Página 1 de 2. • 1, 2
Debe ser duro verse a uno mismo por el suelo, ¿Verdad? Pones el primer pie en la isla, cruzas el muelle... Y tu estatua está hecha escombros. Por suerte o por desgracia, el resto de la isla parece estar igual. Igual de mal, quiero decir. Las calles están hechas polvo, las casas medio destruidas y la atmósfera es terriblemente desangelada. De hecho, puedes escuchar el silencio sepulcral que se adueña de tus oídos... No parece que nadie siga viviendo cerca del puerto. Aunque la isla es terriblemente grande, tal vez encuentres algo de interés.
Investigas un poco, entras en algunas tiendas y locales... Pero todo vacío, como si una catástrofe hubiese invadido el lugar. De hecho, finalmente entras en una taberna que te sonaba bastante en tiempos mozos, "La sepia roja", el local más exclusivo de la Isla Gyojin, con las mejores damas para los más gallardos caballeros. Las mesas están tiradas por los suelos, los manteles rasgados y en general hay pruebas de reyerta. Incluso algo de sangre por ahí, suelo hecho polvo y el gres agrietado.
Sigues avanzando hacia un pequeño escenario central donde se hacían espectáculos de cabaret, aunque ahora parece más bien la prueba de un crimen, con tres cadáveres putrefactos y una nota en sus manos: Los que llegáis a este lugar abandonad toda esperanza. ¿Qué vas a hacer con esto?
Investigas un poco, entras en algunas tiendas y locales... Pero todo vacío, como si una catástrofe hubiese invadido el lugar. De hecho, finalmente entras en una taberna que te sonaba bastante en tiempos mozos, "La sepia roja", el local más exclusivo de la Isla Gyojin, con las mejores damas para los más gallardos caballeros. Las mesas están tiradas por los suelos, los manteles rasgados y en general hay pruebas de reyerta. Incluso algo de sangre por ahí, suelo hecho polvo y el gres agrietado.
Sigues avanzando hacia un pequeño escenario central donde se hacían espectáculos de cabaret, aunque ahora parece más bien la prueba de un crimen, con tres cadáveres putrefactos y una nota en sus manos: Los que llegáis a este lugar abandonad toda esperanza. ¿Qué vas a hacer con esto?
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La emoción que el tiburón sentía en su corazón era tan grande que no podía dejar de pensar en otra cosa. Se había tirado años sin ver a sus hermanos, y en cuestión de tres había visitado la isla más de diez veces. Quizá estaba cogiendo una mala costumbre, pero era algo que le encantaba.
Había decidido dar una sorpresa y no utilizar el den den mushi que años atrás le había dado a Tom. Además, en su mano ojeaba con cariño la vibre card que su mentor le había entregado. No cabía en sí de alegría, aunque pronto toda esa buena vibración se vendría abajo.
Una vez el habitante del mar bajó al muelle, notó algo distinto desde el principio. No había ningún ruido, y todo parecía medio derruido. Lo segundo creyó que era debido a las reconstrucciones tras la guerra, pero lo primero le pareció algo más raro. Bastante extraño teniendo en cuenta las horas en las que se encontraba. Pronto, al echar la vista a la plaza, se percató de que algo estaba ocurriendo allí. Corrió a toda velocidad hacia el lugar en el que debía estar la estatua homenaje de la guerra que se había librado meses atrás. Su rostro y el de Tom estaban partidos, así como sus cuerpos, y la lista de bajas era ilegible ya. Todo parcialmente destrozado, hacía del suelo un cementerio de recuerdos. Nadie se merecía algo así, y mucho menos aquellas pobres víctimas de una despiadada guerra.
Luka apoyó su rodilla derecha sobre el suelo y cogió un par de piedras. Se las llevó al pecho y pidió perdón tantas veces como estimó oportuno. Su deber y su promesa a sus hermanos de protegerlos parecía haber fallado. ¿Pero cómo no iba a fallar? Lo único que hizo para defenderles fue establecer una mayor defensa de la isla con Bryan, el jefe de la guardia de la isla. Quizá necesitaba algo más. Quizá no era el indicado para proteger a nadie. O puede que su deber fuese mantenerse allí con los suyos y sufrir el mismo destino que ellos.
Se levantó y se metió las dos piedras en los bolsillos del pantalón. Pensó a dónde ir, y creyó que la mejor opción era buscar en la taberna más popular de la isla. No tardó más de diez minutos en llegar, y una vez allí, el panorama le volvió a sorprender negativamente. El interior estaba relativamente derruido, las sillas tiradas y partidas, trozos de cristales por el suelo, madera rota en cada rincón del lugar. Y una nota. Una puta nota al fondo de todo, cerca del escenario central. Allí también había tres cadáveres que Luka no consiguió reconocer -aunque uno de ellos le resultaba bastante familiar-. Cogió la nota pensando en qué podía poner y… Al leerla la rabia creció en su interior.
Olfateó la sangre cercana e intentó encontrar algún rastro en los alrededores de la taberna. Sus ideas eran claras en ese momento; Intentaría localizar algún rastro de sangre más, e iría tras él. En caso de no identificar ninguno, marcharía camino al dojo. Esperaba que allí sí que se encontrase Tom o la guardia real de la isla.
Si alguien ha entrado aquí… Supongo que la guardia habrá seguido el protocolo. O quizá no, ya no sé qué pensar. Puede que les hayan pillado por sorpresa...
La idea de que un gyojin hubiese destruído la estatua era tan remota para Luka, que ni siquiera se tomó la molestia de tomar como opción aquello. La estatua era el templo que cada habitante del mar de la isla miraba cada día. Lo cubrían de flores y plegarias. Se encomendaban a un trozo de piedra para evitar caer en los mismos errores del pasado.
Pero el pasado parecía perseguirles, aunque Luka esperaba que no se desatase una guerra como antaño, o de lo contrario, supondría una nueva pérdida incalculable para el pueblo submarino. Quizá la definitiva para ellos.
Había decidido dar una sorpresa y no utilizar el den den mushi que años atrás le había dado a Tom. Además, en su mano ojeaba con cariño la vibre card que su mentor le había entregado. No cabía en sí de alegría, aunque pronto toda esa buena vibración se vendría abajo.
Una vez el habitante del mar bajó al muelle, notó algo distinto desde el principio. No había ningún ruido, y todo parecía medio derruido. Lo segundo creyó que era debido a las reconstrucciones tras la guerra, pero lo primero le pareció algo más raro. Bastante extraño teniendo en cuenta las horas en las que se encontraba. Pronto, al echar la vista a la plaza, se percató de que algo estaba ocurriendo allí. Corrió a toda velocidad hacia el lugar en el que debía estar la estatua homenaje de la guerra que se había librado meses atrás. Su rostro y el de Tom estaban partidos, así como sus cuerpos, y la lista de bajas era ilegible ya. Todo parcialmente destrozado, hacía del suelo un cementerio de recuerdos. Nadie se merecía algo así, y mucho menos aquellas pobres víctimas de una despiadada guerra.
Luka apoyó su rodilla derecha sobre el suelo y cogió un par de piedras. Se las llevó al pecho y pidió perdón tantas veces como estimó oportuno. Su deber y su promesa a sus hermanos de protegerlos parecía haber fallado. ¿Pero cómo no iba a fallar? Lo único que hizo para defenderles fue establecer una mayor defensa de la isla con Bryan, el jefe de la guardia de la isla. Quizá necesitaba algo más. Quizá no era el indicado para proteger a nadie. O puede que su deber fuese mantenerse allí con los suyos y sufrir el mismo destino que ellos.
Se levantó y se metió las dos piedras en los bolsillos del pantalón. Pensó a dónde ir, y creyó que la mejor opción era buscar en la taberna más popular de la isla. No tardó más de diez minutos en llegar, y una vez allí, el panorama le volvió a sorprender negativamente. El interior estaba relativamente derruido, las sillas tiradas y partidas, trozos de cristales por el suelo, madera rota en cada rincón del lugar. Y una nota. Una puta nota al fondo de todo, cerca del escenario central. Allí también había tres cadáveres que Luka no consiguió reconocer -aunque uno de ellos le resultaba bastante familiar-. Cogió la nota pensando en qué podía poner y… Al leerla la rabia creció en su interior.
Olfateó la sangre cercana e intentó encontrar algún rastro en los alrededores de la taberna. Sus ideas eran claras en ese momento; Intentaría localizar algún rastro de sangre más, e iría tras él. En caso de no identificar ninguno, marcharía camino al dojo. Esperaba que allí sí que se encontrase Tom o la guardia real de la isla.
Si alguien ha entrado aquí… Supongo que la guardia habrá seguido el protocolo. O quizá no, ya no sé qué pensar. Puede que les hayan pillado por sorpresa...
La idea de que un gyojin hubiese destruído la estatua era tan remota para Luka, que ni siquiera se tomó la molestia de tomar como opción aquello. La estatua era el templo que cada habitante del mar de la isla miraba cada día. Lo cubrían de flores y plegarias. Se encomendaban a un trozo de piedra para evitar caer en los mismos errores del pasado.
Pero el pasado parecía perseguirles, aunque Luka esperaba que no se desatase una guerra como antaño, o de lo contrario, supondría una nueva pérdida incalculable para el pueblo submarino. Quizá la definitiva para ellos.
- Cosas:
Daitan'na nioi: Gracias a su potente olfato, es capaz de captar gotas de sangre a 850 metros de distancia en el agua, dividiéndose la cantidad entre tres fuera de ella.
(En tierra 283)
Tu olfato se activa y, poco a poco, no puedes evitar que tus instintos te puedan por un instante. Sangre delante de ti, a tu alrededor, en los techos y a lo lejos... La mayoría tiene un hedor apenas notable a putrefacción, mientras que más adelante notas sangre todavía fresca: ¿Un cadáver reciente? Persigues el rastro casi sin darte cuenta hasta que llegas a las puertas del bastidor, en la parte trasera del escenario. Reflexionas apenas durante un instante acerca de la nota y entras, tal vez para tu desgracia...
El espacio entre bambalinas es estrecho y bajo, incómodo para alguien de tu estatura, y las lámparas reventadas emiten de vez en cuando un parpadeo dejando a la vista rastros de sangre seca sobre las negras paredes. Algunas puertas están arañadas, mientras otras tienen agujeros de bala y hasta puedes oler un suave aroma a pólvora. Sigue sin escucharse nada, pero el rastro es cada vez más intenso. Un olor enfermizo a sangre que está cerca de nublar tu juicio. Y entonces, te das cuenta: El pasillo es demasiado largo para pertenecer al edificio.
Finalmente, abres una puerta, la que más huele, y el espectáculo es cuanto menos dantesco: Una enorme criatura de feroz aspecto y grandes garras bañándose en un amplio charco de sangre. A primera vista no parece haber nadie en el interior aparte de la cosa, y el ser tan sólo se retuerce arañando paredes y techo, llorando como un aberrante bebé. No parece percatarse de tu presencia.
El espacio entre bambalinas es estrecho y bajo, incómodo para alguien de tu estatura, y las lámparas reventadas emiten de vez en cuando un parpadeo dejando a la vista rastros de sangre seca sobre las negras paredes. Algunas puertas están arañadas, mientras otras tienen agujeros de bala y hasta puedes oler un suave aroma a pólvora. Sigue sin escucharse nada, pero el rastro es cada vez más intenso. Un olor enfermizo a sangre que está cerca de nublar tu juicio. Y entonces, te das cuenta: El pasillo es demasiado largo para pertenecer al edificio.
Finalmente, abres una puerta, la que más huele, y el espectáculo es cuanto menos dantesco: Una enorme criatura de feroz aspecto y grandes garras bañándose en un amplio charco de sangre. A primera vista no parece haber nadie en el interior aparte de la cosa, y el ser tan sólo se retuerce arañando paredes y techo, llorando como un aberrante bebé. No parece percatarse de tu presencia.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El tiburón utilizó uno de los recursos más útiles que tenía para una situación como aquella; el olfato. Pronto dio con un rastro que quizá le podía llevar hasta el epicentro de lo que fuese que estuviese ocurriendo. O quizá le llevase hasta su perdición, quién sabe.
El caso es que el gyojin empezó a perder la compostura fruto de recibir tanto olor a sangre a través de sus fosas nasales. Recordó por momentos aquellas añoradas tardes de caza en la isla gyojin, nadando por el mar en busca de bestias marinas de enorme tamaño, gran coraje y sobre todo, fuerte valor. En aquellas ocasiones el tiburón sólo se guiaba por su olfato en el intento por localizar a su presa, pero ahora no sabía muy bien qué era lo que buscaba. Igualmente, algo le decía al bueno de Luka que quizá aquél día no sería como antaño, sino más bien una pesadilla, y que la presa pudiera ser él, y no su rival, quien quiera que fuese.
Caminó prestando cuidadosa atención a todo lo que le rodeaba, buscando sobre todo alguna pista sobre qué estaba pasando en su amada isla. La sensación que sentía el gyojin era indescriptible. Estaba oliendo sangre, cada vez de manera más intensa, y veía todas las paredes, puertas y zonas cercanas destrozadas. Aunque hubo algún detalle que le llamó más la atención que cualquier otro; la forma en la que estaban destrozadas. La mayoría parecían haber recibido impactos de alguna bestia a juzgar por los arañazos causados. Fruto de la rabia por ver todo aquello, el pirata no pudo evitar apretar el puño cada vez más, deseando poder desahogarse contra alguien más pronto que tarde.
Durante el camino hacia dondequiera que se dirigiese, observó vísceras y más vísceras, cuerpos descompuestos y otros más frescos, al igual que olió sangre en esos mismos estados. Algo le decía al habitante del mar que todo aquello que estaba viviendo era tan raro que no podía ser real.
Decidió entonces acceder a través de una puerta a lo que parecía ser un estrecho camino hacia algún lugar. El tiburón tenía la extraña sensación de que le estaban haciendo ir a algún lado. Sin embargo, no podía dejar atrás aquél lugar. Debía encontrar la raíz de aquél problema, mayormente para saber si sus hermanos estaban bien. Se decidió entonces a mirar entre sus pertenencias, hallando la vibre card de Tom. ¿Y si se guiaba a través de ella? ¿Y si buscaba a su mentor en la isla? Quizá debiese pedir ayuda, o puede que sus amigos estuviesen en problemas.
Luka palpó la vibre card pero, justo antes de poder verla con detenimiento, un ruido hizo que centrase su vista en el lugar del que parecía provenir, aunque una puerta se anteponía entre el sonido y el habitante del mar. Cuando se acercó, observó algo que quizá no le dejase dormir bien aquella noche; una bestia peliaguda. No tenía pinta de ser un gyojin, ni se parecía a nada de lo que el habitante del mar había visto con anterioridad. En cualquier caso no era algo muy común, y a juzgar por sus movimientos y su sed de sangre, tampoco parecía tener la suficiente capacidad como para comunicarse con nadie. Quizá no fuese buena idea molestarle, y a juzgar por su modus operandi, al comandante de los Arashi no le costaría mucho oírle venir si seguía su rastro.
Pero por otro lado… Si conseguía acercarse, podría saber de qué se trataba. Quizá sí que pudiese sacarle alguna información, o puede que se diese cuenta de qué especie era. Pero Luka no tenía ni idea de las capacidades bélicas de la susodicha bestia. Aunque quizá, a juzagar por su posición y lo entretenida que estaba, pudiese llevar a cabo un plan que le facilitase la tarea.
El gyojin guardó su vibre card en el bolsillo, y tras ello, sacó su den den Luka, aquél que le comunicaba directamente con la isla. El cual, de no haberlo cambiado, estaría cerca del dojo de Tom. Con suerte alguien lo cogería. El tiburón dejó el den den mushi en una esquina mientras marcaba, y se posicionó en la contraria, en lo que él creía que era una situación estratégica para, en caso de que la bestia oyese el ruido y saliese en su dirección, pillarla desprevenida.
