Pequeño gran entrenamiento (Moderado 3 Carmelo)

Llegas hasta Little garden en un bote, al parecer según los borrachos de la última taberna que visitaste mucha gente se dirigía hasta aquí para entrenar. No te quisieron dar muchos más detalles acerca de que encontrarías en la isla, o porque era una zona tan famosa para entrenar, de no ser delirios de los parroquianos.

En la playa ves grandes huellas, de algún tipo de animal seguramente. Que a juzgar por el tamaño de las mismas deben pertenecer a alguno de un tamaño enorme. Puede que quieras avanzar antes por la playa que meterte entre los grandes árboles a ver que hay, pero también es posible que estés más expuesto a alguno de esos grandes animales. Lo que hagas ya es decisión tuya, pero al menos te dieron comida para varios días, que ahora que lo digo, ¿No tendrás que hacer algo con ella para conservarla de depredadores?

Los borrachos de las tabernas del Paraíso me habían comentado que todo aquel que desee entrenar y mejorar debía ir a Little Garden. Ahora que me adentraba en aguas más peligrosas debía aumentar mis capacidades, por lo que no tardé en poner rumbo a esa misteriosa isla. ¿Porqué iban a entrenar allí? ¿Qué tenía de especial?

Al desembarcar en la playa, pude huellas gigantescas que parecían de animales. La pregunta de antes se había contestado sola, seguramente los animales que habitaban la isla eran de un tamaño parecido al de un rey marino y eso le daba mayor dificultad a sobrevivir allí. Por un segundo el miedo me invadió, pero al razonarlo me di cuenta de que no podía vencer a esos animales, no podría vencer a mis enemigos, por lo que debía entrenar para superarlos. Aún así, recién llegaba y debía cuidarme de que éstos bichos no me vieran, si esto sucedía tendría bastantes problemas.

Regresé un segundo al bote para sacar mi espada, pasándola por mi cinturón y dejándola sobre el lado derecho de mi cuerpo. Cuando saqué mi arma, pude ver la comida que tenía reservada para el viaje, seguramente debía cuidarla ya que cualquier depredador podría comerla en mi ausencia. Por esa razón tomé toda la comida que pude para llevarla conmigo en mis bolsillos y un par de bolsas y el resto las dejé en el bote tapadas con una sábana. Luego até el bote a una estaca y clavé la misma en la arena de la playa. Así el bote quedaría flotando sobre el agua sin que los animales pudieran alcanzarlo y si necesitaba ir a buscarla solo tenía que tirar de la cuerda.

Finalmente, al resolver el tema de la comida, pensé hacia donde debía de dirigirme. La playa me daba más visión de mis alrededores y me permitía a su vez escapar más rápido a un posible ataque, pero en el bosque podía pasar más desapercibido evitando a los animales. Ambas opciones tenían su riesgo, pero decidí avanzar por el bosque con la intención de encontrar algún lugar seguro para montar una tienda o un lugar para refugiarme en la noche. Si algún animal aparecía en el camino lo sentiría por el ruido que producía el andar de tan grandes animales y me escondería entre los árboles hasta que pasaran.

Según te adentras en el bosque las plantas de tamaño arbusto se van terminando, dejando casi solos a los grandes árboles. Estos son de muy diferentes tipos, pero en casi todos, la corteza que rodea sus gruesos troncos ha sido raspada, dejando grandes marcas hasta buena altura. ¿Un campamento en la copa? ¿Serías capaz de hacerlo? Puede ser una buena idea, aunque claro, aquellas rocas frente a ti, con un agujero por el que parece que entrarías también pueden servir de refugio ¿Estará ya ocupado? Además, cerca se oye el ruido de un arroyo al correr, puede que sea un buen sitio desde el que partir, o en el que entrenar.

Mientras más me adentraba en el bosque, más miedo me daba estar allí, los árboles estaban rasguñados por los animales que habitaban la isla y solo con imaginarlos me daba cuenta de que debía entrenar para lograr derrotarlos. Debía controlar mi miedo, si lo aumentaba solo sería para mal, debía apaciguarlo y esperar lo mejor.

Al mirar la altura de los árboles comencé a pensar que quizás era un lugar estratégico hacer la tienda en su copa, pero no era posible llegar allí, además, con un par de rasguños el árbol cedería y yo estaría desde donde empecé. De la nada, logré escuchar a lo lejos un sonido de agua corriendo, quizás en esa dirección había algún lago o arroyo que podría servirme como fuente de agua y para entrenar. Pero ¿no estaría demasiado expuesto a los animales para montar allí la tienda?

Mientras analizaba las posibilidades, pude notar una cueva formada por un conjunto de rocas y según parecía entraba perfecto en el hueco. Aún así, podía estar ya habitada por un oso o animales del estilo, pero analizando las demás posibilidades, era la que menos problemas me daría, o al menos eso creía. Al fin y al cabo, los animales de esa isla eran casi que gigantes, por lo que ninguno de esos entraría en ese agujero. Pero ¿quién sabe que podía esconder esa cueva?

Por lo que ajusté bien mi cargamento para anular la posibilidad que se cayera y me acerqué a las rocas. Cuando ya estuve a un par de metros de la entrada, pude sentir como una gota de sudor caía por mi frente. No estaba seguro si era por el calor que había o por el temor de encontrar algo que no quería en esos momentos. Tragué saliva y me armé de valor, para luego adentrarme al agujero con mi espada en mano por si algo inesperado sucedía. Con un poco de suerte nada sucedería y tendría un excelente lugar para dormir sin tener que preocuparme de los depredadores.

Te vas acercando poco a poco hasta el agujero, cada más tensión, para finalmente, ¡No saber si hay no hay algo dentro! Pues eso, lo que ves es el principio de un túnel, las marcas en la roca no son animales, más bien de alguna herramienta. Claro que esto no quita para que luego haya sido ocupada por un animal. La luz llega hasta un par de metros, pero el túnel desciende y gira hacia donde oyes el agua. Te vas a entrar en la cueva, por cierto, has notado ese temblor. Bueh, no será nada, tu imaginación o el nerviosismo, ¡Espera! ¿Eso ha sido otro temblor? ¿Piensa deprisa que vas a hacer?