Larga noche de tormenta (Pasado/privado: Andy y Travis)

Hace solo un momento el cielo se encontraba nublado y corría un fuerte viento pero como el que atraviesa el marco de una puerta me encontré de repente bajo una lluvia torrencial. Las calles del lugar se encontraban vacías, muchos vendedores ya cerraron los puestos con la llegada del viento que se llevaba aquello que mostraban al publico. A esas horas estaba todo cerrado y solo quedaba un loco galopando sobre su caballo en busca de un refugio. A pesar de que su nivel tecnológico me recordaba a mi hogar aquella arquitectura era bien distinta lo que hacía que me despistara fácilmente. Seguí lo que parecía una calle principal hacía arriba mirando a ambos lados de la calle buscando un cartel de taberna, pero de pronto el fuerte viento tumbo un puesto en medio de la calle lo que provocó que Faustino, al intentar frenar, resbalara con la mojada piedra y callaremos. Mi grito a causa del golpe fue más angustioso de lo que hubiera querido y reconocido pero por suerte pareció haber intrigado a alguien. Una puerta cercana abrió y de su luz salió un joven. saque la pierna de debajo de Faustino justo cuando el joven me ayudo a levantarme. Se lo agradecí mientras apoyado en su hombro cojeaba hasta el interior del lugar.
-Padre, tiene un caballo.- dijo el joven al entrar a lo que descubrí que era un restaurante.
Un hombre alto y corpulento asintió y salio a la calle. Mientras, el joven me ayudó a sentarme. Una vez en la silla me fijé que me hallaba en un restaurante, no uno lujoso, era modesto pero parecía cuidado. El joven cerró la puerta y fue tras la barra.
-Me llamo Nathan  y el hombre que ha salido a ayudar a tu caballo es mi padre, Lanre.- El joven era alto y corpulento, casi tanto como su padre. De pelo moreno y rizado recogido con una coleta y con mucho bello por sus brazos. Diría que tenía mi edad o poco más
-Yo soy Travis,del clan Iwazaru. Os estoy agradecidos enormemente a ti y a tu padre por haberme ayudado.-
Nathan me sonrió y salió tras el mostrador con una manta que me ofreció.

Me quite la ropa mojada con cuidado porque me molestaba la pierna derecha por el golpe y me envolví en la manta, en este proceso el padre de Nathan apareció y poniendo una silla frente al fuego me ofreció sentarme con un gesto. Fui hasta donde me señaló dejando mi ropa mojada y el arma en la otra silla.
-No te preocupes Travis, mi padre va a ver que te has echo con el golpe.- al parecer Nathan capto mi tensión y me senté ligeramente más relajado.
el hombre me sonrió y empezó a tocarme la pierna derecha por la zona del golpe, apretaba el muslo y yo apretaba los dientes, tocaba con el dedo y yo chasqueaba la legua. Finalmente se dirigió a su hijo y empezó a gesticular las manos, Nathan asintió y se metió en lo que supuse que seria la cocina. Al poco tiempo salió con un trapo entre las manos.
-Mi padre dice que solo tienes una contusión, nada roto. Hielo en la zona afectada y mejor nada de movimientos bruscos.- lo que llevaba en las manos era hielo envuelto en un trapo que me dio y dijo que sujetara en donde me di el golpe. Se lo agradecí una vez más.

Pasó un rato, la tormenta continuaba y estabamos sentados en una mesa cenando. Nathan me dejo algo de ropa, un pantalon y una camiseta que efectivamente me estaban enormes. Comentó que su padre era sordo mudo, de ahí su falta de conversación y resultó que el joven que me sacaba más de una cabeza tenia solamente 17 años, me pilló por sorpresa porque para nada los aparentaba. El se reia y me decia que todos le echan más edad, lo cual le ayudaba con la clientela. La tormenta de  fuera azotaba violentamente las vetanas y la puerta, aquella prometía ser una larga noche.

-A veces… destino tiene jugadas que uno nunca espera… ¿no lo crees así Travis?

¿Acaso esto es posible? La última vez que vi a este chico fue en un tiroteo donde las cosas salieron de control. Todos y todos contra todos y todos. Entre todos ellos, este joven me mostró un increíble potencial por explotar y yo estaba totalmente emocionado. Quería proponerle algo en ese entonces y el destino lo ha traído de nuevo a mí.

- Nathan… más sake por favor, y trae suficiente comida para mi y para travis… especialmente para mí.

- ¿Acaso lo conoce señor Andy? - me pregunto el joven, mientras se encaminaba a la cocina a cumplir con mi petición.

- Digamos que si… lo conoci hace un buen tiempo… el y su caballo me llaman mucho la atención… Lanre… ¿dónde está el caballo?

Mantuvo el silencio pero me señalo con su mano derecha a la pare de atrás, donde quedaban los establos. Luego me hizo una seña con el dedo pulgar, todo estaba bien y en horden.

- Gracias… me asegurare de pagarte bien a ti y a tu hijo por siempre tratarme bien cuando vengo a Skyros… por otro lado… Travis toma asiento… tenemos que hablar algunas cosas

Me encontraba en la mesa de fondo observando todo lo que ocurría en silencio. Para mi suerte, yo había llegado mucho antes de que la tormenta callera. En este restaurante siempre soy bien recibido, por algo se llama “El rincón de los tesoros”.

- Cuéntame… ¿que ha sido de ti desde la ultma vez que nos vimos?... ¿qué te trae a esta isla?... ¿estas dispuesto a escuchar mis palabras amigos?

Una voz sonó desde el fondo de la habitación nombrandome. Me giré en tensión al no reconocer la voz, me preguntaba quien me iba a conocer a mi en aquel lugar con aquel temporal, yo solo era un simple viajero de una lejana isla. Los nervios al recordar que no tenía el arma a mano se pasaron al ver una cara conocida.
Me levanté de mi sitio aceptando su invitación y olvidando por un momento el golpe, el resultado fue llegar cojeando.
-Disculpa mi vestimenta y mi lamentable estado- cogí asiento con más cuidado. -Como me imagino que habrás comprobado he tenido un problema al encontrarme con la tormenta. Siempre agradeceré a tus amigos la ayuda.-

No veía a Andy desde el día en el que nos conocimos, en aquella extraña situación. No podría decirme que la nuestra fuera una gran amistad, pero en el momento que hubo problemas pude contar con su ayuda. -Me agrada ver a una cara conocida en este momento. Viajar solo hace que se echen de menos muchas cosas.- En ese momento apareció el joven con un plato bien cargado para Andy y otro con menos sustancia para mi, al momento aprecio con una botella que yo me ofrecí a servir.
-Gracias Nathan y a ti Andy por la invitación.- di un trago y antes de empezar a comer le contesté. -Desde aquel encuentro nuestro continúe mi viaje en solitario por este mar, para mi aun desconocido. He estado aquí y allí, si no fuese por Faustino hubiera perdido la cabeza por soledad.- agaché un momento la cabeza, la soledad del camino puede ser dura. -Mi llegada a la isla- continúe -Fue mero azar, un capitán con sitio en su barco. Y dime, has conseguido despertar ni curiosidad. ¿Qué es eso que debo escuchar?- su extraño comentario me hizo olvidar por un momento mi apetito y el dolor.

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