Dos rubias, un destino (Priv - Pasado) Ciaran y Zareen

No pude dormir nada en toda la noche, el barco no paraba de moverse de un lado a otro debido al fuerte oleaje provocado por una maldita tormenta. Desde el compartimento de carga, que era donde me encontraba escondida, podía escuchar como los marineros gritaban y corrían en la cubierta. Intentando hacer que el barco no se hundiera. A mí realmente no me importaba morir, la muerte no es más que otro camino y no es el final. Ya había aceptado que algún día moriría de una forma u otra, era solo cuestión de tiempo antes que alguien o algo me matase. De alguna forma, logré conciliar el sueño y despertarme a la mañana siguiente. Había tenido un extraño sueño en el que se veía a una niña caminando por una cueva oscura, intentando desesperadamente escapar al exterior.

Por alguna extraña razón, me desperté llorando. ¿Quizás eran retazos de mis recuerdos perdidos? No quería saberlo. No estaba preparada para saber mi pasado. No estaba preparada para saber que posiblemente algún familiar mío había muerto o algo por el estilo, no quería saberlo por nada en el mundo. Me asomé a cubierta y aproveché que no había nadie pendiente para salir por patas del barco. No quería llamar la atención, había venido a matar a un criminal cuyos crímenes eran desde el asesinato hasta el contrabando de esclavos. -
Esclavos... Algo me dice que voy a disfrutar matando a este hombre - pensé mientras me enfadaba un poco.

Un familiar de una de las víctimas me mandó una carta pidiéndome que matara a "Steven Lyos, el Brazo Negro". El apodo venía porque el canalla tenía el brazo derecho completamente quemado. Pero el criminal no actuaba solo, estaba al mando de una banda de contrabandistas y asesinos, gente de la peor calaña que puedas encontrar. Iba con mi vestimenta habitual solo que la máscara la tenía oculta, no quería resaltar entre la gente portando una máscara. Pronto dejé el puerto atrás y me dirigí al distrito de la clase media, había que investigar antes de poder llegar hasta mi objetivo.