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Ajeno a los delirios del civil, un marine se encontraba del otro lado de la puerta. Había intentando tocar esta para llamar la atención de la persona de adentro pero al hacerlo la puerta se había abierto, posiblemente por haber estado mal cerrada. ¿Qué llevaba a alguien a tocar la puerta de esa casa en particular? Pues Itkovian se encontraba buscando información acerca de una jovensita desaparecida hacia unos pocos días. Ese obviamente no era el motivo por el cual se había encontrado en esa isla ni era una tarea propia de la marina sino que alguien tenía que ayudar y bueno, ese alguien siempre terminaba siendo él. El tema por el cual se encontraba en aquella isla era vacaciones, ya había terminado una misión cercana y luego de terminar una siempre a los marines participantes se les daba unos días para descansar, tenían buen sindicato.
El marine dio un paso dentro del lugar y lo primero que vio fue la presencia de alguien con un arma rara apuntándole, aunque casi al instante en el que se dio cuenta de esto el extraño soltó el arma al suelo. El rostro despeinado y con barba del del arma contrariaba al castaño quien, en comparación, parecía una persona ridículamente pulcra. Al no encontrarse trabajando como marine el joven lucía un pantalón de jean, una remera naranja y una campera violeta con en el borde inferior un poco de felpa suave que hacía el onduleo de la campera por el viento algo hermoso. La simple comparación del civil, posiblemente alguien con PTSD o paranoia con el marine hacía ver a este como alguien casi perfecto, pero ese tipo de comparaciones siempre podían hacerse con la gente que necesitaba ayuda.
Itkovian lucía su espada en la funda del cinturón y durante un momento contempló la posibilidad de ahorrarle sufrimiento a aquel desconocido con ambas manos en la cabeza. El marine soltó un suspiro similar al que uno daría cuando un niño hacía algo estúpido y guardó el cartel con la foto de la niña que le iba a mostrar a ese hombre. El domador consideró caminar hacia aquel civil de nombre desconocido pero recordó el arma que este había apuntado, lo primero sería quitarla del lugar para que, en caso de que lo considerase alguien "malo" no pudiese hacer nada peligroso. El escudo de su espalda, debajo de la campera para resultar casi invisible a simple vista podría bloquear las balas, pero el acercarse con un arma podría alterar al civil si es que este se daba cuenta de la presencia del marine.
Itkovian se acercaría al extraño casi ajeno al resto del lugar y le alejaría la pistola antes de hablar, solo para que no pudiese dispararle o algo - Hola... ¿Estás bien?... - no era la mejor pregunta que podía hacer pero bueno, era la primera vez que estaba en una situación así y no sabía como responder.
El marine dio un paso dentro del lugar y lo primero que vio fue la presencia de alguien con un arma rara apuntándole, aunque casi al instante en el que se dio cuenta de esto el extraño soltó el arma al suelo. El rostro despeinado y con barba del del arma contrariaba al castaño quien, en comparación, parecía una persona ridículamente pulcra. Al no encontrarse trabajando como marine el joven lucía un pantalón de jean, una remera naranja y una campera violeta con en el borde inferior un poco de felpa suave que hacía el onduleo de la campera por el viento algo hermoso. La simple comparación del civil, posiblemente alguien con PTSD o paranoia con el marine hacía ver a este como alguien casi perfecto, pero ese tipo de comparaciones siempre podían hacerse con la gente que necesitaba ayuda.
Itkovian lucía su espada en la funda del cinturón y durante un momento contempló la posibilidad de ahorrarle sufrimiento a aquel desconocido con ambas manos en la cabeza. El marine soltó un suspiro similar al que uno daría cuando un niño hacía algo estúpido y guardó el cartel con la foto de la niña que le iba a mostrar a ese hombre. El domador consideró caminar hacia aquel civil de nombre desconocido pero recordó el arma que este había apuntado, lo primero sería quitarla del lugar para que, en caso de que lo considerase alguien "malo" no pudiese hacer nada peligroso. El escudo de su espalda, debajo de la campera para resultar casi invisible a simple vista podría bloquear las balas, pero el acercarse con un arma podría alterar al civil si es que este se daba cuenta de la presencia del marine.
Itkovian se acercaría al extraño casi ajeno al resto del lugar y le alejaría la pistola antes de hablar, solo para que no pudiese dispararle o algo - Hola... ¿Estás bien?... - no era la mejor pregunta que podía hacer pero bueno, era la primera vez que estaba en una situación así y no sabía como responder.