Lo que Luka no sabía -aunque no percibía más presencias cercanas-, era si había más bestias como aquellas en el lugar.
El caso es que el gyojin empezó a perder la compostura fruto de recibir tanto olor a sangre a través de sus fosas nasales. Recordó por momentos aquellas añoradas tardes de caza en la isla gyojin, nadando por el mar en busca de bestias marinas de enorme tamaño, gran coraje y sobre todo, fuerte valor. En aquellas ocasiones el tiburón sólo se guiaba por su olfato en el intento por localizar a su presa, pero ahora no sabía muy bien qué era lo que buscaba. Igualmente, algo le decía al bueno de Luka que quizá aquél día no sería como antaño, sino más bien una pesadilla, y que la presa pudiera ser él, y no su rival, quien quiera que fuese.
Caminó prestando cuidadosa atención a todo lo que le rodeaba, buscando sobre todo alguna pista sobre qué estaba pasando en su amada isla. La sensación que sentía el gyojin era indescriptible. Estaba oliendo sangre, cada vez de manera más intensa, y veía todas las paredes, puertas y zonas cercanas destrozadas. Aunque hubo algún detalle que le llamó más la atención que cualquier otro; la forma en la que estaban destrozadas. La mayoría parecían haber recibido impactos de alguna bestia a juzgar por los arañazos causados. Fruto de la rabia por ver todo aquello, el pirata no pudo evitar apretar el puño cada vez más, deseando poder desahogarse contra alguien más pronto que tarde.
Durante el camino hacia dondequiera que se dirigiese, observó vísceras y más vísceras, cuerpos descompuestos y otros más frescos, al igual que olió sangre en esos mismos estados. Algo le decía al habitante del mar que todo aquello que estaba viviendo era tan raro que no podía ser real.
Decidió entonces acceder a través de una puerta a lo que parecía ser un estrecho camino hacia algún lugar. El tiburón tenía la extraña sensación de que le estaban haciendo ir a algún lado. Sin embargo, no podía dejar atrás aquél lugar. Debía encontrar la raíz de aquél problema, mayormente para saber si sus hermanos estaban bien. Se decidió entonces a mirar entre sus pertenencias, hallando la vibre card de Tom. ¿Y si se guiaba a través de ella? ¿Y si buscaba a su mentor en la isla? Quizá debiese pedir ayuda, o puede que sus amigos estuviesen en problemas.
Luka palpó la vibre card pero, justo antes de poder verla con detenimiento, un ruido hizo que centrase su vista en el lugar del que parecía provenir, aunque una puerta se anteponía entre el sonido y el habitante del mar. Cuando se acercó, observó algo que quizá no le dejase dormir bien aquella noche; una bestia peliaguda. No tenía pinta de ser un gyojin, ni se parecía a nada de lo que el habitante del mar había visto con anterioridad. En cualquier caso no era algo muy común, y a juzgar por sus movimientos y su sed de sangre, tampoco parecía tener la suficiente capacidad como para comunicarse con nadie. Quizá no fuese buena idea molestarle, y a juzgar por su modus operandi, al comandante de los Arashi no le costaría mucho oírle venir si seguía su rastro.
Pero por otro lado… Si conseguía acercarse, podría saber de qué se trataba. Quizá sí que pudiese sacarle alguna información, o puede que se diese cuenta de qué especie era. Pero Luka no tenía ni idea de las capacidades bélicas de la susodicha bestia. Aunque quizá, a juzagar por su posición y lo entretenida que estaba, pudiese llevar a cabo un plan que le facilitase la tarea.
El gyojin guardó su vibre card en el bolsillo, y tras ello, sacó su den den Luka, aquél que le comunicaba directamente con la isla. El cual, de no haberlo cambiado, estaría cerca del dojo de Tom. Con suerte alguien lo cogería. El tiburón dejó el den den mushi en una esquina mientras marcaba, y se posicionó en la contraria, en lo que él creía que era una situación estratégica para, en caso de que la bestia oyese el ruido y saliese en su dirección, pillarla desprevenida.
Lo que Luka no sabía -aunque no percibía más presencias cercanas-, era si había más bestias como aquellas en el lugar.
- Nota:
El den den Luka originalmente estaba en el dojo de la Isla Gyojin, cerca de Tom. Aunque en algún diario también se mencionó que se dejó en el ayuntamiento. Feel free.
Caminas lentamente y te alejas del den den mushi, que marca lentamente la combinación programada. Desde tu esquina puedes comprobar cómo el horror barbotante que se retuerce por el suelo chilla y se revuelca sobre harapos, carne y vísceras... Pero también está lleno de heridas sangrantes que se van cerrando en nuevas extremidades tumorosas, al tiempo que nuevas heridas y estrías surgen por toda su piel, constantemente rompiéndose. También, aunque no podrías decirlo, hay restos de lo que en algún momento fueron finas escamas tiradas por el suelo, aunque eso no tiene por qué significar nada.
-¿Aló?- contesta finalmente una voz al comunicador, con un marcado acento del Reino Shishano-. ¿Sí, quién es?
Al escuchar la voz, que no te suena a nada que hayas oído en la isla antes, la criatura parece intentar moverse hacia quién sabe dónde, con una conducta tan errática que si te descuidas podría meterte un zarpazo. Ha reaccionado a la voz, pero no posee ningún tipo de razonamiento espacial por lo que puedes observar. Parece que, aun si quisiera hacerte daño, no podría hacerlo más que por casualidad. Pero lo más importante ahora, tal vez, sea saber por qué tu den den Luka está en manos de una persona tan exótica. Y hay un problema añadido, tanta sangre empieza a desatar tus instintos. ¿No tienes hambre? ¿Cómo debe saber ese engendro? ¿No tienes curiosidad? De pronto se ve tan sabroso... Si respiras hondo casi puedes sentir el calor de sus entrañas, esperando a que alguien decida alimentarse de él... Casi un regalo de bienvenida, y nadie lo sabrá.
-¿Aló?- contesta finalmente una voz al comunicador, con un marcado acento del Reino Shishano-. ¿Sí, quién es?
Al escuchar la voz, que no te suena a nada que hayas oído en la isla antes, la criatura parece intentar moverse hacia quién sabe dónde, con una conducta tan errática que si te descuidas podría meterte un zarpazo. Ha reaccionado a la voz, pero no posee ningún tipo de razonamiento espacial por lo que puedes observar. Parece que, aun si quisiera hacerte daño, no podría hacerlo más que por casualidad. Pero lo más importante ahora, tal vez, sea saber por qué tu den den Luka está en manos de una persona tan exótica. Y hay un problema añadido, tanta sangre empieza a desatar tus instintos. ¿No tienes hambre? ¿Cómo debe saber ese engendro? ¿No tienes curiosidad? De pronto se ve tan sabroso... Si respiras hondo casi puedes sentir el calor de sus entrañas, esperando a que alguien decida alimentarse de él... Casi un regalo de bienvenida, y nadie lo sabrá.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El sencillo plan, pese a no salir como se esperaba, sirvió para algo. La conducta imprevisible y errática de la extraña criatura que el gyojin tenía enfrente parecía indicar la poca capacidad para desplazarse donde realmente quería. En caso de que la bestia quisiera o deseara algo, que estaba por ver. Aquello tenía tanto de bueno como de malo. Ahora el tiburón sabía que la bestia era imprevisible, y como tal, tendría que tenerle más controlado aún.
Durante su plan se fijó en cada movimiento que daba, lo que le hizo ver una gran cantidad de heridas sangrantes, pero aquello no era lo más extraño de la escena, sino la manera en la que se cerraban para crear una especie de extremidades, creando nuevas heridas. Parecía ser un bucle infinito donde la sangre y las heridas salían a la luz por igual. Como médico, a Luka le empezó a interesar el tema, y más viendo que por el suelo se encontraban lo que parecían restos de escamas. ¿Sería algún tipo de virus o enfermedad?
Desgraciadamente, todas las conjeturas que el gyojin estaba creando en su mente se vieron interrumpidas por la voz que contestó por el Den Den Luka. Una voz que nunca antes había escuchado. Algo más exótica de lo que acostumbraba a escuchar, y una voz que no pudo asociar a ninguna región conocida. Aquél era un movimiento que el pirata no esperaba, y como tal, tardó un poco en reaccionar.
Pero no solo tardó en reaccionar por eso. Todas sus teorías parecieron no importar de repente. Las cuencas de sus ojos se dilataron brevemente, y empezó a sentir la necesidad de comer. Y sólo había algo que se podía comer allí -al menos visiblemente-, aunque su apariencia no fuese la más apetecible, era comida al fin y al cabo. Empezó a ser verdaderamente consciente del olor a sangre de los alrededores, y aquello activó sus instintos primarios.
Sin embargo, aún podía controlarlos. Y antes de que fuese demasiado tarde, cogió el den den mushi, consciente de que su voz llamaría a la bestia y, sin dejar de mirarla, descolgó.
Camina de frente, hijo. Siempre de frente. El honor es lo único que te quedará, y es lo más importante que tienes. Solía decirle Tom, y así haría aquella vez.
- Soy Luka Rooney, comandante de los Arashi, nadador profesional, drogadicto ocasional, bestia para muchos y bello para pocos. Estoy buscando a Tom, Eric, Jim, Bryan, Billy o cualquiera que reconozca mi nombre. ¿Está alguno de ellos por allí? Y… perdona la indiscreción, pero… ¿Quién eres y por qué tienes el Den Den Luka?
Tras sus preguntas, el habitante del mar dejaría el den den mushi en el suelo, esperando la respuesta del desconocido y, tras ello, haría caso a su instinto.
La extraña criatura ahora lucía algo más apetecible. La idea del gyojin era hacer un par de fintas antes de llegar hasta la bestia, correr a su alrededor y esperar a que realizase algún movimiento. Con suerte dejaría algún hueco descubierto y entonces… Intentaría inmovilizar a la bestia. Con las manos intentaría agarrar su torax -o cualquier parte de sus patas delanteras-, y sus dientes irían directos al cuerpo de la víctima, preferiblemente al cuello, pero en caso de no poder, no haría ascos a ninguna zona.
Durante su plan se fijó en cada movimiento que daba, lo que le hizo ver una gran cantidad de heridas sangrantes, pero aquello no era lo más extraño de la escena, sino la manera en la que se cerraban para crear una especie de extremidades, creando nuevas heridas. Parecía ser un bucle infinito donde la sangre y las heridas salían a la luz por igual. Como médico, a Luka le empezó a interesar el tema, y más viendo que por el suelo se encontraban lo que parecían restos de escamas. ¿Sería algún tipo de virus o enfermedad?
Desgraciadamente, todas las conjeturas que el gyojin estaba creando en su mente se vieron interrumpidas por la voz que contestó por el Den Den Luka. Una voz que nunca antes había escuchado. Algo más exótica de lo que acostumbraba a escuchar, y una voz que no pudo asociar a ninguna región conocida. Aquél era un movimiento que el pirata no esperaba, y como tal, tardó un poco en reaccionar.
Pero no solo tardó en reaccionar por eso. Todas sus teorías parecieron no importar de repente. Las cuencas de sus ojos se dilataron brevemente, y empezó a sentir la necesidad de comer. Y sólo había algo que se podía comer allí -al menos visiblemente-, aunque su apariencia no fuese la más apetecible, era comida al fin y al cabo. Empezó a ser verdaderamente consciente del olor a sangre de los alrededores, y aquello activó sus instintos primarios.
Sin embargo, aún podía controlarlos. Y antes de que fuese demasiado tarde, cogió el den den mushi, consciente de que su voz llamaría a la bestia y, sin dejar de mirarla, descolgó.
Camina de frente, hijo. Siempre de frente. El honor es lo único que te quedará, y es lo más importante que tienes. Solía decirle Tom, y así haría aquella vez.
- Soy Luka Rooney, comandante de los Arashi, nadador profesional, drogadicto ocasional, bestia para muchos y bello para pocos. Estoy buscando a Tom, Eric, Jim, Bryan, Billy o cualquiera que reconozca mi nombre. ¿Está alguno de ellos por allí? Y… perdona la indiscreción, pero… ¿Quién eres y por qué tienes el Den Den Luka?
Tras sus preguntas, el habitante del mar dejaría el den den mushi en el suelo, esperando la respuesta del desconocido y, tras ello, haría caso a su instinto.
La extraña criatura ahora lucía algo más apetecible. La idea del gyojin era hacer un par de fintas antes de llegar hasta la bestia, correr a su alrededor y esperar a que realizase algún movimiento. Con suerte dejaría algún hueco descubierto y entonces… Intentaría inmovilizar a la bestia. Con las manos intentaría agarrar su torax -o cualquier parte de sus patas delanteras-, y sus dientes irían directos al cuerpo de la víctima, preferiblemente al cuello, pero en caso de no poder, no haría ascos a ninguna zona.
-No conosco- responden al otro lado-. Vino arrastrado por la marea hasta la costa mijo. Pero si quieres drogas pásate por aquí un martes.
No parece que vayas a sacar mucho en claro de la conversación, y la cosa se revuelve cada vez que un sonido rompe su delicada calma, arañando con furia las paredes destrozadas. Cuando la comida se retuerce es, si cabe, más prometedora.
-Por sierto, me llamo Elizabeth Wenseslao y regento la mejor fonda de todo Sabaody; Martes postre sorpresa por mil berries más.
Pero cuando dice eso tú ya te has abalanzado sobre tu presa, que intenta defenderse, si es que se le puede llamar defenderse, agitando su cuerpo violentamente contra los lados sin descanso. Su comportamiento errático es estimulante, y la sangre que brota de su cuello cuando muerdes con tus dientes de sierra profiere un agudo y estridente chillido de dolor, como un cerdo en el matadero. Das un bocado, pero sabe terriblemente mal... Y das otro más. Cada vez más correosa, la herida se va cerrando casi por completo antes de que des el siguiente bocado. No sabes por qué, pero necesitas comer más. O controlarte.
Cuando vas por el séptimo bocado vomitas una masa violácea, casi como si se tratase de un gigantesco tumor que se te estaba quedando atorado en la garganta. Todo su cuerpo sigue regenerándose aun al ser arrancado... Pero quieres más.
No parece que vayas a sacar mucho en claro de la conversación, y la cosa se revuelve cada vez que un sonido rompe su delicada calma, arañando con furia las paredes destrozadas. Cuando la comida se retuerce es, si cabe, más prometedora.
-Por sierto, me llamo Elizabeth Wenseslao y regento la mejor fonda de todo Sabaody; Martes postre sorpresa por mil berries más.
Pero cuando dice eso tú ya te has abalanzado sobre tu presa, que intenta defenderse, si es que se le puede llamar defenderse, agitando su cuerpo violentamente contra los lados sin descanso. Su comportamiento errático es estimulante, y la sangre que brota de su cuello cuando muerdes con tus dientes de sierra profiere un agudo y estridente chillido de dolor, como un cerdo en el matadero. Das un bocado, pero sabe terriblemente mal... Y das otro más. Cada vez más correosa, la herida se va cerrando casi por completo antes de que des el siguiente bocado. No sabes por qué, pero necesitas comer más. O controlarte.
Cuando vas por el séptimo bocado vomitas una masa violácea, casi como si se tratase de un gigantesco tumor que se te estaba quedando atorado en la garganta. Todo su cuerpo sigue regenerándose aun al ser arrancado... Pero quieres más.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La llamada resultó ser un fracaso. Qué coño un fracaso, una tomadura de pelo. Hubiera sido un fracaso si la persona al otro lado del den den Luka no hubiera reconocido la voz del tiburón, o si no conociese a nadie de los nombres que éste había mencionado. El caso es que la tal Elisabeth Wensesnosequé no tenía ni pajolera idea de quién era Luka Rooney. Ni de dónde estaban sus amigos. Tampoco tenía pinta de saber mucho más, la verdad. A saber quién le había dado el den den Luka a esa extraña que, por lo que había oído una vez había soltado el comunicador, regentaba una estúpida fonda en Sabaody. ¿Pero qué cojones?
