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La fiesta bien, ¿no? Cuidado con la resaca y con las lagunas mentales… Despiertas con un fuerte dolor de cabeza. Te sientes un poco mareado. ¿Cuánto alcohol tomaste? Diría que perdiste la cuenta en el décimo vaso… Aunque bueno, a saber. Tú eres el de esa respuesta. Estás en una cama, pero no estás solo. Tienes dos mujeres a tu lado… ¡Campeón!... Ah, pero una de ellas tiene una cara rara… No creo que te hayas confundido, ¿no? Pues sí, parece posible… Una de las dos, es un okama. ¿Qué carajos pasó la noche anterior? La que está a tu derecha se despierta también, te dedica una suave sonrisa, te besa la mejilla y se empieza a levantar… Está totalmente desnuda y deja a la vista un cuerpo hermoso, todo un ángel. El-la “otra” sigue abrazada a ti e incluso dice tu nombre en suaves susurros, de primera instancia parecería que estuviera desnudo… Menuda fiesta, ¿no?
– Hubiera sido genial poder hacer un trío – te dice la mujer de verdad. – Pero ella perdió el conocimiento poco después de llegar a la cama. No tengo idea por qué está desnuda – sientes como vuelves a respirar y como es que tu alma vuelve a tu cuerpo. – ¿Un polvo rápido antes de ir a hacer cada uno nuestras cosas? – te dice con tono coqueto. – Hay una habitación al lado, ¿te interesa, pelirrojo pervertido? – Finaliza con una sonrisa en su rostro.
Por cierto, Zane… ¿Tus nakamas? ¿No tienes interés en buscarlos? Aunque bueno, con ese cuerpazo cualquiera dejaría sus labores de capitán por un día. Aunque, ¿recuerdas como llegaste a Jaya y por qué estás solo? Lo mismo quizá llegaste con todos, pero se perdieron por ahí o te perdiste tú… ¿Quién sabe? En fin, es un nuevo día, el sol está en lo alto y una bella mujer aguarda respuesta, no la hagas esperar.
– Hubiera sido genial poder hacer un trío – te dice la mujer de verdad. – Pero ella perdió el conocimiento poco después de llegar a la cama. No tengo idea por qué está desnuda – sientes como vuelves a respirar y como es que tu alma vuelve a tu cuerpo. – ¿Un polvo rápido antes de ir a hacer cada uno nuestras cosas? – te dice con tono coqueto. – Hay una habitación al lado, ¿te interesa, pelirrojo pervertido? – Finaliza con una sonrisa en su rostro.
Por cierto, Zane… ¿Tus nakamas? ¿No tienes interés en buscarlos? Aunque bueno, con ese cuerpazo cualquiera dejaría sus labores de capitán por un día. Aunque, ¿recuerdas como llegaste a Jaya y por qué estás solo? Lo mismo quizá llegaste con todos, pero se perdieron por ahí o te perdiste tú… ¿Quién sabe? En fin, es un nuevo día, el sol está en lo alto y una bella mujer aguarda respuesta, no la hagas esperar.
- OFF:
- Puedes interactuar como quieras con los NPC, en esta moderación.
Un fortísimo dolor de cabeza y un extraño picor en la entrepierna, y todo eso unido a un fuerte hedor causado por una mezcla de ron de segunda marca y sudor humano, despertó a Zane, que yacía sobre en una cama circular con dos mujeres a los lados; o eso es lo que creyó él. Al principio, tras espabilarse un poco, una sonrisa pícara se dibujó en el rostro del pirata que abrazaba a las dos mujeres con sus brazos. Sin embargo, un extraño movimiento le hizo ver que la mujer de su izquierda era lo más parecido a un ser del inframundo sobre la faz de la tierra: un okama.
“¿Qué coño hiciste anoche, Zane?” –se preguntó, retirando el brazo con brusquedad.
No podía creer lo que le había pasado, no otra vez. Sin embargo, no todo era malo. A su derecha estaba el cuerpo más sensual que había contemplado en mucho tiempo, se trataba de una mujer que superaba con facilidad la veintena, pudiendo llegar a los treinta años con facilidad. Tenía unas piernas interminables y, a simple vista, muy suaves, unas caderas peligrosas y dos grandes protuberancias con las que poder jugar como un felino con una bola de lana; simplemente una diosa.
“Al menos no fue todo malo” –se dijo, intentando olvidarse del okama y lo que pudiera haber hecho con él. No obstante, sus temores se calmaron al saber que el travesti se quedó dormido en cuanto llegaron a la habitación.
El pelirrojo se levantó de la cama y comenzó a vestirse, no sin antes dar un fuerte azote en la nalga izquierda de la mujer.
—¡Qué no me entere yo que ese culamen pase hambre!
Aquel gesto hizo que ella le ofreciera una última empresa conjunta en la habitación de al lado. Se lo pensó un poco, pero al final sucumbió a los encantos de la mujer. Cambiaron de habitación y se volvió a desnudar, pero antes de atreverse a tocar a la muchacha abrió su linda boquita.
—¿Es gratis, no? –le preguntó, consiguiendo que la muchacha le golpeara en la cara con fuerza.
—¿Con qué clase de chica crees que estás hablando, pirata de mierda?
—¿Con una que se abre de piernas en pocas horas? –inquirió el pelirrojo, provocando a la muchacha.
—¡Vete a…! ¡Buah! –espetó la muchacha, saliendo de la habitación rodeando su cuerpo con la sábana.
“Mete primero y pregunta después, que siempre te pasa lo mismo” –se dijo el pirata.
Nuevamente se volvió a vestir y salió de la aquella posada.
Eran poco más de las once de la mañana y Zane se fue a dar un paseo. Las calles estaban transitadas, como siempre en aquella ciudad llena de maleantes, prostitutas y vividores. Podía verse personas de todo tipo, desde piratas hasta revolucionarios, pasando por cazadores de recompensa, aunque estos últimos no se atrevían a ejercer su profesión por miedo a lo que les pudiera pasar. El camino llevó a Zane a mitad de una calle llena de personas, ¿qué pasaba? No lo sabía, aunque no tenía muy claro si acercarse o no.
“¿Qué coño hiciste anoche, Zane?” –se preguntó, retirando el brazo con brusquedad.
No podía creer lo que le había pasado, no otra vez. Sin embargo, no todo era malo. A su derecha estaba el cuerpo más sensual que había contemplado en mucho tiempo, se trataba de una mujer que superaba con facilidad la veintena, pudiendo llegar a los treinta años con facilidad. Tenía unas piernas interminables y, a simple vista, muy suaves, unas caderas peligrosas y dos grandes protuberancias con las que poder jugar como un felino con una bola de lana; simplemente una diosa.
“Al menos no fue todo malo” –se dijo, intentando olvidarse del okama y lo que pudiera haber hecho con él. No obstante, sus temores se calmaron al saber que el travesti se quedó dormido en cuanto llegaron a la habitación.
El pelirrojo se levantó de la cama y comenzó a vestirse, no sin antes dar un fuerte azote en la nalga izquierda de la mujer.
—¡Qué no me entere yo que ese culamen pase hambre!
Aquel gesto hizo que ella le ofreciera una última empresa conjunta en la habitación de al lado. Se lo pensó un poco, pero al final sucumbió a los encantos de la mujer. Cambiaron de habitación y se volvió a desnudar, pero antes de atreverse a tocar a la muchacha abrió su linda boquita.
—¿Es gratis, no? –le preguntó, consiguiendo que la muchacha le golpeara en la cara con fuerza.
—¿Con qué clase de chica crees que estás hablando, pirata de mierda?
—¿Con una que se abre de piernas en pocas horas? –inquirió el pelirrojo, provocando a la muchacha.
—¡Vete a…! ¡Buah! –espetó la muchacha, saliendo de la habitación rodeando su cuerpo con la sábana.
“Mete primero y pregunta después, que siempre te pasa lo mismo” –se dijo el pirata.
Nuevamente se volvió a vestir y salió de la aquella posada.
Eran poco más de las once de la mañana y Zane se fue a dar un paseo. Las calles estaban transitadas, como siempre en aquella ciudad llena de maleantes, prostitutas y vividores. Podía verse personas de todo tipo, desde piratas hasta revolucionarios, pasando por cazadores de recompensa, aunque estos últimos no se atrevían a ejercer su profesión por miedo a lo que les pudiera pasar. El camino llevó a Zane a mitad de una calle llena de personas, ¿qué pasaba? No lo sabía, aunque no tenía muy claro si acercarse o no.
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¿No tienes hambre, verdad? Digo… Por todas las calorías que perdiste esa noche… Meh, serán cosas mías. De todos modos, tu estómago ruge como una fiera salvaje y quizá comer algo no sea tan mala idea. En fin, el caso. Llegas a un lugar y ves algo bastante típico, una pelea entre dos hombres y nada muy inusual, a simple vista solo son dos borrachos (como tú) y ya… De los susurros de los espectadores, escuchas que el que está recibiendo una paliza del otro, se había acostado con su mujer. Es una cosa de honor. ¿Te meterás? Lo mismo no es de tu incumbencia y prefieres ir a otras cosas.
Gracias a tu sentido del olfato mejorado, logras oler el delicioso aroma de comida recién hecha. No está tan lejos, de hecho, está a unos pocos pasos de los tipazos que están luchando. Aunque… Creo que decir lucha es mucho, es una contienda desigual. El que está recibiendo la paliza de su vida, apenas logra mantenerse en pie. En fin, el lugar donde sientes aquel delicioso aroma, es una taberna y, a pesar de ser relativamente temprano, ya sientes bastante bullicio. Si entras, verás nada de que no hayas visto ya. Diversos piratas, revolucionarios y todo lo que tú memoria de ciertos wanteds pueda reconocer. ¿Pedirás comida? Logras ver, en la barra, un den den mushi negro. Está dormido, así que supones que no ha encontrado nada raro. Pero…
– Los… Buques… – el den den mushi empieza a hablar y todos guardan silencio. – Liderados por un… Vicealmirante… Están viendo Jaya – hay algunas otras palabras, pero tampoco es que necesites ser un genio. La fiesta ha llegado. – Objetivo… Zane D. Kenshin y todos los criminales por sobre 80 millones. – Vaya… Eso animaría a cualquiera, ¿no? No sabes la cantidad de buques, pero, de la nada, sientes que todos te observan. ¿Cuál es tú siguiente movimiento, pirata?
Gracias a tu sentido del olfato mejorado, logras oler el delicioso aroma de comida recién hecha. No está tan lejos, de hecho, está a unos pocos pasos de los tipazos que están luchando. Aunque… Creo que decir lucha es mucho, es una contienda desigual. El que está recibiendo la paliza de su vida, apenas logra mantenerse en pie. En fin, el lugar donde sientes aquel delicioso aroma, es una taberna y, a pesar de ser relativamente temprano, ya sientes bastante bullicio. Si entras, verás nada de que no hayas visto ya. Diversos piratas, revolucionarios y todo lo que tú memoria de ciertos wanteds pueda reconocer. ¿Pedirás comida? Logras ver, en la barra, un den den mushi negro. Está dormido, así que supones que no ha encontrado nada raro. Pero…
– Los… Buques… – el den den mushi empieza a hablar y todos guardan silencio. – Liderados por un… Vicealmirante… Están viendo Jaya – hay algunas otras palabras, pero tampoco es que necesites ser un genio. La fiesta ha llegado. – Objetivo… Zane D. Kenshin y todos los criminales por sobre 80 millones. – Vaya… Eso animaría a cualquiera, ¿no? No sabes la cantidad de buques, pero, de la nada, sientes que todos te observan. ¿Cuál es tú siguiente movimiento, pirata?
Después de escuchar como varias personas animaban a alguien llamado Alessio a seguir golpeando a otro, cuyo nombre no llegó a escuchar, el morbo del pirata pelirrojo hizo que sintiera curiosidad por saber quien se estaba peleando frente a él. Sin pensarlo, apoyando una de sus manos sobre el mango Aki no Hikari, posiblemente su katana favorita, se acercó hacia aquel tumulto repleto de maleantes y prostitutas. Desde el final no conseguía ver nada, solo escuchar cómo uno de los que se estaba peleando golpeaba sin cesar, así que fue abriéndose paso entre la multitud hasta llegar a primera fila. Allí solo pudo contemplar la escena más triste que había visto en mucho tiempo, como un hombres de más de dos metros de alto, cuyo cuerpo dejaba claro que era un combatiente curtido en decenas de peleas, agredía con todo lo que tenía a un joven pelirrojo que no sabía cómo defenderse de tantos golpes.
—¡Golpéale más fuerte, Mike! ¡Así se le quitarán las ganas de acostarse con la novia de otro! –gritó el sujeto que estaba a la izquierda de Zane.
El pelirrojo torció el gesto y tuvo un flashback de la noche anterior, recordando como la rubia a la que se cepilló la noche anterior era la novia del gigantón que estaba golpeando al otro.
“Podría intervenir… aunque también podría no hacerlo, total” –se dijo el pelirrojo, dándose la vuelta y saliendo de aquella muchedumbre furiosa. Al alejarse allí, su nariz celestial percibió el suculento y característico aroma de un buen trozo de carne asándose a la leña. Entonces, como si de una bestia se tratara, su estomago rugió con furia, escuchándose bien fuerte. Sin embargo, aquel olor parecía proceder del local que estaba frente a los dos que se estaban peleando. Intentó ir por un lateral, pero no consiguió pasar, lo intentó por el otro y más de lo mismo. Cansado y con el hambre en aumento, debido a que el aroma a carne era cada vez más y más fuerte, aunque posiblemente aquello fueran imaginaciones suyas, volvió a mezclarse entre la multitud hasta llegar a primera fila y siguió observando como el hombre golpeaba al muchacho que yacía en el suelo casi inconsciente.
—¡Eh, tú! ¡Grandullón! –alzó la voz el pirata, intentando llamar la atención del hombre, que lo miró de reojo–. ¿Eres consciente de que estás atribuyéndole el logro de cepillarse a tu novia al pelirrojo equivocado?
—¿Qué mez taz tratandoz dez decirz? –preguntó el hombre, que hablaba como un niño pequeño.
Zane arqueó una ceja y comenzó a reírse.
—¿¡De quez te eztaz riendoz!? –Mike se levantó, dejando de golpear al chico pelirrojo que estaba inconsciente en el suelo, y se puso frente a Zane–. ¿Te eztaz riendo de mi? –inquirió, crujiéndose los puños.
—Es que hablas muy gracioso –le respondió Zane, entre risa.
—De mi no ze riez nadiez.
El hombre, con los ojos encendidos de ira, alzó su brazo derecho y se dispuso a golpear al pirata, quien casi por instinto esquivó el golpe agachándose unos centímetros y dando un paso hacia su derecha, para inmediatamente después desenfundar su katana y realizar una onda cortante frente al hombre de gran envergadura, que cayó de espaldas en el acto.
Tras eso, dejando tirado a Mike en el suelo, el pelirrojo enfundó su katana y entró en el asador. Era un lugar pequeño en comparación con los lugares de Jaya que solía frecuentar. Tenía cuatro mesas cuadradas con un mantel de cuadros de color rojo y blanco, situada cada una de ellas en una esquina del salón del local. En el fondo había un mostrador de una punta a otra con cinco taburetes. El olor a carne asada era más intenso y el estómago de Zane rugía con más fuerza todavía.
“Me van a tener que sacar de aquí en carretilla” –se dijo Zane, cerrando los ojos y aspirar el aroma del local, que era una mezcla de carne asada y alcohol del malo.
El pirata se sentó en la barra, como era costumbre en él, pidió una jarra de cerveza bien fría y un plato de carne con guarnición y salsa de la casa. Entonces, sobre la barra, a poco más de un metro de él, un den den mushi comenzó a sonar llamando su atención. Al parecer la marina estaba frente a la isla y se disponía a cazarle a él y cualquiera que tuviera una recompensa superior a los ochenta millones. El posadero acababa de traer la comida, y los pocos maleantes que sabían quién era Zane clavaron su mirada en él.
El pelirrojo hizo caso omiso del caracol y continuó comiendo su suculento plato de carne. Mientras comía, una mujer vestida con un pantalón negro y una chaqueta vaquera con una calavera cosida en la espalda salió del baño y se puso al lado de Zane en la barra, guardándose el caracol. Al hacer eso, varios maleantes conocidos en el grand line, como eran Pitt “pies rápidos”, con un valor por su cabeza de ochenta y dos millones, y Jessi “corazón de hierro” Turner, con una recompensa de ochenta y siete millones y medio, se acercaron a ella.
—¿Es tuyo ese den den mushi? –preguntó Jessie con seriedad.
—Sí, ¿por qué?
—Porque no nos gustan los marines.
Zane observaba por el rabillo del ojo mientras terminaba su plato y daba un sorbo largo a su jarra de cerveza, acabándosela también. Dejó un billete de cinco mil berries bajo su plato y salió de allí.
—¡Zane D. Kenshin! –alguien alzó la voz tras él, haciendo que el pirata se girara–. ¿Acaso vas a huir?
El pelirrojo se dio media vuelta.
—¿Huir? –mostró una sonrisa–. Yo no me achanto tan fácilmente, pero no pienso gastar energías con un mísero becario.
Finalmente, el pelirrojo salió de la taberna.
“¿Qué he hecho yo ahora para que la marina venga a por mí? Si últimamente me he portado bien…” –pensó el pelirrojo, suspirando.
