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El ambiente de aquel bar era bastante tranquilo, las pocas personas que se encontraban bebiendo o comiendo algo parecían no estar interesadas en entablar conversaciones. De no ser por la buena iluminación con la que se contaba, este lugar se vería deprimente e incluso para algunos sería un buen sitio para realizar transacciones un tanto sospechosas. En cuanto a la higiene, era aceptable.
* Me hace sentir un tanto extraño, por lo general estos lugares son un poco más ruidosos, aunque de cierta forma es agradable.
La joven comiendo a mi lado debía sentir lo mismo, pues había comenzado a tararear una pequeña tonada mientras cortaba en pedazos pequeños la porción de carne del plato delante suyo (por cierto, una pila de otros 6 platos también podían apreciarse). Esta chica se había autoproclamado como mi sombra y como tal me seguiría a donde fuera, motivo por el cual no conseguí hacerla cambiar de opinión para dejarme viajar solo a este lugar.
* Tengo el presentimiento de que esa actitud suya me va a traer problemas en el futuro. *pensé mientras veía el rostro con quemaduras de Selebi.* ¿Debería hacerla ingresar al gobierno de alguna manera? Supongo que hablaré con ella después para pedir su opinión al respecto.
Desvié mi mirada a la entrada del bar en la espera de ver entrar por esta a mi nakama y capitán, Kimura Hayate. El motivo de encontrarme en la isla Mianna era un pedido de entrenamiento que había solicitado como un favor hacia mi capitán, siendo el bar más popular de la parte sur de Arete el punto de reunión.
Cuando hablé con Tobías sobre el tema y mi estancamiento en el control del mantra, él mencionó de manera casual el entrenamiento que realizó junto al pelirrojo. La única vez que entrené junto a al capitán fue cuando me enseñó a utilizar haki de armadura, lo cual fue hace mucho tiempo.
* Creo que en ese entonces era el cachorro de la manada… *por lo general mi actitud era bastante humilde, pero me gustaba pensar que el actual yo había dejado de ser un novato. Mi rango actual sería una prueba de ello, pero a decir verdad la única aprobación que mi importaba era la de mis compañeros.
La mano de Selebi me regresó a la realidad y al girar mi cabeza para ver qué es lo que quería, vi su mano hablándome en lengua de señas para expresar sin emoción en su rostro “Quiero otro”
Solté un pequeño suspiro.* ¿A dónde va toda esa comida? *levanté mi mano para llamar la atención del camarero y realizar otro pedido.
Esperaba que el capitán llegara antes de que mi cartera quedara vacía…
* Me hace sentir un tanto extraño, por lo general estos lugares son un poco más ruidosos, aunque de cierta forma es agradable.
La joven comiendo a mi lado debía sentir lo mismo, pues había comenzado a tararear una pequeña tonada mientras cortaba en pedazos pequeños la porción de carne del plato delante suyo (por cierto, una pila de otros 6 platos también podían apreciarse). Esta chica se había autoproclamado como mi sombra y como tal me seguiría a donde fuera, motivo por el cual no conseguí hacerla cambiar de opinión para dejarme viajar solo a este lugar.
* Tengo el presentimiento de que esa actitud suya me va a traer problemas en el futuro. *pensé mientras veía el rostro con quemaduras de Selebi.* ¿Debería hacerla ingresar al gobierno de alguna manera? Supongo que hablaré con ella después para pedir su opinión al respecto.
Desvié mi mirada a la entrada del bar en la espera de ver entrar por esta a mi nakama y capitán, Kimura Hayate. El motivo de encontrarme en la isla Mianna era un pedido de entrenamiento que había solicitado como un favor hacia mi capitán, siendo el bar más popular de la parte sur de Arete el punto de reunión.
Cuando hablé con Tobías sobre el tema y mi estancamiento en el control del mantra, él mencionó de manera casual el entrenamiento que realizó junto al pelirrojo. La única vez que entrené junto a al capitán fue cuando me enseñó a utilizar haki de armadura, lo cual fue hace mucho tiempo.
* Creo que en ese entonces era el cachorro de la manada… *por lo general mi actitud era bastante humilde, pero me gustaba pensar que el actual yo había dejado de ser un novato. Mi rango actual sería una prueba de ello, pero a decir verdad la única aprobación que mi importaba era la de mis compañeros.
La mano de Selebi me regresó a la realidad y al girar mi cabeza para ver qué es lo que quería, vi su mano hablándome en lengua de señas para expresar sin emoción en su rostro “Quiero otro”
Solté un pequeño suspiro.* ¿A dónde va toda esa comida? *levanté mi mano para llamar la atención del camarero y realizar otro pedido.
Esperaba que el capitán llegara antes de que mi cartera quedara vacía…
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La isla se me antojaba oscura, el clima era desagradable, la gente observándote todo el rato no hacía más que ponerme más nervioso. ¿Desde cuándo me importaban esas cosas? Me frustraba conmigo mismo, no era capaz de entender lo que me llevó a esta situación, y lo único que deseaba ahora era que pasara el tiempo. Me prometí a mí mismo que jamás volvería a pasar por esto, una vez esto se acabase y volviera a ostentar mi rango en la marina, me centraría principalmente en mi objetivo, ya lo había demorado mucho, y no iba a permitir que se retrasara más. Había llegado el momento de acelerar el plan.
-Hayi. ¿Falta mucho?
Jiro parecía algo cansado, no podía culparle, últimamente no pensaba mucho en cuanto nos movíamos a lo largo de la jornada, y en estas tres últimas no habíamos descansado. Le posé la mano en la cabeza y le dediqué una leve sonrisa, que por desgracia se notaba que era forzada.
-Casi estamos, hermanito.
A los cinco minutos llegamos, la entrada de aquél establecimiento hacía que se me revolviesen las tripas, era un lugar alegre y concurrido, pero ahora mismo no había nada que me repateara más que eso. De no ser por uno de mis hermanos lobos, no estaría aquí ahora, y aunque ni siquiera había entrado, ya estaba deseando salir.
Abrí la puerta de par en par sin importarme siquiera si resultaba muy ruidoso. Busqué por encima de la gente, tratando de buscar un rostro conocido. Un brazo se alzó y captó mi atención, era Bizvan, llamando a quien parecía no parar de servir un plato tras otro a la mesa, por lo menos la pila que allí encima había era lo que decía.
-Ahí está, jiro.
Avancé hasta Bizvan y me puse detrás de él, le puse una mano en el hombro a modo de saludo y me senté a su lado, Jiro se puso a mi lado mirando a Bizvan y saludando a la compañera de Bizvan con la mano, Selebi si mal no recuerdo.
-Habría preferido un lugar más apartado, amigo. Pero no podía negarme a venir. Me dijiste algo de un entrenamiento, pero no comprendí bien qué querías. Sea lo que sea te ayudaré, tan solo pídelo.
Mi habitual sonrisa se hallaba ausente, ahora había un gesto más serio en mi rostro, gesto que por más que quería no podía evitar. Lo que más desconocía y temía en aquél momento, era si Bizvan conocía el motivo de éste. Bien es cierto que estaba suspendido de empleo, no podía identificarme como marine, y cuando recibí la noticia, debido a los problemas ocasionados en Gazia, no pude evitar mostrar mi propio descontento y decepción hacia mí mismo y hacia Gusi, quien provocó todo aquello, y a quien no he vuelto a ver desde hace más de dos años. Pero no, no era todo eso el fruto de mi odio y frustración. Tan solo esperaba no verme obligado a decirlo, aunque por otro lado, a alguien como Bizvan, un miembro tan leal de los Crimson Wolves, así como un gran amigo, no le puedo negar una explicación si así me la pide.
-Hayi. ¿Falta mucho?
Jiro parecía algo cansado, no podía culparle, últimamente no pensaba mucho en cuanto nos movíamos a lo largo de la jornada, y en estas tres últimas no habíamos descansado. Le posé la mano en la cabeza y le dediqué una leve sonrisa, que por desgracia se notaba que era forzada.
-Casi estamos, hermanito.
A los cinco minutos llegamos, la entrada de aquél establecimiento hacía que se me revolviesen las tripas, era un lugar alegre y concurrido, pero ahora mismo no había nada que me repateara más que eso. De no ser por uno de mis hermanos lobos, no estaría aquí ahora, y aunque ni siquiera había entrado, ya estaba deseando salir.
Abrí la puerta de par en par sin importarme siquiera si resultaba muy ruidoso. Busqué por encima de la gente, tratando de buscar un rostro conocido. Un brazo se alzó y captó mi atención, era Bizvan, llamando a quien parecía no parar de servir un plato tras otro a la mesa, por lo menos la pila que allí encima había era lo que decía.
-Ahí está, jiro.
Avancé hasta Bizvan y me puse detrás de él, le puse una mano en el hombro a modo de saludo y me senté a su lado, Jiro se puso a mi lado mirando a Bizvan y saludando a la compañera de Bizvan con la mano, Selebi si mal no recuerdo.
-Habría preferido un lugar más apartado, amigo. Pero no podía negarme a venir. Me dijiste algo de un entrenamiento, pero no comprendí bien qué querías. Sea lo que sea te ayudaré, tan solo pídelo.
Mi habitual sonrisa se hallaba ausente, ahora había un gesto más serio en mi rostro, gesto que por más que quería no podía evitar. Lo que más desconocía y temía en aquél momento, era si Bizvan conocía el motivo de éste. Bien es cierto que estaba suspendido de empleo, no podía identificarme como marine, y cuando recibí la noticia, debido a los problemas ocasionados en Gazia, no pude evitar mostrar mi propio descontento y decepción hacia mí mismo y hacia Gusi, quien provocó todo aquello, y a quien no he vuelto a ver desde hace más de dos años. Pero no, no era todo eso el fruto de mi odio y frustración. Tan solo esperaba no verme obligado a decirlo, aunque por otro lado, a alguien como Bizvan, un miembro tan leal de los Crimson Wolves, así como un gran amigo, no le puedo negar una explicación si así me la pide.
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El hombre se percató que intentaba llamar su atención y comenzó a acercarse. Al notar que el camarero se acercaba hacia la mesa, desvié mi mirada a mi acompañante quien se encontraba mirando algo.* ¿Cuánto será lo máximo que puede comer? *no, existían cosas en este mundo que eran mejor no conocer la respuesta.
