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Cuentas pendientes Empty Cuentas pendientes {Lun 19 Jun 2017 - 23:17}

Bueno te encuentras en el puerto de Skyros, el puerto es un paraje rural, campos de trigo abundan alrededor del pequeño pueblo, el cual consta tan solo de un par de calles agrupadas alrededor de una pequeña fuente y un edificio ligeramente más ostentoso. El pueblo tiene una arquitectura de bajo medievo, aunque tú de arquitectura poco, ¿no?

En la plaza hay principalmente tres edificios, el primero es una taberna de nombre Mooroees, una taberna, un local de dos plantas, ventanas pequeñas y aspecto lúgubre pero lo suficientemente acogedora para un invierno duro. El segundo edificio es una pequeña tienda de cartografía, aunque parece que también vende suvenirs, tal vez te apetezca comprarte una cinta para el pelo o enviar alguna carta a algún ser querido que lleve esperando ¿unos diez meses?

La otra tienda es no es exactamente tal, es más bien una especie de agencia de mensajería, se llama “Envíos Armonia”, aunque con ese nombre parece una floristería, el caso es que el nombre de la tienda te resulta familiar. Tal vez si intentas hacer memoria te suena de algo.

El caso es que estas por ahí, acabas de bajar al embarcadero viendo esa estampa.

-Espabila niño- te increpa un marinero, mientras te esquiva cargando con una pesada caja, el moreno tiene una pinta bastante delgaducha, de hecho, tiene incluso rasgos de tener ciertas deficiencias.

Sea como sea parece que los extranjeros no son muy bien recibidos y los tíos del norte parecen rudos. El tiempo pasa y parece que estorbas, tal vez deberías empezar a preguntar o buscarte un dinerillo, te has quedado sin blanca.
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Cuentas pendientes Empty Re: Cuentas pendientes {Mar 20 Jun 2017 - 19:57}

Al momento de salir de la bodega del pequeño navío para poner sus pies en cubierta, la intensa luz del Sol que bañaba las aguas y tierras del norte obligó al recién llegado a entrecerrar los ojos hasta acostumbrarse a la iluminación. Pese a la influencia del astro rey, el North Blue no era un lugar especialmente cálido. Alejado del paralelo cero, el mar presentaba un clima frío, si bien gracias al cielo despejado y a una suave brisa la sensación térmica era soportable. Quizá que Skyros se acercara más a las fronteras con el resto de Blues que al centro de su propio cuarteto de planeta tuviera algo que ver. Fuera como fuese, aquella sería su primera toma de contacto con el nuevo mundo que se presentaba ante él. Lejos de su isla. Lejos de su hogar.

- No parece un mal punto de partida -susurró, observando la isla que se presentaba ante él.

Sobre sus hombros reposaba la liviana capa que, si bien no era la más adecuada para resistir climas helados, aportaba algo de protección frente al viento y el temporal. Sus antebrazos se encontraban vendados, como era habitual en él, mientras que una capucha ocultaba su cabello y parte del rostro. En general, sus ropas eran las habituales. Quizá debiera apropiarse de prendas más propias de aquellas aguas en vistas al futuro, no fuera a encontrarse desprevenido frente a temperaturas mucho más duras. En fin, ya se preocuparía por esas cosas más tarde. Lo primero sería desembarcar y, una vez lo hiciera, buscar algo que hacer. Estaba ansioso por comprobar lo fuertes que eran los norteños, aunque lo cierto es que a primera vista el sitio no prometía demasiado. No tenía muy claro cómo de grande era aquella isla, pero el pueblo costero no parecía el lugar más emocionante del mundo, a decir verdad. Consecuencias derivadas de un viaje barato, supuso.

- ¡Oh! ¡Disculpe! -se apresuró a decir, observando al marinero que acababa de cruzarse con él. El hombrecillo no era especialmente intimidante a primera vista, aunque parecía compensarlo con su carácter. Por lo que había podido ver durante su corta travesía, esa bastante habitual en las gentes de esas aguas.

