¿Tienes el valor para ser revolucionario? Ahora lo veremos. [Moderado 3 Arkadian]

Aquí estoy, en Water 7, es la primera vez que salgo de Sabaody. La verdad es que estoy un poco nervioso, los revolucionarios van a actuar y tengo que hacer lo que esté en mi mano para ayudarles, lo único que espero de esto es que mi nombre no salga a la luz, tengo demasiados planes que se vendrían abajo si mi nombre se da a conocer. Debería descansar un poco, pero llevo un rato tumbado en la cama y no puedo dormir. Los ruidos de la gente de aquí al lado no ayudan en nada a coger el sueño. Por otra parte, la habitación en la que estoy no es la mejor de la isla, de eso no hay duda. Está toda vieja y no muy limpia, pero será mejor quedarse aquí, no quiero llamar la atención. Solo necesito lo mínimo, un armario, una mesita y una cama.

Me enciendo un cigarro para ordenar las ideas y calmarme un poco. Las voces que no me dejan dormir continúan como una melodía monótona, pero de repente una de ellas sobresale de las demás. Consigo escuchar algo relacionado con los revolucionarios, parece referirse a un ataque, pero no tengo claro si de ellos o hacia ellos. Necesito enterarme de qué está pasando ahí al lado. Nadie me conoce así que no será muy difícil pasar desapercibido.

Salgo de la habitación hacia la derecha, en dirección a la taberna. Entro en ella y me siento en la barra tranquilamente sin llamar mucho la atención.

-Una jarra de cerveza -Le pido al tabernero que está fregando unos vasos-. Bien fría por favor.

Mientras espero mi cerveza echo un ojo a un lado y al otro de la taberna, está abarrotada. A simple vista nada reseñable solo meras personas con sus conversaciones y sus historias. El tabernero me pone la jarra con cara de pocos amigos y se pone a hablar con un tipo a mi izquierda. Alcanzo a oír algo referido a marines y rateros, pero no le doy mucha importancia, ya que si fueran importante no se lo diría a un simple tabernero que no tiene ninguna pinta de agente. Puede que me equivoque, pero confío en mi instinto.

Sigo disfrutando de mi cerveza, dejo los berries encima de la barra y me enciendo un cigarro. El ambiente empieza a agitarse, los tonos de las conversaciones comienzan a aumentar y me es más difícil distinguir las palabras y quien las dice. Unos tipos a mi derecha hablan sobre la marea, nada interesante la verdad, puesto que estos días no hay luna y la bajada de la marea no será más que una anécdota.

Me fijo en un hombre encapuchado cuya túnica es de un color rojizo sangre, está sentado con unos tipos normales a simple vista, pero la túnica de ese color hace que resalte y me fije en él. Mi Haki de observación no está muy entrenado, pero creo que podré usarlo para centrarme únicamente en su conversación. Están hablando sobre algo relacionado con unos rateros, eso les servirá para escabullirse ya que los marines estarán ocupados con ellos. Hasta ahora es lo más interesante que he podido escuchar en la taberna. Continúan hablando mencionando algo sobre una ofensiva para desbaratar no sé qué planes, pero los decibelios del local siguen en aumento y eso hace que me desconcentre perdiendo el hilo de la conversación. Dejo de utilizar mi Haki y me doy la vuelta para ver de forma panorámica el sitio.

En ese momento un estruendo hace que mi cerveza se agite salvajemente, parece venir de no muy lejos de aquí. La gente de la taberna no parece darle importancia excepto el encapuchado y sus acompañantes que levantan la cabeza mirando a su alrededor. Ahí es cuando atino a ver su rostro, tiene el pelo blanquecino y un pequeño bigote del mismo color, no tendrá más de 40 años. Se levantan sin hacer muchos aspavientos y salen por la puerta. Algo tengo que hacer, en este sitio no hay mucho más que sacar.

Habiendo esperado un tiempo prudente, apago mi cigarro y me acabo la cerveza, salgo por la puerta de la taberna y veo como el encapuchado y sus compañeros se alejan por una de las calles. Me dispongo a seguirles, puede ser un poco imprudente, pero apostaría a qué el sonido que se ha escuchado hace poco tiene algo que ver con los revolucionarios.