Menos mal que aquello ya no le importaba al gyojin, que pasó de centrarse en la llamada a tener entre ceja y ceja un objetivo más apetecible, a por el cual fue raudo y veloz. Se abalanzó sobre la extraña criatura y arremetió una serie de bocados contra ella, y, pese a que no se lo puso fácil entre tanto movimiento, el habitante del mar consiguió hendir sus dientes en la carne de la criatura.
Debido al enorme grito del amorfo ser, el gyojin pensó que, de haber más cerca, vendrían al epicentro del sonido. Aquello hizo que activase su mantra, intentando anteponerse a los movimientos de sus posibles rivales.
Lo cierto era que aquella carne era horrenda, y sus fluidos más de lo mismo. La mezcla entre ambos en la boca del gyojin no era algo mejor. Pese a ello, los instintos básicos del tiburón no hacían sino incrementar la sed de sangre que sentía. Consciente del peligro que aquello traía, Luka decidió tras una serie de bocados que lo más sensato era calmarse y pensar antes de dar un nuevo mordisco. Incluso escuchó en su mente la voz de su compañero Therax diciéndole aquello que tanto le gustaba de Luka, en serio, cálmate.
Vamos, Luka. Es solo un puto bicho asqueroso, que a cada mordisco que das está más malo. Además… ¿Cómo coño vas a matarlo si no hace más que regenerarse?
Pero todo aquello también tenía sus contras. Por un lado, lo terco que era el gyojin, por otro la posibilidad de tener comida -aunque horrenda- infinita, pues a cada bocado que daba la herida creada cicatrizaba casi al momento. Pero entonces, llegó el punto de inflexión. Cerca de donde mordía el gyojin pudo observar cómo la criatura tenía unas agallas que, sin duda, serían uno de sus puntos débiles. Cegado por la sangre, poco o nada le importaba en ese momento que aquel bicho pudiese ser uno de los suyos.
El séptimo bocado dejó el sabor más amargo de todos en la boca del tiburón, pero no fue aquello lo que más molestó al gyojin, sino una especie de bola que se había formado en su garganta. Instintivamente y con algo de esfuerzo, la vomitó junto a parte de la carne del último bocado, y aquello fue lo que le hizo tomar una decisión.
Luka, eres idiota. Estás tomando una carne que no sabes si está contaminada, podrida o es mierda directamente. Coño, es que tiene un sabor asqueroso… Mata al puto bicho este y ya está, debes centrarte en la búsqueda de los tuyos.
En ese momento, el tiburón notó cómo su pulsera ardía, y aquello le ayudó a pensar algo. Aún no era el momento de usar a su diosa de la fortuna, pero sí que podría usar otro medio para acabar con la bestia… La poca lógica que se podía aplicar contra algo tan extraño como aquello, decía que pese a que se regenerase podría morir en al menos dos casos; si dejaba de respirar o si su cerebro acababa reventado. Descartando meterla en una esfera de agua dado su sistema respiratorio, al habitante del mar solo le quedaba una opción.
Agarrando firmemente a aquella cosa extraña, el habitante del mar dirigió su boca hasta las agallas de su rival una vez más, solo que esta vez no pretendía alimentarse, sino morder con fuerza y crear una herida para, justo después, taponarla con la mano en un intento intenso de ahogarlo. Seguidamente, y usando la distracción que aquello supondría en su rival, intentaría dar duros golpes en la cabeza de la bestia recubriendo su puño en haki y con la firme intención de partir el cráneo de la bestia.
Con suerte acabaría de una vez por todas con aquel bicho. Y puede hasta que pudiera comer algo maś… No, mejor no. Mejor no comer más de aquella carne.
Si Luka conseguía derrotar a aquella bestia, no dudaría en intentar descifrar qué era o cómo había llegado a aquél estado. Como médico, probablemente pudiera inspeccionar su organismo en busca de algo raro y que le llamase la atención.
Menos mal que aquello ya no le importaba al gyojin, que pasó de centrarse en la llamada a tener entre ceja y ceja un objetivo más apetecible, a por el cual fue raudo y veloz. Se abalanzó sobre la extraña criatura y arremetió una serie de bocados contra ella, y, pese a que no se lo puso fácil entre tanto movimiento, el habitante del mar consiguió hendir sus dientes en la carne de la criatura.
Debido al enorme grito del amorfo ser, el gyojin pensó que, de haber más cerca, vendrían al epicentro del sonido. Aquello hizo que activase su mantra, intentando anteponerse a los movimientos de sus posibles rivales.
Lo cierto era que aquella carne era horrenda, y sus fluidos más de lo mismo. La mezcla entre ambos en la boca del gyojin no era algo mejor. Pese a ello, los instintos básicos del tiburón no hacían sino incrementar la sed de sangre que sentía. Consciente del peligro que aquello traía, Luka decidió tras una serie de bocados que lo más sensato era calmarse y pensar antes de dar un nuevo mordisco. Incluso escuchó en su mente la voz de su compañero Therax diciéndole aquello que tanto le gustaba de Luka, en serio, cálmate.
Vamos, Luka. Es solo un puto bicho asqueroso, que a cada mordisco que das está más malo. Además… ¿Cómo coño vas a matarlo si no hace más que regenerarse?
Pero todo aquello también tenía sus contras. Por un lado, lo terco que era el gyojin, por otro la posibilidad de tener comida -aunque horrenda- infinita, pues a cada bocado que daba la herida creada cicatrizaba casi al momento. Pero entonces, llegó el punto de inflexión. Cerca de donde mordía el gyojin pudo observar cómo la criatura tenía unas agallas que, sin duda, serían uno de sus puntos débiles. Cegado por la sangre, poco o nada le importaba en ese momento que aquel bicho pudiese ser uno de los suyos.
El séptimo bocado dejó el sabor más amargo de todos en la boca del tiburón, pero no fue aquello lo que más molestó al gyojin, sino una especie de bola que se había formado en su garganta. Instintivamente y con algo de esfuerzo, la vomitó junto a parte de la carne del último bocado, y aquello fue lo que le hizo tomar una decisión.
Luka, eres idiota. Estás tomando una carne que no sabes si está contaminada, podrida o es mierda directamente. Coño, es que tiene un sabor asqueroso… Mata al puto bicho este y ya está, debes centrarte en la búsqueda de los tuyos.
En ese momento, el tiburón notó cómo su pulsera ardía, y aquello le ayudó a pensar algo. Aún no era el momento de usar a su diosa de la fortuna, pero sí que podría usar otro medio para acabar con la bestia… La poca lógica que se podía aplicar contra algo tan extraño como aquello, decía que pese a que se regenerase podría morir en al menos dos casos; si dejaba de respirar o si su cerebro acababa reventado. Descartando meterla en una esfera de agua dado su sistema respiratorio, al habitante del mar solo le quedaba una opción.
Agarrando firmemente a aquella cosa extraña, el habitante del mar dirigió su boca hasta las agallas de su rival una vez más, solo que esta vez no pretendía alimentarse, sino morder con fuerza y crear una herida para, justo después, taponarla con la mano en un intento intenso de ahogarlo. Seguidamente, y usando la distracción que aquello supondría en su rival, intentaría dar duros golpes en la cabeza de la bestia recubriendo su puño en haki y con la firme intención de partir el cráneo de la bestia.
Con suerte acabaría de una vez por todas con aquel bicho. Y puede hasta que pudiera comer algo maś… No, mejor no. Mejor no comer más de aquella carne.
Si Luka conseguía derrotar a aquella bestia, no dudaría en intentar descifrar qué era o cómo había llegado a aquél estado. Como médico, probablemente pudiera inspeccionar su organismo en busca de algo raro y que le llamase la atención.
- Cosas:
- Carga pulsera: 1 turno.
Objetos usados:- Pulsera de la diosa fortuna:
Descripción del objeto: Una pulsera de distintas piedras procedentes de lo más profundo del mar que fueron algún día recolectadas y selladas por distintos Gyojins. Cada pequeña piedra es distinta y de un color diferente a cualquiera del resto, lo cual hace que esta pulsera sea única. Cada piedra está unida a otra con delicadeza en un hilo irrompible del cual se desconoce su procedencia.
Habilidades especiales o destacables: Este objeto concentra la energía interior de Luka como ser vivo a través de los fluidos de su organismo, desplazándolos y generando energía cinética y concentrándola en diversas partes de su cuerpo con el fin de protenciar su siguiente impacto de onda de choque.
La energía almacenada va ampliando su potencia hasta llegar a un límite de:- Si la energía se almacena 1 turno: 150% de potencia y tamaño en la siguiente onda de choque.
- Si la energía se almacena 2 turnos: 300% de potencia y tamaño en la siguiente onda de choque.
- Si la energía se almacena 3 turnos: 500% de potencia y tamaño en la siguiente onda de choque.
- Si la energía se almacena 5 turnos: 700% de potencia y tamaño en la siguiente onda de choque.
Si la energía ha sido almacenada entre 4 y 5 posts, Luka se podrá ver resentido al efectuar una onda de choque de tal potencia y dimensión.- Si la energía se almacena 1 turno: 150% de potencia y tamaño en la siguiente onda de choque.
Bonificadores:- Bonificadores:
- Actuales: Fuerza 10 (8 Clase + 2 Gyojin) | Resistencia 8 | Agilidad 5 | Velocidad 5 | Reflejos 2 | En el resto 1
- Bonificadores pasivos:
- Fuerza x10
Resistencia x4
- Hakis:
- Haki de observación: Opuesto. Tier 6. (Empatía 6)
- Haki de armadura: Predilecto. Tier 7.
- Carga pulsera: 1 turno.
Según le abres la cabeza, su cerebro explota por la presión, salpicando de sesos toda la estancia y, lógicamente, a ti mismo. Estos no parece que comiencen a regenerarse, pero el ser sigue moviéndose -ahora en silencio-, como si nunca lo hubiese hecho por voluntad propia. Tal vez hasta le hayas hecho un favor a la triste criatura, aunque podrías probar un pedacito más... No lo va a notar, al fin y al cabo.
Pasan cinco minutos y va dejando de moverse hasta que se detiene por completo y puedes examinarlo. Tiene agallas, pulmones, cerebro... Posee una estructura homóloga a la de un mamífero, sin embargo posee varias características más propias de un pez: Las escamas en el suelo, una cloaca, hileras de dientes en la boca y lo que, abominable y tumorosa, podrías decir que es una aleta dorsal. ¿Qué podrá ser esa criatura? Aunque, la verdad, seguro que te haces una idea y puedes pasar a otra cosa. Tal vez haya motivos para investigar más a fondo la ciudad, o seguir avanzando por el pasillo. O, la tercera opción, abrir la puerta que hay al otro lado del habitáculo. Tú decides, sorpréndeme.
Pasan cinco minutos y va dejando de moverse hasta que se detiene por completo y puedes examinarlo. Tiene agallas, pulmones, cerebro... Posee una estructura homóloga a la de un mamífero, sin embargo posee varias características más propias de un pez: Las escamas en el suelo, una cloaca, hileras de dientes en la boca y lo que, abominable y tumorosa, podrías decir que es una aleta dorsal. ¿Qué podrá ser esa criatura? Aunque, la verdad, seguro que te haces una idea y puedes pasar a otra cosa. Tal vez haya motivos para investigar más a fondo la ciudad, o seguir avanzando por el pasillo. O, la tercera opción, abrir la puerta que hay al otro lado del habitáculo. Tú decides, sorpréndeme.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Como cuando abres un coco a golpes, o cuando una sandía cae al suelo, el cráneo de aquella bestia rara reventó en pedacitos. ¡Boom! El rostro del tiburón se tiñó de rojo, y pronto su lengua empezó a limpiar las zonas a las que alcanzaba, como si de un limpiaparabrisas se tratase, saboreando los fluídos mezclados con sesos de la bestia. Sí, el sabor seguía siendo malo. Bastante malo incluso, pero aún así, estaba mejor que la carne que había probado antes. ¿O quizá se le había olvidado aquél sabor?
La pulsera de su muñeca empezó a emitir un ligero calor, poniendo en alerta al gyojin, que observó desde una distancia prudente cómo la bestia empezaba a moverse con menos ritmo, pero realizando movimientos igual de esperpénticos y erráticos que antes. Finalmente, tras unos minutos, la bestia cayó al suelo, inerte.
El tiburón se acercó y examinó lo que quedó del cuerpo de manera exhaustiva. Entonces vió más escamas en el suelo, se fijó en la estructura de la bestia era similar a la de un mamífero, pero también había cualidades en ella que podían catalogarse como de un pez. Aquello tenía un nombre, y Luka obviamente lo sabía. Para reafirmar su teoría, no hizo falta examinar mucho más, la hilera de dientes sumada a la aleta dorsal dejó bastante claro de qué iba el asunto. Todo parecía indicar que era una especie de gyojin, aunque su estado actual era más complejo de entender, lo que le llevó de una pregunta a otra. Ahora tenía relativamente claro qué era aquella bestia, por lo tanto tendría que ir más allá y pensar en qué le hizo llegar hasta ese punto, o por qué se movía como se movía. ¿Drogas? No, seguramente no. De serlo, Luka ya habría pasado por aquél proceso, y no lo recordaba. ¿Alguna modificación genética? Pero… de ser aquello, ¿quién lo haría?
Las dudas asaltaron la cabeza del habitante del mar, que durante unos minutos no pudo parar de moverse por la sala. Había muchas preguntas en el aire, y ninguna podía ser respondida con claridad. Desplazó el cuerpo y los sesos de la bestia en una esquina, y tras ello, agarró su den den mushi y volvió a marcar el número que le debía poner en contacto con Tom, no sin antes agarrar una de las extremidades de la caída bestia, llevándosela a la boca. No le gustaba la textura, ni el sabor, ni el olor, pero se sentía en la necesidad de seguir probándolo.
Habrán sido los nervios. Seguro que he marcado mal. Segurísimo Intentó creer el gyojin, sin demasiado ímpetu.
Si volvía a descolgar la mujer de la taberna, le preguntaría sin tapujos por el den den mushi, cómo lo obtuvo, quién se lo dió y, sobre todo, si el den den mushi que tenía era un den den Luka (describiendo los rasgos de éste, como que era un gyojin de color azul, con una nariz sierra y un pelo negráceo). Era posible que algo estuviese redirigiendo la llamada a otro teléfono, aunque aquello era un poco dificil de saber si la descripción del den den era similar. Si por el contrario, descolgaba Tom o algún conocido, les explicaría la situación, que había llegado a la isla y se había encontrado con una extraña criatura. Ah, y la estatua, les preguntaría por la maldita estatua. Aún sentía ira por el malnacido que la hubiese roto. Finalmente, si contestaba alguien totalmente ajeno a estas dos situaciones, colgaría ipsofacto y, muy probablemente, lanzaría contra el suelo el den den Luka en un gesto lleno de rabia. Maldita tecnología renegaría, probablemente.
Independientemente de cómo se diese aquella situación, el gyojin se pondría frente a la puerta que se encontraba al otro lado del habitáculo y activaría su haki de observación, intentando identificar presencias cercanas. Si nada le alertaba, o la alerta era algún bicho de erráticos movimientos, Luka entraría por la puerta hacia un destino que no conocía.
Todo lo que estaba pasando en la isla era demasiado raro. Tanto, que podía ser un sueño. Y si era un sueño… ¿Qué sentido tendría?
Puede que sea un trauma. Igual es por lo de no haber tenido nunca padres, el psicólogo siempre redirigía todos mis problemas a ello. Hasta cuando pegué a los viejos de la residencia porque no me daban caramelos.
