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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Vie 17 Ene 2020 - 21:48}

El mundo empezaba a darle vueltas y todo parecía exageradamente gracioso, incluso esa mesa que no era más interesante que las baldosas del suelo. Tenía los ojos medio caídos, entrecerrados, y la nariz enrojecida como el típico vagabundo de pueblo que se la pasa borracho. Se sentía extrañamente fuerte, como si fuera capaz de cualquier cosa. Incluso de beber una copa más. Quizás dos. Miró decepcionada la botella vacía. Justo cuando había decidido que era buena idea beber, el alcohol se había acabado. Maravilloso. Sin embargo, vio un rayo de esperanza cuando su acompañante sacó de entre sus prendas la botella de bourbon que se había robado del restaurante. Intentaría quitársela, no para llenar su copa y beber decentemente como a su madre le hubiera gustado, sino que la acercaría a su boca y empezaría a bajar el whisky como la pirata que era. Solo se detuvo cuando la garganta no dejaba de arderle y sentía que en cualquier momento vomitaría lo que había comido la semana anterior.

—¿Hay algún problema con que lo sea? —respondió la pregunta de Ivan a la defensiva, apuntando al vampiro con la botella de whisky como si fuera una espada, sin darse cuenta de que el licor empezaba a derramarse sobre el suelo—. ¡Madre mía, lo que me has hecho hacer! —le culpó al reparar en lo que estaba haciendo y luego le dio otro sorbo. Mala idea. A estas alturas ya era imposible que no se le trabase la lengua al hablar—. Supongo que alguna vez he querido tener sexo, pero no sé. Todo lo que hago es entrenar y estudiar, entrenar y estudiar. Casi me da gusto no tener tías que pregunten: «¿Y? ¿Para cuándo el novio? Mira que se te está pasando la edad». Estúpidas señoras, agradezco que estén bien muertas. —De pronto, sus ojos se volvieron a humedecer y su rostro esbozó un puchero—. ¿Será que no soy guapa…? No, imposible, ya les gustaría a esas perras plásticas tener el cuerpo que yo tengo. Soy perfecta, ¿a que sí, Ivan?

No había notado lo cerca que estaban, podía sentir el olor que desprendía, una mezcla perfecta entre sangre y alcohol. Sintió un retorcijón en el estómago y por pura fuerza de voluntad reprimió las ganas de disparar todo lo que tenía dentro. No alcanzó a responder las comprometedoras palabras de Ivan, que la dejaron boquiabierta, impresionada, impactada. ¿Lo mejor que le había pasado en años? Su corazón dio un respingo. Pero no fue lo único que el vampiro activó en ella. Cuando sus labios estaban a punto de tocarse por primera vez, Katharina expulsó brutalmente todo lo de la cena. Un chorro caldoso, caliente y apestoso salió de su boca. «¡Maldita sea! ¡No puede ser!», pensó, sintiéndose una estúpida, una verdadera cerda. Y las ganas de vomitar no se le pasaban, así que se llevó las manos a la boca, intentando aguantar, y corrió hacia la baranda del balcón para terminar lo que había empezado. Sin embargo, estaba mareada y apenas tenía control sobre su propio cuerpo, tanto que, al asomar la cabeza al vacío para sentirse mejor, su cuerpo se fue hacia delante y cayó del balcón.
Ivan Markov
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Vie 17 Ene 2020 - 22:23}

Hay olores que son demasiado intensos. La clase de estímulos sensoriales capaces de hacer que el estómago se revuelva y, en algunas situaciones, expulse todo su contenido. Recibir una buena dosis de vómito en mitad de la boca es una de esas posibilidades. Pero cuando además se tiene un olfato y gustos especialmente agudos, capaces de percibir con mayor detalle las más leves variaciones, el desastre está servido. Ivan casi habría sido capaz de decir con detalle qué había cenado Katharina, es decir, si no fuese porque al momento escupió, y totalmente saturado por la desagradable sensación, se apoyó sobre sus rodillas y vomitó una amalgama de licor, bilis y carne y calamar a medio digerir. Cuando estaba acabando, la potente mezcla de olores acudió a su nariz a facilitarle la tarea, y con una segunda arcada siguió vaciando su estómago.

- Joder Kath, se avisa primero... - se incorporó con las rodillas temblando - ¿Kath?

Por un momento pensó que lo había dejado plantado, es decir, le acababa de rechazar de la manera menos elegante que había recibido en su vida. Eso fue hasta que un sonido bastante llamativo, así por especular sonaba a alguien vomitando en plena caída libre, llegó desde el balcón. Asomó la cabeza y vio a la bruja bastante abajo. Ya habría recorrido un cuarto de la altura del rascacielos - ¡Joder! - su piel comenzó a volverse mucho más pálida, mientras se subía al balcón. Los colmillos se le alargaron y sus ojos se volvieron de color dorado - Esto me pasa por beber con alguien que no sabe cuándo parar - espetó, antes de lanzarse al vacío y comenzar a levitar a toda velocidad hacia ella. Habiendo pasado a su forma completa, se despejó al momento. Toda la niebla del alcohol que había empañado su juicio se desvaneció, haciéndole consciente de todo lo estúpido de la situación. Y especial y dolorosamente consciente de lo mal que olía ahora su terraza. El viento silbaba en sus oídos con fuerza mientras descendía, tan rápido que le costaba mantener la vista fija en ella.

Estuvo a punto de pasarse, pero logró disminuir la velocidad hasta ponerse a su mismo ritmo a su altura. Maniobró para colocarse bien y la rodeó con los brazos y comenzó a frenar suavemente... hasta que se llevó una patada en la cara. No había podido agarrarla en condiciones y la tenía bocaabajo. Por el susto frenó de golpe, lo que tuvo consecuencias poco agradables. El sonido de las arcadas le hizo arrugar la nariz, con el estómago revolviéndosele por momentos. Ni siquiera había sabido que era posible tener esa sensación siendo un vampiro. Con un suspiro la agarró bien, sujetándola entre sus brazos - Intenta avisar si vas a vomitar de nuevo. Menudo susto me has dado, chica. Poco más y me quedo sin capitana - dijo con una risa suave, casi un siseo. Tras eso comenzó el viaje de retorno, bastante más lento para evitar inconvenientes.

Una vez en la terraza, decidió evitar la "zona cero" y entrar directamente levitando en la suite. Tal y como estaba tras aquello esa chica, dudaba que tuviera el cuerpo para seguir en pie, menos aún para seguir la marcha. Entró en la habitación con ella en brazos y la depositó suavemente sobre la cama - Creo que va a ser mejor que descanses por hoy. Si necesitas cualquier cosa, da un grito - dudaba que estuviera en condiciones ni para gritar, pero si ocurría algo la escucharía. Se aseguró de ponerla cerca del borde y de lado, para que si vomitase lo hiciera en el suelo, y a continuación le pasó la sábana por encima. En menudo jaleo se había metido. Conteniendo una risa, salió de la habitación y arrimó la puerta. Se dirigió al den den mushi de la habitación y descolgó:

- ¿Servicio de habitaciones? Necesito una limpieza urgente en mi terraza. Estoy en la suite imperial.

Tras eso se dirigió a la terraza tapándose la nariz y recuperó su chaqueta. Por suerte no estaba manchada, pero había cogido algo de olor. Gruñó algo frustrado y sacó un ambientador de pino de un armario, y lo colgó de la chaqueta. Tras eso cogió su petaca de sangre, una copa y se sentó en la sala. Esperaría a que estuviera seguro de que Katharina estaba ya dormida y bien y luego pasaría a forma humana a "dormir la mona" en el sofá. Escuchó desde ahí el ritmo de la respiración de ella, atento a cualquier variación por si se ponía peor. ¿Y si le daba un poco de su sangre? Eso limpiaría el alcohol de su cuerpo. "Lo último que necesita ahora es un chute que le impida dormir. Salvo que se ponga peor evitaré darle nada."
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Dom 19 Ene 2020 - 1:49}

Despertó con un fuerte dolor de cabeza; en cualquier momento le estallaría. Sus labios estaban resecos y había un fétido olor en la habitación que… Espera, provenía de ella misma. Olía a vómito. Poco a poco empezó a recordar lo que había pasado el día anterior, pero aún tenía demasiadas lagunas mentales. Se había encontrado con Ivan y fueron a un restaurante, luego la llevó a la suite del hotel y hablaron un buen rato. Hubo lágrimas y confesiones. Ahora mismo se sentía avergonzada, no podía creer que había llorado frente a otra persona; además había hablado más de la cuenta. Sin embargo, no tenía recuerdos sobre haber vomitado o algo así. Y mientras más luchaba por acordarse, más le dolía la cabeza. Tenía pequeños fragmentos de recuerdos de sí misma zampándose una botella de whisky y cayendo al vacío.

