Moderado Kenmei Shiba. Nivel 4. ¿Querías un ascenso? Gánatelo. "Kuki-kukí"

Lo que parecía una mera cámara de contención o almacenamiento de aquel extraño líquido negro no había captado demasiado mi atención, claro, pero eso cambió en cuanto se escuchó un sonido que provenía de su interior. Rápidamente me giré para ver qué era y me llevé una enorme sorpresa al ver como una mano se había estampado contra el ojo de buey desde dentro y se deslizaba, lentamente, hacia abajo. De inmediato miré mis pies, porque acababa de resbalarme un poco, y me dí cuenta de que tenía restos de alquitrán y aceite. Qué asco de estúpidos mamarrachos que lo ensucian todo.

Ahora tenía que tomar una decisión, si había alguien vivo ahí dentro, lo más recomendable sería intentar salvarlo... La omisión de tal rescate sería un delito, probablemente, por lo que no podía arriesgarme. Sin embargo, si la persona, o ser, en caso de ser otra cosa, resultaba un peligro, más me valía estar preparado. ¿Y qué hay del líquido? No sabía hasta qué punto podría ser perjudicial la exposición al mismo. Tampoco estaba seguro de poder abrir la cámara o de si sacar a alguien de ahí me autorizaba a abrirla.

Intentando no caerme por culpa de mis sucios zapatos (o por los restos que pudiera haber en el suelo en caso de haberlos), correría a por un traje de aislamiento. -¡¡Ayuda, hay alguien en problemas!! -Grité, por si alguien pudiera oírme y ser de ayuda. -¡¿No hay nadie?! ¡¡EO!! -Intenté de nuevo. Si tenía la suerte de que alguien que supiera algún detalle de esta zona me sería útil. Saber qué era ese líquido, qué propiedades tenía, qué se hacía allí o cómo se abre la cámara son preguntas cuya respuesta sería muy conveniente conocer.

Por suerte, había un traje de mi talla, aunque, por lo que pude observar, probablemente fuera de mujer. O era de Persephones o había otra mujer por las instalaciones que yo no había visto, quién sabe. Una vez me lo hubiera puesto, me dirigiría de vuelta a la cámara para tratar de abrirla. Si no tenía un mecanismo manual de apertura, probablemente habría un terminal cerca que lo controlase.

No te contesta nadie…

Bueno, tras ponerte el traje te das cuenta de una particularidad al cerrarlo, no escuchas nada del exterior. ¿Será para no oír el sonido de las tuberías y las máquinas? Quizás cuando todo se ponga en marcha hagan ruido… será por eso ¿no...?
Bueno, ahora, dentro de tu traje, no te resbalas, aunque sí que notas la viscosidad del líquido empapando tus pies, manchando la pernera interior del impermeable traje. Es más asqueroso que incómodo, la verdad.

Te acercas a la pequeña escalerilla para subir hasta arriba del tanque esférico donde viste la mano. Paso a paso vas subiendo aquella estructura de metal hasta llegar a la negra válvula que permite abrir la exclusa en la que está construida. Parece que es un mecanismo simple, nada de cosas llamativas ni aparatejos eléctricos… sólo fuerza bruta, algo que abunda en el barco. Puedes ver que el metal del que está hecho la parte superior del tanque, compuerta superior incluida, es más negro que el resto, aunque está perfectamente soldado sin transición aparente. ¡Qué maravilla de la ingeniería!

En la propia válvula, en el centro, ves  varias señales de peligro acústico.

”Señal:

Mientras te decides si abrirla o no, alrededor verás desde tu privilegiada y alta posición, que otros tanques de tu alrededor (unos 3) han sido también abiertos. Y, a lo lejos, ves una figura enfundada en uno de esos enormes trajes, envuelta en las sombras de la lejanía y las tenues luces… que está abriendo lentamente uno de los tanques e introduciendo una mano dentro.

Quizás por eso no te haya contestado nadie. Los trajes cerrados están acústicamente aislados.

Si no llevas el traje cerrado comenzarás a oír el metálico sonido de las tuberías bajo las plataformas, como si vibraran y entrechocaran por ello.

El aislamiento acústico del traje me hizo sentir algo... desconcertado. Cualquier cosa que pasara a mi alrededor podría pasar desapercibido si no ocurría dentro de mi campo de visión, algo realmente peligroso y a tener en cuenta. Además, si alguien llegaba ahora, probablemente no me daría cuenta... Aunque si hubiera alguien cerca hubiera oído mi voz y hubiera respondido ¿no?

Para intentar acabar cuanto antes con esta extraña sensación que me tenía bastante tenso, me apresuré a intentar abrir la cámara para sacar a quien estuviera dentro. Subí rápido, sin prestar demasiada atención a la cámara en sí, y vi entonces una especie de escotilla con unas señales que daban sentido a la propiedad insonorizante del traje de aislamiento, al parecer, lo que fuera que hubiera dentro, podía producir sonidos perjudiciales de alguna forma. ¿Sería el líquido? ¿Podría ser que precisamente lo que pretendía salvar era lo que estaba allí confinado?

