- Fluffle ven aquí pequeño malandrín. Te tengo dicho que no puedes asaltar los tenderetes, si quieres algo de comer pídelo. ¿Que voy ha hacer contigo?
- ¡Pfftbllblblbl!... No, no voy a dejarte por imposible, anda vamos cerca del coliseo, seguro que allí encontramos un vendedor de helados.
Me encamine con Fluffle al coliseo en busca de vendedores ambulantes, hoy era un día tranquilo y apacible, la gente se arremolinaba para ver el espectáculo de la tarde en el coliseo. Seguramente seria la misma tontunada de siempre, gente pegándose con la única intención de ofrecer espectáculo.
-¡Eh! Tranquilo pequeño no hace falta que tires de mi ya voy. Mi pequeño y rosado amigo tiraba de mí hacia un puesto de dulces cercano, el puñetero tenía un olfato bestial para los dulces y a las tartas podría jurar que las oye.
Compre un par de helados gordos de manzana y caramelo y nos fuimos a comer tranquilamente a la sombra de un pino. Estaba bien relajarse una temporada.Aunque echaba de menos llevar mi equipo de costumbre pero no quería llamar mucho la atención, poca gente me conocía mas allá de mi armadura, aunque cualquiera que me viera antes de seguro recordaría a Fluffle, no hay muchos ponys rosas por el mundo la verdad, aunque a veces era un pelin cargante... como ahora que lo tengo que tener encima mientras devora los dos helados o cuando le da por saquear indiscriminadamente los establecimientos de comida, pero quitando esas pequeñas cosas es un amor achuchable y totalmente adorable.
-El cielo esta cristalino, ni una nube en el cielo seria ideal echarse una siesta. Sin embargo a saber que organizarías mientras duermo, la última vez costaste cien mil berrys en concepto de daños y perjuicios... La verdad no se por que se me ocurrió darte la espalda un segundo en la recepción del hotel, te metiste en el buffet y lo pusiste patas arribas, por suerte no nos echaron. Pero bueno va siendo hora de buscar algo divertido que hacer. ¿Que opinas nos vamos a surfear?