Taiga redfield jugando con Señor epico

Reto sin saltos de turno, sin muerte por ejecución o gusto, combate de disfrute. Si gana Señor épico Taiga le enseña el rokushiky ese. Si gana el (lo mas probable) le doy un Berry.

El cuartel general del South blue, Fluffle y yo nos encontrábamos aquí como salto antes de regresar a Sideros, la marina se había ofrecido "amablemente a llevarme hasta la isla por ello las miradas eran bastante instigadoras de malos sentimientos, no se que narices pasaba con el cargo de yonkaikyo, pero parecía que a nadie le agradaba mi presencia.
Estaba en la cantina comiendo con Fluffle tranquilamente pero por supuesto incluso aquí podía sentir las miradas de repudia que me soltaban los marines, suspire mientras acariciaba a Fluffle que parecía permanecer inmune a esta oleada de malas vibraciones y odio. El pequeñín estaba mas que distraído devorando o jugando con su comida, en este punto no sabría decir cual de las dos cosas hacia.

Me recosté en la incomoda silla, para ser una cantina a verdad es que estaba bastante escueta de entretenimiento, tan solo un caracol de visionado en el que se veían las ultimas noticias, ni un billar, ni futbolin ni siquiera una maldita baraja de cartas con la que hacer un solitario, la verdad me encontraba muy aburrido y faltaban horas para que los marines embarcaran mi equipamiento, el cual descansaba en la plaza central a la espera de ser cargado con la grúa. Tal vez podría divertirme con alguien en las cercanías, un combate de calentamiento siempre esta bien y es bonito cuando no tienes nada mas que hacer, ahora la pregunta era ¿Quien?.
registre la estancia con aires de pereza pero no parecía que viera a nadie potencialmente llamativo, aquí todo el mundo vestía exactamente igual.... aburrido en grado hyperlativo.

Síderos había sido un capítulo más en el historial de Taiga y debía admitir que había sido interesante. Todo se había solucionado y había podido descansar tras haber terminado de comer con Kasai. El cazador del Saigo Yonkaikyo había vuelto a sus cosas y él ya se había despedido de Alice, ahora solo quedaba volver a la base. Se había acoplado con la marina para ir hasta aquel sitio del Sur, pero ahora quería irse. Tenía ganas de continuar entrenando para ser un mejor agente de lo que ya era. Muchos decían que no le hacía falta, pero él estaba seguro de que podía continuar aumentando sus poderes de forma drástica. Algún día aspiraría a ser el líder de una división del Cipher Pol y entonces mostraría sus verdaderas habilidades. Por el momento no había peleado en serio con nadie, salvo con Drake y se había llevado una paliza de muerte a manos de aquel criminal. Suerte tenía de estar vivo.

En aquel preciso momento caminaba con toda la calma del mundo por el lugar. Portaba una chaqueta negra abierta, la cual poseía unas hombreras plateadas. Por dentro una camiseta blanca de manga larga, unos pantalones oscuros y unos zapatos. A su espalda podía verse un taco de villar que siempre llevaba consigo. Su mirada era tranquila cuanto menos y parecía estar en su mundo. El chico caminaba con calma y sentía algunas miradas. No solo por sus casi dos metros de altura, también porque todo el mundo o casi todos en la marina habían oído hablar del lobo del CP. Pocos sabían sobre se fruta, pero por su apodo muchos deducían que debía ser un cánido o algo por el estilo. Él ya la mostró en la guerra en todo su esplendor mientras combatía con una de aquellas estatuas gigantes de hecho.

- Qué poco animado está esto.

Dijo al abrir la puerta de aquella cantina sin ver mucha gente. Todos destacaban por ir vestidos de la misma forma, salvo una persona que se hallaba sentada comiendo con un ser rosado. El luchador avanzó despacio escuchando algunos susurros acerca de él, pero no les dio importancia. Escuchaba cosas sobre “el lobo del fin o el médico especial del gobierno”. No sabía si aquello era bueno o malo, pero decidió pasar del tema. Con toda la confianza del mundo se sentó en una silla junto al tipo que iba con el animal rosa. Le dirigió una mirada de pereza y después habló con calma.

- ¿Esto está siempre así de muerto? – Tras unos segundos ladeó la cabeza y finalmente mostró una sonrisa amable. – ¡Bleyd! Tú eres el Yonkaikyo que luchó en el combate del Héxodromo. Mi nombre es Taiga, un placer. – Dijo entonces tendiendo la mano hacia él mientras mantenía su sonrisa.

