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El día nublado y con fuertes vientos indicaban que la lluvia se haría presente en algún momento.
Caminé despreocupadamente entre la multitud de personas que realizaban sus actividades diarias. Era agradable ver a la gente llevar una vida pacífica y despreocupada.* ¿Se deberá al gobierno mundial? *como marine me gustaba pensar que la influencia del gobierno ayudaba a mantener protegidas a todos los inocentes… Por desgracia también había presenciado actos de corrupción que dañaban la imagen de la marina.* No importa cuánto te esfuerces por hacer lo correcto, la gente solo se figará en tus errores… *Una pelota golpeó mi cabeza mientras divagaba y casi de manera inmediata un grupo de jóvenes se acercó para disculparse. Deberían tener unos cuantos años menos que yo, pero quizás por estar llevando el uniforme sus disculpas tenían un poco de respeto. Ya que aquello no me molestó solo les pedí que fueran más cuidadosos y continué con mi caminata.
El motivo por el cual me encontraba en la isla puño se debía a rumores sobre algunos marines que aceptaban pagos para permitir la entrada y salida de los puertos sin realizar una inspección al cargamento de los barcos. Por tanto mi objetivo era investigar esos rumores y en caso de ser verdaderos debería amputar las partes infectadas antes de que el daño se propague hasta ser irremediable.
- Por ahora necesito información. –mi mayor problema en este momento era la escasez de información sobre los supuestos marines corruptos, las zonas donde operaban, horas de trabajo, etc.- Es un tanto cliché, pero es el mejor lugar para escuchar los rumores más concurridos. –con mi objetivo escogido adelanté mi paso en búsqueda de un bar.
Caminé despreocupadamente entre la multitud de personas que realizaban sus actividades diarias. Era agradable ver a la gente llevar una vida pacífica y despreocupada.* ¿Se deberá al gobierno mundial? *como marine me gustaba pensar que la influencia del gobierno ayudaba a mantener protegidas a todos los inocentes… Por desgracia también había presenciado actos de corrupción que dañaban la imagen de la marina.* No importa cuánto te esfuerces por hacer lo correcto, la gente solo se figará en tus errores… *Una pelota golpeó mi cabeza mientras divagaba y casi de manera inmediata un grupo de jóvenes se acercó para disculparse. Deberían tener unos cuantos años menos que yo, pero quizás por estar llevando el uniforme sus disculpas tenían un poco de respeto. Ya que aquello no me molestó solo les pedí que fueran más cuidadosos y continué con mi caminata.
El motivo por el cual me encontraba en la isla puño se debía a rumores sobre algunos marines que aceptaban pagos para permitir la entrada y salida de los puertos sin realizar una inspección al cargamento de los barcos. Por tanto mi objetivo era investigar esos rumores y en caso de ser verdaderos debería amputar las partes infectadas antes de que el daño se propague hasta ser irremediable.
- Por ahora necesito información. –mi mayor problema en este momento era la escasez de información sobre los supuestos marines corruptos, las zonas donde operaban, horas de trabajo, etc.- Es un tanto cliché, pero es el mejor lugar para escuchar los rumores más concurridos. –con mi objetivo escogido adelanté mi paso en búsqueda de un bar.
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Las risas y las voces de los hombres realizando diferentes pedidos de comida y bebidas podían escucharse hasta la cocina donde me encontraba. Por fin había conseguido un trabajo después de tanta búsqueda, aunque no era el más emocionante, pues era un lava platos.
Una joven ingresó a la cocina mientras cargaba con ambas manos una bandeja repleta de trastes sucios y algunos con comida a medio terminar. Sin decir una palabra los colocó a un lado del fregadero, para luego marcharse rápidamente.
Miré la nueva pila de platos y solté un suspiro de resignación.- Malditos borrachos, solo váyanse y dejen de ensuciar los tarros de cerveza. –me quejé en voz baja al mismo tiempo que comenzaba a lavar los trastes de manera mecánica. Aunque no importaba cuanto me esforzara, cada vez que esta maldita chica entraba en la cocina traía consigo más platos sucios para lavar.
- En verdad quiero salir de esta isla ya. -me quejé de manera interna.
En la actualidad contaba con un poco de dinero, pero este continuaba siendo escaso para llevar a cabo mi viaje, ya que después de hacer cuentas llegué a la conclusión de que sería más económico conseguir un bote en lugar de pagar para ser llevado de isla a isla. Ese era el motivo por el cual me encontraba trabajando en este bar.
- ¿Debí haber ido con él? –la imagen de cierto hombre ahogado pasó por mi mente.- No hubiese sido una mala idea, pero no me gustaría tener que deberle más favores a aquel hombre. –para ser honesto me daba un poco de miedo sus métodos, sin mencionar ese odio tan profundo a los piratas, lo más seguro es que terminaría involucrado en bastantes conflictos estando a su lado. De cierta manera aquello no era tan malo, pues de ese modo podría enfrentarme a toda clase de enemigos y ganar algo de dinero, pero ambos perseguíamos objetivos distintos y la larga ello nos traería problemas.- En verdad necesito un bote, aunque ahora que lo pienso no tengo idea sobre como navegar uno. -dejé caer mi cabeza al comprender que no había tomado en cuenta ese pequeño detalle.
Nada salía como a mí me gustaría.
Una joven ingresó a la cocina mientras cargaba con ambas manos una bandeja repleta de trastes sucios y algunos con comida a medio terminar. Sin decir una palabra los colocó a un lado del fregadero, para luego marcharse rápidamente.
Miré la nueva pila de platos y solté un suspiro de resignación.- Malditos borrachos, solo váyanse y dejen de ensuciar los tarros de cerveza. –me quejé en voz baja al mismo tiempo que comenzaba a lavar los trastes de manera mecánica. Aunque no importaba cuanto me esforzara, cada vez que esta maldita chica entraba en la cocina traía consigo más platos sucios para lavar.
- En verdad quiero salir de esta isla ya. -me quejé de manera interna.
En la actualidad contaba con un poco de dinero, pero este continuaba siendo escaso para llevar a cabo mi viaje, ya que después de hacer cuentas llegué a la conclusión de que sería más económico conseguir un bote en lugar de pagar para ser llevado de isla a isla. Ese era el motivo por el cual me encontraba trabajando en este bar.
- ¿Debí haber ido con él? –la imagen de cierto hombre ahogado pasó por mi mente.- No hubiese sido una mala idea, pero no me gustaría tener que deberle más favores a aquel hombre. –para ser honesto me daba un poco de miedo sus métodos, sin mencionar ese odio tan profundo a los piratas, lo más seguro es que terminaría involucrado en bastantes conflictos estando a su lado. De cierta manera aquello no era tan malo, pues de ese modo podría enfrentarme a toda clase de enemigos y ganar algo de dinero, pero ambos perseguíamos objetivos distintos y la larga ello nos traería problemas.- En verdad necesito un bote, aunque ahora que lo pienso no tengo idea sobre como navegar uno. -dejé caer mi cabeza al comprender que no había tomado en cuenta ese pequeño detalle.
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Encontrar un bar me tomó un poco más de tiempo del que pensé, no obstante en este momento me hallaba frente a la entrada del local. Las risas me indicaron que el lugar se encontraba bastante lleno.
En cuanto entré un fuerte aroma a alcohol se hizo presente.
Mi presencia fue ignorada por completo (o por lo menos eso es la impresión que me llevé). Caminé entre las mesas en dirección a la barra para sentarme en uno de los banquillos libres y ordenar una bebida.
El tabernero charlaba con algunos de los hombres cerca de él. La plática no tenía nada de importancia, solo eran las quejas relacionadas a sus diferentes trabajos: Algo acerca de cómo una red nueva para pesca fue arrastrada por las olas del mar, otro se quejaba sobre cómo se había devaluado su mercancía al dañarse por un golpe causado por un barco, etc. Las quejas de los hombres continuaron, pero a juzgar por sus rizas no deberían ser problemas graves o sin solución.
El tabernero se percató de mi presencia en la barra y se movió para preguntar mi pedido. No me sentía con ganas de beber, sin embargo ordené un poco de whisky para evitar hacer enojar al hombre de avanzada edad por estar utilizando un asiento que podría ser usado por un verdadero cliente.
Mientras esperaba mi bebida traté de prestar atención a cualquier conversaciones que involucrara el rumor de los marines, por desgracia las voces combinadas de todos los presentes me hacía bastante difícil concentrarme en alguna de las pláticas.* Me gustaría tener a Tobías a mi lado en este momento. *era bastante seguro que el CP conocería a alguien que vendiera información.* ¿Me pregunto si yo sería capaz de encontrar a una persona que venda ese tipo de cosas? *un vaso con whisky fue colocado frente a mi.* Bueno por ahora este es el mejor lugar donde obtener pistas.
En cuanto entré un fuerte aroma a alcohol se hizo presente.
Mi presencia fue ignorada por completo (o por lo menos eso es la impresión que me llevé). Caminé entre las mesas en dirección a la barra para sentarme en uno de los banquillos libres y ordenar una bebida.
El tabernero charlaba con algunos de los hombres cerca de él. La plática no tenía nada de importancia, solo eran las quejas relacionadas a sus diferentes trabajos: Algo acerca de cómo una red nueva para pesca fue arrastrada por las olas del mar, otro se quejaba sobre cómo se había devaluado su mercancía al dañarse por un golpe causado por un barco, etc. Las quejas de los hombres continuaron, pero a juzgar por sus rizas no deberían ser problemas graves o sin solución.
El tabernero se percató de mi presencia en la barra y se movió para preguntar mi pedido. No me sentía con ganas de beber, sin embargo ordené un poco de whisky para evitar hacer enojar al hombre de avanzada edad por estar utilizando un asiento que podría ser usado por un verdadero cliente.
Mientras esperaba mi bebida traté de prestar atención a cualquier conversaciones que involucrara el rumor de los marines, por desgracia las voces combinadas de todos los presentes me hacía bastante difícil concentrarme en alguna de las pláticas.* Me gustaría tener a Tobías a mi lado en este momento. *era bastante seguro que el CP conocería a alguien que vendiera información.* ¿Me pregunto si yo sería capaz de encontrar a una persona que venda ese tipo de cosas? *un vaso con whisky fue colocado frente a mi.* Bueno por ahora este es el mejor lugar donde obtener pistas.
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Me quité los guantes de goma y los coloqué en el fregadero, para luego salir de la cocina y dirigirme a la barra para hablar con el dueño del lugar.
- ¿Muchacho qué haces aquí? Deberías estar lavando los tarros y demás trastes sucios.
- Es la hora de mi descanso, así que sírveme un trago. –contesté mientras daba pequeños golpes en la barra con ambas palmas.
El hombre se giró y tomó una botella de uno de los anaqueles, para luego colocarla delante de mí, pero esta no era una bebida alcohólica, sino una botella de gaseosa de color oscuro.
- Aún eres un mocoso y no tengo ganas de meterme en problemas con la ley por vender bebidas a menores de edad. –el hombre realzó un pequeño movimiento con su cabeza para señalar al marine sentado a mi lado izquierdo. Parecía estar concentrado en otras cosas, por lo cual era poco probable que prestara atención a las palabras del dueño.
- Da igual, por lo menos no es jugo de manzana o algo parecido, de lo contrario te habría lanzado el vaso a la cara.
El hombre soltó una fuerte carcajada, para luego continuar con sus asuntos.
Comencé a beber la gaseosa dando pequeños tragos a causa del gas.- No quiero regresar a la cocina, no quiero, no quiero, no quiero. –comencé a moverme de un lado a otro causando que el banquillo comenzara a moverse también.
En verdad necesitaba reunir más dinero, pero tener que lavar más platos para obtenerlo era jodidamente aburrido.- Conozco un método más interesante, pero necesito encontrar primero un grupo de gamberros. –si conseguía capturarlos podía entregarlos a los marines y obtener una recompensa, sin mencionar que siempre se podía tomar sus pertenencias y obtener un bono extra.- Ahora necesito algo de ayuda para actuar de manera legal… -mi mirara se desvió al marine sentado a mi lado.[color=#ff9900]- Creo que hoy podría ganar el dinero que necesitaba. –[/color]sin darme cuenta comencé a sonreír.
- ¿Muchacho qué haces aquí? Deberías estar lavando los tarros y demás trastes sucios.
- Es la hora de mi descanso, así que sírveme un trago. –contesté mientras daba pequeños golpes en la barra con ambas palmas.
El hombre se giró y tomó una botella de uno de los anaqueles, para luego colocarla delante de mí, pero esta no era una bebida alcohólica, sino una botella de gaseosa de color oscuro.
- Aún eres un mocoso y no tengo ganas de meterme en problemas con la ley por vender bebidas a menores de edad. –el hombre realzó un pequeño movimiento con su cabeza para señalar al marine sentado a mi lado izquierdo. Parecía estar concentrado en otras cosas, por lo cual era poco probable que prestara atención a las palabras del dueño.
- Da igual, por lo menos no es jugo de manzana o algo parecido, de lo contrario te habría lanzado el vaso a la cara.