Bajó la mirada hacia el colgante, sosteniéndolo por un instante entre sus dedos vendados, con el recuerdo de Sasha presente en su mente. Apretó el puño alrededor de este y volvió su mirada argéntea hacia el frente. Fue justo entonces cuando otro tripulante del barco se vio obligado a sortearle, tras lo que soltó algún que otro improperio. Quizá fuera buena idea desembarcar de una vez y dejar de estar en todo el medio.
Bajó de un pequeño salto hasta los muelles, flexionando ligeramente las piernas al caer para amortiguar el impacto. "Lo primero es lo primero. No me vendría mal un mapa con el que orientarme por la isla", se dijo a sí mismo mientras echaba a andar hacia la plaza del pueblo. Las tabernas siempre resultaban un punto de partida interesante a la hora de conseguir información. Por otro lado, si bien no estaría de más enviarle una carta a su madre para que supiera que se encontraba bien, Envíos Armonia no le terminaba de llamar la atención. Tenía otras prioridades en ese momento y no demasiado dinero que gastar. La tienda de cartografía, finalmente, sería su elección.

Se acercó hasta la entrada y, seguidamente, trató de abrir la puerta tras llamar con un par de toques de nudillo. Si lograba adentrarse en el local, lo primero que haría sería saludar con un alegre y vivo "Buenos días". Sin embargo, la entrada no cedió. Parecía que el lugar se encontraba cerrado en esos momentos. Los labios de Agni se torcieron en una pequeña mueca. "Mal empezamos". Suspiró y dio un giro de ciento ochenta grados, encarándose hacia el resto de la plaza.

- Supongo que tendré que volver un poco más tarde -murmuró, sopesando la posibilidad de dirigirse hacia la taberna y ver con qué se encontraba.

La plaza no era especialmente grande ni recargada. De hecho, lo único llamativo de ella en cuanto a decoración parecía ser la pequeña fuente que se encontraba en el centro de la misma, así como un edificio con una apariencia más cuidada que el resto, el cual supuso que sería el ayuntamiento del pueblo o algo similar. La gente iba y venía por las dos calles que conectaban a la misma, por lo general cargando con mercancías que llevar al puerto, alguna que otra carretilla con trigo y demás cultivos, así como niños correteando aquí y allá. En general, parecía que la actividad principal de la zona era el cultivo, aunque no había que ser ningún Vegapunk para darse cuenta de ello. Bastaba con fijarse en los campos que rodeaban la pequeña población. En cualquier caso, si bien la gente no parecía encontrarse en disposición de derrochar dinero, todos mostraban cierto aspecto saludable.  Quizá, si no encontraba nada que hacer, más tarde pudiera cantar un poco y sacarse unas monedas. No le vendría mal el dinero... Especialmente cuando se encontraba en números rojos.

En cualquier caso, si no ocurría nada interesante pasado un breve lapso de tiempo, se encaminaría hacia el Mooroees. Supuso que la taberna no estaría cerrada a esas horas. De hecho... ¿Cerraban en algún momento? A lo mejor hallaba la respuesta pronto.
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Cuentas pendientes Empty Re: Cuentas pendientes {Miér 21 Jun 2017 - 0:05}

Cierto, muy cierto la puerta está cerrada, Qué raro según ese horario debería estar abierto, bueno si el reloj de la plaza del pueblo realmente marca bien la hora. El caso es que el comercio no tiene la verja metálica cubriendo la puerta.

-Oh, buscas a Koah, qué raro que tenga la tienda cerrada a estas horas- te dice una de las lugareñas de complexión fuerte y rechoncha, va vestida con ropas amplias y desgastadas, parece una agricultora, el pañuelo y la cesta de mimbre la delatan.

-Pues creo que le vi esta mañana al abrir, puede que haya ido a Armonia a por algunos paquetes, el recibe parte de su mercancía de esa tienda- replicó su acompañante, un hombre rudo y fuerte, el hombre medirá cerca de dos metros. Lleva un hacha al hombro y va vestido con una camisa de cuadros y un pantalón ajustado. Aunque lo que más te llama la atención es su prominente calvo brillante y su bigote rubio. El hombre parece fuerte cuanto menos, supongo que después de todo el viaje a merecido la pena.