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La reacción del desconocido no fue la esperada pues recobró la compostura en un instante, quizás la voz de las palabras del castaño hubiese sido un lucero que iluminó la oscuridad de una mente rabiosa. Recién con esta respuesta el castaño se dio cuenta de que había alguien gritando y giró su rostro para observar a un extraño pony felpudo y rosa que era obviamente muy masculino. Más que sobre este animal en si el marine se dio cuenta de la situación en si, de como había sido débil en aquellos segundos. No había registrado la presencia de un tercero, había visto algo llamativo y se había concentrado en aquello. Si el pony hubiese tenido un arma, y dios nos salve si eso ocurre, habría muerto por estar distraído con el paranoico. Ante la pregunta del civil el marine metió la diestra en el bolsillo de su pantalón. Encontró luego de palpar un poco el cartel doblado de "Se Busca" con la niña que había ido a buscar pero no lo sacó del bolsillo. Estaría mal el hablarle a este pobre hombre acerca de problemas ajenos, especialmente cuando él parecía ya tener muchos
- Ando buscando información sobre una niña perdida - Y aún así le reveló lo que hacía pues en el fondo esperaba que una charla podría llegar a distraer a ese hombre de lo que sea que lo agobiase - No se si la has visto... - ahí sacaría el cartel y lo desdoblaría mostrando a una niña de cabello rubio y ojos cyan que había desaparecido hacia unos días. Con solo mirar al pony uno podía ver que este no estaba desnutrido, aunque si tenía demasiado pelaje. La forma en la cual el animal se movía, la energía que desprendía, todo indicaba que se alimentaba bien. Y aún así el hombre delante suyo tenía una barba no cuidada, un cabello posiblemente enredado y un rostro que trataba de ocultar desesperación.
- Si sabes algo o la has visto agradecería la información... Sino, si prefieres, puedes intentar hablarme de lo que te ocurre, soy bueno escuchando - no podía decir si el extraño de la barba era alguien peligroso o no pero tenía una mascota llamada Fluffy y si su oso hubiera sido hembra ese era el nombre que le habría puesto. Pensando en este animal se acordó que estaba poniendo la mesa por lo cual fue a ayudarlo con el tema de los individuales y preparar la mesa en general. A veces eso era mejor, dejar al civil solo en el cuarto para que, en el caso de hablar, no lo hiciera a otra persona sino al aire y eso lo alentase un poco a ser si mismo y no fingir estar bien. Lo mejor en ese tipo de situaciones era comportarse calmado y no demostrar demasiada preocupación para no preocupar al enfermo, y eso era lo que Itkovian hacía allí.
- Ando buscando información sobre una niña perdida - Y aún así le reveló lo que hacía pues en el fondo esperaba que una charla podría llegar a distraer a ese hombre de lo que sea que lo agobiase - No se si la has visto... - ahí sacaría el cartel y lo desdoblaría mostrando a una niña de cabello rubio y ojos cyan que había desaparecido hacia unos días. Con solo mirar al pony uno podía ver que este no estaba desnutrido, aunque si tenía demasiado pelaje. La forma en la cual el animal se movía, la energía que desprendía, todo indicaba que se alimentaba bien. Y aún así el hombre delante suyo tenía una barba no cuidada, un cabello posiblemente enredado y un rostro que trataba de ocultar desesperación.
- Si sabes algo o la has visto agradecería la información... Sino, si prefieres, puedes intentar hablarme de lo que te ocurre, soy bueno escuchando - no podía decir si el extraño de la barba era alguien peligroso o no pero tenía una mascota llamada Fluffy y si su oso hubiera sido hembra ese era el nombre que le habría puesto. Pensando en este animal se acordó que estaba poniendo la mesa por lo cual fue a ayudarlo con el tema de los individuales y preparar la mesa en general. A veces eso era mejor, dejar al civil solo en el cuarto para que, en el caso de hablar, no lo hiciera a otra persona sino al aire y eso lo alentase un poco a ser si mismo y no fingir estar bien. Lo mejor en ese tipo de situaciones era comportarse calmado y no demostrar demasiada preocupación para no preocupar al enfermo, y eso era lo que Itkovian hacía allí.
