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Un hombre, vestido con un traje blanco con una camisa negra bajo la americana, mira por la ventana de su edificio. Sí, el suyo. Mira con impaciencia un reloj que lleva en la muñeca. Está en un despacho y parece... cansado de esperar. Alguien llama a la puerta. El hombre dejó soltar un suspiro.
- Adelante.
La puerta se abrió. Una mujer vestida con un traje elegante con falda y llevando una carpeta bajo el brazo entra, mirando a su jefe.
- Ya han llegado, señor Presidente.
El presidente sonríe por fin. No podía dejar que aquella noche saliese mal. Si alguien se llevaba el diamante... Todo estaría perdido. Sin decir una palabra salió del despacho, dirigiéndose a puerto a toda velocidad.
---------------------------------
Llegáis por fin a las Vegas. Fuisteis los primeros en acudir a la llamada de ayuda del dueño de un museo en Casino Island. Y podéis ver porque se llama así. Los edificios son altísimos, hay luces por todas partes, música, enormes carteles con publicidad... con señoritas bastante ligeras de ropa, todo hay que decirlo. Nada más atracar en el puerto de Casino Island veis como un... ¿Se llaman coches? Sí, veis como un coche llega hasta vuestra zona y se para en seco. Es bastante alargado, creo que los llaman... Limusina. La puerta trasera se abre y de su interior sale un hombre vestido con un traje blanco. Es alto y delgado, bastante joven. Parece que esta es la persona que os pidió ayuda para empezar.
- Buenas tardes -dijo, con una sonrisa-. Soy el Presidente Chip Skylark, dueño del Museo de Casino Island. ¿Son ustedes mis... contactos?
¿Cómo respondéis? Las primeras impresiones son importantes.
- Adelante.
La puerta se abrió. Una mujer vestida con un traje elegante con falda y llevando una carpeta bajo el brazo entra, mirando a su jefe.
- Ya han llegado, señor Presidente.
El presidente sonríe por fin. No podía dejar que aquella noche saliese mal. Si alguien se llevaba el diamante... Todo estaría perdido. Sin decir una palabra salió del despacho, dirigiéndose a puerto a toda velocidad.
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Llegáis por fin a las Vegas. Fuisteis los primeros en acudir a la llamada de ayuda del dueño de un museo en Casino Island. Y podéis ver porque se llama así. Los edificios son altísimos, hay luces por todas partes, música, enormes carteles con publicidad... con señoritas bastante ligeras de ropa, todo hay que decirlo. Nada más atracar en el puerto de Casino Island veis como un... ¿Se llaman coches? Sí, veis como un coche llega hasta vuestra zona y se para en seco. Es bastante alargado, creo que los llaman... Limusina. La puerta trasera se abre y de su interior sale un hombre vestido con un traje blanco. Es alto y delgado, bastante joven. Parece que esta es la persona que os pidió ayuda para empezar.
- Buenas tardes -dijo, con una sonrisa-. Soy el Presidente Chip Skylark, dueño del Museo de Casino Island. ¿Son ustedes mis... contactos?
¿Cómo respondéis? Las primeras impresiones son importantes.
Tobías Thorn
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Pisé con paso firme la pasarela que conducía hacia el puerto de Casino Island. No era la primera vez que pisaba aquel lugar, aunque aún así me dejé embargar por aquel mar de luces que parecía interminable.
Hace unos días me enteré de que un gran magnate de la ciudad necesitaba seguridad para proteger un valiosísimo objeto, el cual sospechaban que iba a ser robado. En parte fue la enorme recompensa por un trabajo relativamente fácil lo que llamó mi atención de aquella petición, pero luego pensé que quizás si convencía a Kimura podría ser una forma de adquirir buena fama para los CW, ya que tristemente el dinero era parte del fluir de la sociedad y al parecer el tipo que demandaba el servicio tenía bastante. Por suerte no me costó convencerle, incluso la pequeña Yoshi quiso venirse con nosotros. No me parecía mal mientras no se lo tomasen como una escapada romántica, ya que sabía que sus habilidades nos vendrían bien, pero en el fondo una parte de mí temía que eso pudiese suceder.
En eso pensaba mientras llegábamos al punto de reunión, hasta que de repente un enorme automóvil color blanco entró en nuestro campo visual llamando mi curiosidad. Había montado antes en un vehículo parecido a los otros que tanto abundaban en el lugar, incluso conducido uno durante unos segundos antes de estrellarlo, pero nunca antes uno tan grande ni de tanta calidad. Con mis ropajes normales sabía que me hubiese sentido desubicado y por ello decidí ponerme la misma ropa que cuando vine la primera vez.
La verdad es que el color no cambiaba en casi nada, pero llevaba un traje negro, incluido la camisa, y una corbata color morado dando un toque de color. Mis dagas iban bien ocultas al igual que mis cuchillos, aunque mis pistolas sí que iban bien a la vista. Una a cada lado de la cadera, mientras varios cargadores con distinta munición reposaban alrededor de mi cintura.
Entonces la puerta trasera del vehículo se abrió, saliendo de él un joven bien vestido presentándose como nuestro la persona que nos necesitaba.
- Buenas tardes señor Skylark, somos miembros de los Crimson Wolves - dije amigablemente mientras hacia un inclinamiento de cabeza como saludo formal. - Estos son mis compañeros, la señorita Jocelyn y nuestro capitán, el Teniente Kimura. Yo por otro lado soy Tobías Thorn, intendente de dicha banda y con quien usted habló - seguí como pequeña presentación de nuestro grupo.
Quería mostrar buena imagen ante el trabajo, ya que las misiones me las tomaba con bastante seriedad, aunque aún así hice una espera por si mis nakamas tenían algo más que añadir.
Hace unos días me enteré de que un gran magnate de la ciudad necesitaba seguridad para proteger un valiosísimo objeto, el cual sospechaban que iba a ser robado. En parte fue la enorme recompensa por un trabajo relativamente fácil lo que llamó mi atención de aquella petición, pero luego pensé que quizás si convencía a Kimura podría ser una forma de adquirir buena fama para los CW, ya que tristemente el dinero era parte del fluir de la sociedad y al parecer el tipo que demandaba el servicio tenía bastante. Por suerte no me costó convencerle, incluso la pequeña Yoshi quiso venirse con nosotros. No me parecía mal mientras no se lo tomasen como una escapada romántica, ya que sabía que sus habilidades nos vendrían bien, pero en el fondo una parte de mí temía que eso pudiese suceder.
En eso pensaba mientras llegábamos al punto de reunión, hasta que de repente un enorme automóvil color blanco entró en nuestro campo visual llamando mi curiosidad. Había montado antes en un vehículo parecido a los otros que tanto abundaban en el lugar, incluso conducido uno durante unos segundos antes de estrellarlo, pero nunca antes uno tan grande ni de tanta calidad. Con mis ropajes normales sabía que me hubiese sentido desubicado y por ello decidí ponerme la misma ropa que cuando vine la primera vez.