La pulsera de su muñeca empezó a emitir un ligero calor, poniendo en alerta al gyojin, que observó desde una distancia prudente cómo la bestia empezaba a moverse con menos ritmo, pero realizando movimientos igual de esperpénticos y erráticos que antes. Finalmente, tras unos minutos, la bestia cayó al suelo, inerte.
El tiburón se acercó y examinó lo que quedó del cuerpo de manera exhaustiva. Entonces vió más escamas en el suelo, se fijó en la estructura de la bestia era similar a la de un mamífero, pero también había cualidades en ella que podían catalogarse como de un pez. Aquello tenía un nombre, y Luka obviamente lo sabía. Para reafirmar su teoría, no hizo falta examinar mucho más, la hilera de dientes sumada a la aleta dorsal dejó bastante claro de qué iba el asunto. Todo parecía indicar que era una especie de gyojin, aunque su estado actual era más complejo de entender, lo que le llevó de una pregunta a otra. Ahora tenía relativamente claro qué era aquella bestia, por lo tanto tendría que ir más allá y pensar en qué le hizo llegar hasta ese punto, o por qué se movía como se movía. ¿Drogas? No, seguramente no. De serlo, Luka ya habría pasado por aquél proceso, y no lo recordaba. ¿Alguna modificación genética? Pero… de ser aquello, ¿quién lo haría?
Las dudas asaltaron la cabeza del habitante del mar, que durante unos minutos no pudo parar de moverse por la sala. Había muchas preguntas en el aire, y ninguna podía ser respondida con claridad. Desplazó el cuerpo y los sesos de la bestia en una esquina, y tras ello, agarró su den den mushi y volvió a marcar el número que le debía poner en contacto con Tom, no sin antes agarrar una de las extremidades de la caída bestia, llevándosela a la boca. No le gustaba la textura, ni el sabor, ni el olor, pero se sentía en la necesidad de seguir probándolo.
Habrán sido los nervios. Seguro que he marcado mal. Segurísimo Intentó creer el gyojin, sin demasiado ímpetu.
Si volvía a descolgar la mujer de la taberna, le preguntaría sin tapujos por el den den mushi, cómo lo obtuvo, quién se lo dió y, sobre todo, si el den den mushi que tenía era un den den Luka (describiendo los rasgos de éste, como que era un gyojin de color azul, con una nariz sierra y un pelo negráceo). Era posible que algo estuviese redirigiendo la llamada a otro teléfono, aunque aquello era un poco dificil de saber si la descripción del den den era similar. Si por el contrario, descolgaba Tom o algún conocido, les explicaría la situación, que había llegado a la isla y se había encontrado con una extraña criatura. Ah, y la estatua, les preguntaría por la maldita estatua. Aún sentía ira por el malnacido que la hubiese roto. Finalmente, si contestaba alguien totalmente ajeno a estas dos situaciones, colgaría ipsofacto y, muy probablemente, lanzaría contra el suelo el den den Luka en un gesto lleno de rabia. Maldita tecnología renegaría, probablemente.
Independientemente de cómo se diese aquella situación, el gyojin se pondría frente a la puerta que se encontraba al otro lado del habitáculo y activaría su haki de observación, intentando identificar presencias cercanas. Si nada le alertaba, o la alerta era algún bicho de erráticos movimientos, Luka entraría por la puerta hacia un destino que no conocía.
Todo lo que estaba pasando en la isla era demasiado raro. Tanto, que podía ser un sueño. Y si era un sueño… ¿Qué sentido tendría?
Puede que sea un trauma. Igual es por lo de no haber tenido nunca padres, el psicólogo siempre redirigía todos mis problemas a ello. Hasta cuando pegué a los viejos de la residencia porque no me daban caramelos.
- Cosas:
- Carga pulsera: 1 turno.
- Haki de observación: Opuesto. Tier 6. (Empatía 6)
- Carga pulsera: 1 turno.
-Sí, sí, miniño, me llegó ese mihmo arrastrado por la marea. ¿Estás seguro de que no quieres tomar un menú en mi café?
Parece que este misterio será difícil de resolver sin adentrarse de lleno en el meollo del asunto. ¿Por qué el Den Den Luka está en la superficie? ¿Dónde está Tom? ¿Qué está pasando en la isla? Nada tiene sentido, y cuando utilizas tu Haki de observación el desasosiego te invade: Detectas sufrimiento y dolor, una agonía que casi te embarga con fuerza sobrecogedora... Necesitas hincar la rodilla un instante para reponerte.
Si a pesar de eso abres la puerta podrás ver... Bueno, la visión es simplemente horripilante. Cuerpos mutilados y partidos a la mitad, defenestrados y miembros totalmente destrozados, gente que debería estar muerta tratando de gritar sin voz mientras algunos pedazos se ligan lentamente a través de una sustancia que no reconoces, pero cuyo resultado sospechas. Está naciendo otra aberración. ¿Investigas? ¿Huyes? O tal vez, ayudas a acabar con la agonía de esta gente, que se va fundiendo poco a poco en un amasijo informe.
Parece que este misterio será difícil de resolver sin adentrarse de lleno en el meollo del asunto. ¿Por qué el Den Den Luka está en la superficie? ¿Dónde está Tom? ¿Qué está pasando en la isla? Nada tiene sentido, y cuando utilizas tu Haki de observación el desasosiego te invade: Detectas sufrimiento y dolor, una agonía que casi te embarga con fuerza sobrecogedora... Necesitas hincar la rodilla un instante para reponerte.
Si a pesar de eso abres la puerta podrás ver... Bueno, la visión es simplemente horripilante. Cuerpos mutilados y partidos a la mitad, defenestrados y miembros totalmente destrozados, gente que debería estar muerta tratando de gritar sin voz mientras algunos pedazos se ligan lentamente a través de una sustancia que no reconoces, pero cuyo resultado sospechas. Está naciendo otra aberración. ¿Investigas? ¿Huyes? O tal vez, ayudas a acabar con la agonía de esta gente, que se va fundiendo poco a poco en un amasijo informe.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La respuesta que el gyojin obtuvo a través del den den Luka no fue para nada satisfactoria para él. No se imaginaba un escenario que no fuese caótico en el que el den den que él mismo entregó a Tom acabase en algún lugar del manglar. Y algo le hacía volver a preguntarse si todo aquello era cierto. ¿Para qué iba a querer alguien un den den mushi que no sabía a quién correspondía? ¿Acaso le acababa de dar una pista de su llegada a quien fuese que estuviese creando todo ese alboroto en la isla?
Había tantas opciones… Que era realmente imposible saber cuál era la correcta. INcluso puede que Tom lo llevase consigo y acabase por perderlo en Sabaody. De cualquier manera, poco importaba ya aquél asunto.
- Sí, sin duda iré a por un café en cuanto esté libre. Gracias.
El tiburón colgó, sin saber muy bien por qué había respondido, y mucho menos por qué lo había hecho de tan buena guisa. Aunque unos segundos más tarde quizá tuvo una pista. Su haki de observación detectó un denominador común en cada presencia; dolor y sufrimiento. El sentir algo así en su isla natal hizo que el habitante del mar hincara la rodilla sobre el suelo, sintiéndose poco más que desolado. Jamás se había encontrado nada parecido, y que fuese justo en aquél lugar no podía sino empeorar el panorama. Su pulsera empezó a arder de nuevo, notando cómo una extraña sensación nacía en su cuerpo. Una mezcla entre pena e ira. Algo que pocas veces había experimentado.
Un decidido Luka abrió la puerta, empeorando aún la visión que segundos antes había tenido. ¿Qué diablos? Un fuerte olor a sangre, sumado a un escenario sumamente gore, le hizo replantearse si debía continuar su inmersión en la isla. Observó cómo había diversas partes de la anatomía que aquellos seres tenían repartidas por el suelo, incluso algunas intentaban juntarse nuevamente.
No siguen patrones, no parecen pensar, y no son demasiado complicados de vencer. Debería adelantarme… Hay que atajar el problema de raíz.
Sin saber muy bien si el gyojin tenía razón en aquello que pensaba, si había algún tipo de cura o si el mal podía ser exterminado, el pirata continuaría caminando hacia el frente, ignorando aquella masa que intentaba formar de nuevo un cuerpo y prosiguiendo su intento de localizar algún tipo de presencia que pudiese reconocer.
Lo cierto era que empezaba a perder la esperanza en encontrar algo distinto a lo que ya había recogido. Dolor, sufrimiento y, sin duda, la destrucción de una de las islas más características del mundo; La isla Gyojin.
Había tantas opciones… Que era realmente imposible saber cuál era la correcta. INcluso puede que Tom lo llevase consigo y acabase por perderlo en Sabaody. De cualquier manera, poco importaba ya aquél asunto.
- Sí, sin duda iré a por un café en cuanto esté libre. Gracias.
El tiburón colgó, sin saber muy bien por qué había respondido, y mucho menos por qué lo había hecho de tan buena guisa. Aunque unos segundos más tarde quizá tuvo una pista. Su haki de observación detectó un denominador común en cada presencia; dolor y sufrimiento. El sentir algo así en su isla natal hizo que el habitante del mar hincara la rodilla sobre el suelo, sintiéndose poco más que desolado. Jamás se había encontrado nada parecido, y que fuese justo en aquél lugar no podía sino empeorar el panorama. Su pulsera empezó a arder de nuevo, notando cómo una extraña sensación nacía en su cuerpo. Una mezcla entre pena e ira. Algo que pocas veces había experimentado.
Un decidido Luka abrió la puerta, empeorando aún la visión que segundos antes había tenido. ¿Qué diablos? Un fuerte olor a sangre, sumado a un escenario sumamente gore, le hizo replantearse si debía continuar su inmersión en la isla. Observó cómo había diversas partes de la anatomía que aquellos seres tenían repartidas por el suelo, incluso algunas intentaban juntarse nuevamente.
No siguen patrones, no parecen pensar, y no son demasiado complicados de vencer. Debería adelantarme… Hay que atajar el problema de raíz.
Sin saber muy bien si el gyojin tenía razón en aquello que pensaba, si había algún tipo de cura o si el mal podía ser exterminado, el pirata continuaría caminando hacia el frente, ignorando aquella masa que intentaba formar de nuevo un cuerpo y prosiguiendo su intento de localizar algún tipo de presencia que pudiese reconocer.
Lo cierto era que empezaba a perder la esperanza en encontrar algo distinto a lo que ya había recogido. Dolor, sufrimiento y, sin duda, la destrucción de una de las islas más características del mundo; La isla Gyojin.
- Cosas:
Carga pulsera: 2 turnos.
Haki de observación: Opuesto. Tier 6. (Empatía 6)
El Haki no alcanza a vislumbrar en ese lugar nada más allá de miseria, pero detectas en la gente que sienten una agonía inmensa... Salvo algunas, unas pocas extremadamente débiles, muy lejos de ti. Casi al límite de tus capacidades, por encima de tu cabeza ves eso... O quieres verlo. A estas alturas ya no sabes si te estás sumiendo en tus propias pesadillas, pero podría ser la única solución.
De todos modos avanzas por la habitación, que posee tres puertas más: Una de ellas ostenta una señal de peligro biológico, mientras las otras dos son exactamente iguales. Como curiosidad, los tres pomos tienen forma de cabeza de perro.
Si entras por la primera te encontrarás con unas escaleras que bajan hacia la infinita oscuridad, pero tú no quieres bajar, ¿O sí? Tal vez desees llegar hasta el fondo de la cuestión, de manera tan figurada como literal... ¿Dónde esta Tom? ¿Qué ha sido del ejército? Si abres la segunda puerta, la que posee un cartel distintivo, encontrarás una habitación totalmente anodina pero empapada en sangre (de unos tres o cuatro días atrás, dirías), así como una serie de escamas extrañamente familiares. ¿De quién son?
La tercera puerta, un poco más alejada... ¿Seguro que deseas abrirla? Crees escuchar una respiración apagada al otro lado, pero quién sabe si no te estarán fallando tus sentidos. Quién sabe si no te estarás volviendo loco.
De todos modos avanzas por la habitación, que posee tres puertas más: Una de ellas ostenta una señal de peligro biológico, mientras las otras dos son exactamente iguales. Como curiosidad, los tres pomos tienen forma de cabeza de perro.
Si entras por la primera te encontrarás con unas escaleras que bajan hacia la infinita oscuridad, pero tú no quieres bajar, ¿O sí? Tal vez desees llegar hasta el fondo de la cuestión, de manera tan figurada como literal... ¿Dónde esta Tom? ¿Qué ha sido del ejército? Si abres la segunda puerta, la que posee un cartel distintivo, encontrarás una habitación totalmente anodina pero empapada en sangre (de unos tres o cuatro días atrás, dirías), así como una serie de escamas extrañamente familiares. ¿De quién son?
La tercera puerta, un poco más alejada... ¿Seguro que deseas abrirla? Crees escuchar una respiración apagada al otro lado, pero quién sabe si no te estarán fallando tus sentidos. Quién sabe si no te estarás volviendo loco.
- Nota de moderación:
- Puedes elegir a quién pertenecen esas escamas, así como no reconocerlas con certeza. Si decides hacerlo, mándame por privado una pequeña descripción del sujeto.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El gyojin caminó notando una triste sensación. Sólo percibía miseria de la gente. Sufrimiento, y cómo agonizaban lentamente. Luka paró, intentando ignorar los pensamientos más pesimistas que le venían a la cabeza, que a decir verdad, eran la mayoría, pero no lo consiguió. Caminó de nuevo, y llegó hasta un punto en el que vio tres puertas. Dos de ellas lucían bastante similares, mientras que la tercera poseía un cartel de peligro biológico. ¿Quién diablos había puesto ahí ese cartel? En ese preciso momento se sintió como si le estuvieran observando. ¿Era todo parte de un sádico juego de un loco?
Tanteó los pomos de las tres puertas, pensó a cuál de las tres ir, e incluso estuvo tentado de abrirlas todas y decidir qué camino era el más óptimo. Pero llegados a aquél punto, poco se podía hablar de hacer algo de la manera más óptima.
Cuando volvió a tantear los pomos por enésima vez, se quedó petrificado al escuchar una respiración. O eso le había parecido. Lo cierto era que estaba empezando a dudar qué era lo que estaba viendo y escuchando. Entonces se paró un segundo a pensar en las opciones que tenía.
Una de las puertas no le decía absolutamente nada, al menos no sin abrirla, claro, por lo que a priori, era el camino que debía tomar. Otra de las puertas, emanaba un fuerte olor a sangre, aunque no era fresca, por lo que cualquier cosa que hubiera pasado allí, ya no parecía tener una solución a corto plazo. Puerta descartada. Pero el último acontecimiento, la respiración a través de la puerta, había igualado la balanza entre la puerta uno y tres. Mientras que una parecía la lógica, la segunda llenaba de más preguntas aún si cabe la mente del habitante del mar.
Elija la que elija algo saldrá mal Se dijo a sí mismo, intentando quitarle hierro a la decisión sin mucho éxito.
Tras unos segundos más pensando, se decidió por la puerta a través de la cual le había parecido oír una respiración. Se acercó hacia ella, agarró el pomo y la abrió de golpe, dando un paso hacia atrás y esperando a visualizarla entera antes de entrar. Aunque visto lo visto, si algo tenía que ocurrir no lo vería venir.
Tanteó los pomos de las tres puertas, pensó a cuál de las tres ir, e incluso estuvo tentado de abrirlas todas y decidir qué camino era el más óptimo. Pero llegados a aquél punto, poco se podía hablar de hacer algo de la manera más óptima.
Cuando volvió a tantear los pomos por enésima vez, se quedó petrificado al escuchar una respiración. O eso le había parecido. Lo cierto era que estaba empezando a dudar qué era lo que estaba viendo y escuchando. Entonces se paró un segundo a pensar en las opciones que tenía.