Alcé la vista, algo nervioso, y pude ver como otos contenedores similares al que estaba bajo mis pies ya habían sido abiertos, presumiblemente por aquella figura que apenas podía observar con claridad debido a la iluminación insuficiente del lugar. Este individuo, probablemente masculino, estaba abriendo otro de los tanques y se aventuraba a meter la mano dentro. Decidí que lo mejor sería saciar mi curiosidad desde la distancia, observando qué sacaba exactamente, para saber si debía o no abrir la escotilla sobre la que me encontraba.

Estaría pendiente, sin embargo, a si veía o notaba algún movimiento alrededor. No podía oír nada ni podía sentir el aire. Es posible que los trajes no solo sean insonorizados, puede que sean aislantes térmicos y/o eléctricos, en cuyo caso tampoco sería capaz de notar un aumento o descenso de la temperatura... Careciendo de esas capacidades, tendría que suplirlas (o intentarlo) con mi sentido de la vista y mis reflejos.

El aislamiento es completo, no hay hipoacusia en tu traje cerrado.  No hay sonido.

La figura, tras meter su enorme mano, saca una figura delgada envuelta en un negro miasma, se la echa al hombro y comienza a bajar la escalerilla.  Se le resbala, y cae en una salpicadura donde ya no puedes verla. ¿Dónde habrá caído?

Bueno. Las cosas avanzan. Tú dirás que haces.

El oscuro contenido:

Me quedé observando hasta que los perdí de vista. "Los", porque cuento a la figura que sacó. Si lo que había ahí dentro era igual, supuse que no debía preocuparme, no parecía entrañar peligro alguno.

Abrí la cámara sin saber bien qué iba a encontrarme y, allí, en aquel oscuro poso de lo que parecía petróleo, había una mujer de constitución delgada, casi inmóvil. El líquido se adhiere a su piel y ella no parece luchar por salir... ni aparenta tener fuerzas para ello. Si me quitara el casco ¿escucharía alguna clase de ruido que me reventaría los tímpanos o algo por el estilo? ¿Lo había estado escuchando ella todo el tiempo que llevara ahí? De ser el caso, puede que estuviera sorda... o puede que el sonido sea la causa de su estado de ánimo (o de desánimo, que quizás sea más correcto).

Alargué el brazo derecho para intentar sacarla de allí y, una vez estuviera fuera, cerraría la escotilla y bajaría. No pretendía cargar con ella, esperaba que tuviera las fuerzas y la voluntad de caminar por ella misma, pero si era necesario...

Una vez estuviera de vuelta al suelo, intentaría comunicarme con ella. Lo primero sería comprobar que está consciente (si no había caminado por su cuenta o interactuado de alguna forma). En caso afirmativo, no debería ser demasiado difícil que me dijera algo escribiéndolo en el suelo con el líquido negro que tenía pegado a ella. Le haría algunas señas, intentando transmitirle que no le iba a hacer daño, que no se moviese y, si se dejaba, intentaría hacer un pequeño diagnóstico superficial, pues no sabía si ese líquido podía ser perjudicial, causar algún tipo de abrasión o sarpullido sobre la piel. También estaría pendiente por si tenía alguna clase de hematoma o laceración.

... ¿Podía quitarme este estúpido traje ya? No quiero sacarme el caso y que me sangren los oídos, pero tampoco me resulta cómodo...

La mujer alza la cabeza hacia ti y se extraña. Pero no va a perder la única oportunidad que tiene de salir de ahí. Primero se agarra fuertemente, todo lo fuertemente que puede, y justo en la salida pierde las fuerzas derrumbándose sobre tu hombro. No pes a mucho así que puedes con ella. Una vez bajáis hasta la mitad de las escaleras, parece agarrarse bien y bajar contigo.

El rostro de la mujer está perplejo, no se lo puede creer. Está, obviamente, feliz.

Respecto al diagnóstico no parece que esté mal, aunque tampoco es que puedas ver mucho con ese traje. No lleva ropa, pero con todo ese "bodypaint" tampoco parece que le haga falta.

La dama mira por encima de tu hombro… y puedes ver unas figuras que se tambalean entre los parpadeos de la luces del pecho. ¿Se acercan o van hacia la salida?

¿Qué ha pasado desde que has entrado? ¿Dónde estás? ¿Cuáles serían las acciones consecuentes a tomar? Piensa, Kenmei… porque todo esto huele muy mal. Literalmente.

Ella, más o menos consciente, parece estar agradecida por mi "rescate". ¡Bah! No soy un héroe, solo tenía curiosidad... Es una situación un poco extraña de la que estoy intentando sacar la mayor cantidad de datos posible, eso es todo... Aunque, tampoco es que sepa gran cosa. No entiendo el porqué de que esta área sea tan distinta de lo demás que he visto. Lo primero es que parece que esto tiene algún propósito científico, lo cual no casa con el perfil de individuos que me encontrado hasta ahora, lo segundo es que está totalmente vacía... Oh, cierto, estaba aquel hombre... Bueno, y ella.