La verdad es que el color no cambiaba en casi nada, pero llevaba un traje negro, incluido la camisa, y una corbata color morado dando un toque de color. Mis dagas iban bien ocultas al igual que mis cuchillos, aunque mis pistolas sí que iban bien a la vista. Una a cada lado de la cadera, mientras varios cargadores con distinta munición reposaban alrededor de mi cintura.
Entonces la puerta trasera del vehículo se abrió, saliendo de él un joven bien vestido presentándose como nuestro la persona que nos necesitaba.
- Buenas tardes señor Skylark, somos miembros de los Crimson Wolves - dije amigablemente mientras hacia un inclinamiento de cabeza como saludo formal. - Estos son mis compañeros, la señorita Jocelyn y nuestro capitán, el Teniente Kimura. Yo por otro lado soy Tobías Thorn, intendente de dicha banda y con quien usted habló - seguí como pequeña presentación de nuestro grupo.
Quería mostrar buena imagen ante el trabajo, ya que las misiones me las tomaba con bastante seriedad, aunque aún así hice una espera por si mis nakamas tenían algo más que añadir.
Nocturne93
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El viaje había sido bastante tranquilo, y por fin habíamos atracado. Hacía unos días, Tobías sugirió hacer un tipo de misión bastante peculiar. Se había enterado de un encargo de protección de un artefacto tremendamente valioso, al parecer habría recibido un soplo de que iba a estar en peligro, de modo que pusieron dicho anuncio y mi fiel camarada pensó que tal vez sería una buena ocasión para dar buena imagen de los Crimson Wolves, por lo que me comentó llevar a cabo esta tarea en conjunto. Lo que si no me esperaba era que Yoshi quisiera participar también, tenía pinta de ser una tarea realmente aburrida si resultaba no ocurrir nada.
Comenzamos a descender por la pasarela, Tobías fue el primero y dejé paso a que Yoshi iniciase el desembarco antes que yo, tras lo cual iría detrás. Cualquiera diría que era un teniente-comandante de la marina, no solamente no llevaba mi distintivo, sino que encima tenía aspecto de mercenario a sueldo, con tantas armas encima de mí, a mi espalda y cinturón. A veces incluso me asombraba de poder llevarlas todas, luego recordé que llevaba tanto tiempo cargándolas que ya me había acostumbrado a ese peso.
Nada más llegar abajo apareció un vehículo a motor bastante largo, nunca había visto eso hasta el momento, aunque había oído hablar de ellos, pero aun así no pude evitar mostrarme sorprendido por ello. Un tipo joven vestido muy elegantemente sale de ese vehículo y se presenta como el Presidente Chip Skylark, al parecer el hombre que contrató los servicios. Tobías enseguida fue a saludarle, y pude ver que le saludaba inclinando la cabeza, se notaba que era un tipo importante y cuando me tocó presentarme hice lo mismo, aunque ya nos había presentado mi camarada.
-Saludos señor Skylark. Soy el teniente-comandante Kimura Hayate.
Con la perenne sonrisa en mi rostro me presenté y le saludé como consideré apropiado a una persona de su rango social, aunque debo reconocer que me repateaba ese tipo de gente, pero a fin de cuentas el trabajo, es el trabajo. Y no pensaba distraerme un solo instante, ni siquiera nada más llegar.
-Tengo entendido que hay que proteger un objeto muy valioso. Por lo tanto sospecha que alguien pueda tratar de hacerse con él esta misma noche. Lamento ir al grano tan prematuramente, pero toda información que nos pueda facilitar puede parecer poca. No me gustaría fracasar en nuestro cometido por un pequeño tecnicismo al desconocer algunos aspectos.
Esperaba no haber sido demasiado directo, no obstante no pensaba permitirme un solo error a la hora de custodiar dicho artefacto. Aguardé con mi sonrisa esperando no haber cometido ningún error y que se lo tomase como mero interés profesional.
Comenzamos a descender por la pasarela, Tobías fue el primero y dejé paso a que Yoshi iniciase el desembarco antes que yo, tras lo cual iría detrás. Cualquiera diría que era un teniente-comandante de la marina, no solamente no llevaba mi distintivo, sino que encima tenía aspecto de mercenario a sueldo, con tantas armas encima de mí, a mi espalda y cinturón. A veces incluso me asombraba de poder llevarlas todas, luego recordé que llevaba tanto tiempo cargándolas que ya me había acostumbrado a ese peso.
Nada más llegar abajo apareció un vehículo a motor bastante largo, nunca había visto eso hasta el momento, aunque había oído hablar de ellos, pero aun así no pude evitar mostrarme sorprendido por ello. Un tipo joven vestido muy elegantemente sale de ese vehículo y se presenta como el Presidente Chip Skylark, al parecer el hombre que contrató los servicios. Tobías enseguida fue a saludarle, y pude ver que le saludaba inclinando la cabeza, se notaba que era un tipo importante y cuando me tocó presentarme hice lo mismo, aunque ya nos había presentado mi camarada.
-Saludos señor Skylark. Soy el teniente-comandante Kimura Hayate.
Con la perenne sonrisa en mi rostro me presenté y le saludé como consideré apropiado a una persona de su rango social, aunque debo reconocer que me repateaba ese tipo de gente, pero a fin de cuentas el trabajo, es el trabajo. Y no pensaba distraerme un solo instante, ni siquiera nada más llegar.
-Tengo entendido que hay que proteger un objeto muy valioso. Por lo tanto sospecha que alguien pueda tratar de hacerse con él esta misma noche. Lamento ir al grano tan prematuramente, pero toda información que nos pueda facilitar puede parecer poca. No me gustaría fracasar en nuestro cometido por un pequeño tecnicismo al desconocer algunos aspectos.
Esperaba no haber sido demasiado directo, no obstante no pensaba permitirme un solo error a la hora de custodiar dicho artefacto. Aguardé con mi sonrisa esperando no haber cometido ningún error y que se lo tomase como mero interés profesional.
Yoshi
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Hacía varios días Tobias nos había propuesto una misión, una tarea sencilla que no parecía tener mucha complicación pero aún así nos ofreció la misión por si nos apetecía acompañarle y ayudarle en aquello. Bueno vale, la verdad es que más que a mi o a cualquier otro se la había propuesto a Kimura pero ¿Que mas daba? en una misión de esas características cuanta más gente mejor, así que resumiendo después de que el pelirrojo aceptara todo aquello yo decidí unirme a ellos y como nadie se opuso allí estaba, acompañando a mis compañeros.