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No conocía a la muchacha, pero eso era algo esperable, dudaba llegar a encontrar a alguien tan rápido y si la niña hubiera estado cerca Magnum la habría detectado gracias a su olfato. Pero bueno, no perdía nada preguntando. Y de un momento a otro la situación se volvió extraña, con el civil sacando un arma completamente ridícula de su pony, pero por otro lado la mesa estaba puesta. El arma parecía falsa, solo su existencia era un juego, un arma que disparaba una jabalina, cuando obviamente las jabalinas se arrojaban. Además de que el peso haría difícil apuntar correctamente una pistola tenía mejor efecto que eso, fuera lo que fuese eso por que realmente, un arma que disparaba jabalinas, hasta suena falso. Se sentó por que bueno, no tenía demasiada opción pero pudo ver a través del juego ajeno, manos debajo de la mesa - Apenas esté por agarrar el arma vas a tirar la mesa para que no la pueda agarrar - O bueno, eso sería lo que Itkovian haría en aquella situación.
- Igual, perdón pero no lo percibo... - no sentía maldad emanar del civil. Normalmente cuando había alguien "malo" su akuma le avisaba, o por lo menos su instinto sonaba advirtiéndole de que la otra persona era malvada y que las habilidades de su fruta servirían mejor contra aquella persona. Además, no había motivo para que esa persona seriamente quisiese matarlo. Además la falta clara de motivo, con que solo gritase alguien cerca podía llamar a la policía o algo. Aún así, todo eso sería una vez que el marine muriese, pero era como un "seguro" ante una posible muerte, no resultaba conveniente - Ya debería estar en 2... 1... ¿Me puedo servir un poco del pastel de manzana? - inclusive si aquello fuera real, incluso si toda la situación fuera real, si uno no le daba a la otra persona los métodos para continuar su juego se aburriría.
Itkovian podría hablar de como él no era la única persona preguntando sino que se habían dividido por calles con los padres de la niña y otros voluntarios. Podría hablar de como tenía un oso mascota que reconocía su olor así que, en el caso de morir, cuando los otros voluntarios fuesen allí y encontrasen al oso atado a un poste, él podría llevarlos con su dueño. Pero no, gastaría demasiado tiempo en hacer eso y la verdad que 10 segundos no alcanzaba para mucho.
- Igual, perdón pero no lo percibo... - no sentía maldad emanar del civil. Normalmente cuando había alguien "malo" su akuma le avisaba, o por lo menos su instinto sonaba advirtiéndole de que la otra persona era malvada y que las habilidades de su fruta servirían mejor contra aquella persona. Además, no había motivo para que esa persona seriamente quisiese matarlo. Además la falta clara de motivo, con que solo gritase alguien cerca podía llamar a la policía o algo. Aún así, todo eso sería una vez que el marine muriese, pero era como un "seguro" ante una posible muerte, no resultaba conveniente - Ya debería estar en 2... 1... ¿Me puedo servir un poco del pastel de manzana? - inclusive si aquello fuera real, incluso si toda la situación fuera real, si uno no le daba a la otra persona los métodos para continuar su juego se aburriría.
Itkovian podría hablar de como él no era la única persona preguntando sino que se habían dividido por calles con los padres de la niña y otros voluntarios. Podría hablar de como tenía un oso mascota que reconocía su olor así que, en el caso de morir, cuando los otros voluntarios fuesen allí y encontrasen al oso atado a un poste, él podría llevarlos con su dueño. Pero no, gastaría demasiado tiempo en hacer eso y la verdad que 10 segundos no alcanzaba para mucho.
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Una de las mejores cosas de tener una akuma con habilidades de regeneración es la sensación propia de la regeneración. Una especie de calor similar a cuando usan se usa peróxido sobre una herida pero que envés de sentirse como una estufa se sentía como un abrazo. Eso era una muestra clara de que uno no tenía que temer sino aceptar la bendición propia de la akuma y concentrarse solo en la sensación de curarse y en ese calor. Aún así, que le estén por disparar hizo que, naturalmente, el castaño vociferase un - Hijo de... - censurado por el ruido del disparo, y luego gritos de dolor quizás completamente exagerados, quizás no, nunca me dispararon así que dudo poder describir correctamente como se siente, además de "mucho dolor", claro.
Dolor que se debía cancelar en el momento en el cual Itkovian activó la regeneración de su akuma, pero esto no hizo suficiente para anular el dolor. Después de todo la regeneración aún estaba en un nivel bajo y una herida como aquella no solo era demasiado grande como para cerrarse sino que la sensación de calor no podía superar el frío propio de la pérdida de sangre ni del ser atravesado. Se habría quejado del disparo la verdad, del dolor y todo pero como que la pérdida de sangre cuando Bleyd sacó el arma entró en shock. No se movió durante los siguientes 30 segundos, apenas respirando con un pulso débil, pero un regenerador celular hace maravillas anulando el dolor. Así que a pesar de apenas poder moverse, la combinación propia de la regeneración del regenerador celular y de su akuma hizo que el dolor desapareciese y solo sintiese un vacío, como si estuviese completamente sedado excepto por su rostro, el cual le molestaba pero no dolía.
