Últimas voluntades de un pirata.

Yo, Dexter Black, Guardián Mayor del Ojo y Alto Señor de Fiordia, en pleno uso de mis facultades mentales, manifiesto mi voluntad libre y consciente de establecer el siguiente testamento, revocando e invalidando todos los anteriores. Quiero reflejar en estas palabras, pues, mis últimas voluntades y el legado de todos y cada uno de mis bienes. Declaro, por ello, que esta herencia será protegida y custodiada en el Ojo, hasta el día de mi muerte.

En primer lugar, deseo que la nación de Fiordia quede bajo la protección de los Blue Rose Pirates, mas no bajo su dominio. Expreso mi voluntad de que siempre tengan allí un hogar, pero el reinado pertenece a una sola persona. Con ello, todo miembro de mi banda y por tanto mi compañero, está en el derecho y el deber de cumplir y beneficiarse de las leyes Fiordianas. El Gobierno de Fiordia, así como el título de Alto Señor, es mi voluntad que sea heredado por el ÚNICO MERECEDOR.

Continuando, expondré ahora las disposiciones últimas acerca de mis bienes monetarios:

1. El diez por ciento de mi fortuna será destinada a mis ritos funerarios. Mi entierro en el Ojo, la ceremonia de despedida y lo que fuere necesario para hacer de mi última celebración algo memorable.
   
   
2. El cuarenta por ciento de mi fortuna será repartido entre los miembros de mi banda, siguiendo la razón de partes equitativas, recibiendo el Subcapitán (Deathstroke) y el Contramaestre (Berthil S. Kyrios) el triple que cada compañero individualmente.
   
   
3. El veinte por ciento de mi fortuna será donado a las arcas de Fiordia, con el objetivo de que sea una nación próspera aun cuando yo ya no esté.
   
   
4. Finalmente, la parte restante de mi fortuna será entregada a la Revolución, siendo Krauser Redfield albacea de esta cantidad y guardián de que estos bienes lleguen a un buen propósito.
   

Dispuestas las cuentas monetarias y cómo repartirlas, hago constar en mis voluntades cada objeto valioso del que soy dueño, junto con su legítimo heredero. Cada uno de estos objetos ha significado algo para mí, y espero cada uno lo valore como yo valoré el poseerlo.

Ushio Kasai Kodomo, deseo que tras mi muerte pase a tus manos el Filo del Destino, que guíe tus pasos y haga de ti la mano de un gran futuro.

Berthil S. Kyrios, y aunque no combina en absoluto con tus escamas doradas, espero que portes con orgullo la Mano de Plata que con tanto mimo y celo he guardado todos estos años.

Hinori Markov, dejo en tus manos el poder de Nadia, con la intención de que sepas que siempre te llevé tan cerca como a ella.

Rubí y Zafiro, mis brazaletes, deberán ser enterrados conmigo. No hay nadie que pueda sacar verdadero provecho de ellos, por lo que deseo sean testigo imperecedero de mi último descanso.

Aunque no tiene ningún valor más allá del meramente sentimental, lego a Zuko Kasai Kodomo el Espíritu de la llama azul, el mechero que me ha acompañado durante la mayor parte de mis viajes. Que le traiga tanta suerte como a mí en su día.

El Anillo de Niebla, la joya que porto siempre en el dedo pulgar, será legada a Lion L. Kai, para que recuerde siempre qué camino debe tomar sin perderse en el proceso.

Para mi buen amigo Krauser Redfield pongo en servicio todos los veleros Joya que posea en el momento de mi óbito, exceptuando la Joya II, que es el buque insignia de los Blue Rose Pirates y, por ende, pertenece a todos los miembros.

Para Kimuta Hayate, gran amigo pese a todo lo que nos separa, lego una tarea. Debe mantener, en caso de no haber sido repartidas, el mito de la Gran Hoja Fiordiana y encontrar a los espadachines dignos que en su día no haya encontrado yo. Es una gran responsabilidad que sólo podría confiarle a él.

El resto de mis pertenencias descansarán en el Ojo junto a mí, excepto Sven, que en caso de aún estar vivo para el día de mi muerte será liberado en Drum para continuar con su vida. Mis armas mundanas, mis ropas y mis efectos personales serán enterrados conmigo, a fin de reservarme un poco de egoísmo ya que, al fin y al cabo, estaré muerto.

Quiero pedir perdón a todos mis amigos y conocidos por no haber podido llevar a cabo mis planes si muero prematuramente, y agradeceros el apoyo que me habéis dado durante todo este tiempo. Finalmente, el submarino I.S.L.A. que creé para recorrer el mundo junto a Alice... Deseo sea quemado durante mi funeral. Es algo que, como su recuerdo, debe morir conmigo.

Y es con todo esto que sumo la totalidad de mis pertenencias y dispongo de mis bienes para el bien de los que figuran aquí. Lamento no tener nada para algunos más que un puñado de monedas, y debo disculparme por no ser capaz de cumplir con las esperanzas que pusisteis en mí. Gracias por todo lo que me habéis dado y, por favor, sed fieles a vuestros sueños. Nos volveremos a ver, os lo prometo.