Solo había un pequeño problema, Casino Island. Nuestra misión era en aquella maldita isla que nunca había visitado, y si nunca la había visitado era por que tenía unos motivos más que suficientes para no hacerlo "Estas de misión Yoshi, concéntrate" me repetía una y otra vez en mi cabeza sin poder apartar la vista de todos los edificios lujosos, los juegos, el dinero que corría, la gente pidiendo que la desplomara, aquello era demasiado para mi pequeño corazoncito. Tan absorta estaba en mis pensamientos e intentando controlar mis instintos que ni siquiera me di cuenta de que ya habíamos desembarcado y que un hombre nos hablaba hasta que se hizo un silencio absoluto y pude ver bastantes ojos apuntándome. -Buenas yo soy Jocelyn Burst y junto con mis compañeros completaremos sus peticiones sin problemas.- No tenía ni idea de que estaba pasando a mi alrededor pero intenté aparentar normalidad con aquellas palabras y extendiendo mi mano hacía nuestro interlocutor asumiendo que se había presentado ante nosotros y que los demás habían hecho lo mismo hacía él, eso explicaría por que todos se me habían quedando mirando, si no era aquello no sabía que podía ser lo que estaban hablando.
Fue entonces cuando volví un poco a la realidad, tendiendo la mano a aquel hombre y pude mirar a mi alrededor sin ver solo grandes letreros de neón que gritaban mi nombre y dinero en carteras ajenas que quería venirse conmigo. Toda aquella ciudad era muy moderna, muy lujosa aquel exceso de cosas caras y extravagantes se notaba en cada rincón, la verdad es que habría quedado bastante raro si hubiese acudido allí con mis ropas normales todo parecía tan elegante, incluso mis compañeros se habían puesto guapos para pasar desapercibidos así que yo no podía ser menos, había sustituido mi vestido rosa por un vestido rojo mucho más elegante bastante ajustado aunque no mucho pues no tenia demasiado a lo que se pudiese ajustar, me había dejado suelto el pelo, retirado mi cinta del pelo y hasta me había puesto zapatos, unos preciosos zapatos que encontré abandonados al fondo de mi armario, nadie podía negar que me estaba esforzando de verdad en aquella, quería ser de utilidad a la banda y lo primero era evitar la falta de profesionalidad y ponerme a arrasar casinos que para que mentir era lo que más me apetecía en aquel momento.
Solo había un pequeño problema, Casino Island. Nuestra misión era en aquella maldita isla que nunca había visitado, y si nunca la había visitado era por que tenía unos motivos más que suficientes para no hacerlo "Estas de misión Yoshi, concéntrate" me repetía una y otra vez en mi cabeza sin poder apartar la vista de todos los edificios lujosos, los juegos, el dinero que corría, la gente pidiendo que la desplomara, aquello era demasiado para mi pequeño corazoncito. Tan absorta estaba en mis pensamientos e intentando controlar mis instintos que ni siquiera me di cuenta de que ya habíamos desembarcado y que un hombre nos hablaba hasta que se hizo un silencio absoluto y pude ver bastantes ojos apuntándome. -Buenas yo soy Jocelyn Burst y junto con mis compañeros completaremos sus peticiones sin problemas.- No tenía ni idea de que estaba pasando a mi alrededor pero intenté aparentar normalidad con aquellas palabras y extendiendo mi mano hacía nuestro interlocutor asumiendo que se había presentado ante nosotros y que los demás habían hecho lo mismo hacía él, eso explicaría por que todos se me habían quedando mirando, si no era aquello no sabía que podía ser lo que estaban hablando.
Fue entonces cuando volví un poco a la realidad, tendiendo la mano a aquel hombre y pude mirar a mi alrededor sin ver solo grandes letreros de neón que gritaban mi nombre y dinero en carteras ajenas que quería venirse conmigo. Toda aquella ciudad era muy moderna, muy lujosa aquel exceso de cosas caras y extravagantes se notaba en cada rincón, la verdad es que habría quedado bastante raro si hubiese acudido allí con mis ropas normales todo parecía tan elegante, incluso mis compañeros se habían puesto guapos para pasar desapercibidos así que yo no podía ser menos, había sustituido mi vestido rosa por un vestido rojo mucho más elegante bastante ajustado aunque no mucho pues no tenia demasiado a lo que se pudiese ajustar, me había dejado suelto el pelo, retirado mi cinta del pelo y hasta me había puesto zapatos, unos preciosos zapatos que encontré abandonados al fondo de mi armario, nadie podía negar que me estaba esforzando de verdad en aquella, quería ser de utilidad a la banda y lo primero era evitar la falta de profesionalidad y ponerme a arrasar casinos que para que mentir era lo que más me apetecía en aquel momento.
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El presidente Skylark os estrecha la mano a todos. Podéis ver como casi todos sus dedos tienen puesto gruesos anillos de oro y como su sonrisa parece brillar como los diamantes. Espera... ¡Tiene diamantes incrustados en los dientes! ¿Quién lo diría? Os invita a pasar dentro de la limusina. Al entrar veis que es muy amplia y hay sitio de sobra para los cuatro. Skylark queda sentado frente a vosotros, en el lugar más cercado al asiento del chofer, el cual está separado del resto del coche por una vitrina negra. El coche se pone en marcha con vosotros dentro y, mientras el presidente se dispone a responder a Kimura, empieza a servir cuatro copas de champagne, acercando tres de ellas a vosotros. Lo mejor y más cortés sería que al menos las cogieseis, aunque no queráis beber... Lo cierto es que os da un toque elegante.
- Exacto, señor Kimura. Sospecho y mucho. Por un simple motivo. Existe una pequeña organización de ladrones en la isla. Lideradas por el famoso ladrón Mask deMasque. El modus operandi de este ladrón es... bueno. Envía una tarjeta a sus víctimas antes de cometer el robo. Observen -se lleva la mano al bolsillo y saca de su interior una pequeña tarjeta-. Les ruego que la información sobre esta tarjeta, su aspecto, símbolo y demás sea tratado con discreción. Para evitar imitadores, es preferible que el modus operandi se mantenga en secreto. Dos días después de la llegada del diamante al museo, el cual es de mi propiedad, fue cuando llegó la tarjeta. No tardé en contratar toda la seguridad posible o incluso de pedir ayuda al exterior. Ustedes son los únicos que han acudido. Se lo ruego... No puedo dejar que se lleven ese diamante.
El coche se detiene. El chofer abre la puerta y Skylark os indica que salgáis primero. Cuando salgáis veréis ante vosotros un enorme edificio dorado con la palabra Skylark escrita en lo más alto. Además, queda poco para que caiga la noche. Y cualquiera puede ser el ladrón.
- Exacto, señor Kimura. Sospecho y mucho. Por un simple motivo. Existe una pequeña organización de ladrones en la isla. Lideradas por el famoso ladrón Mask deMasque. El modus operandi de este ladrón es... bueno. Envía una tarjeta a sus víctimas antes de cometer el robo. Observen -se lleva la mano al bolsillo y saca de su interior una pequeña tarjeta-. Les ruego que la información sobre esta tarjeta, su aspecto, símbolo y demás sea tratado con discreción. Para evitar imitadores, es preferible que el modus operandi se mantenga en secreto. Dos días después de la llegada del diamante al museo, el cual es de mi propiedad, fue cuando llegó la tarjeta. No tardé en contratar toda la seguridad posible o incluso de pedir ayuda al exterior. Ustedes son los únicos que han acudido. Se lo ruego... No puedo dejar que se lleven ese diamante.