El hombre soltó una fuerte carcajada, para luego continuar con sus asuntos.
Comencé a beber la gaseosa dando pequeños tragos a causa del gas.- No quiero regresar a la cocina, no quiero, no quiero, no quiero. –comencé a moverme de un lado a otro causando que el banquillo comenzara a moverse también.
En verdad necesitaba reunir más dinero, pero tener que lavar más platos para obtenerlo era jodidamente aburrido.- Conozco un método más interesante, pero necesito encontrar primero un grupo de gamberros. –si conseguía capturarlos podía entregarlos a los marines y obtener una recompensa, sin mencionar que siempre se podía tomar sus pertenencias y obtener un bono extra.- Ahora necesito algo de ayuda para actuar de manera legal… -mi mirara se desvió al marine sentado a mi lado.[color=#ff9900]- Creo que hoy podría ganar el dinero que necesitaba. –[/color]sin darme cuenta comencé a sonreír.
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Después de unos minutos me pareció escuchar algo sobre el tema de los marines, por desgracia solo fueron unas cuantas palabras que mencionaban algo acerca de un muelle, un gato y media noche. Sin tomar en cuenta lo del gato, se podía llegar a la conclusión de que la hora para realizar actividades por debajo de la mesa era a las 12 de la noche en alguno de los muelles.* Es una pista, pero no es suficiente.
Un ruido extraño me hizo girar la cabeza, el causante era un chico de cabello largo que no paraba de moverse.* ¿Le permiten entrada a los menores de edad? *el chico se tranquilizó y comenzó a beber una botella de refresco.* Oh, puede que esté molesto por no haber recibido alcohol.
Dejé de ver al chico y regresé a mis pensamientos.* Ahora mismo tengo una muy pequeña pista, aunque aún faltan horas para que llegue la media noche… Debería ir a los muelles a investigar. –con algo de suerte podría llegar a obtener mejores datos en ese lugar.* Gato… ¿Significará algo o solo fue una palabra que se mezcló? Maldición, soy un asco en esto de las misiones de espionaje. *realizar un interrogatorio era sencillo, solo hacía falta cortar algunos dedos y si el interrogado cooperaba podía coserlos y dejarlos como si nada hubiese ocurrido, no obstante mis habilidades relacionadas a la obtención de información en el campo eran equivalentes a las de un novato o incluso menores.
Dejé el vaso en la barra (junto al dinero por el trago), me levanté del banquillo y caminé hasta la salida con intención de dirigirme a los muelles.
Un ruido extraño me hizo girar la cabeza, el causante era un chico de cabello largo que no paraba de moverse.* ¿Le permiten entrada a los menores de edad? *el chico se tranquilizó y comenzó a beber una botella de refresco.* Oh, puede que esté molesto por no haber recibido alcohol.
Dejé de ver al chico y regresé a mis pensamientos.* Ahora mismo tengo una muy pequeña pista, aunque aún faltan horas para que llegue la media noche… Debería ir a los muelles a investigar. –con algo de suerte podría llegar a obtener mejores datos en ese lugar.* Gato… ¿Significará algo o solo fue una palabra que se mezcló? Maldición, soy un asco en esto de las misiones de espionaje. *realizar un interrogatorio era sencillo, solo hacía falta cortar algunos dedos y si el interrogado cooperaba podía coserlos y dejarlos como si nada hubiese ocurrido, no obstante mis habilidades relacionadas a la obtención de información en el campo eran equivalentes a las de un novato o incluso menores.
Dejé el vaso en la barra (junto al dinero por el trago), me levanté del banquillo y caminé hasta la salida con intención de dirigirme a los muelles.
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El marine parecía continuar en su propio mundo, aunque de manera repentina dejó su bebida en la barra junto a un par de billetes y salió del bar.
- Diablos, no quiero perderlo. –terminé de beber la gaseosa y salí del bar corriendo para evitar perderlo. Alcancé a escuchar al dueño gritar algo, pero no le di importancia, no me apetecía continuar trabajando dentro de esa maldita cocina como un esclavo.
En cuanto estuve en la calle comencé a buscarlo con la mirada, a pesar de no ser algo tan complicado gracias a su uniforme, la gran cantidad de personas deambulando a esa hora complicaba mi objetivo.- Vamos, vamos, ah, ahí está. –entre la multitud conseguí distinguir el blanco uniforme de la marina.
Sin perder tiempo comencé a correr entre la gente, a causa de querer alcanzarlo rápidamente terminé chochando con un sujeto y ambos caímos al suelo.
- Mocoso de mierda, ¿¡Qué carajos haces embistiéndome!?
- Ah, yo, lo siento, no fue mi intención. –noté que un grupo de hombres se juntaba a nuestro alrededor, puede que fuesen 7 u 8 hombres, de los cuales 2 ayudaron a levantar al sujeto que había derribado por accidente.
El hombre notó que su pantalón se había roto y no exageraría al decir que la vena de su frente casi explota de la ira. Sentí a alguien tomándome de la ropa y levantándome con fuerza del suelo.
- Esto es malo, has hecho enojar al jefe. –uno de los sujetos que se encontraba detrás de mí fue quien me levantó y en este momento me sostenía sin dar señales de querer dejarme ir.
El “jefe” se acercó hasta donde me encontraba.- ¡Tienes idea de lo caro que son estos pantalones!
- Esto, yo en verdad lo lamento. –estaba metido en un aprieto y a juzgar por las personas que solo se limitaban a desviar la mirada y apresurar su paso, no habría ayuda por parte de alguno de ellos.- No tengo mucho dinero pero quizás pueda pagar un parche.
El rostro del sujeto se tornó rojo, quizás pensó que me estaba burlando de él.
- Muéstrenle modales en algún lugar apartado, si algo pasa yo lo arreglaré. En verdad me gustaría quedarme y personalmente encargarme de ti, pero tengo asuntos que atender. –sin decir nada más se marchó.
- Camina. –el grupo de hombres comenzó a moverse, llevándome a rastras con ellos.
- Diablos, no quiero perderlo. –terminé de beber la gaseosa y salí del bar corriendo para evitar perderlo. Alcancé a escuchar al dueño gritar algo, pero no le di importancia, no me apetecía continuar trabajando dentro de esa maldita cocina como un esclavo.
En cuanto estuve en la calle comencé a buscarlo con la mirada, a pesar de no ser algo tan complicado gracias a su uniforme, la gran cantidad de personas deambulando a esa hora complicaba mi objetivo.- Vamos, vamos, ah, ahí está. –entre la multitud conseguí distinguir el blanco uniforme de la marina.
Sin perder tiempo comencé a correr entre la gente, a causa de querer alcanzarlo rápidamente terminé chochando con un sujeto y ambos caímos al suelo.
- Mocoso de mierda, ¿¡Qué carajos haces embistiéndome!?
- Ah, yo, lo siento, no fue mi intención. –noté que un grupo de hombres se juntaba a nuestro alrededor, puede que fuesen 7 u 8 hombres, de los cuales 2 ayudaron a levantar al sujeto que había derribado por accidente.
El hombre notó que su pantalón se había roto y no exageraría al decir que la vena de su frente casi explota de la ira. Sentí a alguien tomándome de la ropa y levantándome con fuerza del suelo.
- Esto es malo, has hecho enojar al jefe. –uno de los sujetos que se encontraba detrás de mí fue quien me levantó y en este momento me sostenía sin dar señales de querer dejarme ir.
El “jefe” se acercó hasta donde me encontraba.- ¡Tienes idea de lo caro que son estos pantalones!
- Esto, yo en verdad lo lamento. –estaba metido en un aprieto y a juzgar por las personas que solo se limitaban a desviar la mirada y apresurar su paso, no habría ayuda por parte de alguno de ellos.- No tengo mucho dinero pero quizás pueda pagar un parche.
El rostro del sujeto se tornó rojo, quizás pensó que me estaba burlando de él.
- Muéstrenle modales en algún lugar apartado, si algo pasa yo lo arreglaré. En verdad me gustaría quedarme y personalmente encargarme de ti, pero tengo asuntos que atender. –sin decir nada más se marchó.
- Camina. –el grupo de hombres comenzó a moverse, llevándome a rastras con ellos.
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Un sonido extraño captó mi atención y al girarme noté como un grupo de ciudadanos miraban algo, sin embargo no permanecían en ese lugar mucho tiempo, solo miraban unos cuantos segundos y después se marchaban de manera rápida.
Los gritos de un hombre mencionando algo acerca de un chico se escucharon y a juzgar por su tono, se encontraba bastante molesto.
Con curiosidad comencé a acercarme para ver que se debía tanto alboroto. Al parecer un joven estaba siendo extorsionado por un grupo de 7 hombres de aspecto que recordaba a los típicos pandilleros de nivel medio.
Los hombres comenzaron a moverse (junto con el chico), parecían querer entrar a un callejón.* Esto terminará mal si no hago nada. *como marine no podía hacerme de la vista gorda con ese tipo de situaciones.
Me acerqué hasta el último de los hombres y coloqué mi mano en su hombro para llamar su atención.
- ¿Qué diablos qui…
- Hola, me parece que ese joven está siendo llevado contra su voluntad, ¿podrían dejarlo ir por favor? -sonreía de manera amigable.
- Hermano, este recluta está interfiriendo.
- Seguramente quiere dinero, dale unos cuantos billetes y que se largue.
Aquellas palabras captaron por completo mi atención, ¿era normal sobornar a un marine en esta zona o solo estaban acostumbrados a tratar con ese tipo de marines? Mi expresión adquirió seriedad al comprender que quizás había encontrado la fuente de información que tanto buscaba.
El hombre a quien había tocado tomó su billetera y colocó un par de billetes en el bolsillo de mi camisa.- Aquí tienes buen hombre, ahora ve a realizar tu patrullaje en otra parte. –palmeó mi rostro de manera suave y creyendo que todo se había solucionado se dio media vuelta y continuó caminando junto a sus compañeros.
Nuevamente caminé y toqué su hombro.
- Dios, ustedes en verdad son avari… -antes de dejarlo terminar de hablar mi puño impactó contra su nariz, derribándolo y llamando la atención de sus compañeros.
No hacía falta decir que estaba molesto (aunque procuré no aparentarlo). Estas basuras ayudaban a manchar el nombre de la marina, provocaban que la gente viera a los marines como si fueran prostitutas que harían lo que sea por algo de dinero.
Las personas a nuestro alrededor comenzaron a alejarse, lo cual me permitiría utilizar mis espadas sin peligro de dañar a un inocente… Pero siendo honesto, no quería utilizarlas, esta ira que crecía dentro de mí solo sería calmada después de golpear sus rostros.
Tomé el dinero que estaba en mi bolsillo y lo arrojé al suelo.
3 de los enemigos corrieron en mi dirección con intención de atacarme.
Los gritos de un hombre mencionando algo acerca de un chico se escucharon y a juzgar por su tono, se encontraba bastante molesto.
Con curiosidad comencé a acercarme para ver que se debía tanto alboroto. Al parecer un joven estaba siendo extorsionado por un grupo de 7 hombres de aspecto que recordaba a los típicos pandilleros de nivel medio.
Los hombres comenzaron a moverse (junto con el chico), parecían querer entrar a un callejón.* Esto terminará mal si no hago nada. *como marine no podía hacerme de la vista gorda con ese tipo de situaciones.
Me acerqué hasta el último de los hombres y coloqué mi mano en su hombro para llamar su atención.
- ¿Qué diablos qui…
- Hola, me parece que ese joven está siendo llevado contra su voluntad, ¿podrían dejarlo ir por favor? -sonreía de manera amigable.
- Hermano, este recluta está interfiriendo.
- Seguramente quiere dinero, dale unos cuantos billetes y que se largue.
Aquellas palabras captaron por completo mi atención, ¿era normal sobornar a un marine en esta zona o solo estaban acostumbrados a tratar con ese tipo de marines? Mi expresión adquirió seriedad al comprender que quizás había encontrado la fuente de información que tanto buscaba.
El hombre a quien había tocado tomó su billetera y colocó un par de billetes en el bolsillo de mi camisa.- Aquí tienes buen hombre, ahora ve a realizar tu patrullaje en otra parte. –palmeó mi rostro de manera suave y creyendo que todo se había solucionado se dio media vuelta y continuó caminando junto a sus compañeros.
Nuevamente caminé y toqué su hombro.
- Dios, ustedes en verdad son avari… -antes de dejarlo terminar de hablar mi puño impactó contra su nariz, derribándolo y llamando la atención de sus compañeros.
No hacía falta decir que estaba molesto (aunque procuré no aparentarlo). Estas basuras ayudaban a manchar el nombre de la marina, provocaban que la gente viera a los marines como si fueran prostitutas que harían lo que sea por algo de dinero.
Las personas a nuestro alrededor comenzaron a alejarse, lo cual me permitiría utilizar mis espadas sin peligro de dañar a un inocente… Pero siendo honesto, no quería utilizarlas, esta ira que crecía dentro de mí solo sería calmada después de golpear sus rostros.
Tomé el dinero que estaba en mi bolsillo y lo arrojé al suelo.