¡Oh! por fin alguien amable, encantado. Si bueno aunque en el torneo no era yonkaikyo. comente con una risa mientras me llevaba la mano al cogote para rascarme un poco la incomodidad de que mi fama me precediera siempre.- Pues la verdad mi memoria es bastante mala y no te situó, ¿Nos hemos visto antes?. Pregunte con vergüenza, ya que siempre me pasaba igual y olvidaba a la gente demasiado rápido para mi gusto. - ¿Fluffle, pequeño glotón a ti te suena este muchacho?- Fluffle apenas me presto atención, se encontraba construyendo una pirámide a base de magdalenas de chocolate las cuales nunca llegaban al ultimo piso pues en su ansia ponía una y se comía dos, sonreí a mi glotón compañero y me centre en taiga de nuevo.

Pues la verdad no se si esto esta así de muerto siempre, estoy de paso ahora mismo. He de regresar a Sideros, la isla paso por una guerra civil recientemente y como pretor quiero ocuparme de su reconstrucción, el rey no es mas que un pelele que piensa darle el poder al pueblo... estoy casi seguro que se liara parda otra vez en la isla, esa gente no quiere que un senado o consejo les gobierne quieren una única figura autoritaria que lo haga. Suspire con desazón.- En fin, no quiero amargarte con mis problemas, supongo que tu también tendrás los tuyos ahora mismo. Que te parecería desentumecer un poco los músculos, tengo una armadura de combate por estrenar y faltan unas horas hasta que la carguen en el buque que me dejara en sideros, ¿Que me dices, te apetece un entrenamiento serio?

Le mire con una sonrisa mientras esperaba su respuesta a ver si conseguía salir del aburrimiento y el sopor que me atenazaba.

El rubio quedó un poco impresionado cuando le dijo que deseaba probar una nueva armadura. Él era de los que estaba a favor de luchar con puños y ropa, pero si él deseaba aquel estilo no se quejaría. Quería un combate de entrenamiento y el luchador no lo veía mal mientras no salieran heridos. Todo lo que no implicase cortes graves, órganos rotos o matanza lo veía genial. Sin decir nada más le dedicó una sonrisa amable y asintió con la cabeza. El agente del gobierno mundial empezó a caminar al exterior de aquella cantina con ambas manos metidas en los bolsillos. Al menos podría hacer algo divertido antes de ir a la base. Pocos eran los que deseaban combatir con él y así podría ver las habilidades de otro miembro del Saigo.

Una vez estuvo fuera se alejó esperando a que Bleyd le siguiera. No quería luchar con casas y locales de por medio, por lo que el bosque sería una de las mejores opciones. En cuanto llegó no tardó mucho en abrocharse bien su chaqueta y estirar los brazos hacia arriba. Soltó un pequeño suspiro y acto seguido bostezó con fuerza ¿Cómo de fuerte sería Bleyd? No podía confiarse mucho y como de costumbre, se defendería al 100% durante el principio de la pelea, pero iría atacando despacio y de forma suave. Llegados al punto final debería activar su carta favorita y la cual le daba la victoria en todo debido a su legendario poder. Cerró los ojos despacio y después de unos momentos le miró a los ojos.

- Ya que esto es un entrenamiento evitemos ir a puntos clave como el cuello, la columna vertebral o el corazón. No usaré nada que corte o perfore, simplemente usaré mis puños y piernas. Tampoco quiero que nos demos de baja y nos echen.

Dijo riéndose. Por su parte no podía darse el lujo de lesionarse en su trabajo y no sabía si Bleyd estaba en la misma situación. El rubio entonces entrecerró los ojos y decidió darle el primer movimiento al tipo que tenía frente a sus ojos. Le indicó con la mano que fuese a por él y lo siguiente que hizo fue activar el haki de observación para tenerlo bien vigilado. Había aumentado su nivel después de la guerra y deseaba probarlo. También tenía algunos trucos bajo la manga, como su delicioso haki armadura o sus transformaciones. Se mantuvo calmado mientras le miraba a los ojos y esperaba su ataque.

- Que de comienzo el juego, socio.

Bueno... entonces creo que tal vez sea mejor que deje a un lado mis cosas. Una media sonrisa se dibujo en mi rostro. Bueno entonces dejare que me vapulees un poco, veamos si esta pesadez puede resistir tus golpes.

armadura:

Me introduje en la descomunal pieza de acero que hacia las veces de protección. Dejando a un lado el resto de mis cosas a cuidado de Fluffle que observaría subido en la moto tanque que ya se encontraba en marcha.