Una de las puertas no le decía absolutamente nada, al menos no sin abrirla, claro, por lo que a priori, era el camino que debía tomar. Otra de las puertas, emanaba un fuerte olor a sangre, aunque no era fresca, por lo que cualquier cosa que hubiera pasado allí, ya no parecía tener una solución a corto plazo. Puerta descartada. Pero el último acontecimiento, la respiración a través de la puerta, había igualado la balanza entre la puerta uno y tres. Mientras que una parecía la lógica, la segunda llenaba de más preguntas aún si cabe la mente del habitante del mar.
Elija la que elija algo saldrá mal Se dijo a sí mismo, intentando quitarle hierro a la decisión sin mucho éxito.
Tras unos segundos más pensando, se decidió por la puerta a través de la cual le había parecido oír una respiración. Se acercó hacia ella, agarró el pomo y la abrió de golpe, dando un paso hacia atrás y esperando a visualizarla entera antes de entrar. Aunque visto lo visto, si algo tenía que ocurrir no lo vería venir.
El pomo de la puerta esta helado, tan frío que tu húmeda mano se queda pegada en cuanto logras abrirla. Es una habitación muy oscura, repleta de sombras extrañas y siniestras que proceden del único foco de luz de toda la estancia. Un pequeño candelabro cuya llama se agita con las corrientes de aire e ilumina un poco aquel lugar. Todo está lleno de sangre, pero puedes ver la cabeza de un rey marino en el suelo.
Sientes un ligero alivio, el cual se va cuando algo toca tu pierna tobillo derecho. Se trata de un joven gyojin pez espada, cuya nariz está rota y está muy malherido. Ha derramado mucha sangre, y no hay que ser médico para saber un gran médico para saber que le queda muy poco de vida. Entonces, pasados unos veinte minutos, escuchas un ruido y voces que se acercan desde fuera. Observas la habitación y hay un hueco detrás de unas cajas apiladas. ¿Qué haces joven gyojin?
Sientes un ligero alivio, el cual se va cuando algo toca tu pierna tobillo derecho. Se trata de un joven gyojin pez espada, cuya nariz está rota y está muy malherido. Ha derramado mucha sangre, y no hay que ser médico para saber un gran médico para saber que le queda muy poco de vida. Entonces, pasados unos veinte minutos, escuchas un ruido y voces que se acercan desde fuera. Observas la habitación y hay un hueco detrás de unas cajas apiladas. ¿Qué haces joven gyojin?
- Anexo:
- En esos veinte minutos tienes libertad creativa para hacer lo que quieras en la habitación, desde buscar cosas en la sala, hasta hablar o intentar curar al gyojin. Tienes totalmente la libertad creativa.
Cualquier duda, háblame por privado.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El tiburón consiguió girar el pomo, abriendo la puerta elegida. Al menos la puerta era de verdad. O quizá era una ilusión bien lograda. En cualquier caso, el gyojin ojeó todo aquello que le rodeaba, y no pudo sino suspirar de nuevo.
¿Qué diablos estaba ocurriendo en su amada isla? ¿Por qué un escenario tan atroz? ¿Acaso todos sus aliados estaban muertos? ¿Sería el último gyojin sobre la faz de la tierra? No. Definitivamente no.
En la oscura sala, no había nada más que extrañas sombras y figuras que se formaban con el simple afán de confundir al tiburón. Todas ellas formadas por un candelabro cuya llama alimentaba sus movimientos. O quizá se formasen en la mente del luchador, quién sabe.
Pero aquello no llamó tanto la atención del pirata como los dos elementos que vio a continuación. Primero, una enorme cabeza de rey marino en el centro de la sala, y tras ello, un joven gyojin pez espada que le agarró del pie. No hizo falta más que un primer chequeo para darse cuenta de la gravedad del asunto.
Luka se agachó rápidamente y sacó apósitos y alcohol de su mochila. Intentó tratar a su hermano de raza a la par que le daba una botella de agua, instándole a beber de ella. Lo primero sería cortar las hemorragias, tratar las heridas más graves e intentar que el pez espada continuase con vida.
-Hermano - comentaría intentando aparentar más normalidad de la que en realidad tenía-, dime, ¿qué está pasando? Soy Luka, serví en esta isla durante un tiempo, y peleé con firmeza durante la última guerra. Me dieron una medalla al mérito de la isla y me hicieron una estatua en la plaza. Dime… ¿cómo os puedo ayudar?
El gyojin no dejaba de sangrar y sangrar, y las heridas estaban en una fase demasiado avanzada. Puede que ese hermano no volviera a ver el sol, pero si tan solo diese alguna pista de lo que estaba sucediendo, quizá Luka pudiera hacer algo más. El tiburón intentaría identificar la sangre de su hermano. Si era compatible con la suya, no dudaría en hacer una transfusión controlando la sangre de su organismo gracias a su nivel de Kárate Gyojin, en caso contrario, buscaría una compatibilidad con alguna de las bolsas que llevaba en su mochila -de sus ex compañeros de los Arashi-.
Tras lo que a ojos de Luka fue una eternidad, y una vez acabó de tratar al malherido hombre pez, el habitante del mar inspeccionó la sala. Movió un poco el rey marino, para intentar ver qué había abajo, después ojeó las paredes, y tras ello todas las esquinas de la sala. Justo cuando estaba tanteando la última, un ruido al que prosiguieron unas voces le hizo parar y esconderse entre unas cajas de madera.
Si su hermano seguía consciente le haría una seña, y, de todos modos, emplearía su olfato para intentar identificar a aquellos seres que generaban aquel ruido. Si aquello no servía, emplearía su haki de observación para intentar hallar toda la información posible.
¿Qué diablos estaba ocurriendo en su amada isla? ¿Por qué un escenario tan atroz? ¿Acaso todos sus aliados estaban muertos? ¿Sería el último gyojin sobre la faz de la tierra? No. Definitivamente no.
En la oscura sala, no había nada más que extrañas sombras y figuras que se formaban con el simple afán de confundir al tiburón. Todas ellas formadas por un candelabro cuya llama alimentaba sus movimientos. O quizá se formasen en la mente del luchador, quién sabe.
Pero aquello no llamó tanto la atención del pirata como los dos elementos que vio a continuación. Primero, una enorme cabeza de rey marino en el centro de la sala, y tras ello, un joven gyojin pez espada que le agarró del pie. No hizo falta más que un primer chequeo para darse cuenta de la gravedad del asunto.
Luka se agachó rápidamente y sacó apósitos y alcohol de su mochila. Intentó tratar a su hermano de raza a la par que le daba una botella de agua, instándole a beber de ella. Lo primero sería cortar las hemorragias, tratar las heridas más graves e intentar que el pez espada continuase con vida.
-Hermano - comentaría intentando aparentar más normalidad de la que en realidad tenía-, dime, ¿qué está pasando? Soy Luka, serví en esta isla durante un tiempo, y peleé con firmeza durante la última guerra. Me dieron una medalla al mérito de la isla y me hicieron una estatua en la plaza. Dime… ¿cómo os puedo ayudar?
El gyojin no dejaba de sangrar y sangrar, y las heridas estaban en una fase demasiado avanzada. Puede que ese hermano no volviera a ver el sol, pero si tan solo diese alguna pista de lo que estaba sucediendo, quizá Luka pudiera hacer algo más. El tiburón intentaría identificar la sangre de su hermano. Si era compatible con la suya, no dudaría en hacer una transfusión controlando la sangre de su organismo gracias a su nivel de Kárate Gyojin, en caso contrario, buscaría una compatibilidad con alguna de las bolsas que llevaba en su mochila -de sus ex compañeros de los Arashi-.
***
Tras lo que a ojos de Luka fue una eternidad, y una vez acabó de tratar al malherido hombre pez, el habitante del mar inspeccionó la sala. Movió un poco el rey marino, para intentar ver qué había abajo, después ojeó las paredes, y tras ello todas las esquinas de la sala. Justo cuando estaba tanteando la última, un ruido al que prosiguieron unas voces le hizo parar y esconderse entre unas cajas de madera.
Si su hermano seguía consciente le haría una seña, y, de todos modos, emplearía su olfato para intentar identificar a aquellos seres que generaban aquel ruido. Si aquello no servía, emplearía su haki de observación para intentar hallar toda la información posible.
- cosas:
Haki de observación: Ex-Opuesto. Tier 8. (Empatía 8)
- stats:
Bonificador es tabla: Fuerza 11 (10 Clase + 1 Gyojin) | Resistencia 10 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Resto 2 |
Pasivos: Fuerza x12 - Resistencia x8
El herido gyojin apenas puede hablar, simplemente repite la palabra circo una y otra vez. ¿A qué se estará refiriendo con ese término? Parece que son los delirios de alguien que ha perdido demasiados litros de sangre. A duras penas, logras curar y detener la hemorragia de tu compañero de raza.
—Gracias…
Es lo único con sentido que logras oír de la boca del inconsciente pez, que se ha quedado dormido sobre su propia sangre.
Te concentras mucho sobre las voces que se acercan, que incluso entran en la habitación y cogen a tu compañero. Parece que no se han dado cuenta de que estás allí, no obstante, notas una presencia a tu espalda. Al girarte no ves a nadie, ¿serán imaginaciones tuyas? No, no lo son. Cuando te quieres dar cuenta algo se ha incrustado en las escamas de tu cuello. Si logras quitártelo podrás ver que es una especie de diminuto dardo muy puntiagudo. Después solo sientes un gran malestar y mucho sueño, hasta el punto que te quedas dormido.
Cuando despiertas estás atado de pies y manos en mitad de alguna parte. Notas presencias a tu alrededor, pero ninguna es hostil. Pasado un tiempo tus ojos se acostumbran a la oscuridad y contemplas que hay más de una veintena de gyojins de todas las clases allí apresados. ¿Qué demonios estará ocurriendo?
Frente a ti, no muy lejos, esta Tom, así como dos de tus amigos. Están malheridos y parece que no se han dado cuenta de que estás allí. Pero entonces, se abre una puerta. Son unos humanos encapuchados, vestidos con prendas de tela y cuero de color verde militar. Aún tienes las fuerzas mermadas, pero quien sabe, quizás podrías intentar salir de allí.
—Gracias…
Es lo único con sentido que logras oír de la boca del inconsciente pez, que se ha quedado dormido sobre su propia sangre.
Te concentras mucho sobre las voces que se acercan, que incluso entran en la habitación y cogen a tu compañero. Parece que no se han dado cuenta de que estás allí, no obstante, notas una presencia a tu espalda. Al girarte no ves a nadie, ¿serán imaginaciones tuyas? No, no lo son. Cuando te quieres dar cuenta algo se ha incrustado en las escamas de tu cuello. Si logras quitártelo podrás ver que es una especie de diminuto dardo muy puntiagudo. Después solo sientes un gran malestar y mucho sueño, hasta el punto que te quedas dormido.
Cuando despiertas estás atado de pies y manos en mitad de alguna parte. Notas presencias a tu alrededor, pero ninguna es hostil. Pasado un tiempo tus ojos se acostumbran a la oscuridad y contemplas que hay más de una veintena de gyojins de todas las clases allí apresados. ¿Qué demonios estará ocurriendo?
Frente a ti, no muy lejos, esta Tom, así como dos de tus amigos. Están malheridos y parece que no se han dado cuenta de que estás allí. Pero entonces, se abre una puerta. Son unos humanos encapuchados, vestidos con prendas de tela y cuero de color verde militar. Aún tienes las fuerzas mermadas, pero quien sabe, quizás podrías intentar salir de allí.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Circo
Aquella era la única palabra que el dolorido gyojin repetía. Luka pensó a qué podía referirse, sin embargo, era una palabra que, sin él contexto necesario, no le podía dar una información válida. O no al menos al nivel que Luka necesitaba.
¿Acaso había un circo en la isla ahora? Puede que todo viniera de allí. ¿O quizá habían formado un circo con los gyojins? No, puede que los estuvieran vendiendo como antaño, para ejercer de marionetas para el deleite de unos cuantos humanos sin escrúpulos.
Qué más da Pensó Luka, consciente de que nada cambiaba lo que tenía que hacer allí; llegar hasta el fondo del asunto.
Poco tardó su hermano de mar en darle las gracias por el trato recibido, aún sabiendo que su final estaba más cerca que lejos. Cuando el tiburón se escondió al oír las voces, sintió una presencia a su espalda, algo que le hizo realizar un brusco y ágil movimiento hacia atrás, con la intención de golpear a cualquiera que allí estuviera. Pero no había nada ni nadie. No al menos visible.
Y entonces lo sintió. Y esta vez no era una presencia, sino un líquido recorriendo su organismo. Se quedó paralizado unos segundos, concentrándose con toda su energía para desplazar cada una de esas partículas que ahora coexistian con su sangre. Pero aquella sustancia endiablada se expandida con una rapidez pasmosa. El habitante del mar fue cerrando poco a poco los ojos mientras continuaba con su lucha. Y siguió, y siguió… Y acabó en el suelo inconsciente.
El pirata entreabrió un ojo con la delicadeza con la que solía hacerlo cuando era la primera vez en el día. Pero solo podía ver oscuridad. Abrió el segundo y dejó el tiempo pasar a la par que percibía varias PRESENCIAS. Afortunadamente ninguna hostil.
Poco a poco fue viendo más nítidamente, hasta el punto en el que empezó a observar a más iguales apresados. Allí estaba gente conocida de la isla como Tom. Todos lucían heridos, algunos más que otros, pero probablemente aquello reflejaba el nivel de resistencia que cada uno había presentado.
El tiburón, entonces, escuchó el sonido de unas pisadas, y su rostro se fue inmediatamente hasta el lugar desde el que se producían. Gente encapuchada con armas y vestimentas militares. Qué narices…
Era indudable que algo pasaba allí. Algo que estaba poniendo en un alto riesgo a todos sus hermanos, y como era evidente, a él también. Luka no era muy de pensar en esas circunstancias -ni en muchas otras-, pero aquella vez decidió hacer una excepción por unos segundos. Una cuerda cubría sus muñecas y sus tobillos, y aunque no parecía muy fuerte, no podía evitar pensar que si aquello salía mal, todos los allí presentes podían sufrir las consecuencias. En ese preciso instante su pulsera empezó a emitir un calor particular. Y eso solo significaba una cosa: Luka la iba a liar. Y probablemente quedase para el arrastre.
Sin intentar llamar mucho la atención, el gyojin alzó ambas manos, llevando su boca a aquello que le ataba por las muñecas. Intentaría partir la cuerda con sus afilados dientes lo más rápido posible, y en caso de conseguirlo, el gyojin llevaría ambas manos a sus pies, e intentaría tirar con fuerza de la cuerda. Si todo salía bien, intentaría partirla. Si el material era mucho más fuerte de lo que aparentaba y no conseguía quebrarla, esperaría pacientemente a que los seres con capucha hicieran algo. Pero en caso contrario… En caso contrario empezaría el show de Luka. Uno de esos en los que las voces de su cabeza le decían qué hacer. Uno de los que le hacía sacar su lado más salvaje. Ese en el que los instintos más primitivos se apoderaban del tiburón. En definitiva; Uno más.
Sí el habitante del mar se había liberado, empezaría a mover sus pies a una velocidad tan alta que resultaría difícil seguirle. Eso, sumado a la oscuridad del lugar, le haría un blanco difícil. Se movería tres veces antes de llegar a su primer rival, al cual golpeara empleando su haki de armadura en dos golpes secos en el rostro. Dos metros a la izquierda, cuatro atrás y cinco en diagonal y estaría frente al segundo encapuchado, al cual mordería con sus afilados dientes a la par que desplazaría su arma con ambas manos hacia arriba, a un lugar donde, si este por inercia apretaba el gatillo, no le diese.
Y si todo salía bien, se iría rápidamente a liberar a sus hermanos. Empezaría por Tom, al cual le daría la orden de seguir liberando al resto antes de hablar. Y continuaría liberando a sus hermanos hasta que algo o alguien le parase. Si es que alguien era tan usado.