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Esto era malo, no me sentía con el nivel suficiente como para enfrentar a tantos oponentes al mismo tiempo. Por el momento era mejor no poner resistencia, esperar el momento oportuno y utilizar el Aruma sentō para acabar con alguno de ellos por sorpresa.
De manera repentina todos se detuvieron a pocos metros antes de entrar a un callejón de aspecto lúgubre y uno de los hombres que se encontraba al final mencionó que un marine los había detenido. El tipo que me tenía agarrado le indicó que le diera dinero para que se marchara y al parecer funcionó ya que de nuevo comenzamos a caminar, pero repentinamente se escuchó un fuerte golpe seguido de alguien cayendo al suelo.
El sujeto tirado en el suelo sostenía su rostro con ambas manos y de entre sus dedos la sangre escurría mientras se retorcía en el piso a causa del dolor.- ¿Quién lo hizo? –traté de echar un vistazo, pero el resto de los tipos se amontonaron alrededor de sus compañero, impidiéndome ver al responsable.
- ¿¡Qué esperan!? ¡Vallan tras ese imbécil! –gritó furioso el hombre que me sostenía de la ropa. En respuesta a su grito 3 de los gamberros corrieron en dirección de su enemigo y fue en ese momento que conseguí ver al responsable, era ese marine que había intentado seguir.
Levanté un poco mi mirada para observar al tipo que me retenía. Parecía estar concentrado en observar cómo se desarrollaba la situación.- Este puede ser un buen momento. –gracias al marine la atención sobre mi desapareció por completo y no solo eso, el número de oponentes disminuyó de manera significativa.- Solo son 3 y ninguno me está viendo. –de manera lenta cambien mi postura y respiré de manera honda para ayudarme a canalizar la mayor cantidad de fuerza que pudiese. En movimiento rápido golpeé el estómago de mi enemigo con mi codo lo más fuerte que podía, causando que el hombre se encorvara a causa del dolor y permitiéndome realizar un segundo golpe en su mandíbula.- ¡Auch! –había cometido un pequeño error y lo golpeé de tal manera que lastimé un poco mi puño.
Los 2 se percataron de mi quejido y se giraron en el momento exacto que el hombre caía al suelo inconsciente.
Aprovechando la posible sorpresa me desplacé de manera veloz con mi guardia en alto y lancé un golpe recto al estómago del oponente a mi izquierda. Este lo esquivó retrocediendo un poco, pero su compañero aprovechó la apertura para realizar una patada dirigida a mi rostro. No tenía el tiempo suficiente para esquivarla, por lo cual coloqué ambos brazos para protegerme y aun así el impacto tenía la fuerza necesaria para causarme daños tanto en los brazos y el rostro, además de derribarme.
- Conque así es una pelea real, diablos aun no puedo dejar de temblar. –no quería que ellos lo notaran, pero tenía un poco de miedo.
Me coloqué de pie lo más rápido que pude y de nuevo tomé una posición defensiva.
De manera repentina todos se detuvieron a pocos metros antes de entrar a un callejón de aspecto lúgubre y uno de los hombres que se encontraba al final mencionó que un marine los había detenido. El tipo que me tenía agarrado le indicó que le diera dinero para que se marchara y al parecer funcionó ya que de nuevo comenzamos a caminar, pero repentinamente se escuchó un fuerte golpe seguido de alguien cayendo al suelo.
El sujeto tirado en el suelo sostenía su rostro con ambas manos y de entre sus dedos la sangre escurría mientras se retorcía en el piso a causa del dolor.- ¿Quién lo hizo? –traté de echar un vistazo, pero el resto de los tipos se amontonaron alrededor de sus compañero, impidiéndome ver al responsable.
- ¿¡Qué esperan!? ¡Vallan tras ese imbécil! –gritó furioso el hombre que me sostenía de la ropa. En respuesta a su grito 3 de los gamberros corrieron en dirección de su enemigo y fue en ese momento que conseguí ver al responsable, era ese marine que había intentado seguir.
Levanté un poco mi mirada para observar al tipo que me retenía. Parecía estar concentrado en observar cómo se desarrollaba la situación.- Este puede ser un buen momento. –gracias al marine la atención sobre mi desapareció por completo y no solo eso, el número de oponentes disminuyó de manera significativa.- Solo son 3 y ninguno me está viendo. –de manera lenta cambien mi postura y respiré de manera honda para ayudarme a canalizar la mayor cantidad de fuerza que pudiese. En movimiento rápido golpeé el estómago de mi enemigo con mi codo lo más fuerte que podía, causando que el hombre se encorvara a causa del dolor y permitiéndome realizar un segundo golpe en su mandíbula.- ¡Auch! –había cometido un pequeño error y lo golpeé de tal manera que lastimé un poco mi puño.
Los 2 se percataron de mi quejido y se giraron en el momento exacto que el hombre caía al suelo inconsciente.
Aprovechando la posible sorpresa me desplacé de manera veloz con mi guardia en alto y lancé un golpe recto al estómago del oponente a mi izquierda. Este lo esquivó retrocediendo un poco, pero su compañero aprovechó la apertura para realizar una patada dirigida a mi rostro. No tenía el tiempo suficiente para esquivarla, por lo cual coloqué ambos brazos para protegerme y aun así el impacto tenía la fuerza necesaria para causarme daños tanto en los brazos y el rostro, además de derribarme.
- Conque así es una pelea real, diablos aun no puedo dejar de temblar. –no quería que ellos lo notaran, pero tenía un poco de miedo.
Me coloqué de pie lo más rápido que pude y de nuevo tomé una posición defensiva.
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Los 3 hombres parecían estar desarmados, ¿acaso serían luchadores? Era lo más seguro, de lo contrario no correrían a enfrentarme sabiendo que poseo 2 espadas totalmente visibles y una pistola… Existían otros dos factores que podrían haberlos ayudado a tomar esa decisión: Portan armas ocultas o el hecho de vestir como recluta les brindó confianza.
El primero de los hombres atacó realizando 2 golpes rápidos con su puño izquierdo, para después terminar con un golpe derecho utilizando gran parte de su peso. Mi visión y reflejos serían suficientes para defenderme y atacar, no obstante preferí activar mi mantra para prevenir un ataque desde alguno de mis puntos ciegos.
Retrocedí para esquivar los ataques, sin embargo otro de los hombres se apresuró para realizar una patada alta dirigida a mi cabeza, mientras que el otro tomaba una daga de entre sus rotas y se preparaba para atacarme en cuanto esquivara o me defendiera de la patada. El mantra me previno de todo ello, por lo cual activé el endurecimiento del haki en ambos brazos.
La patada del segundo hombre fue bloqueada por mi brazo izquierdo, este soltó un pequeño gemido a causa de patear mi brazo recubierto por la armadura. El tercero intentó aprovechar ese momento para apuñalarme en el costado, por desgracia para él estaba al tanto de eso y utilizando mi mano derecha sujeté con firmeza la hoja de la daga impidiendo que esta se moviera un solo milímetro más.
El sujeto de la daga intentó tirar de ella para recuperarla, lo cual me indicó que era un aficionado utilizando armas blancas y antes de permitirle reaccionar moví mi brazo izquierdo para golpear con toda mi fuerza su rostro. Quizás exageré un poco, pero el puñetazo imbuido en haki le rompió algunos dientes, haciéndolo caer al suelo inconsciente y manchando todo de sangre.
A causa de la gran cantidad de sangre los otros 2 parecieron perder su confianza inicial, lo cual aproveché para pasar de la defensiva a la ofensiva.
Mis puños se cubrieron por electricidad y sin brindar oportunidad de defenderse comencé a golpear el estómago del hombre que había intentado patearme. Traté de imitar lo mejor que podía los movimientos de mi maestro y nakama, aunque me apenaba admitir que no era más que una simple copia barata de los ataques que había visto utilizar a Gusi mientras entrenábamos juntos, aun así el endurecimiento del haki sumado a la electricidad dejaron fuera de combate a mi objetivo.
El primer hombre al ver a su compañero caer al piso trató de huir, aunque en el momento que me dio la espalda arrojé una daga taser a una de sus piernas, provocando que su cuerpo convulsionara y quedara desmayado a causa de la electricidad que recorrió todo su cuerpo.
* Solo deberían faltar 3 más. *fijé mi mirada en los 3 últimos enemigos, no obstante, uno de ellos se encontraba en el suelo, mientras que los otros 2 parecían prepararse para atacar al joven que habían intentado llevarse.* Como si fuera a permitir eso. *no llegaría a tiempo si corría, por lo cual activé mis botas proto para realizar un dash a gran velocidad y embestir a uno de los hombres que se encontraban dándome la espalda.
El primero de los hombres atacó realizando 2 golpes rápidos con su puño izquierdo, para después terminar con un golpe derecho utilizando gran parte de su peso. Mi visión y reflejos serían suficientes para defenderme y atacar, no obstante preferí activar mi mantra para prevenir un ataque desde alguno de mis puntos ciegos.
Retrocedí para esquivar los ataques, sin embargo otro de los hombres se apresuró para realizar una patada alta dirigida a mi cabeza, mientras que el otro tomaba una daga de entre sus rotas y se preparaba para atacarme en cuanto esquivara o me defendiera de la patada. El mantra me previno de todo ello, por lo cual activé el endurecimiento del haki en ambos brazos.
La patada del segundo hombre fue bloqueada por mi brazo izquierdo, este soltó un pequeño gemido a causa de patear mi brazo recubierto por la armadura. El tercero intentó aprovechar ese momento para apuñalarme en el costado, por desgracia para él estaba al tanto de eso y utilizando mi mano derecha sujeté con firmeza la hoja de la daga impidiendo que esta se moviera un solo milímetro más.
El sujeto de la daga intentó tirar de ella para recuperarla, lo cual me indicó que era un aficionado utilizando armas blancas y antes de permitirle reaccionar moví mi brazo izquierdo para golpear con toda mi fuerza su rostro. Quizás exageré un poco, pero el puñetazo imbuido en haki le rompió algunos dientes, haciéndolo caer al suelo inconsciente y manchando todo de sangre.
A causa de la gran cantidad de sangre los otros 2 parecieron perder su confianza inicial, lo cual aproveché para pasar de la defensiva a la ofensiva.
Mis puños se cubrieron por electricidad y sin brindar oportunidad de defenderse comencé a golpear el estómago del hombre que había intentado patearme. Traté de imitar lo mejor que podía los movimientos de mi maestro y nakama, aunque me apenaba admitir que no era más que una simple copia barata de los ataques que había visto utilizar a Gusi mientras entrenábamos juntos, aun así el endurecimiento del haki sumado a la electricidad dejaron fuera de combate a mi objetivo.
El primer hombre al ver a su compañero caer al piso trató de huir, aunque en el momento que me dio la espalda arrojé una daga taser a una de sus piernas, provocando que su cuerpo convulsionara y quedara desmayado a causa de la electricidad que recorrió todo su cuerpo.
* Solo deberían faltar 3 más. *fijé mi mirada en los 3 últimos enemigos, no obstante, uno de ellos se encontraba en el suelo, mientras que los otros 2 parecían prepararse para atacar al joven que habían intentado llevarse.* Como si fuera a permitir eso. *no llegaría a tiempo si corría, por lo cual activé mis botas proto para realizar un dash a gran velocidad y embestir a uno de los hombres que se encontraban dándome la espalda.
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Lo 2 bastardos me miraban con malas intenciones, era obvio que recibiría una paliza o incluso terminaría muerto si no hacía nada.
- Mierda, no quiero hacerlo pero si no hago nada voy a terminar bastante mal. –a decir verdad tenía una forma de encargarme de estos sujetos, pero después de usarlo terminaría muy cansado y en caso de fallar o solo derrotar a uno estaría expuesto.- Maldición, no queda otra. –extendía ambos brazos en dirección de los tipos como si me estuvieran rindiendo.
De improvisto uno de los bastardos fue embestido a gran velocidad, sorprendiendo a su compañero y olvidándose de mí por un momento.
No podía dejar escapar esta oportunidad de oro, por lo cual me impulsé para realizar una patada frontal en sus bolas, seguida de una patada de revés que golpeó de manera directa su rostro al haberse doblado a causa del dolor.
Miré su cuerpo caer al piso, mi cuerpo de no dejaba de temblar.- Aún me hacen falta más combates para acostumbrarme a esta sensación de hormigueo que recorre todo mi cuerpo. –mis manos y estas aún no paraban de temblar.
Levanté mi mirada para observar al resto de los tipos, pero los únicos que no habían perdido la consciencia eran el que había sido golpeado en primer lugar y el que fue embestido por el marine. El primer tipo permanecía sentado sin poder creer lo que veía. Poco a poco su rostro se llenó de ira mientras miraba la espalda del marine al mismo tiempo que buscaba con desesperación algo entre sus ropas, de repente tomó un arma de fuego pequeña y apuntó con intención de dispararle por la espalda al marine.
Por instinto levanté mi mano apuntándola contra el enemigo y materialicé un pequeño proyectil de energía, el cual voló a gran velocidad en dirección del gamberro.
