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![¿Dividís a partes iguales, o cómo va esto? - Moderado Nvl. 3 [Northen Wolves] Empty](https://2img.net/i/empty.gif)
¡Bienvenidos a Gracia! Bueno... bienvenidos no. Ya lleváis aquí varios días. Cómo llegasteis hasta esta isla del East Blue es algo que no me concierne, pero la cuestión es que habéis decidido venir por una sugerente oferta de trabajo. Hay quien piensa que los piratas son los mejores mercenarios que se pueden contratar. ¿Quién creería a un pirata si tras ser capturado delatase a quien adquirió sus servicios? Alguien habrá, pero muchos otros pensarán que no es más que algún tipo de excusa desesperada, ¿no?
La cuestión es que se pusieron en contacto con vosotros (a vuestra elección el método) durante vuestra estancia en la última isla que visitasteis. Un tipo asquerosamente rico ha oído hablar de vosotros. No sabéis quién es, pero la suma de dinero que ofrece a cambio de vuestros servicios es tanta que, pese a no saber casi nada acerca de lo que os quiere proponer, habéis optado por probar suerte. ¿Cuánto era? No os acordáis, pero si no fuera mucho no estaríais ahí. Aunque tal vez prometiera algo mejor que el dinero... Maldita memoria.
Os encontráis en la plaza "White Moon", la más grande e importante de toda la isla. Os dijeron que se pondrían en contacto con vosotros ahí, ¿verdad? Pasa un buen rato y nadie parece acercarse a vosotros, y no tendría mucho sentido ir preguntando al primero que pasa si os quiere contratar para hacer cosas malas. Justo cuando penséis que quien sea os ha engañado, podréis reparar en que un tipo bajito y orondo os mira desde la esquina de un callejón que da a la plaza. Viste un esmoquin negro, y emplea una chistera cuyo tamaño es igual al del propio sujeto.
Si detenéis vuestra mirada en él, comprobaréis que os hace un gesto con la cabeza y se pierde en la oscuridad del callejón. ¿Cómo lo veis?
La cuestión es que se pusieron en contacto con vosotros (a vuestra elección el método) durante vuestra estancia en la última isla que visitasteis. Un tipo asquerosamente rico ha oído hablar de vosotros. No sabéis quién es, pero la suma de dinero que ofrece a cambio de vuestros servicios es tanta que, pese a no saber casi nada acerca de lo que os quiere proponer, habéis optado por probar suerte. ¿Cuánto era? No os acordáis, pero si no fuera mucho no estaríais ahí. Aunque tal vez prometiera algo mejor que el dinero... Maldita memoria.
Os encontráis en la plaza "White Moon", la más grande e importante de toda la isla. Os dijeron que se pondrían en contacto con vosotros ahí, ¿verdad? Pasa un buen rato y nadie parece acercarse a vosotros, y no tendría mucho sentido ir preguntando al primero que pasa si os quiere contratar para hacer cosas malas. Justo cuando penséis que quien sea os ha engañado, podréis reparar en que un tipo bajito y orondo os mira desde la esquina de un callejón que da a la plaza. Viste un esmoquin negro, y emplea una chistera cuyo tamaño es igual al del propio sujeto.
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- ¿Por qué vinimos aquí? Ya no lo recuerdo... - Pregunta en tono suave el joven Shenyun mientras se levanta del suelo de la plaza donde se encontraba sentado, pues tras deambular por la ciudad desde que llegaron como polizones en un barco mercante.
- Un hombre nos contrató por una cantidad de dinero elevada, creo, no recuerdo la cifra o si realmente era dinero. Pero sí que nos contrataron para un servicio que aún no nos han especificado. - Le responde Shenhua en tono similar, no quieren que se enteren los demás de lo que hacen en aquella ciudad.
Al parecer alguien se reuniría con los piratas en aquella extraña plaza, pero en todo el tiempo que llevan allí no hubo nadie que diera el mínimo indicio de querer contactar con ellos, y preguntar aleatoriamente por el contrato sería temerario, quien sabe que podría ocurrir.
Shenyun, ya algo cansado de todo decide echar un ojo al entorno, dada su calidad analítica y su gusto por estudiar a los demás por su propio bien, es entonces cuando un sujeto de estatura baja, ataviado con un smokin y un sobrero de copa que le iguala en altura, que forma más estravagante de vestir y de proclamar su status socioeconómico. Al fijarse un poco el hombre le hace una seña con la cabeza y se pierde en la oscuridad. Shenyun sabe que ese es el contratante, por lo que hace una seña a su hermana y se marchan ambos tras el sujeto.