No supo que era un haki, después de todo eso no se enseñaba en las escuelas por algún motivo, quizás para que los niños no se arrojasen ladrillos a la cara intentando adquirir hakis de armadura. Le habría respondido algo a lo de que tenía que dejar de ser bueno, cosa que no haría por que iría en contra de sus principios. Pero ante la posibilidad de conseguir comida su mente hizo click y recordó que para el estado en el cual se encontraba de debilidad corporal lo mejor que podía conseguir era alimento. Con lo que fueron todas las fuerzas de un cuerpo entumecido, el castaño llegó a decir - Pastel... - antes de quedarse mirando hacia arriba y transpirando por el remanente del shock.
Dolor que se debía cancelar en el momento en el cual Itkovian activó la regeneración de su akuma, pero esto no hizo suficiente para anular el dolor. Después de todo la regeneración aún estaba en un nivel bajo y una herida como aquella no solo era demasiado grande como para cerrarse sino que la sensación de calor no podía superar el frío propio de la pérdida de sangre ni del ser atravesado. Se habría quejado del disparo la verdad, del dolor y todo pero como que la pérdida de sangre cuando Bleyd sacó el arma entró en shock. No se movió durante los siguientes 30 segundos, apenas respirando con un pulso débil, pero un regenerador celular hace maravillas anulando el dolor. Así que a pesar de apenas poder moverse, la combinación propia de la regeneración del regenerador celular y de su akuma hizo que el dolor desapareciese y solo sintiese un vacío, como si estuviese completamente sedado excepto por su rostro, el cual le molestaba pero no dolía.
No supo que era un haki, después de todo eso no se enseñaba en las escuelas por algún motivo, quizás para que los niños no se arrojasen ladrillos a la cara intentando adquirir hakis de armadura. Le habría respondido algo a lo de que tenía que dejar de ser bueno, cosa que no haría por que iría en contra de sus principios. Pero ante la posibilidad de conseguir comida su mente hizo click y recordó que para el estado en el cual se encontraba de debilidad corporal lo mejor que podía conseguir era alimento. Con lo que fueron todas las fuerzas de un cuerpo entumecido, el castaño llegó a decir - Pastel... - antes de quedarse mirando hacia arriba y transpirando por el remanente del shock.
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Cuando dijo "pastel" no esperó que le dieran de estos, así que la presencia de dulces fue agradecida. Con cierta dificultad al inicio el castaño agarró el primero de esos dulces y se lo metió en la boca. Para el segundo dulce que agarró su cuerpo ya se movía con mayor facilidad y el dolor había pasado a ser una leve reminiscencia de su intensidad anterior. ¿Debía de mostrar preocupación? No tenía demasiada idea de que estaba ocurriendo pero asumía que si sobrevivía una media hora gente vendría por él, así que lo mejor era esperar y no entrar en pánico. Se sorprendió de la calma con la cual parecía manejar la situación, pero los entrenamientos para marines tenían su variación psicológica y podía no sentir tanto temor como alguien normal, o superar el temor que tenía.
- ¿Sabes que normalmente se pregunta antes de disparar?... Soy un recluta marine y ni siquiera estoy de servicio, estoy ayudando a una familia a encontrar a su hija perdida y estamos preguntando casa por casa a ver si alguien vio algo - Para el momento en el que terminó de explicar esto sintió que obviamente no le creería así que comió otro caramelo, siendo esa la única cosa que podía hacer por el momento. Las amenazas normalmente no servirían contra alguien como Itkovian, pero el sujeto tenía un regenerador celular, eso significaba que podía hacer cosas propias de una persona con regenerador celular.
- Sabes que puedes solo pedir por favor, ¿No? Asesino serial sin modales me toca - no era lo mejor quejarse en esa situación, pero le salió del alma. Empezó a levantarse, sorprendiéndole como los mareos que sintió no fueron lo suficientemente fuertes como los que recibiría alguien normal después de perder tanta sangre pero un regenerador celular era un regenerador celular. Terminó de levantarse a los 10 segundos y a los 15 ya tenía el arma. Era más liviana de lo que parecía, o quizás era el entrenamiento de la marina. Recordaba el peso de un elemento de granja de tamaño similar y le parecía poder levantarlo más sencillo. A los 20 ya estaba a medio metro del loco. Apuntarle fue gratificante, negarlo sería una mentira, así que disparó con gusto al corazón del hombre.