El proyectil llamó la atención del tipo, pero aun así no consiguió esquivarlo, dando como resultado que el proyectil lo golpeara en el rostro. Una pequeña explosión dejó su rostro echando humo y a él inconsciente.
Realizar eso me había agotado bastante y aun así el ataque no tenía la fuerza suficiente para matar a un enemigo.- Diablos, necesito más entrenamiento. –me dije a mi mismo mientras jadeaba como si hubiese corrido un maratón.
Me dejé caer de sentón sobre el piso para descansar un poco y recuperar energía cuanto antes.- Ahora solo hace falta que ese marine terminé con esto.
- Mierda, no quiero hacerlo pero si no hago nada voy a terminar bastante mal. –a decir verdad tenía una forma de encargarme de estos sujetos, pero después de usarlo terminaría muy cansado y en caso de fallar o solo derrotar a uno estaría expuesto.- Maldición, no queda otra. –extendía ambos brazos en dirección de los tipos como si me estuvieran rindiendo.
De improvisto uno de los bastardos fue embestido a gran velocidad, sorprendiendo a su compañero y olvidándose de mí por un momento.
No podía dejar escapar esta oportunidad de oro, por lo cual me impulsé para realizar una patada frontal en sus bolas, seguida de una patada de revés que golpeó de manera directa su rostro al haberse doblado a causa del dolor.
Miré su cuerpo caer al piso, mi cuerpo de no dejaba de temblar.- Aún me hacen falta más combates para acostumbrarme a esta sensación de hormigueo que recorre todo mi cuerpo. –mis manos y estas aún no paraban de temblar.
Levanté mi mirada para observar al resto de los tipos, pero los únicos que no habían perdido la consciencia eran el que había sido golpeado en primer lugar y el que fue embestido por el marine. El primer tipo permanecía sentado sin poder creer lo que veía. Poco a poco su rostro se llenó de ira mientras miraba la espalda del marine al mismo tiempo que buscaba con desesperación algo entre sus ropas, de repente tomó un arma de fuego pequeña y apuntó con intención de dispararle por la espalda al marine.
Por instinto levanté mi mano apuntándola contra el enemigo y materialicé un pequeño proyectil de energía, el cual voló a gran velocidad en dirección del gamberro.
El proyectil llamó la atención del tipo, pero aun así no consiguió esquivarlo, dando como resultado que el proyectil lo golpeara en el rostro. Una pequeña explosión dejó su rostro echando humo y a él inconsciente.
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En cuanto ambos nos encontramos en el suelo comencé a golpear el rostro del hombre repetidamente. No le presté importancia al hecho de que mi contrincante había perdido la consciencia después del tercer golpe, solo continué golpeándolo hasta desahogar mi enojo… O por lo menos eso es lo que me hubiera gustado hacer, sin embargo el mantra me indicó que mi vida corría peligro. Me arrojé a un costado para evitar el ataque y por instinto desenfundé mi pistola para apuntar en la dirección del peligro.
Por un momento no comprendí lo que estaba viendo, ¿de dónde había surgido esa explosión o como es que se provocó? Me levanté del piso y coloqué mi pistola en su funda, para luego comenzar a buscar con la mirada la posible fuente.* ¿Habrá sido él? *el único que podría haber sido el causante era el chico de cabello largo sentado en el piso.
Las personas hasta ahora habían permanecido viendo atentamente como las cosas se habían desarrollado.* Esto es un fastidio. *utilizando mi sonrisa de trabajo comencé a pedir a los civiles que continuaran con sus caminos, mientras tomaba a cada uno de los hombres y lo arrastraba fuera de la calle para dejarlos sentados y recargados sobre la pared del callejón. Más tardé tendría una pequeña charla con uno o incluso todos ellos, pues al parecer estaban acostumbrados a tratar con marines que aceptaban unos cuantos berrys para hacerse de la vista gorda… Y tenía mucho interés por conocer a esos marines…
Cuando terminé con eso me acerqué al joven. Por un momento pensé que estaba herido, pero tras una rápida inspección me di cuenta que solo estaba cansado.* Se deberá a esa explosión o es a causa de haberse enfrentado a 3 de ellos. *parecía ser bastante joven, no sería de extrañar que se encontrara agotado tras enfrentarse hombres que lo superan en tamaño y puede que fuerza.
- ¿Estás bien? –extendí mi mano para ayudarlo a levantarse.
Por un momento no comprendí lo que estaba viendo, ¿de dónde había surgido esa explosión o como es que se provocó? Me levanté del piso y coloqué mi pistola en su funda, para luego comenzar a buscar con la mirada la posible fuente.* ¿Habrá sido él? *el único que podría haber sido el causante era el chico de cabello largo sentado en el piso.
Las personas hasta ahora habían permanecido viendo atentamente como las cosas se habían desarrollado.* Esto es un fastidio. *utilizando mi sonrisa de trabajo comencé a pedir a los civiles que continuaran con sus caminos, mientras tomaba a cada uno de los hombres y lo arrastraba fuera de la calle para dejarlos sentados y recargados sobre la pared del callejón. Más tardé tendría una pequeña charla con uno o incluso todos ellos, pues al parecer estaban acostumbrados a tratar con marines que aceptaban unos cuantos berrys para hacerse de la vista gorda… Y tenía mucho interés por conocer a esos marines…
Cuando terminé con eso me acerqué al joven. Por un momento pensé que estaba herido, pero tras una rápida inspección me di cuenta que solo estaba cansado.* Se deberá a esa explosión o es a causa de haberse enfrentado a 3 de ellos. *parecía ser bastante joven, no sería de extrañar que se encontrara agotado tras enfrentarse hombres que lo superan en tamaño y puede que fuerza.
- ¿Estás bien? –extendí mi mano para ayudarlo a levantarse.
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- Solo estoy un poco cansado, no tienes que preocuparte. –tomé la mano del marine para ayudarme a levantar. Aún me encontraba un poco agotado, pero no era nada que no pudiese manejar.
Todos los mirones poco a poco comenzaron a marcharse.- Mientras no sean ellos los afectados no harán nada por ayudar. –pensé un poco molesto a causa de las ocasionales miradas que aun seguían dirigiéndose hacia nosotros.
Caminé hasta el lugar donde originalmente se encontraba el tipo a quien le explotó mi proyectil y tomé la pequeña arma de fuego. Era un poco pesada al estar fabricada de metal, tenía un extraño cilindro en el centro y un cañón bastante corto.- Es bonita. –por accidente presioné un pequeño botón ubicado en su costado izquierdo y el cilindro se movió de su lugar. Este tenía en su interior 5 balas sin utilizar.- Quizás pueda vender esta pistola después. –empujé el cilindro a su posición original y después de escuchar un pequeño “Clic” coloqué el arma en la parte trasera de mi cinturón.
Al ver al marine colocar al antiguo dueño del arma en el callejón, me acerqué a este para comenzar a revisar si no tenía más cosas de valor que pudiese vender más tarde. Por un momento olvidé que estaba en compañía de un marine y aunque estas basuras seguramente eran criminales, eso no cambiaba el hecho de estar robando.
- No me mal intérpretes, solo me aseguro de que no llevé consigo más armas que pongan en peligro mi vida. –dije voz alta para ser escuchado por el marine mientras esculcaba el cuerpo.- Claro que haré lo mismo con los otros. –agregué mientras tomaba unas cuantas balas y las guardaba en mis bolsillos.
Tenía intención de tomar todo lo que fuera de valor de esos 7, no importaba si era dinero, armas, u otros objetos que me sirvieran para comerciar en algún momento, me quedaría con todo lo que pudiese acercarme más a mi sueño.
Todos los mirones poco a poco comenzaron a marcharse.- Mientras no sean ellos los afectados no harán nada por ayudar. –pensé un poco molesto a causa de las ocasionales miradas que aun seguían dirigiéndose hacia nosotros.
Caminé hasta el lugar donde originalmente se encontraba el tipo a quien le explotó mi proyectil y tomé la pequeña arma de fuego. Era un poco pesada al estar fabricada de metal, tenía un extraño cilindro en el centro y un cañón bastante corto.- Es bonita. –por accidente presioné un pequeño botón ubicado en su costado izquierdo y el cilindro se movió de su lugar. Este tenía en su interior 5 balas sin utilizar.- Quizás pueda vender esta pistola después. –empujé el cilindro a su posición original y después de escuchar un pequeño “Clic” coloqué el arma en la parte trasera de mi cinturón.
Al ver al marine colocar al antiguo dueño del arma en el callejón, me acerqué a este para comenzar a revisar si no tenía más cosas de valor que pudiese vender más tarde. Por un momento olvidé que estaba en compañía de un marine y aunque estas basuras seguramente eran criminales, eso no cambiaba el hecho de estar robando.
- No me mal intérpretes, solo me aseguro de que no llevé consigo más armas que pongan en peligro mi vida. –dije voz alta para ser escuchado por el marine mientras esculcaba el cuerpo.- Claro que haré lo mismo con los otros. –agregué mientras tomaba unas cuantas balas y las guardaba en mis bolsillos.
Tenía intención de tomar todo lo que fuera de valor de esos 7, no importaba si era dinero, armas, u otros objetos que me sirvieran para comerciar en algún momento, me quedaría con todo lo que pudiese acercarme más a mi sueño.
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El joven parecía estar bien, pues después de ponerse de pie fue a tomar algo que uno de los hombres dejó caer al piso.
Por mi parte comencé a inspeccionar el aspecto de los hombres, no tenía intención de matarlos (o que debido a mi culpa murieran).- Este no deja de sangran, si mal no recuerdo romperse un diente hace parecer que la persona está perdiendo más sangre de la normal, pero no es peligroso y dentro de poco debería parar… Veamos a los otros. –a aquellos a quienes golpeé presentaban hinchazones y moretones.- Salvo por la nariz de ese no hay nada roto en los otros.
El joven se acercó y comenzó a esculcar entre las ropas de los hombres, mencionó que hacía eso para asegurarse de despojarlos de todas las armas que pudieran tener, pero noté que de igual forma guardaba el dinero y otros objetos de valor. Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro al ver eso, de alguna forma me recordó a mi vida antes de enlistarme en la marina, aunque no parecía tener un aura maligna como la que yo emitía en ese entonces.
- Ya veo, es una buena idea, pero ten cuidado con esa cosa… Creo que su nombre es Revolver ¿o acaso era Glock? No recuerdo muy bien las palabras de Tobías… Como sea, solo ten cuidado de no dispararte en un pie por accidente o en el trasero.
Le permití continuar “confiscando” las pertenencias de los 7 hombres y cuando terminó me acerqué a uno de ellos y me hinqué enfrente suyo con mi pistola desenfundada.- Buenos días cariño. –expresé en un extraño tono dulce, al mismo tiempo que daba unos golpecitos con la pistola para despertarlo.- Vamos, vamos, tienes que despertar~
Lentamente el hombre comenzó a abrir los ojos, aunque en el momento que se percató del arma que se encontraba apuntando a su frente abrió los ojos de golpe y soltó un pequeño alarido. Era cierto que mi puntería dejaba mucho que desear, pero estas cosas servían muy bien para asustar a otros, por lo cual a la hora de obtener información eran herramientas muy útiles.
- Ahora vas a responder cada una de las preguntas que realice y si te niegas te haré un agujero en la frente, para luego despertar a otro de tus amigos con la esperanza que él coopere. –mi voz presentaba un tono amigable, acompañada de una sonrisa inocente que no cuadraba con mis palabras.
El criminal movió la cabeza de manera nerviosa indicándome que tenía intenciones de cooperar. El hombre me explicó que trabajaba para alguien llamado David, quien era el capitán de un navío mercante, aunque eso era solo una tapadera pues en realidad era un contrabandista. El barco actualmente se encontraba en el puerto, pero en ese momento no había nada ilegal en su interior, no obstante en la media noche otro navío llegaría para cambiar el cargamento de un barco a otro y partir sin problemas gracias a los acuerdos con algunos marines que el capitán debería estar llevando en este momento.
El interrogatorio me brindo más información que también serviría, aunque no era importante para ser mencionado… Por cierto, el interrogado casi se ríe cuando pregunté sobre un gato o si existía alguna relación con la palabra gato.
Al final lo puse a dormir de nuevo con una pequeña descarga eléctrica.
- En fin. Tengo trabajo que hacer, espero que no tengas más problemas en lo que queda del día. –me despedí del joven y comencé a caminar por el callejón.
Por mi parte comencé a inspeccionar el aspecto de los hombres, no tenía intención de matarlos (o que debido a mi culpa murieran).- Este no deja de sangran, si mal no recuerdo romperse un diente hace parecer que la persona está perdiendo más sangre de la normal, pero no es peligroso y dentro de poco debería parar… Veamos a los otros. –a aquellos a quienes golpeé presentaban hinchazones y moretones.- Salvo por la nariz de ese no hay nada roto en los otros.
El joven se acercó y comenzó a esculcar entre las ropas de los hombres, mencionó que hacía eso para asegurarse de despojarlos de todas las armas que pudieran tener, pero noté que de igual forma guardaba el dinero y otros objetos de valor. Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro al ver eso, de alguna forma me recordó a mi vida antes de enlistarme en la marina, aunque no parecía tener un aura maligna como la que yo emitía en ese entonces.
