Ichimura Hachiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Un café grande solo - anunció la encargada.
- Es para mí.
Un joven moreno de pelo blanco se acercó y le tendió un billete, cogiendo el vaso de plástico con la otra mano. Era delgado y vestía con una gabardina azul marina larga, vaqueros, una camisa blanca y tenis. Era evidente que era extranjero, tanto por su ropa como por su peculiar aspecto. Con una sonrisa la mujer le devolvió el cambio y este se despidió educadamente y salió del local. Sabía que era de día, o debía serlo fuera de aquella isla, pues en aquel lugar era noche cerrada. Sólo las farolas de la calle evitaban que estuvieran sumidos en una oscuridad total. Observó el cielo con el ceño ligeramente fruncido y se llevó el café a los labios. No dio más que un sorbo y enseguida echó a caminar de nuevo. Se suponía que estaba en una ciudad bastante poblada, pero justo se había ido a meter al único barrio que parecía abandonado. Las luces en los edificios lo desmentían, pero por lo demás las calles estaban vacías. Tampoco es como si eso realmente le molestara, pero era un poco inquietante. A pesar de vivir en una gran ciudad, Dark Dome era muy diferente de Water Seven y no se daba acostumbrado. Era fácil orientarse en la segunda una vez encontrabas un canal, pero allí todos los edificios eran demasiado grises e iguales. No se había perdido por supuesto, sabía dónde estaba y cómo volver a su hostal, pero aquel lugar era simplemente inquietante.
- Quién me mandaría venir...
Luego recordó que no estaba allí por gusto. Aquella misión era bastante peculiar y parecía tan simple que se había relajado hasta el punto de casi olvidarse de ella. Su superiores querían que hiciese un informe sobre el ambiente en las calles de la ciudad, que se paseara por los distintos barrios y entrara en bares y fuese viendo el clima social. Últimamente la Revolución se había movido demasiado por aquella zona y no hacía demasiados meses que un agente del CP había desmontado una célula revolucionaria en la isla. No era que se esperaran que fuese a pillar por casualidad otra a medio montar o algo similar, tan sólo querían que viese si la población estaba tranquila, cómo de politizada estaba y si simpatizaban con la Revolución. Para su tarea no tenía más que moverse por locales frecuentados por las clases populares y escuchar conversaciones al azar, e incluso ir hablando él mismo con algunos lugareños y tantearlos. El problema estaba en que en ese barrio no parecía haber nada.
Todo cuanto había encontrado abierto había sido un local veinticuatro horas donde vendían café barato con sabor a óxido. Por lo demás todos los locales estaban cerrados o vacíos. En algunos incluso parecía haber destrozos, como si hubiese habido peleas en la zona. Tomó notas en su cuaderno al respecto, anotando los nombres de las calles y decidió que a la vuelta preguntaría a la dueña del hostal. No tenía claro que la supuesta pelea fuese el motivo de aquella "desaparición" de los habitantes de la zona. No a menos que fuese un problema complejo y duradero, como que fuese territorio de conflicto entre bandas rivales, y no uno puntual. Y era evidente que haber había gente, pues pese a todo las calles estaban limpias y había luces en las casas. Sin embargo todo estaba sobrenaturalmente silencioso. "Tal vez no me haya metido en un buen sitio. Será mejor acabar rápido e irme, dudo que si encuentro aquí un bar quiera quedarme a visitarlo."
- Es para mí.
Un joven moreno de pelo blanco se acercó y le tendió un billete, cogiendo el vaso de plástico con la otra mano. Era delgado y vestía con una gabardina azul marina larga, vaqueros, una camisa blanca y tenis. Era evidente que era extranjero, tanto por su ropa como por su peculiar aspecto. Con una sonrisa la mujer le devolvió el cambio y este se despidió educadamente y salió del local. Sabía que era de día, o debía serlo fuera de aquella isla, pues en aquel lugar era noche cerrada. Sólo las farolas de la calle evitaban que estuvieran sumidos en una oscuridad total. Observó el cielo con el ceño ligeramente fruncido y se llevó el café a los labios. No dio más que un sorbo y enseguida echó a caminar de nuevo. Se suponía que estaba en una ciudad bastante poblada, pero justo se había ido a meter al único barrio que parecía abandonado. Las luces en los edificios lo desmentían, pero por lo demás las calles estaban vacías. Tampoco es como si eso realmente le molestara, pero era un poco inquietante. A pesar de vivir en una gran ciudad, Dark Dome era muy diferente de Water Seven y no se daba acostumbrado. Era fácil orientarse en la segunda una vez encontrabas un canal, pero allí todos los edificios eran demasiado grises e iguales. No se había perdido por supuesto, sabía dónde estaba y cómo volver a su hostal, pero aquel lugar era simplemente inquietante.
- Quién me mandaría venir...
Luego recordó que no estaba allí por gusto. Aquella misión era bastante peculiar y parecía tan simple que se había relajado hasta el punto de casi olvidarse de ella. Su superiores querían que hiciese un informe sobre el ambiente en las calles de la ciudad, que se paseara por los distintos barrios y entrara en bares y fuese viendo el clima social. Últimamente la Revolución se había movido demasiado por aquella zona y no hacía demasiados meses que un agente del CP había desmontado una célula revolucionaria en la isla. No era que se esperaran que fuese a pillar por casualidad otra a medio montar o algo similar, tan sólo querían que viese si la población estaba tranquila, cómo de politizada estaba y si simpatizaban con la Revolución. Para su tarea no tenía más que moverse por locales frecuentados por las clases populares y escuchar conversaciones al azar, e incluso ir hablando él mismo con algunos lugareños y tantearlos. El problema estaba en que en ese barrio no parecía haber nada.
Todo cuanto había encontrado abierto había sido un local veinticuatro horas donde vendían café barato con sabor a óxido. Por lo demás todos los locales estaban cerrados o vacíos. En algunos incluso parecía haber destrozos, como si hubiese habido peleas en la zona. Tomó notas en su cuaderno al respecto, anotando los nombres de las calles y decidió que a la vuelta preguntaría a la dueña del hostal. No tenía claro que la supuesta pelea fuese el motivo de aquella "desaparición" de los habitantes de la zona. No a menos que fuese un problema complejo y duradero, como que fuese territorio de conflicto entre bandas rivales, y no uno puntual. Y era evidente que haber había gente, pues pese a todo las calles estaban limpias y había luces en las casas. Sin embargo todo estaba sobrenaturalmente silencioso. "Tal vez no me haya metido en un buen sitio. Será mejor acabar rápido e irme, dudo que si encuentro aquí un bar quiera quedarme a visitarlo."
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