- ¿Sabes que normalmente se pregunta antes de disparar?... Soy un recluta marine y ni siquiera estoy de servicio, estoy ayudando a una familia a encontrar a su hija perdida y estamos preguntando casa por casa a ver si alguien vio algo - Para el momento en el que terminó de explicar esto sintió que obviamente no le creería así que comió otro caramelo, siendo esa la única cosa que podía hacer por el momento. Las amenazas normalmente no servirían contra alguien como Itkovian, pero el sujeto tenía un regenerador celular, eso significaba que podía hacer cosas propias de una persona con regenerador celular.
- Sabes que puedes solo pedir por favor, ¿No? Asesino serial sin modales me toca - no era lo mejor quejarse en esa situación, pero le salió del alma. Empezó a levantarse, sorprendiéndole como los mareos que sintió no fueron lo suficientemente fuertes como los que recibiría alguien normal después de perder tanta sangre pero un regenerador celular era un regenerador celular. Terminó de levantarse a los 10 segundos y a los 15 ya tenía el arma. Era más liviana de lo que parecía, o quizás era el entrenamiento de la marina. Recordaba el peso de un elemento de granja de tamaño similar y le parecía poder levantarlo más sencillo. A los 20 ya estaba a medio metro del loco. Apuntarle fue gratificante, negarlo sería una mentira, así que disparó con gusto al corazón del hombre.
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El disparo no fue esquivado tal como el castaño esperaba sino que este rebotó contra el cuerpo del paranoico, volviéndose negra la zona en la cual se produjo el impacto. No solo la piel sino el ropaje, lo cual indicaba que fuera lo que fuese también podía usarse en objetos. Y de la nada el loco se puso hablar de "haki". Decir que Itkovian no sabía que era aquello sería mentir, después de todo aquella palabra lo llevó a un pasado distante en el cual su madre le contaba historias de héroes antiguos. De vez en cuando aquella palabra surgía, y cuando un niño Itkovian le preguntó a su madre acerca de aquella palabra extraña esta solo dijo que la voluntad de los héroes era tan inquebrantable que podían manifestarla de diversas maneras. Algo similar fue dicho por el maniático pero con otras palabras.
Para ese momento su cuerpo ya se encontró sin heridas y su vitalidad mermada pero un poco mejor que antes. Y la sensación de mejoría terminó allí, la sensación indescriptible propia de su cuerpo acostumbrándose al cambio por la regeneración terminó y eso era lo mejor que podría sentirse, algo mareado pero no lo suficiente como para caerse, solo para no correr. Las siguientes palabras ajenas fueron dichas mientras Itkovian cerraba y habría sus puños en un intento de sentir su cuerpo nuevamente suyo y normal. Mientras el loco hablaba el castaño se imaginó teniendo su poder, siendo capaz de frenar balas solo con el pensamiento y el dolor desapareció de su cuerpo y durante un segundo se sintió enérgico nuevamente. Hasta que recibió el golpe.
Esperaba tener algo de tiempo para intentar ver que hacer o algo, no ser golpeado. El dolor no fue el mismo que antes, fue mucho menor obviamente, ninguna costilla rota sino que solo se dobló como instinto por recibir un golpe en aquella zona. Antes de que el castaño pudiese entender lo que ocurría recibió otro golpe el cual lo mandó a volar hacia atrás. De alguna manera pudo caer al suelo sin golpearse su cabeza sino la espalda - Normalmente las instrucciones van antes que el golpe, no después... - por causa del uppercut se había mordido el labio y este le sangraba, pero aquel dolor no era nada comparado con el de la lanza. Ni nada comparado con el dolor del entrenamiento marine, cuando apenas podía seguir corriendo por pura fuerza de voluntad antes de caer al suelo y casi vomitar.
Con cierta dificultad el marine se levantó, con un hilo de sangre desde cada una de las comisuras de sus labios. Escupió un poco de esta antes de sonreír - De nuevo... - esta vez, que ya tenía las instrucciones, el castaño intentó calmarse. Pensó en cada una de las emociones, intentando recordar una situación específica en la cual hubiese sentido cada una. Si era herido demasiado el regenerador celular le curaría, hasta entonces sus labios brillaban con una luz propia de la regeneración de su akuma.
Para ese momento su cuerpo ya se encontró sin heridas y su vitalidad mermada pero un poco mejor que antes. Y la sensación de mejoría terminó allí, la sensación indescriptible propia de su cuerpo acostumbrándose al cambio por la regeneración terminó y eso era lo mejor que podría sentirse, algo mareado pero no lo suficiente como para caerse, solo para no correr. Las siguientes palabras ajenas fueron dichas mientras Itkovian cerraba y habría sus puños en un intento de sentir su cuerpo nuevamente suyo y normal. Mientras el loco hablaba el castaño se imaginó teniendo su poder, siendo capaz de frenar balas solo con el pensamiento y el dolor desapareció de su cuerpo y durante un segundo se sintió enérgico nuevamente. Hasta que recibió el golpe.