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A ver… Al salir, te das cuenta de algo; todos los piratas se están preparando para zarpar por el sur. Nadie quiere enfrentarse a un vicealmirante o, al menos, no aquí. Es raro… Tienen ventaja de números, pero lo mismo ninguno es capaz de plantarle cara a alguien de un rango así. ¿Tú sí? Hay que saber diferenciar ser valiente y ser idiota. Además, lo mismo es mejor que estés solo, así tus compañeros no saldrían heridos… Pero lo mismo tienen que ir a buscarte a New Impel Down. Pensar en esa idea hace que un ligero escalofrío recorra tu espalda. En fin, el caso… ¿Qué piensas hacer? La idea de ir al puerto del norte a esperarlos, suena tentadora, ¿no? También puedes unirte a la manada y huir por el sur.
Antes de que puedas pensar en algo, una poderosa explosión ocurre a solo unos metros de ti. ¿5 metros? No… Diría que a unos 3. La humareda que se levanta es enorme y a esa la siguen otras explosiones más. Ya han llegado. La fiesta ha empezado. Deben ser disparos de aviso y es una clara señal de que los marines ya están por llegar. Aunque bueno, hay algo raro… Tu haki siente algunas presencias y son fuertes. Si te fijas con atención, un grupo de tres marines ha llegado y empiezan a salir entre el humo y las llamas. Puedes reconocer sus chaquetas, como no… Son tenientes. Sus figuras son imponentes. Uno porta un cañón de mano, otro una espada bastante larga y el último del grupo, unos guanteles de acero.
– Hemos identificado a Zane D. Kenshin – dice el del cañón a un den den mushi en su muñeca. Te mira y te sonríe con arrogancia. – Procederemos a su arresto inmediato.
– Si no pueden vencer, esperen los refuerzos. Estaré con ustedes en la brevedad. – Responde, del otro lado de la línea, una voz ronca y llena de autoridad.
El tipazo cuelga y te mira. De la nada, los tres desaparecen. Puedes seguirlos con el mantra y sabes en donde aparecerán. Uno arriba, el otro detrás y uno justo a tu lado izquierdo. El de arriba, dispara con su cañón. El segundo, intenta partirte en dos con su espada y él último, intenta sacarte la cabeza de un puñetazo. Es hora de la acción.
Antes de que puedas pensar en algo, una poderosa explosión ocurre a solo unos metros de ti. ¿5 metros? No… Diría que a unos 3. La humareda que se levanta es enorme y a esa la siguen otras explosiones más. Ya han llegado. La fiesta ha empezado. Deben ser disparos de aviso y es una clara señal de que los marines ya están por llegar. Aunque bueno, hay algo raro… Tu haki siente algunas presencias y son fuertes. Si te fijas con atención, un grupo de tres marines ha llegado y empiezan a salir entre el humo y las llamas. Puedes reconocer sus chaquetas, como no… Son tenientes. Sus figuras son imponentes. Uno porta un cañón de mano, otro una espada bastante larga y el último del grupo, unos guanteles de acero.
– Hemos identificado a Zane D. Kenshin – dice el del cañón a un den den mushi en su muñeca. Te mira y te sonríe con arrogancia. – Procederemos a su arresto inmediato.
– Si no pueden vencer, esperen los refuerzos. Estaré con ustedes en la brevedad. – Responde, del otro lado de la línea, una voz ronca y llena de autoridad.
El tipazo cuelga y te mira. De la nada, los tres desaparecen. Puedes seguirlos con el mantra y sabes en donde aparecerán. Uno arriba, el otro detrás y uno justo a tu lado izquierdo. El de arriba, dispara con su cañón. El segundo, intenta partirte en dos con su espada y él último, intenta sacarte la cabeza de un puñetazo. Es hora de la acción.
- Datos:
- Los tres usan Busoushoku Entrenado. Sus niveles son: El del cañón, Tirador nivel 40. El espadachín, puro nivel 45 y el luchador, buey y nivel 50.
¿Qué demonios está pasando aquí fuera? Pensaba el pelirrojo con cierta perplejidad. Al ver como en pocos minutos, la idílica isla que era Jaya, un lugar de ensueño para todas aquellas personas que buscasen refugio, beber barato, relacionarse con todo tipo de prostitutas sin importar su sexo y, en definitiva, un lugar donde cualquier acción penada por las leyes del gobierno mundial estaban permitidas, se había convertido en una gran vorágine de personas con miedo en los ojos y confusión, que hacía que todos aquellas personas que se suponían que eran alguien en el mar huyeran hacia el puerto del sur de la isla.
—¿En serio estáis huyendo? ¿Y vosotros os hacéis llamar piratas? –preguntó el pelirrojo en voz alta, con un pequeño atisbo de ironía en su tono de voz.
—De valientes están las cárceles llenas, Descamisetado –dijo un pirata de cabellos violáceos y baja estatura, cuya cara había visto en algún cartel de “se busca”, pero no recordaba su nombre. Pero sin duda su aura desprendía poder.
Entre tanto, Zane se encontraba en una difícil tesitura. Él siempre había querido destacar y adentrarse en las grandes ligas, es decir, dejar de ser uno de tantos piratas que surcaban los mares y se habían hecho famosos por delitos menores, para convertirse en un pirata reconocido y respetado por piratas de sobrenombre. Sin embargo, quedarse allí y enfrentarse solo a un pelotón de la marina y a un vicealmirante era una sentencia de muerte seguro. ¿Qué debía hacer? ¿Sería su banda lo suficientemente poderosa como para sacarlo de Impel Down si lo apresaban? ¿Y si no era lo suficientemente fuerte y acaban con él en el acto? Eran las cuestiones que debatía en su cerebro cuando, de repente, una fuerte explosión levantó todo el polvo que había en las cercanías y se formó una espesa nube de humo.
Instintivamente, hizo brotar en su espalda dos grandes alas de color carmesí y posó su mano sobre su Kurai Taiyo, la cual no tardó en desenfundar al mismo tiempo que usaba su mantra. Gracias a su haki de observación, unida a su vista de pájaro, le hizo ver a tres personas, cuyo rostro se hacía más y más visible al disiparse la humareda que había surgido de la explosión, la cual había herido a unas pocas personas que se encontraban inconscientes en el suelo.
El viento que soplaba del este terminó por aclarar el lugar y frente a él se encontraban tres oficiales de la marina. Uno de ellos era grande, superando con facilidad los tres metros de estatura. Su rostro era severo, pero en su mirada no había maldad alguna. Apenas tenía un pelo de tonto, aunque también podría decirse que no tenía ninguno de listo, y si tenía alguno no quería saber dónde. Y tenía apoyado sobre su hombro un cañón de mano. El segundo de ellos era un muchacho, ¿o tal vez una muchacha? No lo sabía, pues su rostro era demasiado andrógino y su larga melena rubia no le aclaraba nada, portaba una preciosa nodachi cuya longitud era equivalente a la de su portador, rondando con facilidad el metro ochenta, mango y hoja incluidos. Y el último de ellos, era un varón entrado en años, con decenas de cicatrices por su cara y brazos, más o menos de la altura del pirata, con unos puños americanos de metal.
“Vaya grupo más variopinto” –pensó el pelirrojo, mientras desenfundaba su Aki no Hikari con su mano restante.
Entonces, tras escucharse el silbido que caracteriza el soru, una de las técnicas por excelencia de los perros del gobierno, los tres marines desparecieron. Sin embargo, gracias al mantra que el pirata seguía teniendo activado consiguió prever el ataque simultáneo de los marines y sin tan siquiera pensárselo mucho. Agitó sus alas y se impulsó hacia adelante lo más rápido que pudo, al mismo tiempo que usaba su haki del rey con la intención de doblegar a los marines.
En el caso de que los marines aguantaran el haki del conquistador de Zane, se podría en posición defensiva, pero si se diera lo contrario y el trío de marines cayeran inconscientes, el pirata alado se acercaría volando hacia sus agresores y les arrebataría el den den mushi que habían usado hacía un momento para hablar con sus superiores. El caracol era el típico que usaba la marina, con dos gaviotas en los laterales, pero tenía un aspecto extraño, como si tuviera la apariencia de alguien
“Me recuerda a mis den den Zane’s”
—¡Aquí Zane D. Kenshin! –dijo, al accionar el aparato–. Amante egoísta, intento de pirata y, de vez en cuando, portador de camisetas molonas.
—Maldito pirata… -se escuchó al otro lado con rabia–. ¡Juro por mi honor que…
—Sí, sí, sí… ahórrate el discursito que lo tengo muy escuchado y atiende a lo que voy a decirte. ¿Sería mucho pedir que dejarais de enviarme a segundones y viniera alguien que pueda entretenerme un rato? Escuché algo sobre un vicealmirante que quiere mi cabeza, creo que con él podría pasar un buen rato –sonrió Zane, dejando impactados a los pocos maleantes que estaban todavía en los alrededores.
—¿En serio estáis huyendo? ¿Y vosotros os hacéis llamar piratas? –preguntó el pelirrojo en voz alta, con un pequeño atisbo de ironía en su tono de voz.
—De valientes están las cárceles llenas, Descamisetado –dijo un pirata de cabellos violáceos y baja estatura, cuya cara había visto en algún cartel de “se busca”, pero no recordaba su nombre. Pero sin duda su aura desprendía poder.
Entre tanto, Zane se encontraba en una difícil tesitura. Él siempre había querido destacar y adentrarse en las grandes ligas, es decir, dejar de ser uno de tantos piratas que surcaban los mares y se habían hecho famosos por delitos menores, para convertirse en un pirata reconocido y respetado por piratas de sobrenombre. Sin embargo, quedarse allí y enfrentarse solo a un pelotón de la marina y a un vicealmirante era una sentencia de muerte seguro. ¿Qué debía hacer? ¿Sería su banda lo suficientemente poderosa como para sacarlo de Impel Down si lo apresaban? ¿Y si no era lo suficientemente fuerte y acaban con él en el acto? Eran las cuestiones que debatía en su cerebro cuando, de repente, una fuerte explosión levantó todo el polvo que había en las cercanías y se formó una espesa nube de humo.
Instintivamente, hizo brotar en su espalda dos grandes alas de color carmesí y posó su mano sobre su Kurai Taiyo, la cual no tardó en desenfundar al mismo tiempo que usaba su mantra. Gracias a su haki de observación, unida a su vista de pájaro, le hizo ver a tres personas, cuyo rostro se hacía más y más visible al disiparse la humareda que había surgido de la explosión, la cual había herido a unas pocas personas que se encontraban inconscientes en el suelo.
El viento que soplaba del este terminó por aclarar el lugar y frente a él se encontraban tres oficiales de la marina. Uno de ellos era grande, superando con facilidad los tres metros de estatura. Su rostro era severo, pero en su mirada no había maldad alguna. Apenas tenía un pelo de tonto, aunque también podría decirse que no tenía ninguno de listo, y si tenía alguno no quería saber dónde. Y tenía apoyado sobre su hombro un cañón de mano. El segundo de ellos era un muchacho, ¿o tal vez una muchacha? No lo sabía, pues su rostro era demasiado andrógino y su larga melena rubia no le aclaraba nada, portaba una preciosa nodachi cuya longitud era equivalente a la de su portador, rondando con facilidad el metro ochenta, mango y hoja incluidos. Y el último de ellos, era un varón entrado en años, con decenas de cicatrices por su cara y brazos, más o menos de la altura del pirata, con unos puños americanos de metal.
“Vaya grupo más variopinto” –pensó el pelirrojo, mientras desenfundaba su Aki no Hikari con su mano restante.
Entonces, tras escucharse el silbido que caracteriza el soru, una de las técnicas por excelencia de los perros del gobierno, los tres marines desparecieron. Sin embargo, gracias al mantra que el pirata seguía teniendo activado consiguió prever el ataque simultáneo de los marines y sin tan siquiera pensárselo mucho. Agitó sus alas y se impulsó hacia adelante lo más rápido que pudo, al mismo tiempo que usaba su haki del rey con la intención de doblegar a los marines.
En el caso de que los marines aguantaran el haki del conquistador de Zane, se podría en posición defensiva, pero si se diera lo contrario y el trío de marines cayeran inconscientes, el pirata alado se acercaría volando hacia sus agresores y les arrebataría el den den mushi que habían usado hacía un momento para hablar con sus superiores. El caracol era el típico que usaba la marina, con dos gaviotas en los laterales, pero tenía un aspecto extraño, como si tuviera la apariencia de alguien
“Me recuerda a mis den den Zane’s”
—¡Aquí Zane D. Kenshin! –dijo, al accionar el aparato–. Amante egoísta, intento de pirata y, de vez en cuando, portador de camisetas molonas.
—Maldito pirata… -se escuchó al otro lado con rabia–. ¡Juro por mi honor que…
—Sí, sí, sí… ahórrate el discursito que lo tengo muy escuchado y atiende a lo que voy a decirte. ¿Sería mucho pedir que dejarais de enviarme a segundones y viniera alguien que pueda entretenerme un rato? Escuché algo sobre un vicealmirante que quiere mi cabeza, creo que con él podría pasar un buen rato –sonrió Zane, dejando impactados a los pocos maleantes que estaban todavía en los alrededores.
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Los tres caen como tablas al piso y logras ver sus ojos blancos. Los has derrotado solo con el poder de tu voluntad. Escuchas el sonido de sus cuerpos caer, al igual que el de sus armas. Por si fuera poco, algunos piratas que estaban cerca, también ceden ante tu Haoshoku. Llamas la atención de un par que, luego de unos segundos, se van y siguen su camino directo al puerto del sur. Tú, por otro lado, ya te vas quedando solo y el viento parece ir de tu favor. Es agradable. Por el den den mushi, escuchas varios ruidos de pisadas, de muchas órdenes, pero… Todo se calla de un momento a otro. Es un silencio incómodo y hasta tú lo sientes en tu cuerpo. Incluso sientes un poco de tensión.
– Te haré pagar por lo que hiciste, pirata de mierda – dice con un tono bastante enfurecido. ¿Era tú objetivo? Pues, si lo era, lo has conseguido con creces. – No te atrevas a subestimar a la Marina y mucho menos, a subestimarme a mí. – Raspa sus palabras y luego, de un fuerte golpe, cuelga. Te quedas solo… Nuevamente.
De todos modos, las balas siguen llegando y llenan de humo y fuego todo a tu alrededor. Incluso aquella taberna donde estabas antes, cae consumida por el poder de los buques. ¿Cuántos serán? Lo mismo no es solo un vicealmirante y hay más. ¿Fue buena idea quedarte? Bueno… Ya lo averiguaras. El ambiente ya no es el mismo de hace solo unos minutos, ahora solo hay tensión y soledad en el aire. Estás tú solo frente al mundo. La verdadera prueba de tus habilidades no tardará en llegar y está ansiosa de sangre… Tú sangre. Las balas cesan, el viento también se calla y el sol se ve cubierto de nubes. Como si el mismo clima se pusiera a punto para el preludio de una gran tormenta.
Entonces, a tus espaldas y sin llamar tu atención para nada, una poderosa presencia aparece. Es la vicealmirante que esperabas. ¿Qué decir de ella? Es hermosa. Una gran delantera, curvas delgadas y el traje de la marina no hace, si es que no se puede más, solo embellecer su figura. Su cabellera es rubia, unos furiosos ojos verdes y de tez blanca. Te mira con arrogancia. En primera instancia, no porta ninguna arma y tampoco parece necesitarlas… Al menos, eso te dice su cuerpo. ¿La invitarás a unas copas o pelearás?
– Es hora de acabar con esto, intento de pirata. – Dice y… Entonces, libera su poderoso Haoshoku. Las tablas crujen, el fuego se apaga y el suelo tiembla. Es poderosa. ¿Habrá sido buena idea quedarte? De momento, salvo liberar su poder, no hace mucho más. Solo te mira… Confiada y tranquila. Se queda de brazos cruzados y, poco a poco, vas sintiendo la presión en tu cuerpo. Este es el poder de la marina, este es el poder que has desafiado… Has despertado a la bestia.
– Te haré pagar por lo que hiciste, pirata de mierda – dice con un tono bastante enfurecido. ¿Era tú objetivo? Pues, si lo era, lo has conseguido con creces. – No te atrevas a subestimar a la Marina y mucho menos, a subestimarme a mí. – Raspa sus palabras y luego, de un fuerte golpe, cuelga. Te quedas solo… Nuevamente.
De todos modos, las balas siguen llegando y llenan de humo y fuego todo a tu alrededor. Incluso aquella taberna donde estabas antes, cae consumida por el poder de los buques. ¿Cuántos serán? Lo mismo no es solo un vicealmirante y hay más. ¿Fue buena idea quedarte? Bueno… Ya lo averiguaras. El ambiente ya no es el mismo de hace solo unos minutos, ahora solo hay tensión y soledad en el aire. Estás tú solo frente al mundo. La verdadera prueba de tus habilidades no tardará en llegar y está ansiosa de sangre… Tú sangre. Las balas cesan, el viento también se calla y el sol se ve cubierto de nubes. Como si el mismo clima se pusiera a punto para el preludio de una gran tormenta.
Entonces, a tus espaldas y sin llamar tu atención para nada, una poderosa presencia aparece. Es la vicealmirante que esperabas. ¿Qué decir de ella? Es hermosa. Una gran delantera, curvas delgadas y el traje de la marina no hace, si es que no se puede más, solo embellecer su figura. Su cabellera es rubia, unos furiosos ojos verdes y de tez blanca. Te mira con arrogancia. En primera instancia, no porta ninguna arma y tampoco parece necesitarlas… Al menos, eso te dice su cuerpo. ¿La invitarás a unas copas o pelearás?