El coche se detiene. El chofer abre la puerta y Skylark os indica que salgáis primero. Cuando salgáis veréis ante vosotros un enorme edificio dorado con la palabra Skylark escrita en lo más alto. Además, queda poco para que caiga la noche. Y cualquiera puede ser el ladrón.
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El nivel adquisitivo del demandante se iba haciendo patente según avanzaba la conversación. Portaba opulentos complementos de gran de calidad, incluso en sitio inimaginables como era en todos los dientes, se notaba que le gustaba mostrar el dinero que tenía para todo aquel a quien lo mirase. Una vez en el interior del espectacular vehículo pareció relajarse y se dispuso a contestar a Kimura mientras servía unas copas con champagne. Agarré la copa por cortesía e hice además de que me mojaba los labios, pero no llegué ni siquiera a eso. No solía beber nunca en mi tiempo libre y menos iba hacerlo trabajando. No me gustaba que nada nublase mis sentidos, que estaban todos centrados en el señor Skylark y en su explicación.
Me pareció extraño que quisiese mostrar el tema de la tarjeta de un modo tan reservado, por lo que gracias a la función cámara fotográfica de mi ojo robot pude guardar una instantánea. También me parecía raro que con el precio que pagaba por el trabajo nadie más se hubiese presentado. Algo me daba mala espina, pero seguí mostrando una actitud agradable hasta que pudiese hablar con Kimura en privado y contarle mis impresiones. Siempre me gustaba intercambiar opiniones con él, ya que solía ver cosas que a mí se me escapaban.
Una vez la limusina se detuvo y bajamos de ella, nos topamos de frente con una de las mayores muestras de ego que había visto nunca. Seguramente la construcción de aquella edificación valiese más que todo el dinero que pudiese conseguir en mi mísera vida.
- Señor Skylark, si no le importa nos vendría bien un mapa con todos los accesos a la zona del diamante. Es de vital importancia que no dejemos ningún punto ciego y el tiempo avanza - pedí al empresario de forma educada tras observar que la noche se cernía sobre nosotros.
Me pareció extraño que quisiese mostrar el tema de la tarjeta de un modo tan reservado, por lo que gracias a la función cámara fotográfica de mi ojo robot pude guardar una instantánea. También me parecía raro que con el precio que pagaba por el trabajo nadie más se hubiese presentado. Algo me daba mala espina, pero seguí mostrando una actitud agradable hasta que pudiese hablar con Kimura en privado y contarle mis impresiones. Siempre me gustaba intercambiar opiniones con él, ya que solía ver cosas que a mí se me escapaban.
Una vez la limusina se detuvo y bajamos de ella, nos topamos de frente con una de las mayores muestras de ego que había visto nunca. Seguramente la construcción de aquella edificación valiese más que todo el dinero que pudiese conseguir en mi mísera vida.
- Señor Skylark, si no le importa nos vendría bien un mapa con todos los accesos a la zona del diamante. Es de vital importancia que no dejemos ningún punto ciego y el tiempo avanza - pedí al empresario de forma educada tras observar que la noche se cernía sobre nosotros.
Yoshi
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El hombre que nos estaba recibiendo nos tendió a todos la mano, una mano asquerosamente cara al juzgar todas las joyas que llevaba en ella. Realmente todo en aquel hombre era demasiado caro para mi gusto, tuve la sensación que ni aún trabajando toda mi vida como Marine conseguiría reunir la fortuna suficiente para igualarme a aquel hombre, no me gustaban mucho aquel tipo de personas pero tampoco dije nada, me limité a estrecharle la mano con una sonrisa cortés, no había motivos racionales para que le contestara mal o para que me cayera mal, al menos por ahora, había algo en aquel tipo que no me gustaba un pelo.
Manteniendo las formas e intentando dejar atrás mis sospechas personales seguí a mis compañeros en silencio al interior de la limusina, mi actitud estaba siendo extremadamente cortés y elegante, al fin y al cabo era un cliente y había que dar buena impresión, y aunque aquello no se me solía dar muy bien había dado mi palabra de que lo intentaría. Así que también por cortesía recogí la copa de champán que nos ofrecía y mientras escuchaba a medias lo que nos decía mojé mis labios en el champan, por un pequeño sorbo no me iba a pasar nada y quería saber si aquel Champán era tan caro como quien lo había comprado, y si a juzgar por aquel refinado sabor lo era, aunque no entendía mucho sobre esas bebidas se notaba a simple vista.
Mientras realizaba mi inspección de la copa escuché a medias como nos contaba un poco sobre el Modus Operanti del ladrón que se suponía que iba a intentar afanarse el diamante. No me enteré mucho la verdad, solo de una cosa de una tarjeta, que mantuviésemos aquella información en secreto y que estaban convencidos de que iban a robarle, me pareció información demasiado general e imprecisa, tampoco nos había dicho nada sorprendiese o que incluso pudiese aportarnos una pista de la gente que estaba detrás de todo eso, o al menos yo no me había percatado de nada, a lo mejor mis compañeros habían tenido más suerte con sus averiguaciones. Debería comentarlo después con ellos.
Salimos de la limusina y un gran edificio se abrió ante nosotros, los casinos, el ruido de los juegos y ese olor a berries se hacía mucho más palpable en aquella parte de la ciudad y mucho más teniendo en cuenta que la noche ya se nos echaba encima y aquel momento, la noche, era el tiempo en el que aquellas actividades tenían mas acogida. "Yoshi, concéntrate" Intenté mantener la mente en blanco y concentrada en lo que estaba haciendo, pero si miraba al enorme edificio que tenía enfrente solo podía pensar en que posiblemente aquello era un casino y que tenía berries que me quemaban en el bolsillo. Así que para apartar aquellos pensamientos centré mi atención en Tobias quien había empezado a hablar con aquel hombre pidiendo un mapa con la sala donde estaba el diamante, esperaba compartir con ellos teorías a solas lo antes posible, mientras tanto seguí en mi papel de madera espectadora contemplando todo lo que pasaba a mi alrededor sin decir ni una palabra.
Manteniendo las formas e intentando dejar atrás mis sospechas personales seguí a mis compañeros en silencio al interior de la limusina, mi actitud estaba siendo extremadamente cortés y elegante, al fin y al cabo era un cliente y había que dar buena impresión, y aunque aquello no se me solía dar muy bien había dado mi palabra de que lo intentaría. Así que también por cortesía recogí la copa de champán que nos ofrecía y mientras escuchaba a medias lo que nos decía mojé mis labios en el champan, por un pequeño sorbo no me iba a pasar nada y quería saber si aquel Champán era tan caro como quien lo había comprado, y si a juzgar por aquel refinado sabor lo era, aunque no entendía mucho sobre esas bebidas se notaba a simple vista.
