Ugetsu Asari[Preso]

Humano / 24

East Blue

Músico/Alto(Renegado)Bajo

De Ringabel para SC

DATOS ESENCIALES

Experiencia: 30.100

Nivel: 38

Nombre: Ugetsu

Apellido: Asari

Apodo: Rainfall Demon

Alineamiento: Caótico Neutral

Raza: Humano

Edad: 24

Facción: Ciudadano

Rango/Empleo: Músico

Rango social: Alto(Renegado) Bajo
Banda, Flota o Brigada: Vongola family

Profesión Principal:

Duelista(+5):

Profesiones secundarias:

Solista:

Concertista(+5):

Bardo:

Mar e Isla de Origen: East Blue

Sueños: Sueña con muchas cosas, con una bonita casa azul, en su isla natal, en lo alto del monte rodeada por el agua del lago, con una familia que proteger, con la muerte de aquel que vendió su isla. Pero su única meta es superarse, ser más fuerte, volver a la isla con un poder que le permita librarla del mayor tirano que la haya asolado, su padre, al cual anhela matar de la peor forma posible. También sueña con revivir a todos los que su padre asesinó o mandó asesinar, por ello estudia lo paranormal. Escribir la mejor y más reconocida novela del mundo. Sueña con encontrar la golondrina que le inspiró para su estilo de lucha.

DAROS ESCÉNICOS

Descripción Física:

• Descripción general: Ugetsu es un joven de estatura alta, pero no demasiado manteniendose cerca de la media, su tez es ligeramente morena, como si se hubiera bronceado al sol. Sus ojos son de un color castaño claro, misericoredes, compasivos y amables. Su mirada siempre mostrara amabilidad, compasión, alegría, sin embargo también muestran seriedad y perspicacia, algo que no le falta. Su rostro es sutil, con rasgos delicados y bruscos, una combinación bastante inusual, lo que hace de él una persona bastante hermosa y bella. Sus rasgos son los de una persona cuidada y que cuida de su apariencia, su complexión física es atlética debido a sus continuos entrenamientos, es un hombre con mucho éxito entre las chicas pues tiene buena planta y viste de forma que resalta su belleza natural. Su barbilla es de forma circular, cerrando su rostro redondeado y bello, en ella presenta una mueca, una cicatriz de un antiguo combate.
  
  Su vestimenta es un traje formal, algo que hace que su rostro destaque aún más pues no es muy llamativo, pues es de color negro, acompañando perfectamente sus cabellos y su tez, y dando un magnífico contraste con sus ojos. Debajo de la americana del traje se ve una camisa de azul rey. Esto es cerrado con una corbata negra. Viste unos pantalones sociales negros y unos zapatos del mismo color, dando la impresión de ser un hombre de negocios de alta cuna, pero nada más lejos de la realidad, pues es un músico de una familia y una villa pobres.
  
  
• Marcas personales:  -
  
  
• Indumentaria habitual: Un traje típico de monjes japoneses.
  

Descripción Psicológica:

• Psicología: Ugetsu es un joven de personalidad variable, marcada por su pasado y por el como se tuvo que criar, pues se crió solo. Es una persona que en apariencia es amable, cordial, piadosa compasiva, y de hecho es así, en parte. Su mente padece un grave trastorno, dicho trastorno no está estudiado ni diagnosticado a nadie, se sabe que es un trastorno de la mente pues una mente sana no actúa como la de Asari. Es extremadamente analizador, capaz de estudiar hasta el más mínimo movimiento del contrincante, es peculiarmente callado y marginal, no suele unirse a agrupaciones, pero siempre andará en un grupo para mantenerse a la sombra de los demás, tiene la sensación de una eterna persecución, dicha sensación la posee desde una temprana edad. Su mente parece un laberinto, si se pudiera ver una representación física de las mentes la suya sería el más complejo y absurdo edificio, lleno de entresijos, pasadizos, salas ocultas y carente de todo sentido. Pero dentro de esa falta de sentido y orden, la mente de Ugetsu trabaja con un orden realmente asombroso, siendo capaz de realizar varias tareas a la vez, detalle que hace que sea realmente abrumadora su capacidad de entendimiento.
  
