Dretch
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Dretch sonrió con amargura. Su presencia en la isla tendía a ser siempre más movida de lo que a él le gustaría. No era culpa suya ser un agente. La culpa era del Gobierno Mundial y su necesidad de meter las narices en cualquier negocio mínimamente lucrativo. Los Monroe lo conocían tan bien como conocían a Killian Vane ¿Cómo si no sabían que no podía resistirse a sus rudos modales? Si necesitaba la información que poseían aquellos gánsters de medio pelo, no le quedaba más remedio que confiar en la labia y la posición de Vane. Ya no era un iniciado. Estaba seguro de que, si no necesitara aquella información, los Monroe habrían pagado muy caro aquel gesto hostil.
Podrían decirle lo que quisieran. Ahora incluso podrían pegarles; nadie podría verlos y por la tanto nadie acudiría en su ayuda. Penetrar el territorio de una familia sin una invitación tenía sus desventajas.
El agente alzó la vista hacia arriba. Era Renzhu, claro. No era más grande que el resto de los matones, pero era más grande que Killian y Dretch. Y tenía a otros a su lado, siempre los tenía.
- Eh, Búho.
“No respondas. No hay nada que decir”
- Eh, búho, te hablamos a ti. Búho, eh medio insecto, te hablamos a tí.
“No sé qué responder. Diga lo que diga, empeorará las cosas. También las empeorará no decir nada” – se dijo así mismo.
- Eh Búho; eh cagarro, te han vuelto a destinar aquí ¿eh? Creías que eras mejor que nosotros, pero has vuelto arrastrándote hasta nosotros. Búho, tienes una herida en la nuca.
Acto seguido un par de matones lo golpearon en la nuca con algún tipo de porra o tubería. Sin embargo, el ataque no solo pareció no surgir efecto, sino que la tubería se dobló por el lugar del impacto.
- ¿Nos vais a dejar pasar? – preguntó el agente.
- ¿Les vamos a dejar pasar? ¿Les dejaremos pasar? – preguntó Renzhu a sus muchachos. Estos se echaron a reir – Claro que os dejaremos pasar. Primero dejaremos pasar tu brazo, después pasará tu trasero , luego a lo mejor un trozo de la rodilla.
Los demás corearon a su jefe como idiotas.
Renzhu comenzó a empujarle con una mano; alguien le empujo por detrás hacia el matón.
- ¿A que jugamos? – dijo uno de ellos.
- ¡Tenis!
- ¡Ping-pong!
Aquello no iba a acabar bien. Y Dretch decidió que no fuera el quien acabaría mal. Cuando el brazo de Renzhu volvió a extenderse para empujarle, Dretch trató de agarrarle. Falló.
- Oh, me vas a pegar ¿eh? Me vas a pegar, mochuelo.
Los que estaban detrás del agente le sujetaron. El agente no tenía ganas de reírse, pero se rió.
- ¿Quieres decir que hacen falta otros como tú para pegar a un solo hombre?
- Nosotros somos criminales, no hermanitas de la caridad, cara de cagarro. Tienes menos fuerza que un pedo.
La provocación sirvió para que lo soltaran. En cuanto lo hicieron Dretch dirigió una rápida mirada hacía Killian Vane ¿A qué demonios estaba jugando? Aun permanecía tirado en el suelo ¿A que estaba esperando para parar aquella riña? No era a Renzhu y sus peones a quienes tenia destinado su rokushiki…
Podrían decirle lo que quisieran. Ahora incluso podrían pegarles; nadie podría verlos y por la tanto nadie acudiría en su ayuda. Penetrar el territorio de una familia sin una invitación tenía sus desventajas.
El agente alzó la vista hacia arriba. Era Renzhu, claro. No era más grande que el resto de los matones, pero era más grande que Killian y Dretch. Y tenía a otros a su lado, siempre los tenía.
- Eh, Búho.
“No respondas. No hay nada que decir”
- Eh, búho, te hablamos a ti. Búho, eh medio insecto, te hablamos a tí.
“No sé qué responder. Diga lo que diga, empeorará las cosas. También las empeorará no decir nada” – se dijo así mismo.
- Eh Búho; eh cagarro, te han vuelto a destinar aquí ¿eh? Creías que eras mejor que nosotros, pero has vuelto arrastrándote hasta nosotros. Búho, tienes una herida en la nuca.
Acto seguido un par de matones lo golpearon en la nuca con algún tipo de porra o tubería. Sin embargo, el ataque no solo pareció no surgir efecto, sino que la tubería se dobló por el lugar del impacto.
- ¿Nos vais a dejar pasar? – preguntó el agente.
- ¿Les vamos a dejar pasar? ¿Les dejaremos pasar? – preguntó Renzhu a sus muchachos. Estos se echaron a reir – Claro que os dejaremos pasar. Primero dejaremos pasar tu brazo, después pasará tu trasero , luego a lo mejor un trozo de la rodilla.
Los demás corearon a su jefe como idiotas.
Renzhu comenzó a empujarle con una mano; alguien le empujo por detrás hacia el matón.
- ¿A que jugamos? – dijo uno de ellos.
- ¡Tenis!
- ¡Ping-pong!
Aquello no iba a acabar bien. Y Dretch decidió que no fuera el quien acabaría mal. Cuando el brazo de Renzhu volvió a extenderse para empujarle, Dretch trató de agarrarle. Falló.
- Oh, me vas a pegar ¿eh? Me vas a pegar, mochuelo.
Los que estaban detrás del agente le sujetaron. El agente no tenía ganas de reírse, pero se rió.
- ¿Quieres decir que hacen falta otros como tú para pegar a un solo hombre?
- Nosotros somos criminales, no hermanitas de la caridad, cara de cagarro. Tienes menos fuerza que un pedo.
La provocación sirvió para que lo soltaran. En cuanto lo hicieron Dretch dirigió una rápida mirada hacía Killian Vane ¿A qué demonios estaba jugando? Aun permanecía tirado en el suelo ¿A que estaba esperando para parar aquella riña? No era a Renzhu y sus peones a quienes tenia destinado su rokushiki…
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.