El tipo encapuchado es realmente rápido, no lo habría imaginado nunca. Su ritmo es muy acelerado y no tardo en perderlo de vista, pero gracias a mi Haki de observación puedo percibir que se encuentra a un par de calles. Sin embargo, detrás de mí alcanzo a escuchar unas pisadas veloces, serán cuatro personas por lo menos y no creo que sean amistosas. Lo más probable es que esos hombres sean marines alertados por la explosión.

No tardo en alcanzar al hombre encapuchado que me mira de una forma fría y sospechosa. Apostaría a que no es marine y mucho menos un agente del CP. El tipo vuelve a salir corriendo, pues los hombres que iban detrás nuestra se acercan a una velocidad considerable. Además, otra explosión se ha producido no muy lejos de aquí.

En el sitio donde me encuentro actualmente hay un edificio derruido no hace mucho. Puede que sea el resultado de la primera explosión pues los escombros todavía están calientes y hay humo todos lados. Debo darme prisa, los tipos que me seguían están cada vez más cerca y no creo que pasen de mí a la ligera.

Decido continuar mi persecución y salgo corriendo por la misma calle que el encapuchado. Las calles por las que corro están oscuras, las farolas titilan y la luz no es lo suficientemente fuerte como para iluminarlas. No hay vecinos por las cercanías, solo el viejo encapuchado, los tipos que me siguen y yo. No tengo claro a que me llevará todo esto, pero no puedo pararme a pensar o me alcanzarán.

Mientras sigo mi camino, veo a lo lejos como otros encapuchados corren en la misma dirección que mi objetivo, pero por otra zona del barrio. Todo apunta a que van a encontrarse en los astilleros de la ciudad. Una zona que a estas horas no suele estar muy concurrida ya que es más de media noche. Espero no equivocarme y que esos hombres formen parte de la revolución, sino todo esto no habrá sido una pérdida de tiempo y estaré otra vez en el mismo punto que al principio. Sin ninguna información y con menos tiempo para encontrarlos, pero mi instinto no suele fallar y si reúno toda información obtenida hasta ahora, esas personas son a las que me tengo que juntar.

Los hombres que corrían a toda prisa por diversas calles se aglomeran en los astilleros, yo aprovecho para hacerme un hueco entre los presentes. El encapuchado que trataba de alcanzar se pone delante del gentío y lanza un discurso sobre los revolucionarios. Parece que mi instinto no me ha fallado. El que parece ser el hombre con más rango del lugar habla sobre una misión, ésta consiste en encontrar los planos de un barco que quiere fabricar la marina en los astilleros de Water Seven.

Las personas aquí presentes se disponen a agruparse para la misión, no se conocen entre ellos y veo como se hacen preguntas unos a otros que a mí me resultaría violento responder, además que echarían a perder los planes que tengo pensados para dentro de poco. Por esa razón me enciendo un cigarro haciéndome a un lado para evitar que intente reclutarme alguno de los grupos. Imagino que el reconocimiento solo recaerá sobre el grupo que consiga el objetivo.

Mientras estoy apoyado en una pared sin llamar mucho la atención disfrutando de mi pitillo, puedo observar como en las ventanas de las instalaciones, unas sombras se mueven. Tal vez sepan que vamos a intentar colarnos para hacernos con los planos. Habrá que andarse con ojo.

La multitud se dispersa en grupos reducidos para lograr el objetivo encomendado por el viejo encapuchado. Voy a tener que andarme con pies de plomo, ya que voy solo y un descuido podría ser fatal. La idea que pasa por mi cabeza es esperar un poco a que los demás grupos vayan entrando en las instalaciones y llamando la atención de los guardas, posiblemente sean las sombras que vi antes, para poder minimizar los riesgos.

Acabo mi pitillo y me dispongo a colarme en las instalaciones. Puedo ver como una de las ventanas está entreabierta y no parece que haya ningún peligro cercano. Las luces de esa ventana y las de su alrededor están apagadas, además ninguno de los grupos está intentando entrar por ese sitio. Creo que es mi oportunidad.

Las ventanas del lugar tienen un alfeizar cada una que hace más fácil su acceso. Gracias a mis habilidades de salto, puedo llegar hasta la planta tercera con un par de saltos usando de apoyo el alfeizar de dichas ventanas. Logro entrar en la instalación y como me imaginé no hay seguridad por el alrededor, por lo menos de momento.

Logré llegar hasta la ventana que me había puesto como objetivo, por suerte la habitación a la que daba estaba vacía, el único ruido que se escuchaba era un ronquido proveniente de la sala contigua. Tengo que ser rápido y buscar bien en esta estancia antes de que venga alguien.

