Jack Vessalius
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La luz mortecina de la mañana me daba en toda la cara cuando salí del hostal, me había quedado dormido y tenía que darme prisa si no quería llegar tarde. De verdad que aquel tipo de cosas no me solían pasar, yo era una persona que respetaba la puntualidad y siempre estaba estaba en los lugares con , al menos, diez o quince minutos de antelación. "Llego tarde, espero que a mi compañero de misión no le importe. Me disculparé por mi retraso y luego podremos proceder con lo que tenemos que hacer" pensé mientras caminaba con prisa por las calles del distrito Este de Towerbridge, lugar donde nací y también donde empezó todo. Aparte que en esta isla del North Blue fue donde conocí al amor de mi vida...Lacie Baskerville. Una muchacha hermosa de cabellos negros como el azabache y de ojos morados parecidos a la amatista a la cual conocí un día en el que yo estaba pidiendo limosnas en un callejón del distrito Oeste. Mi mayor sueño era y sigue siendo encontrarla, un Tenryubito se la había llevado consigo, probablemente para hacerle un montón de cosas horribles.
La sangre me ardía cuando pensaba en uno de esos bastardos dañando el delicado y perfecto cuerpo de Lacie. Perdiéndome en mis pensamientos, llegué con rapidez a la plaza cercana a la catedral. Cuando era pequeño, me pasaba horas y horas mirando esa obra de arte, analizando su estructura y le rogaba a mi madre que me contara historias sobre ella. Al llegar allí, busqué con la mirada al agente Tobías Thorn. Era un agente y superior del Cipher Pol con el que tenía que colaborar en una misión de infiltración para arrestar a un grupo de revolucionarios que se escondían en algún lugar de la ciudad, reclutando adeptos para su causa y reuniendo equipo para enviarlo al cuartel general. O al menos eso decía el informe que me había dado "Madre" en Enies Lobby.
No había rastro del agente así que me limité a esperarlo sentado en uno de los bancos, saqué mi ocarina y empecé a tocar mientras algunos transeúntes se me quedaban mirando.
La sangre me ardía cuando pensaba en uno de esos bastardos dañando el delicado y perfecto cuerpo de Lacie. Perdiéndome en mis pensamientos, llegué con rapidez a la plaza cercana a la catedral. Cuando era pequeño, me pasaba horas y horas mirando esa obra de arte, analizando su estructura y le rogaba a mi madre que me contara historias sobre ella. Al llegar allí, busqué con la mirada al agente Tobías Thorn. Era un agente y superior del Cipher Pol con el que tenía que colaborar en una misión de infiltración para arrestar a un grupo de revolucionarios que se escondían en algún lugar de la ciudad, reclutando adeptos para su causa y reuniendo equipo para enviarlo al cuartel general. O al menos eso decía el informe que me había dado "Madre" en Enies Lobby.
No había rastro del agente así que me limité a esperarlo sentado en uno de los bancos, saqué mi ocarina y empecé a tocar mientras algunos transeúntes se me quedaban mirando.
Tobías Thorn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- ¡Uaahhh¡ - solté un largo bostezo cuando los primeros rayos solares me dieron de lleno despertándome de la grupa de Tuck que me acompañaba en este viaje.
Había llegado por la madrugada a bordo de un pequeño barco sin bandera que nos dejó en una orilla exterior alejada de la civilización de la isla. Desde allí había un sendero que llevaba a la ciudad principal donde me esperaban. Esta vez el motivo de mi viaje no era otro que realizar una misión, que novedad. Según el informe unos cuantos revolucionarios se habían asentado en el lugar con intención de captar a nuevos adeptos para sus filas. De momento solo estaban causando más ruido que desperfectos, pero mis superiores vieron en la situación una buena oportunidad para poner a prueba a un nuevo integrante en la agencia. Tenía unos papeles con su descripción y lugar de encuentro, por lo que esperaba no tener problemas en dar con él.