- Un hombre nos contrató por una cantidad de dinero elevada, creo, no recuerdo la cifra o si realmente era dinero. Pero sí que nos contrataron para un servicio que aún no nos han especificado. - Le responde Shenhua en tono similar, no quieren que se enteren los demás de lo que hacen en aquella ciudad.
Al parecer alguien se reuniría con los piratas en aquella extraña plaza, pero en todo el tiempo que llevan allí no hubo nadie que diera el mínimo indicio de querer contactar con ellos, y preguntar aleatoriamente por el contrato sería temerario, quien sabe que podría ocurrir.
Shenyun, ya algo cansado de todo decide echar un ojo al entorno, dada su calidad analítica y su gusto por estudiar a los demás por su propio bien, es entonces cuando un sujeto de estatura baja, ataviado con un smokin y un sobrero de copa que le iguala en altura, que forma más estravagante de vestir y de proclamar su status socioeconómico. Al fijarse un poco el hombre le hace una seña con la cabeza y se pierde en la oscuridad. Shenyun sabe que ese es el contratante, por lo que hace una seña a su hermana y se marchan ambos tras el sujeto.
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Lo que parecía ser un simple callejón se convierte en un laberinto. Lográis seguir al tipo de la chistera de milagro porque, cada vez que vez dobláis una esquina, apenas alcanzáis a ver cómo su cuerpo desaparece tras girar en la siguiente. Seguís esta dinámica hasta desembocar en un callejón bastante más amplio. De hecho, parece una calle "normal" en medio de un hormiguero.
No hay absolutamente nada a vuestro alrededor; únicamente los adoquines del suelo y las frías y grises paredes que se elevan hasta el cielo. Si os fijáis, tampoco hay ventanas en los edificios que forman los límites del callejón. No obstante, podeis apreciar que en la fachada del edificio de vuestra derecha hay una puerta. Un tipo grande y orondo parece vigilarla. Luce completamente descuidado, vistiendo una camiseta blanca sin mangas y llena de lamparones. No tiene pelo en la parte superior de su cabeza, pero sí en los laterales, y lo lleva recogido en una grasienta y pelirroja cola.
El sujeto de la chistera entra, y si lo seguís el de la puerta os dirigirá un gruñido. Sin embargo, podréis entrar sin problema. Hay un mostrador frente a vosotros. A la derecha del mismo podéis ver un ascensor, y a la izquierda unas escaleras. A pesar de ello, el de la chistera se introduce en una habitación lateral. Si lo seguís, comprobareis que es poco más que un cuarto de escobas con un escritorio. Una solitaria bombilla en el techo sirve de iluminación, y en cuanto entréis se dirigirá a vosotros.
-Una caravana, tres vehículos: uno para vosotros y dos para nosotros. -Pese a lo cerca que estáis, sois incapaces de distinguir más que una ganchuda nariz bajo la chistera. No parece que quiera añadir nada. ¿Será eso una oferta o proposición?
No hay absolutamente nada a vuestro alrededor; únicamente los adoquines del suelo y las frías y grises paredes que se elevan hasta el cielo. Si os fijáis, tampoco hay ventanas en los edificios que forman los límites del callejón. No obstante, podeis apreciar que en la fachada del edificio de vuestra derecha hay una puerta. Un tipo grande y orondo parece vigilarla. Luce completamente descuidado, vistiendo una camiseta blanca sin mangas y llena de lamparones. No tiene pelo en la parte superior de su cabeza, pero sí en los laterales, y lo lleva recogido en una grasienta y pelirroja cola.
El sujeto de la chistera entra, y si lo seguís el de la puerta os dirigirá un gruñido. Sin embargo, podréis entrar sin problema. Hay un mostrador frente a vosotros. A la derecha del mismo podéis ver un ascensor, y a la izquierda unas escaleras. A pesar de ello, el de la chistera se introduce en una habitación lateral. Si lo seguís, comprobareis que es poco más que un cuarto de escobas con un escritorio. Una solitaria bombilla en el techo sirve de iluminación, y en cuanto entréis se dirigirá a vosotros.
-Una caravana, tres vehículos: uno para vosotros y dos para nosotros. -Pese a lo cerca que estáis, sois incapaces de distinguir más que una ganchuda nariz bajo la chistera. No parece que quiera añadir nada. ¿Será eso una oferta o proposición?
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Aquel callejon en un abrir y cerrar de ojos se vuelve un autentico laberinto, y para más desgracia de los hermanos, el hombre es sumamente veloz, siendo que solo logran seguirlo por el rastro de su sombrero en las esquinas conforme giran en la anterior.
- Maldito bastardo, ¿cómo puede ser tan rápido? - Dice en un susurro Shenyun mientras persigue a ese hombre junto a su hermana.