Bueno Taiga espero que estés listo que aquí vamos. Comencé a mover la descomunal armadura de sesenta toneladas en direccion a Taiga, cada paso retumbaba y dejaba profundas huellas en la tierra, El mazacote de acero estaba diseñado para resistir cualquier embate pero era la primera vez que la iba a usar en combate, sin embargo tampoco quería herir al muchacho, se estaba portando genial. Pense en unos instantes en que hacer pero decidí que lo mejor era empezar suave y ya si respondía bien podría llevarlo mas a sus limites.
Levante la pinza derecha lentamente pasando mi cabeza y la deje caer sobre su cuerpo desde una altura de mas de cinco metros, las diez toneladas de peso caían despacio y perezosamente, un ataque simple y predecible destinado ha obligar al rival a moverse de su actual posición.

El chico asintió con la cabeza mientras observaba aquella enorme armadura avanzar hacia él. El tamaño era impresionante, pero él no podía quejarse de aquello, por lo que simplemente mostró una expresión amable en todo momento. Las huellas que iba dejando aquel ser le hacían reír por lo bajo. Era como estar en Little Garden. Alzó ambos puños preparándose y entonces el miembro del Saigo dejó caer aquella pinza sobre él a una velocidad bastante baja ¿Quería probarlo? Taiga sonrió algo más mientras pensaba para sí. “Podría pararla con facilidad, pero no desvelaré mis trucos hasta más entrados en batalla…” Entonces asintió con la cabeza. Su fuerza era la suficiente como para lanzar tanques con facilidad. Fingiría tener poca fuerza física para después dar la sorpresa.

Al ver que iba tan lento decidió apartarse hacia atrás con rapidez. Cuando aquella cosa impactó en el suelo, la onda expansiva hizo que Taiga saliese disparado un poco hacia atrás. Colocó las piernas en el tronco de un árbol y se lo llevó por delante como si fuese una tabla de surf. Al cabo de unos segundos lo destrozó por la velocidad que llevaba debido a la inercia de la onda, cayendo al suelo y rodando después un poco. Sus ropas se llenaron de polvo debido a aquello y entonces se colocó en pie rápidamente. Se quitó su palo de villar y lo dejó apoyado en otro árbol. Alzó el puño en señal de aprobación y rio un poco por lo bajo. Aquella cosa era enorme y al parecer tenía bastante poder pese a su peso. La velocidad sería la mejor arma del lobo en ese caso.

- Veo que te basas en tecnología, fuerza y armadura. Eso te hace un tanque magnifico, Bleyd-san. Ahora es mi turno de atacar, espero estar a la altura… – Mencionó de forma divertida.

El chico salió corriendo hacia él de frente y con una sonrisa en todo momento. Su velocidad tampoco era para tanto. Cuando estaba tan solo a un par de metros de él activó el soru. A una velocidad endiablada trató de colocarse a su espalda rodeándolo por la izquierda. Entonces lanzaría una potente patada hacia la pierna de aquella cosa. Le diese o no, saltaría con elegancia y en pleno aire trataría de impactar de su nuevo su pierna en la cabeza de aquel ser tecnológico ¿Taiga había cambiado algo? Sus piernas estaban imbuidas en un color negro metálico. Había activado su haki armadura para aquella pelea y con aquello planeaba mostrar su fuerza o al menos una parte de ella. Le diese a su rival o no, se alejaría unos siete metros de él con el soru o al menos lo intentaría. Entonces mostraría una sonrisa bastante amable y aquel color negro se extendería por todo su cuerpo salvo por la cara.

- ¡Hehehehe! Me encanta tu armadura.

Datos Usados:

Si lo llego a saber no voy tan delicado, si el chico no se estaba conteniendo significaba que era una mala bestia, y teniendo en cuenta que había dicho que seria de relax, supe que tenia entre cero y menos una posibilidad de ganar, el impacto en la pierna perforo el metal como si de madera se tratase, por fortuna el apoyo era lo bastante solido y denso como para que se mantuviera estable. La armadura pesada no me serviría de nada, estaba diseñada para soportar un castigo de fusilería y cañonazos, no esos soberbios puñetazos. Por no hablar de que aun no podía moverme mas rápido que a paso de caracol. Active el sistema de eyeccion justo a tiempo para ver como la armadura caída de un impacto en lo alto del cráneo. No podía hacer mucho pero al menos daría algo de guerra. Mientras salia de la armadura active el dial de humo blanco para impedir la visión, el visor del casco me permitiría ver el calor corporal a través del humo, no podía igual su fuerza ni su velocidad pero tal vez pudiera llevarlo a mi terreno. Golpee el suelo con las pinzas de carnifex, el brutal impacto hundió el suelo 4 metros de profundidad generando un cráter, y levantando los extremos hacia arriba 40 cm. El impacto consigue alzar el terreno en forma de afiladas púas de 30 cm de altura dejándome rodeado de afiladas espinas y totalmente camuflado por el humo, esperaba que mi rival se lanzara corriendo de nuevo y no pudiera evitar la gran cantidad de obstáculos, con suerte tropezaría y rodaría hasta mi, pero por si acaso use mi dial de seda de araña y tejí una red de hilos por entre las púas endureciéndolas con haki armadura, con eso tenia la trampa preparada.