Tomé uno de mis cigarrillos y lo coloqué en mi boca, pero antes de encenderlo sentí una mano en mi hombro, al girarme vi al capitán y a su hermano menor. Sin pensarlo me puse de pie para saludar a mi capitán apropiadamente, aunque no utilizando el típico gesto militar, sino con un saludo casual de amigos. Selebi no cambió su expresión, pero respondió al saludo sin presentar mala actitud.
- Oh, lamento que el lugar no sea muy de tu agrado, pero sitios como este tienen una pequeña ventaja. –justo cuando mencioné eso, un hombre colocó un platillo con carne bañada de una salsa color durazno y acompañada con arroz.- Y es poder comer algo caliente. Parecen cansados, ¿Qué tal suena descansar un poco y ordenar alguno de los platillos. –antes de que mi capitán se adelantara a rechazar mi oferta (si es que pensaba hacerlo) me dirigí a Jiro.- Dime Jiro, ¿hay algo que te gustaría comer o solo prefieres algo de beber? Descuida yo planeo pagar.
El hombre al escuchar mis palabras se apresuró a ir a la barra a tomar 2 menús (ligeramente maltratados por el constante uso) y regresar para colocarlos en las mesas. Al parecer pensaba que Kimura y Jiro compartían el mismo apetito de Selebi, lo cual era una bendición para el negocio.
Le pedí al capitán y a su hermano que tomaran asiento (la joven desde el momento que su comida llegó a la mesa se había sentado para comer).
- Bueno, primero déjame agradecerte por venir. –la expresión alegre que había mantenido hasta ese momento fue remplazada por una completa seriedad.- Kimura, te pido que nuevamente seas mi maestro y me ayudes a mejorar mi Kenbunshoku Haki. –era evidente que algo molestaba a mi nakama y habían varios factores que podían ser el motivo para eso, claro que no era mi intención indagar en ese tema y hacerle recordar cosas desagradables.
Selebi quien había estado comiendo sin darle importancia a la conversación, levantó la cabeza para mirar a Kimura, es probable que recordara aquella vez que mencioné a alguien con un dominio del haki mucho mayor al mío y en cuanto fuera posible le pediría ayuda para mejorar. Ella obtuvo nueva información sobre Kimura y se aseguraría de no olvidar ese dato.
- Al igual que hace 2 años mi deseo es ser un apoyo para mis nakamas, es por eso que ahora que me he encontrado con una barrera que no puedo superar por mí mismo acudo a tu ayuda. –expresé con determinación.
Tomé uno de mis cigarrillos y lo coloqué en mi boca, pero antes de encenderlo sentí una mano en mi hombro, al girarme vi al capitán y a su hermano menor. Sin pensarlo me puse de pie para saludar a mi capitán apropiadamente, aunque no utilizando el típico gesto militar, sino con un saludo casual de amigos. Selebi no cambió su expresión, pero respondió al saludo sin presentar mala actitud.
- Oh, lamento que el lugar no sea muy de tu agrado, pero sitios como este tienen una pequeña ventaja. –justo cuando mencioné eso, un hombre colocó un platillo con carne bañada de una salsa color durazno y acompañada con arroz.- Y es poder comer algo caliente. Parecen cansados, ¿Qué tal suena descansar un poco y ordenar alguno de los platillos. –antes de que mi capitán se adelantara a rechazar mi oferta (si es que pensaba hacerlo) me dirigí a Jiro.- Dime Jiro, ¿hay algo que te gustaría comer o solo prefieres algo de beber? Descuida yo planeo pagar.
El hombre al escuchar mis palabras se apresuró a ir a la barra a tomar 2 menús (ligeramente maltratados por el constante uso) y regresar para colocarlos en las mesas. Al parecer pensaba que Kimura y Jiro compartían el mismo apetito de Selebi, lo cual era una bendición para el negocio.
Le pedí al capitán y a su hermano que tomaran asiento (la joven desde el momento que su comida llegó a la mesa se había sentado para comer).
- Bueno, primero déjame agradecerte por venir. –la expresión alegre que había mantenido hasta ese momento fue remplazada por una completa seriedad.- Kimura, te pido que nuevamente seas mi maestro y me ayudes a mejorar mi Kenbunshoku Haki. –era evidente que algo molestaba a mi nakama y habían varios factores que podían ser el motivo para eso, claro que no era mi intención indagar en ese tema y hacerle recordar cosas desagradables.
Selebi quien había estado comiendo sin darle importancia a la conversación, levantó la cabeza para mirar a Kimura, es probable que recordara aquella vez que mencioné a alguien con un dominio del haki mucho mayor al mío y en cuanto fuera posible le pediría ayuda para mejorar. Ella obtuvo nueva información sobre Kimura y se aseguraría de no olvidar ese dato.
- Al igual que hace 2 años mi deseo es ser un apoyo para mis nakamas, es por eso que ahora que me he encontrado con una barrera que no puedo superar por mí mismo acudo a tu ayuda. –expresé con determinación.
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Al parecer la petición de Bizvan residía en el entrenamiento del kenbunshoku. Perfecto, pues para ello lo mejor sería irnos a un lugar apartado. El camarero nos puso unas cartas en la mesa, miré a Jiro que prácticamente se le hacía la boca agua viendo a Selebi comer, hacía mucho de nuestra última comida, podríamos aprovechar. Pedimos un par de platos cada uno y mientras nos servían quise dejar claras las cosas a Bizvan, pues el entrenamiento no sería cosa fácil.
-Te ayudaré, Bizvan. No lo dudes. Pero antes quiero que sepas que va a ser duro, lo pasarás mal. El haki de observación reside en mejorar el control de este, y para eso hay que explotarlo con cada vez un número mayor de enemigos. Puedo preparar algo si vamos al bosque, y necesitaré que únicamente utilices tu haki para bloquear o esquivar, nunca atacar, pues tendrás muchos objetivos contra tí, y entre ellos estaremos Jiro, yo y a ser posible ella. -dije refiriéndome a Selebi, no recordaba si era así su nombre, y no quería confundirme delante de ella.- Va a ser muy duro, pero no hay otra forma de la cual pueda ayudarte.
Nos sirvieron y continuamos conversando, principalmente Jiro intentaba hablar con Selebi, quien parecía muda, y con Bizvan. Yo me limitaba a escuchar, así como pensar cómo llevaría su entrenamiento, yo lo había hecho, pero no lo había utilizado en nadie, y es un sistema muy agresivo del cual puede acabar muy malherido. Necesitaba que comprendiera los riesgos antes de comenzar, y a lo largo de la conversación se lo diría algunas veces más, para asegurarme que no se adentra en algo tan peligroso sin alcanzar a comprenderlo totalmente.
-Te ayudaré, Bizvan. No lo dudes. Pero antes quiero que sepas que va a ser duro, lo pasarás mal. El haki de observación reside en mejorar el control de este, y para eso hay que explotarlo con cada vez un número mayor de enemigos. Puedo preparar algo si vamos al bosque, y necesitaré que únicamente utilices tu haki para bloquear o esquivar, nunca atacar, pues tendrás muchos objetivos contra tí, y entre ellos estaremos Jiro, yo y a ser posible ella. -dije refiriéndome a Selebi, no recordaba si era así su nombre, y no quería confundirme delante de ella.- Va a ser muy duro, pero no hay otra forma de la cual pueda ayudarte.
Nos sirvieron y continuamos conversando, principalmente Jiro intentaba hablar con Selebi, quien parecía muda, y con Bizvan. Yo me limitaba a escuchar, así como pensar cómo llevaría su entrenamiento, yo lo había hecho, pero no lo había utilizado en nadie, y es un sistema muy agresivo del cual puede acabar muy malherido. Necesitaba que comprendiera los riesgos antes de comenzar, y a lo largo de la conversación se lo diría algunas veces más, para asegurarme que no se adentra en algo tan peligroso sin alcanzar a comprenderlo totalmente.
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Me alegró ver que ambos hermanos aceptaron la invitación de comer algo. El camarero tomó nota de los pedidos, para luego marcharse de manera rápida y entregar la orden al cocinero. Parecía que gracias a la joven estábamos disfrutando de un trato preferencial, pues los platillos eran preparados con mayor velocidad.
Kimura no dio rodeos y me advirtió que el entrenamiento sería difícil o incluso extremo. Ya me imaginaba que la cosa sería un tema serio, la expresión en el rostro de mi andrógino amigo cuando mencioné que le pediría ayuda al pelirrojo fue una pequeña advertencia de esto.
Selebi al escuchar que era mencionada en la conversación dejó de comer por unos segundos para mirar a Kimura e inclinar su cabeza un poco, era como si estuviera diciendo “¿Yo?”.
- Me imagino que será toda una experiencia, pero estoy dispuesto a dar todo lo que tengo con tal de mejorar. Descuida, ella ayudará y te escuchará en todo lo que le indiques, y su fuerte son las armas de fuego, pero también le enseñé lo básico del combate con sables, así que has uso de sus habilidades como mejor creas. –al escuchar mis palabras, Selebi asintió de manera suave para indicar que estaba de acuerdo con mis palabras.
Al llegar los platillos la plática disminuyó un poco, pero aun así Kimura reiteró que el entrenamiento sería difícil y de no encontrarme preparado podría resultar gravemente herido. No mencioné nada sobre el hecho de sentirme un poco orgulloso de mi tolerancia al dolor, de lo contrario podría ser tomado como un reto por mi nakama, limitándome a contestar que conocía el riesgo y aunque mis huesos se rompieran continuaría con el entrenamiento.
Parecía que Jiro intentaba entablar una conversación con la chica, Selebi, quien en un principio utilizaba el lenguaje de señas para contestar, pero poco después se limitó a asentir o negar como respuestas a las preguntas que el hermano de Kim realizaba. Quizás con el tiempo Jiro sería capaz de escuchar su voz… Ahora que lo pensaba, en 2 años solo la he escuchado decir 2 o 3 palabras.
Esperé pacientemente a que el capitán y su hermano terminaran de comer (odiaría si ellos no disfrutaran de su comida al creer que deseaba comenzar a entrenar). Cuando ellos estuvieran listos tomaría la espada que se encontraba apoyada en el borde de la mesa para seguir al pelirrojo a la zona que más fuera de su agrado. Esta espada era Madre, pero la vaina metálica que le daba el aspecto de un enorme espadón no se encontraba por ninguna parte, por lo cual la espada tenía un aspecto común e incluso podría ser considerada como un arma en sus últimos días de utilidad a causa de su aspecto dañado en la empuñadura y guardamano.