  Es obstinado y desconfiado, no confía en nadie de buenas a primeras, para que él confíe en alguien esa persona debe ganarse su confianza demostrando que la merece. Una vez se gane su confianza se gana un formidable y fiel compañero, pues Asari jamás traicionará a quien considera su amigo, y no es cualquiera que entra en dicha consideración. Su pasado le persigue constantemente, haciendo que parezca una persona paranoica y con severos sintomas de esquizofrenia paranoide, pero ese no es el problema. Tiene una serie de personalidades, la que suele mostrar es la fría, calculadora y a su modo siniestra, pues trata a todos con indiferencia. Tiene otra que es siniestra, cruel y sanguinaria, que aflora cuando su ira es muy elevada o cuando dañan a los suyos o algo que aprecia. Una tercera personalidad callada, marginada y desconfiada, rara vez muestra esta faceta a los que considera amigos o compañeros. La última que se conoce es una personalidad totalmente abstracta e incomprensible, varia de amable y cariñosa a cruel y distante, algo que solo aparece en momentos de presión e inestabilidad.
  
  
  
• Gustos: En general es un amante de la música y muy crítico con ella, escucha todo tipo de música siempre y cuando la considere de calidad como para que sus oídos la perciban. Le encanta la lectura, pasa horas y horas leyendo al tiempo que escucha música, su lectura más habitual está relacionada a relatos musicales o relacionados. Es un amante de la cultura en todo su explendor, todo lo que tenga que ver con ella le encantará, algo realmente absurdo en su isla natal, lugar donde priva la fuerza física a la capacidad psíquica e intelectual de una persona. Es un apasionado de la temática parapsicológica y paranormal, todo lo que vaya en contra de lo considerado natural, normal, le llama la atención y se dedica a su estudio. Es un amante del estudio, puede pasarse la vida en una biblioteca que será feliz. Ama la aventura y el viaje, es algo que le atrae, por ello suele llevar consigo un cuaderno donde apuntar cosas que puedan serle útil en un futuro. Adora el ejercicio y el aprovechamiento del tiempo, no se le verá quieto mientras pueda moverse, y si no puede moverse se dedicará a leer o estudiar. También le encanta escribir relatos diversos. Ama la lluvia y los días de lluvia, le traen buenos recuerdos.
  
  Por una parte ama la crueldad y el sufrimiento ajeno, y el derramar sangre ajena es algo que le encanta hacer, cuanta más sangre caiga más feliz se le verá, es algo que no puede evitar. Por otro lado prefiere quedarse en un rincón leyendo o escuchando música sin meterse con nadie.
  
  
  
• Desagrados: De forma general detesta la pereza y la inactividad, es una persona que odia el sedendarismo y la perdida de tiempo en labores fútiles, innecesarias y absurdas, la falta de actividad es inaceptable, por lo que no duerme más de lo necesario. Detesta el órgano de la marina, le trae recuerdos crueles y dolorosos, no le interesa entablar amistad con ningún marine salvo que el sujeto se lo merezca, tampoco le agradan los piratas ni los revolucionarios, los considera personas sin personalidad, que se mueven siguiendo a un puñado de inconscientes que no saben ni lo que quieren. Odia las personas que no saben lo que quieren, un indeciso es uno de los mayores cáceres de la humanidad según este joven. Los agentes del gobierno para él son míseros asesinos descerebrados, pues no parecen pensar por sí mismos cuando hacen todo lo que les dicta el gobierno, los considera los perros asesinos del gobierno, y a estos no puede ni acercarse sin sentir nauseas y ansias asesinas. Le pone enfermmo la comida amarga o excecivamente agria, le queman el paladar. Detesta los días soleados, pues en su isla natal estos siempre coincidían con sucesos nefastos. Odia los desiertos y los climas áridos, pues es de un lugar donde reinaba la lluvia. Detesta el caos y el desorden, pero tampoco es muy afín a la jerarquía y a las órdenes. Odia la traición, la considera una bajeza insoportable. Odia la alta tecnología, nació y creció en una isla que se guiaba por tradiciones. Odia la comida rápida, su mentalidad es "Mens sana in corpore sano" por lo que trata de mantener una dieta saludable. Odia a los viejos. Odia la electricidad, prefiere sistemas tradicionales.
  
