasar y seguí al agente del CP, después le comentaría lo que acaba de ver. Pasados un par de puestos en una calle comercial, nos detuvimos en frente de un restaurante de aspecto humilde, influenciado por un estilo gótico y desde el exterior se podía escuchar el murmullo de las personas que se encontraban dentro disfrutando de sus almuerzos después del trabajo.

Nada más entrar por la puerta, una extraña muchacha de andar extraño ,de apariencia un tanto estrambótica y que  parecía tener un par de años más que yo, vino presta a recibirnos. Sabía que era de mala educación, pero me quedé mirándola fijamente durante unos instantes. Era una joven muy gringe, sin duda alguna y el solo mirarla me provocaba un cierto malestar inexplicable. Ojeé detenidamente una de las cartas que nos tendió a los dos y pedí un plato de calamares en su tinta acompañado de una ensalada del chef. Cuando la camarera ya se había marchado con su... ¿ peculiar forma de caminar? , susurré a mi compañero mientras vigilaba para que nadie extraño se quedase escuchando: - ¿Cuál es el plan que tienes en mente? -

Aspecto de la camarera:

La rubia no puso pegas ante mi idea de ir a comer algo, por lo que andamos de forma tranquila por las calles de esa ciudad medieval. La verdad es que éramos una pareja de lo más peculiar. Ella tan alta, corpulenta y rígida; y yo tan pequeño, esbelto y lúgubre. Captamos un par de miradas de los viandantes, aunque no llamábamos tanto la atención como la camarera que se encontraba en el establecimiento donde nos resguardamos. Me fijé en que Ciaran también se había fijado en ella, pero como no hizo alusión a ella, yo por mi parte hice lo mismo.

Me fijé en que la carta tenía una gran variedad de platos que nunca antes había probado. Varios de ellos con nombres de lo más peculiar, que no me ayudaban a decidirme por ninguno. No quise hacer esperar más a la camarera y pedí lo mismo que mi compañera, acompañado de una jarra de agua con hielo y una hogaza de pan.

- Bueno compañera, te voy a contar hasta donde yo sé y que creo que deberíamos hacer. Recuerda que no es que puedas dar tu opinión sobre el tema, sino que tienes que hacerlo - comencé a decir una vez nos encontramos solos en la mesa. - Ahora bien, la idea es seguir al tipo en una de sus rondas nocturnas, ya que todos los asesinatos han transcurrido de noche y casualmente días que él trabajaba. Usa eso como cuartada o al menos eso creemos, y por ello pensamos que debe tener ayuda en su trabajo. Alguien debería haberse dado cuenta de eso y actuar, pero no es así. Por ello debemos contar que no tendremos más ayuda, y que quizás debamos hacerlo a espaldas de la guardia de la ciudad

Justo terminé de hablar cuando nos trajeron la comida, por lo que la marine tendría tiempo para pensar en el tema mientras yo observaba mi plato. ¿Qué mierdas acababa de pedir?

Me quedé escuchando las palabras de mi compañero, procesando cada detalle que me daba sobre el sospechoso al que debíamos dar caza. El sujeto salía por la ciudad por la noche ya que era cuando le tocaba hacer rondas nocturnas, o eso era lo que parecía hacer, pues los misteriosos asesinatos que se daban lugar en la ciudad también ocurrían en horario nocturno. Esto era muy, muy sospechoso. Pero sin pruebas que demostrasen la culpabilidad de aquel hombre, poco podíamos hacer salvo seguirle y espiarle para ver si podíamos pillarle con las manos en la masa antes de que cometiese más atrocidades a las buenas gentes de Skyros. Justo en ese momento, pensé en si decirle al agente Tobías sobre el extraño suceso de antes. Era como si alguien estuviese vigilándonos, o eso me parecía. Al momento regresó la rara camarera con nuestros platos.

- No se si debería decirte esto ya que podría habérmelo imaginado pero antes, viniendo hacia aquí, me pareció ver un reflejo en los tejados. Parecía el brillo de unos prismásticos y era como si alguien nos estuviera acechando, ¿podría ser nuestro sospechoso o , como dije antes, la mente me ha jugado una mala pasada? - pregunté mientras me dispuse a comer los deliciosos calamares, manchándome un poco los labios con la tinta. Realmente me encantaban la mezcla de platos, yo solía tener siempre un gran apetito y comía de todo. Lo único que no comería por todos los berries de este mundo eran los insectos, me resultaban realmente asquerosos y me daban miedo.

Entre las mesas de los otros clientes, me fijé en un hombre que llevaba una gabardina y unas gafas de sol negras. Simplemente estaba bebiendo una copa de algún tipo de licor caro acompañado de una tarta de fresa de exquisito aspecto. El extraño parecía estar mirando en nuestra dirección y , cuando su mirada se encontró con la mía, una sonrisa se dibujó entre sus labios. "No me da buena espina" pensé mientras seguía sosteniéndole la mirada.

Ciaran expuso algo que al parecer llevaba un rato carcomiéndola. La verdad es que si me hubiese avisado antes del reflejo que había visto lo hubiese investigado más a fondo, pero ya era tontería. Si se trataba de algún vigilante ya se habría movido y a saber donde se encontraba.

- Me parece estupendo que te hayas fijado compañera, pero para la próxima vez avisa con antelación - contesté entre bocado y bocado. La verdad es que el plato era extraño, pero estaba rico.