- Ya veo, es una buena idea, pero ten cuidado con esa cosa… Creo que su nombre es Revolver ¿o acaso era Glock? No recuerdo muy bien las palabras de Tobías… Como sea, solo ten cuidado de no dispararte en un pie por accidente o en el trasero.
Le permití continuar “confiscando” las pertenencias de los 7 hombres y cuando terminó me acerqué a uno de ellos y me hinqué enfrente suyo con mi pistola desenfundada.- Buenos días cariño. –expresé en un extraño tono dulce, al mismo tiempo que daba unos golpecitos con la pistola para despertarlo.- Vamos, vamos, tienes que despertar~
Lentamente el hombre comenzó a abrir los ojos, aunque en el momento que se percató del arma que se encontraba apuntando a su frente abrió los ojos de golpe y soltó un pequeño alarido. Era cierto que mi puntería dejaba mucho que desear, pero estas cosas servían muy bien para asustar a otros, por lo cual a la hora de obtener información eran herramientas muy útiles.
- Ahora vas a responder cada una de las preguntas que realice y si te niegas te haré un agujero en la frente, para luego despertar a otro de tus amigos con la esperanza que él coopere. –mi voz presentaba un tono amigable, acompañada de una sonrisa inocente que no cuadraba con mis palabras.
El criminal movió la cabeza de manera nerviosa indicándome que tenía intenciones de cooperar. El hombre me explicó que trabajaba para alguien llamado David, quien era el capitán de un navío mercante, aunque eso era solo una tapadera pues en realidad era un contrabandista. El barco actualmente se encontraba en el puerto, pero en ese momento no había nada ilegal en su interior, no obstante en la media noche otro navío llegaría para cambiar el cargamento de un barco a otro y partir sin problemas gracias a los acuerdos con algunos marines que el capitán debería estar llevando en este momento.
El interrogatorio me brindo más información que también serviría, aunque no era importante para ser mencionado… Por cierto, el interrogado casi se ríe cuando pregunté sobre un gato o si existía alguna relación con la palabra gato.
Al final lo puse a dormir de nuevo con una pequeña descarga eléctrica.
- En fin. Tengo trabajo que hacer, espero que no tengas más problemas en lo que queda del día. –me despedí del joven y comencé a caminar por el callejón.
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Al marine no parecía importarle si me quedaba con sus cosas, solo me recomendó tener cuidado con el arma de fuego.
El botín obtenido consistía de una cantidad de dinero mayor al salario que obtenía en el bar, 2 dagas pequeñas, otra arma de fuego parecida a la del marine pero más pequeña, un reloj de bolsillo, una brújula y un encendedor. La brújula, el encendedor y el dinero los guardé en mis bolsillos, la otra pistola también fue colocada en mi cinturón, las dagas tendría que llevarlas en las manos o dejarlas en algún lugar.
Mientras yo pensaba que hacer con esos cuchillos el marine comenzó a realizar una serie de preguntas a uno de los tipos. Era un tanto desconcertante el tono de voz que este utilizaba para llevar a cabo su interrogatorio.- ¿Este marine será igual que él? –la imagen de cierto hombre ahogado de nuevo se manifestó en mi mente. Un escalofrió recorrió mi espalda al recordar los métodos empleados por ese marine fantasmal y su odio hacia los piratas.- ¿A caso todos los marines sienten un odio irrazonable hacia los piratas? –era muy pronto para hacer una idea del comportamiento general marine basándome en el encuentro con uno solo de ellos, pero ahora mismo podría comprobar si este marine era igual al que había conocido.
Cuando obtuvo la información que quería, el marine dejó inconsciente al hombre de alguna forma.- Así que no todos los marines matan de manera indiscriminada, es tranquilizador saber eso, pero en este momento estoy más interesado por saber cómo hizo para poner a dormir a ese sujeto.
Obtenido lo que quería, el marine se despidió y comenzó a caminar por el callejón.
Ese podría ser el adiós, simplemente podía despedirme y marcharme a vender los objetos conseguidos, pero había algo que tenía que hacer antes.
- Oye, espera. –me apresuré a alcanzarlo y colocarme delante de él para detenerlo.- No eres de por aquí ¿cierto? Quiero decir, no era mi intención escuchar tu charla con la basura esa, pero si quieres llegar a los muelles es por esta dirección. –señalé el lado opuesto.- Mira, me salvaste de una paliza así que déjame pagarte el favor siendo tu guía. –no mentía, en verdad quería agradecerle por su ayuda.- Por cierto, mi nombre es Zadeki, ahora vamos. –sin esperar su respuesta salí del callejón dispuesto a guiarlo a donde quisiera ir el marine.
El botín obtenido consistía de una cantidad de dinero mayor al salario que obtenía en el bar, 2 dagas pequeñas, otra arma de fuego parecida a la del marine pero más pequeña, un reloj de bolsillo, una brújula y un encendedor. La brújula, el encendedor y el dinero los guardé en mis bolsillos, la otra pistola también fue colocada en mi cinturón, las dagas tendría que llevarlas en las manos o dejarlas en algún lugar.
Mientras yo pensaba que hacer con esos cuchillos el marine comenzó a realizar una serie de preguntas a uno de los tipos. Era un tanto desconcertante el tono de voz que este utilizaba para llevar a cabo su interrogatorio.- ¿Este marine será igual que él? –la imagen de cierto hombre ahogado de nuevo se manifestó en mi mente. Un escalofrió recorrió mi espalda al recordar los métodos empleados por ese marine fantasmal y su odio hacia los piratas.- ¿A caso todos los marines sienten un odio irrazonable hacia los piratas? –era muy pronto para hacer una idea del comportamiento general marine basándome en el encuentro con uno solo de ellos, pero ahora mismo podría comprobar si este marine era igual al que había conocido.
Cuando obtuvo la información que quería, el marine dejó inconsciente al hombre de alguna forma.- Así que no todos los marines matan de manera indiscriminada, es tranquilizador saber eso, pero en este momento estoy más interesado por saber cómo hizo para poner a dormir a ese sujeto.
Obtenido lo que quería, el marine se despidió y comenzó a caminar por el callejón.
Ese podría ser el adiós, simplemente podía despedirme y marcharme a vender los objetos conseguidos, pero había algo que tenía que hacer antes.
- Oye, espera. –me apresuré a alcanzarlo y colocarme delante de él para detenerlo.- No eres de por aquí ¿cierto? Quiero decir, no era mi intención escuchar tu charla con la basura esa, pero si quieres llegar a los muelles es por esta dirección. –señalé el lado opuesto.- Mira, me salvaste de una paliza así que déjame pagarte el favor siendo tu guía. –no mentía, en verdad quería agradecerle por su ayuda.- Por cierto, mi nombre es Zadeki, ahora vamos. –sin esperar su respuesta salí del callejón dispuesto a guiarlo a donde quisiera ir el marine.
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- ¿Enserio? Que pena, me hubiera gustado realizar una salida con estilo, pero solo quedé en ridículo. Bien, en ese caso aceptaré tu ayuda–comencé a reírme ligeramente después de haber escuchado la explicación de Zadeki.
Comencé a seguir al joven, quien ya se encontraba fuera del callejón.- Mi nombre es Bizvan ya que estamos con las presentaciones. -caminé junto con Zadeki por la calle.
En este momento no contaba con esposas para dejar inmovilizados a los hombres del callejón, y pedir ayuda a alguno de los marines de este lugar era una apuesta, pues podían intentar sobornarlos para que los dejaran en libertad.* Espera… Zadeki les quitó todo su dinero, aunque lo hubieran querido no habrían tenido el dinero para sobornar a un marine. *había dejado pasar ese detalle.* Cuando esté seguro de haber hecho algo con el problema principal realizaré un reporte sobre ellos.
Una gota de agua cayó en mi nariz, para después ser seguida por más gotas.- Esto será molesto. Hey, aún quedan algunas horas antes de la llegada del otro barco, además de no contar con pruebas para arrestar al capitán, así que vallamos a un lugar donde podamos refugiarnos de la lluvia y te invito algo de comer. –no tenía sentido esperar bajo la lluvia ya que el traficante no se encontraba en su barco y puede que levantáramos sospecha al pasar un largo tiempo cerca del área. No me preocupaba que los ayudantes del capitán fueran y advirtieran de nuestra presencia, estos permanecerían dormidos hasta el día siguiente.* No puedo evitar sentir que estoy olvidando algo. *mi memoria en ocasiones no era la mejor y solo esperaba que ese sentimiento no presagiara algo malo.
La lluvia se hizo más fuerte y a menos que comenzáramos a correr terminaríamos con nuestras ropas totalmente empapadas.
Comencé a seguir al joven, quien ya se encontraba fuera del callejón.- Mi nombre es Bizvan ya que estamos con las presentaciones. -caminé junto con Zadeki por la calle.
En este momento no contaba con esposas para dejar inmovilizados a los hombres del callejón, y pedir ayuda a alguno de los marines de este lugar era una apuesta, pues podían intentar sobornarlos para que los dejaran en libertad.* Espera… Zadeki les quitó todo su dinero, aunque lo hubieran querido no habrían tenido el dinero para sobornar a un marine. *había dejado pasar ese detalle.* Cuando esté seguro de haber hecho algo con el problema principal realizaré un reporte sobre ellos.
Una gota de agua cayó en mi nariz, para después ser seguida por más gotas.- Esto será molesto. Hey, aún quedan algunas horas antes de la llegada del otro barco, además de no contar con pruebas para arrestar al capitán, así que vallamos a un lugar donde podamos refugiarnos de la lluvia y te invito algo de comer. –no tenía sentido esperar bajo la lluvia ya que el traficante no se encontraba en su barco y puede que levantáramos sospecha al pasar un largo tiempo cerca del área. No me preocupaba que los ayudantes del capitán fueran y advirtieran de nuestra presencia, estos permanecerían dormidos hasta el día siguiente.* No puedo evitar sentir que estoy olvidando algo. *mi memoria en ocasiones no era la mejor y solo esperaba que ese sentimiento no presagiara algo malo.
La lluvia se hizo más fuerte y a menos que comenzáramos a correr terminaríamos con nuestras ropas totalmente empapadas.
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Al parecer al clima le apetecía dejar caer algo de lluvia, a lo cual Bizvan no se veía muy entusiasmado por mojarse, pues me sugirió buscáramos un lugar donde resguardarnos.
- ¿Estás seguro? Bueno, si así lo quieres. Conozco un lugar donde podríamos comer algo y está un poco cerca de los muelles, pero el lugar cierra a las 11, por lo cual habrá una hora muerta hasta la llegada del barco que buscas. –expliqué al marine el cual parecía estar de acuerdo con mi explicación.
Nos vimos obligados a correr para evitar que el agua nos mojara más de lo deseado. No éramos los únicos tratando de huir. No importaba a donde mirara podía ver a las personas tratando de encontrar un refugio seco o ingresando en sus hogares. Las madres apresuraban a sus hijos y algunas regañaban a los pequeños que querían jugar bajo la lluvia. Algunos otros se apresuraban en quitar la ropa recién lavada que encontraba en los tendederos. Un par de ancianos se quejaban de la lluvia por interrumpir su partida de ajedrez. Los comerciantes también se encontraban molestos a causa de tener que resguardar su mercancía, sin mencionar que la lluvia implicaba un menor número de poténciales clientes. Se podría decir que era hasta cierto punto un poco gracioso como las personas reaccionaban a un mismo cambio.
Después de unos minutos llegamos hasta el edificio que había mencionado. Mi cuerpo se encontraba frío a causa del agua y mi ropa que se había mojado durante el trayecto.- No es un lugar fino, pero es bastante agradable y por lo menos está limpio. –dije mientras abría la puerta del lugar. De manera inmediata mi cuerpo agradeció el calor emitido por todas las personas dentro del local.
Este lugar era distinto al bar donde trabajaba, y aunque también ofrecía alcohol, el ambiente y los comensales emitían una atmosfera más agradable al tratarse un ambiente un poco más familiar que las personas utilizaban para salir a comer y pasar un tiempo entre amigos o familiares.
Me percaté que algunos de los clientes me miraban con algo de miedo, al principio no comprendí a que se debía eso, hasta que recordé todas las armas que estaba portando en ese momento.- Debo agradecerle a Bizvan por acompañarme, de lo contrario es seguro que alguno de los camareros me pediría que me marchara.
Con algo de esfuerzo encontramos una mesa desocupada donde sentarnos. Al poco tiempo uno de los camareros se acercó para escribir nuestros pedidos. Yo quería el plato del día, el cual consistía de un estofado de cerdo con patatas picantes.
- ¿Estás seguro? Bueno, si así lo quieres. Conozco un lugar donde podríamos comer algo y está un poco cerca de los muelles, pero el lugar cierra a las 11, por lo cual habrá una hora muerta hasta la llegada del barco que buscas. –expliqué al marine el cual parecía estar de acuerdo con mi explicación.