Miré a la chica y pude ver que algo había captado su atención. Yo estaba algo distraído, pero pude notarlo, por lo que me giré, intentando localizar lo que fuera que miraba. Un par de figuras... o quizás más, no se veía bien, estaban moviéndose. ¿En qué dirección? Pues aún no lo sabía, pero no estaba asustado, si eran hostiles, tenía mis espadas... Aunque eso no era muy lógico. Estamos en unas instalaciones gubernamentales, si se mostraban hostiles, lo más probable es que fuera por desconocerme o por que había liberado a aquella chica.

Eché un vistazo rápido a la joven, para ver si estaba asustada, extrañada o quién sabe qué. En cualquier caso (salvo que no esté o se vaya corriendo), miraría de nuevo a los otros individuos, intentando vislumbrar si llevaban o no el traje de aislamiento. Dependiendo de lo que viera, procedería a quitarme o no el traje, aunque si lo hacía sería muy lentamente, pues aún no estaba muy confiado de que mis oídos no fueran a explotar.

Pues no, no parece que se estén acercando a ti… No todos al menos, muchos están yendo hacia la zona de los trajes.  ¿De dónde habrán salido? Porque, bueno, tú vienes de ahí… Bueno. Tres figuras sí que vuelven a pasos lentos... puedes verles mejor, pero no bien.
No, no llevan traje. Son marines y llevan trajes mucho más manchados que los que sueles ver (casi imposible, ¿Verdad?)

La chica parece todavía más extrañada que antes. Intenta ponerse en pie poco a poco, aunque sus piernas le fallan una y otra vez… hasta que empieza a filtrarse lentamente por el suelo.

¿Qué demonios? No, ahora en serio, ¿qué?
Es una visión un tanto desconcertante, como, lentamente, su pierna va cortándose por la rejilla de las pasarelas.

Referencia:

La chica intenta agarrarse a ti con sus manos mientras el temor vuelve a sus ojos. No desea caerse.

Escuchas los pasos en las rejillas, lentos pero poderosos mientras aquel sujeto que viste antes va subiéndose a más escaleras para liberar más gente. ¿Cuánto tiempo llevará  aquí aquel hombre enfundado en el traje de biopeligro?

La mayoría de marines manchados, por llamar de alguna manera a esas figuras en la distancia, van rumbo hacia los trajes. Dirección opuesta del "astronauta salvador". Los otros tres van hacia ti lentamente. Aún no puedes verlos bien...

¿Qué harás, Kenmei Shiba? ¿Has pensado algo? ¿Alguna teoría loca y maquiavélica?

Al ver que las tres figuras que se acercaban no tenían el traje de aislamiento, supuse que estaba seguro, aún así, me retiré el casco muy despacio, por si oía algún tipo de sonido inusualmente agudo o que me pudiera dañar. Si ese era el caso, me lo pondría de nuevo de inmediato, intentando minimizar los daños, en caso contrario, tendría el casco fuera y podría oír si esos tres o la chica me decían algo.

Cuando me giré, pude ver cómo se empezaba a deshacer a través de la rejilla. Desconcertado y tan rápido como pude, intenté agarrarla y sacarla del suelo. ¿Qué demonios estaba ocurriendo? Había dado por sentado que era humana, pero este... comportamiento de su cuerpo como si fuera un fluido... ¿Qué opciones había? Rápidamente relacioné esto con "nuestro querido comodoro" Hades. Él había estado estudiando la creación de akumas artificiales, su cambio prosopográfico debía haber sido causado por una, aunque podría haber sido por una natural también. Si estaba en lo correcto y esta mujer era realmente usuaria de una fruta artificial, solo se me ocurrían dos opciones:

·Primera opción: Lo que tienen aquí encerrado es un montón de individuos usuarios de logias de petróleo y/o cosas por el estilo. Probablemente tendrá problemas para controlar su poder y es por eso que había empezado a escurrirse.

·Segunda opción: Son fluidos (petróleo o algo similar) que han adquirido las capacidades humanas mediante la fruta Zoan del humano. No sé exactamente cómo se hace, pero he oído que es posible conseguir que objetos "consuman" frutas del diablo, por lo que eso sería otra opción.

En cualquiera de los casos, hubo una duda que se instaló en mi mente tan pronto como alcé de nuevo la vista y vi a aquellos hombres con enormes manchas negras. -Esos hombres... no estaban aquí antes... ¿Hay alguna otra entrada?... o podría ser... No, es imposible. Es imposible que estos individuos que estaban encerrados en las cámaras se conviertan en marines ¿no? ¿Es posible que estos hombres que se están acercando sean humanos creados artificialmente?

De repente se me puso la piel de gallina, estoy seguro de que debajo de la máscara estaba pálido. O bien el gobierno sabía que aquí se creaba gente, o bien estos estaban suplantando a gente de verdad... O eso, o mi teoría estaba equivocada desde las premisas... -¡Bah! ¡Da igual! -Me dije. Yo no tenía nada que ver con lo que se hacía allí, ni tenía ninguna responsabilidad, lo primero que decidí hacer era, si podía, salir de aquella sala.

Los únicos sonidos que escuchas son el suave arullo de las tuberías por las que circula líquido, el abrir lento pero constante de válvulas y los pasos renqueantes en las rejillas de las pasarelas.