– Es hora de acabar con esto, intento de pirata. – Dice y… Entonces, libera su poderoso Haoshoku. Las tablas crujen, el fuego se apaga y el suelo tiembla. Es poderosa. ¿Habrá sido buena idea quedarte? De momento, salvo liberar su poder, no hace mucho más. Solo te mira… Confiada y tranquila. Se queda de brazos cruzados y, poco a poco, vas sintiendo la presión en tu cuerpo. Este es el poder de la marina, este es el poder que has desafiado… Has despertado a la bestia.
Zane se encontraba de pie en la ciudad, rodeado de los cuerpos de los tres marines y algunos piratas que yacían en el suelo tras sucumbir a la fuerza de su presencia. El sol se encontraba en su punto álgido y pegaba fuerte sobre su cabeza. Pese a aguantar el calor más que una persona normal gracias al poder que le otorgaba su fruta del diablo, no podía evitar sentirse incómodo llevando su sudadera puesta –sin su camiseta, pues posiblemente se la había dejado en la posada–. Continuaba sosteniendo en su mano el den den mushi de la marina, del cual se escuchaban algunos sonidos incoherentes, pasos y una alarma que sonaba con fuerza, ¿qué demonios estaba pasando al otro lado? Pensaba el pirata, vislumbrando como el último pirata que estaba en la ciudad corría despavorido hacia el sur. Y entonces, como si la muerte hubiera pasado por la isla arrasando con todo a su paso hasta dejarle solo, surgió el silencio. Pero no era un silencio normal, pues evocaba una tensión que hacía sentir incómodo al pelirrojo, haciéndole dudar entre quedarse allí esperando a los marines o irse sin mirar atrás. Entonces, el den den mushi volvió a oírse, y lo que dijeron por él hizo que el pelirrojo esbozara una pequeña sonrisa vacilante.
La destrucción de Mock Town seguía en proceso, lo que hacía unas horas eran tabernas y burdeles repletos de depravación y vida, ahora eran escombros de piedra y madera candente. Había columnas de humo que se elevaban hasta el cielo y el paso de los marines se escuchaba cada vez más cerca. Automáticamente, guiado por su instinto, el pirata se aferró a los mangos de sus dos katanas con fuerza, apretándolos con todo lo que tenía. Y entonces, como si lo hubiera previsto, una fuerte presencia apareció tras él, habiendo temblar el suelo y resquebrajar la madera de los locales destruidos. Durante un instante, Zane sintió que no podía moverse, sin embargo, quiso creer que fue porque no lo vio venir. Al girarse, allí se encontraba una de las mujeres más preciosas que había visto en su vida. De cabellos dorados, ojos esmeraldas y una cara que era el equilibrio perfecto entre la fragilidad de una muñeca de porcelana y la fiereza de una amazona; simplemente la mujer perfecta.
—¡Wow! –exclamó el pelirrojo–. ¡Espósame si quieres, que yo me dejo! O si quieres una buena copa de vino, conozco un garito dos calles más adelante que… ¡Ah, no! ¡Que no lo habéis destruido!
Aquel comentario no fue bien recibido por la marine, que retó al pelirrojo con la mirada. En su rostro se podía notar que era una mujer que confiaba en sí misma y en que podría atrapar a Zane con facilidad, pero él no se iba a dejar capturar tan fácilmente; aunque fuera una mujer y eso le fuera un dilema para él, que no le gustaba herir a seres tan perfectos y hermosos como aquella dama.
“¿Ataco primero o espero a que ella lo haga? Porque no sería de caballeros proceder primero… aunque yo nunca he sido muy caballeroso” –debatía el pelirrojo. Sin embargo, el pelirrojo se quitó la sudadera tirándola al suelo y se colocó en posición neutra, para justo después hacer un movimiento horizontal con su Aki no Hikari y enviar hacia la vicealmirante una onda cortante, la cual emitía un brillo cegador.
La destrucción de Mock Town seguía en proceso, lo que hacía unas horas eran tabernas y burdeles repletos de depravación y vida, ahora eran escombros de piedra y madera candente. Había columnas de humo que se elevaban hasta el cielo y el paso de los marines se escuchaba cada vez más cerca. Automáticamente, guiado por su instinto, el pirata se aferró a los mangos de sus dos katanas con fuerza, apretándolos con todo lo que tenía. Y entonces, como si lo hubiera previsto, una fuerte presencia apareció tras él, habiendo temblar el suelo y resquebrajar la madera de los locales destruidos. Durante un instante, Zane sintió que no podía moverse, sin embargo, quiso creer que fue porque no lo vio venir. Al girarse, allí se encontraba una de las mujeres más preciosas que había visto en su vida. De cabellos dorados, ojos esmeraldas y una cara que era el equilibrio perfecto entre la fragilidad de una muñeca de porcelana y la fiereza de una amazona; simplemente la mujer perfecta.
—¡Wow! –exclamó el pelirrojo–. ¡Espósame si quieres, que yo me dejo! O si quieres una buena copa de vino, conozco un garito dos calles más adelante que… ¡Ah, no! ¡Que no lo habéis destruido!
Aquel comentario no fue bien recibido por la marine, que retó al pelirrojo con la mirada. En su rostro se podía notar que era una mujer que confiaba en sí misma y en que podría atrapar a Zane con facilidad, pero él no se iba a dejar capturar tan fácilmente; aunque fuera una mujer y eso le fuera un dilema para él, que no le gustaba herir a seres tan perfectos y hermosos como aquella dama.
“¿Ataco primero o espero a que ella lo haga? Porque no sería de caballeros proceder primero… aunque yo nunca he sido muy caballeroso” –debatía el pelirrojo. Sin embargo, el pelirrojo se quitó la sudadera tirándola al suelo y se colocó en posición neutra, para justo después hacer un movimiento horizontal con su Aki no Hikari y enviar hacia la vicealmirante una onda cortante, la cual emitía un brillo cegador.
- Spoiler:
- El brillo cegador es la característica de mi katana, que ciega cuando crea ondas cortantes y derivados
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La vicealmirante te ignora fríamente. Ni se inmuta ante tus palabras y, mucho menos, te responde. Solo consigues que su mirada se vuelva más fría y, si puede más, con un instinto asesino en sus hermosos ojos verdes. No le molesta tu ataque, es más, logras ver cómo es que cierra los ojos y, finalmente, hace su movimiento. No se mueve del lugar solo… Eleva su brazo y abre su mano, si tienes buena vista y el brillo de tu propio ataque no te lo impide, podrás ver que tiene almohadillas en sus manos. Tú ataque da de lleno en su extremidad y sale repelido a su derecha, cortando, de paso, una que otra madera. Te mira con arrogancia y luego vuelve a su posición inicial, cruzada de brazos. ¿No piensa atacarte? No parece tener intención de hacerlo, pero luego suelta un suspiro y, finalmente, se pone en posición de combate; separa un poco sus piernas y eleva sus dos puños.
– ¿Eso es todo? ¿Y te haces llamar pirata? – Te dice con soberbia. Para ser tan hermosa, tiene el ego y arrogancia por las nubes.
Sin bajar la guardia, ella eleva sus manos y empieza a golpear al aire. No aparta su mirada de ti y, lentamente, vas bien como va formando una enorme zarpa de oso de aire sobre su cabeza. Sigue golpeando el aire y aquella zarpa, se va achicando y, finalmente, solo queda del porte de una pelota de tenis. ¿Sabes lo que pasa si mucho aire comprimido es liberado de golpe? Exacto, explota y destruye todo a su paso. Tú haki te advierte del inminente peligro y sabes que no puedes recibir eso de forma directa. ¿Existirá una forma de esquivar eso?
– Con esto debería bastar para acabar con un insecto como tú. – Te dice con calma y, lentamente, va abriendo sus ojos. Sin pensarlo más, libera aquella masa de aire comprimido. Es rápida, va a unos 30 m/s y no tardará nada en llegar a ti. Poco antes de hacerlo, una poderosa explosión se genera. Arrasara con todo a su paso en un radio de cuarenta metros. El viento es cortante y, luego de unos segundos, todo desaparece a tu alrededor. ¿Qué harás? ¿Lograrás sobrevivir a semejante explosión? Ella se mantiene en su lugar, inmune a su propio ataque, y espera el resultado de su devastador ataque.
– Y recién estoy calentando, intento de pirata. – Dice con una sonrisa.
– ¿Eso es todo? ¿Y te haces llamar pirata? – Te dice con soberbia. Para ser tan hermosa, tiene el ego y arrogancia por las nubes.
Sin bajar la guardia, ella eleva sus manos y empieza a golpear al aire. No aparta su mirada de ti y, lentamente, vas bien como va formando una enorme zarpa de oso de aire sobre su cabeza. Sigue golpeando el aire y aquella zarpa, se va achicando y, finalmente, solo queda del porte de una pelota de tenis. ¿Sabes lo que pasa si mucho aire comprimido es liberado de golpe? Exacto, explota y destruye todo a su paso. Tú haki te advierte del inminente peligro y sabes que no puedes recibir eso de forma directa. ¿Existirá una forma de esquivar eso?
– Con esto debería bastar para acabar con un insecto como tú. – Te dice con calma y, lentamente, va abriendo sus ojos. Sin pensarlo más, libera aquella masa de aire comprimido. Es rápida, va a unos 30 m/s y no tardará nada en llegar a ti. Poco antes de hacerlo, una poderosa explosión se genera. Arrasara con todo a su paso en un radio de cuarenta metros. El viento es cortante y, luego de unos segundos, todo desaparece a tu alrededor. ¿Qué harás? ¿Lograrás sobrevivir a semejante explosión? Ella se mantiene en su lugar, inmune a su propio ataque, y espera el resultado de su devastador ataque.
– Y recién estoy calentando, intento de pirata. – Dice con una sonrisa.
- Datos:
- Haki Mantra Superior, Haoshoku entrenado, Busoushoku Perfecto. Luchadora Buey nivel 75.
La soberbia sonrisa del pirata pelirrojo fue inmediatamente borrada de su rostros al ver aquella atractiva vicealmirante desviaba su ataque casi sin ningún esfuerzo, utilizando únicamente la palma de su mano completamente desnuda. Ante eso, Zane no supo cómo responder, su reacción fue de incredulidad. Tenía los ojos abiertos de par en par, sin comprender muy bien como lo había hecho. Lo primero que se le pasó por la cabeza fue que usó haki, pero su vista de pájaro, pese al brillo de su ataque, no le permitió ver que la piel de la marina se tornara de color oscuro. Así que, o bien la muchacha tenía una resistencia superior a la de una persona corriente, o simplemente había sido suerte; aunque esto último lo dudaba. Además de eso, para seguir hundiendo más el dedo en la llaga, menospreció las cualidades del pirata con un fútil comentario que hirió el orgullo de Zane como si una daga atravesara su musculado pectoral hasta llegar a su pequeño y, muy en el fondo, buen corazón; haciéndole sentir humillado como espadachín.
Zane frunció el ceño y agarró su katana derecha de manera inversa, teniendo la hoja de su katana paralela a su brazo y continuó en forma defensiva. Sabía que, aunque fuera una mujer, iba a ser una temible contrincante y no tenía que durar en dañar su frágil y seductor rostro. Entonces, los ojos del pirata empezaron a brillar con fuerza, dejando un pequeño haz de luz del color de su iris cada vez que se movía; además de aumentar su musculatura unos centímetros.**
La mujer se puso a golpear al cielo, formando una extraña bola con otras más pequeñas alrededor. ¿Qué demonios es eso? Pensaba, al mismo tiempo que observaba el terreno. El lugar estaba hecho añicos, todo lo que horas antes habían sido calles felices, repletas de maleantes y prostitutas, ahora eran ruinas.
“Todo a la mierda”
Mientras tanto, la mujer fue encogiendo aquella extraña pelota hasta darle un tamaño pequeño, casi minúsculo. Fue entonces cuando Zane se percató de que no era una pelota, sino una especie de zarpa de animal. Y tras volver a decir algo, la lanzó sobre el pelirrojo.
Aquel comentario advirtió a Zane de que se trataba de una ofensiva, ¿pero qué clase de ataque? No lo sabía. Así que, como hacía casi siempre que atacaban desde largas distancias, el pelirrojo batió sus alas con fuerzas y se elevó hasta el cielo todo lo rápido que pudo, alejándose lo suficiente del suelo para observar todo desde arriba, con una mayor perspectiva. Sin embargo, aquello explotó y la onda expansiva, además de hacerle sentir un fuerte pitido en sus oídos, casi le hace perder el control del vuelo.
-Joder, por los pelos –murmuró desde el cielo.
La mujer seguía altiva en el suelo, mirándole con aires de superioridad, como si para ella el pelirrojo no fuera más que un juguete en sus manos con el que divertirse. Y eso le hizo enfurecer, aunque en su rostro se podía contemplar una ligera sonrisa de emoción.
“Mi turno”
El pelirrojo, aprovechando la ventaja que le otorgaba estar volando, comenzó a descender contra su oponente, haciendo pequeños movimientos zigzagueantes para despistar a la marine. Cuando se encontró frente a ella, a poco menos de dos metros, hizo el amago de atacar con su diestra. Sin embargo, inclinando un poco su cuerpo y aleteando con su ala derecha, giró sobre propio eje e intentó clavarle la katana a su oponente por el costado. Una vez hecho eso, o no, Zane volvió a elevarse, distanciándose de su oponente un máximo de cuatro metros, colocándose en posición defensiva y esperando un nuevo ataque de ella.
Zane frunció el ceño y agarró su katana derecha de manera inversa, teniendo la hoja de su katana paralela a su brazo y continuó en forma defensiva. Sabía que, aunque fuera una mujer, iba a ser una temible contrincante y no tenía que durar en dañar su frágil y seductor rostro. Entonces, los ojos del pirata empezaron a brillar con fuerza, dejando un pequeño haz de luz del color de su iris cada vez que se movía; además de aumentar su musculatura unos centímetros.**
La mujer se puso a golpear al cielo, formando una extraña bola con otras más pequeñas alrededor. ¿Qué demonios es eso? Pensaba, al mismo tiempo que observaba el terreno. El lugar estaba hecho añicos, todo lo que horas antes habían sido calles felices, repletas de maleantes y prostitutas, ahora eran ruinas.
“Todo a la mierda”
Mientras tanto, la mujer fue encogiendo aquella extraña pelota hasta darle un tamaño pequeño, casi minúsculo. Fue entonces cuando Zane se percató de que no era una pelota, sino una especie de zarpa de animal. Y tras volver a decir algo, la lanzó sobre el pelirrojo.
Aquel comentario advirtió a Zane de que se trataba de una ofensiva, ¿pero qué clase de ataque? No lo sabía. Así que, como hacía casi siempre que atacaban desde largas distancias, el pelirrojo batió sus alas con fuerzas y se elevó hasta el cielo todo lo rápido que pudo, alejándose lo suficiente del suelo para observar todo desde arriba, con una mayor perspectiva. Sin embargo, aquello explotó y la onda expansiva, además de hacerle sentir un fuerte pitido en sus oídos, casi le hace perder el control del vuelo.
-Joder, por los pelos –murmuró desde el cielo.
La mujer seguía altiva en el suelo, mirándole con aires de superioridad, como si para ella el pelirrojo no fuera más que un juguete en sus manos con el que divertirse. Y eso le hizo enfurecer, aunque en su rostro se podía contemplar una ligera sonrisa de emoción.
“Mi turno”
El pelirrojo, aprovechando la ventaja que le otorgaba estar volando, comenzó a descender contra su oponente, haciendo pequeños movimientos zigzagueantes para despistar a la marine. Cuando se encontró frente a ella, a poco menos de dos metros, hizo el amago de atacar con su diestra. Sin embargo, inclinando un poco su cuerpo y aleteando con su ala derecha, giró sobre propio eje e intentó clavarle la katana a su oponente por el costado. Una vez hecho eso, o no, Zane volvió a elevarse, distanciándose de su oponente un máximo de cuatro metros, colocándose en posición defensiva y esperando un nuevo ataque de ella.
- Datos:
- La velocidad base de Zane es, sobre tierra de 8 n/s y tiene una velocidad de vuelo de hasta 22m/s. Además, debido a sus pasivas y las raciales de su akuma, en su forma humana (aunque tenga las alas, sigue siendo humano) es de x20 (x5 de pasivas + x15 de la racial).
**El brillo al que me refiero es mi técnica de ámbito In Zone, que le otorga a Zane x2,5 en reflejos durante 2 turnos. Y el aumento de musculatura se debe a otra técnica de ámbito, llamada No Zane, no Party que hace lo mismo que la anterior, pero aumentado la fuerza.
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La mujer, como siempre ha estado, se mantiene impasible a tus cambios y su ataque no varía ni un poco. Luego de toda la explosión, ella se pone en posición defensiva y espera tu ataque. Sabe que eres más rápido que ella, pero tampoco es que le importe mucho. No se mueve de su posición y, mientras tú haces tú ataque, ella te mira de forma divertida. Notas una ligera sonrisa en su rostro y casi dirías que se lo está pasando bien. Su haki le advierte de tus intenciones y no logras confundirla, por lo tanto, ella ya está en posición para bloquear tu ataque… Con una agilidad que no esperabas, interpone su mano totalmente desnuda ante la trayectoria de tu ataque. Sientes una gran fuerza y tu ataque es repelido con facilidad. ¿Qué tipo de poder tiene? Debido a ello, no puedes evitar golpearte ante una de las pocas paredes de madera que siguen de pie.