Nos vimos obligados a correr para evitar que el agua nos mojara más de lo deseado. No éramos los únicos tratando de huir. No importaba a donde mirara podía ver a las personas tratando de encontrar un refugio seco o ingresando en sus hogares. Las madres apresuraban a sus hijos y algunas regañaban a los pequeños que querían jugar bajo la lluvia. Algunos otros se apresuraban en quitar la ropa recién lavada que encontraba en los tendederos. Un par de ancianos se quejaban de la lluvia por interrumpir su partida de ajedrez. Los comerciantes también se encontraban molestos a causa de tener que resguardar su mercancía, sin mencionar que la lluvia implicaba un menor número de poténciales clientes. Se podría decir que era hasta cierto punto un poco gracioso como las personas reaccionaban a un mismo cambio.
Después de unos minutos llegamos hasta el edificio que había mencionado. Mi cuerpo se encontraba frío a causa del agua y mi ropa que se había mojado durante el trayecto.- No es un lugar fino, pero es bastante agradable y por lo menos está limpio. –dije mientras abría la puerta del lugar. De manera inmediata mi cuerpo agradeció el calor emitido por todas las personas dentro del local.
Este lugar era distinto al bar donde trabajaba, y aunque también ofrecía alcohol, el ambiente y los comensales emitían una atmosfera más agradable al tratarse un ambiente un poco más familiar que las personas utilizaban para salir a comer y pasar un tiempo entre amigos o familiares.
Me percaté que algunos de los clientes me miraban con algo de miedo, al principio no comprendí a que se debía eso, hasta que recordé todas las armas que estaba portando en ese momento.- Debo agradecerle a Bizvan por acompañarme, de lo contrario es seguro que alguno de los camareros me pediría que me marchara.
Con algo de esfuerzo encontramos una mesa desocupada donde sentarnos. Al poco tiempo uno de los camareros se acercó para escribir nuestros pedidos. Yo quería el plato del día, el cual consistía de un estofado de cerdo con patatas picantes.
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La lluvia consiguió mojar un poco mi uniforme, lo bueno era que conseguimos llegar hasta el lugar antes de estar completamente empapados.
El calor del interior del local era una sensación un tanto agradable, aunque en lo personal prefería respirar el aire húmedo y frio de afuera.
Caminé detrás del joven, el cual llamaba la atención de algunos de los comensales o mejor dicho las dagas que sostenía en ambas manos eran el foco de atención.* Tendré que pedirle que las oculte o se deshaga de ellas. *no existía ley que prohibiera portar armas, pero cualquiera comenzaría a ponerse nervioso si veía alguien con un cuchillo en las manos caminando cerca suyo.
Me senté en la misma mesa que Zadeki y al poco tiempo un camarero se aproximó para tomar nota de los platos que deseábamos. Mi acompañante ordenó el platillo del día, por mi parte no presentaba mucho interés en leer el menú, haciendo ordenar también el mismo platillo y un par de bebidas sin alcohol para acompañar.
Mientras esperábamos la comida miré con algo de curiosidad el aspecto del lugar. No podría ser descrito como fino, pero si como bien cuidado, pues tanto las mesas y las sillas se encontraban en buenas condiciones y limpias. El ambiente era agradable gracias a la presencia de familias en las cuales era posible observar a niños y jóvenes (quizás con la misma edad de Zadeki o un poco menos). A pesar de la presencia de los pequeños, los padres hacían un buen trabajo evitando que estos actuaran de manera que molestara a otros clientes, claro que se podía escuchar unas pequeñas risas, pero a no ser que alguien fuera muy quisquilloso con el ruido no debería haber inconvenientes.
De nuevo fijé mi atención en la otra persona sentada frente a mí.- ¿Cómo fue que te metiste en problemas con esos hombres? –pregunté con curiosidad, aunque en realidad solo intentaba comenzar una plática casual, pero salvo por ese acontecimiento no se me ocurría otro tema del cual podríamos hablar.
Para intentar parecer más amigable realicé una pequeña sonrisa.
El calor del interior del local era una sensación un tanto agradable, aunque en lo personal prefería respirar el aire húmedo y frio de afuera.
Caminé detrás del joven, el cual llamaba la atención de algunos de los comensales o mejor dicho las dagas que sostenía en ambas manos eran el foco de atención.* Tendré que pedirle que las oculte o se deshaga de ellas. *no existía ley que prohibiera portar armas, pero cualquiera comenzaría a ponerse nervioso si veía alguien con un cuchillo en las manos caminando cerca suyo.
Me senté en la misma mesa que Zadeki y al poco tiempo un camarero se aproximó para tomar nota de los platos que deseábamos. Mi acompañante ordenó el platillo del día, por mi parte no presentaba mucho interés en leer el menú, haciendo ordenar también el mismo platillo y un par de bebidas sin alcohol para acompañar.
Mientras esperábamos la comida miré con algo de curiosidad el aspecto del lugar. No podría ser descrito como fino, pero si como bien cuidado, pues tanto las mesas y las sillas se encontraban en buenas condiciones y limpias. El ambiente era agradable gracias a la presencia de familias en las cuales era posible observar a niños y jóvenes (quizás con la misma edad de Zadeki o un poco menos). A pesar de la presencia de los pequeños, los padres hacían un buen trabajo evitando que estos actuaran de manera que molestara a otros clientes, claro que se podía escuchar unas pequeñas risas, pero a no ser que alguien fuera muy quisquilloso con el ruido no debería haber inconvenientes.
De nuevo fijé mi atención en la otra persona sentada frente a mí.- ¿Cómo fue que te metiste en problemas con esos hombres? –pregunté con curiosidad, aunque en realidad solo intentaba comenzar una plática casual, pero salvo por ese acontecimiento no se me ocurría otro tema del cual podríamos hablar.
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El camarero repitió lo apuntado en su pequeña libreta y tras confirmar que era correcto se marchó para llevar el pedido a la cocina.
Bizvan miraba con interés el interior y al resto de las personas que se encontraban comiendo. No comprendía que era aquello que le provocaba interés, este solo era un lugar común y corriente, estaba seguro de que no había nada que lo hiciese resaltar de entre los muchos otros sitios parecidos.
Mientras esperaba la llegada de la comida, comencé a mirar las dagas que había obtenido. Eran simples cuchillos de metal opaco, el filo en ambos se encontraba un poco descuidado, pero en buenas manos podrían ser restauradas y vendidas por un precio razonable.
Por un momento estuve a punto de tomar una de las pistolas para observar las condiciones en las cuales se encontraba, pero la voz del marine llamó mi atención. Realizó una pregunta que para cualquiera sería inofensiva, más al verlo sonreír de la misma forma que cuando interrogó al gamberro del callejón me provocó un vacío en el estómago acompañado de un pequeño malestar.
- ¿Acaso sospecha de mí? ¿Pensará que soy un ladrón o que estoy relacionado con esos sujetos? –tragué un de poco saliva y sonreí de manera nerviosa.- Bueno, la cosa es que… -no quería decirle que estaba siguiéndolo con la esperanza de encontrar un criminal con recompensa. Una idea vino a mi tan rápido como si se tratara de un relámpago. Comencé a buscar entre mis ropas y al poco tiempo encontré lo que buscaba.- Soy un cazarecompensas y me dirigía conseguir los más recientes carteles de búsqueda cuando por accidente choqué con uno de esos tipos y ya conoces el resto. –expliqué mientras le ofrecía mi carnet para que pudiese tomarlo y verlo. Esa fue la primera vez que agradecí tener esa pequeña credencial que avalaba mi integración al gobierno.
El joven camarero regresó con una charola y colocó delante de ambos un plato y un vaso de vidrio con lo que parecía ser limonada con hielos. En el centro de la mesa dejó una pequeña cesta con pan blanco y un salero.
Después se retiró a atender otra de las mesas que solicitaba la cuenta.
- Esto se ve delicioso. –dije al mismo tiempo que extendía mi mano para tomar uno de los panes para remojarlo en el estofado y morderlo.- Oye Bizvan, ¿puedo saber el motivo de tu visita a esta isla? No creo que sea solo por turismo. –no me gustaría tener que contestar más preguntas, por lo cual esperaba que el marine desviara su atención con mi duda.
Bizvan miraba con interés el interior y al resto de las personas que se encontraban comiendo. No comprendía que era aquello que le provocaba interés, este solo era un lugar común y corriente, estaba seguro de que no había nada que lo hiciese resaltar de entre los muchos otros sitios parecidos.
Mientras esperaba la llegada de la comida, comencé a mirar las dagas que había obtenido. Eran simples cuchillos de metal opaco, el filo en ambos se encontraba un poco descuidado, pero en buenas manos podrían ser restauradas y vendidas por un precio razonable.
Por un momento estuve a punto de tomar una de las pistolas para observar las condiciones en las cuales se encontraba, pero la voz del marine llamó mi atención. Realizó una pregunta que para cualquiera sería inofensiva, más al verlo sonreír de la misma forma que cuando interrogó al gamberro del callejón me provocó un vacío en el estómago acompañado de un pequeño malestar.
- ¿Acaso sospecha de mí? ¿Pensará que soy un ladrón o que estoy relacionado con esos sujetos? –tragué un de poco saliva y sonreí de manera nerviosa.- Bueno, la cosa es que… -no quería decirle que estaba siguiéndolo con la esperanza de encontrar un criminal con recompensa. Una idea vino a mi tan rápido como si se tratara de un relámpago. Comencé a buscar entre mis ropas y al poco tiempo encontré lo que buscaba.- Soy un cazarecompensas y me dirigía conseguir los más recientes carteles de búsqueda cuando por accidente choqué con uno de esos tipos y ya conoces el resto. –expliqué mientras le ofrecía mi carnet para que pudiese tomarlo y verlo. Esa fue la primera vez que agradecí tener esa pequeña credencial que avalaba mi integración al gobierno.
El joven camarero regresó con una charola y colocó delante de ambos un plato y un vaso de vidrio con lo que parecía ser limonada con hielos. En el centro de la mesa dejó una pequeña cesta con pan blanco y un salero.
Después se retiró a atender otra de las mesas que solicitaba la cuenta.
- Esto se ve delicioso. –dije al mismo tiempo que extendía mi mano para tomar uno de los panes para remojarlo en el estofado y morderlo.- Oye Bizvan, ¿puedo saber el motivo de tu visita a esta isla? No creo que sea solo por turismo. –no me gustaría tener que contestar más preguntas, por lo cual esperaba que el marine desviara su atención con mi duda.
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Tomé la credencial para mirarla, no parecía ser falsa.- Ya veo, así que se podría decir que somos compañeros. –miré el carnet por el derecho y el revés. Su nombre en verdad era Zadeki, pero no había apellidos. Otros datos como su tipo de sangre y rango se encontraban impresos en el pedazo de platico.
El camarero llegó con los platillos y tras colocarlos en la mesa se retiró a continuar con su trabajo.
- Tienes razón, no estoy aquí de visita o por gusto. Se podría decir que soy un jardinero y corrían rumores sobre algunas malas hierbas que necesitan ser eliminadas. –no me sentía cómodo hablando abiertamente del motivo de mi visita a esta isla en un lugar lleno de ciudadanos.
Coloqué la identificación de Zadeki cerca de su plato para que la tomara.- Sabes, ahora que se que eres un cazarrecompensas me siento un poco más tranquilo. –este joven sería el cuarto cazador que conocía y hasta hora mis encuentros con ellos habían sido bastantes agradables.* No volví a escuchar nada de Error desde aquel día. *actualmente eran muy contadas las ocasiones en las cuales la imagen de aquel esqueleto de sonrisa amarilla aparecía en mi mente.* ¿Acaso está muerto? *ser un cazador era un trabajo peligroso, en especial por la costumbre de ser lobos solitarios.
Decidí dejar la charla por el momento y comenzar a comer antes de que mi estofado se enfriara. El sabor de la carne de cerdo combinada con las papas picantes era interesante.* En comparación con la comida de la base esta es mucho mejor. *la comida de la marina por lo general era bastante insípida, pero no me quejaba ya que era gratis.* No sería malo contar con un cocinero en la flota. *si mal no recordaba, Kasan tenía habilidades para la cocina, por desgracia eran muy poco común verlo pasar tiempo con el resto de los lobos, además cada vez que lo veía era por alguna misión y no había tiempo para dejarlo cocinar algo.
Durante el resto del tiempo lo dediqué a solo disfrutar en silencio del platillo.
El camarero llegó con los platillos y tras colocarlos en la mesa se retiró a continuar con su trabajo.
- Tienes razón, no estoy aquí de visita o por gusto. Se podría decir que soy un jardinero y corrían rumores sobre algunas malas hierbas que necesitan ser eliminadas. –no me sentía cómodo hablando abiertamente del motivo de mi visita a esta isla en un lugar lleno de ciudadanos.