En uno de los lados alcanzo a ver un archivador, pero por desgracia dentro no se hallan los planos del barco de la marina. Continúo la búsqueda y me fijo en una mochila que hay bajo una mesa, está vacía, en cambio me puede servir para guardar los planos, ya que tal vez sean de un tamaño considerable y a la hora de escapar, tener las manos libres me sería de gran ayuda. En un último vistazo encuentro una cajita con una nota que dice que se debe guardar hasta la finalización del barco de la marina, además advierte de que si se abre forzándola sería peligroso. Me quedo pensativo y decido meterla en la mochila, puede que en otro lugar encuentre la llave, ya que en esta habitación no hay nada más reseñable.

Poco después, decido salir por la puerta de la estancia, volver a salir por la misma ventana podría ser peligroso, puesto que, al oír el alboroto de los demás grupos, la seguridad del lugar podría estar vigilando el exterior de las instalaciones. Oigo como unos pasos se acercan a mi posición, ¿serán revolucionarios o guardias? Pensé. No quiero quedarme a descubrirlo, cualquiera de las dos opciones no sería beneficioso para mí. Me decanto por seguir por el pasillo que daba a la habitación donde me encontraba y entrar en la sala del fondo. Pongo el oído en la puerta para intentar escuchar algo, no obtengo ningún resultado y me dispongo a usar Haki de observación y tampoco obtengo respuesta. Entro en la sala y me encuentro con un cuarto un tanto desordenado, está plagado de cuadros con fotos de barcos, supongo que son embarcaciones hechas en estos astilleros y guardadas como recuerdo.

Mientras estoy dentro de la habitación escucho como otro grupo de revolucionarios dice que los planos deben de estar en este piso, eso es un punto positivo para mí, pero si lo encuentran ellos antes, mis esfuerzos habrán sido en vano. Tengo que darme prisa y registrar bien este lugar, espero que no decidan entra aquí y si es así, haber encontrado dichos planos antes.

En la estancia donde me encuentro no parece haber nada importante, solo unos cuantos libros sobre barcos históricos y manuales avanzados de construcción. Me voy fijando en los cuadros que hay colgados de una pared, todos parecen ser normales, con barcos en ellos. Pero uno me llama la atención, es el único que no tiene estampado un barco de pasajeros, sino más bien parece un barco de la marina. Me fijo en él y puedo ver como la pintura no está plasmada en un lienzo sino en la propia pared, cosa que solo se aprecia si lo miras detenidamente. Paso el dedo por encima y así es, no hay lienzo. Al principio solo lo tomo como un hecho anecdótico, pero poco después noto como un ligero silbido provocado por una fina corriente de aire, cosa extraña teniendo en cuenta que no hay ninguna ventana en la sala y la puerta está cerrada. Esa brizna de aire la he notado al acercarme al falso lienzo, así que decido volver a ponerme frente a al cuadro. Con la mano, voy palpando con suavidad la obra y distingo una parte que me resulta diferente al resto. El símbolo de la marina del barco pintado no es pintura sino como un pequeño botón, lo aprieto y veo como una puerta se abre al lado mío dando a una habitación más pequeña oculta.

No puedo salir de mi asombro, una habitación secreta en este cuartucho lleno de polvo y viejos libros. Lo que haya aquí debe de ser muy importante, se han tomado muchas molestias en hacer este habitáculo secreto como para guardar simples planos.

Me decido a entrar, los pasos que se escuchaban antes, ahora se perciben más lejos. Al entrar, una luz se enciende al detectar mi presencia, el cuarto no debe de medir más de ocho metros cuadrados, así que no tardaré en registrarlo. Un armario delante de mí me llama la atención, tiene el símbolo de la marina en la parte delantera. Lo abro y allí encuentro los planos de un barco de guerra marine que aún está por construir. Debe ser esto lo que andamos buscando todos. Al quitarlo veo como hay un cajón con una nota que dice “para cuando el buque esté terminado”, lo abro y me encuentro con una pequeña llave plateada, también con el símbolo de la marina grabado. Puede que sea lo que abre la caja de antes.

Justo cuando pienso que ya he cumplido la misión, escucho unas voces dando la alarma. Deben de haber pillado a algún grupo de rebeldes, tengo que darme prisa y procurar escapar sin qué me vean. No será fácil, cada vez escucho más voces.