– ¿Fuerza? ¿Reflejos? ¿Velocidad? Todo eso es inútil ante mi – te dice mientras notas como ahora sus manos se cubren de un negro metálico bastante oscuro. – No tienes idea de lo débil que eres. ¿Tanta recompensa por un miserable como tú? – Suspira desganada y se concentra aún más.
El viento corre con fuerza y levanta un poco de polvo. Ella se queda pensando, no se mueve y su mirada no se aparta de ti. Si bien, el golpe ante esa pared no fue suficiente como para impedir volar, a ella no parece importarle mucho. Normal, tus habilidades ya son conocidas. Vuelve a suspirar y ella empieza a volar, golpeando, con sus dos piernas, el aire. ¿Qué tantas sorpresas más puede tener? Aún debes descifrar el por qué tus ataques son repelidos con tanta facilidad y como es que ella pudo hacer su golpe anterior. ¿Fruta? Tal vez, pero… ¿Cómo funcionará? Además, ya notas que su haki mantra es muy fuerte. ¿Podrás ganar? No te da mucho tiempo a pesar, con rapidez, empieza a golpear el aire con sus manos descubiertas y varias zarpas de oso van hacía ti. Van a la misma velocidad que la anterior, pero hay una diferencia… Estas no se detienen y van en varias direcciones. Aunque, eso no es todo, ella se acerca a ti e intenta golpearte con su puño en tu rostro, de o no, intentara partirte las costillas de un poderoso puñetazo.
– ¿Fuerza? ¿Reflejos? ¿Velocidad? Todo eso es inútil ante mi – te dice mientras notas como ahora sus manos se cubren de un negro metálico bastante oscuro. – No tienes idea de lo débil que eres. ¿Tanta recompensa por un miserable como tú? – Suspira desganada y se concentra aún más.
El viento corre con fuerza y levanta un poco de polvo. Ella se queda pensando, no se mueve y su mirada no se aparta de ti. Si bien, el golpe ante esa pared no fue suficiente como para impedir volar, a ella no parece importarle mucho. Normal, tus habilidades ya son conocidas. Vuelve a suspirar y ella empieza a volar, golpeando, con sus dos piernas, el aire. ¿Qué tantas sorpresas más puede tener? Aún debes descifrar el por qué tus ataques son repelidos con tanta facilidad y como es que ella pudo hacer su golpe anterior. ¿Fruta? Tal vez, pero… ¿Cómo funcionará? Además, ya notas que su haki mantra es muy fuerte. ¿Podrás ganar? No te da mucho tiempo a pesar, con rapidez, empieza a golpear el aire con sus manos descubiertas y varias zarpas de oso van hacía ti. Van a la misma velocidad que la anterior, pero hay una diferencia… Estas no se detienen y van en varias direcciones. Aunque, eso no es todo, ella se acerca a ti e intenta golpearte con su puño en tu rostro, de o no, intentara partirte las costillas de un poderoso puñetazo.
- Datos:
- Busoushoku Perfecto, luchadora buey nivel 75.
El ataque de Zane fue bloqueado sin mucha dificultad por aquella atractiva marine, pero no solo eso, sino que repelió al pirata y lo hizo chocar contra una de las pocas paredes de madera que quedaban erguidas sobre el polvoriento suelo de Mock Town. Zane no cabía en sí de la incredulidad; era la primera vez en muchísimo tiempo que encontraba a alguien lo suficientemente fuerte como para soportar dos ataques seguido sin recibir daño alguno y eso le gustaba, pues era una forma de probarse a sí mismo y saber cómo mejorar.
—¡Uuuh! ¿Así que la gatita va a sacar las uñas? –comentó el pelirrojo, al ver como su contrincante cubría sus manos con haki y emprendía el vuelo, sosteniéndose en el cielo mientras golpeaba al aire.
Ante aquello, aunque no era muy proclive a hacerlo, el pirata decidió convertirse en un suzaku frente a la vicealmirante, es decir, a los ojos del gobierno mundial, desvelando su mejor habilidad. Zane siempre mostraba sus alas, o daba a entender que era capaz de controlar el fuego o la temperatura, pero nunca había usado su poder frente a la marina; salvo en la guerra Sideros, pero no creyó que se dieran cuenta de que era él. Entonces, el cuerpo de Zane se transformó en una hibridación de suzaku y humano de casi tres metros de altura. Estaba completamente cubierto de pequeñas plumas que desprendían mucho calor. Sus ojos se rasgaron, aunque continuaban teniendo su particularidad. Y en su cara se formó algo parecido a un pico, pero sin llegar a hacerlo; algo parecido a una máscara. Sus alas aumentaron de tamaño, y sus manos se convirtieron en garras, al igual que sus piernas. Tras ello, el suzaku graznó con rabia, escuchándose en los alrededores, y echó a volar.
Mientras tanto, la marine volvió a crear pequeñas esferas con forma de garra, pero de una forma distinta. En lugar de contraer una gran masa de aire, simplemente golpeó una vez por zarpa y éstas fueron hacia él con mucha velocidad. Lo primero que quiso hacer el pelirrojo fue huir, pero sabía que ella no era la solución idónea; así que optó por la segunda solución: atacar.
Volviendo a agarrar su katana de la forma tradicional, al tiempo que cubría sus brazos y katanas de haki, el pirata comenzó a dar un tajo tras otro al aire, creando una cadena de ondas cortantes en dirección a las garras. Al hacerlo, todas empezaron a explotar una por uno. Sin embargo, aquello no era lo único que le tenía preparado la vicealmirate, sino que estaba frente a él, a menos de un metro y media de él, alzando su puño con la intención de golpearle. Ante eso, gracias a su mantra, el pelirrojo concentró fuego en sus piernas y se impulsó hacia atrás, alejándose de su oponente, sin embargo, el golpe le dio en su pierna derecha, haciéndole un daño considerable.
“Maldita marine de los cojones…” –se dijo a sí mismo el pelirrojo.
“Pues deja de contenerte y mátala.” –le dijo Kenny, desde el más profundo de su subconsciente. Era como si su otro yo, poco a poco, quisiera tomar el control del cuerpo del pirata y seguir él con el combate.
El descamisetado agitó su cabeza y respiró hondo. Entonces, sus plumas empezaron a erizarse y tomar un color rosado. Simultáneamente, su cuerpo comenzó a desprender un aura que le envolvió, y en su espalda surgió un halo de pura energía y fuego intenso. Tras eso, el pelirrojo tomó una pequeña bola del interior de su bolsillo y se la llevó a la boca.
—Te vas a enterar ahora, gatita.
Metió la mano en su bolsillo para sacar una pequeña esfera y se la comió. Al hacerlo, su volumen muscular aumentó en unos pocos centímetros, haciendo que sus pantalones se agrietaran y sus botas se rompieran por completo, dejando ver unas garras de ave de color amarillento.
El pelirrojo se abalanzó sobre su oponente demostrando su velocidad –a unos 100 m/s-, pasando por al lado de ella hasta colocarse a su espalda. Una vez allí, le atacó haciendo un doble corte horizontal descendente, buscando las articulaciones de sus hombros, para impedirle usar de nuevo sus brazos. Tras eso, gracias a su Raikou, intentó realizar una doble estocada en su cuerpo, intentando dañarle algunos de sus órganos internos. Justo después, habiendo funcionado, o no, su ataque, el pelirrojo volvió a alejarse para mantener las distancias.
—¡Uuuh! ¿Así que la gatita va a sacar las uñas? –comentó el pelirrojo, al ver como su contrincante cubría sus manos con haki y emprendía el vuelo, sosteniéndose en el cielo mientras golpeaba al aire.
Ante aquello, aunque no era muy proclive a hacerlo, el pirata decidió convertirse en un suzaku frente a la vicealmirante, es decir, a los ojos del gobierno mundial, desvelando su mejor habilidad. Zane siempre mostraba sus alas, o daba a entender que era capaz de controlar el fuego o la temperatura, pero nunca había usado su poder frente a la marina; salvo en la guerra Sideros, pero no creyó que se dieran cuenta de que era él. Entonces, el cuerpo de Zane se transformó en una hibridación de suzaku y humano de casi tres metros de altura. Estaba completamente cubierto de pequeñas plumas que desprendían mucho calor. Sus ojos se rasgaron, aunque continuaban teniendo su particularidad. Y en su cara se formó algo parecido a un pico, pero sin llegar a hacerlo; algo parecido a una máscara. Sus alas aumentaron de tamaño, y sus manos se convirtieron en garras, al igual que sus piernas. Tras ello, el suzaku graznó con rabia, escuchándose en los alrededores, y echó a volar.
Mientras tanto, la marine volvió a crear pequeñas esferas con forma de garra, pero de una forma distinta. En lugar de contraer una gran masa de aire, simplemente golpeó una vez por zarpa y éstas fueron hacia él con mucha velocidad. Lo primero que quiso hacer el pelirrojo fue huir, pero sabía que ella no era la solución idónea; así que optó por la segunda solución: atacar.
Volviendo a agarrar su katana de la forma tradicional, al tiempo que cubría sus brazos y katanas de haki, el pirata comenzó a dar un tajo tras otro al aire, creando una cadena de ondas cortantes en dirección a las garras. Al hacerlo, todas empezaron a explotar una por uno. Sin embargo, aquello no era lo único que le tenía preparado la vicealmirate, sino que estaba frente a él, a menos de un metro y media de él, alzando su puño con la intención de golpearle. Ante eso, gracias a su mantra, el pelirrojo concentró fuego en sus piernas y se impulsó hacia atrás, alejándose de su oponente, sin embargo, el golpe le dio en su pierna derecha, haciéndole un daño considerable.
“Maldita marine de los cojones…” –se dijo a sí mismo el pelirrojo.
“Pues deja de contenerte y mátala.” –le dijo Kenny, desde el más profundo de su subconsciente. Era como si su otro yo, poco a poco, quisiera tomar el control del cuerpo del pirata y seguir él con el combate.
El descamisetado agitó su cabeza y respiró hondo. Entonces, sus plumas empezaron a erizarse y tomar un color rosado. Simultáneamente, su cuerpo comenzó a desprender un aura que le envolvió, y en su espalda surgió un halo de pura energía y fuego intenso. Tras eso, el pelirrojo tomó una pequeña bola del interior de su bolsillo y se la llevó a la boca.
—Te vas a enterar ahora, gatita.
Metió la mano en su bolsillo para sacar una pequeña esfera y se la comió. Al hacerlo, su volumen muscular aumentó en unos pocos centímetros, haciendo que sus pantalones se agrietaran y sus botas se rompieran por completo, dejando ver unas garras de ave de color amarillento.
El pelirrojo se abalanzó sobre su oponente demostrando su velocidad –a unos 100 m/s-, pasando por al lado de ella hasta colocarse a su espalda. Una vez allí, le atacó haciendo un doble corte horizontal descendente, buscando las articulaciones de sus hombros, para impedirle usar de nuevo sus brazos. Tras eso, gracias a su Raikou, intentó realizar una doble estocada en su cuerpo, intentando dañarle algunos de sus órganos internos. Justo después, habiendo funcionado, o no, su ataque, el pelirrojo volvió a alejarse para mantener las distancias.
- Técnicas usadas + Datos:
- Stats base:
Velocidad: x5
Fuerza: x7
Resistencia: x5
Agilidad: x4
Reflejos: ---
Stats híbrida:
Velocidad: x150
Fuerza: x7
Resistencia: x5
Agilidad: x60
Reflejos: x5
Stats híbrida FORMA TANQUE:
Velocidad: x75
Fuerza: x35
Resistencia: x25
Agilidad: x60
Reflejos: x5
Stats FINALES (con los ámbitos y el suzaku interior)
Velocidad: x150
Fuerza: x175
Resistencia: x50
Agilidad: x60
Reflejos: x12.5
Firebust: Esta técnica permite, gracias a su akuma no mi, moverse a una velocidad extrema, gracias a propulsarse concentrando fuego en sus extremidades inferiores. Consiguiendo una velocidad de 50 m/s.
Forma Tanque: El usuario se transforma en un Suzaku antropomorfo con un gran volumen muscular, disminuyendo su velocidad a la mitad. En cambio, es capaz de triplicar su fuerza y resistencia.
Suzaku Interior: Zane entra en un estado de serenidad y concentración máxima, consiguiendo, de manera temporal, que su fuerza, velocidad y resistencia aumenten (x2) durante un tiempo limitado. Además de mejorar sus capacidades ígneas. Cuando está en esta forma, un aura de color rojizo recorre el cuerpo de Zane, erizando su cabello y dándole un brillo rosado. En su espalda se forma un halo de energía y fuego que le rodea y sus ojos se rasgan como los de un ave rapaz. [3 post de duración con un tiempo de recarga de 2]
Haki de armadura superior: Puede utilizar el Haki por quince asaltos, siempre y cuando active esta habilidad. Puede utilizar su endurecimiento la mitad de tiempo que su haki armadura, y su defensa debe ser sobrepasada por alguien que tenga al menos diez veces más fuerza que él resistencia, o utilice un Haki de Armadura igual o mejor. Además, puede propagar barreras de Haki a distancia.
Técnica aprendida gracias al manual Prisa.
Raikou: Gracias a estudiar el manual, te impulsas con energía para lograr impactar un segundo ataque.
Con nomenclaturas: No se podrá repetir nomenclatura, y jamás añadir AB o AS en los dos ataques.
Sin nomenclaturas: No se podrán utilizar ataques limitados a una vez por combate, ni tendrán la misma intensidad.
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La vicealmirante se pone más seria al ver tu transformación, de hecho, podría decirse que incluso ahora se siente mucha más presión. Suspira de forma natural y se queda tranquila, sabe muy bien que tiene cierta ventaja, pero… A pesar de que su mantra le advierte de lo que vas a hacer, sus reflejos y velocidad no son muy buenos. El primer ataque, el que va a los hombros, logra esquivarlo por los pelos y notas como es que logras cortar su carne. Es un corte de mediana profundidad, pero no es lo suficiente como para que ella no pueda usar sus articulaciones. El segundo ataque, en cambio, da de lleno en ella y ves cómo es que escupe sangre de su boca. Se lleva su mano a su abdomen y… Empieza a hacer algo raro, detrás de su cuerpo, notas como una gran masa de aire roja empieza a salir de su cuerpo. Es bastante grande, pero muy diferente a las otras.
– Te devolveré tu ataque, multiplicado por veinte. – Te dice con una sonrisa.
Pese a su estado, sigue bastante confiada y… ¿No debería estar cansada o al borde del desmayo por tu ataque? De todos modos, al parecer, ambos saben que a este combate no le queda mucho y que esta bien podría ser su última baza, su último as bajo la manga. Tu mantra te advierte que recibir eso de lleno, es potencialmente mortal y que te dejaría bastante herido, posiblemente, sería tu pase a Impel Down. Ella se gana detrás de esa cosa y la golpea con fuerza. Recorre las distancias en apenas unos cuantos segundos, de recibirla… Sentirás todo el daño que le has causado y todo el cansancio acumulado de la pelea. No solo, también como es que tus entrañas se revolverán por dentro y que, seguramente, tus órganos internos sufran bastante daño. Esa gran masa de aire roja va a unos 50 m/s, pero su tamaño es enorme. De radio tiene unos 6 u 8 metros, prácticamente, te deja sin mucha opciones de esquivar. ¿Qué harás, joven pirata?
– Te devolveré tu ataque, multiplicado por veinte. – Te dice con una sonrisa.
Pese a su estado, sigue bastante confiada y… ¿No debería estar cansada o al borde del desmayo por tu ataque? De todos modos, al parecer, ambos saben que a este combate no le queda mucho y que esta bien podría ser su última baza, su último as bajo la manga. Tu mantra te advierte que recibir eso de lleno, es potencialmente mortal y que te dejaría bastante herido, posiblemente, sería tu pase a Impel Down. Ella se gana detrás de esa cosa y la golpea con fuerza. Recorre las distancias en apenas unos cuantos segundos, de recibirla… Sentirás todo el daño que le has causado y todo el cansancio acumulado de la pelea. No solo, también como es que tus entrañas se revolverán por dentro y que, seguramente, tus órganos internos sufran bastante daño. Esa gran masa de aire roja va a unos 50 m/s, pero su tamaño es enorme. De radio tiene unos 6 u 8 metros, prácticamente, te deja sin mucha opciones de esquivar. ¿Qué harás, joven pirata?
Su combinación de ataques directos había sido un éxito y aquello fue un gran logro para el pelirrojo, que esperaba un contraataque por parte de su contrincante. Sin embargo, la mujer no parecía que pudiera atacarle. De su espalda brotaba la sangre sin cesar y parecía que estuviera a punto de caer. Un pirata normal se sentiría orgulloso de haber podido realizarle semejante ataque a una rival tan poderosa como era aquella mujer, pero no era el caso de Zane, que se sentía avergonzado por haber tenido que dañar un cuerpo tan perfecto como el que tenía delante.
El pirata no sabía qué hacer. Se encontraba tras la vicealmirante, a unos cuatro o cinco metros de distancia, en posición neutra, volando a unos escasos veinte metros de altura sobre la superficie de la isla. Lo lógico hubiera sido aprovechar la ventaja y darle el golpe de gracia para acabar con ella en el acto, pero él era un caballero y no podía sentenciar con una mujer así como así. ¿Debía huir? No, tampoco podía hacer eso. ¿Intentar dialogar con ella? Sí. Tal vez eso fuera la solución más sensata. No obstante, antes de poder tan siquiera soltar una otra palabra, la marine se giró con una sonrisa maquiavélica en el rostro y golpeó su pecho. Al hacerlo, una garra de color rojo carmesí surgió a su espalda. Aquella era muy distinta a las otras, con un tamaño y un aspecto muy distinto; siendo mucho más grande. ¿Qué clase de ataque era ese? Pensaba el pelirrojo, para después ser amenazado por ella.