Taiga mostró una sonrisa amable al ver a Bleyd salir despedido de aquella cosa, pero en ese momento notó una explosión cerca de él. Quedó un poco confuso al ver todo lleno de humo blanco a su alrededor. La verdad es que sabía que lo había provocado aquella persona. No tuvo otro remedio que cerrar los ojos y dejarse llevar por el haki se observación. Fijó su posición enseguida y después se dio cuenta de que no le estaba atacando. Se quedó un poco confuso y entonces fue cuando se rascó un poco la oreja. Miró hacia la posición del chico y cuando estaba a punto de hablarle notó el suelo ceder. Como acto reflejó pisó el aire con fuerza usando el geppou y quedando sobre el cráter. Ladeó la cabeza un poco confuso y miró hacia abajo sin ver nada.

- ¿Bleyd-san? ¿Estás bien? Puedes atacarme sin problema. – Le dijo de forma amable mientras miraba hacia todo aquel humo blanco.

Estuvo así unos leves segundos y al ver que no le acataba decidió hacerlo él. Se lanzó a toda velocidad con el geppou a por su presencia mientras se relamía. Notó un impacto fuerte en su pecho, pero se lo llevó por delante. Continuó sintiendo unos cuantos más, pero le daba igual. Era como si alguien le estuviese dando golpes con algo puntiagudo. Su monstruoso haki armadura era impenetrable por aquello, por lo que con su bestialidad se lo llevaba todo por delante. Tras unos cuantos más empezó a sentirse un poco molesto y dolorido pese a su armadura y no dudó en alejarse en lugar de avanzar. Por primera vez estaba a punto de usar una técnica que no usaba desde hacía unos siete meses más o menos.

- Kemono…

Una pequeña explosión de humo salió de su propio cuerpo, haciendo que un aura oscura le rodease. Fue entonces cuando desató el poder de lanzar ondas de choque. Empezó a golpear el aire y en poco tiempo a base de ondas de choque se deshizo de aquel humo blanco. Quedó algo impresionado al darse cuenta de que todo estaba lleno de pinchos de piedra. De modo que aquello había sido lo que se había comido. De no ser por su haki armadura se habría hecho un colador humano. Dijo que él no usaría cortes y eso, pero parecía que el estilo de Bleyd era bastante más bestia en el sentido de él si pensaba ir así. Taiga no pudo evitar sonreír de forma amable aun así. Se pasó la mano por los pectorales y hombros notando un poco de sangre, nada grave, tan solo piel levantada. Eso sí, el daño de los impactos se lo había llevado. Era su turno de atacar. Debía agradecer que su haki era monstruoso, pero esta vez se imbuyó también el rostro, quedando un musculoso rubio de piel negra metalizada.

El agente del gobierno entrecerró los ojos observando al Yonkaikyo con calma. Ahora conocía a dos de aquellas personas. Debía admitir que muy distintas. Él simplemente se mantuvo calmado observando a su oponente. El silencio reinó en aquel lugar por unos momentos y fue entonces cuando el rubio decidió empezar. Saltó hacia el suelo pisando de forma violenta las púas de piedra y haciéndolas polvo gracias a su haki armadura y fuerza. Entonces usó el soru para desplazarse hacia Bleyd a gran velocidad. Lo que se llevase por medio le daría igual, pues él era como un maldito tren. Trató de colocarse al lado derecho de Bleyd (Anteriormente fue al izquierdo) y lanzarle una potente parada en la zona del pecho. Le diese o no, trataría de ir por él e impactarle dos puñetazos en el estómago y en el rostro. Su ataque allí no terminaba [Manual Prisa], trataría de acercarse todo lo posible y lanzaría una patada con toda su fuerza al aire, formando una potente onda de choque y tratando de lanzarlo por los aires. Todos sus ataques había sido imbuidos en su haki armadura perfecto y el observación lo había centrado también en su oponente para predecir sus intenciones.

- ¡Gran combo del lobo legendario!