Llegué a la metrópolis más o menos a la hora acordada, llamando la atención de todo viandante. Tuck era un enorme y raro ejemplar de rinoceronte lanudo. Su imponente cuerno era objeto de todo tipo de miradas, al igual que el que tuviese seis patas lo hacía aún más vistoso. Cualquiera diría que con eso hacia de todo menos no llamar la atención... Pero precisamente era lo que quería. Nadie me recordaría en el lugar y quería llamar la atención de quien estábamos buscando. La idea era que ellos viniesen a buscarnos a nosotros, aunque ya pensaría en los demás detalles cuando diese con el tal Jack.
No fue difícil dar con el joven. Se encontraba sentado en un banco con un pequeño grupo de espectadores. El chico tocaba una melodía que era agradable, incluso me pareció ver que alguna persona mayor le echaba unas monedas. En un principio pensé que sería un engorro poder hablar con el chico de lo que tenía pensado, pero por otra parte podíamos aprovechar ya el espectáculo. Me puse en pie aún subido en Tuck y comencé a aplaudir fuertemente para llamar la atención de todos los espectadores y que se apartasen para que no acabasen con un pie aplastado. Llegué hasta la altura del joven agente y le tendí una mano esperando a que me reconociese. Si subía le susurraría de tal forma que solo él pudiese escuchar mis palabras... Sino tendría yo que bajar a buscarlo para hacerlo.
- Bueno compañero, la función empieza ahora. Aprovechemos que ya tienes público para llamar la atención de quien buscamos... Les suele encantar montar jolgorio en mitad de las calles echando pestes sobre nosotros... Así que puedes comenzar. Seguro que se te ocurre algo - dije sin dejar de sonreír.
Me parecía una buena prueba inicial para probar la capacidad de improvisación del iniciado. Si quería realizar misiones de infiltración le haría falta practicar con el tema. ¿Y qué mejor manera que una clase práctica?
Había llegado por la madrugada a bordo de un pequeño barco sin bandera que nos dejó en una orilla exterior alejada de la civilización de la isla. Desde allí había un sendero que llevaba a la ciudad principal donde me esperaban. Esta vez el motivo de mi viaje no era otro que realizar una misión, que novedad. Según el informe unos cuantos revolucionarios se habían asentado en el lugar con intención de captar a nuevos adeptos para sus filas. De momento solo estaban causando más ruido que desperfectos, pero mis superiores vieron en la situación una buena oportunidad para poner a prueba a un nuevo integrante en la agencia. Tenía unos papeles con su descripción y lugar de encuentro, por lo que esperaba no tener problemas en dar con él.
Llegué a la metrópolis más o menos a la hora acordada, llamando la atención de todo viandante. Tuck era un enorme y raro ejemplar de rinoceronte lanudo. Su imponente cuerno era objeto de todo tipo de miradas, al igual que el que tuviese seis patas lo hacía aún más vistoso. Cualquiera diría que con eso hacia de todo menos no llamar la atención... Pero precisamente era lo que quería. Nadie me recordaría en el lugar y quería llamar la atención de quien estábamos buscando. La idea era que ellos viniesen a buscarnos a nosotros, aunque ya pensaría en los demás detalles cuando diese con el tal Jack.
No fue difícil dar con el joven. Se encontraba sentado en un banco con un pequeño grupo de espectadores. El chico tocaba una melodía que era agradable, incluso me pareció ver que alguna persona mayor le echaba unas monedas. En un principio pensé que sería un engorro poder hablar con el chico de lo que tenía pensado, pero por otra parte podíamos aprovechar ya el espectáculo. Me puse en pie aún subido en Tuck y comencé a aplaudir fuertemente para llamar la atención de todos los espectadores y que se apartasen para que no acabasen con un pie aplastado. Llegué hasta la altura del joven agente y le tendí una mano esperando a que me reconociese. Si subía le susurraría de tal forma que solo él pudiese escuchar mis palabras... Sino tendría yo que bajar a buscarlo para hacerlo.
- Bueno compañero, la función empieza ahora. Aprovechemos que ya tienes público para llamar la atención de quien buscamos... Les suele encantar montar jolgorio en mitad de las calles echando pestes sobre nosotros... Así que puedes comenzar. Seguro que se te ocurre algo - dije sin dejar de sonreír.
Me parecía una buena prueba inicial para probar la capacidad de improvisación del iniciado. Si quería realizar misiones de infiltración le haría falta practicar con el tema. ¿Y qué mejor manera que una clase práctica?
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