Esperaba tener algo de tiempo para intentar ver que hacer o algo, no ser golpeado. El dolor no fue el mismo que antes, fue mucho menor obviamente, ninguna costilla rota sino que solo se dobló como instinto por recibir un golpe en aquella zona. Antes de que el castaño pudiese entender lo que ocurría recibió otro golpe el cual lo mandó a volar hacia atrás. De alguna manera pudo caer al suelo sin golpearse su cabeza sino la espalda - Normalmente las instrucciones van antes que el golpe, no después... - por causa del uppercut se había mordido el labio y este le sangraba, pero aquel dolor no era nada comparado con el de la lanza. Ni nada comparado con el dolor del entrenamiento marine, cuando apenas podía seguir corriendo por pura fuerza de voluntad antes de caer al suelo y casi vomitar.
Con cierta dificultad el marine se levantó, con un hilo de sangre desde cada una de las comisuras de sus labios. Escupió un poco de esta antes de sonreír - De nuevo... - esta vez, que ya tenía las instrucciones, el castaño intentó calmarse. Pensó en cada una de las emociones, intentando recordar una situación específica en la cual hubiese sentido cada una. Si era herido demasiado el regenerador celular le curaría, hasta entonces sus labios brillaban con una luz propia de la regeneración de su akuma.
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¿Subir de nivel? Ni habían empezado, primero que dominase el primero de aquellos hakis, que pudiese hacer aquello de la negrura del cuerpo, luego el siguiente. Recordaba los efectos de los hakis y veía como aquel paranoico quería que el castaño despertase ambos al mismo tiempo. Normalmente creería gracias a esto que la forma de obtenerlos sería similar, pero no parecía ser así por la descripción de como obtenerlos. Según las historias de su madre, aquel poder se despertaba por una sensación fuerte, cuando un héroe estaba a punto de sacrificarse para salvar a alguien su cuerpo detenía el ataque gracias a la armadura invisible. Ambos requerimientos le parecían opuestos, concentrarse en los sentimientos y concentrarse en el exterior ignorando la visión. Claro que en una pelea debería usar ambos al mismo tiempo, y si los requisitos eran distintos sería difícil mantener ambos. Así que si se acostumbraba desde un principio a activar ambos podría hacerlo con facilidad en otras situaciones. Si, debía ser eso.
3 puntos posibles. Hombros y estómago. El ataque podría venir a cualquier lado y no seguiría un patrón por motivos obvios. Intentar pensar en la situación no serviría para nada, él ya lo había dicho, necesitaba dejarse llevar y no pensar, solo aceptar lo que sea que su cuerpo le dijeses. Cerró sus ojos y sintió como sus pies tocaban el suelo, como una leve corriente de viento lo acariciaba desde una ventana o abierta o rota. El olor a pony anulaba cualquier posible olor que el paranoico tenía así que eso no parecía servirle para nada. Los pasos del pony resonaban demasiado, esos lo podía escuchar al concentrarse y más o menos saber la posición del animal, pero del hombre poco podía saber - ... - por el momento no pensó en situaciones dolorosas, intentó mantener su cabeza vacía y detectar cambios en lo que sea que pudiese detectar.
El primer golpe fue hacia uno de sus hombros pero el castaño se cubrió el estómago con un brazo creyendo que el ataque iría ahí por simple estadística. Recibió el golpe hacia el hombro y sintió el dolor, menor que la jabalina, menor que el golpe hacia su rostro, ese golpe no era nada, podía soportarlo. El castaño hizo una mueca de dolor ante el golpe y soltó un quejido gutural suave - Otra vez... - tenía que concentrarse, imaginarse al loco delante suyo y escuchar, sentir sus movimientos. No entendía como pero tenía que hacerlo, de alguna manera podría, tenía que llegar a ser un héroe.
3 puntos posibles. Hombros y estómago. El ataque podría venir a cualquier lado y no seguiría un patrón por motivos obvios. Intentar pensar en la situación no serviría para nada, él ya lo había dicho, necesitaba dejarse llevar y no pensar, solo aceptar lo que sea que su cuerpo le dijeses. Cerró sus ojos y sintió como sus pies tocaban el suelo, como una leve corriente de viento lo acariciaba desde una ventana o abierta o rota. El olor a pony anulaba cualquier posible olor que el paranoico tenía así que eso no parecía servirle para nada. Los pasos del pony resonaban demasiado, esos lo podía escuchar al concentrarse y más o menos saber la posición del animal, pero del hombre poco podía saber - ... - por el momento no pensó en situaciones dolorosas, intentó mantener su cabeza vacía y detectar cambios en lo que sea que pudiese detectar.