-Cierto, si es así no debería tardar mucho por cierto ¿Eres un peregrino que viene el templo de Salbah?- te pregunta la campesina.

Tras la pregunta los pueblerinos escucharán tu respuesta e incluso pueden que hablen un poco contigo. Aunque si no les respondes presto lo más probable es que se marchen malhumorados, ya se sabe que los hombres del norte son orgulloso y no olvidan afrentas fácilmente.

Puede que sea buena idea ir a la tienda, aunque ir a la taberna parece plausible.  Si decides ir a la tienda veras que hay una gran afluencia de personas, parece que allí no hay más servicios de mensajería. Por el contrario en la entrada en de la taberna no parece haber mucha afluencia, salvo la de un par de tíos, parecen marineros. Bueno también hay un callejón al lado de la tienda, aunque tiene una verja rota, tal vez te apetezca echar un vistazo, aunque pone un cartel de propiedad privada, tal vez te acarré problemas.
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Cuentas pendientes Empty Re: Cuentas pendientes {Miér 21 Jun 2017 - 18:20}

Agni estaba a punto de dirigir sus pasos hacia el Mooroees, justo cuando una voz estridente y con acento del norte llamó su atención. El castaño se giró, topándose con la imagen de una mujer que, fácilmente, le sacaría un par de palmos de altura. Era de complexión fuerte y voluminosa, aunque su acompañante resultaba más imponente si cabe. Sus ojos hicieron chiribitas durante unos instantes por la emoción del momento. No estaba del todo seguro, pero el aspecto de ambos les delataba como gente poderosa. Quizá, después de todo, hubiera hecho bien al plantearse aquel viaje. Si todos los hombres y mujeres del norte presentaban ese estado físico, sin duda las aguas del North debían de estar plagadas de combatientes poderosos.
Recuperada la compostura y volviendo a la realidad, el chico de brazos vendados se apresuró a responderles, pues parecían haber comenzado a mirarle extrañados.

- Ah... Sí, si ese es el nombre del dueño, andaba buscándole -dijo finalmente, asintiendo y rascándose la nuca con la mano derecha- Armonia... El puesto de mensajería, ¿verdad?

Era una pregunta más bien retórica, pero prefería asegurarse antes de meter la pata. No tenía fama por orientarse demasiado bien. Había sido una suerte subirse al barco correcto en los puertos de Chikara, a decir verdad. Vete tú a saber dónde podría haber acabado de llegar a confundirse. Alguna isla del paraíso podría haber sido una opción más que probable. De hecho, bien podría haber empezado su viaje por las aguas del Grand Line, pero prefería probarse a sí mismo en los Blues antes de enfrentarse a la auténtica élite de los mares. Sonrió con levedad al escuchar que no tardaría demasiado tiempo en volver, pero alzó una ceja ante la pregunta.

- ¿Peregrino? -inquirió- No, no. Solo soy un extranjero que viene de aguas lejanas. La verdad es que no creo que me quede demasiado tiempo por aquí. Ni siquiera sabía que aquí había un templo -comenzó a excusarse, sintiéndose un poco tonto ante su falta de conocimientos. A decir verdad, no conocía gran cosa del mundo exterior- ¿Queda lejos el templo? Podría ser interesante hacer una visita si tengo tiempo.

Le respondieran como le respondieran, mantendría un perfil bajo y agradable. Parecía que la isla guardaba bastante más de lo que le había parecido en un primer momento, lo cual hacía que todo fuera mucho más interesante. ¿Qué clase de templo sería el de Salbah? ¿Orarían a alguna especie de Dios o a un santo? Fuera como fuese, lo siguiente que haría sería pedirles una breve descripción del tal Koah. Iría a buscarle él mismo. De ese modo, quizá pudiera lograr alguna rebaja en el precio de aquello que quería adquirir, aunque los mapas no serían muy caros... ¿No? De paso, no perdía nada por echar un vistazo a Envíos Armonia. Tras lo que le dijeran tanto la mujer como el aparente leñador, se despediría con amabilidad y dándoles las gracias para, a continuación, comenzar a andar hacia el puesto de mensajería.
El lugar rebosaba de actividad, más que en la propia plaza, y es que parecía ser el único local que ofrecía esos servicios en el pequeño pueblo. Nada de extrañar, teniendo en cuenta que el número de habitantes no parecía ser demasiado elevado.