Gritó al terminar mientras sonreía de forma animada.

Datos:

Mis pensamientos no eran nada alagueños al ver el bicharraco que ahora mismo tenia frente a mi.
Pues no me digas que el muy puñetero puede volar... Lo que faltaba en combate aéreo soy un nulidad. Taiga esta jugando conmigo totalmente. Sabia de sobra que me superaba en todos los aspectos, pero estábamos aquí para aguantar los tortazos del otro y no me iba a retractar de ello tendría que usar la cabeza a ver si podía sorprenderlo.

El mozo se libro del espeso humo a base de cortes de energía, otra estrategia que se pierde. Se le veía confiado y muy calmado algo normal cuando tienes la sarten por el mango por no hablar que estaba mas negro que el tizón y con un aura oscura que da muy mal rollo, bajo a tierra destrozando el área de pinchos a su alrededor, sabia que vendría con todo y me posicione de espaldas a la pared de tierra y me encogí como un boxeador cubriéndome el cuerpo y la cabeza con las pinzas de carnifex, su enorme masa eran mas que suficiente para taparme medio cuerpo, no llegue a ver de donde salia pero si sentí como sus impactos me machacaban, intente mantener las pinzas alzadas y absorber el golpe pero fue inútil, su fuerza excedía la mía por mucho y con cada golpe me incrustaba en la pared de tierra, incluso llevando armadura las costillas me crujieron por causa de los horribles golpes y el tortazo de rebote contra el casco me dejo viendo estrellitas y sintiendo la sangre manar de algún sitio, dejaría que mi sistema regenerativo se ocupara de los daños. Pero aun no se había acabado, una potente onda de choque vino a por mi, incrustado como estaba en la pared no tenia forma de esquivar así que decidí intentar bloquearla. Active las hombreras y me enchufe un potenciador muscular ademas las pinzas se volvieron un negro brillante al tiempo que me apuntalaba contra la superficie, coloque las pinzas en la trayectoria de la onda en un angulo de 150 grados creando una rampa por la que el corte tendría que cambiar su direccion... En teoría. El impacto me tambaleo y amenazo con tirarme, pero me mantuve firme gracias a las botas de la armadura que me otorgan una excelente estabilidad. Cargue contra Taiga a una velocidad impropia de mi recorriendo dos metros hacia el en un instante, lance lo mas cerca posible de su oído una bomba de estruendo que detono con un ruido infernal, aproveche el impulso de mi carga para intentar atrapar su garganta con la pinza derecha en una presa letal, y la pierna derecha la altura de la rodilla con la pinza izquierda para elevarlo raudo y veloz en el aire sobre mis hombros esperando que sin un punto de apoyo disminuyera su fuerza al tiempo que lo agitaba como una coctelera con intención de marearlo ademas mis brazales se encargarían de darle una corriente electrica . -Dale caña. Una lluvia de cientos de proyectiles de goma comenzaron a caer sobre nosotros creando un infierno de pelotas rebotantes, el cráter con forma de cono propiciaba el efecto, la ametralladora gatling disparaba cien proyectiles por segundo lo mejor de todo Fluffle solo tenia que pulsar un botón, allí estaba con su carita de bobalicon, tenia la lengua fuera y parecía que no se enteraba de nada, normalmente eso seria munición antitanque pero no estábamos aquí para eliminarnos mutuamente fue buena idea pedir munición no letal a los marines del cuartel. Pero por si acaso cree mi propia armadura de haki a mi alrededor mientras sentía a las pelotas rebotar por todas partes.

cosas usadas asi en orden:

El rubio continuaba observando a su oponente de forma calmada. Sus golpes le habían dejado en la pared un buen rato, pero se había asegurado de no impactarle en sitios que pudiesen matarle y por ello continuaba fijándose bien donde pegaba. Sus avanzados conocimientos de medicina eran geniales para aquel tipo de cosas. Sus azulados ojos observan al miembro del saigo con algo de preocupación y de hecho decidió dar un paso hacia él. Su haki de observación le alertó de las intenciones del tipo y por ello el lobo frunció el ceño. Usando el kamie de forma elegante y rápida evadió aquella pinza que pasó rozando su cabeza por poco. En mitad del esquive, el rubio había empezado a sentir un dolor intenso en los oídos que le hizo soltar un quejido de dolor. Se mareó incluso un poco y por ello notó algo agarrarle la pierna ¿Qué diablos?