Agarras a la muchacha, y ella se agarra a tí como puede... y al agarrarse a tu cabeza, a tu cara, te mancha con una sonrisa siniestra. ¿Está intentando ahogarte? Hay que decir que sería bastante efectivo.

No parece que sean amigos, la verdad. A lo mejor estaban todos encerrados por algo...

Las figuras que se acercan con trajes de marine estan manchados de petróleo y exhudan por sus ojos y bocas mientras van dando tumbos como zombies torpes y malignos. ¿Qué demonios pasa aquí?

Recomendaría luchar, o buscar alguna salida... a menos que te gusten los baños de petroleo, dicen que son buenos para la piel, te ayudan a conservarte durante miles de años... aunque no demasiado vivo.

Suponiendo que te deshagas de la chica de algún empujón, ya que buscas la salida por las pasarelas, encuentras más y más pasarelas sin ningún tipo de distinción más que números grabados en el suelo tipo 13A , 14B y así. ¿Cómo estarán organizados los sectores? Recuerda, de todas formas, que los zombies tapaban la entrada por la que has venido, que tu sepas única salida... Aunque aún podría haber algo en casos de emergencia en una instalación, ¿no?

¿Qué harás, Kenmei cara-manchada-de-petróleo?

PD: De haber llevado la máscara, que creo que no porque te la quitaste antes pero luego la has referenciado como atrás de la máscara. Esta estará manchada en vez de tu cara.

PD2 : "Castigo" por sucesión de acciones no sólo un tanto "tontas" o no bien pensadas, sino por el principal disgusto de no referenciar nada del sadismo de tu pj y ayudar a gente torturada. ¡Eso no lo haría el Kenmei que yo conozco! (Llantos de fangirl)

Aclaraciones Off-rol:

Por suerte, no parecía haber ningún sonido perjudicial, por lo que pude oír de nuevo al retirarme el casco. Sin embargo, mi intento de agarrar a aquella mujer no tuvo el resultado esperado, no es que forcejeara o se resistiera, sino que, al agarrarse, me llenó la cara de petróleo y, de hecho, el fluido empezó a entrar por mi boca... Una sensación repugnante, debo decir. Tan rápido como pude, la empujé y escupí al suelo un par de veces para no ahogarme.

-¡¿Intentas matarme?! -Le grité. Volviendo a mirar a las tres figuras que se acercaban, comprobé que aquellos marines realmente parecían, al igual que esta mujer, estar hechos de petróleo. No sabía que pretendían hacer, pero no iba a quedarme a averiguarlo. Empecé a correr en dirección contraria y comencé a recitar el poema perfecto para la ocasión:

-Escúchame bien, cielo.
¿Piensas que a ti no llego
porque alas no tengo?
Mira cómo alzo el vuelo.

Dicho esto, unas alas crecieron a mis espaldas, con lo que podía escapar fácilmente de aquellos individuos y buscar una salida alternativa. Alcé el vuelo y busqué dónde podría haber una salida.

Off:

Pronuncias tu salmo llenándosete la boca de un sabor desagradable y aceitoso, pero funciona. Sacas las alas y empiezas a volar (como buenamente puedes) por encima de los tanques. Tienes suerte de que hay espacio suficiente, aunque entre tanque y tanque te cuesta maniobrar.

Bueno, si buscas una salida podrías volver por donde has venido ya que no tienes que preocuparte de la gente del suelo. De ir hacia allí verás que los zombies estan en el suelo caídos, en sustitución parecen alzarse trajes de biopeligro cuyas máscaras (antes transparentes) estan totalmente negras.

¿Qué harás Kenmei? Son unos seis trajes, ¿te ves capaz de enfrentarte a ellos? Por razones lógicas de espacio, la puerta no es tan alta como la propia instalación, además de que luego en las escaleras no podrías volar. ¿Qué hacer cuando hay un accidente en una instalación?

Si sigues buscando por la zona, además de llamar la atención del "astronauta", que se gira hacai a ti terminando de lanzar uno de los cuerpos al vacío de las pasarelas, encontrarás varias señales amarillas con rayas negras. Si sigues dichas señales podrás encontrar una palanca amarilla en una de las paredes de la estancia. Por otra parte, hay unas compuertas de metal al fondo de la estancia con un panel numérico.

Una vez me elevé, intenté pensar rápido. Si pretendía salir de aquí pronto, lo mejor sería buscar una salida alternativa, pues la opción que implicaba salir llevándome por delante a los que bloqueaban la puerta por donde yo había entrado probablemente acabara trayéndome problemas... Ya se sabe, eso de matar no está muy bien visto y, si mi teoría es fallida, podría terminar por matar gente real (no creada artificialmente), lo cual, supongo, debe ser peor de alguna forma.