Una vez llegase, intentaría buscar entre la gente a aquel que se pareciera a las indicaciones que le hubiesen dado los amables norteños, si es que le habían dado algún dato. Si no pues... Bueno, quizá fuera buena idea preguntarle a alguien. Después de todo, seguramente todos se conocieran entre ellos allí, como solía ocurrir en las poblaciones pequeñas.
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Cuentas pendientes Empty Re: Cuentas pendientes {Miér 21 Jun 2017 - 23:24}

Los pueblerinos se mofan un poco de tu inocencia, bueno mejor será pensar que se ríen contigo. Sea como sea te contestan de buen tono: -Sí, ese es- respondió la campesina haciendo un brusco movimiento con el brazo señalando la tienda, haciendo que sus prominentes senos se tambalearan en el proceso.

El caso el que los pueblerinos te miran con mirada extraña, al parecer no hay muchos extranjeros por aquí. De hecho, su tono afable cambia por momentos:

-Y cuál es el propósito de su visita-pregunta el leñador con un tono rudo y ronco que infunde cierto miedo, si te fijas, podrías notar como agarra fuerte la empuñadura del hacha.

-No seas tan borde- le responde la campesina propinándole un golpe en la espalda, lo suficientemente fuerte como para que el leñador suelte una mueca de dolor-Entonces has venido por el festival del centeno de esta noche ¿No? - te dice la mujer alegre.

-Bueno, me he excedido, perdona- prosigue el leñador – El templo queda a unas diez millas del pueblo, es siguiendo el sendero de tierra, adentrándose en las montañas, no tiene perdida. Aun así, si quieres ir hacia allí te recomendaría esperar a mañana al alba, es cuando parten los pelegrinos y llegarás allí al medio día-finaliza el leñador.

-Salbah, es un héroe local, un semidios hijo del dios de la naturaleza Chakara y de una campesina de hace cientos y cientos de años, se dice que Salbah era tan fuerte que era capaz de estrangular a un oso con tan solo uno de sus brazos, ahora se le rinde al culto en el templo donde los monjes custodian una reliq..-dice antes e que el leñador le propiné un pisotón.

-Eso no creo que interese a un juerguista que viene por el festival del centeno, buen día- dice el leñador el cual casi se lleva arrastras a la que parece su mujer.

Parece que la gente del norte es irascible o temperamental cuanto menos, sea como sea lo mejor será andarse con cuidado o parece que se les ha olvidado contestarte como era Koah, bueno más bien te han dejado con la palabra en la boca. Pero si es un pueblo pequeño seguro que alguien podría indicártelo en la tienda.

El caso es que, si entras en la tienda esperando en la cola, no ves a nadie con el aspecto de tendero o al menos el que imaginas que debería tener. Tal vez el encargado de la ventanilla pueda ayudarte, aunque te llama la atención el hecho de que hay un pequeño tablón de corcho marrón que algunos carteles de recompensa, si te acercas a ellos tal vez puedas echarles un vistazo.
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Cuentas pendientes Empty Re: Cuentas pendientes {Dom 25 Jun 2017 - 18:19}