Qué diablos está pasando en esta isla
El pobre Luka sólo tenía la intención de quitarse las penas tras la última disputa con sus antiguos nakamas en el club escamas. Pero parece que algo se anteponia a su deseo. Dichosa vida.
Aquella era la única palabra que el dolorido gyojin repetía. Luka pensó a qué podía referirse, sin embargo, era una palabra que, sin él contexto necesario, no le podía dar una información válida. O no al menos al nivel que Luka necesitaba.
¿Acaso había un circo en la isla ahora? Puede que todo viniera de allí. ¿O quizá habían formado un circo con los gyojins? No, puede que los estuvieran vendiendo como antaño, para ejercer de marionetas para el deleite de unos cuantos humanos sin escrúpulos.
Qué más da Pensó Luka, consciente de que nada cambiaba lo que tenía que hacer allí; llegar hasta el fondo del asunto.
Poco tardó su hermano de mar en darle las gracias por el trato recibido, aún sabiendo que su final estaba más cerca que lejos. Cuando el tiburón se escondió al oír las voces, sintió una presencia a su espalda, algo que le hizo realizar un brusco y ágil movimiento hacia atrás, con la intención de golpear a cualquiera que allí estuviera. Pero no había nada ni nadie. No al menos visible.
Y entonces lo sintió. Y esta vez no era una presencia, sino un líquido recorriendo su organismo. Se quedó paralizado unos segundos, concentrándose con toda su energía para desplazar cada una de esas partículas que ahora coexistian con su sangre. Pero aquella sustancia endiablada se expandida con una rapidez pasmosa. El habitante del mar fue cerrando poco a poco los ojos mientras continuaba con su lucha. Y siguió, y siguió… Y acabó en el suelo inconsciente.
***
El pirata entreabrió un ojo con la delicadeza con la que solía hacerlo cuando era la primera vez en el día. Pero solo podía ver oscuridad. Abrió el segundo y dejó el tiempo pasar a la par que percibía varias PRESENCIAS. Afortunadamente ninguna hostil.
Poco a poco fue viendo más nítidamente, hasta el punto en el que empezó a observar a más iguales apresados. Allí estaba gente conocida de la isla como Tom. Todos lucían heridos, algunos más que otros, pero probablemente aquello reflejaba el nivel de resistencia que cada uno había presentado.
El tiburón, entonces, escuchó el sonido de unas pisadas, y su rostro se fue inmediatamente hasta el lugar desde el que se producían. Gente encapuchada con armas y vestimentas militares. Qué narices…
Era indudable que algo pasaba allí. Algo que estaba poniendo en un alto riesgo a todos sus hermanos, y como era evidente, a él también. Luka no era muy de pensar en esas circunstancias -ni en muchas otras-, pero aquella vez decidió hacer una excepción por unos segundos. Una cuerda cubría sus muñecas y sus tobillos, y aunque no parecía muy fuerte, no podía evitar pensar que si aquello salía mal, todos los allí presentes podían sufrir las consecuencias. En ese preciso instante su pulsera empezó a emitir un calor particular. Y eso solo significaba una cosa: Luka la iba a liar. Y probablemente quedase para el arrastre.
Sin intentar llamar mucho la atención, el gyojin alzó ambas manos, llevando su boca a aquello que le ataba por las muñecas. Intentaría partir la cuerda con sus afilados dientes lo más rápido posible, y en caso de conseguirlo, el gyojin llevaría ambas manos a sus pies, e intentaría tirar con fuerza de la cuerda. Si todo salía bien, intentaría partirla. Si el material era mucho más fuerte de lo que aparentaba y no conseguía quebrarla, esperaría pacientemente a que los seres con capucha hicieran algo. Pero en caso contrario… En caso contrario empezaría el show de Luka. Uno de esos en los que las voces de su cabeza le decían qué hacer. Uno de los que le hacía sacar su lado más salvaje. Ese en el que los instintos más primitivos se apoderaban del tiburón. En definitiva; Uno más.
Sí el habitante del mar se había liberado, empezaría a mover sus pies a una velocidad tan alta que resultaría difícil seguirle. Eso, sumado a la oscuridad del lugar, le haría un blanco difícil. Se movería tres veces antes de llegar a su primer rival, al cual golpeara empleando su haki de armadura en dos golpes secos en el rostro. Dos metros a la izquierda, cuatro atrás y cinco en diagonal y estaría frente al segundo encapuchado, al cual mordería con sus afilados dientes a la par que desplazaría su arma con ambas manos hacia arriba, a un lugar donde, si este por inercia apretaba el gatillo, no le diese.
Y si todo salía bien, se iría rápidamente a liberar a sus hermanos. Empezaría por Tom, al cual le daría la orden de seguir liberando al resto antes de hablar. Y continuaría liberando a sus hermanos hasta que algo o alguien le parase. Si es que alguien era tan usado.
Qué diablos está pasando en esta isla
El pobre Luka sólo tenía la intención de quitarse las penas tras la última disputa con sus antiguos nakamas en el club escamas. Pero parece que algo se anteponia a su deseo. Dichosa vida.
- cosas:
Haki de observación: Ex-Opuesto. Tier 8. (Empatía 8)
Haki de armadura: Predilecto. Tier 9.
Carga pulsera: 1 Turno.
Binshō-sei: Realizando un ágil movimiento de pies Luka puede moverse a velocidades extremadamente altas, siendo casi imperceptible para el ojo humano. La técnica puede emplearse durante un periodo de dos post y únicamente se puede usar una vez por combate. Luka gracias a esta técnica es capaz de llegar a los 25m/s.
Tiempo de canalización: 1 segundo.
Duración: 2 posts.(1 de 2)
Tiempo de reutilización: 3 posts.
- stats:
Bonificador es tabla: Fuerza 11 (10 Clase + 1 Gyojin) | Resistencia 10 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Resto 2 |
Pasivos: Fuerza x12 - Resistencia x8
Logras romper las cuerdas con tu boca. Sí, eran cuerdas normales y corrientes. ¿Qué clase de gentuza usa ese tipo de amarre con un gyojin tiburón? En fin. Rápidamente, te abalanzas sobre tus contrincantes, que caen uno a uno al suelo. No parecían ser muy habilidosos en combate, sobretodo porque uno de ellos tenía más pinta de contable que otra cosa, pero entonces, se escucha una alarma y la sala entera se ilumina. La puerta se cierra de golpe y descubres que estás en una celda. Los barrotes se electrifican y los pocos que estaban apoyados en ellas caen al suelo electrocutados.
—No eres muy listo por lo que se ve —dice una voz que se oye en todo el lugar.
Pero entonces, la sala se ilumina y la puerta se cierra de golpe. Al ocurrir eso, contemplas como todos los gyojin que están allí tienen unos collares explosivos. Son muy similares a los que usan los contrabandistas en las subastas de esclavos, pero con un ligero cambio, que estos dan descargas eléctricas, algo que notas durante un instante, pero puedes soportarlo sin inmutarte.
—¿Creías que íbamos a dejarte escapar de esa forma? Ahora eres el artista principal de mi espectáculo. La estrella que todos van a querer ver. El antiguo oficial de cubierta de los Arashi no Kyudai en escena, a vida o muerte —hace una pausa dramática, mientras la puerta se vuelve a abrir—. Ni se te ocurra salir muchacho. Si lo haces verás como todos y cada uno de tus queridos hermanos morirán electrocutados y no podrás hacer nada para evitarlo. Para que veas que no estoy bromeando, gracias a tu numerito vas a ver como muere el engendro de tu derecha.
Una corriente eléctrica de alta intensidad recorre el cuerpo del gyojin pez cebra que estaba sentado en el suelo, que cae al suelo con el corazón inerte. Tu actitud temeraria le ha costado la vida a alguien de tu isla. De pronto, tras la puerta, aparece un hombre alto, vestido con una armadura metálica que cubre su tren inferior, así como una hombrera que cubre su hombro derecho y un collar como el que portan los gyojins. Su mirada refleja tristeza e impotencia y te niega con la cabeza.
—No hagas nada de lo que puedas arrepentirte después —te dice Tom con voz cansada, que, con un ademán de su mano derecha, así como con su mirada, parece reflejar que no hay escapatoria, al menos por el momento—. Todo llegará, a su debido tiempo.
Si te fijas bien, ahora que esta la sala iluminada, contemplas que estás en los calabozos del palacio real, aunque con ligeros cambios, como una mejora tecnológica que no habías visto nunca en tu isla natal.
Nota: Tienes libertad para hacer lo que quieras, hablar con los NPC’s, así como intentar escapar de allí si lo ves oportuno. Cualquier duda envíame un MP o háblame por privado.
—No eres muy listo por lo que se ve —dice una voz que se oye en todo el lugar.
Pero entonces, la sala se ilumina y la puerta se cierra de golpe. Al ocurrir eso, contemplas como todos los gyojin que están allí tienen unos collares explosivos. Son muy similares a los que usan los contrabandistas en las subastas de esclavos, pero con un ligero cambio, que estos dan descargas eléctricas, algo que notas durante un instante, pero puedes soportarlo sin inmutarte.
—¿Creías que íbamos a dejarte escapar de esa forma? Ahora eres el artista principal de mi espectáculo. La estrella que todos van a querer ver. El antiguo oficial de cubierta de los Arashi no Kyudai en escena, a vida o muerte —hace una pausa dramática, mientras la puerta se vuelve a abrir—. Ni se te ocurra salir muchacho. Si lo haces verás como todos y cada uno de tus queridos hermanos morirán electrocutados y no podrás hacer nada para evitarlo. Para que veas que no estoy bromeando, gracias a tu numerito vas a ver como muere el engendro de tu derecha.
Una corriente eléctrica de alta intensidad recorre el cuerpo del gyojin pez cebra que estaba sentado en el suelo, que cae al suelo con el corazón inerte. Tu actitud temeraria le ha costado la vida a alguien de tu isla. De pronto, tras la puerta, aparece un hombre alto, vestido con una armadura metálica que cubre su tren inferior, así como una hombrera que cubre su hombro derecho y un collar como el que portan los gyojins. Su mirada refleja tristeza e impotencia y te niega con la cabeza.
—No hagas nada de lo que puedas arrepentirte después —te dice Tom con voz cansada, que, con un ademán de su mano derecha, así como con su mirada, parece reflejar que no hay escapatoria, al menos por el momento—. Todo llegará, a su debido tiempo.
Si te fijas bien, ahora que esta la sala iluminada, contemplas que estás en los calabozos del palacio real, aunque con ligeros cambios, como una mejora tecnológica que no habías visto nunca en tu isla natal.
Nota: Tienes libertad para hacer lo que quieras, hablar con los NPC’s, así como intentar escapar de allí si lo ves oportuno. Cualquier duda envíame un MP o háblame por privado.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A veces la vida no te sonríe, y otras directamente te escupe a la cara. Y Luka en aquel momento se estaba limpiando la mejilla derecha ante tal muestra -figurada, eso sí- de desprecio.
Ese maldito temperamento que tantos disgustos le había dado… Y tan pocas alegrías. El tiburón notaba ese particular cosquilleo a través de sus venas, ese constante calor en su muñeca, y esas ganas de hacer arder el mundo. Apretó los puños y vio cómo todo ocurría a su alrededor.
Otro show de luces que apuntan en una dirección, incrementando continuamente la intensidad, puertas que se abren y muestran gente, aliados que niegan con la cabeza… Y un hermano que cae ante los ojos de los demas. Ni siquiera una descarga en el cuello hizo que Luka dejase de apretar con intensidad los puños. Una única mirada que se iba clavando en cada uno de los allí presentes sirvió para ver que pronto todo sería un cementerio. ¿De Gyojins? Esperaba que no. Sus hermanos eran conocidos en todo el mundo por ser insistentes guerreros, pero lucían apagados… ¿Qué había pasado allí antes? Quizá el ex-Arashi era la única esperanza del pueblo Gyojin. Demasiada responsabilidad para la cabeza de Luka.
-Tranquilos chicos… Os liberaré. Lo prometo -susurró justo antes de fijar su mirada en el hombre con armadura-.
Tom ya lo había puesto entre aviso, gozaría de una oportunidad que no podrían dejar pasar. ¿Pero cuando? La paciencia no era el don del habitante del mar.
La voz quería que lucharan…Y sospechaba que en caso contrario empezarían a caer como moscas. Todavía no tenían la sarten por el mango. Más bien estaban en la sarten.
Pienso derribar a todos y cada uno de los seres que me pongas delante. Cuando solo quedes tú… Te reservaré lo mejor
Moviendo los pies con una agilidad envidiable, el tiburón se posicionó en un abrir y cerrar de ojos frente de su rival, al cual, tras un exagerado movimiento de cadera, le dio un suave golpe en la boca del estómago a la par que susurraba unas palabras prácticamente inenudibles para el resto de los allí presentes.
-No te levantes, confía en mí.
Y tras ello, le daría un golpe en la espalda, esta vez algo más intenso, con la intención de lanzarlo al suelo.
-Si lo que pretendes es medir mi fuerza -comentaría en voz alta y dirigiéndose a la voz-, sugiero que saques al menos a veinte de los tuyos. Ninguno de mis hermanos supone un reto para mi. Tampoco creo que los tuyos me pongan en ningún aprieto… A todo esto, ¿quién eres? Qué menos que saber a quién tengo que patear.
¿No querías Luka, señor de provocativa voz? Pues prepárate ante la que te viene. La bestia está suelta, y se le da bien cazar…
Recomendación: no lo pongas a prueba. Cuando huela sangre… No podrá parar.
Ese maldito temperamento que tantos disgustos le había dado… Y tan pocas alegrías. El tiburón notaba ese particular cosquilleo a través de sus venas, ese constante calor en su muñeca, y esas ganas de hacer arder el mundo. Apretó los puños y vio cómo todo ocurría a su alrededor.
Otro show de luces que apuntan en una dirección, incrementando continuamente la intensidad, puertas que se abren y muestran gente, aliados que niegan con la cabeza… Y un hermano que cae ante los ojos de los demas. Ni siquiera una descarga en el cuello hizo que Luka dejase de apretar con intensidad los puños. Una única mirada que se iba clavando en cada uno de los allí presentes sirvió para ver que pronto todo sería un cementerio. ¿De Gyojins? Esperaba que no. Sus hermanos eran conocidos en todo el mundo por ser insistentes guerreros, pero lucían apagados… ¿Qué había pasado allí antes? Quizá el ex-Arashi era la única esperanza del pueblo Gyojin. Demasiada responsabilidad para la cabeza de Luka.
-Tranquilos chicos… Os liberaré. Lo prometo -susurró justo antes de fijar su mirada en el hombre con armadura-.
Tom ya lo había puesto entre aviso, gozaría de una oportunidad que no podrían dejar pasar. ¿Pero cuando? La paciencia no era el don del habitante del mar.
La voz quería que lucharan…Y sospechaba que en caso contrario empezarían a caer como moscas. Todavía no tenían la sarten por el mango. Más bien estaban en la sarten.
Pienso derribar a todos y cada uno de los seres que me pongas delante. Cuando solo quedes tú… Te reservaré lo mejor
Moviendo los pies con una agilidad envidiable, el tiburón se posicionó en un abrir y cerrar de ojos frente de su rival, al cual, tras un exagerado movimiento de cadera, le dio un suave golpe en la boca del estómago a la par que susurraba unas palabras prácticamente inenudibles para el resto de los allí presentes.
-No te levantes, confía en mí.
Y tras ello, le daría un golpe en la espalda, esta vez algo más intenso, con la intención de lanzarlo al suelo.
-Si lo que pretendes es medir mi fuerza -comentaría en voz alta y dirigiéndose a la voz-, sugiero que saques al menos a veinte de los tuyos. Ninguno de mis hermanos supone un reto para mi. Tampoco creo que los tuyos me pongan en ningún aprieto… A todo esto, ¿quién eres? Qué menos que saber a quién tengo que patear.