Mientras realizaba mi inspección de la copa escuché a medias como nos contaba un poco sobre el Modus Operanti del ladrón que se suponía que iba a intentar afanarse el diamante. No me enteré mucho la verdad, solo de una cosa de una tarjeta, que mantuviésemos aquella información en secreto y que estaban convencidos de que iban a robarle, me pareció información demasiado general e imprecisa, tampoco nos había dicho nada sorprendiese o que incluso pudiese aportarnos una pista de la gente que estaba detrás de todo eso, o al menos yo no me había percatado de nada, a lo mejor mis compañeros habían tenido más suerte con sus averiguaciones. Debería comentarlo después con ellos.
Salimos de la limusina y un gran edificio se abrió ante nosotros, los casinos, el ruido de los juegos y ese olor a berries se hacía mucho más palpable en aquella parte de la ciudad y mucho más teniendo en cuenta que la noche ya se nos echaba encima y aquel momento, la noche, era el tiempo en el que aquellas actividades tenían mas acogida. "Yoshi, concéntrate" Intenté mantener la mente en blanco y concentrada en lo que estaba haciendo, pero si miraba al enorme edificio que tenía enfrente solo podía pensar en que posiblemente aquello era un casino y que tenía berries que me quemaban en el bolsillo. Así que para apartar aquellos pensamientos centré mi atención en Tobias quien había empezado a hablar con aquel hombre pidiendo un mapa con la sala donde estaba el diamante, esperaba compartir con ellos teorías a solas lo antes posible, mientras tanto seguí en mi papel de madera espectadora contemplando todo lo que pasaba a mi alrededor sin decir ni una palabra.
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"Está claro que el señor Skylark no reparará en gastos para proteger un solo diamante" -pensaba mientras estrechaba su mano engarzada en joyas de todos los tipos. Ese hombre bien podría ser el diamante a robar, apostaba que habría más valor en todas las joyas que tendría en el cuerpo que en lo que pudiera guardar en el museo. Yo normalmente solía ir armado hasta los dientes, pero él va enjoyado hasta los dientes, eso debe ser incómodo para comer.
Nos dio paso a su limusina y entré después de mis camaradas, tras dar paso a que Yoshi entrase. Comienza a hablar a la vez que a servir unas copas de Champagne a cada uno, tomo la que me ofrece por cortesía y me humedezco los labios haciendo el gesto de beber, pero estoy más atento a lo que me está contando que en beber nada. Si lo que decía era cierto no tenía pinta de haber grandes dificultades, todo depende del número de enemigos con los que nos topemos.
Solo faltaba una cosa, y Tobías ya se la acababa de pedir mientras yo examinaba aquella tarjeta minuciosamente. Desde luego era un tipo arrogante, o eso o estaba demasiado seguro de obtener su éxito, así que fuera como fuere no debíamos de confiarnos pasara lo que pasase.
El vehículo se detuvo y salimos de allí. La imponente figura de aquella gran edificación incitaba al egocentrismo del señor Skylark, así como llamaba demasiado la atención. El lugar perfecto para buscar puntos ciegos en la defensa e infiltrarse, seguramente el ladrón ya tenía pensado por donde entrar, si no lo había hecho ya. Para asegurarnos comencé a centrar mi haki de observación en los alrededores, si había alguien con cierto poder, seguramente sería capaz de detectarle.
-No tema señor Skylark -comencé a hablar con voz completamente seria. Esto sería complicado de llevar-. Necesitamos saber todas las entradas posibles. Para un lugar tan grande un mapa por cabeza nos será prácticamente imprescindible. Deberemos esforzarnos camaradas. Pero no es algo que no podamos lograr. Confíe en nosotros.
Nos dio paso a su limusina y entré después de mis camaradas, tras dar paso a que Yoshi entrase. Comienza a hablar a la vez que a servir unas copas de Champagne a cada uno, tomo la que me ofrece por cortesía y me humedezco los labios haciendo el gesto de beber, pero estoy más atento a lo que me está contando que en beber nada. Si lo que decía era cierto no tenía pinta de haber grandes dificultades, todo depende del número de enemigos con los que nos topemos.
Solo faltaba una cosa, y Tobías ya se la acababa de pedir mientras yo examinaba aquella tarjeta minuciosamente. Desde luego era un tipo arrogante, o eso o estaba demasiado seguro de obtener su éxito, así que fuera como fuere no debíamos de confiarnos pasara lo que pasase.
El vehículo se detuvo y salimos de allí. La imponente figura de aquella gran edificación incitaba al egocentrismo del señor Skylark, así como llamaba demasiado la atención. El lugar perfecto para buscar puntos ciegos en la defensa e infiltrarse, seguramente el ladrón ya tenía pensado por donde entrar, si no lo había hecho ya. Para asegurarnos comencé a centrar mi haki de observación en los alrededores, si había alguien con cierto poder, seguramente sería capaz de detectarle.
-No tema señor Skylark -comencé a hablar con voz completamente seria. Esto sería complicado de llevar-. Necesitamos saber todas las entradas posibles. Para un lugar tan grande un mapa por cabeza nos será prácticamente imprescindible. Deberemos esforzarnos camaradas. Pero no es algo que no podamos lograr. Confíe en nosotros.
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Skylark asiente ante vuestra demanda de un mapa y, nada más entrar en el edificio (viendo la entrada al museo, pues está en la primera planta) os lleva hasta la cabina de seguridad donde un par de agentes con uniformes se encuentran sentados, observando unas pantallas que parecen mostrar distintas salas del museo. Uno de los agentes se levanta y saluda a Skylark, el cual le pide que saque tres mapas de la planta. Tras sacarlos de un cajón y dárselos a Skylark se sienta de nuevo. El presidente se da la vuelta y os da una copia del mapa a cada uno.
- El museo cerrará en dos horas. Pueden esperar aquí mirando las exposiciones o subir a la segunda planta si quieren comer algo, pues hay un par de restaurantes Gourmet.
Dicho aquello se despide de vosotros tendiéndoos la mano una vez más para dirigirse al ascensor del fondo de la planta, para dirigirse a su despacho en lo más alto del edificio. Parece que se va preocupado, pero tranquilizado por vuestra llegada.
¿Qué váis a hacer? Podéis observar las exposiciones del museo o subir a la segunda planta hasta llegada la hora de cerrar.
- El museo cerrará en dos horas. Pueden esperar aquí mirando las exposiciones o subir a la segunda planta si quieren comer algo, pues hay un par de restaurantes Gourmet.