Al final de la persecusión, los dos hermanos se encuentran con un callejón más amplio, casi similar a una calle en mitad de un hormiguero. Eso sí que no se lo esperaban los hermanos.
- Mierda, no encuentro a ese imbécil... - Dice Shenhua con una voz entre desesperación y ansias de sangre.
Aquel entorno es aburrido hasta la saciedad, solo adoquines y paredes grises hasta donde alcanza la vista, ni una sola ventana en todos los edificios que conforman los callejones. Hasta que la vista de los hermanos se encuentra con un hombre enorme, pero enorme en todos los sentidos, de grande y de gordo. Su cabeza desprovista de pelo salvo por el lateral y una fea cola de caballo roja y grasienta.
Es entonces cuando se encuentran con el hombre de la chistera introduciéndose en ese edificio, y al seguirlo perciben un gruñido por parte del vigilante, pero nada más, por lo que siguen adelante.
El lugar es una recepción, un mostrador frente a los hermanos, unas escaleras a su izquierda y un ascensor a la derecha, pero eso no les interesa a los piratas, sino que les interesa seguir al hombre al qe seguían todo el tiempo, el cual se cuela por una puerta lateral, que lleva a una estancia que no es más que un cuarto de escobas, en el cual colocaron un escritorio, casi pareciendo una guarida de mafia o prestamistas. La iluminación corre a cuenta de una sola bombilla, y en cuanto entran, se dirigen a los hermanos, una frase sobre una caravana de tres vehículos, y el emisor de las palabras es solamente una ganchuda nariz, pues la chistera cubre la mayor parte de su rostro.
No saber como es el interlocutor produce inquietud en Shenyun, pero no perderá el tiempo con sospechas, aprovechará todo para sacar la máxima información gracias a sus juegos mentales.
- ¿Donde y cuándo? ¿Cuál será el objetivo de esta caravana? - Pregunta Shenyun, sin dar una respuesta firme, solo dejando entender que está dispuesto, aquello va a ser un enfrentamiento de sonsacar información.
- Maldito bastardo, ¿cómo puede ser tan rápido? - Dice en un susurro Shenyun mientras persigue a ese hombre junto a su hermana.
Al final de la persecusión, los dos hermanos se encuentran con un callejón más amplio, casi similar a una calle en mitad de un hormiguero. Eso sí que no se lo esperaban los hermanos.
- Mierda, no encuentro a ese imbécil... - Dice Shenhua con una voz entre desesperación y ansias de sangre.
Aquel entorno es aburrido hasta la saciedad, solo adoquines y paredes grises hasta donde alcanza la vista, ni una sola ventana en todos los edificios que conforman los callejones. Hasta que la vista de los hermanos se encuentra con un hombre enorme, pero enorme en todos los sentidos, de grande y de gordo. Su cabeza desprovista de pelo salvo por el lateral y una fea cola de caballo roja y grasienta.
Es entonces cuando se encuentran con el hombre de la chistera introduciéndose en ese edificio, y al seguirlo perciben un gruñido por parte del vigilante, pero nada más, por lo que siguen adelante.
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No saber como es el interlocutor produce inquietud en Shenyun, pero no perderá el tiempo con sospechas, aprovechará todo para sacar la máxima información gracias a sus juegos mentales.
- ¿Donde y cuándo? ¿Cuál será el objetivo de esta caravana? - Pregunta Shenyun, sin dar una respuesta firme, solo dejando entender que está dispuesto, aquello va a ser un enfrentamiento de sonsacar información.
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El tipo de la chistera os mira. Bueno, supones que te mira porque su descomunal nariz apunta hacia vosotros. No obstante, seguís sin poder apreciar ninguna facción de su rostro más allá de... bueno, creo que no es necesario repetirlo. Parece estar evaluando si responde a vuestras preguntas o no. No hay que ser muy listo para entenderlo, ¿verdad?
-Hoy -dice finalmente-. El dónde es algo que no os diré hasta que aceptéis, y lo que hay en las caravanas y el destino de las mismas no os interesa ahora ni lo hará más adelante.
El sujeto mira entonces un reloj de bolsillo. No os dice nada, pero todo apunta a que se está impacientando por algún motivo. Claro que todo podría ser una burda estrategia para tratar de meteros un poco de presión. Por desgracia para vosotros, es algo que no podéis saber. Más allá de ese gesto, nada cambia en el individuo.
A vuestras espaldas, podéis oír cómo el ascensor y varias de las puertas del recibidor se abren. Esto va acompañado de un murmullo que poco a poco va adquiriendo la categoría de alboroto. Si miráis hacia atrás no podréis ver nada por el momento, pero es obvio que se está produciendo algún tipo de movimiento. ¿Qué estará pasando?