  

Habilidades: Es muy habilidoso con la espada, cualquier tipo de espada en su mano es un arma letal, aunque es más hábil con las que le entregó su maestro al empezar el entrenamiento. Es un gran lector, capaz de leer a una velocidad abrumadora, por lo que suele leer una media de 50 libros diarios, algo que deja a mucha gente perpleja. Es un gran músico, capaz de tocar cualquier instrumento que caiga en sus manos, siendo perfecto para animar fiestas y entretener a las personas. Su mente es ágil y sofisticada, es decir, puede procesar datos y situaciones en un nivel tal que es capaz de eludir charlatanes e incluso de crear estrategias de combate e infiltración, tanto en solitario como en conjuto, a un nivel increíble. Es sumamente ágil y veloz, al entrenar duramente las piernas estas poseen una potencia por encima de la media. Su equilibrio y capacidad mantenerse erguido son asombrosos, por muy complicado que parezca mantener el equilibrio él lo mantiene, un suelo mojado, deslizante, sea como sea no le frenará, entrenaba continuamente en terrenos encharcados se acostumbró a correr, saltar, en fin, a moverse en ese tipo de terrenos. Pero su habilidad más inusual es la de comer sea donde sea, esté como esté. También es un hábil escritor, parece tener un don divino para escribir. Es un gran tallador de estatuillas de madera o cualquier material que pueda cortar, tallando hasta el más mínimo detalle. Posee una gran visión espacial, lo que le otorga un talento asombroso a la hora de decorar tanto interiores como exteriores. Es muy hábil a la hora de coser, siendo que se confecciona toda su ropa él mismo, todo lo que hace parece haber surgido del cuerpo que lo viste. Es un gran horticultor, apicultor y piscicultor, su habilidad con la horticultura es comparable a la influencia de Dioniso sobre las vides. Así mismo con las abejas y los peces parece ser que tiene los dones de ninfas y nereidas.


Torpezas: Es bastante torpe en cuanto a manejo de armas de fuego, es tocarlas y media población acaba herida, él entre los heridos más graves, siendo que más de una vez acabó por desmontar un revolver tratando de disparar. La cocina es uno de sus peores enemigos, es entrar en la cocina y la misma tiembla, los utensilios desaparecen como si le temieran, se caen cosas, se rompen platos, se incendia la cocina espontáneamente, definitivamente no es buena idea que se acerque a una cazuela. Y si llega a cocinar algo inmediatamente parece convertirse en piedra, escretas o ceniza, en definitiva no puede preparar nada comestible. Curiosamente es capaz de destruir un barco con tan solo un martillo, la única vez que le ordenaron arreglar un barco de no muy gran tamaño acabó por desmontarlo del todo y dejar las partes de forma que fueran totalmente inútiles para cualquier cosa que se quisiera hacer. Es muy torpe con algunas personas, las feas, tiene la mala costumbre de espantarlas de forma cruel y extraña, las golpea con cualquiera de sus katanas, eso le lleva una fama cruel. Tiene poco o nulo respeto por los mayores, de hecho ha tirado a muchos ancianos que paseaban por la playa a los tiburones. Tiene un don nefasto con los niños pequeños, es coger un bebé y se le cae de cabeza, siempre. Siempre que toque un cuchillo de cocinero, acabará con un gran corte, en algunas ocasiones casi se amputó la mano con la que lo cogía. Por alguna inexplicable razón tiene una torpeza muy curiosa y ridícula a la vez, tiene lapsus de memoria que hacen que su mente crea que se ha vestido cuando no es así, habiendo paseado más de una vez por la calle completamente desnudo. En algún resquicio desquiciado de su desordenada y oscura mente tiene la absurda idea de que se le da bien hacer cócteles, lo que no sería un problema, salvo por su innata descordinación a la hora de agitar las botellas y mezclar los licores, llegando a mezclar cosas incompatibles como Etanol y Ácido Nitroso intoxicando a la taberna entera.