Tengo que actuar con rapidez, unos agentes se dirigen hacía mi posición. Todo apunta a que he sido yo el que los ha alertado al entrar en la cámara. Uso el mantra que, aunque débil, es capaz de sentirlos a unas pocas habitaciones de distancia.

Meto tanto la llave como el mapa en la mochila que conseguí anteriormente y al salir del habitáculo me encuentro con lo que parece una bomba de humo, puede que me sirva para escapar de mis perseguidores. Hay que ser cauto, pues no quiero que me vean, sería terrible que me identificasen y pusieran precio a mi cabeza, pues eso arruinaría todos mis planes de futuro.

Es hora de usar los poderes de mi Akuma no mi Zoan. Concentro mi poder y consigo convertirme en un buitre, esto me dará la oportunidad de huir volando hasta una posición segura. Aún no la controlo demasiado y en el combate no me servirá de mucho, excepto por la velocidad, agilidad y resistencia extras que esta me proporciona. Alcanzo a mirarme en un espejo que hay en el lugar, es asombroso. Mis manos y pies se han convertido en garras, de mi espalda han brotado un par de alas emplumadas, alrededor de mi cuello ha crecido pelo de un tono blanquecido y mi cuello ha tomado una curvatura un tanto inusual.

Finalmente decido abrir la habitación en la que me encuentro, oyendo así las voces de los agentes:

-Esa es la habitación de la cámara -dice uno de los agentes-. El intruso tiene que estar ahí.

-¡Atrapadle! -grita otro, pareciendo ser el de mayor rango-. Seguro que llevas los planos del buque de guerra de la marina y la llave que custodia un poder destructivo.

Esa última frase hizo que me sorprendiera, no me esperaba que en esa pequeña cajita encontrara algo así.

-¿Un poder destructivo, en una caja de ese tamaño? -dije para mí mismo-. Solo se pueden referir a una cosa, pero no es momento de distraerse, tengo que huir.

Antes de que empezaran a correr hacia mí, lancé la bomba de humo a sus pies. Al explotar pude escuchar como gritaban debido al humo lacrimógeno que expulsaba. Era el momento de huir de aquel lugar. Atravesé el umbral de la puerta y me dirigí hacia la ventana a escasos metros míos, estaba entre abierta. Batí un ala para evitar que el humo me alcanzase, abrí la ventana y salí volando por el cielo estrellado. Fui directo al tejado más alto del barrio en el que se encontraba mi hospedaje. Puede que el viejo encapuchado estuviera en la taberna donde los vi por primera vez.

Consigo posarme sobre el tejado que había visualizado desde el aire, al parecer algunos vecinos del barrio han visto como sobrevolaba el cielo, así que debo transformarme en humano otra vez en este lugar, pues no hay forma de que me puedan ver, o todo el trabajo realizado se irá a la basura. Al volver a mi forma natural siento como mi cuerpo está fatigado, aún tengo que entrenar mucho para que esta simple transformación no me debilite tanto.

Veo que hay una escalera en uno de los lados del tejado, debe ser para usarla cuando hay que hacer algún tipo de reparación. Es la única forma de bajar, estoy demasiado cansado como para bajar de otra manera sin hacerme daño. Puedo observar como en un par de calles están aglomerados varios encapuchados, deben estar esperando a que alguno de los que estábamos en los astilleros vuelva con el objetivo cumplido. Pero hay algo que tengo que hacer antes de reunirme con el que parecía que tenía más rango. La caja que conseguí en la habitación de los astilleros no se puede abrir con la llave secreta que encontré, necesito saber que hay dentro de esa caja.

Consigo bajar del tejado sin demasiados problemas, en la posición que me encuentro no hay nadie, así que puedo detenerme un momento a pensar sobre mi siguiente paso. Me quedo mirando a mis alrededores y me percato de que estoy frente al edificio derruido anteriormente y junto a él, el callejón que emitía un destello particular. Me dispongo a asomarme y vuelvo a ver ese brillo característico, mi curiosidad puede conmigo y no puedo evitar adentrarme en el callejón para investigar ese suceso. Los encapuchados pueden esperar, después de todo yo tengo los planos y hasta que no amanezca no creo que se marchen de la ciudad.