El suzaku frunció el ceño y el tiempo comenzó a ralentizarse muy lentamente, hasta que todo se volvió gris. El pirata no podía moverse, tan solo observar y sentir lo que tenía a su alrededor. Únicamente se fijó en la vicealmirante, que se encontraba tras aquella bola rojiza, y la golpeó con las palmas de sus manos. Al hacerlo, la garra fue hacia él, en línea recta a una velocidad considerable. Tras eso, todo volvió a la normalidad, la marine estaba tras aquella extraña esfera, a punto de golpearla con las palmas de sus manos. Y entonces, haciendo una especie de voltereta hacia atrás, el pelirrojo descendió en picado hacia la superficie, sobrevolándola a ras de suelo –a un metro o metro y medio de altura sobre el piso–, alejándose de rango de influencia del ataque de su oponente, que ahora se encontraba marios metros sobre él, para luego ascender con rapidez hasta la retaguardia de su enemiga, situándose a tres o cuatro metros de ella.
—He combatido con multitud de marines a lo largo de mi escaso tiempo como pirata, pero, sin duda alguna, ninguna llegaba a tu nivel. Sin embargo, no puedo dejarme atrapar, al menos no por ahora, tengo una banda que depende de mí y un propósito que cumplir, volverme el mejor espadachín del mundo. Así que…
El pelirrojo alzó sus katanas en cruz y las bajó con violencia, creando una doble onda cortante en dirección a la vicealmirante, con la intención de herirle y enviarla hacia aquella extraña bola rojiza. En el caso de hacerlo, el pirata descendería y volvería a su forma humana, pero si no fuera capaz, se colocaría en posición defensiva, con sus katanas en cruz.
- Datos:
- Prácticamente, como defensa, he usado mi dominio del haki superior, y por ende, mi capacidad de prever las acciones de mi enemigo con tres segundos de antelación. Es por ello que lo narro como si el tiempo se ralentizara durante un momento y demás. El resto es caer en picado, como ya he narrado, y la creación de una onda cortante básica.
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Tu ataque impacta de lleno en el cuerpo de la marine, la cual tras escupir un poco de sangre cae al suelo con los ojos en blanco. La enorme esfera roja ha desaparecido y parece ser que has vencido a esa Vice-Almirante que… Ha resultado ser difícil, pero tampoco para tanto. Deberías sentirte orgulloso ¿verdad? Lo siguiente que te recomiendo es salir de ahí antes de que lleguen los refuerzos y alguien peor que ella. Todo está en llamas, pero parece que durante la pelea se ha formado un pequeño agujero en el suelo. Da a una especie de red de túneles buenos para poder esconderse o escapar. El resto del puerto está ardiendo y puedes ver un barco acercarse. Tiene el símbolo de la marina, pero va solo… ¿Tan confiados están? Bueno, por el momento creo que puedes hacer lo que te dé la gana. El viento empieza a soplar con fuerza y algunos pequeños nubarrones empiezan a formarse ¿Has calentado mucho la atmosfera? No creo, pero quien sabe.
Si decides entrar en el agujero que da a los túneles podrás ver lo que parecen ser restos de enormes arañas del tamaño de balones de baloncesto muertas. Hay balas por el suelo, sangre y algunos cortes en las paredes. Es como si hubiese habido una batalla extraña ahí abajo hace tiempo. Hay dos puertas, en una se ve el símbolo de una forja de herreros y lo otro es un túnel oscuro que a saber a dónde conduce. Por el momento tú tienes la decisión de ir a donde creas más oportuno y de paso descansar. Las verdaderas batallas surgen cuando uno menos lo espera y con la gente que menos piensa.
Mientras tanto en el barco que se acerca…
- Capitán, ni siquiera la Vice-almirante ha podido… Es una locura que usted vaya a ir en solitario a por ese terrible ser. – Dice un marine alertado en la cubierta.
En ese momento se puede ver una figura alta de un metro noventa por lo menos. Una larga melena plateada se mece con el viento. Dicho pelo tan hermoso y lacio pertenece a dicho capitán. Su piel es pálida y el tono de sus ojos es verde mezclado con azulado. En su rostro puede verse una sonrisa calmada. En sus hombros tiene dos hombreras plateadas y parece vestir con un chaleco negro de tirantes que deja a la vista sus pectorales, pero no su zona abdominal, la cual es tapada por dos piezas de tela. Porta consigo lo que parece ser una funda enorme de una espada Masamune. No parece vestir como un marine, pero mira las llamas de la isla con una expresión cuanto menos siniestra.
- ¿Ha sido derrotada? Qué lástima. – Susurra con una voz suave y muy calmada. Es como si apenas sintiese nada por la derrota de su compañera.
- Es cierto que usted decidió no subir de rango hace meses, pero aún así le pido por favor que no gasta su vida en vano. – Dice el marine mientras traga saliva.
El peliplateado entonces cierra los ojos y de repente se tira del barco. Cuando está a unos metros del agua, unas alas oscuras como la noche surgen de su espalda y sale disparado hacia la isla con una sonrisa en el rostro. Las nubes oscuras se mueven bastante y un trueno suena entonces. Una tormenta está a punto de iniciarse.
- Je…
Si decides entrar en el agujero que da a los túneles podrás ver lo que parecen ser restos de enormes arañas del tamaño de balones de baloncesto muertas. Hay balas por el suelo, sangre y algunos cortes en las paredes. Es como si hubiese habido una batalla extraña ahí abajo hace tiempo. Hay dos puertas, en una se ve el símbolo de una forja de herreros y lo otro es un túnel oscuro que a saber a dónde conduce. Por el momento tú tienes la decisión de ir a donde creas más oportuno y de paso descansar. Las verdaderas batallas surgen cuando uno menos lo espera y con la gente que menos piensa.
Mientras tanto en el barco que se acerca…
- Capitán, ni siquiera la Vice-almirante ha podido… Es una locura que usted vaya a ir en solitario a por ese terrible ser. – Dice un marine alertado en la cubierta.
En ese momento se puede ver una figura alta de un metro noventa por lo menos. Una larga melena plateada se mece con el viento. Dicho pelo tan hermoso y lacio pertenece a dicho capitán. Su piel es pálida y el tono de sus ojos es verde mezclado con azulado. En su rostro puede verse una sonrisa calmada. En sus hombros tiene dos hombreras plateadas y parece vestir con un chaleco negro de tirantes que deja a la vista sus pectorales, pero no su zona abdominal, la cual es tapada por dos piezas de tela. Porta consigo lo que parece ser una funda enorme de una espada Masamune. No parece vestir como un marine, pero mira las llamas de la isla con una expresión cuanto menos siniestra.
- ¿Ha sido derrotada? Qué lástima. – Susurra con una voz suave y muy calmada. Es como si apenas sintiese nada por la derrota de su compañera.
- Es cierto que usted decidió no subir de rango hace meses, pero aún así le pido por favor que no gasta su vida en vano. – Dice el marine mientras traga saliva.
El peliplateado entonces cierra los ojos y de repente se tira del barco. Cuando está a unos metros del agua, unas alas oscuras como la noche surgen de su espalda y sale disparado hacia la isla con una sonrisa en el rostro. Las nubes oscuras se mueven bastante y un trueno suena entonces. Una tormenta está a punto de iniciarse.
- Je…
Zane contempló cómo sus ataques daban de lleno al magullado cuerpo de aquella atractiva oficial de la marina. Había sido un combate que le había llevado a rozar sus límites, pero no le había obligado a sobrepasarlos. Enfundó sus katanas y comenzó a descender hacia el suelo, el cual, por alguna sin razón aparente se había hundido, dejando ver una antigua red de túneles. Como un acto de bondad y respeto, el pelirrojo descendió más rápido hasta atrapar al vuelo el cuerpo de la vicealmirante, el cual posó entre un puñado de escombros. Estaba inconsciente, pero su rostro seguía siendo bello como ningún otro.
“Si todos los marines fueran así, posiblemente le hubiera alistado hace años” –pensó. Los marines solían ser personas rudas y sin sex-appeal, pero aquella marine tenía todo lo que él siempre había buscado en una mujer: buenas tetas, un buen culo y carácter para llevarle la contraria. Una pena que ella decidiera que debían ser enemigos; o eso era lo que él pensaba.
Fue entonces cuando Zane dejó de usar su suzaku interior para recobrar fuerzas y volvió a su forma humana, aunque dejando sus alas a la espalda. Sobrevoló lo que quedaba de Mock town hasta encontrar alguna taberna que hubiera quedado medio en pie, pero no hubo suerte. Finalmente, tras unos minutos buscando, encontró una botella de whisky intacta. La cogió y dio un buen sorbo.
—Descanso un poco y me voy –dijo, mientras se sentaba sobre los escombros donde había encontrado la botella de licor.
La mirada del pelirrojo se posó en el gran agujero que había en el suelo, ¿cuándo demonios había hecho eso durante el combate? No lo tenía muy claro. Pero no iba a acercarse allí ni de coña, sobre todo porque había arañas, pero no de las normales, sino arañas del tamaño de un chihuahua.
“Ya tuve suficiente con las arañas de aquella maldita isla” –pensó, al recordar su encontronazo con una araña gigante hacía pocos meses.
El pirata se echó hacia atrás y pudo ver como el primaveral día con el que había amanecido se había convertido en uno gris y desagradable. El viento soplaba con fuerza, lo que significaba que no llovería –o eso es lo que predijo como navegante-. Y entonces, un relámpago tronó con fuerza, dividiendo el cielo en dos. Y unas ligeras gotas de agua comenzaron a caer.
“No soy tan buen navegante después de todo”.
El pirata se dispuso a marcharse, pero notó una presencia oscura que se acercaba a gran velocidad. ¿Otro marine? Tal vez. ¿Algún pirata que haya decidido volver a lo que quedaba de la ciudad? También era una posibilidad. Así que, nuevamente, Zane volvió a sentarse y dio un sorbo de ron, esperando a que viniera aquello que había sentido.
“Si todos los marines fueran así, posiblemente le hubiera alistado hace años” –pensó. Los marines solían ser personas rudas y sin sex-appeal, pero aquella marine tenía todo lo que él siempre había buscado en una mujer: buenas tetas, un buen culo y carácter para llevarle la contraria. Una pena que ella decidiera que debían ser enemigos; o eso era lo que él pensaba.
Fue entonces cuando Zane dejó de usar su suzaku interior para recobrar fuerzas y volvió a su forma humana, aunque dejando sus alas a la espalda. Sobrevoló lo que quedaba de Mock town hasta encontrar alguna taberna que hubiera quedado medio en pie, pero no hubo suerte. Finalmente, tras unos minutos buscando, encontró una botella de whisky intacta. La cogió y dio un buen sorbo.
—Descanso un poco y me voy –dijo, mientras se sentaba sobre los escombros donde había encontrado la botella de licor.
La mirada del pelirrojo se posó en el gran agujero que había en el suelo, ¿cuándo demonios había hecho eso durante el combate? No lo tenía muy claro. Pero no iba a acercarse allí ni de coña, sobre todo porque había arañas, pero no de las normales, sino arañas del tamaño de un chihuahua.
“Ya tuve suficiente con las arañas de aquella maldita isla” –pensó, al recordar su encontronazo con una araña gigante hacía pocos meses.
El pirata se echó hacia atrás y pudo ver como el primaveral día con el que había amanecido se había convertido en uno gris y desagradable. El viento soplaba con fuerza, lo que significaba que no llovería –o eso es lo que predijo como navegante-. Y entonces, un relámpago tronó con fuerza, dividiendo el cielo en dos. Y unas ligeras gotas de agua comenzaron a caer.
“No soy tan buen navegante después de todo”.
El pirata se dispuso a marcharse, pero notó una presencia oscura que se acercaba a gran velocidad. ¿Otro marine? Tal vez. ¿Algún pirata que haya decidido volver a lo que quedaba de la ciudad? También era una posibilidad. Así que, nuevamente, Zane volvió a sentarse y dio un sorbo de ron, esperando a que viniera aquello que había sentido.
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Allí abajo podrías haberte ocultado unas horas y haber descansado tus técnicas, pero has preferido quedarte allí esperando la presencia que se acerca ¿Tienes muchas pelotas? ¿Eres un loco? Seguramente lo segundo. Notas la presencia cada vez más cerca de tu posición. Un haz de luz negro cruza de un lado a otro hasta colocarse frente a ti. Puedes ver la figura del peliplateado mirarte a los ojos con una sonrisa calmada. Su presencia es imponente, dirías que incluso puede resultar más aterradora que la mujer que yace en el suelo inconsciente. El capitán camina lentamente hacia ella pasando de ti y la mira con una expresión calmada. Está comprobando si continúa con vida. Al darse cuenta de que es así, sonríe de forma irónica y después dirige una gélida mirada hacia ti.
- No has llegado a rematarla, un acto de nobleza por tu parte.
Dice entonces mientras acaricia un poco la funda de su enorme katana. Entonces el cuello de la Vice-Almirante es cortado sin motivo alguno. La sangre sale de su yugular y su cabeza ha quedado separada del cuerpo ¿Cómo diablos lo ha hecho? ¿Qué tanta velocidad ha tenido para que ni veas cómo sacó su espada y la volvió a enfundar? Lo único que hace es sonreír de forma demasiado relajada. Su rostro tiene algunas gotas de sangre. Es en ese momento cuando da unos leves pasos hacia ti.
- Supongo que la asesinaste después de todo. Déjame presentarme como es debido. Mi nombre es Shenova, capitán de la marina. – Mencionó avanzando hacia ti.
Para estar en su rango parece incluso un puto almirante por su forma de ser. Es entonces cuando desaparece de tu vista y algunos edificios a tu alrededor resultan cortados por la mitad. Parece a su espalda y trata de cortarte a la altura del brazo izquierdo, intentando separarlo de tu cuerpo. Tu haki te ha advertido de su intención hostil. La pregunta es ¿Sabrás defenderte? Este tío parece estar a otro nivel. Quizás huir por los túneles fue un buen consejo, pero no lo descartes todavía.
- Primera media noche… Grillo Feroz… – Susurra tras realizar el corte.
- Datos:
- Shenova: Espadachín puro Nivel 75.
Velocidad empleada por el momento: 45 Metros por segundo.
Arma Masamune: Espada con la calidad de una O Wazamono y que cuando corta produce una especie de veneno que hace a su victima sentir el triple de dolor que sentiría normalmente con ese corte.
El alado pirata seguía descansado sobre los restos de un grueso muro de madera, dando pequeños sorbos a su botella de whisky, como si de un bebé con su biberón se tratase. En su cara podía contemplarse cierto bienestar, ¿sería por haber ganado el combate? ¿Por qué el alcohol estaba haciendo su efecto? ¿Quizás una mezcla de ambas? A saber, pero estaba muy a gusto.
Las gotas pequeñas gotas de lluvia cesaron, posiblemente porque la precipitación surgente se debiera a lo que él llamaba “una nube meona”. No obstante, el cielo estaba más y más encapotado. Fue entonces, mientras estaba se encontraba absorto mirando el dantesco paisaje, cuando un destello negro como el azabache pasó por su lado con mucha velocidad. Frente a él entonces apareció un hombre de rasgos delicados, pero con mirada y sonrisa malévola. Era, más o menos, de su misma altura o quizás más alto que él, aunque no sobrepasaba los dos metros. Sobre sus hombros posaba una sedosa y abundante melena plateada, que al echarla hacia atrás pudo ver cómo le llegaba casi por la cintura. Iba vestido de negro, dejando sus pectorales al aire. Aquella vestimenta le hizo recordar a las strippers de los antros que solía visitar cuando iba a alguna isla con buen ambiente nocturno, pero algo le decía que aquel tipo no era un chapero que le propondría trabajo por dinero. Y tenía dos hombreras de color plateado.
“Que vestimenta tan extravagante” –pensó.
Aquel tipo se acercó a la marine y con indiferencia comprobó si seguía con vida, antes de dirigirse a él.
—Puedo ser lo que tú quieras, pero yo no soy un vulgar asesino –le dijo Zane, que tenía clavada su mirada en el hombre.
Ante su asombro, la cabeza de la marine se separó del cuerpo, creando un pequeño charco de sangre en el suelo. Y con manchas de sangre en el rostro el hombre se fue acercando al pirata.
—Eres escoria… -el pelirrojo se levantó con su mano derecha apoyada en el mango de una de sus katanas y su botella de licor en la otra–. Dime, ¿qué es lo qué quieres?
Antes de recibir respuesta alguna, el capitán desaparece de su vista, e inmediatamente los pocos edificios que quedaban en pie son cortados en dos. Instintivamente, el pelirrojo se centró en el aura de aquel sujeto, que retumbaba por los alrededores, hasta que la presencia estuvo tras él. Ipso facto, el pirata dejó caer la botella de whisky, al mismo tiempo que concentró fuego en su pierna izquierda y se impulsó hacia la derecha lo más rápido que pudo -50 m/s, más o menos-, con la intención de esquivar el ataque y que al propulsarse usando su pierna se rompiera la botella y quemara al marine. No obstante, pee a su intento de evadir el ataque, la espada le hizo un ligero corte en el extremo de su ala izquierda, cuyo dolor ahogó con un fuerte grito de rabia.