Dicho aquello se despide de vosotros tendiéndoos la mano una vez más para dirigirse al ascensor del fondo de la planta, para dirigirse a su despacho en lo más alto del edificio. Parece que se va preocupado, pero tranquilizado por vuestra llegada.
¿Qué váis a hacer? Podéis observar las exposiciones del museo o subir a la segunda planta hasta llegada la hora de cerrar.
Nocturne93
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Cuando recibo el mapa me quedo observando, analizando las posibles entradas, ventanales, puertas... Todo lo que pueda servir como entrada furtiva al recinto. Trataba de plantear estrategias, el único problema era el número tan reducido de personal que éramos, y no podíamos fiarnos de nadie más que nosotros mismos, cualqueira podría estar trabajando en secreto para el enemigo. Ante un caso como este, los peligros pueden ser bastante claros. Por lo que la estrategia principal recaería en custodiar los pasillos próximos al diamante en cuestión.
Cuando quise darme cuenta y volver a la realidad, el señor Skylark ya se había marchado, estábamos a solas en la caseta de seguridad con aquellos guardias. Les salude y di las gracias por los mapas y me dispuse a alejarme un poco, avisando a Tobías y Yoshi para que me siguiesen. Tenía una pequeña estrategia pero quería que tan solo se entrasen ellos dos. Todavía quedaban dos horas para cerrar, lo suficiente para controlar el perímetro y conocer los pasillos y posibles recovecos del museo.
-Bueno chicos. Esto empieza. El recinto es muy grande, se nos ha contratado para defender el diamante, y seguramente sea lo único que quieran, pero no podemos fiarnos. Por lo que ha dicho el señor Skylark es lo más valioso, pero la única información del robo es la nota de presentación, tal vez no sea el diamante lo que buscan. Cuando el recinto cierre nos dividiremos, no podemos fiarnos ni siquiera de los guardias del museo, no sabemos cuanta influencia puede tener el enemigo que buscamos. Tobías, tú controlarás la segunda planta, manten tu haki de observación alerta, si notas que Yoshi o yo estamos luchando, baja inmediatamente, no tendrás problemas si te vuelves en tu forma líquida de sirope. Yoshi, tú y yo estaremos patrullando por la zona baja, los pasillos próximos al diamante. Si alguno se encuentra en apuros, que trate de llamar la atención lo suficiente, podré encontraros y saber qué os pasa utilizando mi Kenbunshoku, y acudiré a vuestra ayuda. ¿Estáis de acuerdo? ¿Alguna duda?
Esperaba que no hubiesen dudas, aunque era un plan bastante sencillo y corriente, no podía hacer gran cosa con el número reducido que éramos. Aunque algo más si se me ocurría.
-Tan solo una cosa más. Tobías, tú tienes sirope, Yoshi, tú puedes levantar raices y ramas, y yo puedo crear formas. Haremos alrededor del diamante una triple barrera, hasta que no nos derroten a los tres no podrán ser capaces de hacerse con el diamante en cuestión. En cuanto se cierre deberemos reunirnos donde el propio diamante para formar las barreras protectoras, de este modo también les ralentizaríamos lo suficiente para ganar tiempo en caso de necesitarlo.
Cuando quise darme cuenta y volver a la realidad, el señor Skylark ya se había marchado, estábamos a solas en la caseta de seguridad con aquellos guardias. Les salude y di las gracias por los mapas y me dispuse a alejarme un poco, avisando a Tobías y Yoshi para que me siguiesen. Tenía una pequeña estrategia pero quería que tan solo se entrasen ellos dos. Todavía quedaban dos horas para cerrar, lo suficiente para controlar el perímetro y conocer los pasillos y posibles recovecos del museo.
-Bueno chicos. Esto empieza. El recinto es muy grande, se nos ha contratado para defender el diamante, y seguramente sea lo único que quieran, pero no podemos fiarnos. Por lo que ha dicho el señor Skylark es lo más valioso, pero la única información del robo es la nota de presentación, tal vez no sea el diamante lo que buscan. Cuando el recinto cierre nos dividiremos, no podemos fiarnos ni siquiera de los guardias del museo, no sabemos cuanta influencia puede tener el enemigo que buscamos. Tobías, tú controlarás la segunda planta, manten tu haki de observación alerta, si notas que Yoshi o yo estamos luchando, baja inmediatamente, no tendrás problemas si te vuelves en tu forma líquida de sirope. Yoshi, tú y yo estaremos patrullando por la zona baja, los pasillos próximos al diamante. Si alguno se encuentra en apuros, que trate de llamar la atención lo suficiente, podré encontraros y saber qué os pasa utilizando mi Kenbunshoku, y acudiré a vuestra ayuda. ¿Estáis de acuerdo? ¿Alguna duda?
Esperaba que no hubiesen dudas, aunque era un plan bastante sencillo y corriente, no podía hacer gran cosa con el número reducido que éramos. Aunque algo más si se me ocurría.
-Tan solo una cosa más. Tobías, tú tienes sirope, Yoshi, tú puedes levantar raices y ramas, y yo puedo crear formas. Haremos alrededor del diamante una triple barrera, hasta que no nos derroten a los tres no podrán ser capaces de hacerse con el diamante en cuestión. En cuanto se cierre deberemos reunirnos donde el propio diamante para formar las barreras protectoras, de este modo también les ralentizaríamos lo suficiente para ganar tiempo en caso de necesitarlo.
Tobías Thorn
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El señor Skylark se mostró complaciente ante nuestras peticiones y una vez nos adentramos al edificio pidió a su grupo de seguridad que nos proporcionasen un plano a cada uno. Era bueno comprobar que había varios empleados vigilando múltiples pantallas con imágenes de todo el lugar y al parecer estaban todos interconectados entre sí por una especie audífono. Al verlo tuve otra pequeña petición que no tardé en plasmar a los vigilantes aprovechando la buena disposición que tenía nuestro cliente con ellas. Se lo habría pedido a él en persona, pero se marchó tras dar unas últimas indicaciones.
-Perdone agente... Hatay - comencé al leer la chapita identificativa que llevaba en la solapa del uniforme.- ¿Habría alguna manera de que pudiésemos contactar entre nosotros y con ustedes de forma remota? Sé que otras agencias de seguridad funcionan con sistemas similares y sería otro gran apoyo táctico sumado a los planos - dije de forma amable antes de ir a hablar con el pelirrojo.
Tras comprobar si mi petición era bien recibida me acerqué a mis nakamas. Kimura como era de esperar ya había diseñado un plan en el que todo estaba medido al milímetro... O casi. Parecía que el marine desconfiaba incluso de las personas a las que yo había pedido ayuda y no solo era esa la única parte que cojeaba del plan.
- Me valoras demasiado capitán. Aún no está entre mis capacidades el poder utilizar el haki de observación, pero con la barrera sí que podré ayudar - dije algo avergonzado al sentirme tan inferior por no dominar aún ese poder. - Pero igualmente no es mal plan. En el caso que sucediese algo en esta planta cuando no esté solo tenéis que formar el jaleo necesario para que os oiga y si es al revés, como bien has dicho podrás percibirlo en seguida.