El callejón lucía como otro cualquiera, estrecho, con algún cubo de basura desbordado, unos cuantos gatos rebuscando en ellos y poco más. Salvo un destello de luz al fondo, debido al reflejo de una farola en una curiosa placa que está sobre un ladrillo de la pared, que si se observa detenidamente tiene un símbolo extraño como de una fruta u hortaliza. Paso la mano por encima pero no tiene nada de especial, no hay ningún tipo de interruptor. Pruebo a sacar el ladrillo de su hueco y empieza a ceder con facilidad. En el hueco hay una pequeña llave diferente a la que tengo en la mochila, tal vez esta si que pueda abrir la caja. Pero no puedo evitar preguntarme, ¿Qué abrirá la llave con el símbolo de la marina que encontré en los astilleros?

Tras conseguir la llave que había tras el ladrillo con la placa de la frutita en el callejón, me dirijo hacia los revolucionarios agolpados no muy lejos de allí, en la puerta de la taberna que había dejado al principio de mi andanza nocturna. Mientras voy caminando con sigilo, pero sin detenerme demasiado, ya que no queda mucho tiempo para el amanecer veo que dos marines vienen corriendo en mi dirección, sin embargo, no parece que me hayan visto. Así que me escondo en los escombros del edificio derruido anteriormente. Por suerte los marines pasan de largo sin notar mi presencia, no puedo quedarme aquí mucho tiempo.

Entre los escombros puedo ver como hay varias fotos de la misma persona vestida de marine, algunos girones destrozados por las llamas, pero los restos parecen ser de uniformes de la marina. Todo apunta a que aquí vivía un marine y a juzgar por los galones de las chaquetas medio chamuscadas debía ser un cargo bastante importante. En una esquina observo que hay una parte casi en perfecto estado, me acerco e identifico lo que parece ser una caja fuerte o algo similar. En el frontal se vislumbra un ancla, que si se gira con suavidad muestra una cerradura del tamaño de la llave que tengo en mi mochila. ¿Qué habrá dentro?, me pregunto mientras saco la llave. La introduzco en la cerradura y al abrirse la puerta me quedo atónito al ver una cantidad de Berries considerable.

Las estrellas se esconden por la inminente salida del sol. Por desgracia no tengo tiempo para coger todo el dinero y llevármelo. Además, no sería muy prudente llegar al lugar de los revolucionarios cargado de Berries. Por eso decido cerrar la caja fuerte, guardarme la llave e intentar volver cuando haya entregado los planos esperando que el dinero siga en la caja.

Continúo mi camino y consigo llegar a la taberna, no hay rastro del viejo encapuchado y decido entrar dentro. Por fortuna para mí, está sentado a la mesa junto a los dos tipos del principio. Sin mediar palabra, cojo una silla y me acomodo en la misma al lado suyo.

-Tengo lo que buscábamos -dije mientras me encendía un pitillo-. Espero que sea de su agrado.

Las caras de los tipos que había en la taberna no eran muy alegres, se les veía frustrados. Imagino que no haber conseguido el objetivo los tenía algo cabizbajos, ya que los planos los tenía yo.

Los muchachos que estaban sentados a la mesa con el viejo se pusieron algo nerviosos al sentarme con ellos mostrando una postura de seguridad y superioridad. Por suerte el jefe los tranquilizó dejando que me explicase y mostrase lo que traía para ellos.

-No os pongáis nerviosos amigos, estoy de vuestra parte -dije mientras echaba el humo-. Tengo los planos del barco de guerra que pensaban construir los marines, he cumplido la misión que habías encomendado a los que éramos de menor rango. Espero que esto haga que escale en la jerarquía, podéis llamarme Wasure, no necesitáis saber más. Deseo no tardar en hacer más actos contra el Gobierno y la marina -apagué el cigarro y esperé una respuesta del viejo mientras me recostaba en la silla.

Había hecho un buen trabajo para la revolución y estaba contento por ello. Tenía que mostrar un tono y actitud confiada y algo arrogante, pues la gente de alrededor debía saber que haría mucho por la causa y llegaría a ser un alto cargo. Por otra parte, no me interesaba que ahora saliese mi nombre a la luz, era demasiado pronto. Así que lo mejor era decirles el apodo que tenía en el orfanato, ese nombre me había traído muchos problemas en el pasado, pero por fin serviría de algo.