¿No querías Luka, señor de provocativa voz? Pues prepárate ante la que te viene. La bestia está suelta, y se le da bien cazar…
Recomendación: no lo pongas a prueba. Cuando huela sangre… No podrá parar.
- cosas:
Haki de observación: Ex-Opuesto. Tier 8. (Empatía 8)
Haki de armadura: Predilecto. Tier 9.
Carga pulsera: 2 Turnos.
Binshō-sei: Realizando un ágil movimiento de pies Luka puede moverse a velocidades extremadamente altas, siendo casi imperceptible para el ojo humano. La técnica puede emplearse durante un periodo de dos post y únicamente se puede usar una vez por combate. Luka gracias a esta técnica es capaz de llegar a los 25m/s.
Tiempo de canalización: 1 segundo.
Duración: 2 posts.(2 de 2)
Tiempo de reutilización: 3 posts.
- stats:
Bonificador es tabla: Fuerza 11 (10 Clase + 1 Gyojin) | Resistencia 10 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Resto 2 |
Pasivos: Fuerza x12 - Resistencia x8
Todo sucedió muy rápido, quizás demasiado y no como lo tenías planeado. En el momento en el que te abalanzaste sobre el individuo que estaba en la puerta, tu destino y el de tus compañeros cambió de golpe. La puerta se cerró herméticamente y todos los que tenían uno de esos extraños collares rodeando su cuerpo, cayeron inconscientes sobre el suelo. Las auras que sentías fueron cesando lentamente, yéndose a un lugar del que no se sale.
—Te advertí que no movieras ni un dedo —dijo la voz—. Te dije que no te acercaras a la puerta —volvió a repetir—. Al final los rumores van a ser ciertos, usas más los músculos que tu cabeza. ¿Y ahora qué? —te pregunta, pero sin darte tiempo a formular una respuesta—. Parte de tu pueblo, tus amigos, tu gente… Están muertos, ¿y para qué? Deja que yo responda por ti: Para nada.
Y la trasmisión se cortó.
Te encuentras solo durante horas, rodeado de cadáveres, hasta que uno de ellos parece que está vivo. Apenas puede respirar, pero ha sido capaz de aguantar la descarga. En lo más profundo de tu corazón esperabas que ese gyojin que se movía fuera Tom, pero no resulto ser él. Era un joven más o menos de tu edad, pero algo más bajo y corpulento. ¡Ojo! No en el mal sentido, sino que está muy fuerte.
—Todo es tu culpa —te dice, mirándote con odio—. No podías estarte quieto, ¿verdad?
Y no volvió a decir nada más.
Los días pasaban, y los cuerpos comenzaban a oler algo mal. La puerta no se abría, pero si una pequeña compuerta inferior por la que os daban cada día un orinal, algo de comida y agua. ¿Para qué alimentaros si os tenían como animales? A saber. El gyojin, cuyo nombre resultor ser Zlatan, hablaba de vez en cuando, aunque no daba pie a conversaciones muy largas y trascendentes.
Y una noche, la voz sonó por los altavoces:
—¿Estás más calmado, señor Rooney? —te pregunta—. Porque si es así, creo que es nuestro momento de negociar.
PD: Puedes hablar con el NPC tanto como quieras, preguntarle cosas…etc.
PD2: Liante, que eres un liante xD
—Te advertí que no movieras ni un dedo —dijo la voz—. Te dije que no te acercaras a la puerta —volvió a repetir—. Al final los rumores van a ser ciertos, usas más los músculos que tu cabeza. ¿Y ahora qué? —te pregunta, pero sin darte tiempo a formular una respuesta—. Parte de tu pueblo, tus amigos, tu gente… Están muertos, ¿y para qué? Deja que yo responda por ti: Para nada.
Y la trasmisión se cortó.
Te encuentras solo durante horas, rodeado de cadáveres, hasta que uno de ellos parece que está vivo. Apenas puede respirar, pero ha sido capaz de aguantar la descarga. En lo más profundo de tu corazón esperabas que ese gyojin que se movía fuera Tom, pero no resulto ser él. Era un joven más o menos de tu edad, pero algo más bajo y corpulento. ¡Ojo! No en el mal sentido, sino que está muy fuerte.
—Todo es tu culpa —te dice, mirándote con odio—. No podías estarte quieto, ¿verdad?
Y no volvió a decir nada más.
Los días pasaban, y los cuerpos comenzaban a oler algo mal. La puerta no se abría, pero si una pequeña compuerta inferior por la que os daban cada día un orinal, algo de comida y agua. ¿Para qué alimentaros si os tenían como animales? A saber. El gyojin, cuyo nombre resultor ser Zlatan, hablaba de vez en cuando, aunque no daba pie a conversaciones muy largas y trascendentes.
Y una noche, la voz sonó por los altavoces:
—¿Estás más calmado, señor Rooney? —te pregunta—. Porque si es así, creo que es nuestro momento de negociar.
PD: Puedes hablar con el NPC tanto como quieras, preguntarle cosas…etc.
PD2: Liante, que eres un liante xD
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Sus rojizos ojos. Sus venas hiper-marcadas. Su mirada asesina.
Todo cesó tras su golpe. La ira dejó paso a unos segundos de desesperación, su cuerpo se petrificó, y entonces, se dio cuenta de lo que había pasado.
Toda su gente, todos aquellos que lucharon junto a él en la última guerra de la Isla Gyojin, sus viejos amigos con los que tantos momentos había compartido, sus compañeros de peleas… Todos y cada uno de ellos había caído por su movimiento.
La voz empezó a castigar la mente del tiburón, haciéndole sentir cada vez más la culpa de lo ocurrido. El Luka que todos conocemos habría reventado cada centímetro de la instalación, pero en aquél preciso momento, Luka no estaba. No era él. No sabía qué hacía allí, ni qué podía hacer para enmendar, por poco que pudiese, la situación que él mismo había causado. No podía dejar de pensar en quién era aquella maldita voz.
Pero el sonido de los altavoces acabó de hacer acto de presencia. Segundos que pasaron a ser minutos, y minutos que acabaron siendo horas. Silencio, cadáveres y un hedor cada vez más intenso. ¿A qué huele la muerte? En aquel momento, olía igual que la traición. La traición a los tuyos. A tu patria. A ti mismo.
El habitante del mar se movió tras unos minutos más, y empezó a intentar identificar a todos los caídos. Y no tardó mucho en ver lo que jamás hubiese querido ver. Tom. Se encontraba tirado en el suelo, dibujando una semi-sonrisa, quizá consciente de lo que Luka había hecho. Quizá a sabiendas de qué iba a pasar antes siquiera de que a Luka le hubiese venido a la mente.
Las lágrimas empezaron a brotar por la mejilla del ex-Arashi, que empezó a golpear con rabia el suelo mientras mantenía la mano izquierda en el inerte pecho de su mentor.
-Tom. La leyenda de las artes marciales, el maestro del Gyojin kárate - continuó, haciendo cada vez más pausas entre sollozo y sollozo-. Mi mentor… Lo fuiste todo para mi… Y… Y… Descansa en paz, Tom brazo de hierro.
Luka permaneció allí inmóvil, esperando un milagro que no llegaba, hasta que escuchó a un gyojin aún con vida. Y lo que aquel ser decía, se clavó como puñales en su corazón. El maltrecho gyojin intentaba gastar sus últimas palabras en recordar al pirata que todo era su culpa. Y lo peor era la certeza con la que lo decía.
-Lo sé -espetó mirándole a los ojos-. Permiteme mantenerte con vida.
Al menos a ti
Tras examinar al Gyojin de pocas palabras, acabó confesando su nombre: Zlatan. Un nombre fonéticamente perfecto. Un nombre de Dios. ¿Habría sobrevivido por ello?
Las horas pasaron y el tiburón intentó sacar algo de información.
-¿Cuánto tiempo lleváis aquí? ¿Quién está detrás de esto?
Cuando pasaron algunas horas más, una puerta pequeña se abrió, dejando ver un orinal, agua y algo de comida. Un acto que siguió repitiéndose continuamente durante los días. ¿Cuántos? Demasiados para el pirata.
Pero entonces, la voz volvió a sonar por toda la sala, haciendo que Luka se levantara de sopetón, yendo hasta el centro de la sala. Y algo más calmado, se dirigió a la voz.
-Sí -comentó-. Soy todo oídos.
El tiburón sabía que no estaba en posición de negociar. ¿Qué querría aquel tipo? Solo esperaba poder contenerse en aquella ocasión. O que Zlatan le ayudará a conseguirlo.
Todo cesó tras su golpe. La ira dejó paso a unos segundos de desesperación, su cuerpo se petrificó, y entonces, se dio cuenta de lo que había pasado.
Toda su gente, todos aquellos que lucharon junto a él en la última guerra de la Isla Gyojin, sus viejos amigos con los que tantos momentos había compartido, sus compañeros de peleas… Todos y cada uno de ellos había caído por su movimiento.
La voz empezó a castigar la mente del tiburón, haciéndole sentir cada vez más la culpa de lo ocurrido. El Luka que todos conocemos habría reventado cada centímetro de la instalación, pero en aquél preciso momento, Luka no estaba. No era él. No sabía qué hacía allí, ni qué podía hacer para enmendar, por poco que pudiese, la situación que él mismo había causado. No podía dejar de pensar en quién era aquella maldita voz.
Pero el sonido de los altavoces acabó de hacer acto de presencia. Segundos que pasaron a ser minutos, y minutos que acabaron siendo horas. Silencio, cadáveres y un hedor cada vez más intenso. ¿A qué huele la muerte? En aquel momento, olía igual que la traición. La traición a los tuyos. A tu patria. A ti mismo.
El habitante del mar se movió tras unos minutos más, y empezó a intentar identificar a todos los caídos. Y no tardó mucho en ver lo que jamás hubiese querido ver. Tom. Se encontraba tirado en el suelo, dibujando una semi-sonrisa, quizá consciente de lo que Luka había hecho. Quizá a sabiendas de qué iba a pasar antes siquiera de que a Luka le hubiese venido a la mente.
Las lágrimas empezaron a brotar por la mejilla del ex-Arashi, que empezó a golpear con rabia el suelo mientras mantenía la mano izquierda en el inerte pecho de su mentor.
-Tom. La leyenda de las artes marciales, el maestro del Gyojin kárate - continuó, haciendo cada vez más pausas entre sollozo y sollozo-. Mi mentor… Lo fuiste todo para mi… Y… Y… Descansa en paz, Tom brazo de hierro.
Luka permaneció allí inmóvil, esperando un milagro que no llegaba, hasta que escuchó a un gyojin aún con vida. Y lo que aquel ser decía, se clavó como puñales en su corazón. El maltrecho gyojin intentaba gastar sus últimas palabras en recordar al pirata que todo era su culpa. Y lo peor era la certeza con la que lo decía.
-Lo sé -espetó mirándole a los ojos-. Permiteme mantenerte con vida.
Al menos a ti
Tras examinar al Gyojin de pocas palabras, acabó confesando su nombre: Zlatan. Un nombre fonéticamente perfecto. Un nombre de Dios. ¿Habría sobrevivido por ello?
Las horas pasaron y el tiburón intentó sacar algo de información.
-¿Cuánto tiempo lleváis aquí? ¿Quién está detrás de esto?
Cuando pasaron algunas horas más, una puerta pequeña se abrió, dejando ver un orinal, agua y algo de comida. Un acto que siguió repitiéndose continuamente durante los días. ¿Cuántos? Demasiados para el pirata.
Pero entonces, la voz volvió a sonar por toda la sala, haciendo que Luka se levantara de sopetón, yendo hasta el centro de la sala. Y algo más calmado, se dirigió a la voz.
-Sí -comentó-. Soy todo oídos.
El tiburón sabía que no estaba en posición de negociar. ¿Qué querría aquel tipo? Solo esperaba poder contenerse en aquella ocasión. O que Zlatan le ayudará a conseguirlo.
- cosas:
Haki de observación: Ex-Opuesto. Tier 8. (Empatía 8)
Haki de armadura: Predilecto. Tier 9.
Carga pulsera: 3 Turnos.
- stats:
Bonificador es tabla: Fuerza 11 (10 Clase + 1 Gyojin) | Resistencia 10 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Resto 2 |
Pasivos: Fuerza x12 - Resistencia x8
Después de tu respuesta se hizo el silencio durante un par de minutos, en los que únicamente podías escuchar alguno de los gases procedente de los cuerpos muertos y tus propios ruidos intestinales. Sí, empieza a tener hambre. Zlatan fija sus ojos en ti, pero tiene la mirada algo ida. Escuchas unos pasos acercándote a la celda y la puerta se abre. Tras ella aparece un hombre que, con facilidad, podía pasar de los cincuenta años. En su cuello también portaba uno de esos collares electrificados, y tenía otro en la mano.
—Póngaselo, por favor —te dice, mientras eleva el brazo.
La puerta se ha cerrado de nuevo, así que sabes que no puede escapar de allí.
El altavoz comienza a emitir una pequeña estática, seguida de un sonido muy agudo y quien hay tras él comienza a hablar de nuevo:
—Señor Rooney —te dice—. Si quiere salir de esta celda tendrá que ser bajo mis normas. Póngase el collar, y una vez lo haga abriré las puertas de su cautiverio y mi siervo le traerá ante mí. ¿Estás de acuerdo?
En función de lo que hagas voy a darte dos opciones, ¿vale?
—Póngaselo, por favor —te dice, mientras eleva el brazo.
La puerta se ha cerrado de nuevo, así que sabes que no puede escapar de allí.
El altavoz comienza a emitir una pequeña estática, seguida de un sonido muy agudo y quien hay tras él comienza a hablar de nuevo:
—Señor Rooney —te dice—. Si quiere salir de esta celda tendrá que ser bajo mis normas. Póngase el collar, y una vez lo haga abriré las puertas de su cautiverio y mi siervo le traerá ante mí. ¿Estás de acuerdo?
En función de lo que hagas voy a darte dos opciones, ¿vale?
- Opción 1:
- Si te pones el collar, la puerta se abre. Ves que estas en un conjunto de celdas, en las que una gran cantidad de seres vivos: gyojines de diversas clases, minks, humanos, tonttatas, semigigantes…, etc. Caminas por un largo sendero y te das cuenta que sigues en tu isla, hay una ventana y puedes ver el castillo del rey en la lejanía. No has salido de la isla, pero parece ser que ha sido tomada por gente poderosa. En las afueras, te espera un pequeño carromato, llevado por dos tipejos vestidos de traje y mirada soberbia.
Entras, y llegas al castillo. Ves que no está muy cambiado, pero en el trono hay sentado una persona que no conoces de nada. Se trata de una mujer vestida de beige, mirada pérfida y sonrisa ociosa. Tiene el cabello negro como el carbón, y unos ojos ambarinos que destacan mucho sobre su piel pálida.
—Estarás contento —te dice—. Por tu culpa he perdido a varios de mis gladiadores más poderosos, por los que la gente más pujaba. Ahora vas a tener que pagar por ello. No me malinterpretes, no voy a matarte. En cambio, vas a tener que combatir para mí. El circo de tritones es algo que se está poniendo de moda entre las élites, y que se realice aquí, en la isla gyojin que tanto me ha costado poseer, es un placer para mis sofisticados clientes. Muchos de ellos piensan que esta isla es un mito —hace una pausa para reír. ¿De qué? Solo ella lo sabe—. Si lo haces bien, quizá te deje libre; o quizás te hagas lo suficientemente famoso para que tu viejo capitán se atreva a venir aquí. No estaría mal tener al joven D. Kenshin como otro gladiador —comentó.
En ese momento se hace el silencio, como si ella esperara una respuesta por tu parte.