A pocos metros de él, entre cuatro y cinco, el pelirrojo volvía a transformarse en su forma híbrida, aprovechando que aún surgía efecto en él la rumble ball que tomó para luchar contra la vicealmirante. Nuevamente, Zane se convirtió en un híbrido de suzaku y ser humano, pero más musculado, es decir, estaba en su forma tanque. La botella ahora yacía en el suelo, rota al haber chocado contra unas piedras. Y eso hizo enfadar a Zane.
—¡Mira! Que mates a tu compañera me la suda, pero que me hayas hecho desperdiciar un licor reserva de dieciocho años es imperdonable. ¡Ya ni uno puede beber tranquilo!
Tras esas palabras, el pirata agitó sus alas con violencia, generando una ligera brisa cálida, para obtener mucha velocidad –en torno a los 65 m/s-, y se abalanzó hacia su nuevo oponente, casi al mismo tiempo que desenfundaba su katana y le intentaba hacer un corte diagonal, de izquierda a derecha, a la altura de su cuello. Tras eso, intentó alejarse un par de metros de su oponente, siempre manteniendo su vista de pájaro sobre él para no perderlo de vista.
“Algo me dice que esto solo acaba de empezar” –se dijo.
Las gotas pequeñas gotas de lluvia cesaron, posiblemente porque la precipitación surgente se debiera a lo que él llamaba “una nube meona”. No obstante, el cielo estaba más y más encapotado. Fue entonces, mientras estaba se encontraba absorto mirando el dantesco paisaje, cuando un destello negro como el azabache pasó por su lado con mucha velocidad. Frente a él entonces apareció un hombre de rasgos delicados, pero con mirada y sonrisa malévola. Era, más o menos, de su misma altura o quizás más alto que él, aunque no sobrepasaba los dos metros. Sobre sus hombros posaba una sedosa y abundante melena plateada, que al echarla hacia atrás pudo ver cómo le llegaba casi por la cintura. Iba vestido de negro, dejando sus pectorales al aire. Aquella vestimenta le hizo recordar a las strippers de los antros que solía visitar cuando iba a alguna isla con buen ambiente nocturno, pero algo le decía que aquel tipo no era un chapero que le propondría trabajo por dinero. Y tenía dos hombreras de color plateado.
“Que vestimenta tan extravagante” –pensó.
Aquel tipo se acercó a la marine y con indiferencia comprobó si seguía con vida, antes de dirigirse a él.
—Puedo ser lo que tú quieras, pero yo no soy un vulgar asesino –le dijo Zane, que tenía clavada su mirada en el hombre.
Ante su asombro, la cabeza de la marine se separó del cuerpo, creando un pequeño charco de sangre en el suelo. Y con manchas de sangre en el rostro el hombre se fue acercando al pirata.
—Eres escoria… -el pelirrojo se levantó con su mano derecha apoyada en el mango de una de sus katanas y su botella de licor en la otra–. Dime, ¿qué es lo qué quieres?
Antes de recibir respuesta alguna, el capitán desaparece de su vista, e inmediatamente los pocos edificios que quedaban en pie son cortados en dos. Instintivamente, el pelirrojo se centró en el aura de aquel sujeto, que retumbaba por los alrededores, hasta que la presencia estuvo tras él. Ipso facto, el pirata dejó caer la botella de whisky, al mismo tiempo que concentró fuego en su pierna izquierda y se impulsó hacia la derecha lo más rápido que pudo -50 m/s, más o menos-, con la intención de esquivar el ataque y que al propulsarse usando su pierna se rompiera la botella y quemara al marine. No obstante, pee a su intento de evadir el ataque, la espada le hizo un ligero corte en el extremo de su ala izquierda, cuyo dolor ahogó con un fuerte grito de rabia.
A pocos metros de él, entre cuatro y cinco, el pelirrojo volvía a transformarse en su forma híbrida, aprovechando que aún surgía efecto en él la rumble ball que tomó para luchar contra la vicealmirante. Nuevamente, Zane se convirtió en un híbrido de suzaku y ser humano, pero más musculado, es decir, estaba en su forma tanque. La botella ahora yacía en el suelo, rota al haber chocado contra unas piedras. Y eso hizo enfadar a Zane.
—¡Mira! Que mates a tu compañera me la suda, pero que me hayas hecho desperdiciar un licor reserva de dieciocho años es imperdonable. ¡Ya ni uno puede beber tranquilo!
Tras esas palabras, el pirata agitó sus alas con violencia, generando una ligera brisa cálida, para obtener mucha velocidad –en torno a los 65 m/s-, y se abalanzó hacia su nuevo oponente, casi al mismo tiempo que desenfundaba su katana y le intentaba hacer un corte diagonal, de izquierda a derecha, a la altura de su cuello. Tras eso, intentó alejarse un par de metros de su oponente, siempre manteniendo su vista de pájaro sobre él para no perderlo de vista.
“Algo me dice que esto solo acaba de empezar” –se dijo.
- Datos:
Aprovechando que me quedaban turnos de la rumble ball he vuelto a mi forma tanque, pero sin usar el suzaku interior, por lo que mis stats quedan así:
Stats híbrida FORMA TANQUE:
Velocidad: x75
Fuerza: x35
Resistencia: x25
Agilidad: x60
Reflejos: x5
Además de eso, para intentar esquivar el ataque uso mi Firebust: Esta técnica permite, gracias a su akuma no mi, moverse a una velocidad extrema, gracias a propulsarse concentrando fuego en sus extremidades inferiores. Consiguiendo una velocidad de 50 m/s.
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Fortaleza
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Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
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El marine no tarda mucho en realizar el corte con una sonrisa siniestra en su rostro. Justo en ese momento se da cuenta de su patada de fuego y eso sumado al alcohol hace formar una llamarada que lo invade totalmente. Las llamas entonces giran a su alrededor como si fueran un torbellino. Al cabo de unos segundos son repelidas a una velocidad increíble y el capitán te mira con una sonrisa. Sus cabellos continúan meciéndose, pero no hay viento ¿Tendrá eso algo que ver? Si hubiese usado algo de viento, al menos la temperatura le habría hecho efecto, pero se ve que no es así. Mueve la espada de un lado a otro con una tranquilidad calmada y se da cuenta de que te ha herido. Su gesto permanece impasible y entonces entrecierra los ojos centrando su haki de observación en ti. Se da cuenta de tus intenciones y entonces se lanza a por ti también con calma.
- Kamie-e…
Susurra cuando lanzas el tajo y se mueve a tiempo para recibir tan solo una herida superficial en el pectoral derecho. Algo de sangre sale de su carne y entonces se mira así mismo con una sonrisa irónica. Parece que has logrado hacerle sangrar. Te mira a los ojos con toda la calma del mundo y acto seguido hace surgir las dos alas negras de su espalda. A continuación estira la mano hacia el cielo y de sus dedos surgen cinco esferas blancas que se pierden en los cielos. Entonces te mira de nuevo y te sonríe con arrogancia.
- Semilla plantada.
Ignora el tema de las esferas que ha lanzado y a continuación lanza dos poderosos cortes al aire. Dos tigres grisáceos hechos totalmente de viento se forman frente a ti. Rugen con fuerza y al mismo tiempo corren hacia ti. Parece que el suelo a su paso es cortado y para colmo, pueden volar. Las bestias salen directas hacia a ti para intentar hacerte pedazos tan solo impactando sus cuerpos contigo. Debería sorprendente que ese tipo haya evitado con esa facilidad los ataques siendo un simple capitán. Ahora te das cuenta de que su frente parece algo enrojecida, más de lo normal ¿Qué diablos está pasando? Él te sonríe como de costumbre y espera el resultado de su ataque. Desde el cielo pueden verse cinco resplandores enormes, pero de momento no ocurre nada.
- Zane D. Kenshin. Será un placer terminar con tu vida, pero si te postras ante mí juro tener piedad de ti. – Dice con un tono bastante siniestro.
Si estás atento a él, puedes ver como de un movimiento que de nuevo no ves, el cuerpo de la Vice-almirante es partido en cinco trozos distintos. La sangre baña el suelo y su mirada continua fija en ti. El barco de la marina continúa avanzando y cada vez está más cerca del puerto. Estás en serios problemas. Tus opciones son continuar combatiendo con él o largarte a esconderte, los túneles parecen deliciosos, pero joder, que arañas tan grandes…
- Kamie-e…
Susurra cuando lanzas el tajo y se mueve a tiempo para recibir tan solo una herida superficial en el pectoral derecho. Algo de sangre sale de su carne y entonces se mira así mismo con una sonrisa irónica. Parece que has logrado hacerle sangrar. Te mira a los ojos con toda la calma del mundo y acto seguido hace surgir las dos alas negras de su espalda. A continuación estira la mano hacia el cielo y de sus dedos surgen cinco esferas blancas que se pierden en los cielos. Entonces te mira de nuevo y te sonríe con arrogancia.
- Semilla plantada.
Ignora el tema de las esferas que ha lanzado y a continuación lanza dos poderosos cortes al aire. Dos tigres grisáceos hechos totalmente de viento se forman frente a ti. Rugen con fuerza y al mismo tiempo corren hacia ti. Parece que el suelo a su paso es cortado y para colmo, pueden volar. Las bestias salen directas hacia a ti para intentar hacerte pedazos tan solo impactando sus cuerpos contigo. Debería sorprendente que ese tipo haya evitado con esa facilidad los ataques siendo un simple capitán. Ahora te das cuenta de que su frente parece algo enrojecida, más de lo normal ¿Qué diablos está pasando? Él te sonríe como de costumbre y espera el resultado de su ataque. Desde el cielo pueden verse cinco resplandores enormes, pero de momento no ocurre nada.
- Zane D. Kenshin. Será un placer terminar con tu vida, pero si te postras ante mí juro tener piedad de ti. – Dice con un tono bastante siniestro.
Si estás atento a él, puedes ver como de un movimiento que de nuevo no ves, el cuerpo de la Vice-almirante es partido en cinco trozos distintos. La sangre baña el suelo y su mirada continua fija en ti. El barco de la marina continúa avanzando y cada vez está más cerca del puerto. Estás en serios problemas. Tus opciones son continuar combatiendo con él o largarte a esconderte, los túneles parecen deliciosos, pero joder, que arañas tan grandes…
- Datos:
- Dual Tigers: Shenova lanza un par de tajos al aire pudiendo crear dos enormes tigres hechos de viento cortante capaz de ir por su presa a 50 M/s. Los dos animales no pararan hasta haberla hecho pedazos y la seguirán por los aires si es necesario. Cuando un ataque impacta en sus cuerpos, estallan formando una explosión cortante de 5 metros a la redonda. Lo curioso de estos seres es que uno estalle cerca del otro no hace reventar a los dos, deben ser por ataques distintos.
“¿De dónde coño han sacado a éste tío?” –se preguntó hacia sus adentros, evadiendo la respuesta que le dio su alter ego. Aquel marine había evadido parcialmente su ataque, de modo que solo le había hecho un simple corte en el pectoral. Además de eso, seguía con esa estúpida sonrisa en su rostro, como si tuviera el control de aquel enfrentamiento. Aquello solo hacía enfadar más y más a Zane, que apretaba con fuerza el mango de su katana, al tiempo que la vena de su frente se hinchaba y sus ojos parecían encenderse de la rabia. Sin embargo, Kenny alzó la voz.
“¡Cálmate!” –escuchó el pirata en su subconsciente–. “No estás luchando contra una persona con honor, ¿no has visto lo que le ha hecho a su compañera? Si quieres derrotar a alguien así tienes que tener menos escrúpulos que él, aunque ello implique convertirte en algo que no quieres ser, como por ejemplo en mi…”
“¿Estás loco? ¿Acaso piensas que voy a dejarte el control de mi cuerpo así como así?” –le respondió Zane.
“Haz lo que quieras, pero no voy a dejar que muramos. O peor, que nos encarcelen” –le dijo Kenny, con ese tono de voz sereno y calmado, como la nana de un loco.
Entre tanto, el capitán de cabellos plateados hizo surgir en sus espaldas dos alas negras como las de un demonio y expulsó unas esferas de un color blanco nuclear al cielo. ¿Qué coño estaba tramando? Se preguntaba el pelirrojo con el ceño fruncido, mientras cubría su Samauindo de haki de armadura y la llevaba a su boca, para justo después desenfundar a Kuroi Taiyo y Aki no Hikari y hacer lo mismo.
—Estilo del halcón peregrino…
Hacía mucho tiempo que no adoptaba esa postura de ataque, con un katana en la boca con la hoja hacia la izquierda y las otras dos formando una cruz a pocos centímetros de la primera, intentando crear una defensa que cubriera todos sus flancos, pues era el estilo de esgrima que le enseñó su padre y era muy reacio a usarlo –pues no quería saber nada de su antecesor-. Y entonces, con fuerza, el marine realiza dos cortes al aire con forma de felino que se dirigen hacia el pelirrojo. El pirata retrocedió agitando sus alas –a unos 80- m/s-, pero las bestias parecían seguirle. Así que, aprovechando que estaba suspendido en el aire y que había conseguido algo más de margen de distancia, empezó a girar sobre sí mismo, empezando a encadenar una potente ráfaga de ondas cortantes en dirección al ataque de Shenova, con la intención de bloquearlos; algo que consiguió a duras penas. Pues, pese a hacerlo, el resultado de ello fue que la colisión de las ondas cortantes formó una explosión que hizo varios cortes superficiales al cuerpo del pelirrojo, que fue enviado varios metros hacia atrás.
“Me he cansado de verte hacer el ridículo, déjame a mi” –dijo Kenny, que aprovechó que la mente de Zane estaba distraída para obtener el control del cuerpo. Entonces, la mirada del pirata dio un giro de trescientos sesenta grados y cambio de golpe. La mirada alegre y vivaracha que solía tener, se tornó de oscuridad y sed de sangre. En su rostro también podía contemplarse una sonrisa ladeada que inspiraba poca confianza. Mientras tanto, el cuerpo del suzaku se cubrió de pequeñas llamas que fue sanando todos los cortes y las magulladuras que tenía, dejándole en un mejor estado del que se encontraba.
—¿Postrarme ante un insecto como tú? –el pirata, que ahora resultaba ser Kenny, soltó una carcajada irónica, para justo después pasar su lengua por su labio superior-. Yo no voy a ser tan condescendiente.
Kenny se elevó un par de metros en el aire y observó todo el panorama rápidamente. Shenova había hecho algo, pues el cuerpo de la vicealmirante había vuelto a dividirse en más cachos de carne muerta, ¿qué clase de poder tenía aquel sujeto? No lo sabía, pero le gustaría comprobarlo.
Fue entonces cuando el pirata, a sabiendas de que le quedaba poco tiempo usando el poder adicional que le otorgaba la rumble ball, descendió en dirección a su oponente – a una velocidad de unos 60 m/s-, siempre guiándose con su mantra para no perder de vista la posición de su oponente, para realizar una doble onda cortante con sus katanas, con la intención de cegar a su oponente con la habilidad especial de las mismas. Tras eso, de forma inmediata, aumentaría su velocidad -hasta llegar a los 100 m/s- y utilizaría su raikou para realizar otro ataque y clavarle sus katanas en el torso. Después de su ataque, lo hubiera conseguido o no, el pelirrojo alzaría el vuelo varios metros sobre el suelo y comenzaría a reír como un desquiciado con sed de sangre.
“¡Cálmate!” –escuchó el pirata en su subconsciente–. “No estás luchando contra una persona con honor, ¿no has visto lo que le ha hecho a su compañera? Si quieres derrotar a alguien así tienes que tener menos escrúpulos que él, aunque ello implique convertirte en algo que no quieres ser, como por ejemplo en mi…”
“¿Estás loco? ¿Acaso piensas que voy a dejarte el control de mi cuerpo así como así?” –le respondió Zane.
“Haz lo que quieras, pero no voy a dejar que muramos. O peor, que nos encarcelen” –le dijo Kenny, con ese tono de voz sereno y calmado, como la nana de un loco.
Entre tanto, el capitán de cabellos plateados hizo surgir en sus espaldas dos alas negras como las de un demonio y expulsó unas esferas de un color blanco nuclear al cielo. ¿Qué coño estaba tramando? Se preguntaba el pelirrojo con el ceño fruncido, mientras cubría su Samauindo de haki de armadura y la llevaba a su boca, para justo después desenfundar a Kuroi Taiyo y Aki no Hikari y hacer lo mismo.
—Estilo del halcón peregrino…
Hacía mucho tiempo que no adoptaba esa postura de ataque, con un katana en la boca con la hoja hacia la izquierda y las otras dos formando una cruz a pocos centímetros de la primera, intentando crear una defensa que cubriera todos sus flancos, pues era el estilo de esgrima que le enseñó su padre y era muy reacio a usarlo –pues no quería saber nada de su antecesor-. Y entonces, con fuerza, el marine realiza dos cortes al aire con forma de felino que se dirigen hacia el pelirrojo. El pirata retrocedió agitando sus alas –a unos 80- m/s-, pero las bestias parecían seguirle. Así que, aprovechando que estaba suspendido en el aire y que había conseguido algo más de margen de distancia, empezó a girar sobre sí mismo, empezando a encadenar una potente ráfaga de ondas cortantes en dirección al ataque de Shenova, con la intención de bloquearlos; algo que consiguió a duras penas. Pues, pese a hacerlo, el resultado de ello fue que la colisión de las ondas cortantes formó una explosión que hizo varios cortes superficiales al cuerpo del pelirrojo, que fue enviado varios metros hacia atrás.