El joven cazador llegó finalmente a la tienda de mensajería tras la extraña conversación mantenida con el leñador y la afable aunque tosca mujer. Había obtenido algo de información útil... O, más bien, interesante. Al parecer iba a haber algún tipo de celebración, así que había llegado en el momento idóneo para apuntarse al jolgorio y festejar un poco, aunque no tenía muy claro si podría hacerlo estando sin blanca. Por otro lado, a la mañana siguiente podría acompañar a los peregrinos hasta el templo del tal Salbah. Era el tipo de héroe al que él mismo podría llegar a adorar. Un hombre poderoso, aunque estaba bastante seguro de que el grandullón del hacha con el que había hablado minutos antes bien podría estrangular un oso con su brazo. La verdad es que el nivel del North Blue prometía bastante. En cualquier caso, lo mejor sería seguir buscando al tal Koah.
La mirada del castaño recorrió con meticulosidad las ropas y el aspecto en general de todos los clientes del sitio, aunque ninguno tenía el aspecto que cualquiera se imaginaría en un tendero. De hecho, buena parte de los que allí se encontraban podrían pertenecer a la guardia local sin problema alguno. ¿De dónde sacaban esos genes? Hasta en su isla les verían como guerreros potenciales, y eso que se encontraba en el Nuevo Mundo.

- Bueno, me pondré a la cola y a ver qué me cuentan -decidió Agni, preguntando con amabilidad quién era el último antes de ponerse en posición.

La fila avanzaba realmente rápido. Parecía que la burocracia en los pueblos pequeños funcionaba de forma mucho más eficiente que en las grandes ciudades, y estaba seguro de que no era por el número de habitantes. El dependiente despachaba a los clientes con una habilidad realmente impresionante. Las cosas en el Norte funcionaban de forma muy distinta, no cabía duda. Apenas unos minutos después llegó frente a la ventanilla de atención a clientes.

- ¡Buenos días! -saludó alegremente el castaño, apoyando las manos sobre la madera del mostrador y dedicándole una amable sonrisa al encargado- Disculpe que le moleste. Acabo de llegar y estoy buscando a alguien, pero no logro dar con él. ¿Sabe dónde podría encontrar a Koah? He ido a su tienda pero parecía estar cerrado.

Al instante se dio cuenta de la reacción que tuvieron los norteños cuando se presentó. Eran desconfiados y, quizá, ir diciendo abiertamente que buscaba al dueño de la tienda de cartografía sin dar explicaciones podría meterle en líos. Amplió su sonrisa y se apresuró a continuar, antes de que pudieran replicarle nada.

- Quería conseguir algún mapa de la isla para hacer un poco de turismo.

Esperaba que aquello fuera suficiente como para disuadir cualquier hostilidad hacia su persona. No quería tener que enfrentarse a toda esa gente, pese a que en cierto sentido le emocionara la idea. Sabía que si ocurría no sería un combate especialmente amistoso. Fuera como fuese y respondiese lo que le respondiera, no podría evitar fijarse en los carteles que colgaban del corcho de la pared. Al parecer había algunos fujitivos en la isla, o al menos les había llegado el aviso por si decidían atracar en sus puertos. Curioso, se acercaría para observarlos con detenimiento. Quería saber cuánto pagaban por la entrega de los mismos, así como identificar sus rostros. ¿Quién sabe? Quizá se los encontrase más tarde. Convenía estar sobre aviso.

- ¿Tenéis problemas con esta gente?
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Cuentas pendientes Empty Re: Cuentas pendientes {Miér 5 Jul 2017 - 0:07}

Finalmente llega tu turno, llegas hasta el tendero, aunque te toca mirar para arriba, desde luego estos mostradores no están hechos para gente de tu talla. El hombre es alto, el más alto hasta ahora superando fácilmente los dos metros diez, al contrario que el resto tiene el rostro demacrado, casi escuálido. Su pelo corto castaño y su fisiología de daban el aspecto de rata de biblioteca, pero dios santo, a pesar de ello el joven de veinte muchos años imponía tanto como su altura.  El hombre parecía un chico despierto y activo, tal vez inquieto, tal vez por la velocidad a la que tendría que despachar hoy.