Estaba algo molesto por sentirme tan inútil en este momento, pero haciendo un esfuerzo no me desanimé y me preparé para subir a la segunda planta y seguir el plan. Mi intención era divisar físicamente los accesos que podía observar en el plano para hacerme una idea real de como podría colarse el ladrón en el recinto, aunque bien sabía que quizás fuese inútil. El ladrón podría estar ya dentro o ser incluso un usuario logia como yo, dándole así múltiples formas de adentrarse. A mi parecer la mejor idea era mantener un cerco cerrado en torno al diamante, pero las palabras de Kimura sobre que quizás no fuese eso lo que buscaba realmente y que podría ser un señuelo hizo que no me quejase y que fuese a inspeccionar toda la planta superior aprovechando el tiempo que teníamos. Además así podría aprovechar y picotear algo si me sobraba tiempo en los restaurantes gourmet que había mencionado el ricachón.
-Perdone agente... Hatay - comencé al leer la chapita identificativa que llevaba en la solapa del uniforme.- ¿Habría alguna manera de que pudiésemos contactar entre nosotros y con ustedes de forma remota? Sé que otras agencias de seguridad funcionan con sistemas similares y sería otro gran apoyo táctico sumado a los planos - dije de forma amable antes de ir a hablar con el pelirrojo.
Tras comprobar si mi petición era bien recibida me acerqué a mis nakamas. Kimura como era de esperar ya había diseñado un plan en el que todo estaba medido al milímetro... O casi. Parecía que el marine desconfiaba incluso de las personas a las que yo había pedido ayuda y no solo era esa la única parte que cojeaba del plan.
- Me valoras demasiado capitán. Aún no está entre mis capacidades el poder utilizar el haki de observación, pero con la barrera sí que podré ayudar - dije algo avergonzado al sentirme tan inferior por no dominar aún ese poder. - Pero igualmente no es mal plan. En el caso que sucediese algo en esta planta cuando no esté solo tenéis que formar el jaleo necesario para que os oiga y si es al revés, como bien has dicho podrás percibirlo en seguida.
Estaba algo molesto por sentirme tan inútil en este momento, pero haciendo un esfuerzo no me desanimé y me preparé para subir a la segunda planta y seguir el plan. Mi intención era divisar físicamente los accesos que podía observar en el plano para hacerme una idea real de como podría colarse el ladrón en el recinto, aunque bien sabía que quizás fuese inútil. El ladrón podría estar ya dentro o ser incluso un usuario logia como yo, dándole así múltiples formas de adentrarse. A mi parecer la mejor idea era mantener un cerco cerrado en torno al diamante, pero las palabras de Kimura sobre que quizás no fuese eso lo que buscaba realmente y que podría ser un señuelo hizo que no me quejase y que fuese a inspeccionar toda la planta superior aprovechando el tiempo que teníamos. Además así podría aprovechar y picotear algo si me sobraba tiempo en los restaurantes gourmet que había mencionado el ricachón.
Yoshi
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El hombre accedió a nuestras peticiones y tras guiarnos hasta la cabina de seguridad del edificio nos dió un mapa a cada uno. Me quedé en silencio, como había estado ya antes, me estaba pasando tanto tiempo en silencio que se me estaba olvidando hablar. Decidí apartar de mi cabeza la imagen de mi lengua y de mis cuerdas vocales muriendo por inanición y centrarme en observando el lugar. Me quede bastante asombrada con la buena seguridad del sitio y pensé que sería buena idea poner algo parecido en nuestro barco, así sabría quien me robaba las galletas por la noche, aunque apostaba todo mi dinero y el de Kim a que era Gusi...
Tras despedirse de nosotros el hombre se marchó después de indicarnos que el museo tardaría dos horas en cerrar y que hasta entonces podíamos invertir el tiempo como quisiéramos. Al decir "Restaurantes Gourmet" Mis tripas rugieron, pero conociendo a mi Capitán estaba segura que no permitiría que nos diéramos caprichos en esa situación, así que no me quedaba otro remedio que seguir callada esperando al plan que seguro que ya se le había ocurrido al pelirrojo.
Y en efecto no me equivoqué, en cuanto nos quedamos a solas Kim paso a explicarnos paso por paso todo su plan, no sin antes alejarnos de cualquiera que pudiese escucharnos, aquella actitud tan desconfiaba del chico la verdad es que ya no me sorprendía en absoluto.
Tenía una teoría muy curiosa en la que yo ni había pensado, que no fuera el diamante lo que quisieran. Era raro, pero podía darse, lo que quería decir que debíamos andarnos con 1000 ojos. Después nos dijo que lo mejor sería dividirnos, Tobias se ocuparía de la parte de arriba y él y yo de la de abajo.
También nos pidió que recubriéramos el Diamante todo lo bien que pudiésemos, con una doble capa de lo que sabíamos hacer Kimura sus materializaciones raras, Tobias su sirope y yo mis pequeña, era un plan excelente la verdad, aunque no sabía a cual de mis plantitas les gustaría este clima, me quedé un rato reflexionandolo.
Mientras yo reflexionaba Tobias habló y puso en duda parte del plan de Kimura, anunciando que su Haki de observación no lo dominaba tan bien como creía, y efectivamente recordé que en eso yo le ganaba al pelinegro, después de Kimura mi Haki de observación era el más poderoso de los tres. Aún así dijo que se las apañaría con ello y que aceptaba el plan del capitán, pero yo no terminaba de estar a gusto con todo aquello.
-Puedo ir yo a la segunda planta.- Intervine antes de que Tobias se marchara pues ya había empezado a andar hacia la planta que le tocaba. -Podéis ir vosotros dos juntos y yo a la segunda planta. Mi Haki de observación es mayor que el de Tobías, tendré más facilidades para detectar si estáis en problemas, además puedo volar y llegar con rapidez hasta vosotros y hacerme pequeña y medio desaparecer si me veo en apuros con el enemigo.- Explique claramente mis razones por las que creía que yo estaría mejor por mi cuenta que ellos, la verdad es que sería bastante difícil que entraran en razón y me dejaran marchar ya que era la más nueva de los tres y bueno, realmente por que Kimura siempre se negaba a quitarme el ojo de encima en las misiones, cosa que aunque comprendía me tenía bastante harta. Esperaba que aceptasen mi propuesta y me dejaran mostrar todo lo que podía ofrecer.
Tras despedirse de nosotros el hombre se marchó después de indicarnos que el museo tardaría dos horas en cerrar y que hasta entonces podíamos invertir el tiempo como quisiéramos. Al decir "Restaurantes Gourmet" Mis tripas rugieron, pero conociendo a mi Capitán estaba segura que no permitiría que nos diéramos caprichos en esa situación, así que no me quedaba otro remedio que seguir callada esperando al plan que seguro que ya se le había ocurrido al pelirrojo.