Empezó a sentirse algo confuso mientras estaba en pleno aire con aquel dolor de oídos. Sus sentidos eran mucho más sensibles que el resto de personas. Un calambrazo le dio de lleno, pero en ese momento su cuerpo empezó a cambiar. En poco tiempo pasó a medir siete malditos metros, su cuerpo se recubrió de pelo totalmente. Sus orejas se estiraron y una cola peluda salió de la parte baja de su espalda. Todo su cuerpo se recubrió del armamento del haki armadura, siendo ahora una especie de hombre lobo metalizado. Una sensación incómoda empezó a azotar su espalda de repente ¿Impactos? El ruido era de un arma de fuego, pero aquello no iba a detenerle. Lanzó una palmada hacia atrás y entonces una especie de cuadrado enorme se formó entre ellos y los tiros. Era enorme y de color verde, medía tres metros de alto, tres de lado y diez centímetros de grosor. En cuanto hizo aquello miró hacia el hombre que tenía atrapada su pierna y le dedicó una sonrisa.

- Subiré un poco más la dificultad.

Dijo viéndolo doble un poco debido al mareo que tenía encima. Todo había sido la maldita bomba sónica y empezaba a sentir los disparos con menos volumen debido a aquella horrible sensación. El lobo entonces lanzó una patada al suelo con su pierna libre, de ese modo su terrible fuerza le impulsaría a él y su peso haría el resto. Lo lograse o no, usaría el kamie para ser más flexible y entonces lanzar un terrible puñetazo hacia aquella persona que tenía delante de sus ojos. Su intención era simplemente lanzarlo por los aires y terminar con aquello. Si se transformaba en su forma completa sería ya demasiado arriesgado incluso siendo un combate amistoso.

- Yo veo que nos larguemos de una vez a comer o a una piscina fresquita.

Si Bleyd salía volando con él sujeto, Taiga simplemente saldría despedido con él también, pero en ese momento se abrazaría a la pinza como un crío pequeño mientras reía de forma feliz, aunque medio sordo, viendo doble y aguantando las ganas de vomitar.

Datos:

El rubio consiguió librarse del agarre a su cuello sin embargo con la pierna fui mas afortunado la granada de estruendo fue efectiva y gracias a ello conseguí agarrarle, un pequeño éxito en tan desigual lucha de monstruos. Nunca mejor dicho pues haciendo gala de poderes demoníacos comenzó a cambiar y a transformarse en un gigantesco perro negro metalizado...- Pero que.... tienes que estar cachondeandote de mi, espero que al menos las pulgas no sean proporcionales a su tamaño o tendré un problema muy serio. Distraído como estaba apenas me di cuenta de la enorme barrera verde que desviaba la munición de la ametralladora gatling, afortunadamente un tirón que me arranco del suelo de devolvió a la realidad.

El perrito lindo por no decir ""monstruoso animalaco"", me tenia volando literalmente mientras me encontraba agarrado a su pata como una lapa. Estaba seguro que de seguir allí enganchado no seria muy bueno para mi salud así que me solté y caí a plomo a tierra justo a tiempo para ver como una enorme zarpa se precipitaba inmisericorde contra mi.

El golpe fue tremendo y el polvo se esparció por todas partes. en pocos instantes el polvo se poso y mi figura con rodilla en tierra apareció ilesa. Las pinzas se encontraban en el suelo esparcidas de cualquier manera en mis prisas por soltarlas y conseguir alcanzar un dial de impacto, junto a este dos diales de rechazo los cuales se encontraban en la palma de mis guanteletes, todos ellos reforzados por haki para repartir y absorber el brutal golpe sin embargo ni siquiera eso era suficiente los diales comenzaron a agrietarse y tuve que lanzarlos lejos, el impacto fue atroz y dejo un boquete en las paredes del suelo. La verdad es que esto se me había ido de las manos y estuve mas que agradecido cuando taiga ofreció terminarlo tomando algo en una piscina.

-Si... cre--creo que sera lo mejor, podemos pedir un helado de los gordos. Ante la palabra helado, Fluffle prácticamente se teleporto con moto y todo y ya estaba tirando de mi para cargarme en la moto y ir a por tan delicioso producto lácteo.- Tranquilo Fluffle primero tendré que recoger todo este estropicio, no puedo dejar todo tirado por el suelo como si nada, ademas llevara poco tiempo ten paciencia. Ehmmm Taiga ¿sabes tu de algún sitio por aquí que tenga piscina y helados entonces? Le comente aun sin estar completamente recuperado del susto de verle siendo un bicharracazo mas grande que mi armadura pesada, la cual estaba arrastrando de vuelta al puesto de la marina para empacarla y enviarla a Sideros.