-Hoy -dice finalmente-. El dónde es algo que no os diré hasta que aceptéis, y lo que hay en las caravanas y el destino de las mismas no os interesa ahora ni lo hará más adelante.
El sujeto mira entonces un reloj de bolsillo. No os dice nada, pero todo apunta a que se está impacientando por algún motivo. Claro que todo podría ser una burda estrategia para tratar de meteros un poco de presión. Por desgracia para vosotros, es algo que no podéis saber. Más allá de ese gesto, nada cambia en el individuo.
A vuestras espaldas, podéis oír cómo el ascensor y varias de las puertas del recibidor se abren. Esto va acompañado de un murmullo que poco a poco va adquiriendo la categoría de alboroto. Si miráis hacia atrás no podréis ver nada por el momento, pero es obvio que se está produciendo algún tipo de movimiento. ¿Qué estará pasando?
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Interesante, aquelo se parece cada vez más a un escenario en el que Skoll se mueva mejor que Hati. Su placer por los juegos con la mente humana será de gran ayuda en una situación de negociación de términos, y por ahora, la cosa pinta mal para Shenyun. Ese sujeto de nariz ganchuda es duro de roer, pero el choque de mentes no ha hecho más que comenzar. Tras las palabras del pelinegro el de la chistera hace indicio de mirarles, bueno, eso intuyen al ver su ganchuda nariz apuntando hacia ellos, nada más.
El hombre les informa de que el trato es para el día de hoy, pero no da más información más allá de eso. Sin saber la ubicación Shenyun no puede elaborar medidas de respuesta a contratiempos, por lo que al menos tratará de averiguar el emplazamiento de la tarea encargada por el hombre.
- Bueno, teniendo en cuenta que usted nos ha contactado, quisiera tener preparadas medidas de respuesta a contratiempos que puedan surgir, y para ello necesito la localización del convoy. Sin saber si es viable establecer dichas medidas sería complicado tomar una decisión. El contenido puede quedarse en el anonimato si así lo desea. - Responde Shenyun esperando que la treta de ceder una información juege con la mente de aquel hombre y le haga revelar la ubicación, aunque sea por descuido.
Shenhua por su parte permanece apoyada en la pared, sin decir ni hacer nada por el momento, dado que este es el terreno de su hermano. Pero no dudaría en mostrar sus capacidades si así se lo pidiera Shenyun.
El hombre les informa de que el trato es para el día de hoy, pero no da más información más allá de eso. Sin saber la ubicación Shenyun no puede elaborar medidas de respuesta a contratiempos, por lo que al menos tratará de averiguar el emplazamiento de la tarea encargada por el hombre.
- Bueno, teniendo en cuenta que usted nos ha contactado, quisiera tener preparadas medidas de respuesta a contratiempos que puedan surgir, y para ello necesito la localización del convoy. Sin saber si es viable establecer dichas medidas sería complicado tomar una decisión. El contenido puede quedarse en el anonimato si así lo desea. - Responde Shenyun esperando que la treta de ceder una información juege con la mente de aquel hombre y le haga revelar la ubicación, aunque sea por descuido.
Shenhua por su parte permanece apoyada en la pared, sin decir ni hacer nada por el momento, dado que este es el terreno de su hermano. Pero no dudaría en mostrar sus capacidades si así se lo pidiera Shenyun.
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-No creas que no sé qué estás haciendo, chico -dice tu interlocutor-. Yo me dedicaba a esto antes de que tú nacieras y, probablemente, antes de que tu padre decidiera tirarse a tu madre. -Entonces se calla y dirige una mirada hacia la puerta que hay detrás de ti -o eso intuyes por la dirección de su nariz-, Shenyun.
No sé cuál es exactamente la posición de Shenhua en la estancia, pero si puede ver el exterior comprobará que una gran cantidad de hombres se dirigen hacia la puerta de salida. Dos docenas al menos, tal vez más.
-Es una zona bastante céntrica de la ciudad. Tras averiguar cuál sería la ruta del convoy y estudiarla a fondo, vimos que era el único lugar en el que era mínimamente accesible. El sitio no se encuentra muy lejos de su destino final, pero si sois rápidos deberíais ser capaces de haceros con la mercancía antes de que lleguen refuerzos. Cómo nos lo llevaremos todo es cosa nuestra, pero necesito una respuesta ya. Nos ponemos en marcha y tengo algunos interesados que estarían encantados de ocupar vuestra posición.
