Cuando danzan las sombras. La liberación del Norte [Moderado nivel 4 - Nathan]

Hacía apenas unos días que habías recibido la visita de uno de aquellos hombres de negro. Un tipo pálido, larguirucho y con una fea cicatriz en su ojo izquierdo había tratado de sonsacarte información sobre una pareja de asesinos. Le contaste lo quería escuchar a cambio de una buena suma de dinero y no volviste a saber nada más de él. No podías quejarte de tu forma de vida, las meretrices del local oían todo tipo de rumores y, como buen confidente, siempre estabas dispuesto a escuchar toda clase de cuentos y chismes ¿No es eso lo que hacen los amigos?

Mucha gente solía decir que la información es poder, pero desconocían el trabajo de investigación que había detrás de cada estúpido chisme que te contaban esas fulanas. Normalmente tenías que encargarte de separar el grano de la paja y hacer tus propias conjeturas. Últimamente un nombre se repetía hasta la saciedad en cada una de tus fuentes: Viktor.

Como pasa el tiempo ¿verdad? Casi parece que fue ayer cuando aquellos tipos de negro irrumpieron por la fuerza en el Red Majestic, ese burdel en el que tanto te gustaba pasar las noches ¡Oh, espera un momento! Fue Ayer. Ya habías oído que las aguas estaban algo revueltas, las familias habían reducido sus operaciones; Cliff se había transformado en cuestión de días en un idílico lugar de paz y tranquilidad. Aunque aquello no te pillaba por sorpresa y ya te conocías todo ese numerito de las redadas y las detenciones aleatorias. El historial de corrupción de la agencia del CP1 era tan extenso, que dudabas que en la isla existiera un almacén tan grande como para archivar todos los escándalos. Pero, tu no habías cometido ningún delito ¿verdad? ¿Por qué deberías de temer a los perros del gobierno? ¿Por qué deberían ponerte una bolsa en la cabeza y sacarte arrastras del local? Bueno al menos sabias una cosa, no eran muy charlatanes…

Que tipos más inoportunos ¿No podían empezar a dejar de ser corruptos el lunes?

Has pasado el último día a bordo de uno de esos nuevos barcos gubernamentales, los llamados Leviatanes del Mar. Una nueva clase de barcos de línea estilizados, de tres mástiles y velas cuadras, cuya principal característica es su velocidad. Es la primera vez que ves uno de esos barcos propulsados con calderas de vapor y una enorme rueda con aspas en su popa ¿Cómo es posible que este navegando con el viento en contra a esa velocidad? Nadie ha querido explicártelo, de hecho, nadie se ha dignado a prestarte la más mínima atención. Te encuentras en la popa del navío, contemplando el constante ir y venir de las aspas de esa enorme rueda. Los agentes que horas atrás te habían raptado, ahora visten como civiles y, aunque no parece que les importe demasiado que pulules libremente por la cubierta, puedes sentir como no te quitan el ojo de encima. Puede que si esta vez eliges mejor tus palabras se dignen a responderte, o puedes tratar de escapar de su vigilancia y fisgonear por tu cuenta.

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