* Kimura mencionó que necesitaría ayuda… Puede que este sea un buen momento para que se conozcan.
Kimura no dio rodeos y me advirtió que el entrenamiento sería difícil o incluso extremo. Ya me imaginaba que la cosa sería un tema serio, la expresión en el rostro de mi andrógino amigo cuando mencioné que le pediría ayuda al pelirrojo fue una pequeña advertencia de esto.
Selebi al escuchar que era mencionada en la conversación dejó de comer por unos segundos para mirar a Kimura e inclinar su cabeza un poco, era como si estuviera diciendo “¿Yo?”.
- Me imagino que será toda una experiencia, pero estoy dispuesto a dar todo lo que tengo con tal de mejorar. Descuida, ella ayudará y te escuchará en todo lo que le indiques, y su fuerte son las armas de fuego, pero también le enseñé lo básico del combate con sables, así que has uso de sus habilidades como mejor creas. –al escuchar mis palabras, Selebi asintió de manera suave para indicar que estaba de acuerdo con mis palabras.
Al llegar los platillos la plática disminuyó un poco, pero aun así Kimura reiteró que el entrenamiento sería difícil y de no encontrarme preparado podría resultar gravemente herido. No mencioné nada sobre el hecho de sentirme un poco orgulloso de mi tolerancia al dolor, de lo contrario podría ser tomado como un reto por mi nakama, limitándome a contestar que conocía el riesgo y aunque mis huesos se rompieran continuaría con el entrenamiento.
Parecía que Jiro intentaba entablar una conversación con la chica, Selebi, quien en un principio utilizaba el lenguaje de señas para contestar, pero poco después se limitó a asentir o negar como respuestas a las preguntas que el hermano de Kim realizaba. Quizás con el tiempo Jiro sería capaz de escuchar su voz… Ahora que lo pensaba, en 2 años solo la he escuchado decir 2 o 3 palabras.
Esperé pacientemente a que el capitán y su hermano terminaran de comer (odiaría si ellos no disfrutaran de su comida al creer que deseaba comenzar a entrenar). Cuando ellos estuvieran listos tomaría la espada que se encontraba apoyada en el borde de la mesa para seguir al pelirrojo a la zona que más fuera de su agrado. Esta espada era Madre, pero la vaina metálica que le daba el aspecto de un enorme espadón no se encontraba por ninguna parte, por lo cual la espada tenía un aspecto común e incluso podría ser considerada como un arma en sus últimos días de utilidad a causa de su aspecto dañado en la empuñadura y guardamano.
* Kimura mencionó que necesitaría ayuda… Puede que este sea un buen momento para que se conozcan.
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Una vez terminamos de comer, pagamos la cuenta y nos marchamos de allí, Bizvan cogió su arma, que la tenía apoyada en la mesa y nos marchamos los cuatro de allí. Dirección al bosque más cercano. Traté de salir de allí cuanto antes, no tenía ganas de relacionarme con nadie salvo con los justos y necesarios para lo que había venido a hacer, que esos eran Bizvan y su acompañante, además de mi hermano, a quien no permitiría separarse de mí.
Una vez llegamos al bosque, un punto no muy lejano, pero tampoco directamente al lado de la ciudad, me detuve, había algo que era necesario primero. Probar hasta qué punto estaba desarrollado el haki de Bizvan, hasta que no lo supiera, no sabría desde qué punto tendría que comenzar, y eso podría ser más peligroso de lo que ya va a ser.
-Jiro, Selebi. Haceros a un lado.
Desenfundé la mi espada maestra y me giré, poniéndome frente a frente contra Bizvan y con gesto completamente serio y firme. Pude ver cómo Jiro se apartó corriendo al verme la cara y trató de coger de la mano a la chica para que le acompañase.
-Bizvan. Te dije que iba a ser peligroso. Y para saber desde qué nivel comenzar el entrenamiento, necesito saber hasta donde llega tu haki... Demuéstrame lo que sabes hacer.
Me lancé a por él, prácticamente en un movimiento para tratar de pillarle desprevenido y buscar golpearle con la parte plana de la espada en su rostro. No le haría corte si le daba, pero se le quedaría por lo menos un moratón si le acertaba. Instantáneamente activé mi kenbunshoku para sus próximos movimientos.
Una vez llegamos al bosque, un punto no muy lejano, pero tampoco directamente al lado de la ciudad, me detuve, había algo que era necesario primero. Probar hasta qué punto estaba desarrollado el haki de Bizvan, hasta que no lo supiera, no sabría desde qué punto tendría que comenzar, y eso podría ser más peligroso de lo que ya va a ser.
-Jiro, Selebi. Haceros a un lado.
Desenfundé la mi espada maestra y me giré, poniéndome frente a frente contra Bizvan y con gesto completamente serio y firme. Pude ver cómo Jiro se apartó corriendo al verme la cara y trató de coger de la mano a la chica para que le acompañase.
-Bizvan. Te dije que iba a ser peligroso. Y para saber desde qué nivel comenzar el entrenamiento, necesito saber hasta donde llega tu haki... Demuéstrame lo que sabes hacer.
Me lancé a por él, prácticamente en un movimiento para tratar de pillarle desprevenido y buscar golpearle con la parte plana de la espada en su rostro. No le haría corte si le daba, pero se le quedaría por lo menos un moratón si le acertaba. Instantáneamente activé mi kenbunshoku para sus próximos movimientos.
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Selebi se colocó de nuevo su máscara y tomó el fusil M4 recargado en la pared detrás de ella. No estaba muy seguro que tan común sería ver a alguien llevar en sus manos una de esas armas (en especial si esa persona ocultaba su rostro), sin embargo la capa que descansaba en mis hombros seguramente hacía pensar a las personas que la chica era alguna subordinada mía y por tanto un marine.
Seguimos al capitán y a su hermano, adentrándonos en el bosque que se encontraba a las afueras de Arete. Poco a poco nos adentramos en la espesura de la vegetación, no avanzamos un tramo demasiado largo, pero habíamos dejado atrás la ciudad.
* Él dijo que prepararía algo para el entrenamiento y supuse que el bosque estaría involucrado en los planes del capitán.
Kimura se detuvo repentinamente y le indicó a los más jóvenes que se movieran. El tono y expresión del pelirrojo eran dignos de temer. El hermano menor parecía comprender a que se debía esa expresión y sin perder tiempo intentó tomar la mano de la enmascarada para que lo siguiera. Selebi me dirigió una rápida mirada y al verme realizar un movimiento con la cabeza en señal de aprobación, se dejó llevar por Jiro.
* Jamás lo vi tan serio, bueno no lo cul… *sin esperar a que me preparara para el combate, Kimura se desplazó a gran velocidad con su espada lista para el combate.
La velocidad de Kimura era peligrosa, no parecía llegar a la velocidad explosiva de Tobías (pues Kim no desapareció), pero aun así no lograría alcanzarlo si lo intentara.
No tendría tiempo de desenvainar a Madre, el maldito me tomó por sorpresa y aunque solo eran segundos lo mejor sería optar por otra opción.
Electricidad envolvió todo mi cuerpo en un instante y en mis manos una espada de electricidad pura se materializó. No esquivaría o bloquearía el ataque, si mi capitán quería realizar el impacto debería estar preparado para soportar el choque eléctrico, además aprovechando el impulso del capitán realizaría un golpe horizontal para intentar obligarlo a retroceder y colocar algo de distancia entre ambos.
En caso de conseguir hacerlo retroceder tomaría mi espada y activaría ambos hakis para ganar defensa y estar preparado para los siguientes ataques del pelirrojo.
Si no retrocedía me balería de mi agilidad, reflejos y espada eléctrica para hacerle frente a los posibles ataques que vendrían después, intentando llevar el combate hacia las zonas con mayor cantidad de árboles que funcionaran como estorbo a causa de los troncos y raíces.
Seguimos al capitán y a su hermano, adentrándonos en el bosque que se encontraba a las afueras de Arete. Poco a poco nos adentramos en la espesura de la vegetación, no avanzamos un tramo demasiado largo, pero habíamos dejado atrás la ciudad.
* Él dijo que prepararía algo para el entrenamiento y supuse que el bosque estaría involucrado en los planes del capitán.
Kimura se detuvo repentinamente y le indicó a los más jóvenes que se movieran. El tono y expresión del pelirrojo eran dignos de temer. El hermano menor parecía comprender a que se debía esa expresión y sin perder tiempo intentó tomar la mano de la enmascarada para que lo siguiera. Selebi me dirigió una rápida mirada y al verme realizar un movimiento con la cabeza en señal de aprobación, se dejó llevar por Jiro.
* Jamás lo vi tan serio, bueno no lo cul… *sin esperar a que me preparara para el combate, Kimura se desplazó a gran velocidad con su espada lista para el combate.
La velocidad de Kimura era peligrosa, no parecía llegar a la velocidad explosiva de Tobías (pues Kim no desapareció), pero aun así no lograría alcanzarlo si lo intentara.
No tendría tiempo de desenvainar a Madre, el maldito me tomó por sorpresa y aunque solo eran segundos lo mejor sería optar por otra opción.
Electricidad envolvió todo mi cuerpo en un instante y en mis manos una espada de electricidad pura se materializó. No esquivaría o bloquearía el ataque, si mi capitán quería realizar el impacto debería estar preparado para soportar el choque eléctrico, además aprovechando el impulso del capitán realizaría un golpe horizontal para intentar obligarlo a retroceder y colocar algo de distancia entre ambos.
En caso de conseguir hacerlo retroceder tomaría mi espada y activaría ambos hakis para ganar defensa y estar preparado para los siguientes ataques del pelirrojo.
Si no retrocedía me balería de mi agilidad, reflejos y espada eléctrica para hacerle frente a los posibles ataques que vendrían después, intentando llevar el combate hacia las zonas con mayor cantidad de árboles que funcionaran como estorbo a causa de los troncos y raíces.
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Cuando estaba a punto de golpear a Bizvan, pude notar que tenía un aura extraña que me hizo dejar el golpe en un amago y volver a ponerme defensivo. Al instante apareció una hoja electrica en sus manos. Dominaba la electricidad, y parece que a un buen nivel. Por suerte para mí, yo también tenía cierto control sobre esta, por lo que si electrificaba mi propio cuerpo, no me vería afectado por la de Bizvan.