El tendero te mira extrañado, bueno la mirada parece relajarse tras mencionarle que simplemente deseas realizar turismo, aunque no del todo al parecer los norteños no son tan acogedores como cabía de esperar. Fuera como fuese, el tendero te responde:

-Ni idea, hoy no ha venido en todo el día- el hombre se gira para ver el reloj y se rasca la cabeza extrañado -Espera un momento- el tío, se colocó las gafas y miro lo que parecía ser una carpeta repleta de formularios- No, además tiene un paquete- mencionó el tendero -respecto a los carteles, no por ahora no, son criminales que han andado por las islas de los alrededores, al menos hasta donde yo sé ¿Eres cazarecompensas? Si te interesa te puedo ofrecer un trabajo, hoy estoy bastante liado así que si puede avisar del paquete a Koah te lo agradecería, te daré mil berries por el recado, seguramente este en la taberna o tal vez en su tienda- te dice revidando el reloj, con un tono y modales bastante diferentes al resto. Probablemente la empresa sea extranjera.

La recompensa es ridícula, pero antes no pagaban por encontrarlo, además ese dinero podría servir para sufragar los mapas o tal vez un lecho en algún establo.  

Si decides salir del establecimiento verás que ha comenzado a nevar, no de forma violenta, sino tranquila y relajada. El frio se acentúa, tal vez deberías frotarte las manos o acercarte a una hoguera de vagabundos, que lastima que no haya ninguna. Hagas lo que hagas, si sales sabrás que no durarías más de diez minutos sin sentir ciertas molestias, quedarte, ir a la taberna o tal vez volver por la tienda. La gente comienza parece comenzar a resguardarse, el cielo se está encapotando, mal augurio tal vez.  Si te fijas bien verás que hay dos hombres a la entrada de la taberna mirando al frente, tal vez a esos señores que andan con sus rostros pegados al escaparate de la tienda de Koah. Si te quedas en la tienda verás que el flujo de personas disminuye al cabo de unos minutos, tal vez puedas hablar con el tendero si esperas auqnue eso supondrá que rechazas su oferta, ¿No?.
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Cuentas pendientes Empty Re: Cuentas pendientes {Lun 10 Jul 2017 - 1:56}

Los labios del cazador se torcieron en una leve mueca al escuchar que Koah no había pasado por allí tampoco. Parecía que no estaba siendo su día de suerte. ¿Tan difícil iba a ser dar con el tendero en un asentamiento tan pequeño? Casi parecía que se estuvieran burlando de él, e incluso llegó a creérselo por un momento. Sin embargo, decidió confiar un poco en las gentes del Norte. Pese a su actitud tosca y fría, no parecían el tipo de personas que disfrutan gastando bromas a los extranjeros. De hecho, tenía claro que les tenían cierta tirria. Seguiría buscando... Qué remedio.
De todos modos, quizá lo que más le desilusiono fue el hecho de que los criminales de aquellos carteles no se encontrasen en la isla. Es decir, por un lado se alegraba, ya que no causarían problemas a sus habitantes, pero se había ilusionado ante la posibilidad de enfrentarse a sus primeros criminales del North Blue. Otro día sería.

- Sí, soy cazador -respondió de forma casi automática.

No había pasado demasiado tiempo desde que se enrolara a las filas de los cazadores de recompensas del Gobierno. Lo cierto es que no se le ocurrió una forma mejor con la que ganarse el pan cada día, y es que con ese trabajo el viajar no sería un problema, sino una obligación. Justo lo que necesitaba. Además, el hecho de perseguir criminales a lo largo de los mares le permitiría enfrentarse a oponentes cada vez más poderosos. Empezar por criminales de escasa importancia, como lo eran los de los cuatro Blues, sería sin duda un buen comienzo.

- Lo cierto es que me vendría bien el dinero -reconoció al momento en que el tendero le hizo la oferta-. Estoy algo escaso de fondos. Muy bien, iré a avisarle.
De todos modos... No tendrá por ahí alguna copia de los carteles, ¿verdad? Si pudiera llevarme una estaría bastante agradecido.