“Me he cansado de verte hacer el ridículo, déjame a mi” –dijo Kenny, que aprovechó que la mente de Zane estaba distraída para obtener el control del cuerpo. Entonces, la mirada del pirata dio un giro de trescientos sesenta grados y cambio de golpe. La mirada alegre y vivaracha que solía tener, se tornó de oscuridad y sed de sangre. En su rostro también podía contemplarse una sonrisa ladeada que inspiraba poca confianza. Mientras tanto, el cuerpo del suzaku se cubrió de pequeñas llamas que fue sanando todos los cortes y las magulladuras que tenía, dejándole en un mejor estado del que se encontraba.
—¿Postrarme ante un insecto como tú? –el pirata, que ahora resultaba ser Kenny, soltó una carcajada irónica, para justo después pasar su lengua por su labio superior-. Yo no voy a ser tan condescendiente.
Kenny se elevó un par de metros en el aire y observó todo el panorama rápidamente. Shenova había hecho algo, pues el cuerpo de la vicealmirante había vuelto a dividirse en más cachos de carne muerta, ¿qué clase de poder tenía aquel sujeto? No lo sabía, pero le gustaría comprobarlo.
Fue entonces cuando el pirata, a sabiendas de que le quedaba poco tiempo usando el poder adicional que le otorgaba la rumble ball, descendió en dirección a su oponente – a una velocidad de unos 60 m/s-, siempre guiándose con su mantra para no perder de vista la posición de su oponente, para realizar una doble onda cortante con sus katanas, con la intención de cegar a su oponente con la habilidad especial de las mismas. Tras eso, de forma inmediata, aumentaría su velocidad -hasta llegar a los 100 m/s- y utilizaría su raikou para realizar otro ataque y clavarle sus katanas en el torso. Después de su ataque, lo hubiera conseguido o no, el pelirrojo alzaría el vuelo varios metros sobre el suelo y comenzaría a reír como un desquiciado con sed de sangre.
- Datos:
- Empiezo a girar sobre mí mismo y realizo una secuencia de ondas cortantes para bloquear el ataque del marine, pero sin poder evitar del todo el estallido de después.
Ante eso, uso mi: Fuego etéreo [: El cuerpo de Zane se recubre completamente de un fuego muy leve que le sana algunas heridas leves (cortes, rozaduras, alguna microrotura fibrilar, cosas del estilo). Solo puede usarlo una vez cada dos post.], para curarme las heridas externas.
Tras eso, cambio la personalidad de Zane por la de Kenny (su otra personalidad) y me dispongo a atacar con una doble onda cortante*. Después uso mi manual raikou, que me hace poder realizar un segundo ataque y poco más
*Habilidades de las katanas:- Habilidad especial de Aki no Hikari: Además de todas las habilidades que tiene gracias a su excelente forjado (citadas anteriormente), esta katana tiene dos habilidades significativas, una primera que se ve en el combate a distancia, ya que cada vez que se crea una onda cortante ésta se torna de un color blanquecino que quita visibilidad al oponente, incluso cegarlo durante un instante.
- Habilidad especial de Kuroi Taiyo: Esta katana tiene dos habilidades destacables, la primera de ellas es que elige a su poseedor, en su interior se encuentra el “alma” de su dueño y éste decide quién es digno de ella. Su segunda habilidad es, con diferencia, lo que hace de esta katana un arma de interés para los espadachines. Dicha habilidad consiste en que, si está en posesión del usuario indicado, al combatir su hoja se recubre de un aura grisácea que se va condensando poco a poco hasta el punto que, si el usuario decide realizar una onda cortante de color oscuro, dicha aura es también lanzada, dando a la onda capacidades radiomagnéticas (algo parecido a lo que ocurren con los eclipses), consiguiendo cegar al rival durante un turno; además de dañarle (porque la onda cortante, simplemente corta)
- Habilidad especial de Aki no Hikari: Además de todas las habilidades que tiene gracias a su excelente forjado (citadas anteriormente), esta katana tiene dos habilidades significativas, una primera que se ve en el combate a distancia, ya que cada vez que se crea una onda cortante ésta se torna de un color blanquecino que quita visibilidad al oponente, incluso cegarlo durante un instante.
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- Debes saber… Que soy el mayor de los insectos. – Responde de repente mientras sonríe de forma calmada. Es en ese momento cuando se lanza a por ti, pero notas sus ojos tomar un color rojizo intenso.
Parece que has hecho algo que no debías. Justo entonces bloquea tus ondas con su espada, pero no se esperaba la ceguera. El peliplateado aterriza en el suelo con los ojos cerrados y expande su haki de observación. Parece que ahora no puede ver y eso es una ventaja para ti. Tal como has previsto, tus katanas van hacia su torso a una velocidad impresionante. El filo de tus armas entonces choca con algo que no esperabas. Si te fijas bien, hay dos columnas semitransparentes protegiéndole. Has atravesado la primera y la segunda, pero tan solo una de tus espadas le da dañado en el abdomen, por el que empieza a sangrar de forma constante. Lo que podría haber podido terminar, no ha hecho más que empezar.
Dichas columnas suben hasta los cielos… Puedes ver dos destellos blancos desaparecer en el cielo y después los dos enormes objetos defensivos. Parece que quedan otras tres, de modo que eso eran las bolas anteriores. Sin embargo, las otras tres parecen toman cada vez más tamaño. Parece que mientras no se usan aumentan su poder. El capitán entonces se rodea de un aura dorada y su herida se cierra un poco [Micaiah] A continuación, te mira con la típica sonrisa de siempre, pero sus ojos están cerrados debido a la ceguera. Justo entonces empieza a sonreír de forma exagerada.
- Como te dije, soy el mayor de los insectos…
Aprovechando tu risa, el peliplateado sale disparado hacia ti a una velocidad que te cuesta seguir. Te lanza un tajo violento al cuello y al mismo tiempo de la parte baja de su espalda surge una cola de escorpión que trata de apuñalarte en el estómago de forma rápida. Te das cuenta de que su cuerpo está imbuido en un color negro metálico. Es entonces cuando salta hacia atrás y dos pinzas surgen de su torso, sus dientes se afilan y su cuerpo parece convertirse en una pequeña coraza. Entonces, aterriza en el suelo y te mira de forma inquietante.
- Vamos a divertirn… – Antes de terminar la frase clava una rodilla en el suelo. Sus brazos están algo quemados ¿Tú fuego no le atacó hace un rato ya? Escupe un poco de sangre y entonces frunce el ceño. Sus ojos continúan cerrados, pero parece saber dónde estás.
Su cola apunta hacia ti y entonces lanza un cañonazo a presión de color verde que va a unos 90 metros por segundo. [Manual prisa] Al mismo tiempo, el hombre escorpión saca de su bolsillo una pequeña perla de color amarillo y se relame. Zane, los túneles parecen un buen sitio ahora que me fijo. Esa cosa está bastante loca y no parece fácil ahora que está cambiando a formas superiores.
Parece que has hecho algo que no debías. Justo entonces bloquea tus ondas con su espada, pero no se esperaba la ceguera. El peliplateado aterriza en el suelo con los ojos cerrados y expande su haki de observación. Parece que ahora no puede ver y eso es una ventaja para ti. Tal como has previsto, tus katanas van hacia su torso a una velocidad impresionante. El filo de tus armas entonces choca con algo que no esperabas. Si te fijas bien, hay dos columnas semitransparentes protegiéndole. Has atravesado la primera y la segunda, pero tan solo una de tus espadas le da dañado en el abdomen, por el que empieza a sangrar de forma constante. Lo que podría haber podido terminar, no ha hecho más que empezar.
Dichas columnas suben hasta los cielos… Puedes ver dos destellos blancos desaparecer en el cielo y después los dos enormes objetos defensivos. Parece que quedan otras tres, de modo que eso eran las bolas anteriores. Sin embargo, las otras tres parecen toman cada vez más tamaño. Parece que mientras no se usan aumentan su poder. El capitán entonces se rodea de un aura dorada y su herida se cierra un poco [Micaiah] A continuación, te mira con la típica sonrisa de siempre, pero sus ojos están cerrados debido a la ceguera. Justo entonces empieza a sonreír de forma exagerada.
- Como te dije, soy el mayor de los insectos…
Aprovechando tu risa, el peliplateado sale disparado hacia ti a una velocidad que te cuesta seguir. Te lanza un tajo violento al cuello y al mismo tiempo de la parte baja de su espalda surge una cola de escorpión que trata de apuñalarte en el estómago de forma rápida. Te das cuenta de que su cuerpo está imbuido en un color negro metálico. Es entonces cuando salta hacia atrás y dos pinzas surgen de su torso, sus dientes se afilan y su cuerpo parece convertirse en una pequeña coraza. Entonces, aterriza en el suelo y te mira de forma inquietante.
- Vamos a divertirn… – Antes de terminar la frase clava una rodilla en el suelo. Sus brazos están algo quemados ¿Tú fuego no le atacó hace un rato ya? Escupe un poco de sangre y entonces frunce el ceño. Sus ojos continúan cerrados, pero parece saber dónde estás.
Su cola apunta hacia ti y entonces lanza un cañonazo a presión de color verde que va a unos 90 metros por segundo. [Manual prisa] Al mismo tiempo, el hombre escorpión saca de su bolsillo una pequeña perla de color amarillo y se relame. Zane, los túneles parecen un buen sitio ahora que me fijo. Esa cosa está bastante loca y no parece fácil ahora que está cambiando a formas superiores.
- Datos:
- Haki armadura Superior Activado
Haki mantra perfecto activado
Gran Columnas: Cada bola especial que Shenova lanza al cielo puede bajar hacia él en forma de escudo sólido de energía con dureza 8 en escala moh. Por cada turno,
que no los use, la dureza aumenta 0,2.
Veneno Escorpión: Shenova puede pinchar con su cola o lanzar cañonazos de veneno a presion a 90 m/s. Si le veneno da en una herida, el usuario queda infectado y empieza a ver borroso, vomitar y finalmente perder la consciencia (cae ko al turno 7) Si da en una zona sin herida, produce un escozor enorme.
Kenny estaba extasiado al contemplar como su oponente estaba cediendo a sus ataques. Le miraba por encima del hombro con su vista de pájaro, como se tratara de escoria. Hacía muchos años que tenía un dominio completo de su cuerpo y podía apreciar los sutiles cambios que había tenido. Era más alto, más corpulento y el poder que le proporcionaba la fruta le gustaba. Sentía como si nada pudiera pararlo. Y además de eso, notaba como su voluntad se había hecho más férrea. Al parecer Zane lo está haciendo bien, pensaba refiriéndose a su alter ego.
“¿Ha cerrado los ojos? Bien…” –pensó el espadachín.
Pero entonces, Shenova desapareció de su vista, y ocurrió algo que jamás había presenciado el despiadado alter ego del pelirrojo. Todo se volvió gris durante un instante, ¿cuánto tiempo? No lo sabía, ya que todo parecía ir en cámara lenta. Podía contemplar como el peliplateado, con los ojos cerrados, se acercaba a él con la intención de atacarlo con violencia con su katana y que, de forma simultánea, le intentaba clavar una cola surgente en el estómago. Y de nuevo, todo volvió a la normalidad, así que agitó sus alas con fuerza –para alcanzar una velocidad aproximada de 65m/s-, y se elevó lo todo lo que pudo, consiguiendo esquivar el primer ataque. Sin embargo, el ataque con la cola le dio de lleno entre las plumas de sus alas, sin recibir un pinchazo, pero lo suficientemente fuerte como para desviar el vuelo del suzaku que empezó a caer hacia el suelo.
“Será hijo de puta…” –maldecía para sus adentros, intentando no chocar contra el suelo.
Pero aquel no fue el único ataque del marine, sino que le lanzó una extraña plasta de color verde nuclear. Ante eso, Kenny no pudo hacer mucho, simplemente intentó esquivarlo, pero dio de lleno en su pierna izquierda, quemando sus pantalones e irritándole mucho la piel.
El pelirrojo sentía un fuerte quemazón en la pierna, así se concentró en ella y una extraña energía de color azulada la cubrió y fue sanándola poco a poco [Manual de Curación: Kaifuku]. El pirata se encontraba frente por frente al marine, que tenía una bola parecida a las que él tomaba. Si eso le hacía efecto estaba en grandes aprietos, después de todo era un insecto, y los insectos eran oponentes difíciles. Sin embargo, el podía también ingerir una de sus drogas, aunque eso le llevaría a no poder controlar las dos formas que ellas le otorgaba, entrando en un bucle de intercambio de apariencia que no le gustaba nada. No obstante, aquel sujeto seguía sin ver, así que comenzó a elevar la temperatura de sus katanas, al tiempo que las giraba. Y entonces, a una velocidad vertiginosa, encadenó un total de ocho ondas cortantes en dirección a su oponente –repartidas en cuatro movimientos con ambos aceros-, las cuales estaban a una temperatura de 400 Cº aproximadamente, con la intención de cortarle la cola y las pinzas; o en su defecto herir al bicho.
Tras eso, el pelirrojo se encontró en una tesitura, huir por los túneles, que estaba repleto de arañas y posiblemente ratas, o bien seguir combatiendo. Zane no era una persona que huyera en los combates o se escondiera, pero Kenny, al contrario que su alter ego, le gustaba tenerlo todo bajo control y resguardarse cuando lo veía necesario. ¿Pero sería seguro ocultarse en unos túneles que a saber donde llevaban?
“A la mierda” –el pirata batió sus alas y se elevó hacia el cielo, colocándose a la espalda de su oponente, estando lejos de aquellas luces blancas y observando en todo momento la cola de aquel extraño individuo.
“¿Ha cerrado los ojos? Bien…” –pensó el espadachín.
Pero entonces, Shenova desapareció de su vista, y ocurrió algo que jamás había presenciado el despiadado alter ego del pelirrojo. Todo se volvió gris durante un instante, ¿cuánto tiempo? No lo sabía, ya que todo parecía ir en cámara lenta. Podía contemplar como el peliplateado, con los ojos cerrados, se acercaba a él con la intención de atacarlo con violencia con su katana y que, de forma simultánea, le intentaba clavar una cola surgente en el estómago. Y de nuevo, todo volvió a la normalidad, así que agitó sus alas con fuerza –para alcanzar una velocidad aproximada de 65m/s-, y se elevó lo todo lo que pudo, consiguiendo esquivar el primer ataque. Sin embargo, el ataque con la cola le dio de lleno entre las plumas de sus alas, sin recibir un pinchazo, pero lo suficientemente fuerte como para desviar el vuelo del suzaku que empezó a caer hacia el suelo.
“Será hijo de puta…” –maldecía para sus adentros, intentando no chocar contra el suelo.
Pero aquel no fue el único ataque del marine, sino que le lanzó una extraña plasta de color verde nuclear. Ante eso, Kenny no pudo hacer mucho, simplemente intentó esquivarlo, pero dio de lleno en su pierna izquierda, quemando sus pantalones e irritándole mucho la piel.
El pelirrojo sentía un fuerte quemazón en la pierna, así se concentró en ella y una extraña energía de color azulada la cubrió y fue sanándola poco a poco [Manual de Curación: Kaifuku]. El pirata se encontraba frente por frente al marine, que tenía una bola parecida a las que él tomaba. Si eso le hacía efecto estaba en grandes aprietos, después de todo era un insecto, y los insectos eran oponentes difíciles. Sin embargo, el podía también ingerir una de sus drogas, aunque eso le llevaría a no poder controlar las dos formas que ellas le otorgaba, entrando en un bucle de intercambio de apariencia que no le gustaba nada. No obstante, aquel sujeto seguía sin ver, así que comenzó a elevar la temperatura de sus katanas, al tiempo que las giraba. Y entonces, a una velocidad vertiginosa, encadenó un total de ocho ondas cortantes en dirección a su oponente –repartidas en cuatro movimientos con ambos aceros-, las cuales estaban a una temperatura de 400 Cº aproximadamente, con la intención de cortarle la cola y las pinzas; o en su defecto herir al bicho.
Tras eso, el pelirrojo se encontró en una tesitura, huir por los túneles, que estaba repleto de arañas y posiblemente ratas, o bien seguir combatiendo. Zane no era una persona que huyera en los combates o se escondiera, pero Kenny, al contrario que su alter ego, le gustaba tenerlo todo bajo control y resguardarse cuando lo veía necesario. ¿Pero sería seguro ocultarse en unos túneles que a saber donde llevaban?
“A la mierda” –el pirata batió sus alas y se elevó hacia el cielo, colocándose a la espalda de su oponente, estando lejos de aquellas luces blancas y observando en todo momento la cola de aquel extraño individuo.
- Datos:
- Uso mi habilidad de predecir con 3 segundos de antelación el ataque de mi oponente (de ahí lo de cámara lenta…etc., para narrarlo chachi).
Luego uso mi Firewing [Ésta técnica consiste en generar fuego por las manos, trasmitiéndoselas a sus aceros, para después realizar un tajo al aire, formando una onda que trasporta el fuego, consiguiendo realizar un daño doble (por la onda de aire y el fuego)], para hacerle pupita al bicho encadenó una ráfaga de ondas cortantes muy calentitas.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El hombre escorpión te mira con una sonrisa siniestra al mismo tiempo que oculta la perla amarilla en su bolsillo. Su cola se mueve y pese a que observa en tu dirección, sus ojos siguen cerrados. Justo entonces lanzas tus ondas hacia él, pero dos luces bajan en forma de columnas de nuevo, bloqueando seis de ellas a la perfección. Deberías saber ya la función de esas cosas del cielo. Tus otras dos han logrado rozarle la mejilla y la otra ha cortado una de sus pinzas. La sangre empieza a salir por esa zona, aunque de un color verde intenso. El hombre escorpión grita de dolor mientras retrocede un poco y golpea con los puños el suelo. Está furioso por esa pérdida. Ahora le queda una pinza y los dos brazos, aunque su cola parece más peligrosa que todo eso. Finalmente abre sus ojos y te mira de forma siniestra. Sus alas oscuras surgen de su espalda de nuevo y alza el vuelo.