Dicho y hecho, activé mi ámbito de electricidad. Esporádicamente comienzan a aparecer rayos a mi alrededor, no se cómo funciona esto, pero de algún modo debería contrarrestar si me alcanza su electricidad.
-No ha estado mal esa defensa. A ver qué haces ahora.
Me lancé, en el último momento, antes de atacarle, salté con mi wind path tratando de desconcertarle para poder darle un rodillazo en la cabeza y, acto seguido caer detrás de él. Si estaba desprevenido posaría la espada sobre su nuca y sencillamente le diría "estás muerto". Si por el contrario parecía atento todavía trataría de hacer el mismo movimiento de antes, golpearle con la parte plana de la espada.
Dicho y hecho, activé mi ámbito de electricidad. Esporádicamente comienzan a aparecer rayos a mi alrededor, no se cómo funciona esto, pero de algún modo debería contrarrestar si me alcanza su electricidad.
-No ha estado mal esa defensa. A ver qué haces ahora.
Me lancé, en el último momento, antes de atacarle, salté con mi wind path tratando de desconcertarle para poder darle un rodillazo en la cabeza y, acto seguido caer detrás de él. Si estaba desprevenido posaría la espada sobre su nuca y sencillamente le diría "estás muerto". Si por el contrario parecía atento todavía trataría de hacer el mismo movimiento de antes, golpearle con la parte plana de la espada.
- Spoiler:
- Ámbito electricidad: Grado 1: Su cuerpo se ve envuelto por pequeños rayos sin efecto alguno, estos aparecen esporádicamente como si Hayate estuviese envuelto en electricidad estática. Lanza pequeñas descargas incapaces de causar quemaduras. Un contacto prolongado de más de dos segundos puede entumecer unos instantes los músculos. Tensión máxima de 100V, intensidad máxima de 0'005A
Grado 2: Los rayos que aparecen alrededor se vuelven ligeramente más potentes, se generan esporádicamente, no obstante si en ese momento entran en contacto con alguien, que no sea el propio canalizador de dicha energía, notará un pequeño pinchazo sin mayores consecuencias. Es capaz de aumentar la tensión de dichas descargas, pudiendo llegar a causar quemaduras de primer grado, así como un entumecimiento directo de las extremidades. Puede canalizar electricidad alrededor de su cuerpo de forma voluntaria. Tensión máxima de 230V, intensidad máxima de 0'02A
Kenbunshoku haki: Nivel superior.
Wind path: Concentra su energía de ámbito viento en su cuerpo, en puntos concretos, lo que le permite darse impulsos y desplazarse por el aire, permitiéndole maniobrar para eludir o bloquear, así como avanzar en situaciones donde por tierra no sea una opción. La velocidad de desplazamiento será la propia velocidad del viento que genere, el cual viene marcado por el grado de control del ámbito de viento.
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La electricidad cumplió el objetivo de evitar el ataque de Kimura, aunque parecía que ese truco ya no tendría efecto.
* Debo ser cuidadoso con las habilidades elementas del capitán, en especial con ese tornado. *durante nuestra última misión fui testigo del poder que el pelirrojo podía llegar a controlar. Tenía confianza en sobrevivir en caso de ser arrojado por ese tornado, pero a decir verdad era algo que no deseaba experimentar.
Kim tomó una postura defensiva, la cual aproveché para desaparecer la espada de electricidad y desenvainar a Madre. Tendría que esperar un rato antes de ser capaz de hacer aparecer otra espada eléctrica, sin embargo me sentía más seguro empuñando un arma real.
Tal y como tenía planeado activé ambos hakis. Quizás fuese algo precipitado, no obstante si era derrotado no deseaba lamentarme al pensar “Si hubiera hecho esto o aquello…” mi derrota no sería causada por mi propia subestimar a mi oponente.
La velocidad de Kimura se incrementó de golpe, no estaba seguro si era igual o un poco más lento que Tobías cuando hacia esa extraña técnica de lo velocidad, pero nadie negaría que el pelirrojo se movió tan rápido que de parpadear era seguro lo perderían de vista. Sin duda el ataque que tenía planeado llevar a acabo golpearía mi rostro si no fuese capaz de anticipar su ataque o contar con los reflejos necesarios para reaccionar…
2 segundos no parecen ser mucho tiempo, pero cuando los reflejos de uno le permiten reaccionar a ataques en menos de una décima de segundo ¿Qué se supone que hagas con las 19 décimas restantes? Sería pedante afirmar que solo con eso bastaría para esquivar la rodilla que venía en mi dirección y ser capaz de preparar un contraataque, pero tenía miedo de hacer enfadar a mi capitán por no hacer mi mayor esfuerzo como prometí.
Con la hoja de la espada imbuida en haki buscaría bloquear el primer ataque, pero en el instante recibir el impacto intentaría desviar su cuerpo al empujarlo utilizando mi peso y fuerza en los brazos. No estaba seguro si con esto bastaría obligarlo a cambiar de planes o por el contrario solo retrasé unos segundos lo inevitable al haber quedado expuesto ante el pelirrojo.
* Debo ser cuidadoso con las habilidades elementas del capitán, en especial con ese tornado. *durante nuestra última misión fui testigo del poder que el pelirrojo podía llegar a controlar. Tenía confianza en sobrevivir en caso de ser arrojado por ese tornado, pero a decir verdad era algo que no deseaba experimentar.
Kim tomó una postura defensiva, la cual aproveché para desaparecer la espada de electricidad y desenvainar a Madre. Tendría que esperar un rato antes de ser capaz de hacer aparecer otra espada eléctrica, sin embargo me sentía más seguro empuñando un arma real.
Tal y como tenía planeado activé ambos hakis. Quizás fuese algo precipitado, no obstante si era derrotado no deseaba lamentarme al pensar “Si hubiera hecho esto o aquello…” mi derrota no sería causada por mi propia subestimar a mi oponente.
La velocidad de Kimura se incrementó de golpe, no estaba seguro si era igual o un poco más lento que Tobías cuando hacia esa extraña técnica de lo velocidad, pero nadie negaría que el pelirrojo se movió tan rápido que de parpadear era seguro lo perderían de vista. Sin duda el ataque que tenía planeado llevar a acabo golpearía mi rostro si no fuese capaz de anticipar su ataque o contar con los reflejos necesarios para reaccionar…
2 segundos no parecen ser mucho tiempo, pero cuando los reflejos de uno le permiten reaccionar a ataques en menos de una décima de segundo ¿Qué se supone que hagas con las 19 décimas restantes? Sería pedante afirmar que solo con eso bastaría para esquivar la rodilla que venía en mi dirección y ser capaz de preparar un contraataque, pero tenía miedo de hacer enfadar a mi capitán por no hacer mi mayor esfuerzo como prometí.
Con la hoja de la espada imbuida en haki buscaría bloquear el primer ataque, pero en el instante recibir el impacto intentaría desviar su cuerpo al empujarlo utilizando mi peso y fuerza en los brazos. No estaba seguro si con esto bastaría obligarlo a cambiar de planes o por el contrario solo retrasé unos segundos lo inevitable al haber quedado expuesto ante el pelirrojo.
- Spoiler:
- KENBUNSHOKU HAKI: Desarrollado.
BUSOSHOKU HAKI: Superior.
Reflejos: 7
PUs pasivos: Fuerza, Reflejos y Resistencia X2
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En cuanto llegué a la posición de Bizvan, éste había desenvainado una de sus espadas de verdad. Al saltar bloqueó con su espada y empujó mi cuerpo. Por fortuna pude reaccionar lo suficientemente rápido como para estabilizarme con mi Wind Path y caer un poco hacia el lado. Me quedé mirándole, completamente serio, había sido un movimiento bastante rápido, la última vez que estuve con él en combate, no habría sido capaz de evadir eso, era hora de probar otra cosa. ¿Hasta qué punto podría mantener la compostura.
-A ver qué haces ahora. -Musité mientras concentraba todas mis energías
Concentré mis poderes elementales, desaté una corriente de aire alrededor de mi propio cuerpo, al momento la temperatura aumentó, la visión se tornaría borrosa durante unos instantes y al momento aparecería una figura a mi izquierda, completamente idéntica a mí. Lo primero que notaría, sería que mi presencia se habría esfumado por completo, pero observaría mi cuerpo duplicado, con la espada desenvainada, al momento ambos cuerpos se lanzaron hacia él, uno atacándole por cada flanco.
No obstante, lo que seguramente no se esperaría, sería la revelación de que ninguna de esas dos figuras se trataba de mí, sino que había utilizado dos técnicas en conjunto, una consistía en generar espejismos por las altas temperaturas, la otra consistía en hacer desaparecer mi cuerpo, tanto de la vista como de la percepción de cualquiera que no tuviera un increíble control del kenbunshoku. Los espejismos le atacaron por los flancos, yo le ataqué de frente, del lugar que menos se esperaría, aunque descubra que no son más que meras ilusiones, y como tales no se ven afectadas por los ataques, simplemente los traspasan.
El verdadero ataque consistiría en golpear a Bizvan con la parte plana de la espada en el rostro y barrer sus rodillas para hacer que se desequilibre y caiga al suelo, si lo conseguía posaría la punta de mi espada frente a él mientras volvía a hacerme visible, sino surtía el efecto deseado, mantendría la técnica lo máximo posible.
-A ver qué haces ahora. -Musité mientras concentraba todas mis energías
Concentré mis poderes elementales, desaté una corriente de aire alrededor de mi propio cuerpo, al momento la temperatura aumentó, la visión se tornaría borrosa durante unos instantes y al momento aparecería una figura a mi izquierda, completamente idéntica a mí. Lo primero que notaría, sería que mi presencia se habría esfumado por completo, pero observaría mi cuerpo duplicado, con la espada desenvainada, al momento ambos cuerpos se lanzaron hacia él, uno atacándole por cada flanco.
No obstante, lo que seguramente no se esperaría, sería la revelación de que ninguna de esas dos figuras se trataba de mí, sino que había utilizado dos técnicas en conjunto, una consistía en generar espejismos por las altas temperaturas, la otra consistía en hacer desaparecer mi cuerpo, tanto de la vista como de la percepción de cualquiera que no tuviera un increíble control del kenbunshoku. Los espejismos le atacaron por los flancos, yo le ataqué de frente, del lugar que menos se esperaría, aunque descubra que no son más que meras ilusiones, y como tales no se ven afectadas por los ataques, simplemente los traspasan.