Cuando su pequeño discurso termina, podéis oír cómo las puertas del edificio se abren. Los tipos que han ido desfilando por el recibidor están saliendo, y el hombre de la chistera ha vuelto a mirar su reloj de bolsillo y ha abandonado su posición al otro lado de la mesa. Parece que vuestra respuesta será la definitiva y que no habrá más negociación -si es que a esto se le puede llamar así-. Una vez más, nada hace pensar que os esté mintiendo, pero quién sabe... Todo podría ser un espectáculo creado para meteros presión.
No sé cuál es exactamente la posición de Shenhua en la estancia, pero si puede ver el exterior comprobará que una gran cantidad de hombres se dirigen hacia la puerta de salida. Dos docenas al menos, tal vez más.
-Es una zona bastante céntrica de la ciudad. Tras averiguar cuál sería la ruta del convoy y estudiarla a fondo, vimos que era el único lugar en el que era mínimamente accesible. El sitio no se encuentra muy lejos de su destino final, pero si sois rápidos deberíais ser capaces de haceros con la mercancía antes de que lleguen refuerzos. Cómo nos lo llevaremos todo es cosa nuestra, pero necesito una respuesta ya. Nos ponemos en marcha y tengo algunos interesados que estarían encantados de ocupar vuestra posición.
Cuando su pequeño discurso termina, podéis oír cómo las puertas del edificio se abren. Los tipos que han ido desfilando por el recibidor están saliendo, y el hombre de la chistera ha vuelto a mirar su reloj de bolsillo y ha abandonado su posición al otro lado de la mesa. Parece que vuestra respuesta será la definitiva y que no habrá más negociación -si es que a esto se le puede llamar así-. Una vez más, nada hace pensar que os esté mintiendo, pero quién sabe... Todo podría ser un espectáculo creado para meteros presión.
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Aquél sujeto parece dedicarse a la extorsión y chantaje desde hace mucho tiempo, pero al menos Shenyun consiguió su objetivo, por lo que tan mal no lo habría hecho. Shenhua está apoyada mirando todo lo que ocurre, tanto dentro como fuera del armario. El hombre señala a la puerta y hace referencia a que necesitan una respuesta rápida. Que hay más voluntarios a realizar el trabajo, el hombre parece tener prisa siempre, como el conejo blanco de Alicia en el país de las maravillas.
- Creo que deberíamos aceptar hermano, la ruta es sencilla por lo que veo, y somos más rápidos que la mayoría de los que puedan perseguirnos. Además, si salimos ahora nos mezclaremos con la gente que sale y será más fácil pasar inadvertidos. - Dice Shenhua señalando el recibidor donde una gran cantidad de personas se dirige a la puerta.
- De acuerdo, aceptamos, dime los detalles de la tarea para que no hayan fallos. - Responde Shenyun con una voz firme y sentenciando un acuerdo.
- Creo que deberíamos aceptar hermano, la ruta es sencilla por lo que veo, y somos más rápidos que la mayoría de los que puedan perseguirnos. Además, si salimos ahora nos mezclaremos con la gente que sale y será más fácil pasar inadvertidos. - Dice Shenhua señalando el recibidor donde una gran cantidad de personas se dirige a la puerta.
- De acuerdo, aceptamos, dime los detalles de la tarea para que no hayan fallos. - Responde Shenyun con una voz firme y sentenciando un acuerdo.
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Pues bien, aceptáis. Me parece bien. El hombre de la chistera os deja salir delante de él y, si lo hacéis, comprobaréis que la multitud que abandonaba la edificación ha desaparecido sin hacer ruido. No sabéis hacia dónde han ido ni si eran reales siquiera. ¿No estaréis alucinando? Esperemos que no.
El tipo no satisface la demanda de Shenyun. En su lugar, sale al exterior, hace un gesto con la cabeza al tipo grasiento y unos instantes después un extraño vehículo se presenta ante vosotros.
Es un coche de lo más extraño, de tres plazas colocadas en fila. De hecho, lo único que hace que no sea una moto son las cuatro ruedas que podéis ver, y que los asientos son completamente herméticos.
-Los detalles son que os las apañéis para acabar con la seguridad de los transportes. Es un lugar transitado, y créeme si te digo que, de haber una manera de preparar el terreno sin llamar la atención, ya lo habríamos hecho nosotros.
Entonces os abre la puerta del cubículo del centro y del final, sugiriéndoos que entréis. Con un rápido vistazo podréis saber que cada receptáculo se encuentra aislado de los demás, y que están cerrados de modo que no podáis ver nada del exterior.
Pareciera que no quieren que sepáis adónde vais. ¿Qué decís? ¿Entráis o no?
El tipo no satisface la demanda de Shenyun. En su lugar, sale al exterior, hace un gesto con la cabeza al tipo grasiento y unos instantes después un extraño vehículo se presenta ante vosotros.