Y en efecto no me equivoqué, en cuanto nos quedamos a solas Kim paso a explicarnos paso por paso todo su plan, no sin antes alejarnos de cualquiera que pudiese escucharnos, aquella actitud tan desconfiaba del chico la verdad es que ya no me sorprendía en absoluto.
Tenía una teoría muy curiosa en la que yo ni había pensado, que no fuera el diamante lo que quisieran. Era raro, pero podía darse, lo que quería decir que debíamos andarnos con 1000 ojos. Después nos dijo que lo mejor sería dividirnos, Tobias se ocuparía de la parte de arriba y él y yo de la de abajo.
También nos pidió que recubriéramos el Diamante todo lo bien que pudiésemos, con una doble capa de lo que sabíamos hacer Kimura sus materializaciones raras, Tobias su sirope y yo mis pequeña, era un plan excelente la verdad, aunque no sabía a cual de mis plantitas les gustaría este clima, me quedé un rato reflexionandolo.
Mientras yo reflexionaba Tobias habló y puso en duda parte del plan de Kimura, anunciando que su Haki de observación no lo dominaba tan bien como creía, y efectivamente recordé que en eso yo le ganaba al pelinegro, después de Kimura mi Haki de observación era el más poderoso de los tres. Aún así dijo que se las apañaría con ello y que aceptaba el plan del capitán, pero yo no terminaba de estar a gusto con todo aquello.
-Puedo ir yo a la segunda planta.- Intervine antes de que Tobias se marchara pues ya había empezado a andar hacia la planta que le tocaba. -Podéis ir vosotros dos juntos y yo a la segunda planta. Mi Haki de observación es mayor que el de Tobías, tendré más facilidades para detectar si estáis en problemas, además puedo volar y llegar con rapidez hasta vosotros y hacerme pequeña y medio desaparecer si me veo en apuros con el enemigo.- Explique claramente mis razones por las que creía que yo estaría mejor por mi cuenta que ellos, la verdad es que sería bastante difícil que entraran en razón y me dejaran marchar ya que era la más nueva de los tres y bueno, realmente por que Kimura siempre se negaba a quitarme el ojo de encima en las misiones, cosa que aunque comprendía me tenía bastante harta. Esperaba que aceptasen mi propuesta y me dejaran mostrar todo lo que podía ofrecer.
Vyane
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¡Ay Casino Island que recuerdos! Parecía que hasta me estaba poniendo un poco nostálgica en aquel lugar, hacía mucho tiempo que no regresaba a la isla de mi infancia pero claro, tenía razones de peso para no pisarla, casi del mismo peso que las razones que me habían obligado a volver aunque claro estaba allí así que estas últimas habían pesado un poco más. La verdad es que no había cambiado tanto desde entonces y más si hablamos de la apariencia física, mi gorro de siempre lucia encima de mi cabellera perfectamente cuidada, seguía luciendo corsés imposibles como el que llevaba en aquella ocasión, uno precioso de color negro, con la espalda al aire y con encajes en la zona del pecho, lo único raro es que en aquella ocasión llevaba pantalones, eso si negros, cortos y ajustados, no podía ser de otra manera. En conjunto podemos decir que estaba prácticamente igual solo había crecido un poco, en todos los aspectos, aunque mi aumento de altura tal vez se debía a mis tacones de aguja que daban vértigo a cualquiera, a saber.
Me hallaba en la entrada de un museo, no era el típico establecimiento que solía visitar cuando vivía allí pero bueno, dicen que es bueno ampliar horizontes o algo así. Llevaba unos minutos esperando cuando un gran alboroto se formó a unos metros de mi, el espectáculo había empezado, en unos segundos el sonido inundaba todo, casi no podías escuchar a la persona que tenias al lado debido a lo alto que estaba aquella música, por suerte había sido previsora y ocultos entre mis cabellos rojizos se encontraban dos pequeños auriculares, tenía aprecio a mi canal auditivo.
Bien, parecía que ya estaba todo preparado, era hora que yo también me preparara. Me abrí paso a través de la multitud hasta internarme en el museo, recogí hasta uno de estos plantes típicos que se dan a los turistas cuando van de visita, casi me sentía hasta normal aunque claro, aquello era solo una mera impresión ¿Desde cuando yo era como toda aquella gentuza? Estuve deambulando por los pasillos, apreciando todas las obras de arte que había expuestas, esculturas, joyería...
Me encontraba en la planta de arriba matando un poco el tiempo, en un rato ya había revisado varios restaurantes y todas las salas de las exposiciones que se exponían al publico, sin duda alguna era un museo de mucho prestigio, sin ninguna duda, ya que cada pieza era más increíble que la anterior, la verdad es que aquellas piezas quedarían tan bien en mi club, o en mi colección privada, pero claro los objetos de los museos solo se pueden ver, nada de toca ¿No?
Me hallaba en la entrada de un museo, no era el típico establecimiento que solía visitar cuando vivía allí pero bueno, dicen que es bueno ampliar horizontes o algo así. Llevaba unos minutos esperando cuando un gran alboroto se formó a unos metros de mi, el espectáculo había empezado, en unos segundos el sonido inundaba todo, casi no podías escuchar a la persona que tenias al lado debido a lo alto que estaba aquella música, por suerte había sido previsora y ocultos entre mis cabellos rojizos se encontraban dos pequeños auriculares, tenía aprecio a mi canal auditivo.
Bien, parecía que ya estaba todo preparado, era hora que yo también me preparara. Me abrí paso a través de la multitud hasta internarme en el museo, recogí hasta uno de estos plantes típicos que se dan a los turistas cuando van de visita, casi me sentía hasta normal aunque claro, aquello era solo una mera impresión ¿Desde cuando yo era como toda aquella gentuza? Estuve deambulando por los pasillos, apreciando todas las obras de arte que había expuestas, esculturas, joyería...
Me encontraba en la planta de arriba matando un poco el tiempo, en un rato ya había revisado varios restaurantes y todas las salas de las exposiciones que se exponían al publico, sin duda alguna era un museo de mucho prestigio, sin ninguna duda, ya que cada pieza era más increíble que la anterior, la verdad es que aquellas piezas quedarían tan bien en mi club, o en mi colección privada, pero claro los objetos de los museos solo se pueden ver, nada de toca ¿No?
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- Protege/roba el diamante [Rango C]
- La isla del vino... mal lugar para alguien que no sabe beber (Priv-Pasado) (Ciaran- Genic-to) (Rol de prueba Crimson Wolves)
- Feliz Navidad (Amigo invisible- Crimson Wolves)
- Un paseo por el North blue [privado Crimson Wolves]
- Esto debería ser una misión sencilla... [Moderado Crimson Wolves]
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