El barco marine ya está llegando a la orilla, pero entonces la última luz del cielo baja en forma de columna y aplasta el barco, haciéndolo pedazos al momento y llevándose muchas vidas con él. En ese momento el escorpión sonríe de lado y después suelta una suave risa.
- Qué cruel eres. – Dice culpándote de repente.
Con tu haki notas otra presencia acercarse hacia ti, de los cielos surge una especie de hombre de cabellos castaños claros, vestido con un traje blanco y llegando a medir los dos metros. En su espalda puedes ver una mochila reactor. No sabes quién puede ser el nuevo, pero no tarda en sacar un par de pistolas y dispararte un total de seis balas por arma, ósea doce. Te dé o no, baja hasta colocarse junto al hombre escorpión.
- Veo que ya no incluyes a tu tío en tus cacerías, She-chan.
- Puedo solo, pero estás invitado si te apetece.
Esto no puede estar pasando. El aura de ese tipo es más débil que la de Shenova, pero de todas formas puede ser un problema enfrentar a dos y más después de las balas, que a saber cómo estás de ellas. Al nuevo parece importarle una mierda el barco, pero si te fijas bien, en su hombro tiene el símbolo del gobierno mundial. Ambos te miran sonriendo de forma siniestra. Entonces el agujero del suelo empieza a cerrarse lentamente por una ranura de acero mientras una especie de alarma se oye.
“Peligro, cerrando entrada a la base en diez segundos”
Parece tiempo de sobra para colarse en el túnel antes de que se cierre. El huevo hombre que ha aparecido te apunta de nuevo, pero entonces la cola de Shenova atraviesa su pecho de forma salvaje y un terrible río de sangre empieza a salir de su pecho. Los ojos del tipo nuevo se abren como platos y después le mira agonizando.
- ¿Cómo…?
- Un verdadero Dios, no tiene familia. – Responde el escorpión antes de cortarlo en dos con su espada. Ahora te mira a ti y puedes notar un aura roja recorrerle. Joder, su poder está triplicándose según tu mantra. La puerta ya casi se ha cerrado.
El barco marine ya está llegando a la orilla, pero entonces la última luz del cielo baja en forma de columna y aplasta el barco, haciéndolo pedazos al momento y llevándose muchas vidas con él. En ese momento el escorpión sonríe de lado y después suelta una suave risa.
- Qué cruel eres. – Dice culpándote de repente.
Con tu haki notas otra presencia acercarse hacia ti, de los cielos surge una especie de hombre de cabellos castaños claros, vestido con un traje blanco y llegando a medir los dos metros. En su espalda puedes ver una mochila reactor. No sabes quién puede ser el nuevo, pero no tarda en sacar un par de pistolas y dispararte un total de seis balas por arma, ósea doce. Te dé o no, baja hasta colocarse junto al hombre escorpión.
- Veo que ya no incluyes a tu tío en tus cacerías, She-chan.
- Puedo solo, pero estás invitado si te apetece.
Esto no puede estar pasando. El aura de ese tipo es más débil que la de Shenova, pero de todas formas puede ser un problema enfrentar a dos y más después de las balas, que a saber cómo estás de ellas. Al nuevo parece importarle una mierda el barco, pero si te fijas bien, en su hombro tiene el símbolo del gobierno mundial. Ambos te miran sonriendo de forma siniestra. Entonces el agujero del suelo empieza a cerrarse lentamente por una ranura de acero mientras una especie de alarma se oye.
“Peligro, cerrando entrada a la base en diez segundos”
Parece tiempo de sobra para colarse en el túnel antes de que se cierre. El huevo hombre que ha aparecido te apunta de nuevo, pero entonces la cola de Shenova atraviesa su pecho de forma salvaje y un terrible río de sangre empieza a salir de su pecho. Los ojos del tipo nuevo se abren como platos y después le mira agonizando.
- ¿Cómo…?
- Un verdadero Dios, no tiene familia. – Responde el escorpión antes de cortarlo en dos con su espada. Ahora te mira a ti y puedes notar un aura roja recorrerle. Joder, su poder está triplicándose según tu mantra. La puerta ya casi se ha cerrado.
“Otra vez las dichosas barreras” –maldecía Kenny, tras contemplar como la mayoría de sus ondas cortantes habían sido bloqueadas sin esfuerzo alguno. Sin embargo, el ataque no fue en vano, pues había conseguido cortarle una de las pinzas a Shenova, que le miraba con furia.
El pirata sonreía, sobre todo cuando el capitán marine golpeó el suelo con su mano desnuda, mientras esperaba una contraofensiva con la guardia media, es decir, con las katana en un punto medio, con la hoja mirando hacia el frente. Ésta era la pose de espadachines más básica, pero también la más efectiva. Y entonces, Shenova alzó el vuelo, desplegando aquellas oscuras alas.
Al tenerle frente por frente le miró a los ojos. Si Kenny tenía sed de sangre, aquel sujeto tenía más aún, era como estar frente a la mismísima parca. El pirata no pudo desviar la vista durante un instante hacia el puerto, y el gran barco de la marina que estaba acercándose al mismo. Aquello significaba que tenía poco tiempo antes de que llegasen los refuerzos y una horda de perros del gobierno le rodeara por completo. Pero de repente, sin saber porqué, el último haz de luz que estaba en el suelo cayó sobre el barco y lo partió en dos.
—Hijo de la gran puta… -musitó Kenny como pudo, ya que tenía su katana en la boca y apenas se le entendía cuando hablaba.
Aquel marine no solo quería acabar con la vida del pirata, sino que iba a hacer de ella un infierno si sobrevivía a aquel combate. Entonces, notó como alguien se acercaba por su espalda y se giró noventa grados, intentando cubrir ambos flancos. Se trataba de un hombre con un jet pack. Tenía el cabello castaño y desaliñado e iba vestido con un traje blanco. Pero estaba claro que no era un amigo, pues disparó una ráfaga de balas al pirata, quien intento desviarlas con un tajo al aire, aunque no con el resultado previsto, pues una de ellas dio en su pie/garra derecha y dos en el muslo de la misma pierna.
Aquellos dos parecían conocerse, ¿de qué? A saber. Por lo que entendió Kenny eran familia. Mientras ellos hablaban, el pelirrojo aprovechó y adoptó su forma de combate, aumentando su corpulencia. Además de eso, volvió a aumentar su musculatura y en su mirada nació un destello de luz del mismo color de sus ojos –el izquierdo verde y el derecho azulado-. Y sin venir a cuento, el peliplateado atravesó al hombre con su cola, al tiempo que alardeaba de ser un dios o algo parecido.
“¿En serio este tío es un marine?” –pensó.
Kenny tenía a Shenova frente a él, a una distancia de cinco metros, tal vez menos. Una fuerte alarma estaba sondando desde hacía unos segundos y los túneles empezaban a cerrarse, apareciendo una extraña compuerta de metal que los cubría. La cuenta atrás estaba en marcha, el pelirrojo dudó unos segundos si adentrarse en ellos o no, pero un D. Kenshin nunca huía de un combate, al menos no si cree que tenga oportunidad de ganar. Entonces su cuerpo empezó a emitir un aura de color roja muy brillante y cálida, erizando sus plumas y aumentado sus fuerzas. Tras eso, también le rodeó un aura azulada muy enardecida.
Kenny sonrió, elevó sus brazos hasta que sus katanas se tocaron por su kisaki, las cuales seguían recubiertas del haki de armadura, y empezó a girar sobre sí mismo cobrando cierta velocidad. Pese a estar girando, intentaba no apartar la vista de su oponente, así que intentó seguirle con su mantra y pudo notar como su poder iba aumentando. Y sin más preámbulos, se abalanzó hacia su oponente con rapidez –a una velocidad aproximada de 120 m/s-, con la firme intención de atravesarle, o al menos propinarle un golpe que le hiciera mucho daño, después de todo una especie de proyectil viviente se aproxima a él mucha velocidad y a una temperatura de casi 1000 ºC.
El pirata sonreía, sobre todo cuando el capitán marine golpeó el suelo con su mano desnuda, mientras esperaba una contraofensiva con la guardia media, es decir, con las katana en un punto medio, con la hoja mirando hacia el frente. Ésta era la pose de espadachines más básica, pero también la más efectiva. Y entonces, Shenova alzó el vuelo, desplegando aquellas oscuras alas.
Al tenerle frente por frente le miró a los ojos. Si Kenny tenía sed de sangre, aquel sujeto tenía más aún, era como estar frente a la mismísima parca. El pirata no pudo desviar la vista durante un instante hacia el puerto, y el gran barco de la marina que estaba acercándose al mismo. Aquello significaba que tenía poco tiempo antes de que llegasen los refuerzos y una horda de perros del gobierno le rodeara por completo. Pero de repente, sin saber porqué, el último haz de luz que estaba en el suelo cayó sobre el barco y lo partió en dos.
—Hijo de la gran puta… -musitó Kenny como pudo, ya que tenía su katana en la boca y apenas se le entendía cuando hablaba.
Aquel marine no solo quería acabar con la vida del pirata, sino que iba a hacer de ella un infierno si sobrevivía a aquel combate. Entonces, notó como alguien se acercaba por su espalda y se giró noventa grados, intentando cubrir ambos flancos. Se trataba de un hombre con un jet pack. Tenía el cabello castaño y desaliñado e iba vestido con un traje blanco. Pero estaba claro que no era un amigo, pues disparó una ráfaga de balas al pirata, quien intento desviarlas con un tajo al aire, aunque no con el resultado previsto, pues una de ellas dio en su pie/garra derecha y dos en el muslo de la misma pierna.
Aquellos dos parecían conocerse, ¿de qué? A saber. Por lo que entendió Kenny eran familia. Mientras ellos hablaban, el pelirrojo aprovechó y adoptó su forma de combate, aumentando su corpulencia. Además de eso, volvió a aumentar su musculatura y en su mirada nació un destello de luz del mismo color de sus ojos –el izquierdo verde y el derecho azulado-. Y sin venir a cuento, el peliplateado atravesó al hombre con su cola, al tiempo que alardeaba de ser un dios o algo parecido.
“¿En serio este tío es un marine?” –pensó.
Kenny tenía a Shenova frente a él, a una distancia de cinco metros, tal vez menos. Una fuerte alarma estaba sondando desde hacía unos segundos y los túneles empezaban a cerrarse, apareciendo una extraña compuerta de metal que los cubría. La cuenta atrás estaba en marcha, el pelirrojo dudó unos segundos si adentrarse en ellos o no, pero un D. Kenshin nunca huía de un combate, al menos no si cree que tenga oportunidad de ganar. Entonces su cuerpo empezó a emitir un aura de color roja muy brillante y cálida, erizando sus plumas y aumentado sus fuerzas. Tras eso, también le rodeó un aura azulada muy enardecida.
Kenny sonrió, elevó sus brazos hasta que sus katanas se tocaron por su kisaki, las cuales seguían recubiertas del haki de armadura, y empezó a girar sobre sí mismo cobrando cierta velocidad. Pese a estar girando, intentaba no apartar la vista de su oponente, así que intentó seguirle con su mantra y pudo notar como su poder iba aumentando. Y sin más preámbulos, se abalanzó hacia su oponente con rapidez –a una velocidad aproximada de 120 m/s-, con la firme intención de atravesarle, o al menos propinarle un golpe que le hiciera mucho daño, después de todo una especie de proyectil viviente se aproxima a él mucha velocidad y a una temperatura de casi 1000 ºC.
- Datos:
- Ámbitos utilizados: No Zane, No party (x2,5 Fuerza) e In Zone (x2,5 reflejos)
Transformaciones: Forma Combate (x6 durante 2 turnos)
Técnicas: Suzaku interior (x2 en fuerza, resistencia y velocidad + habilidades íngneas mejoradas) y Aura ígena (Zane se envuelve de un aura ígnea, cuyo color varía en función de la intensidad del calor que desprende, desde un color rojizo (en torno a los 150 ºC), pasando por uno anaranjado (Entre los 200 ºC y 500 ºC), hasta un color azulado muy claro (En torno a los 1000 ºC). Dependiendo del tipo de aura la técnica tiene una duración u otra)
STATS:
Fuerza: x58,5
Velocidad x300
Agilidad x30
Resistencia x10
Reflejos: x12,5
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
No sé yo si será buena idea no haberte metido en los túneles para huir un poco de esa cosa, pero allá tú. No creo que puedas entrar después de haberse sellado la puerta. El hombre escorpión te mira con una sonrisa siniestra y acto seguido se lanza a por ti a toda velocidad. Con su haki nota tus intenciones, pero no parece ser tan rápido como para reaccionar a tiempo. Tu espada se clava en su pectoral derecho y además te impulsas contra él mientras te imbuyes en esas llamas. El fuego empieza a quemar al enorme insecto, el cual cierra los ojos y gruñe un poco. Al mismo tiempo la cola trata de atravesarte el estómago de forma violenta. Lo logre o no, sale despedido hacia el suelo mientras está ardiendo. El sujeto impacta contra él y se libera una nube de polvo. Cuando se disipa puedes verlo tirado en el suelo, pero en su forma humana.
Sangre bastante por la boca y la mitad de su rostro está completamente quemado, carbonizado. Su ojo ya no existe y le queda solo uno. Ves que tiene quemaduras por todo el cuerpo y respira de forma agitada. Se coloca en pie despacio y te mira con su típica sonrisa arrogante. Ese cabrón parece tener una resistencia asombrosa al dolor. Se ve que este ataque te ha salido genial. La sangre brota de su pectoral debido a tu corte, pero ahora parece hacer algo. Saca la perla amarilla y se relame.
- Déjame obsequiarte con algo…
Dice al mismo tiempo que se la come. Su cuerpo empieza a cambiar de nuevo y eso puede ser muy malo para ti. Este tío es diez veces más peligroso que la Vice-almirante, quizás más. El cuerpo de Shenova cambia muchísimo y esta vez parece más humano que insecto. Ha pasado a medir seis metros de alto, pero es un humanoide. Ha conservado su cabeza y sus cabellos. No tiene brazo izquierdo, tan solo derecho, en el que empuña su espada. Todo su cuerpo de cuello para abajo es una coraza y posee esta vez tres colas en vez de una. La mitad de su cuerpo está chamuscado y la mitad de su rostro parece un esqueleto. Ahora es enorme ¿Eso le hará más lento? Justo entonces el tipo se lanza a por ti a una velocidad de cien metros por segundo y entonces trata de lanzarte cinco tajos. Su velocidad es tanta que en lugar de cinco son diez, pero tanta es su velocidad que a tus ojos parecen cinco. Dos de ellos van a la cabeza, otros seis al torso y los dos últimos a tu entrepierna. Esta imbuido en haki armadura y parece peligroso.
- Sufre con el asalto del ángel sin corazón…
Susurra mientras ataca. Puedes ver que continua sangrando por la boca y eso puede ser bueno para ti. No se sabe de dónde coño ha salido este tío. Hostia, te das cuenta de que queda una entrada hacia uno de los túneles, pero se está cerrando y es la última ¿Irás o… enfrentaras a un tipo que parece ser una pesadilla? Joder, en su bolsillo se nota algo ¿Más rumbles? Como se coma otras dos todo será gracioso.
Sangre bastante por la boca y la mitad de su rostro está completamente quemado, carbonizado. Su ojo ya no existe y le queda solo uno. Ves que tiene quemaduras por todo el cuerpo y respira de forma agitada. Se coloca en pie despacio y te mira con su típica sonrisa arrogante. Ese cabrón parece tener una resistencia asombrosa al dolor. Se ve que este ataque te ha salido genial. La sangre brota de su pectoral debido a tu corte, pero ahora parece hacer algo. Saca la perla amarilla y se relame.
- Déjame obsequiarte con algo…
Dice al mismo tiempo que se la come. Su cuerpo empieza a cambiar de nuevo y eso puede ser muy malo para ti. Este tío es diez veces más peligroso que la Vice-almirante, quizás más. El cuerpo de Shenova cambia muchísimo y esta vez parece más humano que insecto. Ha pasado a medir seis metros de alto, pero es un humanoide. Ha conservado su cabeza y sus cabellos. No tiene brazo izquierdo, tan solo derecho, en el que empuña su espada. Todo su cuerpo de cuello para abajo es una coraza y posee esta vez tres colas en vez de una. La mitad de su cuerpo está chamuscado y la mitad de su rostro parece un esqueleto. Ahora es enorme ¿Eso le hará más lento? Justo entonces el tipo se lanza a por ti a una velocidad de cien metros por segundo y entonces trata de lanzarte cinco tajos. Su velocidad es tanta que en lugar de cinco son diez, pero tanta es su velocidad que a tus ojos parecen cinco. Dos de ellos van a la cabeza, otros seis al torso y los dos últimos a tu entrepierna. Esta imbuido en haki armadura y parece peligroso.
- Sufre con el asalto del ángel sin corazón…
Susurra mientras ataca. Puedes ver que continua sangrando por la boca y eso puede ser bueno para ti. No se sabe de dónde coño ha salido este tío. Hostia, te das cuenta de que queda una entrada hacia uno de los túneles, pero se está cerrando y es la última ¿Irás o… enfrentaras a un tipo que parece ser una pesadilla? Joder, en su bolsillo se nota algo ¿Más rumbles? Como se coma otras dos todo será gracioso.
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