El verdadero ataque consistiría en golpear a Bizvan con la parte plana de la espada en el rostro y barrer sus rodillas para hacer que se desequilibre y caiga al suelo, si lo conseguía posaría la punta de mi espada frente a él mientras volvía a hacerme visible, sino surtía el efecto deseado, mantendría la técnica lo máximo posible.
- Cosicas:
- Wind path: Concentra su energía de ámbito viento en su cuerpo, en puntos concretos, lo que le permite darse impulsos y desplazarse por el aire, permitiéndole maniobrar para eludir o bloquear, así como avanzar en situaciones donde por tierra no sea una opción. La velocidad de desplazamiento será la propia velocidad del viento que genere, el cual viene marcado por el grado de control del ámbito de viento.
Kenbunshoku haki: Nivel superior.
Ilusión del coloso: Aumenta la temperatura a su alrededor con su ámbito fuego. Esto provoca que se produzca una ilusión o espejismo, haciendo que (dependiendo de la temperatura alcanzada) el rival vea varias figuras difusas de Kimura. El número de "espejismos" será de uno por cada 200ºC de temperatura que pueda dominar el usuario con su ámbito (Temperatura 400º, dos ilusiones).
Hoi: Recubre todo su cuerpo de energía que actúa a modo de espejo, repeliendo la luz y causando un efecto de invisibilidad. Con esto puede desplazarse, hasta un máximo de dos posts, con un excelente sigilo y discreción.
Enmascara su imagen, pero no puede enmascarar su presencia ni su olor. Podrá ser detectado por alguien capaz de guiarse por su olfato o alguien con un Kenbunshoku haki superior al suyo, a no ser que presente hostilidad, en tal caso podrá ser descubierto como si no estuviese utilizando la técnica.
Características: Agilidad, reflejos: 8 / Velocidad, puntería: 7
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La expresión del Capitán me provocó un poco de miedo, pero no dejé que mi rostro demostrara ningún tipo de expresión. Mis manos se sentían un poco sudorosas, haciéndome sostener la empuñadura con más fuerza para evitar perderla al bloquear algún ataque del pelirojo.
Hasta ahora había optado por mantenerme a la defensiva y dejar de lado la ofensiva, esto se debía a la velocidad de mi oponente. Hasta ahora había dejado de lado mi velocidad para enfocarme en mejorar mis reflejos, haciendo que mis desplazamientos fuesen lentos y dejaran aperturas para mis enemigos, pero ahora lamentaban no ser un poco más rápido.
* Quizás debería intentar hacer algo con ese problema lo más antes posible.
Repentinamente la figura del marine comenzó a verse borrosa, por un instante pensé que era mi propia visión e incluso utilicé una de mis manos para limpiar la basura o polvo que debería estar entorpeciendo mi visión, no obstante el resultado de hacer esto fue ver aparecer a un segundo Kimura.
* ¿¡Qué diablos!? *ya era preocupante enfrentarme a uno solo de ellos, ahora que eran 2 la cosa sería bastante jodida. Unas gotas de sudor recorrieron mi rostro al notar algo aún más aterrador… No era capaz de sentir la presencia del capitán en ninguno de los dos Kimuras.
Los gemelos no dudaron un segundo y realizaron su movimiento, dirigiéndose hacia mí desde ambos costados.
No era capaz de presentir la intención de atacar de ninguno de los 2 pelirojos, pero las señales corporales de ambos decían lo contrario.
* Uno de ellos no debe ser real, pero eso no explica la falta del aura del capitán ¿acaso ambos son falsos? Mierda, mierda. *no tenía mucho tiempo para pensar. Tomé un dial de uno de mis bolsillos y lo apunté a mis pies mientras comenzaba materializar energía a través de mi espada para disminuir su temperatura.* Ahora solo… *la sensación de algo sólido impactando contra mi rosto, seguido de la sensación de algo golpeando mis piernas.
Fue un golpe que me tomó por completa sorpresa y mientras caía al suelo lo recordé. Cuando el Capitán nos asignó bajo las ordenes de ese marine llamado Al no sé qué, él en algún momento se hizo invisible para destruir una maquina enemiga. Había olvidado por completo esa habilidad tan importante.
Caí al suelo y antes de poder levantarme la figura de Kimura se materializó mientras la punta de su espada lista para rematarme.
No hice el intento de pararme y solo solté un pequeño suspiro al mismo tiempo que utilizaba mi mano para limpiar el líquido que salía de mi nariz.
- Ahora eres un ninja, tienes que enseñarme a crear clones como esos. –expresé con un tono alegre, para luego comenzar a ponerme de pie y limpiar la tierra de mi ropa.- Me alegra no ser tu enemigo o en este instante estaría muerto. –sonreía de manera alegre mientras la sangre continuaba escurriendo, manchando un poco mi sonrisa.- Algo sabe a metal.
Hasta ahora había optado por mantenerme a la defensiva y dejar de lado la ofensiva, esto se debía a la velocidad de mi oponente. Hasta ahora había dejado de lado mi velocidad para enfocarme en mejorar mis reflejos, haciendo que mis desplazamientos fuesen lentos y dejaran aperturas para mis enemigos, pero ahora lamentaban no ser un poco más rápido.
* Quizás debería intentar hacer algo con ese problema lo más antes posible.
Repentinamente la figura del marine comenzó a verse borrosa, por un instante pensé que era mi propia visión e incluso utilicé una de mis manos para limpiar la basura o polvo que debería estar entorpeciendo mi visión, no obstante el resultado de hacer esto fue ver aparecer a un segundo Kimura.
* ¿¡Qué diablos!? *ya era preocupante enfrentarme a uno solo de ellos, ahora que eran 2 la cosa sería bastante jodida. Unas gotas de sudor recorrieron mi rostro al notar algo aún más aterrador… No era capaz de sentir la presencia del capitán en ninguno de los dos Kimuras.
Los gemelos no dudaron un segundo y realizaron su movimiento, dirigiéndose hacia mí desde ambos costados.
No era capaz de presentir la intención de atacar de ninguno de los 2 pelirojos, pero las señales corporales de ambos decían lo contrario.
* Uno de ellos no debe ser real, pero eso no explica la falta del aura del capitán ¿acaso ambos son falsos? Mierda, mierda. *no tenía mucho tiempo para pensar. Tomé un dial de uno de mis bolsillos y lo apunté a mis pies mientras comenzaba materializar energía a través de mi espada para disminuir su temperatura.* Ahora solo… *la sensación de algo sólido impactando contra mi rosto, seguido de la sensación de algo golpeando mis piernas.
Fue un golpe que me tomó por completa sorpresa y mientras caía al suelo lo recordé. Cuando el Capitán nos asignó bajo las ordenes de ese marine llamado Al no sé qué, él en algún momento se hizo invisible para destruir una maquina enemiga. Había olvidado por completo esa habilidad tan importante.
Caí al suelo y antes de poder levantarme la figura de Kimura se materializó mientras la punta de su espada lista para rematarme.
No hice el intento de pararme y solo solté un pequeño suspiro al mismo tiempo que utilizaba mi mano para limpiar el líquido que salía de mi nariz.
- Ahora eres un ninja, tienes que enseñarme a crear clones como esos. –expresé con un tono alegre, para luego comenzar a ponerme de pie y limpiar la tierra de mi ropa.- Me alegra no ser tu enemigo o en este instante estaría muerto. –sonreía de manera alegre mientras la sangre continuaba escurriendo, manchando un poco mi sonrisa.- Algo sabe a metal.
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Ese movimiento funcionó como debía ser. Por un lado fue decepcionante ver que Bizvan no fue capaz de hacer absolutamente nada en contra de algo que desconocía como eso, por otro lado me sentía mal por haber llegado a hacer eso contra él. Me había dejado llevar, había utilizado contra él una técnica que bien podría haber usado contra un gran enemigo, era una habilidad con un alta eficacia, no podía esperar que supiera como reaccionar con el poco tiempo que le di.
En cuanto aparecí delante de él, pareció admitir su derrota, pues con una sonrisa en el rostro simplemente me pidió que le enseñara esa técnica. Ante tal propuesta simplemente no pude evitar soltar una pequeña sonrisa. Envainé la espada y le tendí la mano para ayudarle a levantarse. Escuchaba a Jiro festejando, como si hubiera ganado. Capaz de haber apostado con la acompañante de mi camarada.
-No es una técnica muy complicada, pero puede ser peligrosa. Las imágenes son simplemente eso. Producto de una ilusión provocada por el calor alrededor de tí. Podrás engañar a la vista, pero no a los sentidos, y con eso me refiero al haki de observación. Si no puedes complementarla puede ser peligrosa la técnica. Yo por ejemplo la he utilizado con una habilidad que, si mal no recuerdo, verías por primera vez en Síderos. Enmascara completamente mi presencia e imágen. No se si tendrá algún límite, nunca he encontrado a nadie que me llegase a detectar, aunque nunca hay que confiarse.
Tomé un poco de aire, veía a Jiro hablando con Selebi, o por lo menos intentándolo, se notaba que la chica era de pocas palabras, pero no me importaba siempre que no resultase ningún tipo de problema para Bizvan. La mataría con mis propias manos si le hiciera algo. Volviendo al tema que importaba, continué hablando al espadachín.
-Ahora ya tengo una idea de tu nivel, Bizvan. Si deseas entrenar tu haki de observación, te ayudaré, ahora se de qué nivel puedo partir. Pero voy a necesitar ayuda...
Me acerqué a la pareja de acompañantes, Jiro me felicitó, yo simplemente extendí el dedo pulgar de mi mano izquierda con un guiño hacia él. Tras eso les hablé. No sabía qué tipo de relación tendría la chica con el espadachín, pero como fuera estrecha tal vez lo que iba a decirle no le hiciera mucha gracia. Por desgracia no podía ser de otro modo, para hacerlo por un método diferente, necesitaba tiempo para hacer preparativos, tiempo del cual no creía disponer, por lo menos si quería rápidos resultados.
-Necesito saber si puedo contar con vosotros para esto. Puede ser duro para tí, Selebi. Te voy a pedir que vayas con todo lo que tienes, que ataques a Bizvan, con intenciones de herirle. Debe hallarse contra las cuerdas, debemos forzar entre los tres exprimir su instinto. No somos muchos, pero algo podremos hacer al respecto. Tan solo hay que ser constantes, coordinarnos... E ir a por él con todo lo que tengamos.
Me giré a Bizvan, buscando su conformidad.