Historia:


Era una noche fría, una lluvia torrencial caía sobre las casas, calles y pastos de aquella aldea, alrededor de ella los prados y bosques también eran anegados por la intensidad de la lluvia. Los animales huían a toda velocidad buscando un lugar en el cual poder refugiarse de la lluvia, pero era casi imposible, fueran donde fueran había lluvia, cuevas y huecos en las rocas ocupados. Mientras tanto en la costa un pequeño bote se acercaba, su situación era crítica, no parecía tener aguante para mucho más tiempo, y mucho menos con el torrente que estaba cayendo, fuera quien fuera que estuviera en aquél bote estaba condenado a reunirse con Hades, dios de los muertos. Pero algo cambió, un barco pasó al lado del pequeño bote y rescató a una joven muchacha de cabellos negros con los ojos cerrados, seguramente inconsciente, y de tez morena, la muchacha no tendría más que unos doce años, ¿qué hacía una chica tan joven sola en un bote en mitad del mar? Nadie lo sabía. El hombre que salvó a la chica era Francis Harrington, uno de los hombres más ricos de la isla, quien controlaba la ciudad en la que iba a acabar si el bote hubiera aguantado, pero nada más ser rescatada el bote se hundió desapareciendo en el mar.

Llegó la mañana y el sol inundó la habitación en la que descansaba la chica, al lado de ella se encontraba una criada llamada Haku, a quien habían encargado velar por el bienestar de la rescatada, al parecer había caído en gracia al millonario Harrington. Poco tardó la joven en despertarse una vez le llegaron los rayos del sol a los ojos, al abrirlos se mostró que sus ojos eran de un color castaño casi almendra, unos preciosos ojos castaño claro. La criada se apresuró a acercarse a la cama de la muchacha. |~¿Está usetd bien señorita?~| Preguntó la criada al ver a la joven incorporarse, sentándose en la cama. Una vez se hubo sentado miró a los lados confusa, obviamente no sabía donde se encontraba, ni cómo había llegado allí. |~¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí?~| indagó la joven haciendo caso omiso a la pregunta de la empleada que le inquiría con insistencia sobre su estado. La joven se levantó y se dirigió directamente a la ventana, al parecer quería saber si había logrado su objetivo, y al parecer así era, su rostro se destensó y ella soltó un leve suspiro. |~¿Está usetd bien señorita?~| Repitió exaltada la criada corriendo hacia la ventana. |~Sí, sí estoy bien, pero ¿que lugar es este?~| Le replicó la joven.

|~Está usted en la isla Rainfall~| Dijo la empleada ya aliviada y retornando a su ubicación original, una silla situada en un lateral de la cama que había en la habitación. |~Mi amo, el señor Harrington, la trajo aquí después de salvarla de una muerte segura en el mar.~| Añadió mientras se sentaba en la silla, al parecer estaba recuperando el aliento que había perdido de la preocupación. |~Entiendo...~| Dijo la joven mientras se dirigía a la cama nuevamente, estaba con un camisón de seda blanco y suave. |~¿Y este camisón?~| Preguntó la joven mientras se sentaba en la cama, una cama realmente cómoda, se amoldaba al cuerpo conforme este se apoyaba en la misma, mantenía una temperatura ideal para dormir y descansar y era grande, con espacio para dormir realmente comodo. |~Es uno de los miles de camisones de la señorita Harrington, el cual el señor Harrington me ordenó ponertelo anoche cuando llegaste empapada.~| Respondió la criada mientras se levantaba. |~Ahora bajemos a desayunar, usted debe de estar hambrienta.~| Añadió caminando hacia la puerta de la habitación.