Se levantó de la cama y reparó en el hombre que dormía placenteramente en el sofá. Bueno, que Ivan no hubiese dormido con ella significaba que aún se mantenía pura. Por cuestiones como esa odiaba beber. Se descontrolaba y actuaba como una imbécil. No le despertó, sino que caminó directamente al baño. Tomó una ducha y se vistió con lo primero que encontró: una camiseta blanca que le caía hasta las rodillas. Ya no podía seguir usando esas ropas que olían a mierda. Al menos ahora tenía un aspecto mucho más decente, aunque se estaba muriendo por dentro. Sentía que cualquier movimiento brusco le haría vomitar y, encima, el dolor de cabeza persistía sin intenciones de desaparecer. Necesitaba comida y una buena aspirina para pasar los males. Mientras caminaba de vuelta a la cama recordó un dato muy importante: Ivan Markov era el escritor de «Una historia de verano». Dios, ¿había dormido en la suite de uno de los escritores más importantes del género romántico? Casi parecía un sueño, casi. Y ahí, encima de un mueble de madera, se encontraba el manuscrito de la segunda parte del libro. Lo leería una vez se le pasase la puta jaqueca. También recordaba haber conseguido a su primer compañero de viajes; juntos irían tras Lion D. Émile. Sabía que necesitaba meses de preparación para ejecutar un golpe de tal magnitud, necesitaba un ejército y una fuerza individual incomparable. Tenía unas cuantas ideas en mente, pero no podría plasmarlas en el papel con esa maldita resaca.

Pensó en largarse de la suite sin siquiera despedirse, pero un gesto tan maleducado no era propio de ella. Habían intercambiado sentimientos muy profundos; las cosas habían cambiado mucho en solo una noche. Bueno, eso y que andaba con una puta camiseta para nada elegante. Así que intentaría despertarle con suavidad, moviéndole los hombros.  

—Oye, Ivan, oye. Despierta, vamos. Despierta —le diría al mismo tiempo que lo zarandeaba débilmente—. ¿Por qué desperté oliendo a vómito? ¿Qué es lo que pasó anoche? Me duele muchísimo la cabeza y tengo un montón de lagunas mentales. Por favor, no me digas que me porté como una imbécil.
Ivan Markov
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Dom 19 Ene 2020 - 3:34}

Estaba otra vez ahí. El viento azotaba su pelo, y su cuerpo recuperaba su color natural y el calor de la vida, para luego comenzar a escapársele rápidamente. La hoja atravesaba su pecho, y podía sentir perfectamente la presencia de ella a su espalda. Tan intensa y poderosa. Una llama poderosa como el sol brillando una última vez antes de apagarse. ¿Por qué? ¿Por qué estaba reviviendo aquello? Intentó hablar, pero en su lugar comenzó a toser sangre - Revivirás este momento cada noche - la voz de Iliana sonó difusa, como si llegase a través de agua - De aquí, hasta el fin de tus días, morirás cada anochecer. Sin fuerzas para responder, el pirata cayó de rodillas. Su piel comenzó a cuartearse y deshacerse en polvo, mientras de fondo una cruel risa resonó, llenando cada espacio de su mente.

- Auch... - masculló, haciendo un torpe gesto de apartar a la pirata. Cada zarandeo era como si mil agujas atravesaran su sien, y el estómago se le quejó con un gruñido. Le dolía la cabeza una barbaridad, y le costó enfocar la vista en Katharina - Buenos días a ti también - respondió con voz de dormido. Se frotó los ojos, para descubrir que los tenía húmedos. ¿Había llorado? Maldiciendo internamente se los secó simulando que se frotaba la cara para despejarse y se levantó del sofá gruñendo. Buscó con la mirada sus botas, encontrando sólo la izquierda. Cooper-chan había vuelto a las andadas. Entornó los ojos y se movió torpemente hacia la cocina - No sé tú, pero yo necesito café en grandes cantidades. Y algo con mucha grasa. Las preguntas luego - su voz sonaba cansada y seca, fruto de la resaca y la mala noche. Tenía la impresión de haber soñado algo muy desagradable, que prefería no recordar.

Cogió la cafetera y comenzó a preparar el café, bien cargado. Nada de azúcar ni de leche para él. Mientras el agua se calentaba, sacó de todos modos ambas cosas por si Katharina quería, y las puso en una bandeja. A continuación se acercó al Den Den Mushi de la habitación - ¿Servicio de habitaciones? Suite imperial. Dos menús doce de desayuno, con extra de bacon - colgó sin esperar la respuesta y bostezó ruidosamente mientras volvía a la cocina, caminando tambaleándose. Salvo por el baño, la terraza y la habitación, el resto de la suite era una enorme habitación con una hermosa decoración rococó y totalmente domotizada. Unos cuantos mandos estratégicamente repartidos por la estancia controlaban la ventilación, las ventanas, el equipo de sonido y los electrodomésticos. Justo cuando llegó junto a la cafetera reparó en que estaba casi desnudo, sólo con unos calzoncillos estilo bóxer con un dibujo de los Vindicators, con Scarfguy en el centro. Se miró como atontado, y se volvió hacia Katharina - Perdona. Me has pillado en mal momento. Iré a adecentarme.

Se dirigió a la habitación, donde cogió una muda cómoda, compuesta por un vaquero, una camisa negra y evidentemente ropa interior. Entonces cayó en que Katharina estaba sin ropa para cambiarse. Se paró y se detuvo a pensar en cómo echarle un cable. Bueno, estaba esa posibilidad, pero... qué diablos, si la tenía era para aprovecharla. Se acercó a su maleta, la abrió y sacó un vestido negro, perfectamente doblado y guardado en una funda de plástico. Era elegante a la par que discreto. Nunca se había decidido a tirar la ropa de Iliana y por algún motivo, ¿nostalgia? ¿apego? había acabado llevándose consigo aquel traje. Jamás lo confesaría a nadie, pero en los días más duros, algunas veces lo había sacado de la funda y puesto en la cama a su lado, cerrado los ojos y tratado de oler en busca del aroma de ella, imaginándose que seguía a su lado. Prestar aquel vestido era en parte un paso adelante para él, y al mismo tiempo aunque no fuese a decírselo, una muestra de aprecio hacia Katharina. Antes de salir de la habitación se puso la camisa por encima, y una vez fuera apoyó el traje sobre el sofá.

- Puedes ponerte eso, si quieres. Creo que te servirá - se dirigió hacia el baño - Yo voy a pegarme una ducha rápida. Échale un vistazo a la cafetera y sácala del fuego cuando empiece a silbar. Y si el desayuno llega antes de que salga, para abrir la puerta usa el mando que hay sobre la mesa. El botón rojo - señaló el aparato. Entonces entró en el baño y cerró tras él. Un rápido vistazo al espejo le confirmó dos cosas: que ella ya se había bañado, pues aún estaba húmedo, y que tenía un aspecto horrible. Unas buenas ojeras y una barba incipiente. Con un suspiro cogió la navaja de afeitar y se puso a la labor, sin demasiado cuidado. Por supuesto, cansado como estaba se hizo un par de cortes, a los que respondió con los correspondientes tacos. No pasaba nada de todos modos, se le cerraron casi al momento. A pesar del dolor puntual, hizo un buen trabajo y su piel volvió a quedar impecable. Tras eso se dio una ducha apresurada y se vistió. Por suerte en aquel sitio tenían un aparato maravilloso llamado "secador" que emitía un chorro de aire caliente, así que pudo secarse rápido el pelo antes de salir.

- Ya me siento algo mejor después de esa ducha - declaró - ¿Todo correcto?
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Dom 19 Ene 2020 - 4:33}

La brisa nocturna mecía suavemente sus cabellos despeinados y aún mojados, se encontraba descalza y con los brazos apoyados sobre la baranda del balcón, contemplando distante el mar de luces. Le costaba creer que esa ciudad era gobernada por las mafias y la corrupción; ella podría cambiar el destino de Dark Dome si se lo propusiera. Creó una pequeña llama anaranjada sobre su mano con la que empezó a jugar divertidamente, mientras Ivan llamaba a servicios de habitaciones. ¿En serio había pedido tan poca comida…? Katharina estaba hambrienta y sedienta en partes iguales, ni siquiera la ducha le había hidratado lo suficiente. Así que extinguió el fuego y volvió a la habitación, cogió el Den Den Mushi y pidió la carta completa. Mejor que sobre que falte, ¿no? De alguna forma, era extraño que tuviera un amanecer tan… normal, es decir, hasta hace unos meses solía despertar en medio del mar sin saber cuándo volvería a pisar tierra firme. Descontando la maldita resaca que le mataba por dentro, se sentía raramente bien; esperaba que el sentimiento durase un buen tiempo.

Tomó con ambas manos el vestido negro que su acompañante le había ofrecido, observándolo con sus ojos azules. Era una pieza elegante, lujosa y muy bien diseñada. La falda un tanto ancha estaba compuesta de varias capas, cubriendo sus piernas hasta las rodillas. Tuvo que aplicar algo de magia de transmutación para arreglar el escote, pues le apretaba demasiado y le dificultaba la respiración; esperaba que Ivan no lo notase. Dejaba al descubierto sus fibrosos brazos producto de incontables horas de entrenamiento. Un cinturón doble mantenía firme la pieza, mostrando una hebilla pequeña y de plata. Supuso que Iliana debía ser una mujer delgada y pequeña, más o menos de su estatura. Tenía muchas ganas de conocerla, solo con lo que había escuchado de ella podía decir que tenía un corazón muy fuerte, de lo contrario, no habría podido quitarse la vida tras asesinar a su amante. Era una tragedia digna de hacer novela y tenía muchas ganas de participar en su desenlace.

—Creo que puedo hacer eso —respondió, teniendo muy en cuenta sus nulas habilidades culinarias. No le sorprendería quemar el agua que Ivan estaba hirviendo—, pero no prepararé el café. Creo que ya excedí mi cuota mensual de vómito.

Había captado las instrucciones del vampiro; pan comido. Le echó un vistazo a la habitación mientras Ivan tomaba una ducha —harto que lo necesitaba—, encontrando un tocadiscos muy parecido al que tenía en su viejo apartamento, cuando vivía con su hermana. Era una pieza clásica que pegaba a la perfección con la decoración de la habitación. Había una serie de vinilos dispuestos ordenadamente en la estantería junto al mueble donde estaba el tocadiscos. Revisó los primeros tres y probó suerte con el cuarto. Una aguda nota de violín recorrió el lugar y le siguió la armonía del piano, formando una melodía realmente maravillosa. La música docta era la única que le ponía los vellos de punta, la única que le provocaba tantas sensaciones. Aprovechó que Ivan estaba en el baño para bailar. Sus primeros movimientos fueron tímidos pero fluidos, elegantes. Seguían a la perfección el ritmo de la canción. Poco a poco fue soltándose, dando giros y ejecutando pasos propios del ballet. Ni siquiera se detuvo cuando la cafetera empezó a silbar, sino que la retiró del fuego todavía bailando. Le daba vergüenza bailar frente a otras personas pues se sentía muy presionada a mantener una fachada rígida, seria y dura, pero en la soledad…, en la soledad podía ser ella misma y mandar al diablo las etiquetas. Podía disfrutar del momento sin preocuparse por el qué dirán.

Se frenó de golpe al escuchar las palabras de Ivan; seguramente la había visto. Su rostro poco a poco fue adoptando un color rojo tomate. Esperaba que no soltase ningún comentario vergonzoso. Sabía que era muy buena bailando, pero era algo reservado para su intimidad, un espectáculo destinado únicamente para ella.

—S-Sí, todo en orden… —respondió torpemente, tartamudeando—. ¡Vaya, han traído el desayuno! —agregó inmediatamente tras escuchar el timbre y corrió hacia la puerta.
Ivan Markov
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Dom 19 Ene 2020 - 5:13}

Se le cortó totalmente la respiración al verla. Cada giro hacía que la falda del vestido girase con ella, en perfecta sincronía con sus movimientos y la música. Sus pasos eran medidos y totalmente acordes a la canción, como si más que bailar, estuviera representando con su cuerpo cada nota de los instrumentos. Y sin embargo todos sus gestos destilaban pasión. Se quedó embobado mirándola, por el breve momento en que tuvo el placer de contemplar el espectáculo, hasta que ella reparó en él y se detuvo, rompiendo la magia del momento. Se limitó a asentir, aún confuso y ligeramente turbado, cuando ella fue a abrir la puerta. Entonces reparó en que se le había olvidado usar el mando como le había dicho, y mientras ella se acercaba cogió uno y desbloqueó la cerradura. La otra opción hubiese sido usar la tarjeta de la puerta que él tenía. Rió suavemente al ver la enorme sucesión de carritos de comida que fueron entrando, y se puso a servir el café. Para él, negro como la noche.

- ¿Cómo quieres el café? - preguntó, antes de servirle y llevar la bandeja a la mesa de la sala. Junto con las cosas del desayuno había llevado un pequeño vaso de chupito. En el momento en que los del servicio de habitaciones marcharon, Ivan dio un trago a su café y suspiró, para luego girarse hacia ella - Tengo una pequeña oferta. Estoy seguro de que ahora mismo debes sentirte en la mierda. Puedo ayudarte con eso - mientras hablaba, su piel palideció notoriamente, sus ojos se volvieron dorados y se le alargaron los colmillos. A continuación se llevó la muñeca a la boca y se mordió con fuerza, acercando rápidamente la herida al vaso. Tuvo que hacer presión con el dedo para que saliera sangre suficiente antes de que su cuerpo cerrara la herida.

- Mi sangre puede limpiar el organismo de venenos, toxinas y ayudar a sanar heridas y eliminar el cansancio. Si la bebes, te sentirás como nueva. Pero dado que vas a ser mi capitana, voy a ser totalmente sincero y contarte sus propiedades. Cuando la gente bebe de mi sangre, se beneficia de esas propiedades curativas, sí, pero también afecta a su estado de ánimo. Para darte un ejemplo... - se pasó la mano por el mentón, pensativo - sería como un café especialmente cargado. Eleva los ánimos y da mucha energía a los que la beben. Mucha energía - insistió, remarcando las palabras - Una vez vi a un chaval blandengue levantar una roca del tamaño de mi pecho con una mano tras beber mi sangre. Sin embargo actúa de manera similar a una droga también en otros sentidos. Quienes beben de ella, a menudo luego querrán más. Sin embargo no creo que alguien como tú se enganche fácilmente. Aparte, no te dejaría convertirte en una yonki - dijo, con una sonrisa ligeramente burlona.

Tras eso comenzó a atacar vorazmente al bacon y la bollería, bajando todo con café. Se rellenó unas cuantas veces la taza antes de sentirse saciado y pasarse al chocolate caliente. Una vez estuvo más contento, bajó el ritmo y volvió a mirar a Kath - ¿te gustaría hacer algo por ahí? Hace tiempo que no tengo oportunidad de tomarme un tiempo libre para estar con amigos. Podemos dejar aún unos días de margen antes de terminar mis asuntos pendientes y tomar esta ciudad. Hablando de eso, ¿me ayudarás en esa tarea?
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Dom 19 Ene 2020 - 6:03}

Se olvidó del baile cuando vio aparecer los carritos de comida; aún no podía percibir por completo el aroma de las comidas, pero lo haría una vez quitase la cubierta metálica en forma de cúpula. Su sonrisa era pura luz y sus ojos desprendían un brillo muy intenso, casi transformados en corazones y estrellas al presenciar tantos platillos distintos. Tardó en reaccionar a la pregunta de Ivan, pero finalmente se volteó hacia él y adoptó una postura pensativa, cuestionándose a sí misma su gusto por el café. La verdad, siempre había preferido las bebidas dulces, como el chocolate caliente, pero suponía que bastaría con unas siete cucharaditas de azúcar. Jamás se preocuparía por la diabetes o enfermedades similares. Si bien el maná era alimentado principalmente por la fuerza de voluntad, la magnitud del espíritu, una buena alimentación era fundamental para mantener el cuerpo sano y fuerte; la magia consumía demasiada energía física y espiritual. Sin embargo, como Katharina comía tantísimo podía conjurar un centenar de hechizos antes de caer completamente agotada. Bueno, eso creía ella, la verdad es que jamás había llegado a una situación tan extrema.

Tras responder la pregunta del vampiro escuchó medio atenta el resto de sus palabras. Estaba demasiado concentrada devorando esos exquisitos bollos rellenos de manjar espolvoreados a la perfección. Los poderes de Ivan eran impresionantes e incluso ella envidiaba una regeneración como esa, es decir, sus cortes sanaban casi al instante. Los rasgos que adoptaba el cuerpo del pirata cuando pasaba de una transformación a otra eran llamativos, interesantes, aunque prefería que sus ojos fuesen rojos en vez de dorados. En todo caso, no era muy agradable verle llenar de sangre la copa mientras ella comía. Sonrió genuinamente al término de la propuesta de Ivan, declinándola con un suave gesto de cabeza. Acto seguido, cerró los ojos y segundos después su cuerpo se vio envuelto en una luz dorada que alivió por completo el dolor de cabeza. Se sentía una estúpida por no haberlo hecho nada más despertar. Quizás la comida había activado el resto de sus neuronas.

—Eres muy amable, pero creo que la sangre no entra en mis bebidas favoritas —respondió mucho más viva que hace unos minutos. Lucía relajada, ya no miraba con desprecio ni fruncía el ceño a cada segundo—. Siento rechazar tu propuesta luego de que te hayas sacado sangre, pero conozco unos trucos muy útiles. —Le dio un sorbo a la taza de café y miró a Ivan—. Probablemente sepas algo de mis poderes, después de todo, trabajamos juntos hace ya muchos años. Tras la muerte de mamá heredé los poderes de la magi magi no mi, un tipo de paramecia único. Con la magia puedo hacer casi cualquier cosa que me proponga, aunque hay límites que incluso mi habilidad no puede romper. —En lo que tarda un parpadeo creó una estaca de hielo y la transmutó en una hermosa flor con cada uno de sus detalles—. Me tomaría todo el día hablarte sobre lo que puedo hacer con mis poderes, pero digamos que controlo los elementos básicos, ya sabes: aire, fuego, hielo y tierra. Ahora que somos compañeros, creo que es importante que estés al tanto sobre mis poderes.

Dejó la rosa de hielo en la mesa y de un mordisco hizo desaparecer tres panqueques rellenos de mermelada de fresa. Vació la taza de café y la rellenó.

—Si conoces algún lugar interesante podríamos ir; no es necesario que sea elegante ni lujoso, de hecho, me conformaría con visitar un parque —contestó y luego posó los ojos sobre el vampiro—. ¿Qué clase de capitana sería si no te ayudo en esto? Cuenta con mi espada, Ivan. No es que quiera colaborar indirectamente con los planes de Émile, pero entiendo tu situación y es importante que no levantes sospechas. No puede enterarse de que planeamos ir tras él; aún nos hacen falta un ejército, barco y aliados antes de hacer nuestra primera jugada.
Ivan Markov
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Dom 19 Ene 2020 - 6:38}

Aquella chica era un pozo sin fondo. El podía ser goloso y glotón, pero Katharina se llevaba la palma. De una sentada hizo desaparecer tres tostadas bien cargadas al mismo tiempo, para a continuación volver a dedicar su atención al café. Ivan se encogió de hombros y cogió su vasito, volviendo a beber su sangre. Si no iba a ser aprovechada, mejor dentro que fuera. Tras eso volvió a su forma humana, retornando a la normalidad - La cuestión ya no es sólo acerca de los planes de Émile. Si conquisto esta ciudad tendremos una base, un lugar donde reclutar un ejército y una flota. Es cierto que tendremos al enemigo en casa, pero eso también implica que podremos hacer que sepa lo que queramos. Engañarle - hizo una pausa para beber un trago de su café - Y Dark Dome destaca por su tecnología. Imagínate aparecer a las puertas de Émile con una flota de barcos de acero haciendo llover fuego sobre sus anticuadas naves de madera. Además, somos piratas rumbo del Nuevo Mundo. Mientras seamos discretos, podemos hacer colar nuestros movimientos por intenciones de hacernos fuertes al otro lado de la Red Line. Tal vez incluso podríamos conquistar otra isla allí.

Con un par de gruñidos, Cooper-chan se acercó a la mesa y observó esperanzado los manjares en esta, meneando el rabo alegremente. El pirata sonrió al cerdito y le palmeó el lomo cariñosamente - ¿tienes hambre, bicho? - Cooper-chan se relamió como respuesta, y gruñó ruidosamente. Ivan cogió un cacho de tostada y se lo acercó. El animalejo meneó el hocico, olfateando, y se acercó esperanzado. Entonces con un veloz movimiento, el vampiro cogió al cerdo y lo lanzó contra uno de los sillones. Este chilló en el aire y tras estamparse sobre un cojín soltó un par de airados gruñidos - Si quieres comer, devuélveme mi bota izquierda, cazurro - espetó, frunciendo el ceño. El cerdito se bajó de un salto de la silla y se alejó hacia una esquina de la habitación. Ivan suspiró pesadamente - Le tengo cariño, pero a veces es una pesadilla. Lo peor es que el cabrón me entiende cuando hablo, pero la mitad de las veces me ignora - le confío a Kath en un susurro.

Finalmente el puerco volvió con la bota entre las fauces, depositándola a los pies de Ivan. Este se encogió de hombros, cogió una bandeja vacía y puso una mezcla de diferentes restos del desayuno (excepto bacon, no era un monstruo) y se la puso delante al cerdo, que se gruñió animadamente mientras daba buena cuenta de la comida. Bastante más recompuesto tras rehidratarse y llenar el estómago, Ivan se levantó y se desperezó estirándose - Bien, vamos a ese parque. Supongo que ya lo habrás visto, pero tenemos el sitio perfecto. Hay uno en la ciudad, bastante grande. Ah, una cosa. Nunca entro a pie en el hotel, siempre salgo por la ventana. La gente no tiende a mirar hacia el cielo, y tengo maneras de evitar llamar la atención. Además tengo comprobado que es más difícil que te sigan la pista cuando te marchas volando y tienes rascacielos tras los que perder a la gente. A lo que quiero ir es que nadie sabe que me alojo aquí, salvo tú. Ni siquiera los del hotel saben mi verdadero nombre, y pago una buena suma para que se respete mi intimidad. Así pues - sonrió burlonamente y le tendió la mano con una reverencia - ¿Tendréis la cortesía de concederme este vuelo?
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Dom 19 Ene 2020 - 7:35}

Hace un par de años habría sido impensable la posibilidad de conquistar una isla del Paraíso, pero ahora…, ahora era posible. Lo normal sería contar con un ejército, pero creía tener la fuerza suficiente para hacerlo por sí sola. Aún no estaba convencida de usar Dark Dome como base principal, pero mientras no tuvieran otro lugar tampoco es que hubiera opciones. Tampoco centraría toda su futura fuerza en un solo lugar, mucho menos en una isla que, en principio, estaría repartida entre Ivan y el enemigo. Sería demasiado llamativo y, si Émile era inteligente, seguramente pondría espías en Dark Dome. A pesar de tener prisionera a Iliana aún existía la posibilidad de que Ivan se rebelase en un intento de recuperarla. En fin, era demasiado pronto para hablar de ello cuando aún no habían hecho nada. En todo caso Katharina tenía unas cuantas ideas en mente que pondría a prueba en cualquier momento.

Le gustaban los animales, sí, y le hubiera tomado más atención al cerdo que apareció realmente de la nada de no ser por toda la comida que había sobre la mesa. Sin embargo, no pudo evitar fruncir el ceño cuando Ivan lo mandó a volar contra el sillón. Esa no era forma de tratar a un animalito, mucho menos a uno tan tierno. Su opinión cambió cuando le vio alimentarlo, reparando en el detalle de no darle bacon. Al menos no había convertido al puerquito en caníbal; bien ahí. Luego de devorar todos los menús, uno por uno, sintió que las energías volvían a su cuerpo. La cabeza ya no le dolía ni sentía asco en el estómago; había vuelto a la normalidad.

—Me parece bien que seas precavido, así evitas muchos problemas innecesarios —respondió algo desconcentrada—. Conmigo tu secreto está a salvo, no te preocupes. Usaré aerolíneas Markov una vez más.

Si bien estaba acostumbrada a surcar el cielo a altas velocidades, no le agradaba demasiado la sensación de ser poco más que un equipaje. Podía volar por su cuenta y también solía subirse al lomo de Zane cuando se transformaba. Ese sentimiento de libertad no tenía precio, era… maravilloso. Tardaron solo unos pocos minutos en llegar al parque, una gigantesca extensión llena de árboles, matorrales y toda clase de áreas verdes. Los faroles iluminaban tenuemente el sendero adoquinado. Katharina se fijó en el reloj; aún era temprano, razón para que no hubiera tanta gente en el parque.

—Parece una ciudad demasiado tranquila para ser gobernada por mafiosos —comentó sin importarle demasiado si la oían. A pesar de no llevar sus espadas era una luchadora muy hábil—. En algún momento todo esto podrá ser tuyo y lo manejarás a tu conveniencia. Déjame preguntarte algo: ¿cómo es tu ideal de gobernante? ¿Serías justo? ¿Autoritario? ¿Usarías la fuerza o la razón?
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Lun 20 Ene 2020 - 3:26}

El vuelo hacia el parque fue corto y rápido. A diferencia de la noche anterior no perdió tiempo en admirar la ciudad desde los cielos, sino que, tras convertir su chaqueta en capa y envolver a ambos en ella, activó la capacidad mimética de su ropa y realizaron un trayecto bastante directo. Los horarios de la ciudad eran un poco anárquicos, pero aún así se mantenían unos horarios de "noche" y "día" de cara a las jornadas laborales, pese a que uno podía encontrar establecimientos abiertos casi todo el día. Debido a que era el equivalente a la mañana (y de hecho fuera de la isla, lo era), el parque estaba bastante vacío. Tras depositar a Katharina en el suelo y caminar un par de pasos respondió - La tranquilidad de estos días es una farsa. Hay mucha tensión entre las familias. Hace unas semanas exterminé una de las organizaciones de la ciudad, y es sólo cuestión de tiempo antes de que alguien intente reclamar el territorio sin dueño y los demás le salten al cuello. - Aún sentía un ligero malestar. Siempre se había preguntado por qué, si podía regenerar heridas en segundos, la resaca seguía durándole tanto. En fin, no era médico para responder a esa pregunta.

En cambio la que le hizo Katharina sí podía responderla, aunque no sin antes pensarlo. No se había parado a pensar sus planes para la ciudad, no desde hacía mucho tiempo. A decir verdad todo lo que quería era una base donde poder obtener una fuente estable de recursos, hombres y donde su debilidad personal estuviera permanentemente anulada. En un pasado había tenido más planes, pero su situación había cambiado mucho desde el primer momento en que la isla captó su interés. Se cruzó de brazos y pensó con detenimiento la pregunta antes de dar una respuesta, pues si bien no era su principal interés personal, sí que le concedía la importancia que realmente tenía - Fuerza, razón, ideales... bobadas - negó con la cabeza - Todo lo que quiero es esta isla. Es un lugar ideal para mí, gracias a su noche eterna. Pero más aún, tiene una gran cantidad de gente y una sociedad mucho más avanzada que en la mayor parte del mundo. Así que veo la cuestión desde un punto de vista práctico: no tengo interés en dominar a esta gente, mientras me paguen impuestos y pueda instalar mi base aquí, el resto me da igual. Sin embargo hay que mantener el hogar limpio y cuidar del rebaño. Y eso significa que si logro el control, defenderé esta isla de cualquier amenaza. Externa o interna. Como decía, me da igual lo que haga la gente... mientras eso no perjudique a esa isla. Exterminaré el crimen, al menos a nivel superficial. Me da igual que la isla se use de punto para trapicheos, que haya almacenes con armas o cosas así, pero no voy a tolerar que mis calles sean inseguras, maten a mis ciudadanos o que los criminales lleven sus disputas a mis dominios. Es simple - se giró hacia Katharina, serio - Todos bajo mi gobierno serán libres de hacer lo que deseen, mientras eso no enturbie la paz social o el bien común.

Observó a su capitana bajo la luz de las farolas. Parecía tener mucho mejor rostro que antes. Supuso que el desayuno habría ayudado, comer mucho y con mucha grasa siempre le sentaba bien después de una noche de juerga. Además había usado el poder de su akuma cuando rechazó su sangre, y aunque en ese momento no había explicado para qué, supuso que para alguna clase de conjuro curativo. Tal vez sería momento de ir explicándole lo que había ocurrido anoche... aunque sinceramente, si no se acordaba, no pensaba decirle nada del beso fallido y sus explosivas consecuencias. Por otro lado, le preocupaba que la conversación hubiese acabado en palabras al aire. Aunque lo hubiese hecho bajo el influjo del alcohol, no se arrepentía de haberse abierto de esa manera, y le molestaría saber que ella no se acordase de nada - Dime, ¿qué recuerdas de anoche? - preguntó, en un tono falsamente casual.
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Lun 20 Ene 2020 - 4:49}

Suspiró luego de escuchar la respuesta de su acompañante; los ideales no eran ninguna bobada. Una sociedad sin ideales ni valores estaba destinada al fracaso. El Gobierno Mundial, por ejemplo, profesaba cierto tipo de justicia que ni ellos mismos cumplían, y muchos de los grandes países seguían esa idea, ya fuera por conveniencia o convicción. Katharina tenía sus ideales muy claros los cuales, por cierto, no se parecían demasiado a los de Ivan. Al provenir de un sistema feudal-monárquico conocía de primera mano lo que era no ser libre, las decisiones estaban en manos de un solo hombre y daba igual si este era capaz o inepto, su voluntad era incuestionable. La bruja creía que un sistema meritocrático ayudaría al mundo en general, donde solo los más hábiles y aptos se encargasen de dirigir al resto. Y había una cuestión muy importante que jamás toleraría en un gobierno: hipocresía. Si estuviese dispuesta a crear un sistema hipócrita no estaría en contra del Gobierno Mundial. Ahora, le parecía bien que su acompañante al menos velase por la seguridad pública. Mientras su propio nombre estuviera libre de pecado, dejaría que su nuevo compañero dirigiese Dark Dome sin entrometerse; era un hombre inteligente y muy capaz, sabría cómo lidiar con la ciudad. Además, quería ver qué tan bien le iba con eso de darles rienda suelta mientras no enturbiase la paz social.

Si bien había preguntado por mera curiosidad, era importante conocer la forma de pensar de un compañero. Katharina no respondería; a pesar de haber hecho un trato con carga emocional, sentía que era demasiado pronto para seguir revelando detalles de ella. Quizás estaba siendo un poco paranoica, pero la información es poder.

—Recuerdo tu historia con Iliana, haberte hablado de Zane y que me sentía muy mal. Tengo lagunas mentales desde que terminamos la botella de vino —respondió, adoptando una postura pensativa, buscando los recuerdos en el rompecabezas que tenía en la cabeza—. Esperaba que tú me contaras el resto, ¿por qué tengo esta estúpida sensación de haberla cagado? Cuando el alcohol se me sube a la cabeza es como si me convirtiera en otra persona, en serio. No soy muy tolerante y por eso siempre le hago el quite, pero anoche fue una excepción porque, bueno, ahora somos nakamas.

Había muchas cosas por hacer aún para declararle al mundo que Katharina von Steinhell había formado su propia banda pirata. Primero, conseguiría un barco decente; no la mierda de madera en la que navegaba junto a los Arashi. No es por desmerecer, pero un candidato a Emperador del Mar debía tener un barco imponente, uno que representase el corazón de la banda. Al menos así lo creía ella. Segundo, buscaría más compañeros y no solo porque habría puestos de trabajo que ocupar, era más divertido viajar en compañía. Por supuesto, no dejaría que cualquier imbécil se subiera a su barco y usase su bandera, sus compañeros serían elegidos sabiamente. Y le alegraba que el primero de ellos fuese Ivan Markov, quien también sería su segundo al mando.
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Mar 21 Ene 2020 - 2:09}

- Bueno, hagamos memoria. Anoche intentaste ducharme en bourbon sin éxito - alzó un dedo - Luego me gritaste y echaste la culpa de que hubieras derramado el alcohol - levantó el segundo, llevando la cuenta con un retorcido placer - Después agradeciste que tus tías estuvieran muertas, en lo que no me voy a meter. Todos tenemos familiares idiotas. Nunca he soportado al tío Gregor - en el fondo se lo estaba pasando muy bien con aquello. Aunque Katharina le caía bien, no podía dejar pasar una oportunidad tan buena como aquella de tomarle el pelo un poco - Tras eso decidiste que era un buen momento para intentar besarme pero el resultado fue que me vomitaste encima. Finalmente decidiste que era la hora de ir a dar un paseo, pero te olvidaste de que al otro lado del balcón hay una caída de un cuarto de kilómetro. He de decir que tuviste suerte de que te oyera seguir vomitando mientras caías, porque con todo el tema de quitarme el vómito de la cara y vomitar yo también del asco no te había visto tropezar. En fin, te recogí, te metí en cama y eso fue todo.

A veces era un auténtico cabrón. Luego tal vez le contaría que que había intentado besarle era una broma, pero de momento quería ver su reacción. ¿Tal vez fuese en parte su orgullo herido porque le hubiese vomitado en la boca? Era posible. ¿También había que tener en cuenta que le hacía mucha gracia la idea de sacarle los colores? También. Se controló para evitar sonreír y se preparó para la guinda del pastel:

- Pero no te preocupes, aparte del vómito, la intentona, los llantos y el tropezón ha sido todo muy normal. Un viernes noche más.

Esta vez no pudo evitar que una sonrisa asomara a sus labios, y tras un par de segundos comenzó a reírse. Se apoyó sobre las rodillas, totalmente doblado por la risa. En un árbol cercano unos cuantos pájaros alzaron el vuelo asustados - Lo siento, quería ver qué cara ponías. Si te sirve de consuelo, es normal si no estás acostumbrada a beber - se secó una lágrima de risa, aún riendo suavemente - Bebimos demasiado y demasiado rápido. Y tranquila, por mi parte no hay nada mal. He tenido noches mucho más raras, créeme. Y también cometido bastantes más errores de los que pudieras creer estando borracho. Una vez fui derrotado por una estatua - contuvo una risa al recordar el episodio. Había sido en Lvneel, en una de sus primeras correrías. Mientras intentaba perseguir a una gallina, borracho como una cuba, se había metido tal carazo contra el brazo de una estatua que había quedado inconsciente. Para cuando lo encontraron, el dichoso animal había aprovechado la ocasión para cagarle en la cara.

- Ah, y lo del beso era mentira, sólo quería ver si decías algo - sonrió burlonamente.
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Mar 21 Ene 2020 - 7:34}

«Oh, mierda, no puede ser. Tierra trágame, te lo imploro».

Podía creer que hubiera botado algo de alcohol. Correcto, también era posible que le hubiera gritado porque, bueno, cuando se emborrachaba era muy susceptible al enojo. ¿Pero cuánto bebió para hablar de sus tías muertas? Eran las hermanas de su padre desaparecido, las mismas que intentaron quedarse con las tierras del Ducado de Lëxius luego de que lo dieran por muerto. Sin embargo, todas ellas murieron en circunstancias muy extrañas. Era evidente que alguien se las había cargado, pero a la bruja no le quitaba el sueño. Mejor que estuvieran bajo tierra, sucias arpías. Todo cambió estrepitosamente cuando escuchó la parte del beso. Definitivamente no podía estar pasando. ¿Había fallado horriblemente su intento de primer beso vomitándole a Ivan? Quería salir corriendo de allí; no se podía la cara de vergüenza, enrojecida como un tomate. Ni siquiera podía disimularlo porque el resto de su cuerpo era demasiado blanco para pasar desapercibido. Cualquiera que pasase cerca de ella se daría cuenta de lo avergonzada que se sentía. Intentó pedirle disculpas, pero sus palabras se cortaron de golpe. Aún no acababa la historia. Se arrepentía de haber preguntado. ¿Incluso estuvo al borde de un suicido involuntario? Mierda, mierda, mierda. ¿Cómo podía ser tan idiota? «¡Claro, celebremos! ¿Qué es lo peor que puede pasar? Yo misma vomitándole a Ivan y luego cayéndome del balcón. Soy una imbécil».

—Jamás volveré a beber… —arrastró sus palabras con el rostro oculto tras sus manos. Era incapaz de mirar a Ivan a los ojos—. ¿Me perdonas? En serio no quería vomitarte encima… ¡Ay, soy una idiota, lo siento!

Las palabras del vampiro no bastaron para sacarle la vergüenza que sentía. ¿Cómo podía comparar ser derrotado por una estatua con vomitarle encima al hombre que ibas a besar por primera vez? Y, en serio, ¿cómo era eso de que había intentado besarle? Era impropio de ella, pero el alcohol la volvía muy tonta, lanzada, imprudente. Pero cuando se enteró de que todo era una mentira, que en realidad no lo había intentado besar, la vergüenza pasó en un segundo a ser ira.

—Me engañaste… —le susurró sin dejar de mirar la sonrisa burlona de Ivan—. ¡Eres un imbécil! —rugió, ahora enrojecida por la rabia. Era imposible que ella hubiese intentado algo así con alguien. Dominada por la ira, incrustaría las manos en la tierra con la intención de sacar una gigantesca piedra y lanzársela a Ivan—. Joder, ¿desde cuándo soy objeto de burla? Madre mía, esta gente me está perdiendo el respeto… Me retracto —diría a continuación, cruzándose de brazos y mirando hacia el lado opuesto del vampiro—. Ya no te pido perdón, así que bórralo de tu cabeza. Como ese beso que te inventaste, las disculpas ya no existen. ¡Casi me da un paro por la vergüenza, tonto!
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Miér 22 Ene 2020 - 14:15}

Se llevó las manos al estómago, riéndose a carcajadas hasta tal punto que empezaba a faltarle el aire. Hizo un gesto para pedir clemencia, levantando una mano mientras mantenía el otro brazo en su abdomen, cada vez riéndose con menos fuerza. La situación le resultaba demasiado hilarante: la orgullosa y fría Katharina intentando retirar su perdón. Un nuevo ataque de risa le hizo doblarse sobre sí mismo, cuando de repente sintió un fuerte golpe en su cabeza y se desplomó. Por un momento sólo vio la luz artificial de las farolas sobre él, mientras su cuerpo se reponía del golpe. Aturdido, se incorporó con algo de esfuerzo y se llevó la mano a la cabeza, manchándosela de sangre. A pocos metros de él estaba el arma del crimen, una enorme piedra - Au. Eso ha dolido - se levantó sacudiéndose el polvo de encima - Acepto que me lo merecía. Lo siento. Y bueno, tú me has vomitado encima y lanzado una piedra y yo te he gastado una broma. Creo que podemos considerar que estamos a medias.

La brecha de su cabeza se iba cerrando a un ritmo lo bastante elevado como para ser visible. Los tejidos volvían a juntarse y entretejerse, lo que no impedía, dado que estaba en su forma humana, que estuviera sangrando bastante. Entró en su forma completa para curarse la herida lo antes posible y sacó un pañuelo para limpiarse la cara. Se acercó a ella y le tendió la mano - Venga, ¿en paz? Terminemos de dar el paseo y vamos a tomar algo. Ayer nos pasamos con el ritmo y por eso acabamos así, pero el alcohol es algo para disfrutar, no para terminar vomitando. Te enseñaré a beber en condiciones - sonrió - Y esta vez si veo que te pasas, me reservo el derecho a darte el cambiazo y ponerte zumo de uva en lugar de vino.

Ahora que se encontraba mejor (descontando el pedrazo que se había llevado), la idea de ir a tomar algo con calma era bastante tentadora. Unas cervezas o unas copas de vino en algún local. Tal vez arrastrarla a algún local de strip tease y ponerla al lado de algún bailarín sólo para reírse viéndola enrojecer... por otro lado, no le apetecía morir otra vez. Sería una forma de irse al otro barrio patética, y no le apetecía que Émile lo trajera de vuelta otra vez sólo para reírse de él. Ya había comprobado que su capitana guardaba una cantidad considerable de mala leche.
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Jue 23 Ene 2020 - 2:29}

Tenía la mala costumbre de arrojarle cosas a todo lo que se moviera cuando se enfadaba, y ahora le había tocado a Ivan. En realidad, era su culpa por haberle gastado esa broma de tan mal gusto. ¿Cómo se le ocurría engañarle con algo así? Recordaba haberle explicado lo importante que era para ella todo lo relacionado al amor. Menos mal el hombre era resistente y tenía una capacidad regenerativa impresionante, sino se habría cargado a uno de sus escritores favoritos. Y habría dejado a medio mundo sin la conclusión de «Una historia de verano». Casi se sintió mal por haberle reventado semejante piedra en la cabeza, pero había cosas con las que no se podía hacer humor. Finalmente terminó dándole la mano al vampiro a modo de reconciliación: estaban en paz. Sin embargo, la bruja tenía un espíritu vengativo y en cualquier momento le caería una broma muy pesada. Lo tomaría por sorpresa, definitivamente lo haría y reiría un año entero.

Podía parecer una promesa vacía, algo que todos los borrachos se repetían por las mañanas luego de una noche de jarana: «No lo volveré a hacer más». Pero había ido en serio con eso de jamás beber. A ver, puede que lo del beso hubiera sido una mentira muy ingeniosa por parte de Ivan, pero lo del vómito era tan real como lo del suicidio involuntario. Además, ¿qué era eso de irse a beber tan temprano cuando todo el mundo se encontraba laburando? Esperaba que el vampiro no fuese de esos alcohólicos compulsivos con intenciones de meterse en la bóveda secreta del barco para irse a tomar. Y también esperaba que sus palabras no se las llevase el viento; algo le decía que acabaría con una botella en la mano y un micrófono de karaoke en la otra. Bueno, eso en el mejor de los casos; muchas cosas pueden estar en una mano.

—¿Quieres que muera intoxicada? Con lo de anoche tuve suficiente, así que debo rechazar tu propuesta. ¿No has pensado que tienes problemas con el alcohol? Aún no llevamos veinticuatro horas juntos y te has pasado casi todo el tiempo con un vaso en la mano —le respondió luego de tenderle la mano—. Bueno, con tu metabolismo no es como si fuera un problema demasiado alarmante… Terminemos de dar el paseo y luego veamos qué sale —agregó, esta vez siendo más amable—. Ya te habrás dado cuenta de que soy aburrida y lo único que hago es encerrarme en la habitación a leer, así que dejo la decisión en tus manos.

Caminó por el adoquinado sendero contemplando la belleza del parque que se escondía tras la permanente oscuridad de la ciudad. Si bien los faroles eran la principal iluminación del lugar, los delgados cordones con lucecitas de todos colores que pasaban entre las ramas de los árboles aportaban lo suyo. Corrió tan emocionada como una niña pequeña cuando vio un enorme lago que enseñaba un espectáculo de luces, apoyándose en la baranda de madera. Jamás habría podido ver algo así en su tierra natal donde aún no usaban electricidad. Rayos de todos colores surgían desde el interior de las aguas y, en el centro de estas, había una plataforma que lanzaba chorros a modo de cascada. Por un momento, dejó de escuchar el ruido de la gente y pudo oír el canto de las aves. Hacía mucho tiempo que no se sentía tan tranquila. Sonrió alegremente. Era increíble que hubiera ignorado por tanto tiempo detalles tan normales que hacían de la vida algo especial. Y no se refería solo al espectáculo de luces, sino también a las charlas que tenía con Ivan y, muy a su pesar, también su humor algo extraño; había encontrado un buen compañero.

—Quiero disfrutar de esta tranquilidad un rato más —susurró con los ojos puestos en el lago, mientras la brisa matutina mecía sus cabellos—, antes de que todo sea un caos.
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Vie 24 Ene 2020 - 6:11}

En lugar de ofenderse por las palabras de Katharina, se rió con ganas al escucharla - ¿Problema? Qué va. No me verás con un vaso en la mano antes de una batalla o al navegar. Pero ya he muerto dos veces, así que eso me hace ver las cosas de una manera diferente. Esta vida es... frágil y corta. Incluso para mí. Así que, sabiendo que probablemente la próxima vez no tendré una tercera oportunidad para volver, quiero vivir esta vida al máximo y sin arrepentimientos. Eso no significa estar borracho constantemente, eso sería contraproducente. Pero me gusta el sabor de algunas de esas bebidas, y la sensación de calor cuando llevas un par de vasos. Bueno, en tu caso cuando llevas medio - se rió suavemente y se apartó discretamente un paso por si le caía otra roca - Y no veo como aburrido leer, pero sí que tal vez deberías salir más a menudo. No tiene por qué ser a beber, pero hay muchas cosas que disfrutar en este mundo.

Cuando ella echó a correr, sonrió y la siguió con calma. El lago era un antiguo meandro del río que dividía la ciudad en dos, y que con el tiempo y la acumulación de sedimentos había quedado separado de este. En el centro habían montado una fuente que lanzaba el agua hacia el cielo, mientras luces de diferentes colores se encendían alternativamente iluminando los chorros. Katharina parecía estar disfrutando el espectáculo, y aunque Ivan podía apreciarlo, ya había visto más veces esa fuente. Su vista en cambio se fijó en el panorama más general, la ciudad de fondo tras los árboles del parque, iluminando la noche. El contraste de luz y oscuridad le dejó sin respiración. ¿Cuántas veces habría contemplado aquella misma zona sin verla realmente? Siempre había admirado la belleza de la noche, desde niño. Y aunque allí no podía ver las estrellas y la luna, aquello no era tan diferente. Comprendió entonces por qué había decidido venir a aquella isla, más allá de una decisión basada en la lógica. Estaba prendado de aquella ciudad.

- La calma que precede a la tormenta - murmuró como respuesta - Si alguna vez decido terminar mi aventura, este sería un buen lugar para retirarse.

Para convertir aquel lugar en un buen sitio donde vivir, iba a tener que cambiar muchas cosas. Esa sería su tarea una vez tomase el control de la ciudad; limpiarla de todos los males que la aquejaban y convertirla en un buen sitio para vivir. Tal vez mereciera la pena aprender la lección de lo que había hecho su padre. Derian había hecho lo posible por convertir Hallstat en la más importante de las islas del North Blue, llevándole tecnología y acabando con el sistema feudal. Con ello se había ganado el amor de su pueblo, pero luego había cometido el error de cargar contra todo el mundo. Si quería proteger Dark Dome, iba a tener que encargarse no sólo de hacer de ella un buen lugar para vivir, sino de no arrastrar la isla con él a sus aventuras. Como país, se aseguraría de que la ciudad mantuviera la paz con sus vecinos. Eso implicaría que no debía tomar el poder de manera abierta, sino colocar a otro que gobernara por él, para evitar que el Gobierno centrara demasiado su atención en la ciudad.

- Estoy pensando que tal vez no debería ser quien gobierne de manera directa la ciudad, o la Marina acabará viniendo a la isla. Tal vez poner a alguien que sea la cabeza visible. O tal vez ocuparme de que esté tan bien defendida que el Gobierno no esté interesado en atacar. ¿Qué opinas?
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Sáb 25 Ene 2020 - 0:04}

Pensó en las palabras de su acompañante con la mirada puesta en la laguna. Aún debía hacer unos cuantos estudios sobre formas de gobernar para dar una opinión mucho más sólida, aunque tenía un par de ideas que ofrecer. Había una gran diferencia entre declararse enemigo del Gobierno Mundial siendo un individuo a hacerlo siendo un país. Sinceramente, prefería cualquier opción que fuera en contra de la voluntad y los deseos del Gobierno, pero debía pensar las cosas con la cabeza fría para no dar consejos que estarían condenados al fracaso. Afortunadamente, Ivan no tenía que dejar a una marioneta en el poder para gobernar la ciudad-estado. Podía invertir unos buenos millones de berries en desarrollo armamentístico y cualquier cosa que convirtiera Dark Dome en una isla inexpugnable. Y aunque no tuviera las fuerzas necesarias para hacerle frente al Gobierno Mundial, bastaba con tener unas buenas defensas para hacer que cualquier operación contra la ciudad fuese inviable. El país más grande del mundo lo tendría que pensar dos veces y consultar a la tesorería antes de iniciar un ataque de esa magnitud.

—Puede ser inteligente gobernar desde las sombras, pero ¿es realmente lo que quieres? Mientras no vayas contra la voluntad del Gobierno Mundial, al menos no de manera abierta ni pública, podrás gobernar tranquilamente y no caerá la Marina —contestó, intentando ordenar todas sus ideas—. En cualquier caso, tendrás que dejar caer unos cuantos millones de berries para mejorar las defensas de Dark Dome, ya sea frente a ataques externos como internos. Y mientras mejor defendida esté la ciudad menos interés tendrá el Gobierno Mundial en atacar. Créeme que esa gente estará muy molesta, pero, siempre y cuando no inicien acciones hostiles, ese no será nuestro problema. Una vez me convierta en la próxima Emperadora del Mar cualquiera se lo pensará dos veces antes de atacar uno de nuestros territorios, incluido el Gobierno Mundial.

La bruja tenía pensado conquistar una isla del Nuevo Mundo e incluso formar su propio país donde plasmar sus ideales. No solo para sentar una base donde reunir las fuerzas militares a usar en contra del Gobierno Mundial, sino para demostrarle al mundo que sus ideas funcionaban. Pero eran planes para un futuro probablemente muy lejano, no es como que fuera a volver y se pondría inmediatamente en campaña. Aún había muchas cosas que hacer antes de comenzar.
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Sáb 25 Ene 2020 - 2:01}

A Katharina no le faltaba razón. Y pensado algo más seriamente, esconderse no era su estilo. Prefería dar la cara y de paso razones para que a nadie le entrasen ganas de molestar. Era posible de todos modos que dejase gente de confianza gobernando cuando no estuviera, pues su intención no era ser un gobernante activo. Con ser la cabeza del Estado y dejarle las líneas políticas marcadas a sus representantes era suficiente. Por otro lado, le hacía gracia que Katharina estuviese asumiendo ya que iba a ser Yonkou. Eso estaba bien. No habría elegido como su capitana a alguien con menos ambición y confianza. Por otro lado, tenían como objetivo a Émile, no era tan loco pensar que si lograban vencerle pudieran reclamar su lugar.

- Para cuando seas Yonkou, creo que tendremos cosas más importantes que preocuparnos que de esta isla - soltó una risa entre dientes - Eso si llegamos enteros, claro.

Había sido todo un poco apresurado. Hace veinticuatro horas se hubiera reído si le hubieran propuesto que luchara bajo la bandera de otro. Por otro lado, había cambiado, pero aún estaba descubriendo cuanto. Suspiró y metió la mano en uno de los bolsillos internos de la chaqueta, sacando a Vanator. Se puso frente a Katharina y desenvainó lentamente la espada, arrodillándose - En mi tierra cuando un caballero jura lealtad a su señor, le ofrece su espada como símbolo de que ahora pasa a ser blandida para él. Vamos a fingir por un momento que soy una persona civilizada - sonrió burlonamente - y hacer las cosas bien - sujetó a Vanator con cuidado por la hoja con ambas manos, tendiéndosela a Katharina, y dejó de sonreír poniendo un gesto solemne - Yo, Ivan Markov, barón de Roux y heredero de Hallstat, te ofrezco mi espada. Juro usarla para protegerte y luchar por tus objetivos, y servirte mientras honres nuestra unión.

Bajó la cabeza respetuosamente y alzó la espada hacia su capitana. Jamás se hubiese, antes de ese momento, imaginado poniéndose al servicio de alguien. No había sido algo meditado, sino que le había salido del interior. Había sentido que era el momento y la persona, así como tenía claro que no era una situación que fuese repetirse más de una vez, por no decir nunca. Pero sentía que con Katharina había encontrado a alguien con quien merecía la pena luchar, compartir risas y penas y navegar juntos. Habían terminado sus años de viajar solo.
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El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] - Página 2 Empty Re: El comienzo de un plan [Katharina - Ivan] [Privado] {Sáb 25 Ene 2020 - 3:59}

Sonrió al escuchar las palabras del vampiro. Tenía un largo camino por recorrer y enfrentaría obstáculos inimaginables, desafíos que jamás había siquiera considerado. Poco y nada sabía del Emperador del Mar, Lion D. Émile, un hombre que se había hecho famoso y temido en partes iguales en una época anterior a la de Katharina. Había una larga lista de cosas por hacer y aliados que reunir. Joder, el tiempo estaba pasando demasiado rápido y no podía hacer nada para detenerlo. Hacía unos pocos meses viajaba junto a sus excompañeros, tenía aventuras y solía pelear con el estúpido de Luka, pero luego de lo de la Gran Aguja…, luego las cosas dieron un giro y terminó enfrentando la verdad que no quería conocer; en el fondo sabía que Zane y el resto eran muy distintos a ella. Así que podía considerar a Ivan un regalo del destino, una oportunidad para comenzar algo nuevo, importante. Si bien era demasiado pronto para confiar ciegamente en él, al menos le daba la impresión de que no la dejaría sola. Y le demostraría que estaba a la altura de ser su capitana, de ser la persona a la que había decidido seguir. Le entregaría la cabeza de Émile y a su amada hermana.

Estuvo a punto de responder, pero Ivan continuó hablando y sacó una espada de la capa. Habló sobre juramentos y lealtad; entonces, le ofreció lo que más le importaba a un caballero, algo que tenía más valor que la propia vida. ¿Cómo debía reaccionar a algo así? Hasta el día de hoy siempre había luchado bajo el estandarte de otro, ya fuese por obligación o decisión propia. Siempre era juzgada y apuntada con el dedo por su forma de resolver los problemas, por su manera pragmática de ver las cosas. Sin embargo, ahora sentía que alguien le había reconocido por algo que aún no había demostrado. Y a esa persona parecían darle igual los pecados que había cometido. ¿Debía responder con algún discurso poético sobre promesas y el futuro? La vergüenza le atacó solo de imaginarse diciendo algo por el estilo. Katharina era una persona de pocas palabras, le costaba expresar sus sentimientos abiertamente, pero quería demostrarle de alguna manera a Ivan lo agradecida que estaba.

—Le ofreces tu espada a una criminal sin tierras, caballero —contestó con los ojos puestos en él—. Los discursos emotivos no son lo mío, Ivan, pero… me alegra saber que puedo contar contigo. Honraré tu juramento con una promesa: no te fallaré. Tomaremos esta ciudad, derrotaremos a Émile y recuperaremos a Iliana. Ya no tendrás que lidiar tú solo con todo, y ten la confianza de que esta espada cortará todo obstáculo que se cruce en nuestro camino —sentenció finalmente, haciendo aparecer mágicamente a Fushigiri en su mano.
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