Esas braguitas le quedarán bien a la tal Yoshi [Privado Cloe- Kimura]

Allí estaba, un día más en mi investigación. Detestaba este tipo de tareas, y más cuando no tienes detalles más concretos y te toca buscar los motivos para ir detrás de alguien. Hacía una semana se me había asignado una tarea que no me gustaba un pelo, debía de encontrar cierto ladrón que había estado afanando material al equipo de científicos, los materiales robados se consideraban de gran valor y no se fiaban ni de sus propios guardias, por lo que el mayor de los proveedores, por miedo a que sus materias primas sean utilizadas erroneamente y se desprestigie a su compañía, decidió ponerse en contacto con la marina directamente, y así acabé yo, investigando a los sospechosos, que no eran ni más ni menos que todos los miembros que trabajaban en el complejo. Desde luego no tenía muchas pistas al respecto.

El primer objetivo resultó ser un simple ayudante, no hacía nada fuera de lo corriente y para nada tuvo comportamiento sospechoso, por lo tanto lo descarté rápidamente. El segundo objetivo se trataba de un simple encargado de seguridad del propio recinto, no supe porqué había decidido investigarle, pero por no tener, ese hombre no tenía ni un sueldo digno, tal vez ese sería un buen motivo, pero tras cuatro días de investigación pude descartar que fuera él, al fin y al cabo ningún hombre que pudiera tener una vida mejor vendiendo en el mercado negro productos tan valiosos tendría la vida tan pobre que tenía ese hombre, incluso diría que humilde.

El tercer miembro de la lista era una mujer, y era la que comenzaba a investigar a día de hoy. Se había alojado en un hotel en el reino de Lvneel, logré averiguar cuál era su habitación y tomé una cuya ventana daba justamente en frente. El día amaneció, me había levantado bien temprano y cogí los prismáticos para buscar su cuarto. La vi, estaba justo en la habitación que daba frente, en el otro edificio. Debía monitorizar sus movimientos y asegurarme de que no hacía nada sospechoso, aunque ya lo era bastante haberse alejado tanto del recinto en cuestión, a saber qué planearía, tenía muchas posibilidades de tratarse de la persona que estaba buscando.

Llevaba un tiempo dentro de un cuarto de la habitación, no sabía que podría estar haciendo, pero cuando salió entonces lo comprendí. Desde luego se podía decir que se trataba de una chica agradable a la vista, me sentí un poco mal por quedarme mirándola, pero entonces fue cuando abrió su maleta, si había algo comprometedor en ella debía de verlo, sería la prueba perfecta que me diría si es ella la ladrona.

Algo salió mal, estaba fijándome en lo que extraía de la maleta cuando de pronto se apartó un poco, me fije en ella y me di cuenta de que se había dado cuenta de mi presencia, o al menos eso es lo que dio a entender al hacer ese gesto y correr las cortinas para que no se viera el interior.

-Mierda...

Tan solo esperaba que no se hubiera fijado en mi cara. Pero más importante era el hecho de que ahora no podía ver cuándo abandonaba la habitación, de modo que decidí salir de allí y plantarme en la puerta del hotel. Me cambié de ropa antes por si acaso. Me puse un pantalón oscuro y una camisa informal, me puse unas gafas de sol y me quedé esperando en un banco frente a la puerta principal del hotel.

Ella no tardó en salir y comencé a seguirla de cerca. Parecía que simplemente daba un paseo, o eso o disimulaba muy bien, tal vez simplemente se creyese que era un mirón cualquiera, era posible que no sospechase nada de que estaba siendo vigilada, y menos aún investigada. Entró en una tienda de ropa interior femenina, un lugar muy oportuno, quedaría demasiado extraño que entrase un hombre a esa tienda, aunque tendría la excusa perfecta buscando comprar algo a Yoshi... No obstante podría quedar como un pervertido.

Continué caminando y al llegar a la altura del escaparate disimulé mirando hacia adentro, observando todo el local. La vi a ella, y casi al instante giró la cabeza y nuestras miradas se cruzaron, aunque puesto que llevaba esas gafas de sol bien pude disimular girando un poco la cabeza para dar a entender que estaba observando el contenido del escaparate. Nuevamente me había visto. ¿Habría reconocido que soy el mismo del hotel? Había que disimular, de modo que entré al establecimiento. En seguida una mujer vino a atenderme.

-Buenas caballero. ¿Desea algo?
-En realidad si. Pronto será el cumpleaños de mi pareja y estaba buscando algo para ella. Se que le gusta este tipo de ropa interior, pero si soy sincero no se qué podría comprarle. ¿Podría echarme una mano?

La mujer se ofreció encantada, al fin y al cabo un cliente es un cliente, sea hombre o mujer, lo importante es vender. Observé entonces un poco de reojo a esa mujer que estaba siguiendo, trataría de no quitarle ojo en todo momento.

Estuve atento a sus movimientos, a sus gestos y a sus palabras. Pude alcanzar a escuchar lo que hablaba con la dependienta y comencé a ponerme tenso. Me había descubierto, sabía que la estaba siguiendo, o al menos eso es lo que me pareció escuchar. No pude evitar ponerme serio durante unos instantes, pero al final volví a actuar para intentar salir de aquella situación peliaguda.