El primer golpe fue hacia uno de sus hombros pero el castaño se cubrió el estómago con un brazo creyendo que el ataque iría ahí por simple estadística. Recibió el golpe hacia el hombro y sintió el dolor, menor que la jabalina, menor que el golpe hacia su rostro, ese golpe no era nada, podía soportarlo. El castaño hizo una mueca de dolor ante el golpe y soltó un quejido gutural suave - Otra vez... - tenía que concentrarse, imaginarse al loco delante suyo y escuchar, sentir sus movimientos. No entendía como pero tenía que hacerlo, de alguna manera podría, tenía que llegar a ser un héroe.
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Escuchó la queja del paranoico, sabía que llegado un momento tendría que cubrirse con el haki, pero no esperaba empezar a hacerlo, primero quería tener un tiempo para acostumbrarse a la primera cosa antes de empezar por la segunda. Aún así, eso no parecía servir, su "maestro" deseaba que utilizase ambos hakis desde un inicio y las sensaciones y sentimientos requeridos pudiesen fusionarse. Pero no, nunca es tan sencillo. El castaño se cruzó de brazos, agarrando con ambas manos sus antebrazos para no poder llegar a bloquear siquiera si lo desease. La sensación de sus dedos sobre la piel y la presión de la yema de estos se vio aumentada por tener los ojos cerrados. Ya que esto dificultaría el poder percibir las cosas al ser un estímulo extra, el castaño dejó caer ambos brazos. Una vez hizo esto se dio cuenta de lo cansado que se encontraba su cuerpo, de como le dolía casi cada fibra de su ser y concentrarse le resultó imposible.
Decidió entonces exteriorizarse de aquello, concentrarse en sus sentimientos. "Amor", "Ira", "Felicidad", todas las emociones, para poder utilizar la predicción de los héroes requería llevar esos sentimientos a flor de piel. Recordó un abrazo de su madre. Recordó el rostro de su oso. Recordó un rostro desfigurado por cortes. Recordó una promesa incumplida. Sintió miedo. Sintió odio. Sintió enojo. El dolor de su cuerpo desapareció, ajenándose de este los oídos del muchacho pudieron escuchar pasos, su olfato pudo sentir el olor a dulces. Y su cuerpo volvió a dolerle, este dolor bloqueó sus oídos, esta incapacidad de mantener sus sentidos hizo que sintiese debilidad, hizo que se enojase más de si mismo y que casi se rindiese. Era inútil, su cuerpo le dolía demasiado, su mente recordaba cosas que deseaba olvidar.
Y recibió el pastelazo.
Itkovian cayó de cola al suelo, no golpeándose en el hueso dulce por lo cual apenas le dolió. Sin abrir los ojos lamió alrededor de sus labios y pudo sentir como el pastel caía de su rostro a su pecho. Agarró este y lo dejó al piso a su lado aún con los ojos cerrados, aún con el rostro manchado de pastel de moras - Jajajajaja - El sabor a nata de sus labios lo despertó, se tomaba demasiado personal la situación. Solo debía de calmarse, si seguía como estaba no lograría nada. El castaño se limpió el rostro con una manga y luego procedió a comer el pastel de dicha manga. Pudo sentir su rostro pegajoso pero no comentó al respecto, otra sensación más ya le daba igual, si podía exteriorizarse de una podría del resto.
Siguió riéndose unos segundos hasta que tuvo que respirar cuando se le empezó a calmar - Me dijiste que pensase en ira y en odio... No lo haré... - él sería un héroe, el héroe no podía odiar, el héroe despertaba su haki por el deseo de proteger, por el deseo de sobrevivir, por el recuerdo de una sonrisa, por la promesa de un beso, no por odio - De nuevo - esta vez el castaño habló con una voz fuerte y con voluntad antes de levantarse del piso y esperar al próximo ataque.