Seguí hacia unas señales de color amarillo, no sin antes atraer la atención del hombre que seguía sacando cuerpos de las oscuras profundidades de las cámaras. Me quedé mirándolas, pero pensando en aquel hombre. -Si pudiera simplemente preguntarle... Es obvio que alguien aquí debe saber lo que pasa, pero ni siquiera puedo saber si ese individuo es una persona, mucho menos si es de fiar o si sabe algo. ¿Pierdo algo por preguntar?... ¿En qué estás pensando, Kenmei? ¿Pedir ayuda a un mero trabajador de este estúpido barco solo por la mera posibilidad de que sepa algo, me lo diga y, sin saber si es cierto o no, tendría que tragármelo?
No, eso no es una opción, de tonterías.

Tras tomar la decisión de seguir adelante, encontré dos cosas destacables. La primera, una palanca, muy tentadora, solo tenía que tirar hacia abajo si no me equivocaba. La segunda no era una cosa, eran varias realmente: unas puertas metálicas que presumiblemente se abrían introduciendo un código numérico en un panel que había cerca. Tampoco podía tener la seguridad de que usando esas compuertas podría llegar, eventualmente, al exterior, pero, aunque me inspiraban más confianza que la palanca... No tenía código numérico que introducir... Aunque le echaría un vistazo, por si tenía suerte.

Me acerqué al panel para ver el límite de caracteres, si alguna tecla estaba más desgastada que los demás... esperando tener algo de suerte. Si después de un par de intentos no acertaba, me iría a probar suerte con la "palanca misteriosa".

Cuando llegas el panel la situación ya es de emergencia. Por desgracia para ti, no hay ningún tipo de marca en las teclas que te ayude a determinar el código, no sabes ni qué números ni cuantos dígitos… Aunque quizás no sea muy difícil, la gente de allí no es muy lista; Hades es listo, eso sí y esa muchacha también… ¿no? ¿Y el tal Caronte? La cuestión es… ¿Eres tú lo suficientemente listo, Kenmei?

En fin. Cuando vuelves por dónde has venido, a pesar de ir volando ves que el “astronauta original” está señalando en tu dirección a un grupo de nuevos astronautas. Si no fuera porque van en diferentes direcciones (y porque el tamaño del original es ligeramente más grande) no podrías diferenciarlos. Parece que les ha dado una orden y caminan rápidamente , bastante rápidos a decir verdad para ese tamaño, hacia a ti y a la palanca.
El tiempo corre. También corren los “astronautas”. ¿Te apetece correr?

Las cosas se ponen muy Too fast, y si Hades se entera de todo esto probablemente Too furious también. ¿Pero qué alternativas te quedan? Para llegar a la palanca, aunque vueles, tendrás que combatir con los astronautejos.

Los zombies que estaban a lo lejos parecen haberse ido. ¿Estará aquella chica en el “piso” inferior?

Mierda, por lo que se podía ver, el hombre que me había visto no había tardado en mandar a unos cuantos tras de mí. ¿Por qué demonios seguían con los trajes puestos? Sería tan fácil hablar...

Me giré hacia el panel e introduje tan rápido como pude las primeras combinaciones que se me ocurrieron.

-Uno, dos, tres y cuatro, no... Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nue- ¡Vaya! no caben más... Tampoco. Cero, cero, cero, cero, cero, cero, cero, cero... Nada. Maldito Hades, seguro que es algo más... elaborado... ¿Seis, seis, seis? Jolín. Pues nada. -Volví a mirar a los hombres que se dirigían hacia mí.

Un momento, los individuos "petroleicos" creo que se movían bastante más despacio que estos. ¿Será posible que sean personas normales?

Antes de tener ninguna reacción violenta, decidí que lo mejor sería intentar una solución "diplomática". Me estuve parado, como esperándolos. Cuando llegaron intenté comunicarme con ellos por señas, para que alguno se quitara el casco y poder hablar en condiciones. Si ninguno mostraba atisbo alguno de hostilidad, no respondería mal... Pero mejor si no tenía que desenfundar mis espadas, no quería tener problemas. Además, como levantara alguna chispa, el lugar podía caldearse más que la habitación del comodoro, con tanto aceite y petróleo.

Nota: Tanto el límite de 8 caracteres como el hecho de que las contraseñas usadas no son correctas han sido datos aportados por Boss.

Ya sabes que los intentos por abrir la puerta son infructuosos. Supongo que el señor Hades no  querría una contraseña fácil para que los tontos estúpidos entraran en su laboratorio. Bueno.

Cuando llegas e intentas comunicarte con las figuras estas, aunque inicialmente hostiles como intentando cortarte el paso, se detienen. ¿Acceden a hablar? Bueno, no pueden hablar pero simplemente se acercan a ti a paso firme pero sin, aparentemente, intenciones hostiles. ¿Qué querrán?

Te señalan el suelo, o más bien el suelo de debajo de las plataformas, y tus armas. ¿Qué harás Kenmei Shiba? ¿Tirarás tus armas y optarás por una rendición pacífica?
No quieres problemas. Pero creo que ya los tienes de todas formas.

Si accedes a colaborar simplemente se quedarán ahí hasta que pase unos diez, quince minutos, luego te señalaran para que andes delante de ellos y te rodearán como grupo hasta llevarte a la planta-puerto. Al salir por donde veniste puedes ver los cuerpos acumulados y manchados de los marines, ya no necesitan los trajes de carne. Si todo sigue tranquilo escaparán en un barco (aunque no te obligan a acompañarles pero tampoco te lo impiden).