Bajaron al comedor, donde las esperaba el señor Harrington. |~Buenos días jovencita, siéntate y dime, ¿como te llamas?~| Dijo al tiempo que sonreía y le indicaba una silla cercana a la suya, silla en la cual la joven se sentó y empezó a desayunar. Era cierto que estaba hambrienta, hacia días que no comía, haber llegado a aquella isla fue un milagro. |~Me llamo Aiba Ugetsu.~| Respondió la muchacha entre bocado y bocado de comida. El hombre seguía sonriendo como si aquello le entretuviese. |~¿Y qué hacías en un bote en mitad del mar en una noche como la de ayer? Podrías haber muerto.~| Preguntó Francis nuevamente, la sonrisa poco a poco cambiaba de una sonrisa amable a una pícara e interesada. |~Tenía que escapar de mi familia, querían matarme por algo que no hice.~| Respondió la muchacha con toda la naturalidad del mundo. |~Interesante...a lo que iba, ayer te rescaté del mar para que te casaras con mi hijo y le dieras descendientes.~| Dijo señalando a un muchacho extremadamente esquelético y más feo que un orco del revés. |~Pero si sólo tengo doce años...¿cómo voy a casarme?~| Replicó la joven Aiba, a lo que el hombre soltó una sonora carcajada acompañado de su hijo que tenía una voz más femenina que la de Aiba. |Ño será ahora jovencita, será en un futuro.~| Añadió siguiéndolo de un gesto que indicaba que era inútil rebatir, que la discusión había terminado.



Pasaron seis años desde la noche en la que Aiba había llegado a la isla, y todo ese tiempo lo había pasado en la mansión Harrington, preparándose para ser una dama en lugar de una mujer, una sierva del baboso de James, hijo de Francis. James era un joven afeminado, con claras tendencias homosexuales, tendencias que Francis no quería aceptar, y para acallar los rumores que corrían por el pueblo los obligó a todos a ir a la boda que se celebraría en el 18 cumpleaños del joven James, el más pequeño de los novios. Ese día hacía sol, la lluvia había dejado el suelo húmedo y brillante, un paisaje magnífico, una hermosa estampa para una boda, pero la pega es que la boda no era por amor, sino a la fuerza y por conveniencia de un tercero relacionado con uno de los novios, lo que deslucía bastante la boda.

La boda se realizó en la playa en la que llegó la muchacha, todo el pueblo se encontraba allí, recordando lo que había sucedido seis años atrás, y apenados por la muchacha que se notaba no estar de acuerdo ni feliz con la boda, pero que no tenía más remedio que casarse pues sobre ella pesaban las palabras de Harrington. |~Si no te casas puedes darte por muerta enana.~| Palabras que el pueblo desconocía, pero se imaginaba, aquél hombre era conocido por ser un tirano cruel y sin corazón. Los músicos del pueblo entonaban la marcha nupcial, pero le dieron un toque tan triste que parecía más una marcha fúnebre, pues no se sentían cómodos con aquella situación.

La ceremonia la oficiaba el brazo derecho de Francis, el oficial del pueblo, Samael, un hombre gordo, de baja estatura y calvo, carente de toda belleza, elegancia, o clase. No tenía ningún atractivo por lo que se metió a cura para al menos ganar dinero, y acercarse a los pudientes. |~James, ¿aceptas a Aiba como tu esposa?~| Preguntó el hombre con una voz ronca y casi enferma, mostrando unos dientes podridos, más que un oficial parecía un borracho. |~Sí, quiero.~| Respondió James con su voz afeminada temblando, no quería pero sabía que de no aceptarlo su padre lo castigaría. |~Y tú, Aiba, ¿aceptas a James como tu esposo?~| Preguntó a la joven. |~Sí, quiero.~| Respondió la joven Aiba con la voz cortada y dos lágrimas recorrieron sus mejillas.

Aquella noche el padre del novio, el señor Harrington, organizó en su mansión para los más allegados un banquete para celebrar la boda de su hijo con aquella hermosa joven. La joven Aiba se rehusó de ir al banquete, permaneciendo en su dormitorio toda la noche, hasta que no aguantó más y cayó en los brazos de Morfeo. A la mañana siguiente despertó sola, tal y como había dormido la noche anterior, nada había ocurrido en la noche de bodas, al parecer el joven James no tenía tampoco ningún interés en la boda y solo lo había hecho para evitar una bronca de su padre. Francis se enteró de ello y mandó llamar a Aiba.