-Si estáis todos de acuerdo, comenzaremos inmediatamente. Pero con tal de ayudarte, debemos hacerlo así, camarada. Será duro, sufrirás heridas, lo pasarás mal... Pero es el instinto del haki el superarse en situaciones desesperadas constantes. Es el método más rápido que conozco y puede que tardemos un mes en llegar a perfeccionar tu técnica. Lo cual también puede servirnos al resto para entrenar. ¿Qué decís?
Busqué la aprovación de todos los presentes, incluído Jiro, que al parecer estaba aguardando la respuesta del resto para decir la suya, desde luego no le veía muy convencido de ello, pero por suerte comprendió que aquello era decisión de Bizvan, y que necesitaría nuestra ayuda.
En cuanto aparecí delante de él, pareció admitir su derrota, pues con una sonrisa en el rostro simplemente me pidió que le enseñara esa técnica. Ante tal propuesta simplemente no pude evitar soltar una pequeña sonrisa. Envainé la espada y le tendí la mano para ayudarle a levantarse. Escuchaba a Jiro festejando, como si hubiera ganado. Capaz de haber apostado con la acompañante de mi camarada.
-No es una técnica muy complicada, pero puede ser peligrosa. Las imágenes son simplemente eso. Producto de una ilusión provocada por el calor alrededor de tí. Podrás engañar a la vista, pero no a los sentidos, y con eso me refiero al haki de observación. Si no puedes complementarla puede ser peligrosa la técnica. Yo por ejemplo la he utilizado con una habilidad que, si mal no recuerdo, verías por primera vez en Síderos. Enmascara completamente mi presencia e imágen. No se si tendrá algún límite, nunca he encontrado a nadie que me llegase a detectar, aunque nunca hay que confiarse.
Tomé un poco de aire, veía a Jiro hablando con Selebi, o por lo menos intentándolo, se notaba que la chica era de pocas palabras, pero no me importaba siempre que no resultase ningún tipo de problema para Bizvan. La mataría con mis propias manos si le hiciera algo. Volviendo al tema que importaba, continué hablando al espadachín.
-Ahora ya tengo una idea de tu nivel, Bizvan. Si deseas entrenar tu haki de observación, te ayudaré, ahora se de qué nivel puedo partir. Pero voy a necesitar ayuda...
Me acerqué a la pareja de acompañantes, Jiro me felicitó, yo simplemente extendí el dedo pulgar de mi mano izquierda con un guiño hacia él. Tras eso les hablé. No sabía qué tipo de relación tendría la chica con el espadachín, pero como fuera estrecha tal vez lo que iba a decirle no le hiciera mucha gracia. Por desgracia no podía ser de otro modo, para hacerlo por un método diferente, necesitaba tiempo para hacer preparativos, tiempo del cual no creía disponer, por lo menos si quería rápidos resultados.
-Necesito saber si puedo contar con vosotros para esto. Puede ser duro para tí, Selebi. Te voy a pedir que vayas con todo lo que tienes, que ataques a Bizvan, con intenciones de herirle. Debe hallarse contra las cuerdas, debemos forzar entre los tres exprimir su instinto. No somos muchos, pero algo podremos hacer al respecto. Tan solo hay que ser constantes, coordinarnos... E ir a por él con todo lo que tengamos.
Me giré a Bizvan, buscando su conformidad.
-Si estáis todos de acuerdo, comenzaremos inmediatamente. Pero con tal de ayudarte, debemos hacerlo así, camarada. Será duro, sufrirás heridas, lo pasarás mal... Pero es el instinto del haki el superarse en situaciones desesperadas constantes. Es el método más rápido que conozco y puede que tardemos un mes en llegar a perfeccionar tu técnica. Lo cual también puede servirnos al resto para entrenar. ¿Qué decís?
Busqué la aprovación de todos los presentes, incluído Jiro, que al parecer estaba aguardando la respuesta del resto para decir la suya, desde luego no le veía muy convencido de ello, pero por suerte comprendió que aquello era decisión de Bizvan, y que necesitaría nuestra ayuda.
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- Ya veo, así que esos clones eran algo así como los espejismos en los desiertos, pero estoy sorprendido de que hayan conseguido mantenerse activados e incluso conservar tu imagen aún después de que tú desaparecieras. -realmente era una técnica que me había interesado y des ser posible haría que el capitán me enseñará a utilizarla.
La voz del hermano de Kimura llamó mi atención, no podía saber con exactitud el tema de conversación entre los dos jóvenes, pero el chico parecía feliz por algo.* ¿Será por la victoria de su hermano o consiguió algo de ella? *Selebi utilizó su lenguaje de señas para decirle algo.
La voz del pelirojo causó que dejara de mirarlos y en su lugar me enfocara en Kimura.
* Supongo que será bajo. *pensé mientras veía a mi capitán alejarse un poco y hacer señas al par para que se acercaran. El hombre explicó que lo siguiente que se debería hacer era atacarme de manera seria.
Por la máscara era difícil saber qué clase de expresión tenía el rostro de la chica al escuchar las palabras de Kimura. Selebi movió su cabeza un poco buscando hacer contacto visual conmigo y tras verme asentir en señal de estar deacuerdo con mi capitán, ella soltó un pequeño suspiro de resignación. Tomó la bayoneta de su cintura y la acopló en el cañón de su fusil, para después pasar su mano sobre la hoja del arma incrementando el tamaño de esta en 10 centímetros más. La joven se encontraba lista y sostenía su fusil a la espera de la señal del pelirojo para atacar.
Jiro no parecía muy entusiasmado en participar, sin embargo las palabras de su hermano mayor fueron suficientes para hacerlo cambiar de opinión.
- Sé que la pasaré mal, sin embargo es necesario. No te preocupes tengo confianza en poder colocarme de pie cuantas veces sea necesario. -por costumbre tomé una posición defensiva empuñando mi espada.- Ah, es verdad mencionaste que necesitas más ayuda, déjame prestarte otro par de manos. -enterré un poco la hoja de la espada en el suelo (lo suficiente para evitar que se caiga).- Madre.
El arma comenzó a tomar la forma de un lobo humanoide con pelaje escarlata de un metro ochenta de alto. Llevaba puesta una armadura metálica y sobre su cabeza se puede apreciar un schlafhaube de color rosa que cubría sus orejas haciendo que el gorro se viera un poco puntiagudo en los extremos.
- Es un gusto conocerlos, soy la madre de Bizvan, por favor llámenme Madre... Aunque técnicamente ya nos conocemos, pero esta es la primera vez que hablamos Hayate. -la loba realizó un pequeño saludo con sus patas mientras hablaba de manera amable con ese peculiar tono de falsete. Al notar la presencia de Jiro le sonrió de manera cálida y su cola se comenzó a agitar de un lado a otro.
- Madre también ayudará, así que sientete libre de indicarle que hacer.
- No me siento cómoda siguiendo esa petición cariño, pero no creo poder hacerte cambiar de opinión… Que sepas que esto me parte el corazón. -la loba fingió limpiar una lágrima de su ojo.
- Pues ya está ca… Kimura, solo esperan tu orden para actuar. -sonreí y esperé a que mi infierno comenzara.* Me preguntó cómo será la reacción del capitán ante Madre, Tobí flipó cuando ella lo abrazó aquella vez...
La voz del hermano de Kimura llamó mi atención, no podía saber con exactitud el tema de conversación entre los dos jóvenes, pero el chico parecía feliz por algo.* ¿Será por la victoria de su hermano o consiguió algo de ella? *Selebi utilizó su lenguaje de señas para decirle algo.
La voz del pelirojo causó que dejara de mirarlos y en su lugar me enfocara en Kimura.
* Supongo que será bajo. *pensé mientras veía a mi capitán alejarse un poco y hacer señas al par para que se acercaran. El hombre explicó que lo siguiente que se debería hacer era atacarme de manera seria.
Por la máscara era difícil saber qué clase de expresión tenía el rostro de la chica al escuchar las palabras de Kimura. Selebi movió su cabeza un poco buscando hacer contacto visual conmigo y tras verme asentir en señal de estar deacuerdo con mi capitán, ella soltó un pequeño suspiro de resignación. Tomó la bayoneta de su cintura y la acopló en el cañón de su fusil, para después pasar su mano sobre la hoja del arma incrementando el tamaño de esta en 10 centímetros más. La joven se encontraba lista y sostenía su fusil a la espera de la señal del pelirojo para atacar.
Jiro no parecía muy entusiasmado en participar, sin embargo las palabras de su hermano mayor fueron suficientes para hacerlo cambiar de opinión.
- Sé que la pasaré mal, sin embargo es necesario. No te preocupes tengo confianza en poder colocarme de pie cuantas veces sea necesario. -por costumbre tomé una posición defensiva empuñando mi espada.- Ah, es verdad mencionaste que necesitas más ayuda, déjame prestarte otro par de manos. -enterré un poco la hoja de la espada en el suelo (lo suficiente para evitar que se caiga).- Madre.
El arma comenzó a tomar la forma de un lobo humanoide con pelaje escarlata de un metro ochenta de alto. Llevaba puesta una armadura metálica y sobre su cabeza se puede apreciar un schlafhaube de color rosa que cubría sus orejas haciendo que el gorro se viera un poco puntiagudo en los extremos.
- Es un gusto conocerlos, soy la madre de Bizvan, por favor llámenme Madre... Aunque técnicamente ya nos conocemos, pero esta es la primera vez que hablamos Hayate. -la loba realizó un pequeño saludo con sus patas mientras hablaba de manera amable con ese peculiar tono de falsete. Al notar la presencia de Jiro le sonrió de manera cálida y su cola se comenzó a agitar de un lado a otro.
- Madre también ayudará, así que sientete libre de indicarle que hacer.
- No me siento cómoda siguiendo esa petición cariño, pero no creo poder hacerte cambiar de opinión… Que sepas que esto me parte el corazón. -la loba fingió limpiar una lágrima de su ojo.
- Pues ya está ca… Kimura, solo esperan tu orden para actuar. -sonreí y esperé a que mi infierno comenzara.* Me preguntó cómo será la reacción del capitán ante Madre, Tobí flipó cuando ella lo abrazó aquella vez...
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Pude notar cómo la chica enmascarada buscaba la aprobación de Bizvan, quien no dudó en aceptar las condiciones, asegurando que por duro que pudiera ser, volvería a levantarse y afrontaría el reto hasta el final. O por lo menos eso me había parecido. Yo era cuanto necesitaba escuchar. Lo que me dejó intrigado fue lo que había dicho unos instantes después. ¿Más ayuda? No tenía idea de qué estaba hablando, pero con tres personas ya podría formar una estrategia de combate para poner en apuros a Bizvan.