- Opción 2:
- Si decides no ponerte el collar, la comunicación se corta. Estás en la celda durante dos semanas, mientras eres alimentado por pan y agua. Los cuerpos de tus amigos empiezan a pudrirse a tu alrededor, y Zlatan cada vez parece más enfermizo. No hay forma de salir de allí. Cada dos días la voz te pregunta si has cambiado de opinión, así hasta que decidas a aceptar. Pepito, el humano que vino a traerte el collar, continua allí contigo e intenta convencerte de que le sigas el rollo a la jefa. Sí, aquí descubres que es una mujer quien maneja el cotarro.
Si después de dos semanas aquí perdidas, por orgulloso, decides ponerte el collar, harás lo que ocurre en la opción 1. ¿Qué no lo haces? Pues una noche, entrarán en la celda mientras duerte, y si poder hacer nada porque no has comido bien, te capturaran y te llevarán ante la jefa, y tendrás la misma conversación que en la Opción 1.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La espera se hizo larga. Muy larga. Casi eterna. El silencio, sumado a la mirada cada vez más ausente de Zlatan, hizo que el Gyojin se temiera lo peor. Pero ahí siguió, esperando una respuesta.
Y la respuesta vino a su celda en forma de humano. Uno que portaba un collar igual que el de sus hermanos. Interesante, no eran la única raza apresada. ¿Qué sentido tenía aquello? Probablemente el mismo sentido que lo que el cincuentón le dijo después. Que se pusiera el collar… ¿Otro?
Antes de darse cuenta siquiera de aquello, la puerta estaba cerrada y el silencio volvía a predominar en la celda. Luka cogió el collar, y en ese preciso momento se quedó totalmente paralizado. Ese había sido el collar que había acabado con tantos de sus hermanos. Con Tom… El habitante del mar apretó el collar con rabia, y su mente empezó a nublarse.
Afortunadamente para los allí presentes, una voz procedente de un viejo altavoz sacó de sus pensamientos al ex-Arashi. Y le invitó, de nuevo, a ponérselo. Y, si lo hacía, Luka tendría vía libre hasta la voz. Interesante…
Un flashback vino a su mente de manera casi instantánea. Mientras miraba su collar, su mente se fue a veinte años atrás. Isla Gyojin. Dojo de Tom. Y Tom mirándole fijamente.
-Luka, si alguien pregunta… nunca te he dicho esto. Pero si no puedes con tu enemigo… Únete a él. Al menos hasta que tengas la ocasión de.. Ya sabes. Siempre surgirá esa ocasión, solo tienes que ser paciente.
¿Acaso Tom se refería a aquella frase cuando le pidió ser paciente? Seguro que sí… ¿Cómo había podido ser tan idiota? Solo tenía que haber esperado…
El tiburón miró a Zlatan, que parecía ya no estar en este mundo, y tras ello al humano.
-¿De qué descarga estamos hablando? -le susurraría mientras se ponía el collar hasta notar el típico clic.
Su ahora cincuentón compañero le invitó a acompañarlo, y entonces el gyojin se dió cuenta de que no estaba solo allí, ni mucho menos. Decenas… ¿cientos? De seres de distintas razas, desde humanos a más gyojins, pasando por gigantes y peludos seres. Y él. De todos ellos aquella mujer había decidido hablar con él. ¿Lo habría hecho con los demás antes?
Casi sin darse cuenta llegaron hasta una ventana, desde la cual se podía ver sin duda que estaban en su isla, y que pese al sobresalto inicial, aún estaba como recordaba. Más o menos.
Caminando un poco más, el tiburón acabó llegando hasta un carromato llevado por dos presuntos mafiosos. Aquello parecía ser bastante común. El gyojin les devolvió la mirada y escupió a un lado.
El carromato no era demasiado cómodo. Quizá no ser cómodo es una definición bastante amable. En cualquier caso, acabaron llegando al castillo. Y allí, justo antes de llegar a la sala principal, el humano cambió su posición y dejó entrar antes al gyojin, que, sorprendido, vio a una mujer de tez pálida, negros cabellos y una mirada ociosa que no denotaba confianza para Luka, justo en el trono. Aquella debía ser la jefaza
Entonces, la susodicha mujer, comenzó su discurso, y el habitante del mar esperó pacientemente su turno. Daba la sensación que aquella mujer siempre decía el mismo. Aunque… No, definitivamente no. A mitad del mensaje podías darte cuenta que no, que era un mensaje muy personalizado. Directo a él, hasta el último detalle. Curiosamente el último detalle le hizo reír. El pirata sacó aquella risa terrorífica que en tantas ocasiones había mostrado antes de un combate, pero este no era uno físico, sino verbal. Al menos en ese instante.
-¿Kenshin? Dudo mucho que viniese. Pero si lo hiciera... No tendrías mundo para escapar.
La mirada del Gyojin se iría torciendo cada vez más, dejando mostrar sus afilados incisivos a cada palabra que iba soltando.
-Señora… ¿O debería decir señorita? Quien pulsó el botón fuiste tú -comentó con sorna-. Si quieres que pelee en ese circo que te has montado… No te diré que no. Pero no creo que esta isla esté preparada para mi. ¿Estás dispuesta a correr este riesgo?
El gyojin intentó ser lo más creíble posible, pero puede que en la primera parte -la referente a la pérdida de sus hermanos- se le notase un poco más afectado. Pero Luka era una persona que no solía vacilar cuando amenazaba, y aquella vez no fue diferente. Tenía que hacer ver que lo que había pasado no le afectaba, que él era más fuerte que todo aquello. Lo pasado no tenía solución, pero quizá, desde ese momento, se pudiera poner una y salvar cada vez a más gente.
¿El circo de tritones? La gente lo vería como un nombre ofensivo. Una atracción para el guste de algunos privilegiados, en la cual la vida de la gente no importaba. Pero nada más allá de la realidad. Luka lo veía como la gran oportunidad de conseguir aliados. Aliados que le ayudasen a derrocar a aquella mujer. Y ahora sí que tendría que esperar su momento. ¿Los mejores gladiadores? Interesante… Pero más interesante le parecía el público de aquellas extrañas batallas. ¿Estaría algún conocido? ¿Recibiría alguna ayuda? ¿Qué pasaba si, durante su revelión, acababa con parte de aquellas élites? ¿Conseguiría más enemigos?
Su situación no era la más cómoda del mundo, sin embargo, algo le decía que todo iría bien. Toda esa lucha era la lucha del pueblo contra la opresión de los poderosos. Una lucha interracial, intersexual, y que no entendía de nada más que una palabra; Libertad. La lucha de Luka. Y la de Tom. Todo esto va por ti, Tom. Venceremos.
Y la respuesta vino a su celda en forma de humano. Uno que portaba un collar igual que el de sus hermanos. Interesante, no eran la única raza apresada. ¿Qué sentido tenía aquello? Probablemente el mismo sentido que lo que el cincuentón le dijo después. Que se pusiera el collar… ¿Otro?
Antes de darse cuenta siquiera de aquello, la puerta estaba cerrada y el silencio volvía a predominar en la celda. Luka cogió el collar, y en ese preciso momento se quedó totalmente paralizado. Ese había sido el collar que había acabado con tantos de sus hermanos. Con Tom… El habitante del mar apretó el collar con rabia, y su mente empezó a nublarse.
Afortunadamente para los allí presentes, una voz procedente de un viejo altavoz sacó de sus pensamientos al ex-Arashi. Y le invitó, de nuevo, a ponérselo. Y, si lo hacía, Luka tendría vía libre hasta la voz. Interesante…
Un flashback vino a su mente de manera casi instantánea. Mientras miraba su collar, su mente se fue a veinte años atrás. Isla Gyojin. Dojo de Tom. Y Tom mirándole fijamente.
-Luka, si alguien pregunta… nunca te he dicho esto. Pero si no puedes con tu enemigo… Únete a él. Al menos hasta que tengas la ocasión de.. Ya sabes. Siempre surgirá esa ocasión, solo tienes que ser paciente.
¿Acaso Tom se refería a aquella frase cuando le pidió ser paciente? Seguro que sí… ¿Cómo había podido ser tan idiota? Solo tenía que haber esperado…
El tiburón miró a Zlatan, que parecía ya no estar en este mundo, y tras ello al humano.
-¿De qué descarga estamos hablando? -le susurraría mientras se ponía el collar hasta notar el típico clic.
Su ahora cincuentón compañero le invitó a acompañarlo, y entonces el gyojin se dió cuenta de que no estaba solo allí, ni mucho menos. Decenas… ¿cientos? De seres de distintas razas, desde humanos a más gyojins, pasando por gigantes y peludos seres. Y él. De todos ellos aquella mujer había decidido hablar con él. ¿Lo habría hecho con los demás antes?
Casi sin darse cuenta llegaron hasta una ventana, desde la cual se podía ver sin duda que estaban en su isla, y que pese al sobresalto inicial, aún estaba como recordaba. Más o menos.
Caminando un poco más, el tiburón acabó llegando hasta un carromato llevado por dos presuntos mafiosos. Aquello parecía ser bastante común. El gyojin les devolvió la mirada y escupió a un lado.
El carromato no era demasiado cómodo. Quizá no ser cómodo es una definición bastante amable. En cualquier caso, acabaron llegando al castillo. Y allí, justo antes de llegar a la sala principal, el humano cambió su posición y dejó entrar antes al gyojin, que, sorprendido, vio a una mujer de tez pálida, negros cabellos y una mirada ociosa que no denotaba confianza para Luka, justo en el trono. Aquella debía ser la jefaza
Entonces, la susodicha mujer, comenzó su discurso, y el habitante del mar esperó pacientemente su turno. Daba la sensación que aquella mujer siempre decía el mismo. Aunque… No, definitivamente no. A mitad del mensaje podías darte cuenta que no, que era un mensaje muy personalizado. Directo a él, hasta el último detalle. Curiosamente el último detalle le hizo reír. El pirata sacó aquella risa terrorífica que en tantas ocasiones había mostrado antes de un combate, pero este no era uno físico, sino verbal. Al menos en ese instante.
-¿Kenshin? Dudo mucho que viniese. Pero si lo hiciera... No tendrías mundo para escapar.
La mirada del Gyojin se iría torciendo cada vez más, dejando mostrar sus afilados incisivos a cada palabra que iba soltando.
-Señora… ¿O debería decir señorita? Quien pulsó el botón fuiste tú -comentó con sorna-. Si quieres que pelee en ese circo que te has montado… No te diré que no. Pero no creo que esta isla esté preparada para mi. ¿Estás dispuesta a correr este riesgo?
El gyojin intentó ser lo más creíble posible, pero puede que en la primera parte -la referente a la pérdida de sus hermanos- se le notase un poco más afectado. Pero Luka era una persona que no solía vacilar cuando amenazaba, y aquella vez no fue diferente. Tenía que hacer ver que lo que había pasado no le afectaba, que él era más fuerte que todo aquello. Lo pasado no tenía solución, pero quizá, desde ese momento, se pudiera poner una y salvar cada vez a más gente.
¿El circo de tritones? La gente lo vería como un nombre ofensivo. Una atracción para el guste de algunos privilegiados, en la cual la vida de la gente no importaba. Pero nada más allá de la realidad. Luka lo veía como la gran oportunidad de conseguir aliados. Aliados que le ayudasen a derrocar a aquella mujer. Y ahora sí que tendría que esperar su momento. ¿Los mejores gladiadores? Interesante… Pero más interesante le parecía el público de aquellas extrañas batallas. ¿Estaría algún conocido? ¿Recibiría alguna ayuda? ¿Qué pasaba si, durante su revelión, acababa con parte de aquellas élites? ¿Conseguiría más enemigos?
Su situación no era la más cómoda del mundo, sin embargo, algo le decía que todo iría bien. Toda esa lucha era la lucha del pueblo contra la opresión de los poderosos. Una lucha interracial, intersexual, y que no entendía de nada más que una palabra; Libertad. La lucha de Luka. Y la de Tom. Todo esto va por ti, Tom. Venceremos.
- cosas:
Haki de observación: Ex-Opuesto. Tier 8. (Empatía 8)
Haki de armadura: Predilecto. Tier 9.
Carga pulsera: 3 Turnos.
- stats:
Bonificador es tabla: Fuerza 11 (10 Clase + 1 Gyojin) | Resistencia 10 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Resto 2 |
Pasivos: Fuerza x12 - Resistencia x8
Transcurrieron dos largas semanas desde que tuviste la reunión con aquella mujer, cuyo nombre sigues sin saber. Allí todo el mundo le llama Señora Q, así que no te queda más remedio que llamarla de esa manera. Tu mugrienta celda ha dado paso a una preciosa habitación que cierran herméticamente mientras estás en ella, aunque tienes en tus muñecas unas pulseras que de intentar escapar te darán una descarga que acabara con tu vida de forma inmediata. Una muerte rápida y poco dolorosa, aunque con algunos espasmos.
Durante este tiempo has tenido dos combates que has ganado. El pueblo ha decidido que debes darle muerte, pero si lo has hecho o no depende de tu conciencia, todos contra individuos de distintas razas que, para esa mujer, son inferiores. Sin embargo, si te percatas de la gente que va a ver ese espectáculo no hay solo humanos, sino también otros gyojins, minks y variantes de humanos. ¿Es que no hay decencia en este mundo? Parece ser que no.
Una tarde en tu habitación encuentras algunos libros que parecen antiguos. En ellos hablan de cosas básicas que ya conoces sobre los fundamentos básicos del haki, aunque hay una parte que te resulta completamente nueva. Sin embargo, antes de que pudieras terminar de leerla, la señora Q aparece en tu habitación.
—¿Cómo se encuentra uno de mis campeones favoritos? —te pregunta—. ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?
En su cara puedes contemplar que quieres algo. Suele ser una persona muy expresiva, pese a tener un corazón tan frio e insensible.
—Esta noche va a haber una cena para todos vosotros. Muchos de nuestros inversores quieren conoceros. Así que vamos a daros un traje, unos buenos zapatos y un collar que sea menos resultón al que soléis usar cuando os sacamos de aquí.
Tras eso, se levanta y se va.
Llega la hora de la cena, y allí os reunís todos los campeones. Hay cinco gyojins de distintos tipos, tres minks, un tontata, dos gigantes y un hombre de la tribu de los brazos largos. Son buena gente, pero en su mirada puedes ver que están incómodos en el lugar.
Todos estáis reunidos en una sala aparte, pero hay buena comida y cantidades ingentes de bebida. ¡Aprovecha!
Durante este tiempo has tenido dos combates que has ganado. El pueblo ha decidido que debes darle muerte, pero si lo has hecho o no depende de tu conciencia, todos contra individuos de distintas razas que, para esa mujer, son inferiores. Sin embargo, si te percatas de la gente que va a ver ese espectáculo no hay solo humanos, sino también otros gyojins, minks y variantes de humanos. ¿Es que no hay decencia en este mundo? Parece ser que no.
Una tarde en tu habitación encuentras algunos libros que parecen antiguos. En ellos hablan de cosas básicas que ya conoces sobre los fundamentos básicos del haki, aunque hay una parte que te resulta completamente nueva. Sin embargo, antes de que pudieras terminar de leerla, la señora Q aparece en tu habitación.
—¿Cómo se encuentra uno de mis campeones favoritos? —te pregunta—. ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?
En su cara puedes contemplar que quieres algo. Suele ser una persona muy expresiva, pese a tener un corazón tan frio e insensible.
—Esta noche va a haber una cena para todos vosotros. Muchos de nuestros inversores quieren conoceros. Así que vamos a daros un traje, unos buenos zapatos y un collar que sea menos resultón al que soléis usar cuando os sacamos de aquí.
Tras eso, se levanta y se va.
Llega la hora de la cena, y allí os reunís todos los campeones. Hay cinco gyojins de distintos tipos, tres minks, un tontata, dos gigantes y un hombre de la tribu de los brazos largos. Son buena gente, pero en su mirada puedes ver que están incómodos en el lugar.
Todos estáis reunidos en una sala aparte, pero hay buena comida y cantidades ingentes de bebida. ¡Aprovecha!
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Página 1 de 2. • 1, 2
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.