O podrías no acceder a nada y liarte de ostias hasta tirar de la palanca a ver qué hace. O bien vuelves luego, a saber. (Lucharían contigo en caso de "querer problemas")

La "diplomacia" ciertamente parecía haber funcionado, excepto porque no se quitaba nadie el maldito traje. Aparte de ser muy sospechosos, me tenían harto... ¡Si quieres comunicarte conmigo, me hablas y te quitas eso! Mi paciencia tiene un límite, y ellos estaban muy muy cerca de sobrepasarlo.

Por señas, cómo no, intentó darme a entender que soltara las armas. Bueno, supongo que es lógico que un hombre con dos espadas no parece muy confiable. Accedí a soltarlas, pensando que en cualquier momento podría cogerlas de nuevo. Tenía mi daga y, con el poema "Oscuridad", no sería difícil escapar si tuviera que hacerlo.

Tardaron entre diez y quince minutos, los más largos de mi vida, debo decir. No estaban haciendo nada, es como si el cerebro no les diera para más. Algo no andaba bien aquí. Miré un par de veces mis espadas, pero intenté contenerme... Si mato a cada subnormal que me pone de los nervios, voy a durar poco como científico del gobierno.

Poniéndose a mi alrededor, nos dirigimos hacia la salida. Todo bien, hasta que vi los cadáveres de los marines. Rápidamente, moviendo solo mis ojos para no alertarlos, los miré. ¿Qué demonios? ¿Pasan al lado de los cuerpos así como así? No... no es que no les importen, deben haber sido ellos. Esas manchas... Estoy seguro, tienen que ser seres como aquella mujer. Se acabó, empecé de inmediato el plan que había ideado.

Murmurando, di comienzo a la estrategia. No era muy elaborada, pero creo que no era necesario.

-Cual noche sin luna
te hallas perdido
y no hay forma alguna
de que salgas vivo.

Se formó un símbolo en mi mano izquierda, que se convirtió en el centro de la esfera de oscuridad de un metro de radio. Intentando perder el menor tiempo posible, me giré para apuñalar con la daga al que se encontraba a mis espaldas y, si todo iba bien, correría para coger las katanas de nuevo.

Consigues escaparte de tus captores tras tu bonito poema mágico. Se sorprenden al perder la visión y el tipo al que apuñalas suelta un leve quejido. Suena el borboteo del petroleo que se incrusta en tu daga, manchándola mientras vas a por tus cosas.

No parecen querer detenerte, por ahora claro. Empiezan a correr hacia afuera, ya les has dado el tiempo que necesitaban. Siquiera necesitan ayudar al tipo que has apuñalado a la altura de los riñones, simplemente corren. Al herido no parece importarle mucho su daño, aunque sí que deja un rastro petrolífero por la pasarela.

Ahora tienes tus armas y los tipos huyen. ¿Qué harás, Kenmei Shiba? ¿Accionarás la palanca o te encargarás tú de la emergencia?

El tiempo corre, y ellos ya disponen de un barco para huir.

Mientras corría a por mis espadas, vi el petróleo del que había manchado mi daga. -Jajá, ¡lo sabía! -Exclamé al ver que mi teoría era cierta, esos notas no eran personas. No sabía qué estaba pasando, pero ya daba igual, se habían quedado conmigo y lo iban a pagar. Cogí las espadas y alcé la vista. Entonces aquella misteriosa palanca de antes llamó mi atención. Miré a aquellos individuos y, para mi sorpresa, no me seguían, sino que pretendían escapar. ¡Mierda! Solo podía correr detrás de ellos, no había mucho que pudiera hacer ¿no? Entonces miré de nuevo a la palanca. ¿Qué hacía? Ni idea, ¿debía darle? ¿Qué perdía? Le dí de un golpe. No sabía lo que hacía, pero me estaba quedando sin tiempo ni posibilidades. Desactivé la "Oscuridad" y recité tan rápido como pude:

-Tú no ves el viento
ni a mi me verás,
pues eres muy lento
y aquí morirás.

Gracias a mi fruta, ahora mi velocidad se había duplicado, pero aún así no estaba seguro de poder llegar hasta ellos, y desconocía si había hecho lo correcto al darle a la palanca. -¡Corre, corre, corre! -Me decía. ¿Esos imbéciles creían que podían escapar de mí después de haberme engañado? ¡No si yo puedo evitarlo, no mientras fuera posible!

¿Y qué es ser persona Kenmei? ¡Maldito especista! Es broma.

Bueno, tu golpe hace que la palanca baje pesadamente... y al llegar al tope de abajo empieza a sonar una alarma.

Escuchas el sonido de pistones metálicos que se mueven bombeados hidráulicamente mientras las salidas del recinto se cierran con enormes cortinas de placas de hierro. Desesperados, el grupo aumenta su velocidad para intentar lanzarse a la lenta apertura que se cierra lenta pero constantemente.