El enorme lobo rojizo metalizado observaba a su adversario con una mirada calmada. El jodido monstruo medía siete malditos metros y para él todos eran pequeños seres. Al ver que Bleyd había aceptado sus palabras empezó a cambiar totalmente. Dejó su haki desactivado y lentamente empezó a volver a la forma humana. Quedó sin camiseta y con una rodilla en el suelo, pues aún le dolía un poco el oído por aquella técnica sonora. Se dio cuenta de que el pequeño rosa ya estaba allí con la moto. Tenía que tener cuidado en un futuro, pues otra persona podría atacar a muerte al pequeño. El rubio soltó un pequeño suspiro y después se colocó en pie despacio. Agitó la cabeza un par de veces y se acarició la rodilla por la zona donde había recibido el agarre. Aquellas pinzas eran problemáticas, pero se alegró del combate después de todo.

- ¡Hahahaha! Pues los helados hay un pequeño puesto dentro del cuartel. En cuanto a bañarse creo que deberá ser en el mar, por lo que mientras sea en la orilla no habrá problema alguno para mí. – Mencionó de forma calmada.

Se dio cuenta de que Bleyd estaba ahora con la armadura que usó nada más empezar el combate. Él había destrozado una pierna con facilidad y entendió que no le había servido mucho, pero aun así parecía tratarla con cuidado. Se fijó también en la moto y le pareció un buen vehículo, aunque él prefería usar su geppou y la forma completa para desplazarse por los cielos. Un lobo de quince metros no solía llamar mucho la atención por mitad del mar. Algo de gracia le hizo eso, pero de todas formas tampoco pasaba nada. Era listo y no lo hacía muy a menudo. Se rascó un poco la cabeza y se quedó observando al devastador recoger sus cosas. Si le permitía, le ayudaría con ellas con toda su buena fe y amabilidad. Una vez lo hiciera se limpiaría el sudor de su frente. Se notaba bastante calmado y relajado después de haber soportado el ataque sónico del miembro del Saigo.

- Tu estilo es algo curioso. Usas bastantes campos de batalla en lugar de uno como me he dedicado a hacer yo, eres lo que llamo un tío completo. Me ha gustado la batalla, aunque con otros no uses lo de los pinchos de tierra, podrías cargártelos sin querer. – Dijo entonces soltando una carcajada.

Él tampoco solía usar su forma híbrida, pero su mantra le indicó que Bleyd era un tío poderoso, por lo que sabía de sobra que morir no se iba a morir. Tampoco atacó a las extremidades o zonas sensibles. Entonces trató de estirar su puño hacia el yonkaikyo esperando a que lo chocase con él y dedicándole una sonrisa amable. Entonces pondría rumbo al cuartal para pasar por aquel puesto de helados que solían poner en tiempos calurosos.

- La verdad es que a pesar de ser un monstruo eres un tipo legal Taiga. Le choco el puño con el mio mientras se lo comento en tono agradable.- para ser sincero no pensé que tuvieres semejante fuerza fisica, y se agradece el elogio, intento usar todas las cosas disponibles y los pinchos bueno es mas para obstruir la velocidad que para hacer daño realmente, tengo que encontrar la forma de poder volver la superficie del terreno resbaladiza, tengo muchos puntos flacos pero intento solucionarlos como mejor puedo. En tu caso creo que lo que mas te dejo aturdido fue la bomba de estruendo, tendré que buscar algún científico que pueda crearme un aparato de distorsión sonica, la verdad es que aislando mi casco y provocando pulsos estridentes puedo obtener alguna ventaja. De todas formas antes de eso tendré que reconstruir Sideros no se si te enteraste pero acabe nombrado pretor, lamentablemente han puesto a un pelele como rey... Temo que su pasotismo en cuanto a sus funciones reales cree un vació de poder que intenten rellenar elementos subversivos. ¡Oh! perdona siento darte la tabarra con mis problemas politicos.
Me ruborizo pero por suerte tengo el casco puesto y no creo que Taiga llegue a notarlo, Fluffle por su parte se acerca trotando hacia a nosotros para cuando llega ponerse a dar saltitos delante nuestro queriendo que lo aupemos en brazos. Taiga por que no te diviertes un poco con Fluffle, estoy seguro que nunca has llevado una de esas. Digo señalando la moto tanque. Puede alcanzar unas velocidades brutales, creo que llega a 600 kilómetros por hora nunca la he puesto a tanto pero seguro que a ti te puede gustar y a fluffle le encanta sentarse en el sidecar y sentir la velocidad, yo mientras tanto llevare a guardar la armadura para que la carguen los marines y te veo en el puesto de los helados cuando acabes. Comencé la caminata hacia la base sin esperar respuesta si accedía podía divertirse con Fluffle y si no llevaríamos el material y llegaríamos igual.