Es un coche de lo más extraño, de tres plazas colocadas en fila. De hecho, lo único que hace que no sea una moto son las cuatro ruedas que podéis ver, y que los asientos son completamente herméticos.
-Los detalles son que os las apañéis para acabar con la seguridad de los transportes. Es un lugar transitado, y créeme si te digo que, de haber una manera de preparar el terreno sin llamar la atención, ya lo habríamos hecho nosotros.
Entonces os abre la puerta del cubículo del centro y del final, sugiriéndoos que entréis. Con un rápido vistazo podréis saber que cada receptáculo se encuentra aislado de los demás, y que están cerrados de modo que no podáis ver nada del exterior.
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El hombre parece alegrarse del acurdo, aunque eso es solo una suposición del joven Shenyun mientras sale junto a su hermana de aquella sala, encontrándose con un vestíbulo vacío, cosa extraña pues apenas unos segundos antes había un mar de personas saliendo por lo que que en tan poco tiempo se vacíe el lugar se hace realmente curioso para el joven pirata que no se separa de su hermana, pues a saber los planes que tienen esas personas para los hermaons.
En cuanto a la información solicitada por el joven Skoll, no queda satisfecha, el hombre no suelta información alguna sobre ello, solamente sale y con una señal a un hombre grasiento hace que aparezca un vehículo bastante extraño, similar a una moto, pero con compartimentos separados, pero con cuatro ruedas, lo que descarta la teoría de que fuera una moto. Es entonces cuando el hombre se decide a hablar, diciendo que no hay vías de escape, que es un lugar transitado y que ellos deberían encontrar la forma de acabar con la seguridad del convoy, así como termina de hablar abre las puertas del centro y del final invitando a que los hermanos entren.
Y así como abren la puerta, Shenyun y Shenhua entran en el receptáculo central, los dos juntos, no van a separarse pues trabajan mejor en equipo que por separado. Dado que no tienen vision del exterior desde dentro, Shenhua agudiza su olfato, tratando de identificar presencias con el olfato tan agudo que tiene. Ambos preparados para actuar en cuanto fuera necesario.
En cuanto a la información solicitada por el joven Skoll, no queda satisfecha, el hombre no suelta información alguna sobre ello, solamente sale y con una señal a un hombre grasiento hace que aparezca un vehículo bastante extraño, similar a una moto, pero con compartimentos separados, pero con cuatro ruedas, lo que descarta la teoría de que fuera una moto. Es entonces cuando el hombre se decide a hablar, diciendo que no hay vías de escape, que es un lugar transitado y que ellos deberían encontrar la forma de acabar con la seguridad del convoy, así como termina de hablar abre las puertas del centro y del final invitando a que los hermanos entren.
Y así como abren la puerta, Shenyun y Shenhua entran en el receptáculo central, los dos juntos, no van a separarse pues trabajan mejor en equipo que por separado. Dado que no tienen vision del exterior desde dentro, Shenhua agudiza su olfato, tratando de identificar presencias con el olfato tan agudo que tiene. Ambos preparados para actuar en cuanto fuera necesario.
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El tipo de la chistera chasquea la lengua al ver que os metéis en la misma cabina. Parece que os va a decir algo, pero finalmente se calla y se limita a cerraros la puerta. No obstante, podéis oír cómo una voz desconocida se dirige a él.
-No estoy para aguantar a mocosos rebeldes. Si vuelven a hacer algo así, les pegas un tiro en la nuca y listo. -Es una voz áspera y dura, propia de alguien tan acostumbrado a fumar como a mandar. Tal vez debáis tener en cuenta el comentario. Quienes os han contratado no tienen pinta de ser demasiado pacientes ni comprensivos, y mucho menos de que les importe un ápice vuestra relación fraternal.
A Shenhua únicamente le llega un intenso olor a orina, el cual proviene de los rincones del amplio callejón en el que os encontráis. Además de eso, casi eclipsado por el aroma de la orina, tal vez pueda percibir una mezcla de un sinfín de olores corporales diferentes. Al fin y al cabo una multitud de hombres acaba de salir de ahí. Por desgracia para vosotros, además de ser muchísimos son tapados casi por completo por la orina.
Escucháis un portazo proveniente de la cabina que habéis decidido no ocupar -¿habrá entrado alguien o sólo la han cerrado?- y, poco después, el transporte se pone en marcha. Hace un recorrido muy largo, excesivamente largo de hecho: derecha, izquierda, derecha, derecha otra vez y un breve recorrido circular -o no, tal vez eso último haya sido producto de vuestra imaginación-. El vehículo se mueve tanto que es imposible distinguir qué parte del trayecto es recorrido verdadero y qué parte corresponde a una maniobra de despiste. ¿Acaso no quieren que sepáis cómo volver al punto de partida? Puede ser, porque Shenhua no es capaz de oler nada a parte del ambientador de pino que cuelga y se bambolea frente a sus narices.