Ahora... tú, a pesar de que tienes tu velocidad tienes varios problemas. El primero, que las pasarelas no son tan grandes como para que circuléis todos juntos; el segundo que seguramente intenten detenerte por traidor (con lo bien que habías colaborado, mira tú que pena); tercero el escape de petroleo por el traje que mancha el suelo haciéndolo resbaladizo. Y... tu último y mayor problema...

Las puertas de enorme laboratorio, el que estaba tras el panel de seguridad se... "abren" Más bien se abre como una exclusa pequeñita de la que sale un Hades enfundado en una bata de laboratorio en llamas.

- ¡OS DIJE QUE LA PRÓXIMA VEZ QUE TOCÁRAIS LA MALDITA PALANCA SI NO HABIA UNA EMERGENCIA OS IBA A...

Su fuego se apaga mientras palidece al contemplar las exclusas abiertas de los depósitos, por un segundo se apaga... Es entonces, con su iracundo grito, que comienza a arder con la intensidad de un infierno que se extiende rápidamente.

Sabes que no vas a llegar a la puerta, todos los sabéis... sólo queda una salida que aparenta no serlo. ¿Qué harás, Kenmei Shiba?

Hablar con Hades no creo, porque te convertirías en ceniza.

PD: Como químico sabes que el traje que llevas no es ignífugo, ni de coña.

BONUS:

Spoiler:

Boss indica que los individuos de petróleo a los que persigo, y cito: "no van a llegar a tiempo, como tú", por lo tanto doy por supuesto esa parte.

En mi vida había tenido que correr tan rápido, mucho menos con tantos obstáculos. Primero, el suelo lleno de mierda, segundo, que apenas se cabe en las malditas pasarelas, y tercero... Hades. Hum... Hades. ¿Por qué es un obstáculo? No, no lo es, está enfadado, pero eso no es necesariamente malo.

Mientras sigo corriendo hacia aquellos individuos, grito:-¡HADEEES! ¡Han matado a unos hombres y se querían escapar, le he dado yo a la palanca!

Esto era una emergencia, y por lo visto la palanca era para situaciones de emergencia, que yo no lo supiera no cambia nada... YO he hecho bien en darle, así que Hades no puede enfadarse conmigo por ello. Antes de llegar a los notas a los que perseguía, me detuve. Si estaban encerrados con vida, dudo que Hades quiera ver como los asesino, aunque con el cabreo que lleva quizás lo haga el mismo... De cualquier forma, lo más seguro sería mantenerme al margen en su presencia.

Una vez más, pretendía recurrir a mi fruta para intentar librarme de la situación, pero entonces vi las llamas extendiéndose. -Mierda. -Exclamé, mientras miraba con ansiedad por toda la sala. Si se prendía fuego a la sala entera, con petróleo y aceite por todos lados, esto iba a ponerse... gracioso. Una diversión de la que prefería no participar, al menos no como parte de la combustión.

Por mucho que mirase, no parecía haber ninguna salida. Había bloqueado la primera para que esos no escaparan, la otra, por donde venía Hades, no parecía una buena opción, por eso del fuego y tal y cual, además de que acercarme al comodoro con la rabieta que tenía no parecía muy seguro. ¿Qué opciones tenía? No veía nada en la estancia más que fuego, trajes, cuerpos inertes, manchas... Las cámaras... ¿Y si...? Pero y si no...

Solté un gruñido de pura rabia, no se me ocurría mejor plan, y sin embargo este no inspiraba seguridad alguna. Corrí a meterme en una de las cámaras, me puse el casco insonorizante antes de cerrarla, por si acaso, y me quedé mirando por el ojo de buey. Aquí dentro, según sabía, se guardaba petróleo en gran cantidad, o al menos personas hechas de petróleo (cuando yo abrí una, estaba llena de la sustancia, no solo estaba la mujer), por lo que, siendo Hades un científico algo... inflamable, lo lógico es que hubiera hecho que esto resistiese el fuego, si no, cualquier chispita hubiera traído consecuencias nefastas.

Todo termina donde empezó, en la misma cámara de la mujer.

Toda las sala es rápidamente envuelta en llamas mientras los agónicos gritos de las criaturas de petróleo se desvanecen rápidamente en la deflagración de las continuas y rabiosas explosiones de Hades. Todo se vuelve fuego...

Menos el interior de las cámaras que están bien cerradas, aunque hace bastante calor. La expansión ha sido rápida y limpiadora, como un horno pirolítico. Habrá que cambiar las tuberías, y limpiar... pero bueno.

Lo malo es que ahora estás encerrado en esa cápsula, de la cual no te sacarán hasta pasada media hora. "Pépona" abre la exclusa mirandote con una mueca aburrida mientras parece llevar un conteo.
- Hmmm... no, tú no eres uno de los prisioneros. Una pena, un informe de muerte se hace mucho más rápido de lo que tengo que hacer ahora...- dice, con una sonrisa maligna.

Te ayuda a salir, pero siquiera antes de que puedas darle las gracias, antes de que termines de bajar la escalerita te propina un rápido golpe que te deja incosciente.

FIN DEL MOD... que no... aún queda una parte importante.