Si la respuesta era afirmativa esperaría a que el buen hombre le diera los documentos para marcharse. Si no, simplemente se despediría y saldría de nuevo hacia la plaza del pueblo. Una vez fuera, no tardó en darse cuenta del cambio en el clima. Copos de nieve habían comenzado a descender sobre la superficie de la isla, al tiempo que la temperatura parecía disminuir por momentos. Aquello sí que podía ser un problema, no recordaba haber traído más abrigo que su capa y esta no era especialmente protectora. Debería resguardarse del temporal cuando antes si no quería pillar un buen resfriado o algo peor.
La mirada de Agni recorrió rápidamente el lugar, buscando la taberna de la que le había hablado el encargado de Envíos Armonia. La había visto antes, pero no había reparado en ella. Al menos parecía que estaba abierta, así que esperaba no tener que quedarse en la puerta de nuevo. Se le estaban acabando los sitios donde guarecerse. Las personas que se encontraban frente a la entrada le llamaron la atención, pues parecían ensimismadas con algo o alguien. Siguiendo la dirección de sus miradas, pudo dar con el motivo: dos personas cerca de la tienda de Koah, mirando por las ventanas. Supuso que eran clientes que, al igual que él, buscaban al vendedor. Aún era de día, así que no creía que estuvieran buscando problemas tan temprano.

El cazador se ajustó la capucha y comenzó a atravesar la plaza para ir directo a la taberna.

- A la tercera va la vencida, ¿no? -susurró para sí mismo, implorando a la suerte que no le hiciera dar más vueltas.
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Cuentas pendientes Empty Re: Cuentas pendientes {Vie 14 Jul 2017 - 13:48}

El tendedero se rasca la cabeza al ver que le pides los carteles -Esto…-dice mientras rebusca a su alrededor -Ahora mismo no tengo copias, si quieres te hago unas fotocopias y cuando avises a Koah te las doy- te dice el tendedero.

Mientras cruzas la plaza y te abrigas como buenamente puedes, te vas percatando de que los hombres de la taberna no parecen de por ahí, son morenos. Parecen extranjeros como tú, aunque bastante más preparados o al menos eso dicen sus abrigos. Los dos son jóvenes rondaran los veinte tres años aproximadamente, medirán unos quince o veinte centímetros más que tú y su corpulencia no está mucho más allá de la tuya, respecto a sus ropajes están algo desgastados y en su mayoría parecen de lana, aunque tal vez sus jerséis a rayas los delate como marineros.

Según te acercas pareces escuchar entre líneas un par de frases que dicen:

-Está tardando demasiado, te pongas como te pongas- le dice el primero con barba de hace tres días.

-Tranquilízate, estas cosas le suelen llevar su tiempo, anda pásame la petaca no hay quien aguante está fresca- le dice el del gorro de lana.

Los sujetos se percatan de que te acercas y se callan de inmediato:

-El menda esta con la antena puesta- te dice el de la barba.

-Esto de esperar se te da mal, calmate Makarov- le contesta el del gorro.

Parece que te dejan pasar, pero sea como sea el Makarov se ha quedado con tu cara, la verdad es que no tienen buenas pintas, pero el norte es un mar duro y rudo no echo para sureños, ¿No?

Si decides entrar en la taberna verás un ambiente sombrío, el tabernero el cual se parece el leñador de antes está limpiando una jarra con un paño con esmero. Luego hay un par de pescadores hablando al fondo con sus cañas de pescas apoyadas sobre la mesa en la que están comiendo.

El interior de la taberna es de una madera de pino con tonos oscuros, tanto las vigas como su arquitectura te hacen pensar que eso lleva ahí mucho más tiempo del que te puedes imaginar, una cosa que te extraña es lo nuevo que te parece el inmobiliario tales como mesas, sillas taburetes, el cual es de una madera más clara.

-Eh chico, te apetece jugar una partidita a las cartas, nos falta un habitual- te pregunta un hombre con aspecto rudo, uno de los jugadores parece el marinero con el que chocaste esta mañana.

En otra mesa hay unos mendas jugando a los dados, tal vez sea una forma fácil de ganar dinero. No son cartas después de todo, tal vez no se te den mal.
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Cuentas pendientes Empty Re: Cuentas pendientes {}

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