Tras un periplo obscenamente largo y pesado, os abren la puerta. Si salís, veréis que no hay nadie aparte del hombre de la chistera, que cierra la puerta y vuelve a los mandos del transporte.
-El convoy debería llegar en unos veinte minutos. Aseguraos de hacer vuestro trabajo -dice mientras se pone en marcha y desaparece por un callejón. Qué maleducado, ¿verdad? Podría haber dado margen para que preguntaseis o algo, pero no.
En fin, el tipo ha señalado con un dedo hacia vuestras espaldas, por lo que es de suponer que vuestro objetivo aparecerá por allí. Os encontráis en una calle muy pintoresca, de ladrillos rojos y casas blancas con tejas de barro. La anchura de la misma es de aproximadamente cuatro metros, y no hay ni un alma en la zona. ¿Será cosa de vuestros anfitriones? ¿Quién sabe?
Por otro lado, además de los callejones que aparecen periódicamente entre las casas, podéis ver que os encontráis en algo así como un primer nivel. Cada diez metros, en el lugar que debería ocupar una casa aparece un puente que comunica las calles del nivel superior al que os encontráis, distribuyéndose como arcadas sobre un pasillo. Aún tenéis veinte minutos, tal vez podáis disponer un poco el entorno a vuestro favor.
-No estoy para aguantar a mocosos rebeldes. Si vuelven a hacer algo así, les pegas un tiro en la nuca y listo. -Es una voz áspera y dura, propia de alguien tan acostumbrado a fumar como a mandar. Tal vez debáis tener en cuenta el comentario. Quienes os han contratado no tienen pinta de ser demasiado pacientes ni comprensivos, y mucho menos de que les importe un ápice vuestra relación fraternal.
A Shenhua únicamente le llega un intenso olor a orina, el cual proviene de los rincones del amplio callejón en el que os encontráis. Además de eso, casi eclipsado por el aroma de la orina, tal vez pueda percibir una mezcla de un sinfín de olores corporales diferentes. Al fin y al cabo una multitud de hombres acaba de salir de ahí. Por desgracia para vosotros, además de ser muchísimos son tapados casi por completo por la orina.
Escucháis un portazo proveniente de la cabina que habéis decidido no ocupar -¿habrá entrado alguien o sólo la han cerrado?- y, poco después, el transporte se pone en marcha. Hace un recorrido muy largo, excesivamente largo de hecho: derecha, izquierda, derecha, derecha otra vez y un breve recorrido circular -o no, tal vez eso último haya sido producto de vuestra imaginación-. El vehículo se mueve tanto que es imposible distinguir qué parte del trayecto es recorrido verdadero y qué parte corresponde a una maniobra de despiste. ¿Acaso no quieren que sepáis cómo volver al punto de partida? Puede ser, porque Shenhua no es capaz de oler nada a parte del ambientador de pino que cuelga y se bambolea frente a sus narices.
Tras un periplo obscenamente largo y pesado, os abren la puerta. Si salís, veréis que no hay nadie aparte del hombre de la chistera, que cierra la puerta y vuelve a los mandos del transporte.
-El convoy debería llegar en unos veinte minutos. Aseguraos de hacer vuestro trabajo -dice mientras se pone en marcha y desaparece por un callejón. Qué maleducado, ¿verdad? Podría haber dado margen para que preguntaseis o algo, pero no.
En fin, el tipo ha señalado con un dedo hacia vuestras espaldas, por lo que es de suponer que vuestro objetivo aparecerá por allí. Os encontráis en una calle muy pintoresca, de ladrillos rojos y casas blancas con tejas de barro. La anchura de la misma es de aproximadamente cuatro metros, y no hay ni un alma en la zona. ¿Será cosa de vuestros anfitriones? ¿Quién sabe?
Por otro lado, además de los callejones que aparecen periódicamente entre las casas, podéis ver que os encontráis en algo así como un primer nivel. Cada diez metros, en el lugar que debería ocupar una casa aparece un puente que comunica las calles del nivel superior al que os encontráis, distribuyéndose como arcadas sobre un pasillo. Aún tenéis veinte minutos, tal vez podáis disponer un poco el entorno a vuestro favor.