En parte dudaba que fuese nuestro hombre eso que la chica había percibido, aunque no hubiese estado mal haberla demostrado que la opinión de todos dentro de la banda tenía peso. Me dispuse a seguir charlando con ella con intención de averiguar más aspectos de su vida, cuando me percaté que la rubia estaba fija en un tipo que desentonaba lo mismo que nosotros en la taberna. Su aspecto daba la impresión de ser alguien sospechoso, pero no me veía el más adecuado para criticar o resaltar eso.

- Dime Ciaran, ¿hay algo más que te preocupe? Veo que ese tipo te llama la atención, pero te aseguro que no es el hombre que buscamos... O al menos no del que sospechamos - dije mientras introducía una mano entre los pliegues de mi yukata para sacar un retrato junto a unos informes. - Él es nuestro principal objetivo y esos son su itinerarios de trabajo... Pero si crees que deberíamos hablar con él estoy dispuesto a ayudarte. El siguiente paso lo dejo a tu elección.

Tenía que probar a la nueva integrante y quería ver su capacidad de decisión ante las pruebas. No tenía problemas con que ella decidiese, pues aún teníamos tiempo antes de que debiese coger las riendas si comenzábamos a despistarnos de nuestra misión. Ella misma tenía entre las pruebas el tiempo que tenía para actuar, solo que debía ser ella quien se diese cuenta de ello.

- Por cierto, esto está buenísimo - dije tras dar otro bocado.

Realmente aquel extraño me estaba molestando ¿Sería algún lacayo de nuestro objetivo? No lo sabía pero siempre quedaba la opción de ir a obtener información. La voz de mi compañero me había llamado la atención, haciendo que volviera a prestarle atención. Me preguntó que era lo que me preocupaba a lo que respondí con la mirada, haciendole notar que un extraño individuo estaba observándonos. El agente Tobías sacó unos informes de su abrigo, indicando que el misterioso individuo no era el sujeto que andábamos buscando.

- Sé que no es parte de nuestro trabajo, pero algo me dice que puede que esté relacionado de alguna forma. Demasiadas coincidencias en un solo día a mi parecer. Es probable que ese hombre pueda aportar algo al caso, solo queda preguntarle - dije levántandome de la mesa y echando mano a mi arma.

Dirigí mis pasos hacia donde estaba comiendo el extraño hasta que me quedé de pie enfrente de él. Sonriendo, me indicó que se sentara. Casi parecía que quería que me sentase allí. Fui directa al grano y le pregunté quien era y quien le enviaba.

- Me llamo Marcus y tranquilos, no me envía nadie. Veréis... he estado observando vuestros pasos y tengo entendido que andaís en medio de una investigación. Seré franco. Quiero ayudaros a atrapar a ese demonio. Él... mató a mi hija. Mi pobre pequeña... - la voz se le quebró pero enseguida volvió a recomponerse - Solo quiero que ese monstruo se pudra entre rejas o que lo mateis, me da igual su destino pero tiene que pagar por lo que ha hecho -

No sabía si creerme aquella historia, así que busqué con la mirada a mi compañero para ver si era buena idea creer al hombre... de momento.

Mi primera impresión sobre la forma en la que mi compañera tomó la iniciativa me causó una sensación contradictoria. Por una parte me gustó la determinación y temperamento con la que decidió abordar al desconocido, aunque por la otra no me pareció adecuado que echase mano del arma sin ningún indicio de peligro y en un entorno tan tranquilo y repleto de civiles. Habría cosas que pulir y controlar si la cosa iba a más, pero de momento todo entraba dentro de lo admisible y me limité a observar la escena en un segundo plano hasta que la rubia buscó apoyo en mí.

- Perdone caballero, pero no entiendo como alguien os ha podido decir eso de nosotros. Simplemente somos forasteros que trabajamos como guardianes de un mercader que ha llegado hace poco a la ciudad - dije mintiendo sin dudar un solo segundo y como tal cosa.

Que supiese que había un asesino en la zona no era extraño. Seguramente sería la comidilla del lugar, pero que asegurase que nosotros nos encargábamos de buscarlo era de lo más descabellado. Mi misión venía directamente del CP y si Ciaran estaba aquí es porque había decidido probarla como miembro de los CW, pero esta nueva revelación me hizo pararme a pensar las cosas de forma muy rápida mientras seguía hablando. ¿Habría habido fuga de información en algún momento? Y si era así, ¿desde qué parte? ¿Marines, CP o directamente de la propia Ciaran? Eso último era menos probable puesto que era yo quien la había informado de que íbamos a hacer, pero como uno ya no sabía de qué podía fiarse y de qué no, tampoco descarté la idea en su totalidad.

- Por lo que no sabemos nada de eso que estás hablando. Habíamos escuchado de rumores de algún asesinato sin importancia, pero tampoco de nada traumático - proseguí con tono amable y tranquilo, tendiendo una pequeña trampa en mi diálogo.

Si de verdad era padre de una de las víctimas, no le haría mucha gracia que hablase como si su muerte no fuese nada.

- Así que ya que ha sido usted tan amable de informarnos de algo, aún habiendo esta confusión inicial, me gustaría saber algo más de este caso. Nuestro jefe está hospedado en un lugar de la ciudad hasta que termine sus negocios en castillo, por lo que todo lo que pueda ser un peligro para su seguridad nos puede concernir - terminé soltando la última mentira intentando mostrar que nuestro "jefe" estaba relacionado con la nobleza del lugar. Dependiendo de como se desarrollase la conversación así actuaría, ya que aún estaba mosqueado de forma interna por las palabras iniciales del tipo. -¿Quién cojones nos puede haber vendido? - pensé ya para mí solo.