Coloqué la identificación de Zadeki cerca de su plato para que la tomara.- Sabes, ahora que se que eres un cazarrecompensas me siento un poco más tranquilo. –este joven sería el cuarto cazador que conocía y hasta hora mis encuentros con ellos habían sido bastantes agradables.* No volví a escuchar nada de Error desde aquel día. *actualmente eran muy contadas las ocasiones en las cuales la imagen de aquel esqueleto de sonrisa amarilla aparecía en mi mente.* ¿Acaso está muerto? *ser un cazador era un trabajo peligroso, en especial por la costumbre de ser lobos solitarios.
Decidí dejar la charla por el momento y comenzar a comer antes de que mi estofado se enfriara. El sabor de la carne de cerdo combinada con las papas picantes era interesante.* En comparación con la comida de la base esta es mucho mejor. *la comida de la marina por lo general era bastante insípida, pero no me quejaba ya que era gratis.* No sería malo contar con un cocinero en la flota. *si mal no recordaba, Kasan tenía habilidades para la cocina, por desgracia eran muy poco común verlo pasar tiempo con el resto de los lobos, además cada vez que lo veía era por alguna misión y no había tiempo para dejarlo cocinar algo.
Durante el resto del tiempo lo dediqué a solo disfrutar en silencio del platillo.
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- Supongo que podrías verlo de esa manera. –guardé de nuevo mi carnet y continué comiendo. Creía comprender a que se refería con las malas hierbas, ya que hace poco experimenté un encuentro con una banda de piratas, aunque gracias a Armando la situación no pasó a mayores, aun así encontraba un tanto extraño la aparición de esos tipos.- ¿Estará investigando ese incidente? –era una posibilidad, ¿pero por qué dejarle ese trabajo un único marine y más importante a un recluta? La marina debería tener sus motivos para hacer ese tipo de cosas, aunque no podía verle sentido.
Era tranquilizante saber que él solo sentía un poco de curiosidad y no me veía como una posible amenaza, lo cual me permitió continuar comiendo. El sabor era bastante equilibrado, el picante en las patatas era la cantidad exacta para disfrutar sin la necesidad de recurrir a la limonada. Un ligero sabor salado podía notarse en la carne, sin embargo no era desagradable e invitaba a comer más de las patatas para complementar la suave carne.
El tiempo transcurrió y el sonido de la lluvia chocando contra el techo dejó de escucharse, para ese momento había terminado con toda la comida del plato y gran parte de los panecillos. No podía asegurarlo del todo, pero diría que alrededor de una hora había transcurrido.
Gran parte de los clientes habían abandonado el lugar satisfechos. El camarero parecía estar más relajado y charlaba con las personas de una de las mesas cercanas a la cocina. El volumen de la plática era el suficiente para poder escucharlos, aunque no era una conversación importante a menos que uno se sintiera interesado por conocer la cantidad de mujeres que demostraron interés por el camarero o la cantidad de ves que el platillo del día fue servido y como podrían hacer que el siguiente fuera aún más popular. Solo era charla de trabajadores que se sentían cómodos con su trabajo y esperaban a que los últimos minutos terminaran para poder cerrar el local e irse a sus hogares.
- Oye Bizvan, aún queda aproximadamente una hora antes de que el lugar cierre, así que dime, ¿te apetece continuar esperando o quieres que nos dirijamos a los muelles de una vez? –pregunté mientras tomaba de nuevo una de las dagas para continuar observándola.
Si el marine deseaba continuar esperando no tenía inconveniente, si por el contrario decidía que era hora de marcharos, lo guiaría hasta el muelle sin perder más tiempo.
Era tranquilizante saber que él solo sentía un poco de curiosidad y no me veía como una posible amenaza, lo cual me permitió continuar comiendo. El sabor era bastante equilibrado, el picante en las patatas era la cantidad exacta para disfrutar sin la necesidad de recurrir a la limonada. Un ligero sabor salado podía notarse en la carne, sin embargo no era desagradable e invitaba a comer más de las patatas para complementar la suave carne.
El tiempo transcurrió y el sonido de la lluvia chocando contra el techo dejó de escucharse, para ese momento había terminado con toda la comida del plato y gran parte de los panecillos. No podía asegurarlo del todo, pero diría que alrededor de una hora había transcurrido.
Gran parte de los clientes habían abandonado el lugar satisfechos. El camarero parecía estar más relajado y charlaba con las personas de una de las mesas cercanas a la cocina. El volumen de la plática era el suficiente para poder escucharlos, aunque no era una conversación importante a menos que uno se sintiera interesado por conocer la cantidad de mujeres que demostraron interés por el camarero o la cantidad de ves que el platillo del día fue servido y como podrían hacer que el siguiente fuera aún más popular. Solo era charla de trabajadores que se sentían cómodos con su trabajo y esperaban a que los últimos minutos terminaran para poder cerrar el local e irse a sus hogares.
- Oye Bizvan, aún queda aproximadamente una hora antes de que el lugar cierre, así que dime, ¿te apetece continuar esperando o quieres que nos dirijamos a los muelles de una vez? –pregunté mientras tomaba de nuevo una de las dagas para continuar observándola.
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Para ser honesto no me percaté del tiempo que habíamos pasado dentro del establecimiento.- Muh, una hora… -miré por una de las ventanas del establecimiento.- Parece que la lluvia ya se detuvo. –coloqué mis dedos índice y pulgar en mi barbilla.
Un aproximado de 2 horas restaba para la llegada del navío al puerto, aunque era probable que en este momento el capitán se encontrara realizando preparativos para llevar a cabo la transferencia de la mercancía lo más rápido posible.* Ir ahora implica tener que esperar en algún callejón o sitio parecido hasta el momento de la descarga, hay una posibilidad de levantar sospechas de los posibles guardias o subordinados del capitán. Por otro lado, ir en este instante me permitiría conocer el terreno y pensar en al menos una estrategia en caso de un enfrentamiento contra múltiples enemigos, otro factor a considerar era la presencia de civiles en el área, sin embargo la hora y los preparativos de David deberían garantizar que la presencia de personas inocentes fuera cero, pues no sería bueno tener testigos…
Después de un muy largo tiempo de reflexión (y de hablar conmigo mismo: “Eso podría servir” “Prefiero no correr riesgos” “Me gustaría tener a Tobí aquí.” Entre muchas otras más oraciones que serían difíciles de entender sin el contexto adecuado) decidí que la mejor opción era dirigirnos a los muelles en este instante y realizar un poco de reconocimiento en el área.
Tras pagar la cuenta salí con intención de seguir a Zadeki hasta la muelles. El frío de la noche a causa de la humedad me permitía ver el vapor de mi respiración y por acto reflejo comencé a frotar mis brazos para hacerlos entrar en calor.- Diablos, en este momento me gustaría una camisa de mangas largas. –me quejé sin esperar una contestación por parte del joven.
Durante el caminó le pedí a mi guía que me hablara sobre todo aquello que supiera sobre el lugar al que nos dirigíamos. Cosas como la reputación o el tipo de individuos que solían frecuentar aquel sitio me interesaban en especial.
Un aproximado de 2 horas restaba para la llegada del navío al puerto, aunque era probable que en este momento el capitán se encontrara realizando preparativos para llevar a cabo la transferencia de la mercancía lo más rápido posible.* Ir ahora implica tener que esperar en algún callejón o sitio parecido hasta el momento de la descarga, hay una posibilidad de levantar sospechas de los posibles guardias o subordinados del capitán. Por otro lado, ir en este instante me permitiría conocer el terreno y pensar en al menos una estrategia en caso de un enfrentamiento contra múltiples enemigos, otro factor a considerar era la presencia de civiles en el área, sin embargo la hora y los preparativos de David deberían garantizar que la presencia de personas inocentes fuera cero, pues no sería bueno tener testigos…
Después de un muy largo tiempo de reflexión (y de hablar conmigo mismo: “Eso podría servir” “Prefiero no correr riesgos” “Me gustaría tener a Tobí aquí.” Entre muchas otras más oraciones que serían difíciles de entender sin el contexto adecuado) decidí que la mejor opción era dirigirnos a los muelles en este instante y realizar un poco de reconocimiento en el área.
Tras pagar la cuenta salí con intención de seguir a Zadeki hasta la muelles. El frío de la noche a causa de la humedad me permitía ver el vapor de mi respiración y por acto reflejo comencé a frotar mis brazos para hacerlos entrar en calor.- Diablos, en este momento me gustaría una camisa de mangas largas. –me quejé sin esperar una contestación por parte del joven.
Durante el caminó le pedí a mi guía que me hablara sobre todo aquello que supiera sobre el lugar al que nos dirigíamos. Cosas como la reputación o el tipo de individuos que solían frecuentar aquel sitio me interesaban en especial.
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No tenía idea de lo que estaba pasando en su cabeza, pero a juzgar por la seriedad de su rostro y su charla consigo mismo. Los minutos pasaron y comenzaba a desesperarme.- En verdad debe ser una misión muy importante como para reflexionar tanto sobre los siguientes pasos a seguir. –quizás el marine intentaba tener contemplado la fuerza del enemigo, pues era más que seguro que opondrían resistencia si alguien intentaba acabar con su trabajo.
Después de lo que me pareció ser una eternidad, Bizvan optó por ir a los muelles.- Solo te tomó media hora decidir eso. –no podía culparlo completamente, después de todo solo se trataba de un recluta y puede que esta fuese una misión que le permitirá ascender, por ello el énfasis en tratar de tener todos los posibles factores contemplados.
Al salir del restaurant fui golpeado por una corriente de viento helado.- Odiaría tener que pasar una noche a la intemperie así. –noté que Bizvan fue afectado por el clima de igual forma.- Será una espera bastante fría.
- Es un lugar bastante tranquilo a decir verdad, nunc ame hubiese imaginado que a la media noche se llevaran a cabo actividades de contrabando. No suelo visitar ese lugar muy a menudo, pero algunas veces llegué a ver marines realizando rondas de patrullaje. Es bastante común ver ir y venir a los barcos de todos los tamaños, en una ocasión un barco enorme estuvo amarrado a uno de los muelles durante unos días, lo juro era la cosa más grande que había visto en mi vida y tenía tantos cañones en cada lado. –por un momento olvidé el pedido de Bizvan a causa de la emoción de recordar a aquel barco más grande que una casa de 2 pisos. Aclaré un poco mi garganta.- Disculpa, me fui por las ramas, que otra cosa podría ser de utilidad para tu misión. –por unos instantes permanecí en silencio tratando de recordad cualquier detalle que sirviera.- Las residencias de las personas se encuentran un poco alejadas, pero desde sus ventanas podrían ver lo que ocurre. Hay una tienda que vende carnada y utensilios de pesca bastante cerca de la zona. Eso era todo lo que podría ofrecerte, espero que de algún modo te ayude.
Durante nuestro recorrido no se vio una sola persona en las calles, aquello no era extraño debido a la hora actual. Todos aquellos con empleos debían descansar las horas necesarias para llevar a cabos sus trabajos y traer dinero para sus familias, por lo cual en teoría si alguien se encontraba deambulando por las calles en este momento sería un tanto sospechoso.
Sin presentarse inconvenientes o sorpresas llegamos a nuestro destino y lo primero que noté fue la presencia de un único barco con un tamaño mediano, lo siguiente fue un gran número de siluetas que se encontraban en las cercanías.
Después de lo que me pareció ser una eternidad, Bizvan optó por ir a los muelles.- Solo te tomó media hora decidir eso. –no podía culparlo completamente, después de todo solo se trataba de un recluta y puede que esta fuese una misión que le permitirá ascender, por ello el énfasis en tratar de tener todos los posibles factores contemplados.
Al salir del restaurant fui golpeado por una corriente de viento helado.- Odiaría tener que pasar una noche a la intemperie así. –noté que Bizvan fue afectado por el clima de igual forma.- Será una espera bastante fría.
- Es un lugar bastante tranquilo a decir verdad, nunc ame hubiese imaginado que a la media noche se llevaran a cabo actividades de contrabando. No suelo visitar ese lugar muy a menudo, pero algunas veces llegué a ver marines realizando rondas de patrullaje. Es bastante común ver ir y venir a los barcos de todos los tamaños, en una ocasión un barco enorme estuvo amarrado a uno de los muelles durante unos días, lo juro era la cosa más grande que había visto en mi vida y tenía tantos cañones en cada lado. –por un momento olvidé el pedido de Bizvan a causa de la emoción de recordar a aquel barco más grande que una casa de 2 pisos. Aclaré un poco mi garganta.- Disculpa, me fui por las ramas, que otra cosa podría ser de utilidad para tu misión. –por unos instantes permanecí en silencio tratando de recordad cualquier detalle que sirviera.- Las residencias de las personas se encuentran un poco alejadas, pero desde sus ventanas podrían ver lo que ocurre. Hay una tienda que vende carnada y utensilios de pesca bastante cerca de la zona. Eso era todo lo que podría ofrecerte, espero que de algún modo te ayude.
Durante nuestro recorrido no se vio una sola persona en las calles, aquello no era extraño debido a la hora actual. Todos aquellos con empleos debían descansar las horas necesarias para llevar a cabos sus trabajos y traer dinero para sus familias, por lo cual en teoría si alguien se encontraba deambulando por las calles en este momento sería un tanto sospechoso.