Taiga ladeó un poco la cabeza cuando escuchó las palabras de aquella persona sobre lo pasado en Síderos. Era cierto que él se había dedicado a seguir a Al y a luchar contra estatuas gigantes, pero no se quedó para averiguar el final. Se marchó con Alice y Kasai en cuanto todo estuvo resulto bélicamente. Sin embarho, había escuchado el nombre del rey y los pretores. Arthur le parecía un tío legal y según Xemnas, un verdadero máquina en lo suyo. Confiaba en el rubio lo suficiente para hacerle caso y las palabras de Bleyd no le parecieron adecuadas. Soltó un suspiro negando un poco y después se rascó la barbilla. No le gustaba aquel tipo de cosas y eso no era un secreto. Se cruzó de brazos y después miró a la persona que tenía delante de sus ojos.

- Ese hombre es un buen tipo, Bleyd. No voy a meterme en medio, ni voy a opinar del tema. Soy de esa clase de personas que no habla mal de otros sin estar presentes u opino mal de su trabajo ¡Hehehe!

Terminó riendo un poco para relajar el ambiente. Cierto era que opinaba que el gobierno trabajaba como el culo, pero no solía decirlo a nadie. Se llevó la mano derecha a la cabeza y escuchó las palabras del moreno acerca de la moto. Era una buena velocidad, aunque él podía ir corriendo mucho más rápido usando sus habilidades. No sabía conducir y aquello era un problema grave. No quería destrozar la moto sin querer o atropellar a un civil. Soltó una risa nerviosa y después de unos momentos miró a Bleyd.

- Me encantaría, pero no sé conducir. No quiero provocar un accidente y menos sin tener un carnet de conducción. Puedo coger velocidades superiores a mil kilómetros por hora, no te preocupes por eso.

Dijo entre carcajadas de forma amable. Estaba claro que en aquella pelea no había usado ni el veinte por ciento de su poder o la cosa se habría puesto muy fea. Soltó un pequeño suspiro y asintió con la cabeza a lo que dijo aquel hombre. Entonces empezó a caminar hacia el puesto de helados. Si el pequeño ser rosa iba con él no se pensaba quejar, pero iría todo el camino sonriendo mirando al frente. No tardó mucho en llegar al puesto y una vez estuvo allí se quedó sentado en una silla. Esperaría al miembro del Saigo, pues no quería comerse nada si no estaba presente. Aunque si el pequeño ser rosa empezaba a pedir, le compraría algunos del sabor que eligiese. Por suerte había cantidades considerables.

Definitivamente Taiga era un buen chaval, le sonreí mientras Fluffle y el partían hacia el puesto de helados y yo me encaminaba al puerto a embalar los cachivaches. Tarde unos diez minutos en ir a guardar las cosas y llegar al puesto de los helados, aunque no podía quitarme las palabras del muchacho de la cabeza. Tal vez estaba juzgando mal al nuevo rey de Sideros y era la envidia la que hablaba... No lo sabia con certeza pero solo el tiempo diría si de verdad haría un buen papel o por el contrario pasaría de todo.

Fluffle aparco la moto[se estrello contra un almendro] y corrio a dar vueltas alrededor del puesto de helados, con ansia viva empezo a sacarse monedas del pelaje y dejándolas en el mostrador mientras señalaba y se extasiaba con los diversos sabores, sus adorables ¡Ghasp! hicieron mella en el corazón del vendedor que no pudo resistir el acariciarle la cabeza. Fluffle se sentó junto con Taiga mientras los helados comenzaban a llegar en marea, banana split, copas cornetto, Condesas, el glotón se había pedido todo el repertorio de helados.

- Vaya veo que Fluffle ya ha estado pidiendo, tendrás que disculpale como mas con los ojos que con la boca. Sonreia a ambos mientras tomaba asiento y le mangaba una copa de helado con tres bolas a Fluffle, a pesar de que me miro con cara de angustia al ver su delicioso helado ser arrebatado.

-Bueno taiga me alegro el haberte conocido eres un tipo legal, si alguna vez necesitas ayuda con alguna cosilla te echare una mano encantado. Ahora dale candela a los helados invito yo, y si Fluffle comerás hasta hartarte no te preocupes déjale que coja lo que quiera. Sonrei con paciencia a mi rosado pony que continuaba intentando comer y sentirse ofendido al mismo tiempo.