La mujer que me atendió hablaba y hablaba, finalmente me llevé la mano a la cabeza y reí como un bobo.

-No me he enterado de nada. Perdone, me resulta un poco incómoda la situación.

La mujer suspiró a la vez que comenzó a reirse, me dijo que no pasaba nada, que no era el primer hombre que entraba en esa tienda, ni tampoco sería el último. Continué fingiendo, comenzó a sacarme ropa interior provocativa y otra más normal. Debo reconocer que solamente el imaginarme a la pequeña Yoshi con algo de eso puesto me nublaba un poco la mente, hasta el punto que cuando quise darme cuenta, un guardia estaba entrando por la puerta. No le di mayor importancia, incluso le saludé con cortesía.

Ese hombre se aproximó a la dependienta y comenzaron a hablar, al parecer la había llamado ella, por mí. Esta mujer realmente sabe cómo librarse de sus perseguidores sin llamar la atención, tal vez sea el objetivo que estoy buscando. Posiblemente en esta ocasión haya dado con el culpable, la ladrona debía ser ella, y ahora estaba escondida en los probadores. Buena estrategia, no hay duda.

El guardia vino hacia mí y con un gesto muy serio comenzó a hablarme muy rudamente.

-Caballero, debe venir conmigo.
-¿Cómo? ¿Qué ocurre? Yo no hice nada agente -fingí asombro y algo de temor-. Le aseguro que no hice nada.

Ese hombre me soltó un tortazo y me agarró de las manos, empujándome hacia la puerta. Ese tipo utilizaba la fuerza para atemorizar a la gente, para imponer su autoridad por la fuerza. El tipo de personas más despreciables, abusones que se aprovechan de su poder para hacer lo que les venga en gana y que nadie les rechiste nada. Sentí el impulso de soltarme y arrestarle por abuso de su autoridad, pero eso desvelaría mi tapadera, de modo que aguardé a que me hubiera sacado de allí y nos alejásemos un poco.

-¿Cuál es su nombre agente?
-Y a tí qué te importa escoria. Sigue andando.
-Malos modales, golpea a un civil indefenso, impone su autoridad y no se preocupa en conocer todas las versiones de los hechos. ¿Qué tipo de agente es usted?
-¡Ya me has hartado gusano miserable!

Fue a darme un puñetazo en el estómago, pero mi bushou lo bloqueó y se hizo él daño en el puño. Comenzó a quejarse y a sacudir el puño, después se quedó mirándome con cara de mala hostia, pero para entonces yo ya le había sacado mi identificativo como teniente-comandante de la marina y se lo mostraba con el brazo extendido. Se quedó completamente callado, sin decir nada. Pálido como la pared.

-Se lo voy a repetir una vez más agente. Cuál es su nombre.

Entre tartamudeos lo dijo, apenas ni lo entendí. Me aseguré de hacerle mostrarme su identificación y me apunté su nombre y número de identificación. Ese hombre no volvería a patrullar, me aseguraría de ello, y así se lo di a entender.

-Ahora márchese, continúe haciendo su ronda, y que no le vuelva a ver.

La cosa se había complicado bastante, me di la vuelta y me fui directo hacia la tienda de antes, esta vez pasaría de largo, pero utilizaría mi Kenbunshoku para analizar las presencias que hubiera cerca, ahora ya conocía como era la presencia de esa mujer, no se me iba a escapar.

-Está huyendo...

Había salido de la tienda y ahora parecía estar por las azoteas de los edificios, sabía que la seguía, me había descubierto, y estaba huyendo. ¿Qué inocente haría eso? No había duda alguna, la científico Cloe Edison era la culpable que había estado buscando, y ella misma se había delatado con esa forma de actuar tan descarada, escabulléndose y huyendo de esa manera. Ahora no merecía la pena seguir encubriéndome, no necesitaba más pruebas, estaba completamente seguro de que ella era la persona que estaba buscando.

Al seguirla con mi Kenbunshoku pude ver que había ascendido, por lo que rápidamente me fui a la zona trasera del edificio, donde unas escaleras de emergencia zigzagueaban en la fachada. Salté y rápidamente comencé a ascender, comenzaba la persecución, y no tenía ninguna intención de dejarla escapar. Cuando llegué a lo más alto de la azotea pude verla dando un salto hacia el edificio contíguo. Si pensaba que así se iba a librar de mí, iba lista la mujer.

Comencé a seguirla, no me importaba que me viese. Mientras daba ese primer salto pude ver que lanzó una mirada furtiva hacia atrás, estaba claro que desde ese preciso instante se dio cuenta de que la estaba persiguiendo. La discreción se había acabado.

-¡Detente Cloe! ¡No hagas esto más difícil de lo que ya lo tienes!

Antes de lanzarme al ataque, le daría alguna oportunidad de que se entregase por si misma, si no se resistía más no le tendría en cuenta su intento de huída.