Decidió entonces exteriorizarse de aquello, concentrarse en sus sentimientos. "Amor", "Ira", "Felicidad", todas las emociones, para poder utilizar la predicción de los héroes requería llevar esos sentimientos a flor de piel. Recordó un abrazo de su madre. Recordó el rostro de su oso. Recordó un rostro desfigurado por cortes. Recordó una promesa incumplida. Sintió miedo. Sintió odio. Sintió enojo. El dolor de su cuerpo desapareció, ajenándose de este los oídos del muchacho pudieron escuchar pasos, su olfato pudo sentir el olor a dulces. Y su cuerpo volvió a dolerle, este dolor bloqueó sus oídos, esta incapacidad de mantener sus sentidos hizo que sintiese debilidad, hizo que se enojase más de si mismo y que casi se rindiese. Era inútil, su cuerpo le dolía demasiado, su mente recordaba cosas que deseaba olvidar.
Y recibió el pastelazo.
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Siguió riéndose unos segundos hasta que tuvo que respirar cuando se le empezó a calmar - Me dijiste que pensase en ira y en odio... No lo haré... - él sería un héroe, el héroe no podía odiar, el héroe despertaba su haki por el deseo de proteger, por el deseo de sobrevivir, por el recuerdo de una sonrisa, por la promesa de un beso, no por odio - De nuevo - esta vez el castaño habló con una voz fuerte y con voluntad antes de levantarse del piso y esperar al próximo ataque.
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El castaño escuchó las palabras del supuesto loco y sintió fuego en su interior. No iba a dejar que su vida se limitase por emociones negativas, no iba a volverse uno de los monstruos a los que combatía, iría a salvarlos siempre que pudiese. Incluso si no pudiese cambiar el sistema, incluso si nunca llegase a tener haki, no cambiaría su forma de ser. No dudaba que hubiesen métodos para obtener aquel poder, los villanos en las historias también los tenían, y eso solo significaba que había más de una manera para conseguir las habilidades propias del haki. Por las palabras dichas por el paranoico una vez el pony le entregó el cañón, el castaño dedujo que se trataba de un ex militar que había sacarificado cosas por su trabajo. No era el único, varios marines de rango alto parecían igual, habiendo tenido que sacrificar parte de ellos para poder conseguir una "justicia" que variaba según persona.
- Pues una lástima. Conseguiré aprender por mis propios medios, y si todo llega a ser como dices, si necesito tener ira y odio para vivir, pues moriré bajo mis principios - "y no me volveré la cáscara de un hombre" habría dicho de no ser por que no sería lo que un héroe dijese en esa situación. Viéndose tentado por el poder propio de la oscuridad, cualquier héroe lo rechazaría y se volvería más fuerte como pudiese. Si usaba su odio, si tuviera que mantenerse iracundo en cada batalla, quizás llegase a herir a algún aliado o se volvería alguien que asesinase enemigos para aliviar su ira. No, aquello era lo mejor - Lamento no aceptar el entrenamiento, y espero que puedas solucionar los problemas que te aquejan - y era obvio que tenía muchos de esos últimos, nadie tenía aquellas pintas ni vivía en un lugar así si no tuviese un motivo específico. Itkovian le hizo una caricia al pony casi por costumbre con su mascota antes de salir - Gracias por vuestra ayuda - diría antes de cerrar la puerta, no fuerte sino con la misma intensidad que uno haría normalmente.
Ya sin sentir el cuerpo cansado y curando sus heridas gracias a su akuma, el castaño fue a la siguiente casa y tocó la puerta, después de todo todavía tenía que encontrar a la niña perdida.
- Pues una lástima. Conseguiré aprender por mis propios medios, y si todo llega a ser como dices, si necesito tener ira y odio para vivir, pues moriré bajo mis principios - "y no me volveré la cáscara de un hombre" habría dicho de no ser por que no sería lo que un héroe dijese en esa situación. Viéndose tentado por el poder propio de la oscuridad, cualquier héroe lo rechazaría y se volvería más fuerte como pudiese. Si usaba su odio, si tuviera que mantenerse iracundo en cada batalla, quizás llegase a herir a algún aliado o se volvería alguien que asesinase enemigos para aliviar su ira. No, aquello era lo mejor - Lamento no aceptar el entrenamiento, y espero que puedas solucionar los problemas que te aquejan - y era obvio que tenía muchos de esos últimos, nadie tenía aquellas pintas ni vivía en un lugar así si no tuviese un motivo específico. Itkovian le hizo una caricia al pony casi por costumbre con su mascota antes de salir - Gracias por vuestra ayuda - diría antes de cerrar la puerta, no fuerte sino con la misma intensidad que uno haría normalmente.
Ya sin sentir el cuerpo cansado y curando sus heridas gracias a su akuma, el castaño fue a la siguiente casa y tocó la puerta, después de todo todavía tenía que encontrar a la niña perdida.
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