La joven acudió al despacho de Francis, lugar en el cual aquél hombre la esperaba, un hombre de poco más de edad que Aiba, nada más entrar ella Francis atrancó la puerta, situación por la cual la joven empezó a preocuparse y estaba asustada. |~¿Para que quería verme señor Harrington?~| Preguntó Aiba con la voz temblorosa, a sabiendas de lo que iba a suceder. El hombre no emitió palabra, se levantó de su silla y tomó a la joven de los brazos y la lanzó a un sofá que había allí. Se acercó y le rompió las vestimentas y luego se quitó las suyas. Esos fueron los peores momentos de la vida de la joven Aiba, humillada y ultrajada por el hombre que la había salvado.



Nueve meses pasaron desde aquella fatídica noche, y en la mansión nació un niño, idéntico a su madre, cabellos negros, ojos castaños y tez morena, Francis, no sabía nada, Aiba quería evitar que le influenciara al niño. Pero desgraciadamente no tardó mucho en descubrirlo, pues Aiba apenas salía de su dormitorio, comía más y llevaba comida al dormitorio, algo que normalmente no hacía. Así descubrió al pequeño Asari Ugetsu. Pasaron los años y aquél hombre trató de inculcar en el pequeño Ugetsu sus ideales, su forma de pensar, pero no lo lograba, el pequeño infante parecía más duro de lo que se espera para un infante. Años y años de intentos de inculcar un pensamiento en una mente en formación no le sirvieron de nada, pues el joven Ugetsu creció con su propia forma de pensar, bueno, sus propias formas de pensar.



El joven Asari tenía ya 7 años cuando descubrió el mundo de la cultura, y empezó a estudiarla, en todos sus factores, pintura, escultura, música, cine, novela. Tanto que empezó a leer, escribir y a aprender a tocar música, curiosamente aprendía solo y a una velocidad de infarto. Tanto es que a los pocos días de empezar escribía libros de medio millar de páginas y tocaba varios instrumentos. Su capacidad de aprendizaje le sirvió para aprender a moverse en sigilo, logrando salir a la calle continuamente sin que nadie se percatara de ello y empezando el entrenamiento con un maestro de la localidad, Jein Swallow, un anciano que aparentaba estar moribundo pero que tenía una fuerza y agilidad inhumanas, sobre todo para su edad.

Pasaron días, entrenando hasta que el hombre le entregó a Asari lo que le ayudaría, cuatro espadas, tres cortas de dimensiones idénticas y una mucho más larga, las cuatro espadas irregulares, las llamó Ugetsu. Al entregárselas el anciano le dijo que entrenara por su cuenta, que creara su propio estilo, y que volviera cuando lo hubiera hecho. Ugetsu inmediatamente se marchó a las afueras del pueblo para empezar a crear su estilo, pero no lograba crearlo, no se inspiraba para hacerlo, hasta que escuchó un sonido peculiar, el cantar de un pájaro, de una golondrina para ser más exactos. En ese momento empezó a llober y la golondrina voló entre la lluvia y desapareció.

Estupefacto su cerebro empezó a diseñar el estilo de lucha que usaría el joven Asari, empezó a idear movimientos, katas y rutinas que seguía día y noche, incluso bajo lluvia. A partir de ese momento se retiró a vivir en el bosque, nunca se le volvió a ver en la mansión hasta que le dijeron que su madre había sido asesinada por su padre, momento en el cual Asari juró vengarse e incrementó la dureza de sus entrenamientos

DATOS BÉLICOS

Talentos: Veloz y raudo, capaz de alcanzar grandes velocidades, siendo ligeramente superior al humano promedio. Grandes reflejos, capaz de reaccionar más rápido de lo habitual.

Ineptitudes: Sin espadas no sabe hacer nada.

Estilo de Lucha:

Ámbitos:

Akuma no mi:

Armas:

Zefā Harikēn:

Ropas: Solamente las habituales.

Propiedades: -

Barcos: -

Islas: -

Varios: Una flauta de madera. 1 kg de Kairo.

Anillo de la lluvia Vongola: