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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Dom 14 Jul 2019 - 22:27}

La nieve crujió bajo los pies del vicealmirante. Ya había bajado del barco y esperaba que lo hubiesen seguido el resto de su brigada. Entonces, se dio la vuelta girando sobre sus talones y dio una palmada. Sus manos estaban cubiertas por gruesas manoplas de invierno. Llevaba un cantoso anorak de color azul oscuro y, en la cabeza, un gorro de lana negro. No era el tipo de ropa que solía llevar, pero en aquel lugar hacía muchísimo frío y además estaba nevando, y todo indicaba que la nevada iba a aumentar en agresividad. En su rostro tenía un rasgo nuevo, debido a un implante puesto para reparar las heridas provocadas en la aguja. Su ojo izquierdo era ahora de color azul claro, mientras que el otro mantenía su clásico ámbar.

—¿Tenéis frío? ¿Os habéis puesto los abrigos, guantes y gorritos que os dejé? Estamos a... ¿Cuánto era? Menos cuatro grados. No quisiera yo que cayeráis por el frío. O que perdáis los pies por la congelación. Sí, eso va por vosotros, señores "me gusta ir descalzo a todas partes". En fin, esto es bastante sencillo, la verdad —dijo señalando entonces tras ellos de manera ascendente. Si bien era difícil de ver por la nieve, podía verse un enorme castillo gris en lo alto de una de las montañas que había en la isla—. Ese castillo no es de aquí. Según los lugareños apareció de la noche a la mañana y por lo visto está habitado por gente que les gusta demasiado chantajear. Y como ya sabéis, chantajear es un crimen. Debemos detenerlos y tal. No deberían saber que hemos venido, pues con este tiempo es difícil ver los barcos que llegan, aunque igualmente por si acaso ordené poner una bandera neutra.

Volvió a chocar las manos, esta vez creando frente a ellas una rápida llamarada que se extinguió enseguida, dando calor al ambiente durante unos segundos. Se dio la vuelta y con un animado "andando" se echó a caminar hacia delante, directo a la falda de la montaña por la cual tenían que subir. Durante el camino observó a los lados. Las casas estaban cerradas y parecían abandonadas, no había nadie. Estaba anocheciendo y cierto era que la gente no solía salir de sus casas cuando nieva. Sin embargo, todo estaba extrañamente silencioso.
Eric Zor-El
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Miér 17 Jul 2019 - 18:18}

—No, no y no.

Fueron las únicas palabras que dijo el salvaje, que se encontraba en el barco de camino a la próxima empresa junto a sus compañeros. Antaño había jurado que no iba a volver a ese lugar de tierra blanca, cuyo tacto entre sus delicados dedos hacían que cambiaran de color y le dolieran como si alguien le estuviera golpeando con una rama sobre ellos.

—Ese lugar ser el infierno sobre el mar azul —increpó ante sus compañeros, que parecían no comprenderle—. Y no me mires así, Kayn —le dijo al mudito—. Sabes que no soporto tener esas fundas en mis pies.

Sin embargo, pese a sus peticiones, tuvo que dar su brazo a torcer e ir al reino de Sakura. Las botas le apretaban y solo hacía mover los dedos dentro de ellas. Estaba atrapado e incómodo, como si estuviera preso de aquellas malditas fundas de piel de animal que tanto le molestaban. No obstante, se negó a ponerse una prenda que llamaban chaquetón y se colocó su poncho sobre sus ropajes marines antes de bajar.

—Tampoco hacer tanto frío —comenzó en voz baja, mientras intentaba encender su pipa sin éxito alguno.

Esa era otra de las cosas que odiaba de la isla, que necesitaba de su, en ese momento, vicealmirante para poder fumar tranquilamente.

—Zuko, no le importar…. —dijo, sacando la pipa—. La llama muere antes de poder encender tabaco.

Entretanto, pudo ver como unas figuras extrañas se movían no muy lejos de allí. Algún tipo de animal grande, o eso es lo que le pareció.
Iulio
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Jue 18 Jul 2019 - 10:14}

«Frío, frío y más frío», maldije en mi fuero interno, cerrando cuanto podía la túnica que, situada sobre el chaquetón, me otorgaba una envergadura ridícula que nada tenía que ver con la real. Por un momento eché de menos a Einar. El grandullón siempre irradiaba calor y no tenía problemas en transportarme allí donde fuésemos. ¿Qué habría sido de él? A saber, pero seguramente algo similar a lo acontecido con Silver.

Observé a mis compañeros. El vicealmirante desprendía una vitalidad que, dado el entorno en que nos encontrábamos, llegaba a resultar irritante. Por oto lado, el capitán Zor-El hacía inútiles intentos por encender su pipa. Se iba a congelar llevando únicamente ese poncho, aunque tal vez tuviese vida propia y le proporcionase calor. ¿Sólo tenía uno, o todos los que tenía eran iguales?

No tenía la menor idea, pero no tardé en ponerme a caminar junto a los demás. Quizás caminando entre ellos obtuviese un poco de calor. Las edificaciones estaban cerradas a cal y canto, haciendo de nuestra caminata un paseo por un pueblo fantasma. ¿Habrían abandonado el lugar? Supuse que sí, porque no tendría demasiado sentido solicitar la ayuda del Gobierno Mundial y desaparecer del lugar a su llegada.

―¿Quién ha informado sobre la situación, señor? ―pregunté en voz alta, sopesando la idea de identificar al denunciante en primer lugar―. Me parece muy extraño que nos pidan ayuda y nadie venga a recibirnos ni a contarnos si ha habido algún cambio con respecto a lo que se nos notificó. ¿No te parece? ―añadí en último lugar, dando un codazo a Kenzo para llamar su atención.

No obstante, conociendo a la momia y su animadversión por los piratas y todo lo que osase salirse del orden establecido, lo más probable era que no viese con malos ojos la idea de lanzarse a por el castillo como alma que lleva el diablo. La silueta del intruso resaltaba vagamente a lo lejos. Permanecía oculta la mayor parte del tiempo, pero el viento permitía que se insinuase de vez en cuando al apartar durante unos instantes el telón de nieve. ¿Cómo demonios se construía semejante monstruo arquitectónico de la noche a la mañana?

Debíamos subir hasta lo alto de una montaña, colina o lo que fuera, lo que indudablemente implicaba más frío, viento y peligros. ¿Por qué no podíamos encargarnos de las misiones a pie de playa en lugares con un clima más veraniego? ¡Nos encontrábamos en el mismísimo infierno blanco!
Azumane Aoi
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Dom 21 Jul 2019 - 19:03}

Aoi observaba con disgusto sus botas metálicas, que descansaban frente a ella en el suelo.
Aquella era su primera misión oficial en su nueva brigada, y la habían traído a una isla de invierno cubierta de nieve, lo que implicaba que debía ponerse calcetines y botas si no quería perder algún dedo por el camino.

Nieve. ¿Por qué tenía que ser nieve? ¿Por qué no podía el suelo estar cubierto de... algodón de azúcar? Aquello sí que sería agradable. Aunque un poco pegajoso si te parabas a pensarlo...

La muchacha emitió un profundo suspiro de resignación y se enfundó las botas que su madre le había regalado hacía ya tiempo. Meneó los deditos de los pies en el interior del calzado, insatisfecha con la escasa libertad de movimiento, y frunció el ceño antes de ponerse el abrigo, los guantes y el gorro que su jefe le había dejado en el camarote. Seguidamente se echó por encima su capa roja con capucha, que se cerraba con dos tiras que terminaban en pompón, y salió a cubierta.

El aire cortaba la cara y su nariz se enrojeció a los pocos segundos al tiempo que disfrutaba de lo único positivo que tenía el frío: el aire fresco.

Aoi tiró del gorro de lana para taparse las orejas y se cubrió la cabeza con la capucha de la capa antes de seguir a sus compañeros y desembarcar.
El vicealmirante les estaba dando un pequeño discurso, en el que ella se mantuvo callada, cruzada de brazos, con el ceño fruncido y los labios apretados en un mohín de enfado.

—No me gusta el frío. No me gustan las botas. Me ha hecho ponerme calzado -refunfuñó entre dientes, más para el suelo que para nadie en particular-. Le parecerá bonito. Ya puede ser ese el castillo más interesante del universo... -se quejó, dando una patada al suelo y hundiendo su bota más en la nieve sin querer.

Se vio obligada a pelearse con la bota metálica para sacarla de la nieve, ejecutando unos movimientos un tanto vergonzosos y patéticos al menear los brazos en un intento de mantener el equilibrio mientras tiraba de la pierna hacia arriba.
El vicealmirante dio una palmada entonces, creando una pequeña llamarada entre sus manos que captó su atención y la hizo olvidarse inmediatamente de todos sus quejidos y lamentaciones.

—¡Eso mola! -saltó, señalando al vicealmirante con un dedo-. ¡¿Puedes...Puede hacerlo otra vez?! -exclamó, con ojos brillantes.

Uno de sus compañeros estaba diciendo algo que tenía sentido, así que su atención pasó del vicealmirante al otro instantáneamente. Tenía razón Rubito, no había absolutamente nadie allí. Aoi no se había aprendido los nombres de sus compañeros todavía, así que les había puesto motes para diferenciarlos en su cabeza. Eran el Jefe, el Salvaje, el Rubito, el Mudo, el Albino y el Vendas.

—¿Quizá es porque hemos llegado en medio de una tormenta y no está el tiempo como para salir a saludar? Igual podemos encontrar una taberna o algo así donde calentarnos... Y preguntar, claro -sugirió la muchacha-. ¿O vamos directos a la acción? Porque hay como unos bichos muy grandes por allí y no me gustaría enfadarlos -señaló a continuación, indicando la posición de las criaturas con el dedo.

Los "bichos" debían ser mamíferos grandes, quizá osos por su tamaño. No sería la primera vez que Aoi se enfrentaba a un oso, pero la última vez consiguió salir corriendo de allí llevándose tan sólo una cicatriz de recuerdo. No le apetecía especialmente repetir la experiencia.

—¡Oh, esa casa tiene un cartel y hay luz dentro! -chilló entonces, fijándose en lo que parecía una taberna, o quizá algún negocio local. Tenía un cartel colgando encima de la puerta pero era difícil distinguir lo que ponía debido a la nieve.
Kayn Blackthorn
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Dom 21 Jul 2019 - 20:08}

Inspiró profundamente, notando cómo sus pulmones se cargaban del frío aire de Sakura mientras esbozaba una mueca de satisfacción, justo antes de expulsarlo en un lento y pesado suspiro. El clima y las sensaciones que este transmitía eran particularmente familiares para Kayn, quien sufría un leve ataque de nostalgia en aquellos momentos. El manto de nieve cubriendo la totalidad de la isla allá donde mirase, la bruma que se intensificaba por los incontables copos que se precipitaban sobre ellos, así como la congelante brisa que acariciaba la piel al descubierto de los recién llegados marines, transmitiendo su helado tacto y penetrando incluso los gruesos abrigos. ¿A cuántos grados estaban? ¿Cuatro bajo cero? Cualquier otro habría descrito el ambiente como insoportable, aparte de sentir la imperiosa necesidad de encontrar refugio donde resguardarse junto al fuego del hogar. Para él, sin embargo, era como estar nuevamente en Helpida. En casa.

—F-f-frío... ¡perou! —sintió el menudo cuerpo emplumado de Cappuccino acurrucarse contra él en el interior del pesado abrigo, protegiéndose del frío, la nieve y el viento que tanto se alejaban del hábitat natural de la pequeña ave. Notó cómo se estremecía en un escalofrío, ante lo que el marine se disculpó con un gesto.

«Perdona, pequeño». El moreno cerró los ojos, concentrándose durante unos segundos. Un leve fulgor azulado recorrió su torso por debajo del chaquetón, emanando una agradable calidez que comenzó a contrarrestar la helada, confortando a su diminuto amigo. «Con esto debería ser suficiente», se dijo a sí mismo mientras se aseguraba de mantenerle cómodo y abrigado.

Fue en ese mismo momento cuando se aventuró a desembarcar y reunirse junto al resto de su brigada, pisando la nieve por primera vez en mucho tiempo. El vicealmirante Kasai les había facilitado indumentaria adecuada, pese al disgusto de algunos —como Eric—, quienes no se sentían cómodos llevándolos. No pudo ignorar el hecho de que la incorporación más reciente también parecía algo disconforme con aquello... y cómo hacerlo ante el espectáculo que estaba dando. Tuvo que reprimir una leve risita. Apenas había podido intercambiar un par de palabras o, en su caso, gestos con ella en el trayecto, pero ya habría tiempo para eso más tarde. Se posicionó junto al resto de oficiales y alzó la mirada para ver por primera vez su objetivo en aquella tarea: un impresionante castillo cuya silueta apenas se alcanzaba a ver a causa de la ventisca. El método con el cual habían logrado edificar o trasladar aquella cosa en apenas una noche se escapaba al conocimiento de Kayn, quien dio por hecho que debía de deberse a algún poder sobrenatural, o bien, a una más que sofisticada tecnología.

Los datos escaseaban por todos lados y la primera pregunta que abordó su mente salió en forma de palabras de los labios de Iulio. Nadie les había recibido en los muelles, ni siquiera los propios trabajadores de los mismos, como uno pudiera esperar. Las casas parecían estar abandonadas, aunque la huida de los aldeanos debía ser reciente. ¿Cuánto tiempo llevaba la fortaleza ahí arriba?

«Si la gente que defiende el castillo es propensa a las amenazas, probablemente los pueblos cercanos fueran los primeros en sufrirlas. Deben de haber acudido al amparo del rey». Kayn comenzó a seguir a Zuko, quien lideraba la marcha entre los serpenteantes caminos que había entre las casas. Todo estaba tranquilo, quizá demasiado, pero no parecía haber nadie que pudiera suponer un peligro cerca. No hasta que la novata llamó la atención de los presentes. Los ojos del sargento se apresuraron a seguir la dirección que señalaba, no tardando en ver algo que se le había pasado por alto: la luz de una fogata filtrándose por los cristales de lo que parecía una posada y, clavada en su puerta, una nota. No tuvo que pensárselo dos veces antes de tomar la iniciativa y aproximarse hacia la entrada, siempre con cautela, hasta que estuvo lo suficientemente cerca de la entrada como para leer el cartel:

«Ni castillos ni castillas. Ningún forastero me echará de mi casa, por fortalezas que tenga. Quien se acerque con malas intenciones acabará como un colador».

Iba a hacer un gesto a los miembros de la brigada para que se aproximasen. Parecía haber cierta resistencia en la zona... o alguien demasiado cabezota e inconsciente como para ponerse a salvo. Sin embargo, antes de tener tiempo de avisarles o de tratar de llamar a la puerta, el sonido de un disparo hizo que su corazón diera un vuelco y se apresurara a tomar cobertura bajo la ventana más próxima, cuyo cristal acababa de reventar.

—¡¿Habéis venido a por mí al fin, verdad?! ¡Pues muy bien! ¡Seré mayor, pero aún recuerdo un par de cosillas de cuando estuve en el cuerpo, alimañas! ¡Venid a por mí!
Kenzo Nakajima
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Mar 23 Jul 2019 - 21:22}

A su alrededor todo era blanco. Sakura, uno de los pocos reinos invernales de la mitad del Grand Line, era el destino al que habían enviado a toda la brigada para cumplir con un nuevo cometido. Muchos de ellos acababan de ser ascendidos tras lo acontecido en la Gran Aguja, hecho que les había convertido en una de las divisiones más prestigiosas de la Marina, pero por ello mismo la dificultad de las misiones que se les asignaban había ido también in crescendo.

Embutido en un grueso abrigo que el Vicealmirante le había prestado, Kenzo exhaló una nueva bocanada de vapor de agua. Mientras varios de sus compañeros (principalmente el siempre peculiar Eric y la nueva recluta) se quejaban del clima y de tener que llevar tantas prendas de ropa encima, Zuko les explicó el motivo de su viaje. Al parecer un extraño castillo había aparecido de la noche a la mañana en la isla, y sus ocupantes no eran precisamente amigables. Al contrario, se dedicaban al chantaje y el pillaje, ambos delitos ciertamente graves.

Claro que, como bien había dicho Iulio, ¿quién les aseguraba que aquello fuese verdad? ¿quién les decía que eso era así realmente? Por eso, cuando el peloblanco le interpeló, el espadachín respondió:

- Totalmente de acuerdo, podría ser perfectamente una treta, o incluso una trampa. Eso si, ante la posibilidad de que la historia sea cierta es nuestra responsabilidad como marines defender a los inocentes.

A lo lejos, más allá de las casas, se intuían las sombras de alguna clase de criaturas que parecían poseer un gran tamaño. Entonces Kayn, tan observador como siempre, se dio cuenta de un pequeño detalle. En el interior de un edificio que parecía ser una taberna se podía vislumbrar la luz de una hoguera. Al acercarse comprobaron que de su puerta colgaba un cartel en el que se podía leer una nota amenazante aparentemente dirigida a los habitantes del castillo. Escasos momentos después, un hombre de edad avanzada realizó un disparo no muy certero mientras gritaba visiblemente alterado.

- ¡Caballero, no se preocupe! No venimos del castillo, sino que hemos sido enviados a acabar con sus habitantes tras las denuncias interpuestas contra ellos. - No quería pronunciar la palabra Marina para evitar que posibles oídos indiscretos le escuchasen y frustrasen su plan. No obstante, llevó la mano derecha al pomo de Kurai Noroi por si la situación se complicaba.
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Mar 30 Jul 2019 - 14:19}

-Nieve y más nieve -mascullé en voz baja, con el ceño fruncido.

Si ya era difícil moverse con el uniforme para islas de clima invernal de la Marina, más lo era si tenía que hacer un esfuerzo enorme por mover cada pie, que se enterraba inevitablemente con cada paso bajo capas y capas de nieve. Y ya ni hablar de evitar que la escarcha se colase por el calzado. Aquello parecía una invitación a resfriarse innecesariamente.

Al ahora Vicealmirante Kasai se le había encomendado un nuevo encargo que llevaría a toda la brigada a la lejana isla de Sakura. Lo cierto es que no conocía muy bien los pormenores de la misión, puesto que, como me había estado pasando demasiado a menudo últimamente, tenía la cabeza en otra parte, lo que había provocado algunos torpes incidentes. Al menos estos tropiezos me habían dado un mínimo tema de conversación con mis compañeros. Me sentía bastante cohibido desde lo que había sucedido en la aguja y desde entonces apenas cruzaba palabra con ellos, salvo para saludarles con la poca cordialidad que me quedaba. Salvo por Kayn, que, comprensiblemente, no me dirigía palabra alguna, aunque le saludaba de todos modos.

Tampoco había tenido oportunidad de dirigirse a la nueva recluta, que parecía muy inspirada y entregada a la causa. En cierto modo, me recordó a cuando me uní a la división de Kimura, no hace demasiado tiempo. Entonces yo también era bastante entusiasta. ¿Qué me había sucedido?

Sumido en mis pensamientos, no me di cuenta hasta demasiado tarde de que nos habíamos adentrado en lo que parecía ser una población en la isla. La grata recepción que nos esperaba fue un disparo que me despertó de mi meditabundo estado. Ligeramente alterado, agaché la cabeza, mas pronto advertí que se trataba únicamente de un civil asustado.

Mostrando una enorme entereza y autocontrol, Nakajima trató de calmar al personajillo sin revelar nuestra identidad, aunque percibió a través de sus vendas la cautela propia de un hombre al que le acaban de lanzar un disparo.

Me sentí impulsado a intentar arreglar la situación y calmar al hombre; no obstante, un ancla de nervios inmovilizó mi lengua y apagó mi voz, por lo que únicamente retrocedí un poco y agaché la cabeza, esperando que uno de mis superiores solucionase el entuerto. Cuanto odio ser yo.
Hayden Ashworth
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Sáb 3 Ago 2019 - 19:21}

—Solo si empezamos a morirnos de frío —respondió a Aoi cuando esta preguntó si podía volver a hacer una llamarada.

Avanzaron a un ritmo ciertamente acelerado. Durante el camino surgieron las preguntas, la menos importante de todas ellas siendo una petición de Eric a Zuko para que le encienda la pipa, la cual el vicealmirante encendió soplando un pequeño hilo de fuego hacia esta. Ciertamente, el dragón estaba en alerta debido a la extrañeza de la situación. Ni un alma y todo en silencio, a excepción de extraños ruidos dispares, pasos lejanos y trastos moviéndose. Aquellos ruidos extrañaban al vicealmirante, sin duda. Entonces, la nueva cadete se dio cuenta de que una de las casas tenía todavía luz. Como luciérnagas, todos se acercaron a esta, aunque la ventana no tardó en reventar en mil pedazos tras un disparo y varios gritos. Kenzo intentó calmar la situación, a lo que siguió el vicealmirante:

—Venimos a ayudar. Tal vez nos pueda echar una mano.

Silencio. Durante un minuto no hubo más que silencio. Finalmente, empezaron a oírse ruidos y el trastear de cerraduras tras la puerta del establecimiento. Finalmente la puerta se abrió con el crujir de la madera que los invitaba a su interior. El dragón entró, agachando la cabeza debido a su estatura, para encontrarse con el cálido interior de una taberna vacía. El tabernero, con un arma en la mano, era un hombre mayor pero musculoso, con un delantal algo sucio. En cuanto hubiesen entrado todos, cerró.

—Porque reconozco esa capa, que si no... —dijo señalando con el arma la capa del vicealmirante —. Menudo susto. Estos días uno no sabe como reaccionar. Si no son los piratas, son los laphan.

—¿Laphan? —preguntó Zuko quitándose los guantes, mientras veía como el tabernero se ponía a tapar el agujero de la ventana con unos tablones de madera y unos clavos. Se veía que ya había cerrado otras ventanas así.

—Alimañas asquerosas. Han visto su oportunidad ahora que está todo vacío y vienen a colarse y rapiñar lo que se han dejado.

—Y usted se niega a evacuar.

—¡Nací aquí y en batalla juré que moriría aquí!

—Comprendo. ¿Ha visto usted el castillo de cerca?

El hombre palideció un segundo, mirando a todas partes. Suspiró y se sentó en una de sus sillas, invitando a todo el mundo a coger una de las muchas sillas vacías que había en el lugar y sentarse. Zuko no lo hizo.

—Me dijeron que o llevaba hasta allí arriba un cargamento entero de ron o me quemaban la taberna. Al principio me negué pero... tuve que aceptar.

—¿Algo en el aspecto del castillo que pueda indicar su procedencia?

—Eh... No sé si podría indicarlo, pero... Si bien desde tan lejos, con la nieve y demás, parece gris... El castillo es multicolor. Parece estar compuesto de enormes ladrillos lisos, cada uno de un color vibrante y anti-natural. Como si fuera de... plástico.

El dragón frunció el ceño. Ya había pensado en la posibilidad de que el castillo hubiese aparecido allí por obra de una akuma no mi, pero aquella información acortaba todavía más la lista. Plástico.

—¿Conoce al hombre que los lidera? ¿Es un criminal buscado?

—No se ha dejado ver. Manda a sus lacayos. Pero... Si que dijeron algo una vez. Lo llamaban El Toro.

Zuko no conocía ningún criminal al que llamasen El Toro. Se rascó la nuca, ligeramente cansado y aguántandose las ganas de encenderse un cigarrillo.

—Chicos —dijo mirando a los miembros de la brigada—. Si tenéis hambre no dudéis en pedirle algo a este amable señor. Yo lo pagaré. Estamos de servicio, así que nada de alcohol. Guardadlo para luego. Y cuándo hayáis acabado... marchamos hacia el castillo.
Eric Zor-El
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Jue 8 Ago 2019 - 18:23}

Eric dio una profunda calada de su pipa en cuanto el vicealmirante le encendió. Su habilidad con el fuego era algo admirable, si hubiera sido posible él mismo habría intentado aprenderla para no tener que depender de antorchas diminutas para encenderla, o bien del artefacto que llamaban mechero. En su tribu, bastaba con usar un pequeño dial que guardaba en su interior diminutas piedrecitas de fuego que prendían la hierba de forma constante, pero sin llegar a quemarlas. Era un sistema que le gustaba, pero que allí no tenían.

Durante todo el camino fue en silencio, sin decir nada mientras maldecía la tierra blanca de aquella isla para sus adentros. ¿Para qué demonios quería el gobierno tener el control sobre un lugar tan inhóspito y frío? Hasta los animales huían de lugares como ese, ¿por qué no los habitantes del mar azul? Era gente extraña que le gustaba vivir en sitios inhabitables.

Cuando quiso darse cuenta, estaba frente a una casa algo destrozada. Era la única con luz en su interior y un sujeto salió dando voces y chillidos. Eric lo miró y se fijó en el cartel del local. Era una taberna. Intentó mirar por la ventana, pero estaba completamente empañado como para ver nada con claridad. Cerró los ojos y olisqueó el ambiente, pero solo consiguió helarse los bello de la nariz. Entretanto, algunos de sus compañeros hablaban con el hombre, y pudieron entrar en ella.

—No ser así, Zuko —dijo Eric en voz alta—. Con este frío una buena jarra de vino templado ayuda a nivelar la temperatura. Además, si venir gente del castillo lo mejor es no parecer marines, ¿cierto? Ser sospechoso gente en una taberna sin beber alcohol.

Dicho aquello, se acercó al hombre.

—Deme una jarra de su mejor vino —Y le dio una brusca palmadita en la espalda—. Y ponga varias raciones de su mejor vianda.
Azumane Aoi
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Sáb 10 Ago 2019 - 18:49}

Aoi entró con paso apresurado a la taberna y emitió un ruidito de alivio al notar el calorcillo del interior. Se quitó la capa y los guantes y los dejó con cuidado sobre una de las banquetas de la barra, al tiempo que inspeccionaba el local.

Las ventanas estaban tapiadas con trozos de madera, el suelo estaba sucio, algunas mesas del local estaban tiradas y alguien había cometido la herejía de romper botellas llenas de alcohol, ya que sus restos mortales descansaban en el suelo al otro lado de la barra.
Todo indicaba que algún tipo de reyerta había tenido lugar allí. Probablemente alguien había venido a sobornar o coaccionar al tabernero para abandonar aquel lugar, y él se había negado y había sufrido las consecuencias.

—¿Plástico? -repitió la muchacha, que estaba prestando atención solo a medias. Aquella palabra captó su interés y se sentó en una de las sillas para escuchar atentamente al hombre-. ¿Un toro de plástico? -inquirió, ladeando la cabeza sin comprender. Aquello no tenía sentido.

Aoi se cruzó de brazos y frunció el ceño al tiempo que exprimía sus neuronas, intentando encontrarle sentido a algo de lo que había dicho el señor. Un castillo que aparecía de la noche a la mañana, con ladrillos de plástico, y un toro de plástico...
Desde luego, al enemigo le gustaba mucho el plástico.

La muchacha se levantó dispuesta a echar un ojo a las bebidas espirituosas que no se habían roto, pero se deprimió al instante con las palabras de su superior. Ya bastante era que le prohibiesen el alcohol durante el entrenamiento, ¿pero en las misiones también? ¿Qué clase de malas personas eran los marines? No estaba del todo segura si quería juntarse con ese tipo de gente...
Pero entonces el capitán Zor-El dijo algo que tenía muchísimo más sentido.

—¡Eso, eso! -convino Aoi-. ¡Nada como alcohol calentito para calentar el cuerpo! ¡Así no tendremos frío cuando salgamos! ¿Podemos compartir? -le preguntó al capitán, mientras el hombre desaparecía para ir a las cocinas en busca de lo pedido-. El alcohol me refiero. Porque no debería beberme una botella entera yo sola estando de misión... ¿No? -inquirió, confusa ahora con el desarrollo de los acontecimientos.

El tabernero volvió con una jarra de vino tinto humeante y unos cuantos platos de comida que no parecían muy elaborados, pero Aoi había comido cosas peores. Aoi se sirvió vino en un vaso y miró con cara culpable al vicealmirante para luego apartar la mirada y dar un trago al alcohol. Pudo notar cómo el vino calentaba su garganta y bajaba hasta su estómago. Tenía un sabor un tanto dulzón para su gusto, pero llevaba semanas sin tomar una gota de alcohol así que le supo a gloria.
Esbozó una sonrisa de felicidad y se abrazó al vaso.
No necesitaba nada más, su vida estaba completa de nuevo.
Kenzo Nakajima
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Dom 11 Ago 2019 - 18:15}

El Vicealmirante tomó el relevo del brazos largos y continuó tratando de tranquilizar al alterado aldeano, quien al reconocer el atuendo del líder de la brigada explicó lo que sabía sobre el castillo y sus habitantes y declaró que no tenía ninguna intención de abandonar su hogar aunque eso significara su muerte. Su espíritu era encomiable, eso había que reconocerlo.

La verdad era que la extraña fortificación que había aparecido en aquella isla de un día para otro no parecía natural ni muchísimo menos. Las sospechas de Kenzo, y probablemente también las de sus compañeros, orientaban hacia una posibilidad muy concreta: las habilidades de alguna fruta del diablo desconocida. En cuanto al apodo del líder de los forajidos… no lo había oído nunca, pero sonaba a que se trataba de un tipo de constitución robusta. Salvo que fuese un epíteto irónico, claro, aunque no era propio de un señor del crimen que se refiriesen a él de manera irónica.

Cuando el Vicealmirante dio permiso para que pidiesen algo de comida y bebida para coger fuerzas antes de la misión Kenzo estaba seguro de que no era consciente de lo que había hecho. El siempre serio y formal en su trabajo Zuko no había tenido en cuenta que entre sus hombres se hallaba el pendenciero Eric, él mismo, o una novata cuyo expediente dejaba entrever un gran potencial pero un dudoso sentido de la responsabilidad.

Así que cuando, pese a la prohibición expresa de su líder, el salvaje pidió una jarra de vino para compartir entre quienes quisieran unírsele, el espadachín no se sorprendió lo más mínimo. Celebrando la desobediencia de su amigo, cogió un vaso y lo llenó del dulce licor.

- No sea soso, Vicealmirante. Brindar por el éxito de una misión siempre da buena suerte, y un par de copas no hacen daño a nadie. – Manifestó el Comandante mientras guiñaba un ojo a su superior. Acto seguido levantó su vaso y esperó a que todos los demás decidieran si querían ser partícipes o no de aquella milenaria tradición para a continuación proclamar:

- Por los Justice Riders, la justicia, y el éxito en la captura de “El Toro” y sus hombres, vivos o muertos.

Ingirió de un trago todo el contenido de su vaso y se sirvió otro con el que acompañar las viandas que iban a ser su fuente de energía de cara al peligroso cometido que debían llevar a cabo. Y una vez hubiesen terminado de comer y beber se dispondría a abandonar el local junto a sus compañeros, acariciando el mango de sus espadas mientras caminaba. Probablemente no pasaría mucho tiempo hasta que comenzasen a derramar sangre.
Iulio
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Vie 16 Ago 2019 - 0:32}

«Sí, claro», me dije al escuchar las palabras de Kenzo. No porque no estuviera de acuerdo con ellas, no. De hecho, en otras condiciones las hubiera suscrito una por una. Sin embargo, la situación apuntaba a que llevar a cabo la función del Gobierno Mundial implicaría trabajo por mi parte, y ese hecho ya no me gustaba tanto.

Refunfuñando por lo bajo, acomodé el paso hasta situarme junto a Kayn. Entonces, el grito de aquel condenado tipo me sobresaltó y cerca estuvo de conseguir que me esfumase de allí. ¿A qué demonios había venido aquello? Lancé un rápido vistazo al mudo, consciente de que era incapaz de identificarse o tranquilizar al sujeto. No obstante, los demás no tardaron en aplacar los ánimos y conseguir que se relajase.

Mi trasero ya había encontrado su sitio hacía un buen rato cuando el vicealmirante confirmó que podíamos ponernos cómodos. Un taburete de tres patas ocupaba un sitio privilegiado en la estancia: suficientemente alejado de todos para poder esparcirme libremente y suficientemente cerca para seguir de cerca el transcurso de los acontecimiento.

—Un castillo de plástico que surge de la nada no puede significar nada bueno —pensé en voz alta, sabiendo que mi comentario poco o nada aportaba a lo que los demás conocían. En cuanto al nombre del causante de tanto alboroto, estaba seguro de que ninguno de mis compañeros esperaría que le reconociese antes que ellos; mi conocimiento de los criminales que asolaban los mares dejaba mucho que desear en demasiadas ocasiones, por desgracia—. No sé qué deberíamos esperar de esto, pero más nos valdría andar con pies de plomo.

Y culminando mi reflexión, extendí la mano en cuanto uno de los allí presentes pasó junto a mí con dos jarras de vino. Sonreí haciendo gala de toda la simpatía que me sentía capaz de derrochar y la alcé en su dirección en señal de agradecimiento. Si algo tenía claro, era que había pocas cosas que una disculpa o una reluciente hilera de dientes no pudiera resolver.

Me levanté al fin, aproximándome un instante a la ventana para contemplar el exterior por el delgado resquicio que nuestro anfitrión no había tapado del todo. Las criaturas... ¿cuál era su nombre? ¡Laphan! Los laphan continuaban moviéndose en la lejanía, como si esperasen a que alguien les diese su premio. Tal vez aquellas bestias pudiesen darnos problemas antes de lo que me habría gustado.

Con la intranquilidad aún rondando en mi mente, me di la vuelta al escuchar el reclamo de mis compañeros. Mi jarra chocó con las otras antes de dar un trago con el que cerca estuve de ingerir todo el contenido. Si no tenía otra opción más que ir hacia ese condenado castillo de plástico, al menos podría hacerlo tras haber entrado en calor.
Kayn Blackthorn
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Dom 8 Sep 2019 - 23:30}

Un suspiro de alivio escapó de los labios de Kayn en cuanto el vicealmirante y el resto de sus compañeros lograron apaciguar al anciano. Se puso en pie con calma, no sin antes asegurarse de que Cappuccino se encontrase en plenas condiciones. Un leve «perou» fue más que suficiente para indicar al moreno que su pequeño amiguito estaba bien, aunque el nerviosismo era patente en él. No podía culparle. Su corazón aún iba a mil por hora a causa del reciente disparo.

El sargento sería el último en entrar al local, echando un rápido vistazo a los alrededores para cerciorarse de que semejante escándalo no hubiera alertado a personas indeseables. Parecía que hasta las misteriosas criaturas que habían podido vislumbrar entre la arboleda habían tomado cierta distancia del lugar. Una vez dentro, sintió la agradable calidez del interior de la sala, en claro contraste con sus heladas facciones. Tan solo necesitaba un buen plato de comida, un aluvión de mantas y una buena chimenea frente a la que beber un buen tazón de infusión para sentirse como en casa. Pero no, estaban de servicio y no podía permitirse semejantes distracciones. A no ser...

«Oh, vamos», masculló para sus adentros al ver cómo, tras la explicación del dueño del local, todos sus compañeros habían malinterpretado —adrede o no— la orden del vicealmirante de conseguir provisiones para la expedición. Por el contrario, lo que se habían dispuesto a hacer antes de que el dragón pudiera poner la más mínima pega, fue darse al bebercio como si les fuera la vida en ello o como si aquella fuera a ser su última bebida. «Bien pensado, podría serlo perfectamente. Aunque el hecho de ponerse a beber tan solo incrementa las posibilidades de que ocurra». No le sorprendía en absoluto que el instigador de aquella rebeldía fuera el shandian de la brigada. Eric tenía una particular relación de tira y afloja con Zuko, un extraño equilibrio de poder que a ratos rozaba la insubordinación, pero que se compensaba con eficacia, un ímpetu desmedido y la capacidad de mantener la moral alta en todo el escuadrón. Al principio le había costado asimilarlo, pero ya formaba parte de su día a día bajo las órdenes del vicealmirante.

La mirada del sargento se dirigió hacia la del oficial, buscando la suya, encogiéndose ligeramente de hombros y negando con la cabeza. Era casi como si estuviera diciéndole que no tenían remedio, pero que quizá no debía darle demasiada importancia.

Por su parte, Kayn decidió seguir las órdenes al pie de la letra, como marine ejemplar que era, y tan solo se abasteció de unas pocas raciones de comida que solicitó al anciano gracias a la ayuda de Cappuccino, así como de un pequeño refrigerio no alcohólico para mitigar su sed. Alzó su vaso en silencio —¿Acaso podía hacerlo de otro modo?— como contribución al espontaneo brindis y aguardó a que se finalizasen los preparativos, no muy lejos de donde se encontraba Iulio.

Tras unos leves gestos, el pequeño perouquito transmitió las palabras de su dueño.

—Y porque nosotros no corramos su misma suerte, ¡perou! —finalizó el brindis, antes de ofrecerle un trocito de comida al ave.
Hamlet
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Lun 9 Sep 2019 - 3:39}

En cuanto aquel hombre se hubo calmado, la puerta del establecimiento quedó abierta, permitiéndonos pasar al -menos frío, si cabe- interior. Antes de entrar, dediqué una mirada de advertencia al paisano. Podía arriesgarse a ser multado con una sanción administrativa si seguía ondeando su arma de fuego como si de un estandarte se tratase.

Mis camaradas no dudaron en pasar y acomodarse en las mesas de la taberna, mientras el Vicealmirante siguió haciendo las preguntas pertinentes. La acústica del lugar no era demasiado mala, por lo que no tuve que mantenerme junto a mi superior. En su lugar, decidí sentarme junto al resto de mis compañeros, aunque no pronuncié palabra alguna. Iniciar una conversación era algo que se me daba mal. De todos modos, no parecían muy afines a mí, con la posible excepción de Nakajima.

Me mantuve atento al testimonio del posadero, que parecía confirmar que la naturaleza real de los eventos podía deberse al uso de una habilidad de las Frutas del Diablo. Cada vez conocía a más gente que empleaba tales poderes; sin ir más lejos, la cadete y yo éramos los únicos tripulantes de la brigada que carecíamos de estas aptitudes que yo no terminaba de comprender.

Aunque procuré mantenerme atento a la explicación, Zor-El pidió, en tono jocoso, que se sirviera vino, creando un feliz ambiente de jolgorio en la mesa. La novata se llevó rauda uno de los vasos a sus labios, dejando que el licor bañara su garganta, en detrimento de su actitud entusiasta. Nakajima demostró no ser tan parecido a mí, puesto que hizo lo mismo, y hasta propuso un brindis por la flota. Cornelius hizo lo mismo mientras nos recomendaba precaución.

No obstante, Kayn demostró nuevamente su entrega completa a la Justicia, dándome alas para hacer lo mismo y consiguiendo que mi aprecio por el sargento aumentara. Tras ver su gesto, relajé el ceño y le miré con aprobación. Mientras se está de servicio, un auténtico defensor de la Justicia no puede permitir que sus sentidos y su juicio queden nublados. Ya habría tiempo de celebrar, aunque no sabía si lo haría. Aún no estaba demasiado animado como para hacerlo.

Realicé un gesto con la cabeza a Kayn, indicando que saldría de la posada y dejaría el brindis a mis compañeros. El hedor a alcohol barato me traía malos recuerdos, por lo que prefería salir a tomar el aire. Al cruzar de nuevo el umbral de la taberna, volví a ser recibido por el viento frío e intenso, que se clavaba en todo su cuerpo hasta llegar al hueso. Aun así, este ambiente me resultaba más relajante. Dejé escapar con mis exhalaciones el vaho por la boca, observando como se perdía en el aire.  

Mi mirada perdida pronto captó algo fuera de lo normal. Apartándome del edificio, eché a andar por la nieve hasta llegar al lugar que había visto. En mitad de una explanada cubierta por la nieve, que parecía tratarse de algún tipo de placita de la aldea, unas huellas se dirigían al interior de la isla. Quizás no me hubiera sorprendido tanto de no ser por la profundidad de las pisadas: el hueco que dejaban en la escarcha era notablemente profundo. Al compararlo con las marcas de mis propios pasos confirmé mi hipótesis. Aquel ser pesaba mucho más que un humano medio. Y que yo recordara, no había visto montura o res alguna en el pueblo. Algo de notable tamaño había pasado por la aldea y se dirigía hacia las montañas.

Por la forma de la huella, pude deducir que se trataba de un pie descalzo, aunque también podría tratarse del de alguna bestia que yo desconocía. Además, la nieve podía haber modificado la forma de la pisada, por lo que no podría estar completamente seguro de qué tipo de bestia sería.

Pensé en seguir el rastro, pero me detuve, pensando en mis compañeros. Cierto era que aún poseía en mi haber el Den Den Mushi de Kenzo, pero no era sabio dejar el lugar en solitario. Y, sin embargo, volví a llevar mi mirada al intrincado laberinto de escarpadas cordilleras. Si perdía algo de tiempo, facilitaría que el ser en cuestión se perdiera en las brumosas montañas.

Sacudí la cabeza, intentando eliminar todo rastro de duda, y emprendí la marcha hacia los montes, mientras el gélido viento revolvía mis cabellos. A veces, uno necesitaba cometer insensateces. Y algunas de tales insensateces podían resultar útiles.


Última edición por Hamlet el Dom 27 Oct 2019 - 13:19, editado 1 vez
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Lun 9 Sep 2019 - 17:23}

La frustración del dragón frente a los comportamientos exhibidos por parte de la brigada no fue visible en su rostro, aunque si lo fue en el hecho de que su mano fue dirigida al bolsillo donde sacó una pequeña caja de parches de nicotina. Sacó uno y se lo pegó en la mejilla en el mismo instante en que Eric pidió el vino. Un segundo parche en el pómulo en el momento en que Aoi se unió. Un tercero en la frente cuando Kenzo decidió acompañarles, e iba a ponerse un cuarto en la otra mejilla cuando parecía que Kayn y Wyrm le apoyaban. Calmando así sus nervios y ganas de coger un cigarrillo, guardó de nuevo la caja de parches y suspiró.

Al tabernero parecía hacerle gracia la situación. Puede que incluso la encontrase nostálgica. Cuando se hubo asegurado de que todo el mundo había cogido provisiones, pagó al tabernero más un pequeño extra por las molestías causadas, y salió por la puerta poniéndose los guantes de nuevo, esperando que lo siguieran. Se dio cuenta entonces de que Wyrm, que había salido un poco antes, no estaba fuera. Buscó su presencia y notó como se alejaba.

"Supongo que habrá visto algo... Confío en él, sabrá arreglárselas."

—Chicos, vamos a subir la montaña —dijo justo antes de mirar a Eric, sabiendo que lo que le iba a decir le iba a molestar bastante—. Capitán, no puedes pelear hasta que lleguemos a lo más alto. No importa lo que nos ataque por el camino, sean laphan o piratas, te limitarás a esquivar y dejar que otro los derribe por ti. Uno solo de tus ataques podría resultar en una reacción en cadena de vibraciones que provocaría un alud y nos enterrarías vivos. ¿Está claro?

Entonces empezó a caminar hacia el monte, esperando que lo siguieran. El camino era empinado y escarpado, con muchas rocas y algún que otro árbol sobreviviendo a la nevada y el empinado terreno. A su alrededor había varios ruidos del crujir de la nieve, siendo sus orígenes un enorme conejo blanco del tamaño de un oso cuyo pelaje se confundía con el suelo. Las criaturas se limitaban a mirarlos, en silencio, como si no quisieran atacarlos hasta que hiciesen un movimiento brusco. El dragón chasqueó la lengua. No le gustaba combatir con animales que lo único que hacían era defender su territorio, así que procuró ignorarlos, esperando que no los viesen como una amenaza y los dejasen marchar, aunque expectante a cualquier ataque que pudiesen provocar.
Eric Zor-El
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Lun 9 Sep 2019 - 19:11}

El dulce néctar de la uva que fabricaban en el mar azul, pese a lo que otros muchos opinaban, era la mejor creación del mundo junto al ascensor. El líquido descendió por el gaznate de Eric a un ritmo abismal, otorgándole un estado de felicidad y un regocijo solo equiparable a una buena barbacoa al aire libre.

—¿Estás seguro de que no quieres, mudito? —le dijo, ofreciéndole la botella, pero recibiendo una mirada que no le gustó nada—. No me mires así, que da calor.

El sargento Kayn nunca quería salir a beber ni jugar con él. Le caía bien, pero, en ocasiones, se sentía rechazado y no le gustaba. No tenía malas intenciones, podía leerlo en su cara, aunque no terminaba de entender como era capaz de comprender, de cierta forma, a su compañero.

El vicealmirante alzó la voz, pero él solo podía fijarse en las pegatinas que tenía en distintos y extraños papeles adhesivos por su cuerpo. ¿Por qué se las ponía? ¿Sería algo así como medallas personales? ¿Alguna especie de tratamiento médico? ¿¡ESTARÍA ENFERMO!? Era una de tantas preguntas que se cuestionó en su cabeza. Y entonces, Zuko se dirigió a él.

—No ser justo —se quejó, frunciendo el entrecejo—. Pero comprendo. Nada de vibraciones ni golpes fuertes. Mi entender —Sacó del poncho una de su caja de cerillas, prendió una y volvió a encenderse la pipa—. Hasta más ver, posadero.

Fue el último en salir, yendo al final del grupo, observando todo. Estaban rodeado de animales salvajes, algunos pacíficos, mientras que otros tenían intenciones depredadoras. Había ratas blancas gigantes, mirándolos fijamente mientras avanzaban.

—Su carne debe ser sabrosa —comentó Eric, entre calada y calada—. Antes de irnos podríamos cazar uno.

Y los conejos empezaron a correr hacia el lado opuesto a la montaña. Iban en bandada, a toda velocidad, bordeándonos y alejándose de allí rápidamente. De pronto, todo comenzó a temblar durante un instante, unos cortos diez segundos que se hicieron eternos.

—Yo no haber sido —dijo en voz alta, levantando las manos.

Y en la lejanía, una ola blanca empezó comenzó a ir hacia ellos.

“O’kklao Tumplayi” —maldijo para sus adentros.

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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Mar 10 Sep 2019 - 18:38}

Pese a que Kayn y Wyrm decidieron no tomar alcohol la brigada brindó por el inicio de una nueva misión que, esperaban, resultase exitosa. El Vicealmirante, por su parte, parecía más nervioso a cada segundo que pasaba. Kenzo, acostumbrado a la vida ambulante de artista de circo y criado entre fumadores, conocía perfectamente los parches que su superior se estaba poniendo compulsivamente. Aquel comportamiento delataba a un hasta hace poco fumador empedernido que estaba poniéndose tan nervioso que corría serio peligro de retomar su vicio.

Por suerte pronto pareció relajarse ligeramente. La salida de Wyrm del local sin mediar palabra pilló a todos por sorpresa, pero no pasó mucho tiempo hasta que Zuko propuso seguirle. Eso sí, no sin antes aconsejar a Eric no emplear sus poderosos ataques sísmicos hasta haber alcanzado la cima debido al altísimo riesgo de provocar desprendimientos y, por lo tanto, aludes.

Cuando apenas habían comenzado a ascender la ladera de la montaña vieron a lo lejos lo que parecía un enorme conejo blanco de tamaño superior al de un oso. El brazos largos no había visto jamás un animal similar, pero por sus características dedujo que lo más probable era que fuese autóctono del lugar. Las palabras de Eric sobre su posible sabor y utilidad como alimento le resultaron graciosas. Él no era una persona que tuviese especial cariño o preocupación por los animales, pues los consideraba meros instrumentos del ser humano, ya fuese como alimento, vestido, montura o de cualquier otro modo, pero la voracidad del salvaje resultaba en cierto modo chocante. Sus raíces, al provenir de una cultura realmente arcaica, hacían que casi lo único que le interesase fuese comer, beber y pelear. Simple, pero sin duda acompañado de muchas menos preocupaciones que las que aquejaban al común de las personas.

En ese instante aparecieron más conejos corriendo hacia ellos, y el que habían visto antes se unió a ellos. Pasaron de largo sin mostrar el menor interés en la presencia de los marines de tal forma que hacía pensar que huían de algo. Y acto seguido lo sintieron. Una poderosa vibración en la tierra durante unos segundos, similar a la que un ataque de Eric podría provocar. El salvaje, no obstante, había hecho caso de su superior y parecía tan sorprendido como los demás.

No había tiempo para preguntarse qué habría pasado, pues una ola blanca se dirigía ladera abajo hacia ellos. En cuanto la vio venir, el espadachín dejó que su cuerpo mutara y creciera hasta convertirse en el de una gigantesca araña. Instó a Kayn a que se subiera sobre su cuerpo mientras gritaba a su superior:

- ¡Vicealmirante, usted proteja a Zor-El! ¡Iulio puede cuidarse solo y yo me encargo de Kayn!

Así, si su compañero accedía a subirse sobre él, el Comandante buscaría el saliente de roca de mayor tamaño que encontrase en las proximidades y se colocaría bajo él. Allí ataría a Kayn a la cara inferior de la roca con sus telarañas, para acto seguido asegurar su posición escupiendo otra telaraña. Así podrían aguardar a que el alud pasase. Aunque aún le asaltaba una pregunta: ¿dónde estaría Wyrm? Esperaba que, en caso de que el alud pudiese alcanzar también su posición, lograra mantenerse a salvo.

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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Sáb 14 Sep 2019 - 17:23}

La dulce culpabilidad del vino bañó las entrañas de la muchacha y alivió la tensión de su estómago. Si bien se sentía mal por haber caído en la tentación del alcohol a pesar de las advertencias de su jefe, el sentimiento de vergüenza no tardó en desaparecer al ver que la mayor parte de sus compañeros se unían a ella y el Señor Habla Raro, al que ya consideraba su mejor camarada en la Marina.

Zuko parecía extremadamente tenso, así que Aoi apuró el vaso de vino caliente para empezar a empaquetar las provisiones en su mochila, y pronto se unió a los demás de camino al exterior de la taberna.
Una vez fuera, la joven miró a ambos lados con el ceño fruncido y comenzó a contar cabezas.
Faltaba alguien.

El albino parecía haber desaparecido, pero ninguno de sus compañeros estaba preocupado al respecto, así que siguió a los demás al tiempo que se convencía a sí misma de que si se perdía nadie iría a buscarla, por lo que era mejor mantenerse cerca del grupo.

Al tiempo que se aventuraban en el interior de la isla y se abrían paso por varios centímetros de nieve formando un caminito pintoresco ladera arriba, podían ver a los animales de la zona correteando a sus flancos, alejándose de ellos o mirándolos con pinta agresiva. Quizá estaban traspasando el territorio de esos conejos gigantes que los observaban con cara de pocos amigos al verlos pasar.

El Señor Habla Raro tenía otra perspectiva sobre el asunto, más centrada en la supervivencia y las necesidades básicas.

—O quizá están muy musculosos debajo de toda esa capa de pelo. ¿Te imaginas? Culturistas peluditos cuquis -se rió más para sí misma que para los demás. Los conejos semejaron tomarse mal tal comentario porque echaron a correr en dirección opuesta a Aoi, como huyendo de ella-. Oh, no pretendía ofenderlos... -se entristeció.

Aoi se salió del camino que los de delante iban haciendo en la nieve y dio un paso dubitativo en dirección a los conejos gigantes, sintiendo el impulso de perseguirlos y, al clavar su bota en la nieve blanca y sin alterar de su izquierda, el suelo comenzó a temblar. La alcohólica entendió aquello como una señal de la naturaleza indicativa de que no se saliese del caminito prefabricado para no enfadar a la madre naturaleza, pero pronto se dio cuenta de que aquello era absurdo. ¡La madre naturaleza no se enfadaría porque ella pisase la nieve, porque estaba hibernando!

No, aquello era un alud. Toneladas de nieve que se habían desprendido de un punto más alto de la montaña y se derramaban a toda velocidad por la ladera, en su dirección. Si no se movían, la nieve los engulliría y los arrastraría hasta haber saciado su sed de sangre.
Pero Aoi no podía moverse con soltura llevando aquellos zapatones pesados en los pies. Y el frío tampoco otorgaba flexibilidad a sus músculos, que estaban ligeramente atrofiados por la temperatura.

La joven comenzó a repasar su vida y esbozó una ligera sonrisa apacible, pensando que había vivido una buena vida, aunque no fuese muy larga, y aceptando su final con resignación. Solo le gustaría haber podido viajar más...

El vendas la distrajo de su momento Buddha al transformarse en una criatura gigantesca, peluda y con muchas patas.

La alcohólica lo observó con ojos como platos, paralizada por la sorpresa.
Todos parecían desesperados por salir de la trayectoria del alud, y se esforzaban por alejarse de aquel lugar con la mayor rapidez que le permitían sus extremidades. Podía oír a alguien increpando su nombre a gritos, pero Aoi se quedó allí plantada, ignorando los acontecimientos a su alrededor, sin poder apartar la vista de la araña gigantesca en la que se había convertido su compañero.
Debía ser una araña al menos, porque estaba creando una especie de tela de araña. Creando tela de araña... ¿De dónde la sacaría? ¿Sería capaz de expulsar tela de araña en su forma humana? ¿Era acaso un monstruo que podía adoptar forma humana, o un humano que podía adoptar la forma de un monstruo? No, no, definitivamente era lo primero. ¡Por eso se cubría con vendas! Porque su transformación a humano no era del todo convincente, y aquel era el único modo de pasar desapercibido. ¡Seguro que tenía el cuerpo entero cubierto de pelo!
¿Y lanzaba telas de araña por la retaguardia? Mejor mantenerse alejada de su trasero...
¿De dónde saldría aquella criatura? ¿Podría hacerse amiga suya? ¡Quería hacerse amiga suya! El Vendas parecía un poco soso pero había hecho un brindis, lo que lo situaba como alguien majo automáticamente, y ahora además se transformaba en una criatura molona, gigante, peluda, maravillosa.
Aoi se imaginó a sí misma subida sobre aquella criatura mientras la araña se desplazaba a toda velocidad por una pradera llena de flores en un día soleado, los dos riendo como idiotas...
Ah, las posibilidades...

Pero, espera... ¡el alud! ¡La nieve se le venía encima! ¡No había tiempo para soñar despierta!
Empezó a patear el suelo con desesperación, intentando activar el mecanismo de propulsión de sus botas. Pero debían tener nieve u otra cosa obturando el motor, porque no parecían funcionar.

Alguien la agarró por la cintura entonces, se la puso al hombro y la sacó de la trayectoria del alud por la fuerza.

Una vez la conmoción pasó, el ruido amainó y la nieve dejó de pasar por el lugar donde habían estado unos segundos antes, Aoi fijó sus ojos de nuevo en la araña y, todavía subida al hombro de su compañero, completamente maravillada y con chiribitas en los ojos, exclamó:

—¡El Vendas! ¡Es un monstruo peludo! ¡Cómo mola! -seguidamente se tapó la boca con ambas manos, dándose cuenta de que estaba gritando mucho y podía provocar otro alud.
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Dom 15 Sep 2019 - 14:11}

—Esos bichos ponen la misma que cara que Kenzo cuando ve un pirata —comenté distraídamente, encogiéndome en un vano intento por refugiarme lo máximo posible en el interior de mi túnica. No soportaba tanto frío. Tampoco sabía cuántas veces me había quejado ya, pero no cabía duda de que eran insuficientes; siempre lo serían.

Cada uno cargaba con parte de las provisiones mientras que yo, haciendo gala de mi talento innato, me las había ingeniado para transportar lo mínimo y necesario. Esto se traducía en que debía mantener un perfil bajo, pues cualquier salida de tono podía causar que el vicealmirante reparase en mí y, en consecuencia, que me ordenase asumir más carga. Siempre cabía la posibilidad de que tuviéramos algo de suerte, de que el camino que tenía que llevarnos hasta el condenado castillo fuese tranquilo y sin incidencias. Una vez arriba no había reproche posible.

«No puede ser», me dije, observando el grisáceo y malhumorado manto de nubes que nos observaba desde las alturas. ¿Quién demonios había allí arriba, que parecía existir únicamente para hacerme la vida imposible. Todo temblaba a mi alrededor. Los conejos vigoréxicos habían puesto pies en polvorosa, pues sabían que lo que se les venía encima estaba completamente fuera de su control.

¿Y nosotros? Bueno, mis compañeros no habían tardado en comenzar a moverse. Órdenes volaban de un lado a otro mientras cada uno de los marines se las ingeniaba para protegerse de la nieve. Yo, completamente quieto en medio del alboroto, observaba cómo la inmensa ola blanca avanzaba sin misericordia hacia mí. No pretendía engullirme, no. Mi existencia era demasiado insignificante como para que semejante coloso de la naturaleza reparase en ella. La imagen era de lo más intimidatorio que había presenciado en mi vida y, por qué no admitirlo, estaba asustado.

***

Oscuridad y frío. Allí no había nada más. Aguardaba hasta que cesase el ruido, pues sabía que mientras aquello durase salir era un inútil gasto de energía. Y cuando todo pareció volver a la calma, mi cuerpo brilló al completo varios metros por debajo del manto de nieve. La luz fue proyectada hacia las alturas como un rayo de luz de las dimensiones de una persona, abriéndome un camino por el que subí tras asumir mi forma elemental.

—Cada vez me gusta menos este sitio —maldije.
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Lun 30 Sep 2019 - 4:42}

A cada paso me quedaba más claro, por la profundidad de las pisadas, que o bien la persona a la que seguía cargaba con algo, o era de un tamaño y peso anormales. No obstante, la neblina y los copos de nieve que flotaban en el aire golpeando mi cara según avanzaba evitaban que viera al fugitivo.

Más de una vez pensé en dar la vuelta o usar el den den mushi para avisar a mis compañeros. Quizás estaba dando demasiada importancia a algo que no la merecía. Este cúmulo de inseguridades pobló mi mente, desconcentrándome más veces de las que me gustaría admitir, pero llegué a la conclusión de que estaba haciendo lo que debía. Y no habría nada que se interpusiese entre mi objetivo y yo.

Esa determinación no duró mucho. La tierra comenzó a temblar, y aunque no hubiera crecido en una isla invernal, era medianamente consciente de lo que estaba a punto de suceder.

"Un alud" pensé. "Maldita sea mi suerte".

Conservando poco de mi dignidad, empecé a correr de forma aparatosa -a causa de la abundante nieve-, emitiendo un corto grito que revelaría a cualquier persona cerca lo asustado que estaba por la avalancha. La nieve, en cambio, era bastante más rápida que yo. Tan pronto giré la cabeza en dirección a la zona en la que se estaba produciendo el temblor, reparé en el gigantesco desprendimiento de nieve que se acercaba veloz y preligrosamente a mí.

Poco tiempo tuve para reaccionar, y correr sirvió de poco. En pocos segundos, aquella tormenta de escarcha me arrolló, haciendo que mi cuerpo se torciera en ángulos imposibles mientras se sumergía en la materia helada. Revolcado por la nieve, pronto perdí la orientación, y acabé arrastrado como un pelele ladera abajo.

Minutos después, parecía que la avalancha había finalizado. Me costaba respirar y lo veía todo blanco. Por otra parte, el cuerpo me dolía horrores. No me esperaba que esto pudiera sucederme. No lo creía posible. ¿Acaso Zor-El había estado haciendo de las suyas una vez más?

Con más voluntad que fuerza, ignoré el dolor en mis articulaciones y emergí del manto nevado que cubría la tierra, escupiendo todo aquello que se había colado en mi boca. La neblina seguía siendo bastante tupida, pero aún podía presenciar el panorama general de la isla, solo para darme cuenta de que no era nada halagüeño. Los troncos secos y montículos de piedra que había utilizado para orientarme habían quedado sepultados bajo la escarcha, y no veía nada reconocible a mi alrededor. Estaba perdido.

Fue entonces cuando, casualmente, mis oídos dejaron de pitar solo para percibir un ruido: pisadas. Giré la cabeza en dirección al sonido y observé aquella figura por primera vez: la silueta de un hombre de enorme tamaño que cargaba a sus espaldas un objeto determinado. Parecía que también había sido afectado por el alud, puesto que renqueaba de forma evidente. Podía distinguir desde la distancia que nos separaba que seguía alejándose de mí, como si supiera adónde ir.

"Bueno, bueno" me dije para mis adentros. "Pero si es el maldito alpinista".

Impulsándome con las piernas, me elevé hasta que la nieve solo alcanzara mis rodillas, y me dispuse a seguir a aquel sospechoso tipo. Al menos la pista había sido útil.

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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Vie 4 Oct 2019 - 16:40}

—Oh no. No no no no no. ¡No!

La nieve se acercaba, enterrando todo a su paso. El vicealmirante se giró rapidamente y dio un fuerte salto hacia adelante, justo donde estaba Aoi. La agarró por la cintura y la cargó al hombro a la par que se transformaba en un dragón humanoide de casi cuatro metros de alto que batía sus extensas alas. Voló por encima de Eric, justo para cogerle del poncho con una de sus patas traseras. Observó desde lo alto como la nieve ya había engullido todo. Sus ojos, que en ese momento eran como los de un reptil y lo que antes era blanco ahora era negro, se movieron por el lugar hasta que se aseguró que todo el mundo estaba bien. Empezó a descender y dejó a ambos marines con delicadeza sobre el nuevo suelo de nieve. Entonces por fin aterrizó y su aspecto volvió a ser el de antes.

—¿Algún herido? —preguntó, siendo interrumpido por un rugido a su espalda.

Se giró para ver a un gran número de aquellos enormes conejos que los miraban. Uno de ellos, al frente de todos, era el doble de grande que los demás, tenía una cicatriz en el ojo y le faltaba una oreja. Zuko frunció el ceño. Seguramente pensarían que ellos habían provocado el alud. Como si no tuviesen ya suficientes problemas. El dragón volvió a girarse para mirar a su grupo, esperando a ver si uno decía estar herido, pero otro rugido sonó a su espalda.

"Como sigan así provocarán otro alud..." —pensó, girándose de nuevo.

El grande estaba corriendo hacia él, feroz y cabreado. Sus poderosas patas hacían ruido al chocar con la nieve. El vicealmirante lo miró, sin moverse un ápice. La bestia llego hasta él, alzó su mano llena de garras y se dispuso a atacar. El dragón clavó la mirada en la bestia, pensando únicamente que no tenían tiempo para esto. Fue como si el tiempo se congelase durante un instante. La bestia se quedó quieta, con el brazo alzado, y sus ojos se volvieron blancos. Cayó al suelo en seco, desmayada. Zuko chasqueó la lengua y pasó a su lado, indicando a los marines que le siguiesen.

Aquello era algo que había notado que podía hacer desde el incidente de la aguja. Tras su recuperación había efectuado misiones menores o algún que otro entrenamiento, y sin que el dragón tuviese control alguno sobre ello, había momentos en los que sus enemigos más débiles caían desmayados ante su presencia o actuaban aterrados ante la misma. Había pasado de nuevo. Tenía que saber que era aquello, sin duda, pero aquel no era el momento de pararse a investigarlo.

El resto de laphan parecieron comprender el mensaje y se apartaron de su camino, formando un pasillo para que pasaran los marines, aunque no dejaron de observarlos ni un segundo. Finalmente llegaron a lo que parecía el final de su camino: una pared. Sabía que las montañas de aquella isla eran tan empinadas que bien podrían llamarse verticales. Se giró para mirar a sus subordinados y entonces señaló hacia el cielo con un dedo.

—Nuestro objetivo, el castillo, está allí arriba. No puedo subiros volando a todos, me temo. En mi forma completa seré un reptil en un ambiente helado, creo que me desmayaría antes de subir unos diez metros. Cuando me transformé en mi forma híbrida antes ya me sentía un poco débil, como si me estuviera congelando. No creo que sea buena idea... Habrá que trepar. Kenzo, creo que eres la persona que más fácil lo tiene, si lo que sé sobre las arañas no es erróneo. Creo que puedes subir a un par de personas contigo. Con mi capacidad física puedo trepar yo mismo y además llevar a una persona agarrada a mi espalda. Iulio... ¿Puedes llegar hasta ahí arriba convertido en luz, no? Sube el primero, escóndete y cuéntame que ves.

"Te escucharé" —añadió estableciendo la conexión mental con Iulio en ese momento.

—Kayn, Eric y Aoi. Vosotros sois la carga. Dos con Kenzo, uno conmigo. Elegid, araña o dragón.
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Vie 4 Oct 2019 - 17:58}

Eric se disponía a coger como un saco de patatas a su protegida Aoi, cuando alguien había osado agarrar su poncho y elevarlo hacia los cielos. La gigantesca ola blanca de agua congelada avanzaba a gran velocidad, mientras él ascendía más y más, pero nuevamente bajó hacia tierra firme. Aquello que le agarró fue Zuko, su superior, sin embargo, que una avalancha de nieve estuviera a punto de enterrarlos vivos no era una excusa para poner sus sucias garras sobre su poncho. El salvaje estaba mosqueado.

—Nadie tocar poncho de Eric —le dijo, señalando con un dedo acusador a Zuko—. Nadie. Yo valer por mí mismo —Y se cruzó de brazos, gruñendo como un animal.

Una sensación extraña que no había percibido desde la última gran guerra de la gente que el denominaba del mar azul ocupó todo el lugar. Era un sensación sobrecogedora e intimidante, y procedía del vicealmirante. “¿Desde cuándo es capaz de usar el poder de los ancestros?”, se preguntó con asombro mientras recibía órdenes.

—¿Trepar? ¿Tú estar loco? —discrepó Eric—. ¿A cuánto estar? ¿cinco, seis abajo cero? ¿Y cuánto medir? ¿Tres, cuatro M’akkits? —inquirió, recordando como en la aguja muchos de los herederos del poder de los antiguos dioses animales podían usar sus alas únicamente—. ¿Y no poder usar solo alas para subir? Así frío hacer menos daño en cuerpo reencarnado de la gran diosa salamandra.

Tras ello, el heredero de los Zor-El golpeó con su pie derecho el aire y comenzó a caminar por él. A ojo, más o menos, la altura de aquel macizo nevado era de unos cuatro kilómetros, una distancia que, con un clima normal, podía ser capaz de recorrer hasta la cima en apenas un par de minutos, tal vez menos. Esa no era la primera vez que pisaba aquel maldito infierno helado, y hubiese apostado su poncho a que no iba a ser la última, así que sabía que las montañas de Drum eran conocidas por ser rocosas y tener diversos salientes.  ¿Pero serían resistente para apoyarse si se cansaba de subir? Eso era otra cuestión.

Pasito a pasito, ¿o seria saltito a saltito?, fue elevándose rápidamente hasta la cima de la montaña, donde se encontraba el castillo. De vez en cuando miraba a sus compañeros, mientras se preocupaba que tal estaría Iulio que iba a subir el primero. Entonces, de la nada, un barril de madera comenzó a caer hacia abajo. Era tan grande que en su interior hubieran cabido tres personas de gran estatura. Rápidamente, concentró energía en su puño con la intención de lanzar una onda de choque, pero se detuvo y dejó la energía concentrada en su mano. De haberla lanzado, seguramente habría caído un nuevo alud nieve hacia sus compañeros, así que se elevó con más fuerza y la golpeó con el dorso de la mano, haciendo un movimiento de dentro hacia afuera para enviarlo lejos de allí.

—¡Creo que saber que estamos aquí! ¡Yo adelantar! —dijo, aumentando la fuerza que usaba en sus zancadas para elevarse más y más hasta llegar a la cima.

Una vez allí no había nadie.
Iulio
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Lun 7 Oct 2019 - 13:43}

Los laphan eran muchos y muy grandes, incluso demasiado, y parecían haber depositado toda su atención en nosotros. Desde el primer momento había dado por hecho que encontraríamos problemas en aquella condenada isla, pero jamás hubiese imaginado que nuestro primer oponente sería una horda de conejos con caras de pocos amigos. Sin embargo, antes de que el conflicto diese comienzo una fría sensación amordazó mis huesos. No, no era frío; de eso ya había tenido bastante. Era algo diferente.

Y súbitamente, el animal que parecía llevar la voz cantante se desplomó. «Uno menos», me dije, contento porque nuestro primer problema parecía haberse solventado solo o, al menos, sin que fuese necesario sacar las manos del tenue calor que proporcionaba mi túnica.

Reanudamos la marcha, alcanzando una inconmensurable y vertical pared de hielo y nieve. El punto más alto era indistinguible desde nuestra posición, pero todas las informaciones señalaban que el castillo al que nos dirigíamos se encontraba allí. Para los intrusos, invasores o lo que fuesen debía haber supuesto el mismo esfuerzo llegar que para nosotros. ¿En qué cabeza cabía establecerse en un lugar tan elevado? Maldiciendo por lo bajo, escuché la orden directa del vicealmirante antes de tratar de contemplar la oculta cima.

—Pues ahora nos vemos —musité antes de asumir mi forma elemental. El capitán Zor-El ya había comenzado su peculiar —y exasperantemente lento— ascenso cuando rebasé su posición. Sin embargo, cuando llegué a mi destino no encontré nada. Mis pies reposaban sobre la nieve, pero una densa bruma impedía ver demasiado lejos.

Unos pesados pasos llamaron mi atención. Pude apreciar los contornos de unos cuerpos de tamaño más que considerable. Se desplazaban con pesadez y cansancio, arrastrando junto a ellos lo que parecía ser un barril. Murmuraban algo incomprensible mientras se dirigían hacia el borde del abismo. Y lo dejaron caer.

—Por aquí no se ve demasiado —comenté en mi fuero interno—. La neblina es muy densa y apenas puedo ver con claridad a un metro de mí, pero puedo distinguir dos... ¿hombres? ¿criaturas? No sé, pero deben medir unos cuatro metros. No puedo decirlo con exactitud. Acaban de lanzar un barril al vacío... y ahí van dos más. Lo hacen con mucha tranquilidad, como si tirasen la basura —informé, contemplando cómo más parejas repetían la acción ejecutada por la primera.
Kenzo Nakajima
Comandante
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Dom 20 Oct 2019 - 12:48}

- Es cierto, Vicealmirante. - Contestó el espadachín con vehemencia. - Ahora que el alud ha cesado podría trepar hasta la cima cargando con dos personas sin ningún problema. Eso si, si nos encontramos con enemigos debo decir que soy mucho menos diestro combatiendo en esta forma que cuando tengo acceso a mis espadas, así que esperemos que el ascenso sea tranquilo.

Al ver que Eric comenzaba a ascender por su cuenta Kenzo miró nuevamente a Zuko y dijo:

- Ya que yo puedo transformarme y seguir vivo, creo que debería encargarme de llevar tanto a Kayn como a la nueva recluta. Además así en caso de amenaza usted estará completamente libre para lidiar con ella. - Acto seguido, manteniendo aún al mudo sobre su cuerpo, se acercó a la chica, que parecía realmente impresionada por su transformación. - Recluta, ¿subes? Al Vicealmirante no le sienta demasiado bien el frío, así que es mejor que sea yo quien te lleve hasta la cima. Tendrás que compartir espacio con Kayn, pero no te preocupes, no muerde.

Una vez la recluta hubo subido a su grupa el Comandante inició la escalada. Esta transcurrió sin incidencias hasta pasado un buen trecho. Pero cuando habían subido poco más de la mitad de la montaña pudo ver cómo lo que parecía un barril se dirigía hacia ellos. Eric, ligeramente más adelantado, lo destrozó, pero pronto empezaron a caer más. Sin duda habían sido descubiertos, y aquel era el recibimiento otorgado por sus enemigos. El salvaje aceleró el paso y se distanció de ellos, tratando de alcanzar la cima cuanto antes. Kenzo, mientras tanto, redujo el paso.

- ¡Agarráos bien! - Advirtió a sus dos pasajeros. - Voy a intentar esquivar los barriles de forma lo menos brusca posible, pero habrá movimientos peligrosos y no quiero que os caigais.

En ese momento uno de los barriles se acercaba peligrosamente a su cabeza, y la araña estiró las patas lo más que pudo para alejar su cuerpo de la ladera. El proyectil pasó bajo su cuerpo sin rozarle, aunque no por demasiado margen. Tal vez en la próxima ocasión no sería capaz de evitarlo, poniendo en riesgo su vida y las de sus dos compañeros. Tenía que avisar a su superior:

- ¡Vicealmirante, no puedo moverme con toda la libertad que quisiera llevando dos pasajeros, necesito que intercepte los barriles que se dirijan hacia nosotros!
Azumane Aoi
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {Miér 23 Oct 2019 - 18:16}

—La araña habla -sonreía la novata, totalmente entretenida con lo que sucedía a su alrededor.

El vicealmirante la había salvado por los pelos de una posible muerte, y una probable hipotermia, pero la muchacha no parecía en absoluto preocupada o afectada por lo sucedido, ya que su mente estaba totalmente ocupada entre el vicealmirante con alitas, su compañero la araña gigante, el rubito que parecía estar hecho de luz y su amigo el salvaje que parecía ser capaz de volar a base de saltitos.

No había conocido nunca a gente tan pintoresca, y no iba a dejar que la situación de emergencia le impidiese disfrutar al máximo aquella experiencia única en la vida. El único que parecía más... "normal", si es que esa palabra tenía algún significado real, era el mudito quemado. Si bien resultaba curioso que un pajarillo hablase por él, no parecía llamar la atención de ninguna otra manera. Había tenido que ser rescatado al igual que ella, y no había mostrado ninguna habilidad especial. ¿Sería novato también? Quizá no se adquirían poderes especiales hasta haber ascendido un poco en la jerarquía, o eso creía Aoi.

Tampoco tenía mucho tiempo para reflexionar sobre el asunto, porque la araña gigante le estaba hablando. La araña gigante. La araña estaba abriendo sus fauces de araña y de lo más profundo de su garganta salía una voz de persona. Si le contase aquello a cualquiera de los borrachos locales de su taberna favorita en Ba Sing Se, se caerían de la silla de la risa.

La alcohólica soltó una risita nerviosa involuntaria.

—¡Sí, por supuesto! Yo me subo a tu... chepa peluda sin problemas.

A continuación se encaramó sobre el tórax del arácnido gigante e intentó acomodarse dentro de lo posible, junto al mudo y su pajarillo. La teoría de que el mudito era novato y no había obtenido poderes todavía porque necesitaba ascender se solidificaba en su cerebro con cada segundo que pasaba.

Aoi se sujetó a los gruesos pelos que cubrían al arácnido por todas partes y se agazapó ligeramente al tiempo que comenzaba la ascensión, con intención de no resbalar sin querer y no caerse.

—¿Oye y lo del pájaro como funciona? -le preguntó al mudo, con intención de entablar conversación-. ¿Tenéis una conexión telepática que le permite decir lo que estás pensando o es simplemente un pájaro muy listo que dice lo que le da la gana y hace creer a todo el mundo que lo que él dice lo estás diciendo tú? No, espera... ¡No hay manera de saberlo con seguridad! Porque si el pájaro dice lo que quiere, entonces simplemente tiene que decir que eso es mentira y hace las veces de traductor...

Aoi dirigió una mirada de desconfianza al pajarillo, que se escondía en el abrigo de su compañero humano.

—No me fío un pelo de ti, criaturilla...

La araña se vio obligada a hacer un movimiento brusco entonces, y Aoi se vio obligada a agarrarse con más fuerza para no salir disparada. Desvió su atención del pájaro y el quemado y se dio entonces cuenta de que alguien estaba... ¿lanzando barriles por una ventana?

La chica se echó a reír, encontrando la situación graciosa.

—Parece que quieren jugar con nosotros -comentó, encantada-.¡Esquivar el barril! 3, 2, 1... Staaaaaaartttt! -exclamó, casi ordenándole a su superior, Kenzo, que accediese al juego. Pero la araña decidió hacer lo razonable y pedirle ayuda al vicealmirante para librarse de los barriles.

Aoi se habría cruzado de brazos de no haber tenido que sujetarse al arácnido con fuerza, para acompañar al mohín de enfado que se había dibujado en su rostro.

Aquellos marines no eran nada divertidos... Y demasiado racionales.

Gracias a aquella estrategia, no tardaron demasiado en llegar a la cima. Aunque, por supuesto, ya habían sido descubiertos.
Y tenían compañía.
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[Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo Empty Re: [Justice Riders] Asalto al castillo espontáneo {}

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