Sin presentarse inconvenientes o sorpresas llegamos a nuestro destino y lo primero que noté fue la presencia de un único barco con un tamaño mediano, lo siguiente fue un gran número de siluetas que se encontraban en las cercanías.
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- Ya veo. –a juzgar por la descripción de Zadeki el puerto era un lugar común y corriente, puede que incluso tan común que nadie pensaría que con unos cuantos arreglos por debajo de la mesa era posible quitarse a la marina de encima.- En este instante me gustaría golpear algo…
No hubo ningún problema durante nuestro recorrido, por lo cual llegamos a los muelles en poco tiempo. Solo había un único barco, sin embargo la presencia de una cantidad considerable de personas deambulando por la zona captó por completo mi atención. La luz de la luna ayudaba un poco, pero aun así era difícil distinguir con exactitud quienes eran estas personas, sin embargo era posible ver que en las cinturas de algunos habían sables, otros portaban armas de fuego (no podía decir si eran armas automáticas o semiautomáticas) y el resto no presentaban armas visibles, pero era bastante probable que llevaran ocultos cuchillos, pistolas o utilizaran algún arte marcial.
- Esto arruina por completo la inspección de la zona, aunque no parece haber mucho que ayude a eliminar a grandes números de enemigos o crear una trampa improvisada con algo. -quizás debimos venir un poco antes.
No había mucho que hacer en esta situación salvo esperar el momento del traslado de la mercancía de los barcos, pues durante ese momento el número de hombres preparados para luchar debería ser menor durante un pequeño lapso de tiempo. Tomar a uno de los hombres para sacarle algo de información parecía ser una opción, por desgracia carecía de las habilidades necesarias para actuar de manera silenciosa… No, ahora que lo pensaba con detenimiento si contaba con algo para este tipo de situaciones, pero continuaba siendo una técnica bastante básica que solo se limitaba a reducir mi presencia, sin mencionar que solo podía utilizarlo una vez por día y por un lapso de tiempo determinado.
- Este parece ser el adiós Zadeki, te agradezco que me guiaras has aquí, pero parece que las cosas se pueden poner peligrosas y no me gustaría que te hicieras daño por meterte en esto. –expresé sin quitar la vista de los hombres en el puerto.
No hubo ningún problema durante nuestro recorrido, por lo cual llegamos a los muelles en poco tiempo. Solo había un único barco, sin embargo la presencia de una cantidad considerable de personas deambulando por la zona captó por completo mi atención. La luz de la luna ayudaba un poco, pero aun así era difícil distinguir con exactitud quienes eran estas personas, sin embargo era posible ver que en las cinturas de algunos habían sables, otros portaban armas de fuego (no podía decir si eran armas automáticas o semiautomáticas) y el resto no presentaban armas visibles, pero era bastante probable que llevaran ocultos cuchillos, pistolas o utilizaran algún arte marcial.
- Esto arruina por completo la inspección de la zona, aunque no parece haber mucho que ayude a eliminar a grandes números de enemigos o crear una trampa improvisada con algo. -quizás debimos venir un poco antes.
No había mucho que hacer en esta situación salvo esperar el momento del traslado de la mercancía de los barcos, pues durante ese momento el número de hombres preparados para luchar debería ser menor durante un pequeño lapso de tiempo. Tomar a uno de los hombres para sacarle algo de información parecía ser una opción, por desgracia carecía de las habilidades necesarias para actuar de manera silenciosa… No, ahora que lo pensaba con detenimiento si contaba con algo para este tipo de situaciones, pero continuaba siendo una técnica bastante básica que solo se limitaba a reducir mi presencia, sin mencionar que solo podía utilizarlo una vez por día y por un lapso de tiempo determinado.
- Este parece ser el adiós Zadeki, te agradezco que me guiaras has aquí, pero parece que las cosas se pueden poner peligrosas y no me gustaría que te hicieras daño por meterte en esto. –expresé sin quitar la vista de los hombres en el puerto.
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Al parecer los planes del marine se habían frustrado a causa de la presencia de posibles hostiles armados.
- ¿¡Eh!? ¿Estás bromeando cierto? –esta podía ser la perfecta oportunidad de conseguir un buen botín, pero si utilizaba ese argumento era más que seguro que me obligaría a marcharme. Un idea cruzó mi mente de manera instantánea.- Sabes, ahí hay muchos “problemas” y no creo que un solo recluta sea capaz de enfrentarse a todos ellos. Déjame ayudarte, ya sabes a que me dedico y por ende se defenderme. Además en el restaurante mencionaste que somos compañeros, ambos trabajamos para el gobierno haciéndonos cargo de basuras como ellos. –mi tono de voz fue serio y no presenté signos de querer abandonar al marine.
No estaba seguro si Bizvan se dejaría convencer por esas palabras, la cuales no eran del todo mentira, pues en verdad no soportaba a aquellos que se aprovechan de sus habilidades, fuerza o posición para hacer lo que quieran con los más débiles, claro que no soy tan altruista, yo también tengo necesidades y es por ello que exijo un pago de cualquier tipo por tener que enfrentarme a esos sujetos, no soy un héroe y no busco ser uno, solo soy un humilde estudiante de artes marciales que se convirtió en cazador por conveniencia.
2 hombres más llegaron desde otra de las calles y se reunieron con un pequeño grupo que se encontraba cerca del barco. Después de lo que parecía un saludo comenzaron a hablar, aunque fue una charla bastante corta y cuando terminaron, los sujetos que acababan de llegar se marcharon de nuevo. No podía decir del todo que aquello fue extraño, pero justo después de haberse marchado los 2 hombres, el grupo cerca del barco se separó y cada uno de los integrantes se dirigió a una parte distinta del puerto para hablar con el resto de los individuos.
- Oye Bizvan, parece que algo está pasando ahí. –después de haber recibido la charla por parte de alguno de los integrantes del pequeño grupo, la gran mayoría de los individuos se reunió cerca del barco, para luego ser abordado por la mitad del grupo.
No tenía idea de que planeaban hacer, pero aquellos abordo comenzaron a desplegar las velas del barco como si se estuvieran preparando para marcharse en ese momento.
- ¿Crees que el plan se haya cancelado por alguna razón? –pregunté a mi compañero mientras observaba como el barco continuaba preparándose para zarpar en cualquier momento.
- ¿¡Eh!? ¿Estás bromeando cierto? –esta podía ser la perfecta oportunidad de conseguir un buen botín, pero si utilizaba ese argumento era más que seguro que me obligaría a marcharme. Un idea cruzó mi mente de manera instantánea.- Sabes, ahí hay muchos “problemas” y no creo que un solo recluta sea capaz de enfrentarse a todos ellos. Déjame ayudarte, ya sabes a que me dedico y por ende se defenderme. Además en el restaurante mencionaste que somos compañeros, ambos trabajamos para el gobierno haciéndonos cargo de basuras como ellos. –mi tono de voz fue serio y no presenté signos de querer abandonar al marine.
No estaba seguro si Bizvan se dejaría convencer por esas palabras, la cuales no eran del todo mentira, pues en verdad no soportaba a aquellos que se aprovechan de sus habilidades, fuerza o posición para hacer lo que quieran con los más débiles, claro que no soy tan altruista, yo también tengo necesidades y es por ello que exijo un pago de cualquier tipo por tener que enfrentarme a esos sujetos, no soy un héroe y no busco ser uno, solo soy un humilde estudiante de artes marciales que se convirtió en cazador por conveniencia.
2 hombres más llegaron desde otra de las calles y se reunieron con un pequeño grupo que se encontraba cerca del barco. Después de lo que parecía un saludo comenzaron a hablar, aunque fue una charla bastante corta y cuando terminaron, los sujetos que acababan de llegar se marcharon de nuevo. No podía decir del todo que aquello fue extraño, pero justo después de haberse marchado los 2 hombres, el grupo cerca del barco se separó y cada uno de los integrantes se dirigió a una parte distinta del puerto para hablar con el resto de los individuos.
- Oye Bizvan, parece que algo está pasando ahí. –después de haber recibido la charla por parte de alguno de los integrantes del pequeño grupo, la gran mayoría de los individuos se reunió cerca del barco, para luego ser abordado por la mitad del grupo.
No tenía idea de que planeaban hacer, pero aquellos abordo comenzaron a desplegar las velas del barco como si se estuvieran preparando para marcharse en ese momento.
- ¿Crees que el plan se haya cancelado por alguna razón? –pregunté a mi compañero mientras observaba como el barco continuaba preparándose para zarpar en cualquier momento.
Bizvan
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
* Muh… Estoy seguro de que esto es un dejavu. *era bastante agradable saber que cada uno de los cazarrecompensas con los cuales me había encontrado en mis viajes presentaban una fuerte convicción por querer acabar con los criminales.* Claro que esto es su fuente de ingresos, pero a mi también me pagan por encargarme de hombres como esos, así que no hay mucha diferencia.
Coloqué mi mano en su cabeza y alboroté un poco su cabello.- De acuerdo tú ganas, pero deberás hacer todo lo que yo diga y si en algún momento tu vida corre peligro no dudes en huir… Y por cierto no soy un recluta, actualmente tengo el rango de teniente.
Noté que Zadeki miraba con especial atención algo, por lo cual retiré mi mano de su cabeza e imité su comportamiento y traté de encontrar la fuente de su interés, sin embargo no había nada fuera de lo normal, solo un par de los hombres hablando cerca del navío.
De nuevo me giré para ver a Zadeki y preguntar qué era lo que había ocurrido, pero sus palabras de me obligaron a mirar de nuevo en dirección al puerto. Al parecer los hombres estaban dando indicaciones al resto de sus compañeros y en respuesta casi todos ellos se reunieron cerca del barco, para luego abordarlo y comenzar con los preparativos para marcharse.
- ¿Qué carajos? –me encontraba atónito por aquel comportamiento. Las siguientes palabras de Zadeki me provocaron un vuelco en el estómago al considerar la posibilidad de que nuestro encuentro con la banda de hace algunas horas fuera el causante de ese comportamiento, provocando la cancelación de la reunión.
- Aún no quitan el amarre del muelle, propongo que esperemos un poco y en caso de que se deshagan del amarre iremos directo a ellos.
Los minutos pasaron, pero el barco no se marchaba. Por un instante estuve a punto de sugerir acercarnos más, no obstante el posible causante del comportamiento de los hombres se hizo presente. A lo lejos se podía ver la llegada de otro barco a gran velocidad. El barco en cuestión se trataba de un velero.- Aún no es la hora que nos dijeron. Muh, ¿será posible que hayan adelantado la hora de la reunión? Y los hombres se prepararan para cambiar el cargamento de barco y marcharse cuanto antes. –era bastante seguro que nuestra presencia tenía algo que ver con aquello, por suerte nos encontrábamos en este lugar en el momento exacto.- Bueno Zadeki, parece que pronto será nuestro turno de actuar. Recuerda lo que dije, has lo que yo diga y huye si es necesario. –expresé en un tono serio para que mi compañero comprendiera la importancia de la situación.
Coloqué mi mano en su cabeza y alboroté un poco su cabello.- De acuerdo tú ganas, pero deberás hacer todo lo que yo diga y si en algún momento tu vida corre peligro no dudes en huir… Y por cierto no soy un recluta, actualmente tengo el rango de teniente.
Noté que Zadeki miraba con especial atención algo, por lo cual retiré mi mano de su cabeza e imité su comportamiento y traté de encontrar la fuente de su interés, sin embargo no había nada fuera de lo normal, solo un par de los hombres hablando cerca del navío.
De nuevo me giré para ver a Zadeki y preguntar qué era lo que había ocurrido, pero sus palabras de me obligaron a mirar de nuevo en dirección al puerto. Al parecer los hombres estaban dando indicaciones al resto de sus compañeros y en respuesta casi todos ellos se reunieron cerca del barco, para luego abordarlo y comenzar con los preparativos para marcharse.
- ¿Qué carajos? –me encontraba atónito por aquel comportamiento. Las siguientes palabras de Zadeki me provocaron un vuelco en el estómago al considerar la posibilidad de que nuestro encuentro con la banda de hace algunas horas fuera el causante de ese comportamiento, provocando la cancelación de la reunión.
- Aún no quitan el amarre del muelle, propongo que esperemos un poco y en caso de que se deshagan del amarre iremos directo a ellos.
Los minutos pasaron, pero el barco no se marchaba. Por un instante estuve a punto de sugerir acercarnos más, no obstante el posible causante del comportamiento de los hombres se hizo presente. A lo lejos se podía ver la llegada de otro barco a gran velocidad. El barco en cuestión se trataba de un velero.- Aún no es la hora que nos dijeron. Muh, ¿será posible que hayan adelantado la hora de la reunión? Y los hombres se prepararan para cambiar el cargamento de barco y marcharse cuanto antes. –era bastante seguro que nuestra presencia tenía algo que ver con aquello, por suerte nos encontrábamos en este lugar en el momento exacto.- Bueno Zadeki, parece que pronto será nuestro turno de actuar. Recuerda lo que dije, has lo que yo diga y huye si es necesario. –expresé en un tono serio para que mi compañero comprendiera la importancia de la situación.
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