Mi camarada clavó su gran espadón en el suelo, de pronto el arma comenzó a tomar un aspecto extraño, se estaba transformando en alguna especie animal humanoide a dos patas. Un gran pelaje escarlata, unas fauces que se antojaban terroríficas, un atuendo de batalla... sin duda de lo más peculiar, sobre todo por ese cubre cabeza que llevaba.
Un gran lobo carmesí. Aquella imagen me causó un gran impacto, quedé deslumbrado por unos instantes. Sin duda alguna, Bizvan podría ser quien más podría considerarse miembro de los Crimson Wolves, poseía un compañero de tal aspecto, era gratamente sensacional. Magnífico.
Por si no estuviera ya estupefacto con la imagen, resultó aún más inquietante aquella presencia, al fin y al cabo no solamente podía hablar, sino que se presentó como la madre de Bizvan, incluso me llamó por mi nombre. Hacía mucho que no escuchaba a nadie referir a mí por mi nombre. Las últimas personas habían sido Jiro y mi propia madre. Bueno, una tercera persona también me llamó por mi nombre, pero su recuerdo tan solo provocada puñaladas en mi corazón.
-E... Encantado, Madre. Me presentaría, pero veo que ya me conoces.
Cuando recuperé la consciencia estaba frente a una loba carmesí, esta miró a Jiro y le sonrió. ¿Hasta qué punto podría fiarme de esa presencia tan extrañamente inquietante? Aunque debo reconocer que parecía bastante amable, realmente parecía como si tuviera cierto instinto maternal hacia Bizvan. Me daba miedo preguntarle, al fin y al cabo siempre estaban ambos juntos, por lo menos nunca le había visto sin su espada, y no quisiera que la loba escuchase lo que pudiera decirle.
Antes de darme cuenta estaban todos esperando mis órdenes. Se me hacía extraño dirigirme a la loba como "Madre", pero si ese era el nombre al cual estaba acostumbrado lo haría. Solo había un pequeño problema.
-Bien, Bizvan, deberás prepararte. Selebi y Madre, vosotras deberéis atacarle directamente, supongo que no será complicado para vosotras coordinar vuestros ataques. Jiro, tú te esconderás entre los árboles y atacarás con proyectiles. Con flechas. Yo iré atacando y preparando trampas. Pero antes quiero hablar vosotros tres. Si nos disculpas un momento, Bizvan.
Cogí a las dos chicas y al pequeño y nos alejamos un poco para que Bizvan no pudiera escucharnos.
-Bien. Voy a ir preparando durante el combate pequeñas trampas que no será más que ataques desde varias direcciones, lanzas, dardos, lanzas. Desde objetos grandes hasta pequeños. Debido a que vosotras dos vais a estar en el centro, contra Bizvan, necesitamos un código de modo que cuando os avise sepáis qué hacer, y Bizvan se vea obligado a forzar su haki de observación para no recibir heridas graves. Podéis quedaros tranquilas, no atacaré puntos vitales, toda herida será fácilmente curable. Pero él debe creer que no vamos a ser tan considerados. Deberéis contar con su movimiento, atacarle a golpes vitales de modo que los pueda esquivar, pero poniéndole contra las cuerdas... No va a ser fácil para nadie.
Comencé a citarles un código que sería sencillo. Si escuchaban un número par, debían agacharse en dos segundos. Si era impar tan solo debían saltar hacia atrás, y si gritaba dos números correlativos debían tener en cuenta que Bizvan sería atacado por la espalda. Si todos estaban de acuerdo, y no ponían pegas tan solo me pondría delante de Bizvan y daría la señal a Madre y Selebi para que se lanzaran a la carga. Después otro aviso a jiro, quien se escondería corriendo por la izquierda, y yo comenzaría preparativos desde la derecha, y lanzando algún proyectil de vez en cuando.
-Bizvan, espero puedas soportar todo lo que te viene encima -Musité hacia mis adentros, no quería desconcentrarle por nada-. Suerte.
Mi camarada clavó su gran espadón en el suelo, de pronto el arma comenzó a tomar un aspecto extraño, se estaba transformando en alguna especie animal humanoide a dos patas. Un gran pelaje escarlata, unas fauces que se antojaban terroríficas, un atuendo de batalla... sin duda de lo más peculiar, sobre todo por ese cubre cabeza que llevaba.
Un gran lobo carmesí. Aquella imagen me causó un gran impacto, quedé deslumbrado por unos instantes. Sin duda alguna, Bizvan podría ser quien más podría considerarse miembro de los Crimson Wolves, poseía un compañero de tal aspecto, era gratamente sensacional. Magnífico.
Por si no estuviera ya estupefacto con la imagen, resultó aún más inquietante aquella presencia, al fin y al cabo no solamente podía hablar, sino que se presentó como la madre de Bizvan, incluso me llamó por mi nombre. Hacía mucho que no escuchaba a nadie referir a mí por mi nombre. Las últimas personas habían sido Jiro y mi propia madre. Bueno, una tercera persona también me llamó por mi nombre, pero su recuerdo tan solo provocada puñaladas en mi corazón.
-E... Encantado, Madre. Me presentaría, pero veo que ya me conoces.
Cuando recuperé la consciencia estaba frente a una loba carmesí, esta miró a Jiro y le sonrió. ¿Hasta qué punto podría fiarme de esa presencia tan extrañamente inquietante? Aunque debo reconocer que parecía bastante amable, realmente parecía como si tuviera cierto instinto maternal hacia Bizvan. Me daba miedo preguntarle, al fin y al cabo siempre estaban ambos juntos, por lo menos nunca le había visto sin su espada, y no quisiera que la loba escuchase lo que pudiera decirle.
Antes de darme cuenta estaban todos esperando mis órdenes. Se me hacía extraño dirigirme a la loba como "Madre", pero si ese era el nombre al cual estaba acostumbrado lo haría. Solo había un pequeño problema.
-Bien, Bizvan, deberás prepararte. Selebi y Madre, vosotras deberéis atacarle directamente, supongo que no será complicado para vosotras coordinar vuestros ataques. Jiro, tú te esconderás entre los árboles y atacarás con proyectiles. Con flechas. Yo iré atacando y preparando trampas. Pero antes quiero hablar vosotros tres. Si nos disculpas un momento, Bizvan.
Cogí a las dos chicas y al pequeño y nos alejamos un poco para que Bizvan no pudiera escucharnos.
-Bien. Voy a ir preparando durante el combate pequeñas trampas que no será más que ataques desde varias direcciones, lanzas, dardos, lanzas. Desde objetos grandes hasta pequeños. Debido a que vosotras dos vais a estar en el centro, contra Bizvan, necesitamos un código de modo que cuando os avise sepáis qué hacer, y Bizvan se vea obligado a forzar su haki de observación para no recibir heridas graves. Podéis quedaros tranquilas, no atacaré puntos vitales, toda herida será fácilmente curable. Pero él debe creer que no vamos a ser tan considerados. Deberéis contar con su movimiento, atacarle a golpes vitales de modo que los pueda esquivar, pero poniéndole contra las cuerdas... No va a ser fácil para nadie.
Comencé a citarles un código que sería sencillo. Si escuchaban un número par, debían agacharse en dos segundos. Si era impar tan solo debían saltar hacia atrás, y si gritaba dos números correlativos debían tener en cuenta que Bizvan sería atacado por la espalda. Si todos estaban de acuerdo, y no ponían pegas tan solo me pondría delante de Bizvan y daría la señal a Madre y Selebi para que se lanzaran a la carga. Después otro aviso a jiro, quien se escondería corriendo por la izquierda, y yo comenzaría preparativos desde la derecha, y lanzando algún proyectil de vez en cuando.
-Bizvan, espero puedas soportar todo lo que te viene encima -Musité hacia mis adentros, no quería desconcentrarle por nada-. Suerte.
Bizvan
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Fue tranquilizador que el capitán no me riñera por no haber utilizado a Madre en nuestro combate. A decir verdad parecía un poco sorprendido, pero miedo u hostilidad hacia la loba fueron cosas que me parecieron no ver en el pelirrojo. A decir verdad me hubiese gustado presentarla ante todos los miembros de la flota, por desgracia las oportunidades para esto se habían vuelto escazas últimamente.
Escuché las palabras del pelirrojo, quien me explicó la forma en la cual actuarían cada uno de ellos. Selebi y Madre no tendrían problemas para trabajar en equipo y atacarme, ya que cuando les enseñé lo básico de ambos hakis, ellas tenían que coordinarse para enfrentarme. Claro que no comenté nada sobre eso, me resultaba un poco embarazoso el hacerle saber a mi superior que mi habilidad de enseñanza era bastante pobre.
Kimura y el resto se apartaron un poco para poder hablar entre ellos.
Un pequeño escalofrío recorrió mi espalda mientras veía a todos alejarse, sabía que me había metido en una situación que sería en extremo complicada, lo extraño era que me sentía un poco emocionado, quizás dentro de unos minutos esa emoción desaparecería y en su lugar me viera inundado por el arrepentimiento.* No, mostrar cualquier indicio de arrepentimiento sería como escupirle en la cara a Kimura, debo mantener mi determinación.
Madre y Selebi escucharon de manera atenta las palabras del pelirrojo.
- Entiendo, en ese caso es mejor que no utilice mi mazo. –expresó Madre mientras alborotaba el cabello de la chica quien intentó apartar la mano de la loba.
Puede que Kimura no comprendiera las palabras de Madre, pero la loba prefería utilizar sus manos desnudas para pelear seriamente. Ella sabía utilizar un mazo de combate, pero por lo general solo lo utilizaba para brindarle información falsa al enemigo sobre su poder bélico.
- ¿Estás lista pequeña? Oh, vamos vamos, no pongas esa cara, esto es un pedido hecho por Biz, debemos ayudarlo, además este joven ya mencionó que solo tenemos que hacerle creer que la cosa va enserio. –no hacía falta decir que parte de las palabras de Madre eran broma, pues la joven no se había quitado la máscara.
El capitán parecía haber terminado de dar las indicaciones y ahora caminaba en mi dirección. No parecía tener intenciones de atacarme, al menos no aún. Pensé en realizar un comentario en tono de broma, pero la seriedad en el rostro de mi capitán me hizo tragarme las palabras.