Despiertas atado en una camilla de operaciones, la única luz de la sala es la que se encuentra justo arriba de tí, cegandote e impidiendote ver más allá de tu puesta en escena. La mujer se acerca llevada por una silla de oficina con ruedas, parece divertirse con su puesta en escena. Tiene un peluquín en el regazo a modo de gato, su color te resulta tremendamente familiar...

- Estaba esperando que despertara, Kenmei Shiba... ¿Va a explicame qué es lo que ha sucedido para poder ponerlo en su informe?

¿He mencionado que estás desnudo y calvo? Estás archilimpio, limpérrimo, reluciente en cada recodo de todo tu ser.

¿Qué le contestarás? ¿Qué saben? ¿Cómo lo saben?

Una vez volví en mí, me intenté incorporar de inmediato, cosa que no pude hacer por estar atado. Tenía los recuerdos algo borrosos y poco a poco se iban aclarando. La luz me molestaba a la vista y apenas me permitía ver a dos palmos de mi nariz.

-Ah... Sí... -Murmuré cuando escuché la voz femenina de "Pépona". En ese momento recordé que ella me había sacado de la cámara cuando todo hubo terminado y... y nada más, no recuerdo nada después de salir de la cámara. Fuera lo que fuera que pasara, ella era la que lo sabía, pero ahora mismo ella hacía las preguntas, al parecer.

-Sí, sí, claro. ¿Por dónde empiezo? Cuando yo llegué allí abajo ya había alguien con ese traje sacando a los seres de petróleo. Como uno me había pegado un susto de muerte por asomarme a la "ventana", o como quiera llamarlo, de una de las cámaras, decidí abrirla, para ver que era. Había una mujer, que casi me ahoga, por cierto, metiéndome petróleo en la boca. Cuando me quise dar cuenta, había mucha más gente que antes, ahora sé que todos esos individuos eran de los que estaban hechos de petróleo o alquitrán o lo que sea... Intentaban llevarme a algún lado, y por un momento pensé que lo mejor sería irme con ellos, pero cuando vi los cadáveres de los marines... me volví para atrás y le dí a la palanca... el resto ya lo sabe el comodoro. -Dije, desganado, como el que cuenta algo rutinario.

-¿Algo más que quiera saber?... En caso afirmativo, podríamos continuar una vez me desatara, suelo ser yo el que mira a los que yacen en una camilla de operaciones y no al revés... Pero como vea... ¿No tendrá por ahí mi máscara? ¿Y mis espadas? Solo pregunto. -Hablaba rápido, pero tranquilo.

Ahora ya mi vida no corría peligro, al menos no de la misma forma (la tal Persephones podría tener un brote psicótico o algo y querer matarme ahora, quién sabe), por lo que me hallaba relajado. Intenté levantar la cabeza para ver si tenía alguna herida o algo en mi cuerpo, aunque no sentía nada, pero prefería asegurarme.

La mujer te escucha con atención fijándo la vista en ti. No se mueve, sólo escucha mientras te penetra con sus ojos. Ríe, volviendo a la oscuridad mientras niega dejándote ahí.

- No mientes... No.... miente. No eres un traidor, tan sólo un tipo muy estúpido. -dice, con cierto desquiciamiento. Escuchas que suspira.-. Se han escapado a saber cuántos sujetos porque tú siquiera te has parado a pensar... qué demonios, has sacado a uno de los sujetos exponiéndote a que te ahogara... sin mencionar las consecuencias de beber el químico...

Escuchas un golpe fuerte sobre una superficie de metal y cosas que se caen al suelo. Vuelve corriendo y te estampa el peluquín en la boca, notas el sabor a sangre al moverte ligeramente los dientes.

- Si tienes algo más que decir este sería un buen momento.- dice antes de abandonárte pasando el claro iluminado. -. Porque en mi informe no te van a echar flores precisamente.


Si no tienes nada más que añadir, se irá y podemos dar por concluido el módulo. Te abandona ahí y antes de irse apaga las luces... (Recuperarás tus cosas ytal, estás sólo en la enfermería).

Reconozco que no me esperé la reacción violenta de la joven, pensaba que era más calmada, más de hacer daño con las palabras que con un peluquín, pero bueno. Escupí un poco de sangre, extrañado. No pensaba que tuviera la fuerza para hacerme eso, pero tampoco era algo importante, no es como si me hubiera roto un diente, de todas formas.

-Sí que lo tengo. -Dije con un tono mucho más serio, aunque no hostil. -Puedes echarme la culpa si quieres, pero piensa que, como he dicho, ya había uno fuera, si yo no hubiera ido, todos hubieran escapado. Aparte de eso, gracias por preocuparte por que haya ingerido el químico, pero probablemente la ingesta haya sido mínima. -Terminé con una sonrisa, algo burlesca. -Dicho lo dicho... verá que la causa de todo ha sido lo que fuera que permitió al primero escapar... No yo. Espero que lo refleje correctamente en su informe. -Sonreí de nuevo.

Si todo acababa ahí y ella abandonaba la sala, me vestiría, recogería mis cosas y esperaría, a ver si el informe había cambiado lo más mínimo, si Hades quería decirme algo o quién sabe qué. Si al final no cambiaba nada... pues supongo que tendría que abandonar el complejo.