No quedaba otra cosa que esperar a lo que dijera el jefe, luego volvería a mi habitación para ver lo que había en la caja que encontré en los astilleros. En la placa donde encontré la llave había un símbolo con una fruta plasmada, así me imagino lo que habrá dentro. Pero me gustaría analizarla por si puedo descubrir los poderes que tiene, ya que yo poseo una Akuma y no puedo comerme otra. Además, esperaré a que estos hombres despejen el lugar para ver si el botín que vi en la casa derruida sigue o no allí.

El viejo me asegura que mis actos serán reconocidos y se me citará para subirme de rango como recompensa por el trabajo bien hecho. Eso si, debo entregarles los planos antes de que sea demasiado tarde.

Saco de mi mochila los planos y los pongo encima de la mesa. Todos lo que están en la taberna se quedan asombrados por que estén en mi poder, ya que la mayoría han conseguido entrar en las instalaciones, pero ninguno había notado mi presencia. En el gesto del viejo se puede ver como aparece una sonrisa al ver que lo que traigo es exactamente lo que buscaban.

-Aquí están los planos -digo mientras los despliego.

La gente empieza a festejar que la misión ha sido un éxito y sacan bebida para todos los que estamos allí. Empiezo a recibir la felicitación del resto de los presentes y no puedo evitar sentirme satisfecho con el trabajo realizado.

No tarda en aparecer el primer rayo de luz por debajo de la puerta y la taberna se va vaciando. Yo me dispongo a ir a la habitación que tenía en el edificio de al lado para descubrir lo que hay en la caja que encontré en los astilleros. Por último, la idea será dirigirme al edificio en ruinas para recoger el botín y salir cuanto antes de Water Seven hacia mi próximo destino. Pues tengo varias cosas en mente y no puedo perder mucho el tiempo.

Si miro desde la ventana de la habitación observo como varios barcos empiezan a zarpar del puerto. Deben ser los de la gente que había en la taberna, no han perdido ni un segundo en abandonar la isla. Me imagino que tendrán otras misiones que no pueden esperar, pero yo por ahora estoy satisfecho con esta que acabo de terminar y tardaré un tiempo en volver a meterme en algo parecido. Los vecinos de la zona vuelven a salir de sus casas para hacer su vida cotidiana al ver el sol, pues un día nuevo comienza y poca gente sospechará lo que ha ocurrido en aquel lugar la noche pasada.

Antes de dirigirme a por el botín, decido abrir la caja que encontré en los astilleros con la llave que había en el callejón. En dicha caja puedo ver como se encuentra una rara fruta de tono anaranjado, tiene unas raras marcas en espiral. No cabe duda de que es una Akuma no mi, pero por sus características no consigo averiguar cuál es, así que decido guardarla para inspeccionarla más a fondo en otro momento. Ahora es el momento de coger lo único que me falta para salir de esta isla, pues después de lo que ha pasado esta noche no tengo muchas ganas de permanecer aquí demasiado.

Salgo por la puerta de mi hospedaje, miro a izquierda y derecha observando que no hay nadie por la calle.

-Perfecto, es el momento de actuar -digo para mí mismo-. Tengo que aprovechar ahora que la calle está vacía.

Continúo andando hacia la dirección de la casa en ruinas de una forma normal, sin levantar sospechas por si apareciese algún vecino. En una de las calles veo a unos niños jugando a lo lejos, pero nada que me haga alertarme, hay mucha distancia hasta mi posición y son solo unos simples niños. No tardo en alcanzar la caja fuerte, todo está en calma, después de haber descansado un poco puedo usar mi mantra y percatarme de que no hay nadie que pueda frustrar la extracción del dinero.

Una vez delante de la caja, mientras guardo el dinero en la mochila, me fijo en que aparte de los berries hay una rara espada envuelta en unas telas. No tengo tiempo para desenvolverla y ponerme a examinarla, así que decido guardármela e inspeccionarla más tarde. Hay un inconveniente, si decido quedarme con la espada, no podré llevarme todo el dinero que hay en la caja fuerte. Realmente es una pena, pero creo que merece la pena llevármela. Nunca se sabe el poder que tiene y si no me convence tengo la opción de venderla.

Termino de guardarme los berries y la espada y salgo de allí todo lo rápido que puedo. Ya he recogido todo lo que tenía en la habitación así que, lo mejor que puedo hacer es coger un barco para dirigirme a una nueva isla. Lo más seguro que vaya a ver a un viejo amigo que estudia las akumas, él sabrá decirme los poderes que posee.