Northen Wolves
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Aquellos hombres parecen molestarse con el hecho de que los hermanos se suban en el mismo habitáculo, pero en gran medida la culpa es de ellos, la falta de comunicación y datos es cosa de ellos, Shenyun comprende cierto nivel de secretismo pero tanto como para no decirles si tienen que subirse cada uno en un habitáculo o pueden subir en el mismo es ridículo. Los hermanos llegan a escuchar la protesta de una extraña voz, no es ninguna que hubieran escuchado hasta el momento, pero eso tampoco es decir mucho, apenas hablaron Shenyun y el hombre de la chistera, pero tampoco es algo que le inquiete demasiado al pelinegro, si se ponen molestos bastaría con marcharse o acabar con alguno de ellos para poder irse tranquilos, y en ambos casos están preparados los hermanos.
Mientras tanto la puerta del compartimento libre se cierra con fuerza, casi como cuando alguien da un portazo cabreado con alguien. Shenhua apenas nota olores de orin, que la hacen taparse la nariz, aunque nota algunos olores distintos no son para nada diferenciables de la peste del orin.
- Que asco de gente, no pueden orinar en los aseos como todo el mundo... - Dice Shenhua en un susurro casi inaudible, que de oírlo solo lo oiría Shenyun.
Shenyun, que trataba de dar con la ruta, se pierde entre tanto giro, esa gente sabe lo que hace para ocultar sus rutas. Hasta que al fin se detienen. Menudo viajecito. Al salir por la puerta abierta se ve al hombre de la chistera, que en cuanto se bajan los hermanos cierra la puerta y vuelve a los mandos de ese extraño vehículo al tiempo que dice que el convoy llega en veinte minutos y que se aseguren de cumplir con el trabajo para luego largarse sin dar tiempo a pregunta alguna.
- Menuda faena... Hati, conviertete en lobo y escóndete donde puedas ver y oler pero sin ser vista, yo me esconderé en algún lado. - Dice Shenyun mientras se esconde en un arco observando todo a su alrededor. Y Shenhua haciendo caso a su hermano se esconde bajo uno de los múltiples puentes que hay, al igual que Shenyun.
Mientras tanto la puerta del compartimento libre se cierra con fuerza, casi como cuando alguien da un portazo cabreado con alguien. Shenhua apenas nota olores de orin, que la hacen taparse la nariz, aunque nota algunos olores distintos no son para nada diferenciables de la peste del orin.
- Que asco de gente, no pueden orinar en los aseos como todo el mundo... - Dice Shenhua en un susurro casi inaudible, que de oírlo solo lo oiría Shenyun.
Shenyun, que trataba de dar con la ruta, se pierde entre tanto giro, esa gente sabe lo que hace para ocultar sus rutas. Hasta que al fin se detienen. Menudo viajecito. Al salir por la puerta abierta se ve al hombre de la chistera, que en cuanto se bajan los hermanos cierra la puerta y vuelve a los mandos de ese extraño vehículo al tiempo que dice que el convoy llega en veinte minutos y que se aseguren de cumplir con el trabajo para luego largarse sin dar tiempo a pregunta alguna.
- Menuda faena... Hati, conviertete en lobo y escóndete donde puedas ver y oler pero sin ser vista, yo me esconderé en algún lado. - Dice Shenyun mientras se esconde en un arco observando todo a su alrededor. Y Shenhua haciendo caso a su hermano se esconde bajo uno de los múltiples puentes que hay, al igual que Shenyun.
Therax Palatiard
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- Nota:
- "Debajo de las arcadas" significa debajo del puente, en medio del camino, pero daré por hecho que te referías a un lateral.
Conforme el tiempo pasa, si Shenhua está pendiente de las percepciones de su olfato, notará que se acerca una comitiva. Son muchos olores diferentes, pero se mezclan con los de las personas que han pasado por allí antes. ¿El número de escoltas? Para saberlo deberíais mirarlo por vosotros mismos, pero me parece que resultaría un tanto sospechoso: una calle desierta y una cabeza que se asoma un poco para ver quién viene. No sé, es cuanto menos inquietante -y sí, os verán y no se lo pensarán antes de tratar de inmovilizaros; su función es escoltar el convoy y hacen bien su trabajo-. Seguramente habrá decenas de posiciones mejores en las cercanías para observar el avance y las características de vuestro objetivo, pero ¿qué se le va a hacer?
Cada vez están más cerca; podéis oír las pisadas de la guardia y el sonido de las ruedas de... ¿qué demonios será eso? Bueno, el caso es que los vehículos y quienes los guardan están a punto de aparecer entre vosotros, y dudo mucho que os reciban con los brazos abiertos. ¡Pensad rápido!
- Nota:
- En caso de que decidáis asomaros, podréis distinguir tres vehículos y escoltas con un uniforme naranja chillón de lo más hortera. Los cuerpos de los de delante tapan parcialmente a los que tienen detrás, pero podréis estimar que son entre diez y quince. Lógicamente, si no os asomáis y esperáis a que lleguen a vuestra posición no podréis saber esto.
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