Repentinamente Selebi y Madre se lanzaron directo hacia mí. La primera en atacar fue Madre. El puño de la loba se movió sin vacilación buscando impactar contra mi nariz, pero eso no era todo, su postura revelaba que su otro brazo lanzaría un golpe con mayor peso. Retrocedí con pequeño salto para alejarme del rango de ataque, pero en ese instante mi haki se activó alertándome de la hoja que se dirigía hacia mi hombro izquierdo. Debido a que su ataque se realizó mientras esquivaba el puño de Madre, me vi obligado a utilizar mis botas para liberar una corriente de viento que me elevó en el aire a una altura de 5 metros.
* Ella en verdad tenía intención de perforar mi hombro. *el haki me indicó eso, no sabía que les había dicho Kimura, pero era probable que en daño recibido sería grave.
Nuevamente el haki se activó y esta vez provenía desde dos direcciones. Sería un blanco fácil en el aire para la enmascarada o para el capitán y parecía que la advertencia provenía de ellos. Sin pensarlo 2 veces extendí mi brazo derecho y activé el mecanismo del EFSIH para disparar el gancho hacia el suelo y al instante ser jalado de nuevo al suelo.
El sonido del fusil de la enmascarada siendo disparado se escuchó por todo el alrededor.* ¡Disparó, esa maldita loca en verdad me disparó! *ahora en comprendía que tan serio era el asunto.
El impacto contra el suelo no fue blando y rodé un poco por el suelo a causa de la velocidad que llevaba en ese momento. Se notaban que ese aparato estaba diseñado para ayudarme a ascender y no descender, no obstante gracias a su ayuda fui capaz de esquivar los proyectiles que provenían desde diferentes direcciones.
En el instante que me coloqué de pie ese sexto sentido se activó por tercera vez, lastimosamente en esta ocasión no fui lo suficientemente y el puño de Madre golpeo mi rostro. Los puños de la loba se encontraban cubiertos por los guanteletes de su armadura haciendo que los siguientes golpes encadenados que arrojó en diversas zonas de mi cuerpo fuesen dolorosos.
* No puedo atacar, el capitán dijo que solo debía limitarme a esquivar. *Madre se alejó dando un salto y de nuevo un proyectil fue arrojado. La sensación de una flecha enterrándose en mi hombro me sacó un pequeño gruñido de dolor. Había recibido la advertencia del ataque, pero los golpes de Madre habían entorpecido mis movimientos.
* Esto va a doler mucho más… *arranqué la flecha y la dejé caer en el suelo manchándolo un poco con mi sangre. Apenas comenzábamos y no me pensaba rendir todavía.
Escuché las palabras del pelirrojo, quien me explicó la forma en la cual actuarían cada uno de ellos. Selebi y Madre no tendrían problemas para trabajar en equipo y atacarme, ya que cuando les enseñé lo básico de ambos hakis, ellas tenían que coordinarse para enfrentarme. Claro que no comenté nada sobre eso, me resultaba un poco embarazoso el hacerle saber a mi superior que mi habilidad de enseñanza era bastante pobre.
Kimura y el resto se apartaron un poco para poder hablar entre ellos.
Un pequeño escalofrío recorrió mi espalda mientras veía a todos alejarse, sabía que me había metido en una situación que sería en extremo complicada, lo extraño era que me sentía un poco emocionado, quizás dentro de unos minutos esa emoción desaparecería y en su lugar me viera inundado por el arrepentimiento.* No, mostrar cualquier indicio de arrepentimiento sería como escupirle en la cara a Kimura, debo mantener mi determinación.
···
Madre y Selebi escucharon de manera atenta las palabras del pelirrojo.
- Entiendo, en ese caso es mejor que no utilice mi mazo. –expresó Madre mientras alborotaba el cabello de la chica quien intentó apartar la mano de la loba.
Puede que Kimura no comprendiera las palabras de Madre, pero la loba prefería utilizar sus manos desnudas para pelear seriamente. Ella sabía utilizar un mazo de combate, pero por lo general solo lo utilizaba para brindarle información falsa al enemigo sobre su poder bélico.
- ¿Estás lista pequeña? Oh, vamos vamos, no pongas esa cara, esto es un pedido hecho por Biz, debemos ayudarlo, además este joven ya mencionó que solo tenemos que hacerle creer que la cosa va enserio. –no hacía falta decir que parte de las palabras de Madre eran broma, pues la joven no se había quitado la máscara.
…
El capitán parecía haber terminado de dar las indicaciones y ahora caminaba en mi dirección. No parecía tener intenciones de atacarme, al menos no aún. Pensé en realizar un comentario en tono de broma, pero la seriedad en el rostro de mi capitán me hizo tragarme las palabras.
Repentinamente Selebi y Madre se lanzaron directo hacia mí. La primera en atacar fue Madre. El puño de la loba se movió sin vacilación buscando impactar contra mi nariz, pero eso no era todo, su postura revelaba que su otro brazo lanzaría un golpe con mayor peso. Retrocedí con pequeño salto para alejarme del rango de ataque, pero en ese instante mi haki se activó alertándome de la hoja que se dirigía hacia mi hombro izquierdo. Debido a que su ataque se realizó mientras esquivaba el puño de Madre, me vi obligado a utilizar mis botas para liberar una corriente de viento que me elevó en el aire a una altura de 5 metros.
* Ella en verdad tenía intención de perforar mi hombro. *el haki me indicó eso, no sabía que les había dicho Kimura, pero era probable que en daño recibido sería grave.
Nuevamente el haki se activó y esta vez provenía desde dos direcciones. Sería un blanco fácil en el aire para la enmascarada o para el capitán y parecía que la advertencia provenía de ellos. Sin pensarlo 2 veces extendí mi brazo derecho y activé el mecanismo del EFSIH para disparar el gancho hacia el suelo y al instante ser jalado de nuevo al suelo.
El sonido del fusil de la enmascarada siendo disparado se escuchó por todo el alrededor.* ¡Disparó, esa maldita loca en verdad me disparó! *ahora en comprendía que tan serio era el asunto.
El impacto contra el suelo no fue blando y rodé un poco por el suelo a causa de la velocidad que llevaba en ese momento. Se notaban que ese aparato estaba diseñado para ayudarme a ascender y no descender, no obstante gracias a su ayuda fui capaz de esquivar los proyectiles que provenían desde diferentes direcciones.
En el instante que me coloqué de pie ese sexto sentido se activó por tercera vez, lastimosamente en esta ocasión no fui lo suficientemente y el puño de Madre golpeo mi rostro. Los puños de la loba se encontraban cubiertos por los guanteletes de su armadura haciendo que los siguientes golpes encadenados que arrojó en diversas zonas de mi cuerpo fuesen dolorosos.
* No puedo atacar, el capitán dijo que solo debía limitarme a esquivar. *Madre se alejó dando un salto y de nuevo un proyectil fue arrojado. La sensación de una flecha enterrándose en mi hombro me sacó un pequeño gruñido de dolor. Había recibido la advertencia del ataque, pero los golpes de Madre habían entorpecido mis movimientos.
* Esto va a doler mucho más… *arranqué la flecha y la dejé caer en el suelo manchándolo un poco con mi sangre. Apenas comenzábamos y no me pensaba rendir todavía.
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El gruñido de dolor de Bizvan fue prácticamente la señal de que era el momento. En ese instante en el cual una persona recibe daño, es cuando más vulnerable puede encontrarse, cuando más fácil es que baje la guardia.
Al estar recorriendo el lugar había estado creando pequeñas ballestas improvisadas con mi técnica de energía, ballestas que dispararían lanzas directamente hacia Bizvan. En ese momento fue cuando di la señal, aquella señal para que tuvieran que agacharse. Utilizando el código que ya les había explicado anteriormente, grité dos indicaciones.
-¡Acción sesenta y seis! ¡Tres!
Cinco ballestas dispararon dirección al torso de Bizvan, eran proyectiles rápidos. Aquello probablemente no le costaría ningún esfuerzo esquivarlo, de ahí que se tuvieran que agachar. Pero después había dado otra indicación, el número para que dieran un salto hacia atrás. En cuanto había activado las trampas, utilicé Wind Path para alzarme en el aire y desenfundar la hoja del caos. Desde arriba lancé un golpe cargado con la potencia de mi energía explosiva contenida en la hoja, cuando golpease libraría una onda de choque en el lugar impactado, de modo que aunque bloquease, recibiría algún impacto, momento en el cual daría una nueva orden.
- Uno, dos.
Dos números correlativos, la señal de que se lanzasen con todo. Me había asegurado de que Bizvan se hubiera posicionado entre las dos mujeres y yo, de modo que si me había bloqueado, ahora tendría a esas dos por la espalda, que deberían lanzarse a la carga al escuchar esa orden. Además, noté que Jiro desde mi derecha lanzaba un nuevo proyectil. Bizvan estaba rodeado, y tenía ganas de ver cómo resultaba todo esto.
Al estar recorriendo el lugar había estado creando pequeñas ballestas improvisadas con mi técnica de energía, ballestas que dispararían lanzas directamente hacia Bizvan. En ese momento fue cuando di la señal, aquella señal para que tuvieran que agacharse. Utilizando el código que ya les había explicado anteriormente, grité dos indicaciones.
-¡Acción sesenta y seis! ¡Tres!
Cinco ballestas dispararon dirección al torso de Bizvan, eran proyectiles rápidos. Aquello probablemente no le costaría ningún esfuerzo esquivarlo, de ahí que se tuvieran que agachar. Pero después había dado otra indicación, el número para que dieran un salto hacia atrás. En cuanto había activado las trampas, utilicé Wind Path para alzarme en el aire y desenfundar la hoja del caos. Desde arriba lancé un golpe cargado con la potencia de mi energía explosiva contenida en la hoja, cuando golpease libraría una onda de choque en el lugar impactado, de modo que aunque bloquease, recibiría algún impacto, momento en el cual daría una nueva orden.
- Uno, dos.
Dos números correlativos, la señal de que se lanzasen con todo. Me había asegurado de que Bizvan se hubiera posicionado entre las dos mujeres y yo, de modo que si me había bloqueado, ahora tendría a esas dos por la espalda, que deberían lanzarse a la carga al escuchar esa orden. Además, noté que Jiro desde mi derecha lanzaba un nuevo proyectil. Bizvan estaba rodeado, y tenía ganas de ver cómo resultaba todo esto.
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